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Nuestro amigo Adrián

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Diciembre, que bonito mes, no hay calor, pero aquí nunca hay frío. Era principio de mes, ya anhelábamos que las vacaciones llegaran, había sido un año duro, los maestros no nos daban tregua, era muy raro el día que no tuviéramos que estudiar para algún examen y además tuviéramos tareas. Claro, era tercero de preparatoria y pues se supone que así debía ser, solo que yo, no se si para bien o para mal tenia a alguien que se preocupaba por mi y por quien igual debía preocuparme, sobre todo lo segundo, por que el había tenido dificultades con los maestros, no se que le pasaba en esos meses, pero Fernando se peleaba con todos, hasta a mi me reclamaba por no poder ir con el al baño y por no poder estar con el tan frecuentemente, pero sobre todo por que según el, yo pasaba mas tiempo con los de mi salón (irónico, verdad) y sobre todo con adrián, ¿lo recuerdan?, se supone que ya se llevaban bien, pero Fernando había resultado algo celoso, aunque era muy relajante estar con él, sobre todo cuando hablábamos, ya que servia como desahogo para ambos.

Creo que el otoño nos había caído bien, seguíamos saliendo, seguíamos haciéndolo, pero ahora hablábamos más, tal vez por que ya en serio habíamos estado muy cerca de que nos descubrieran nuestros padres, los prefectos, los alumnos y la gente en las calles; todavía recuerdo con algo de miedo el día en que en pleno acto con la música a todo volumen y Fernando encima mío, llegaron mis padres y tuve que esconderlo en el armario por mas de media hora y claro, levantando sospechas entre mis padres, situaciones así habían ocurrido en la escuela y en su casa.

El relato en realidad comienza a los dos días de las vacaciones de invierno, nos habíamos reunido Fernando, adrián y yo en mi casa, no teníamos nada que hacer así que habíamos decidido reunirnos a jugar cartas, pero entre el rollo y todo, terminamos haciendo planes para no seguirnos aburriendo en lo que llegaban las habituales fiestas de navidad y año nuevo. Decidimos ir a la playa unos días, no era temporada, el mar iba a estar frío y con algas por todas partes, pero con tal de salir, no importaba nada. A nuestros padres no les molesto mucho la idea siempre y cuando llegáramos antes del 24.

Al día siguiente salimos, no era un viaje largo, a lo mucho treinta minutos y eso si conduces decentemente, pero por su puesto, adrián manejaba rápido, yo tarareaba una canción y Fernando sacaba su lengua por la ventana como lo hacen los perros, según él era divertido. También empezamos a tirarle cacahuates a Adrián, se que pudimos haber causado un accidente, pero en realidad, la carretera estaba vacía, como dije, no era temporada.

Llegamos a la casa de playa de adrián, era pequeña pero bastaba para los tres, no llevamos muchas cosas, solo estaríamos cuatro días, dormiríamos en colchonetas en la sala, junto a una televisión que solo sintonizaba canales locales, por lo cual era mucho mejor escuchar música. Una vez instalados salimos a buscar alguna agencia donde poder comprar cervezas (adrián ya era mayor), y algunas otras cosas. Como me lo esperaba durante cuatro días viviríamos de cerveza, galletas, cigarros y botanitas; eso seria genial, ya que de todas formas no tendríamos mucho que hacer, no había casi nadie en la zona y el mar tenía un fuerte oleaje, por suerte el cielo era gris.

Recuerdo que el primer día nos la pasamos jugando videojuegos, estábamos medio pedos y la música era estridente, es decir, había buen ambiente, la verdad no teníamos intenciones de que nada pasara, aunque Adrián nos gustaba un poco, no estaba nada mal, era mas alto que nosotros, de cabello negro y lacio, aunque siempre lo traía corto, tenia un buen cuerpo, nalgas no muy espectaculares, pero si se le notaba un buen paquete y unas piernas deliciosas. En las pocas horas que llevábamos, había quedado algo impresionado por mi amigo adrián, nunca lo había visto en bermuda, sus piernas eran grandes por su altura y que decir de sus pies, tenia vello pero tampoco era un oso, al parecer el que tenia menos vello ahí era yo. Fernando también había notado los atributos de adrián y cuando bajábamos las cosas me susurro: imagínate su polla.

Yo únicamente le dije que era una golosa, el sonrió, por que sabia que era en parte broma y en parte cierto. Esa noche nos dormimos bastante tarde, el sonido de los grillos no me permitía dormir bien, además estaba sobre una colchoneta en el piso y con la vejiga llena de cerveza, así que decidí levantarme a orinar, cuando terminé, Salí a la terracita y me quede viendo el cielo, no había nadie y todo estaba oscuro, a lo lejos se oía un poco de música, pero realmente se oía distante, la puerta se abrió y salió Fernando, estaba en una situación similar, solo que el si había logrado conciliar el sueño, se veía algo cansado, no tenia camisa y se agitaba el cabello como intentando despertar, la noche le daba un aspecto que siempre me fascinó, como que se veía un poco azulado por el brillo nocturno o simplemente su mirada se hacia mas profunda en la oscuridad, claro, eran esos detalles que a nadie le importan mucho y él, como si estuviera ciego a todas las maravillas de la noche, se acerco a mi y puso su mano sobre mi short, él siempre había sido directo en lo que hacía y esta noche no seria diferente.

Aun con su mano sobre mi bulto me dijo, con la voz muy bajita, que lo había despertado y que lo menos que podía hacer era darle un bocadillo, no le preste mucha importancia, solo asentí con la mirada y le pedí que fuera rápido y silencioso, ya que no quería que Adrián nos descubriese, el se hincó y bajó un poco mi short, lo suficiente para que mi verga saliese y un poco mas, para poder jugar con mis bolas; agitó un poco mi pene para que despertase y una vez hecho, se lo metió a la boca, hacia un par de semanas que no lo hacíamos y pues si se sentía muy bien, puse mi mano sobre su cabeza, mas que para presionarlo, lo hice para poder acariciar su pelo, había algo de brisa y naturalmente hacia un poco de frío, no sé si temblaba por el clima o por el magistral trabajo de Fernando, se esmeraba, pese al frío y a que no tenia camisa, jugaba con mis bolas que estaban durísimas por el frío y la excitación, tras unos minutos, me corrí en su boca, solté bastante leche y el se la tragó toda. Volví a meter mi verga, no se por que, pero jalé a Fernando, lo presioné contra mi pecho y le di un fuerte beso mientras jugaba con sus nalgas, no tardamos mucho, solo fue un impulso mío, hasta a el le extraño la situación, pero no se quejó. Entramos a la casa y cada uno se fue a su colcha, por fin pude dormir.

Despertamos tarde, muy tarde como a mi me gusta, eran casi las dos, pero no había sol, todo estaba nublado, salimos a buscar algo decente para comer, pero no había nada, solo conseguimos mas papas y unos malvaviscos. Fernando estaba de necio por el hambre, lanzaba piedras a las casas y de tanto en tanto le tiraba arena a adrián quien estaba perdiendo poco a poco la paciencia, ya que yo estaba cantando e igual deliraba, el colmo fue cuando a medio camino de la casa, encontramos a un vago que dormía recostado en una palmera, Fernando y yo no pudimos resistir la tentación (realmente quien podría resistirse) y lo picamos con unas varas, el señor despertó y nos empezó a gritar, no se le entendía, estaba borracho y por lo mismo, cuando intento levantarse a quitarnos la sonrisa de la cara, se cayó y siguió durmiendo, Adrián se molesto mucho y tuvimos que regresar a casa. Prendimos la música de nuevo, comimos papas y jugamos cartas.

Cuando el sol se ocultó, salimos a la playa e hicimos una pequeña fogata para comer los malvaviscos, el fuego me atraía mucho, quería tocarlo, pero también me llamaba la atención como el fuego se reflejaba en los ojos de Fernando y también en los de adrián, también como se formaban sombras en sus rostros, ambos se veían magníficos, tenían abrigos e igual yo, tenia muchas ganas de abrazarlos, pero me contuve y seguí mirando el fuego, hasta que algo inesperado pasó, un sujeto se acercaba a nosotros, tras observar un poco, lo reconocimos, era el vago a quien habíamos picado, no nos quedo de otra mas que arrancar a correr, obviamente apagamos el fuego. Y cuando llegamos a la casa, Adrián, algo tenso, empezó a regañarnos mientras nosotros soltábamos fuertes risotadas, el vago estaba fuera de la casa y al parecer quería entrar, pero tras varios intentos se fue, o al menos eso pensábamos, cerramos todo y Fernando, como si no hubiese pasado nada, abrió una cerveza y empezó a barajar las cartas, adrián seguía tenso y yo parecía estar en otra parte, prendí un cigarrillo y me senté junto a Fernando, Adrián hizo lo mismo y así pasamos varias horas platicando y jugando, adrián nos miraba mucho, parecía querer algo; realmente empecé a temer que nos hubiera visto anoche, pero finalmente se calmó, cuando ya no pudimos aguantar más, nos dormimos, hasta el hecho de ponernos mas cómodos fue difícil, yo solo me quite el short y quede con una camiseta y mi bóxer.

Adrián quedo con solo una trusa y Fernando con un slip, cada quien se enrollo en sabanas y caímos dormidos como si estuviéramos muertos. Recuerdo estar empezando a soñar con algún mundo fantástico o algo así, pero sentí ganas de orinar (es costumbre que me levante por eso cuando hay demasiada cerveza) y con todo el peso del mundo encima, me levanté, sentí que mis pies pesaban demasiado y mi cabeza muy poco, cuando termine de orinar, me quedé en la puerta del baño, no pude resistir la imagen: Adrián acostado boca arriba con la carpa del circo ruso en la entrepierna y a todo dar, por otra parte, Fernando estaba boca abajo, mostrando sus esponjadas nalgas y cerca de mi colchoneta, decidí no intentar nada con Adrián, pero no pude resistir a Fernando, me acerqué como si estuviese acostándome en mi colcha, solo que me quede hincado y pasé suavemente mis manos sobre su slip, sus nalgas se sentían suaves, como si fueran un par de almohadas de textura exquisita, metí mi mano por debajo del slip y pude sentir el calor y los vellitos de Fernando, no hice mas, solo lo tapé con sus sabanas besé su mejilla y me acosté a dormir maldiciendo el hecho de no poder abrazarlo y dormir a su lado.

Desperté y mis ojos parecían pedirme mas horas de sueño, la cabeza me daba vueltas aunque no me dolía, era mas bien la sensación de vacío, por eso fue que no pude reaccionar muy bien a lo que pasaba, Fernando había ido al baño, el siempre se bañaba al despertar y solía ocupar el baño primero, pensaba que adrián seguía durmiendo, pero no era así, el estaba sentado sobre su colcha y me miraba, me miraba de una manera muy extraña como si estuviera extraordinariamente contento conmigo, y lo estaba; se puso de pie y se acerco hacia mi, estaba únicamente en trusa, una trusa de color rojo, pero no rojo vivo y con las rayitas de color amarillo, se inclino ante mi, cruzó una rodilla al otro lado de la colcha y fue acomodándose, cuando caí en cuenta de que no estaba jugando ya era demasiado tarde, el estaba encima mío, mas bien como si se hubiera puesto de perrito sobre mi y se puso de tal forma que su bulto venia quedando sobre mi cara levantada por la almohada.

Era una visión hipnótica, era un gran bulto sobre mi cara, a la distancia que estaba se podía apreciar el olor tan característico que tienen los penes, todo esto se vio interrumpido cuando Adrián dijo: vi lo que hiciste ayer cuando te acostabas, se las jugaste bien gacho a Fernando. No pude evitar sentir un poco de culpa por haber cometido esa estupidez, pero me daba risa que el me recriminara por algo que en realidad era perfectamente normal para nosotros. El caso es que intentó chantajearme con eso. Cuando le pregunte cuales eran sus intenciones o que diablos quería, el no me respondió, al menos no con palabras, sino que dejo que su cuerpo hable, poco a poco fue bajando sus caderas hasta que el contacto cara-bulto fuera inminente, no me agrado mucho que hiciera eso, pero pues siempre despierto medio calentón así que fui accediendo, el contacto era genial, sus huevos suaves chocaban Contra mi nariz y poco a poco fue untando todo su paquete en mi rostro, yo agarre sus nalgas con mis manos y así, además de disfrutar de la sensación de sus nalgas, también pude ir marcando el ritmo en que su bulto chocaba con mi cara, en ocasiones simplemente lo presionaba por un par de segundos sobre mi rostro, era delicioso.

Cuando Fernando salió y nos vio en esa posición, no pudo evitar soltar una expresión de asombro, pero a el no le molestaba nada, salvo que hayamos empezado sin el; antes de proseguir con nuestra nueva diversión le explicamos a adrián como había ocurrido todo y pues el también nos confesó que ya tenia sospechas y que le había parecido vernos en los baños un par de veces. Los tres estábamos sorprendidos y platicamos mucho al respecto, como era que nos habíamos dado cuenta de nuestros gustos y cosas así, tras un buen rato de platica Fernando y yo empezamos a pervertir a Adrián, poco a poco fuimos induciéndolo al juego, no era fácil ni para el ni para nosotros, intentábamos acariciarle, pero era imposible ignorar como su piel se erizaba y como sus músculos se tensaban, parecía que una gran parte de él no lo deseaba. Lo intentamos, pero la situación fue harto incomoda, cuando lo desvestimos el estaba realmente muy nervioso, hasta parecía temblar, era sin duda alguna, su primera vez y aun estaba dudando de todo, con decir que su nada pequeño miembro aun no conseguía una erección total, ustedes ya podrían imaginar la peculiar situación. Así que mejor decidimos salir a jugar con el balón de soccer un rato, estábamos en la playa después de todo.

Nos pusimos como en un triangulo y empezamos a pasarnos el balón únicamente con pies y piernas, el objetivo era que no se cayera y para sorpresa de Fernando, el fue el torpe que la tiro primero, naturalmente no íbamos a dejara pasar por alto la situación y lo apresamos, le quitamos la camisa y el abrigo y sin mas lo agarramos de los tobillos y las muñecas y columpiándolo lo arrojamos al mar, intento luchar, pero éramos mas fuertes y estábamos decididos. Fernando salio del agua maldiciéndonos y se fue contra Adrián para tirarlo también, pero Adrián lo derribo y ambos terminaron en la arena, Fernando luchaba por desasirse de Adrián y ya lo estaba logrando cuando yo me acerqué, le quite el abrigo a Adrián que estaba arriba y los empuje al mar, ahí continuaron su lucha hasta que ambos se dieron cuenta de que yo solo observaba, vinieron hacia mi, los dos con sus cuerpos mojados y tiritantes por el frío, me quitaron la camiseta y sufrí el mismo destino, finalmente todos terminamos en el mar helado, ya sin preocupaciones, Fernando me abrazo en el agua y yo pase mi mano por su espalda hasta meterla bajo su bermuda, me encantaba sentir sus nalgas, siempre estaban calientitas y deliciosas, Fernando hizo lo mismo solo que el de plano me bajo todo el short, a el no le gustaba tener obstáculos para sus traviesas manos. Adrián se acerco a nosotros, se puso entre nosotros y rápidamente se dirigió a palpar nuestros traseros, no se sorprendió mucho al ver que nuestras manos ya estaban ocupadas en ello, solo dijo: ustedes no pierden el tiempo. Y empezó a acompañarnos en las caricias, solté el trasero de Fernando, muy a mi pesar, para poder agarrar el miembro de mi amigo, ya estaba paradísimo, no se que fue lo que le hizo Fernando, pero adrián, en un muy rápido movimiento me quito el bañador e hizo lo mismo con el, y salió corriendo a la playa, nos miro un rato, tal vez sintiendo algo de lastima, pero en realidad nosotros no conocíamos esa palabra. Adrián se fue a la casa.

Realmente no nos hubiera importado en lo mas mínimo haber esperado hasta la noche para quitarnos e ir a la casa, pero era invierno y el agua estaba fría y algo brava. Tras quince minutos salimos, agarramos nuestros abrigos y los usamos para cubrirnos un poco y corrimos hasta la casa, por suerte nadie nos vio. Una vez que entramos Adrián estaba sentado solo con una pieza de ropa interior algo mojada, nos miro, le causaba gracia vernos desnudos y tiritando. – puedo calentarles si quieren – dijo. – pero tienen que quitarme toda la jodida arena que me metieron al bañador. Al parecer a nuestro amigo le entraban las ganas de nuevo, lo aprovecharíamos esta vez, así sentado, Fernando se acerco le dio la mano y como invitándolo a bailar, lo levanto de la silla y le dio un fuerte beso mientras le acariciaba la espalda, espléndidamente Adrián tomo el control de la situación y fue llevando a Fernando hasta la meseta de la cocina y lo volteó pegando su pecho a la espalda de Fer.

Adrián hacía esos movimientos pélvicos que tanto me encantan de los hombres, Fernando solo reía y gemía un poco por el roce entre sus nalgas y la "carpa" de Adrián, no podía resistirme a contemplar eso, era simplemente lo que hacíamos en nuestros encuentros, pero desde esta perspectiva resultaba bastante excitante, era algo nuevo para mi. Fue Adrián quien me dijo que dejara de observar y actuara, la invitación fue una orden, me acomode atrás de adrián pegándome a su espalda y clavándome en sus rígidas nalgas, ataque el cuello de Adrián, lo besaba, lo poseía y este solo gemía y continuaba con sus movimientos que terminaban por presionar sus nalgas contra mi. Ya no resistí mas y le empecé a bajar la ropa interior a Adrián, efectivamente, su culo estaba lleno de arena, así que me fui hincando hasta llegar a la altura que deseaba, los movimientos de Adrián no me molestaban en lo absoluto, solo que si complicaban un poco la situación.

Abrí con mis manos aquellas nalgas y con suaves movimientos le fui quitando la arena, y una vez terminado esto le di una muy buena mamada en el culo que le hizo gemir y parar sus movimientos, pronto percibí que Fernando se había hincado igual y que empezaba a hacer su característico trabajo en la tranca de adrián, como le gustaba a Fernando hacer esas mamadas, era lo que mas habíamos hecho en todo este tiempo, le encantaba chupármela y al parecer no tendría problemas con Adrián quien ahora por cierto se encontraba con las manos apoyadas en la meseta y con los ojos cerrados como si intentara concentrarse en todas las sensaciones que ahora le proporcionábamos. No debo negarlo, su culo estaba delicioso, era otra cosa al de Fernando aunque mi preferencia por este ultimo no había cambiado en lo absoluto, Adrián se ponía tenso cuando recorría con mi lengua su raja o cuando la pasaba bajo sus nalgas y que decir de los gemidos que soltaba cuando mordisqueaba aquellas moles de carne. Cuando sentí que todos los músculos de sus nalgas se contrajeron, no pude evitar asomarme a ver que había pasado con Fernando, y tal como me lo imaginaba mi estimado amigo tenia espesas manchas blanquecinas en su mejilla derecha y un tanto chorreaba por la comisura de sus labios, Adrián tenia una cara de satisfacción, Fernando se tragaba su recompensa y yo me levantaba para dirigirme a un lugar mas cómodo donde pudiéramos proseguir sin mayor problema. Cuando ellos vinieron mi incansable imaginación ya había ideado varias posiciones y posibilidades para disfrutar lo máximo esta noche, la verdad a ninguno le importaba mucho vaciar totalmente sus huevos en la velada.

Una vez que acomodamos las colchas Adrián se fue encima mío y me devolvió las caricias y mordidas en el cuello, pero fue breve, en un instante ya estaba lamiendo mi culo, cosa que me enloquecía y me erizaba la piel a mas no poder, sabia lo que ocurriría, el ya me estaba preparando, quería poseerme. Esas nalguitas blancas – me dijo. –Las quiero, quiero poseerlas. No me opuse, solo me acomodé en posición de "perrito" para facilitar las cosas, entonces, el untó su miembro en mi raja, su cabeza aun estaba babosa por lo que Fernando le había hecho. Poco a poco sentí como fue acomodando su tranca en mi ano, hasta que sin tener mayor aviso me clavo un poco mas de la mitad de su pene en mi interior, fue doloroso, ya que era un tanto mas grande que el de Fernando y además había sido algo brusco, poco a poco fue introduciendo todo. Hasta que sentí el contacto de mis nalgas con sus piernas, se detuvo un momento, como si estuviera dejando a sus mas básicos instintos salir, y lo logró, pronto empezó el delicioso vaivén, aquél hipnótico movimiento de caderas, Fernando observaba, observaba como adrián se movía, como yo jadeaba de satisfacción; pronto se acerco a nosotros, calculando sus posibilidades y finalmente acomodándose debajo de mi, poniendo su cabeza entre mis piernas abiertas. –Es una buena vista –dijo. –literalmente te está partiendo en dos. Su comentario no hizo mas que excitarme mas, y no solo era eso, acababa de caer en cuenta de que Fernando estaba a mi merced, me incliné apoyándome en mis codos para darle a su velludo culito una buena mamada que jamás olvidaría, así pues mientras adrián me embestía, yo besaba y lamía las nalgas y las profundidades de Fernando, haciendo también presión con mi barbilla en aquel anito rosado y cálido, sus gemidos no se hicieron esperar y siguieron hasta que simplemente las embestidas de adrián me alejaron de cualquier otra cosa, cuando aceleró sus movimientos, cuando estos se hicieron mas fuertes, yo únicamente me dedique a sentir.

Vaya que se abren tus nalgas –dijo Fernando. – ¿así se verá cuando te lo hago?

No por que tu pene es pequeño – dijo adrián.

Yo únicamente me concentraba en la presión, en el calor del momento, no iba a prestar atención a sus absurdas pláticas.

Adrián lo haces como un animal –dije. –Fernando lo hace con más cariño.

Ah, si quieres cariño vete con alguna vieja o con el pene pequeño de Fer – dijo Adrián. –Así cogemos los hombres…

Creo que Fernando se quejo o algo así, su pene no era pequeño pero si mas chico que el de adrián, no paso mucho tiempo antes que sintiera que todo acabaría, Adrián gemía muy fuertemente y tenia los ojos cerrados, en un par de segundo me embistió fuertemente y quedo recostado sobre mi espalda, jadeante como un animal exhausto. Fernando intento darle una mamada a mi paradísima verga, pero apenas dio los primeros lengüetazos, un fuerte chorro salio disparado hacia su cara, era la segunda vez en el día que su infantil rostro quedaba salpicado. Aun así me la siguió chupando y me la dejo limpiecita como siempre solía hacer, Adrián seguía sobre mi espalda así que lo tiré, y el quedo recostado boca arriba con sus manos en la nuca, una expresión de placer obtenido que me hacia querer más y si algo aumentaba mi antojo y el de Fernando por supuesto, era verlo en aquella posición con el pecho perlado de sudor y esas tetillas muy oscuras, tetillas de hombre, levantadas como si nos pidieran ser chupadas, también nos fascinaba ver sus vellos que bajaban de aquel ombligo hasta una mayor mata de pelos que coronaba una gran verga ahora dormida. Era la delicia de ver a aquel hombre, de buena estatura y cuerpo masculino, tendido sobre la colcha mirándonos impaciente, tal vez preguntándose que era lo que haríamos continuación.

Como ya he dicho, la imagen nos fascinaba y no tardamos en ponernos cada uno a un lado encargándonos de aquellas tetillas oscuras, el se notaba mas que feliz, es que simplemente tener a dos personas complaciéndote es la fantasía de cualquiera y mas si (por el momento) eras el centro de atención de estas.

A uno le llene la cara y a otro el culo y aun quieren – dijo Adrián. – ¡Y aun quieren mas! Definitivamente son incansables.

Tu tampoco – respondí mientras le mordía suavemente.

Adrián soltó una risita puso sus manos en nuestras cabezas acariciándonos y despeinándonos. Durante un tiempo se quedo mirándonos fijamente pero igual y pudo no haber sido así ya que realmente no estaba prestando atención. El caso es que ahora sus caricias se sentían más suaves, y por suaves quiero decir mas calidas.

Realmente los quiero – dijo repentinamente Adrián. –Quiero que lo sepan.

No dije nada, solo le dirigí una de mis inusuales miradas tiernas y le dediqué una sonrisa tampoco muy común, como sea, el entendió y me devolvió el gesto. Entonces voltee a ver a Fernando y este, con sus rizos despeinados y negros como la noche, le dirigió una mirada, aparentemente profunda pero tan infantil como su rostro, sonrió y empezó a agarrar la pija de Adrián con su mano izquierda, entonces dijo: igual te quiero y créeme que mucho, pero también quiero esto (apretándole la verga), ¿será que ya te hayas repuesto?; Adrián con una sonrisa de oreja a oreja dijo: y aun quieres más, bien, pues lo tendrás, ponte como quieras.

Yo ya sabia en que peculiar posición se pondría y dicho y hecho, Fernando se puso bocabajo apoyando sus caderas en un montón de almohadas, dejándolas así expuestas a Adrián. Casi siempre que lo hacíamos el se ponía en esa posición, me encantaba, por que dejaba una visión privilegiada y exquisita de su trasero. Yo me dedicaría a observar, no pensaba participar y la posición hacia de esto algo difícil o mas bien incomodo.

Todo empezaba suceder y yo estaba en primera fila. Y ahí, sentado, observe como Adrián agitó su verga y sin realmente mucho esfuerzo la dejo bien parada y lista para la acción, Fernando estaba algo inquieto, sus ojos se abrieron cuando adrián empezó con la presión. Pero no fue compasivo, creo que hasta mas brusco que conmigo, ya que una vez que había metido la punta, clavó el resto de su miembro sin reparo alguno y con una fuerza algo inusual. Fernando gritó, definitivamente dolió, creo que lo malacostumbré a siempre dilatarlo y ser muy cuidadoso y ahora se topaba con una persona que no desperdiciaba tiempo en eso. Era una imagen mas que excitante, ese movimiento de caderas, no creo hartarme nunca de eso, me encantaba ver aquello simplemente era un acto mágico, las nalgas de Adrián impulsando sus embestidas contra Fernando y las de este contrayéndose para recibir a Adrián, definitivamente, la próxima vez que me echara a Fernando lo haría con un espejo a un lado.

El calor que despedían los cuerpos, el ritmo del vaivén, el ruido cacofónico de los gemidos y las expresiones que tenían, hay de aquellas expresiones, Fernando con su sonrisa picara y sus rizos cayendo sobre su frente, siempre me había encantado como sonreía, era de lo mas hermoso en el mundo; por otra parte adrián parecía mas serio, parecía estar muy concentrado en lo que hacia, sus ojos yacían cerrados, los apretaba bastante mientras que con sus manos sujetaba las caderas de Fernando, en ocasiones simplemente las apoyaba en la colchoneta y quedaba casi sobre el, pero siempre se veía genial. Yo permanecía estupefacto por el vaivén, mi verga estaba tan erecta como lo había estado hacia horas cuando Adrián se ponía encima de mí por vez primera. Pronto mi nada discreto miembro captó la atención de Fernando y me pidió que me acerque. Lo hice por que andaba demasiado calenturiento, pero después recapacité y decidí mejor quedarme a observar, además la situación seria incomoda por los malabares que tendría que hacer. Así que preferí quedarme a observar.

Cuando finalmente termino, los gemidos acabaron en estruendos y ambos se tumbaron en la colchoneta. Decidimos parar, al menos por ahora. Nos preparamos algo de cenar y jugamos con la consola un rato, ya era muy tarde y mañana partiríamos, Fernando fue el primero en caer, se acercó a mi y como si fuera un niño pequeño me pregunto: ¿ya vamos a dormir?; su cara realmente denotaba cansancio así que asentí, nos lavamos los dientes y le tome la mano para llevarlo a la cama, ahí me acosté con el, pasando mi brazo por su costado hasta encontrar sus manos, así dormíamos siempre que podíamos. Antes de que cayéramos dormidos, Adrián se acercó y quedó de pie junto a nosotros

Puedo dormir como ustedes –preguntó.

No sé para que lo preguntas –respondí cariñosamente. –Sabes que si.

Realmente los quiero –añadió. –Los quiero mucho.

Y entonces Adrián se puso atrás de mi y me abrazo de una manera similar, recuerdo que comento algo acerca de que parecíamos peluches y tal vez si era cierto, por que a el lo sentí mas rígido, su cuerpo era mas atlético, aunque su contacto era igual de reconfortante; así pues, con Adrián respirando sobre mi cuello y con Fernando apretando suavemente mi mano, me dormí.

A la mañana siguiente, escuche la regadera, era adrián, deje a Fernando dormir un rato mas y me dirigí al baño, entre silenciosamente y me quite las prendas de dormir, me metí a la regadera y me pegué al cuerpo de Adrián.

Ya estas despertando y quieres mas –dijo.

Si, pero quiero de estas –respondí mientras le jugaba las nalgas. –Ahora me toca a mí.

Y sin mayor permiso o traba empecé a girar mis dedos en la raja de adrián, su cuerpo estaba todo enjabonado, así que no demore mucho, acomodé mi verga en aquel anito y de un solo golpe ensarte mi miembro, acababa de desvirgar el culo de adrián, le dolió y gritó, intentó desasirse pero no lo consiguió, lo tenia abrazado acariciándole el pecho y el estomago, ya empecé ahora debo terminar y fui moviéndome cambiando gradualmente de lo delicado a lo brusco, total que "así cogemos los hombres". Ya al final, Adrián le había encontrado gusto y hasta me pidió que no la sacara, que me corriera en el y así lo hice aunque tampoco tenia intenciones de correrme fuera de el. Salí del baño y le dije que se limpiara bien, ya que tenía un poquito de sangre.

Fernando preparó el desayuno (a las tres y media de la tarde), terminamos de empacar, limpiamos un poco la casa y nos fuimos. Cuando Fernando supo que me había echado a adrián, se hecho a reír y se puso a molestarlo, le pateaba las nalgas, o le preguntaba si había traído una almohadita para sentarse; a mi solo me reclamó, pero sabia que me la cobraría después, cuando estábamos regresando, me empujo al asiento trasero y me dijo: irás conmigo. Ya que salimos a la carretera, el hizo justo lo que esperaba, bajó mi bermuda, tiró de mis boxers y se puso a chupar como tanto le gustaba, solo cuando veíamos un puesto de policía o que algún carro pasaba interrumpíamos la felación. Ya que Fernando obtuvo lo que quería, bajo un vidrio y saco su cabeza para sacar su lengua mientras el carro iba a mas de ochenta, seguía insistiendo en que era algo divertido, yo solo observé el paisaje.

Dos de enero… esto es algo parecido a un final…

Ya habíamos disfrutado de las fiestas de navidad y queríamos seguir festejando, Fernando me había hablado, dijo que saldríamos con adrián a un bar, no fue muy especifico, dijo que pasaban por mi a las nueve y así fue, solo que no estaban en el carro de adrián, nos moveríamos en taxi; ya en el camino decidieron contarme mas detalles sobre el bar al que iríamos y pudieron ahorrarse quince minutos de saliva si me decían: vamos a ir a un bar gay. Pero prefirieron explicarme y darle varias vueltas al asunto. Bueno –pensé. –Sabía que algún día debía entrar a uno. Realmente no sabía donde estábamos. Nos dispusimos a entrar, no hubo problema en que entráramos, ya que adrián era mayor y como decía el sujeto de la recepción: mientras mas hombres haya, mayor diversión habrá. No me gustaba el ambiente, aun en la puerta me sentía algo renuente a entrar, pero entré y para mi sorpresa fueron ellos los que quedaron impactados al ver a un grupo de hombres sin camisa bailando mientras los láser verdes. Azules y rojos, partían el humos producido por varias maquinitas en las esquinas del lugar. La música era más que estridente. Rápidamente captamos la atención de varios muchachos y señores, es decir, quien va a un lugar así con una camisa de "metallica" y pantalones de mezclilla oscuros y normales. Los atuendo de ellos no eran muy diferentes al mío, bueno, tal vez Adrián hubiera podido perderse mejor entre la multitud, nos invitaron a unos tragos, otros los pagamos nosotros, eran tantas bebidas brillantes y coloridas que a uno le costaba trabajo escoger. No nos gustó mucho el ambiente, tal vez por que nos jalaban hacia la pista o por que había un hombre en ropa interior acostado en la barra con un limón en la boca, sal en el ombligo y varios vasitos de tequila en el cuerpo, era apuesto y musculoso, pero no era del tipo que nos llamaría la atención; así que decidimos salir, en la puerta el recepcionista nos hizo platica

Es su primera vez verdad –preguntó.

Si, lo es –respondí. –Pero al parecer no es muy nuestro ambiente.

Si lo noto –dijo señalando mi camisa. –Es solo que se suavicen, que se dejen llevar, tal vez si vistieran un poco más…

¡Gay! –interrumpió Fernando. –un poco mas gay.

Nos dijo algunos consejos y que podríamos regresar cuando quisiéramos, que nuestras edades no les importaban mucho. Ya íbamos de salida y un sujeto también nos habló, era un joven de unos veintisiete años, de cabello rubio y bastante apuesto, dijo que nos invitaba a entrar, pero nosotros no aceptamos, dijo que tenia un mustang y que podía llevarnos a casa o a donde quisiéramos, pero no aceptamos la invitación, no nos insistió mas, pero nos dejó su numero y correo apuntado en un papel, para cuando quisiéramos.

Decidimos caminar por la noche, abrasé a Fernando por la cintura y así estuvimos un buen rato, platicando y tarareando alguna que otra canción, un grupo de muchachos nos vio así y nos grito: ¡malditos putos!; No preste atención, intenté calmar a Fernando, pero antes de que pudiera hacer algo, el devolvió el insulto a aquel grupo, de nuevo tuvimos que correr, ya que nos seguían, los perdimos y nos echamos a descansar en un parque, había neblina y frío, las raíces de los árboles eran enormes y el lugar tenia un toque algo fantasmagórico. Nos echamos en la acera Fernando se puso encima de mi, no sé por que, pero lo hizo, me beso fuertemente y después se dirigió a Adrián, la luz amarillenta de los focos, hacia que se viera un poco… no se como decirlo… un poco exánime, como si su habitual vitalidad nocturna se hubiera perdido ya.

¿Vamos a ir a tu casa? –le preguntó a Adrián. – ¿vamos a coger ahí?

Adrián respondió que si, que ese era el plan, así que nos levantamos a caminar en busca de algún taxi, volví a besar a Fernando, y de nuevo puse mi brazo en su cintura. Le dije a Adrián que se acercara y le pase mi otro brazo pero sobre su hombro, Fernando tarareaba.

Creo que adrián pensó un poco sobre nosotros, ya que de súbito dijo: ¿acaso no les importa nada?, ¿no les importa que la gente les vea, que un grupo de malhechores o un vago que descansaba en una palmera los persiga, no les importa que la gente los descubra en los baños de la prepa?;

No –dije. –Jamás nos ha preocupado y dudo mucho que algún día nos preocupe.

Fernando seguía tarareando una canción. Nos miro y subió un poco la voz:

Load up on guns; bring your friends; is fun to lose and to pretend; she’s over-bored, self-assured: oh no, I know a dirty word…

Adrián entendió, si es que tenía que entender algo. Yo por mi parte comprendí que aun le costaba un poco de trabajo adaptarse a nosotros y tararee junto a Fernando la parte de la canción en la que decía "our little group has always been and always will until the end". Seguimos caminando, ignorando nuestro alrededor, éramos felices en nuestro mundo, tal vez pronto Adrián formaría parte importante de el, o tal vez se mantendría como un casual visitante o invitado, un turista tal vez. La noche aun era joven y nosotros seguiríamos.

(8,86)