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Any: Mi segunda virginidad

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Después de mi iniciación como mujer a principios del año 2001, en Argentina, mi relación de pareja con Fatiga se transformó en  una dependencia voluntaria, casi total.

Apenas tres días después de mi primera vez nos pasamos cuatro espectaculares días, prácticamente encerrados y saliendo solo para comer, en un  coqueto hotel de Montevideo. Fueron cuatro días de sexo puro. Parecía que yo nunca terminaría de ponerme al día después de 18 años de preparación. Fatiga tiene una particularidad que me da vuelta la cabeza, es un permanente seductor. En todo momento... hasta en las cosas mas simples y cotidianas su seducción es un herramienta temible. Es imposible decirle que no a algo que él se propone.

Es más. Es tan hábil que cuando quiere algo, logra que yo termine pidiéndoselo a él como si fuera yo la que lo necesita desesperadamente. A nuestro regreso de Uruguay, teniendo en cuenta los despelotes que se armaron con mi mamá (por mi relación con un veterano de 55 años) la decisión de vivir por un tiempo juntos estaba casi tomada.

Yo, por mi parte, me puse la pilas y me dedique de lleno a sacar adelante mi carrera de diseñadora gráfica. Eso sí, cada vez que mi dulce aterrizaba en Buenos Aires era capturado por una vorágine de sexo salvaje de la que se conocía el principio, pero nunca el final.

En el sexo, desde el principio, Fatiga no me dejó hacer todo de golpe. Todo a su debido tiempo y armoniosamente, me decía. Siempre me señalaba que quien necesita hacer todo junto (sexo vaginal-oral-anal-etc) es porque en realidad no disfruta, con la debida intensidad, todo lo que esta haciendo. En esta primera etapa de nuestra relación sexual cada día era un nuevo descubrimiento. Cada día era capacitarme en otra de mis zonas erógenas para sacar de ella lo máximo y lo mejor. Una de sus tareas más dedicada y minuciosa fue acrecentar en mí el instinto de dominación que se desata en mi durante el acto sexual.

Trabajó durante semanas en perfeccionar y acrecentar mis actitudes de dominación. Llegamos a un punto en que el tomar la iniciativa provoca en mí un placer tal que me pone incontrolable. Ahora es verdaderamente indescriptible el placer que siento cuando mas activo es el rol que asumo en la cama.

Sin embargo por una indicación expresa de mi instructor (desde mi época de competición aprendí muy bien que la experiencia y sapiencia del instructor es fundamental en el dominio de la técnica) fuimos dejando para mas adelante el incursionar en otras áreas hasta que no manejara con absoluta solvencia las que estábamos practicando.

Esto le daba un elemento adicional a la trama erótica que se fue formando en nuestra pareja. Cada vez que Fati, en las erotizantes y enloquecedoras sesiones preparatorias, recorría mi cuerpo electrizado con su lengua, sus labios y sus mordiscos... en el momento en que llegaba con su lengua a mi cola... el estado de éxtasis se transformaba en sublime.

El solo pensar... (cuando se logra pensar....   en esos momentos, obvio) que todo lo que siento cuando tengo la boca de Fati en mi cola se multiplicará por diez el día de mi  cumpleaños (o sea el día que estaba  proyectado y programado que mi segunda virginidad caería definitivamente)... me hacia desear cumplir los 19 años antes de tiempo.

Dos meses después del inicio de nuestra relación Fati alquiló un departamento cerca de mi facultad y, después de terribles dramas con la celosa de mi madre, me mude a vivir con él.

Pasados los primeros tres meses de mi deslumbre y asombro por las cosas nuevas, nuestra pareja, afianzada en el cariño, la ternura y el respeto mutuo, se afirmó y consolidó mucho más.

Además, era tal la libertad que me daba Fatiga en todo los aspectos de nuestra vida de pareja, que el asombro de mis amigas no tenía límites. Esta libertad y la increíble amplitud de criterio de mi pareja también daba lugar a otros riesgos (entre mis amigas sobre todo) que era necesario controlar y acotar. Por alguna razón, que sospecho saber cual es, el grupo de estudio de la facultad prefería reunirse en mi casa para preparar las materias. Eran seis o siete chicas de mi edad que, se notaba a la vista, se hacían pis encima cada vez que llegaba Fati y las saludaba a todas con un dulce beso en los labios. Parecíamos un  harén de concubinas calientes deseando ser la elegida. Obvio que siempre era yo la elegida... jijijiji.

La única, de todas las mujeres que entraba en casa, que tenía absoluta libertad... sin mi control estricto, era mi amiga Betina. Es que, además de haberme acompañado en todo el affaire con Fatiga desde el principio, tenia mi mas absoluta confianza después de  mas de doce años juntas.

Muchas veces se quedaba en casa por varios días, sobre todo cuando el Fati estaba de viaje y yo me quedaba sola. También usaba mi casa como excusa para desaparecer de la suya (aunque no tiene muchos problemas con sus padres, en realidad) cuando se quedaba a dormir con su profesora de ingles y su marido (el matrimonio que la inició en el sexo y que fueron su oasis de paz, y para calmar la sed de sexo, en el medio del desierto afectivo que  tenia) Digo fueron porque, lamentablemente, por culpa de los delincuentes que han manejado mi bendito país, la pareja decidió, hace unos meses, radicarse definitivamente en España.

La pobre Betina quedo desolada. Tuvo un bajón anímico y emocional que no lográbamos levantar, todos los que la queremos, aunque luchábamos denodadamente para ayudarla. Prácticamente se vino a vivir a nuestro departamento. Arreglé muy coqueta y mimosamente la habitación que teníamos libre y se vino a vivir con nosotros. Estudiábamos e íbamos a la facultad juntas y nos encantaba sentir que con los varones nuestras acciones habían subido a niveles increíbles. Es que por nuestras amigas (las muy buchonas) los chicos sabían que teníamos muy buena sexualidad... esto nos hacia terriblemente apetecibles... sobre todo por lo inalcanzables, jijijiji

Fati estuvo viajando por Europa por negocios y nosotras ocupándonos de los estudios y de la gestión de compra (o de ablandamiento de propietaria, jajajaja) de una casa quinta espectacular que teníamos en vista, con mi dulce amor, en una localidad cercana a la Capital. Una belleza verde de seis hectáreas que una viuda reciente se negaba a desprenderse a pesar que se la estaban comiendo cruda las deudas.

El día que llegó Fati fuimos con Betina en la camioneta al aeropuerto a esperarlo. Después de hacer aduana Fati nos presentó a su ocasional compañero de viaje. Un varoncito de ensueño, de no mas de 30 añitos, que nos dejo a las dos mudas hasta que se fue con un auto que lo esperaba. El tampoco la saco muy barata... jajaja... cuando mi papito le dijo: Felipe.. te presento a mi pareja, Any y su amiga Betina... no le alcanzaban los ojos para nuestras tetas... nuestras piernas desnudas debajo del tapado... para todo... el también se quedo mudo, jajajaja.

Nos enteramos que era ejecutivo de un banco extranjero en nuestro país. Que era español. Que hacia dos meses que vivía en Baires. Que después de conocer la mujer argentina nunca mas volvería a España, jajaja. Después de compartir un café en el aeropuerto se fue haciéndole prometer a Fati que se llamarían a mas tardar en dos días.

Cuando quedamos solos los tres le contamos a Fati la novedad de la mudanza de Betina (que ya le había adelantado por teléfono) y decidimos salir a cenar para festejar nuestro reencuentro.

Pasamos por el departamento para ponernos hermosas mientras Fati se daba una ducha que lo repusiera un poco después de un viaje de casi 18 horas. Como hacia bastante frío las dos elegimos tapados largos y pesados y botas altas con mucho taco. Salíamos en plan de buenos chicos así que las dos con sobrios trajecitos de pollera corta y camisas sugerentes para el momento de tener que sacar los tapados y las chaquetas en el lugar donde fuéramos a comer.

Pasamos una noche excelente. El broche gracioso fue que al retirarnos del restaurante el maitre se acerco para hacernos un obsequio (claro, la cuenta casi llegaba a las tres centenas). Con voz muy circunspecta le dijo a Fati: Si me disculpa, señor, la casa quiere entregarle un humilde presente a Ud. y a sus dos hijas.

¡¡¡ Jajajaja... que padre pervertido y degenerado había resultado ser el viejitoooooo... jajajaja.!!!

Camino a casa pasamos por un pub muy conocido para que Fati cumpliera con el ritual del whisky. En uno de los pequeños estrados tipo escenario una mujer muy mona hacia un strip bastante bueno.

-. Any... si venimos a mostrar lo que sabemos hacer... esta mina se queda sin laburo !!! .- dijo Betina recordando, seguro, los strip que hacíamos en las delegaciones cuando íbamos a competir en patín artístico al extranjero. Recuerdo que éramos solamente chicas pero nos metíamos un calentón de aquellos haciendo strip entre nosotras.

-. Lógico .- conteste.- aunque te digo que estoy algo fuera de training, jajajaja.

-. Estarás fuera de training pero tenes un cuerpazo que con solo ponerte en bolas.... aquí no queda nadie vivo, jajajaja.- bromeaba Betina a quien el vino y el champagne de la comida y el whisky le estaban haciendo efecto. Fatiga sonreía en silencio y nos regalaba esa mirada tierna e infantil que pone a veces y que a mi me hace un efecto afrodisíaco terrible.

Estuvimos un rato allí y después nos fuimos para casa. No era muy tarde así que nos quedamos en el living escuchando algo de música y las anécdotas mas destacadas del viaje que nos contaba Fati.

Betina dijo y se fue hacia su habitación. Nosotros continuamos charlando. A los pocos minutos apareció cambiada con un vestido largo bastante sexy y mis sandalias superaltas con tiritas hasta las rodillas. Estaba espectacular.

Fue directamente a poner la música de 7 semanas y media, apago las luces grandes y enfoco las dicroicas hacia un punto y se puso allí a bailar un strip.

En realidad, Bety cuando se suelta y se pone loquita es una potra salvaje. A propósito, se había pasado protector solar y brillitos por el cuerpo para que se viera su piel morena , casi aceitunada, brillosa y sugerente. Desde donde estaba me hizo seña para que la acompañara. Luchando con mi mareo del alcohol fui y me puse a bailar con ella.

Bety me conoce. Fueron muchos años de vivir juntas y compartir muchas cosas... hasta inolvidables orgasmos, entre nosotras, también.

Bailábamos voluptuosamente como si estuviéramos solas. En un momento me tomo de la cintura y como un rayo desprendió mi pollera. Abrí un poco las piernas para que no cayera tan rápido y mientras bailaba la fui dejando bajar hasta mis pies.

Lentamente fui sacando su vestido. La muy turrra se había puesto un camisolin de seda con breteles muy finos. Debajo no tenía nada así que sus impresionantes tetas se marcaban en la suave tela como intentando traspasarla.

Nuestros movimientos se hicieron mas cercanos. Bety saco mi camisa y mi soutien mientras bailábamos. Cuando levante su camisolin y vi sus pechos perfectos tan cerca de mi boca no resistí la tentación y los chupe suavemente por un segundo a cada uno. Ella tomó mi mano y la llevo a los labios de su vulva... estaba empapada!!!

Saque mi tanga y la suya y nos abrazamos con un beso apasionado donde nuestras lenguas se volvieron a encontrar después de casi un año y medio de ausencia.

El cuerpo de Betina era un fuego. Solté su pelo que cayó casi hasta tapar sus pechos. Bailando me pase a su espalda y desde atrás tome con una mano sus tetas y con la otra baje a su sexo. Al levantar la vista vi a Fatiga en el mismo sillón, totalmente desnudo, meneándose suavemente su verga parada. Sin saber porque, ni que me impulsaba, mientras bailábamos y metía los dedos en el sexo de mi amiga, la fui empujando lentamente desde atrás en dirección a mi padrillo.

Betina se retorcía como una víbora y con la cabeza mirando al techo jadeaba con los ojos cerrados. Con mi mentón apoyado en su hombro derecho yo miraba fijamente a Fatiga con lujuria avisándole que le llevaba un regalo. El dejo el vaso de whisky sobre la mesita y se bajó a la alfombra acostándose boca arriba. Su sexo estaba listo y palpitante.

Cuando llegamos cerca de él comencé a mordisquear la nuca de Betina (sé que es  una cosa que la saca totalmente). Ella comenzó a menear su cadera tratando que mis dedos la penetraran mas profundo y gemía pidiéndome que la hiciera acabar.

Con mi mano baje su cabeza para que mirara hacia abajo. Al abrir los ojos vió a Fatiga acostado casi debajo suyo teniendo con su mano el chipote apuntando hacia arriba. Por estar  nuestros  cuerpos desnudos y en contacto sentí que ella frenaba levemente el vaivén e intentaba volver. Con una suave presión de mis caderas en su cola le indique que yo quería que así fuera.

-. Dale... tesoro.... es tuyo también.- le susurre en su oído desde atrás.

Sacando mi mano de su sexo pase mis brazos por debajo de sus axilas y me prendí de sus tetas. Ella aflojó sus piernas y comenzó a dejarse caer sobre la vara de fuego que la esperaba para empalarla. Sentí que quien determinaba la velocidad de caída era yo ya que se colgó de mis brazos.

Cuando la cabeza de la verga tomó contacto con los labios de su vulva un suspiro profundo y un temblor por todo su cuerpo me avisaron que iniciábamos la penetración.

-. Empújame..... Any.... porfa... que tengo.... muchas ganas... daleeee... hazlo fuerte... que me desgarre... la....quiero toda... - me suplicaba Bety entre jadeos.

Retuve a Betina en la primera parte de la penetración hasta sentir que un gigantesco orgasmo la estaba sacudiendo. Allí solté mis brazos y deje que se deslizara hacia abajo hasta que la verga le entró hasta los pelos. Mientras se acababa y se ensartaba sin remedio el grito de triunfo de Betina sonó como un alarido dentro del departamento. Se sacudía como un vaquero en doma y Fatiga, aprovechando que Bety es bastante mas menuda que yo, arqueaba su espalda y su pelvis levantándola en el aire. Un segundo orgasmo la sacudió e hizo que lo gritara como para que se enterara todo el edificio. Después se levantó lentamente y se sentó a un lado de Fati. Mirándome con cariño me tomo de la mano y me acercó para que yo hiciera gozar a mi pareja hasta hacerlo acabar dentro mío.

Lentamente, invadida por una calentura descomunal...  pero tranquila como nunca me había sentido en el sexo, me fui envainando en esa, mi adorada verga.

Cuando sentí que tocaba el fondo de mi vagina me incline hacia adelante y bese dulcemente en la boca a mi semental. Acerque a Betina y con la mirada le pedí que hiciera lo mismo. Mientras, flexioné mis piernas para, muy lentamente, subir y bajar mi vulva por el palo que me tenía ensartada.

No se cuanto tiempo habré estado subiendo y bajando. Uno tras otro, dulces, suaves y placenteros mis orgasmos lubricaban nuestro acople. Betina se sentó en el pecho de Fati poniéndole los labios de su vulva en la boca. Lentamente su espalda desnuda se pego a mis erectos pezones, tirando su cabeza  hacia atrás me ofreció su boca jadeante para que nos fundiéramos en un beso apasionado e interminable.

Manteniendo nuestras bocas unidas, penetrando con desesperación con nuestras lenguas... nuestras caderas aceleraron su frenético vaivén porque sentíamos que nuestros orgasmos se descolgaban sin poder contenerlos. Fati, preso bajo el peso de dos yeguas alzadas, comenzó a volcar su semen dentro mío. Sin separar mi boca de la de Bety comencé a gemir hasta que ella me tomó de la nuca para sacudirnos en un triple orgasmo y terminar rodando, los tres, hacia un costado, totalmente agotados.

Sin saberlo habíamos preparado los pasos preliminares para, solo un mes después, festejar en forma inolvidable mi 19 cumpleaños donde entregue a mi adorada pareja mi segunda virginidad.

Nuestra relación de pareja se vio mejorada por la llegada de Betina. Mucho mas cerebral y menos impulsiva que yo, mi amiga era una experta en ponerme a mi en un estado de lujuria y excitación casi al borde de la locura. Aunque nunca llegamos a tener relaciones intimas de a cuatro la entrada del galleguito del aeropuerto en la vida sentimental (pero no sexual) de mi amiga nos armó una serie de entretenidas salidas y asistencia a partys y recepciones que nos hicieron muy compinches entre los cuatro.

Betina controlaba mucho sus deseos sexuales con Felipe porque después se podía desahogar conmigo o entre los tres si estaba Fati. La muy turra estaba muy enamorada de Felipe pero sabia que tenia entre manos un , si le aflojaba y se regalaba, estaría irremediablemente perdida como las tantas que habían pasado por la vida del español.

A pesar de todo no fueron muchas las veces que estuvimos juntos los tres después de esta vez que les acabo de relatar. Pero habiendo proyectado entre los tres el festejo del día de mi cumpleaños, parecía que se habían puesto de acuerdo los dos en destapar las zonas erógenas de mi cola y sus alrededores.

Sentir la lengua de Fati en mi culo mientras Betina chupaba con desesperación mi abultado clítoris como si fuera una pija dentro de su boca, me producía unas sensaciones nuevas que me hacían acabar como si me estuviera meando.

Tres días antes de mi cumpleaños llego Fati de Cataratas y nos encontró estudiando. Se dio una ducha y se cambió... estaba hermoso !!!. Salió al supermercado a comprar vituallas y de regreso se puso a cocinar (es un capo en las ollas, también).

Preparó unos filetes de carne al marsalla que acompañó con un vino de los que él sabe elegir. Nos bajamos tres botellas, entre los tres. Durante toda la cena programamos hasta los últimos detalles el que se avecinaba.

Betina, con algo de experiencia en el sexo anal con el matrimonio que la inició, me explicaba que en su caso le habían enseñado a sacar su culito hacia afuera, como tirando un beso a la distancia para recibir la entrada inicial y así seguir haciéndolo coordinadamente con el empuje de lo que te esta penetrando (como las víboras cuando tratan de tragar un bocado demasiado grande... me explicaba con una sonrisa).

-. En realidad, me gustaría que ustedes me mostraran como se hace.- propuse, con una sonrisa pícara, impulsada por la calentura que me daba hablar del tema con las copitas demás que tenía en la sangre.

-. Sería importante.- dijo Fati con una sonrisa de lobo al acecho.- pienso que si ves como ocurre todo te darás cuenta que no es tan jodido y de paso sentirás mucho mas morbo... porque en el momento que vos lo hagas no podrás ver lo que pasa allí... pero recordarás nítidamente lo que vistes...

-. Claaaaaro... .- grite yo muerta de risa.- a vos cualquier colectivo te deja bien.... jajajaja... que terrible hijo de puta... jajaja... ¡¡¡ mírale los ojos, Bety!!!... se le esta haciendo agua la boca al viejo libidinoso este... jajajaja... ¡¡¡ Que coooosa, che!!!

-. Yo no puedo opinar .- dijo Bety compartiendo mis carcajadas.- ¡¡¡ Porque sino se notaría que me gusta la idea de hacer una prueba piloto conmigo, jajajajaja....!!!!

Seguimos cargando las tintas sobre lo entusiasmado que se lo veía a Fati en mostrarme como se hacía, con Betina... él repetía que solo para que yo aprendiera y tuviera imágenes reales en mi mente el día de mi cumpleaños, nosotras reíamos como locas.

La cara de Fati había cambiado por completo. Se notaba el mismo cambio de cara de la fiera que esta tomando sol en la pradera y de pronto se pone al acecho de una presa. Esto me ponía excitada como una yegua. Necesitaba que lo hicieran. Quería ver... sentir... escuchar... tocarme...

Fati sirvió unos tragos en el living y con Betina nos tiramos en la alfombra. Después de algunos mimos le saque el enterito que tenia puesto y la remera... nunca me canso de admirar el cuerpo de esta mina !!! Es menos voluptuoso que el mío... pero su piel aceitunada y sedosa la hace apetecible con solo mirarla así, solo con la minúscula tanga, como estaba en ese momento. Además tiene la particularidad de que, con la excitación; no solo se le inflaman los pezones, sino también las aureolas. Parecen dos cilindritos arriba de dos montañitas, para dos tetazas de antología detrás. Mientras ella me terminaba de desnudar a mí, revolcándonos en la alfombra entre apasionados besos, pude ver que Fati sacaba su bermuda, su slip y su camisa. Estaba terriblemente caliente en muy guacho.

Es que, si no me había metido los cuernos con otra (que no creo haberle dejado ganas, jijijiji), me había comentado que hacia mas de un año que no se enculaba una mina... a pesar que le gustaba muchísimo.

Gateando por la alfombra,  las dos nos acercamos a Fati que, sentado en el sillón sacudía con lentitud su verga. Entre las dos... sin pelearnos... nos comimos golosamente esa hermosa tranca por mas de quince minutos.

Deje sola a Betina con la boca rellena de carne (aunque solo podía entrar la mitad) y mordisqueando su nuca ( la puso reloca), su espalda y su cola... me fui acercando a mi objetivo. Separe sus nalgas con mis manos y comencé a chupar su culito con fruición. Me erotizaba tremendamente que cuando metía la punta de mi lengua, su culito se florecía hacia afuera como labios de una boca que intentaba chupar mi lengua.

Betina se puso totalmente loca cuando le metí dos de mis dedos en la vagina. Se sentía el ruido de como chupaba con desesperación la verga de mi pareja. Fatiga había ido resbalando del sillón hacia la alfombra y estaba totalmente acostado de espaldas. Aumente la cantidad de saliva en el culito de Betina y la empecé a empujar suavemente para que avanzara sobre el torso desnudo de Fati.

Al poco tiempo, por debajo de la entrepierna de mi amiga aparecieron los huevos, hinchados y mojados, de mi adorado... me los metí de a uno en la boca dándoles la bienvenida. Después seguí haciéndola correr hacia adelante hasta que apareció la verga, dura y parada lista para el combate.

Yo estaba de rodillas y agachada, entre las piernas de Fati a escasos centímetros del lugar donde se produciría la penetración. Tome con mis manos el falo y, poniendo abundante saliva en el glande inflamado y violáceo, lo puse en la puerta de entrada.

No pude evitar meter los dedos en mi vagina cuando, al sentir el contando con la verga, el culito de Bety se abrió como un pimpollo para recibir al recién llegado. Fati hizo un poco de presión y la mantuvo aunque no logro entrar. A partir de allí mis asombrados ojos veían como las sucesivas contracciones ese apretado culito se estaba tragando lentamente la terrible tranca que mi lengua, que lubricaba de vez en cuando la zona de contacto, me hacia sentir dura como un vidrio.

Cada centímetro que se comía se sentía un quejido gutural  interno que salía del estómago de mi amiga. Se agitaba y temblaba de los orgasmos que le sobrevenían mojando con flujo toda la pelvis de Fati. Un orgasmo de locura me saco por algunos minutos de la atención de lo que ocurría delante de mis narices.

Bety llego hasta un poco mas de la mitad y se detuvo.

-. Joder !!!!... Fati... que... difícil que esta... esto... .- se quejaba la pobre, entre jadeos y temblores que le recorrían todo el cuerpo.

Ciega de lujuria y desesperación por gozar me levante desde atrás y poniéndome adelante, en cuatro patas, con mi sexo sobre la boca de Fati, deje que entre los dos, mientras descansaban, se comieran mi vulva y mi culito hasta hacerme acabar a los gritos de placer.

Mire a Bety pidiéndole con la mirada que me diera lugar porque mi sexo era un volcán y no lo calmaban mis últimos orgasmos.

-. Si... mi amor... ya te lo devuelvo... pero solo.. espera que... lo meto todo... y salgo.- me dijo Betina, loca de lujuria y morbo ya jadeando de nuevo.

Mirándome a los ojos empezó un quejido largo y profundo mientras sus brazos hacia fuerza para tirar su cuerpo hacia atrás y forzar la penetración. Su cara se puso muy colorada y sus ojos parecía que se saldrían de las órbitas... su quejido aumentaba de intensidad a medida que necesitaba mas fuerzas. Volví atrás, a mi puesto de observación, era terriblemente erotizante ver como ese émbolo de carne forzaba la entrada penetrando sin piedad. Mis dedos parecían eléctricos en mi sexo.

En ese momento él la tomo firmemente  con ambas manos por la cintura... haciendo un fuerte movimiento de caderas hacia arriba, se la enterró hasta los pelos.

-. Aaaaaaaaaaaaahhhhhhh.... por favoooor.... me estoy acabando.... con la verga.... sssssss.... de este burro... en mis entrañas...ssssss.- gritaba Betina mientras su cuerpo soportaba un temblor permanente que parecía electrocutada.

Después... muy lentamente comenzó a sacarla hasta que, al retirarse de la perforación, su ano quedó con una dilatación casi del mismo grosor de la masa de carne que se había retirado .

Yo sabia que por mas aguante que tiene a mi amor, le quedaban muy pocos minutos para el orgasmo. Así es que, pasando una  pierna por arriba de su sexo y tomándome de sus rodillas, de espaldas a él, puse la punta del mástil entre los labios empapados de mi vulva y me fui sentando lentamente hasta sentir su  pelambrera en la suave piel de mi cola.

Retuve mi orgasmo para esperarlo y moviéndome muy dulcemente sobre su verga encabritada comencé a sentir los chorros de semen dentro mío. Fue una acabada suave, dulce... casi en cámara lenta. Cansada y agotada me quede sobre él hasta que las contracciones de mi vagina cesaron. Después me tiré en el sillón y me quedé profundamente dormida.

Al día siguiente se desarrollaron acontecimientos que harían más interesante mi cumpleaños. La viuda finalmente aceptó la oferta por la venta de la casa-quinta que queríamos con Fati. También festejaríamos esa hermosa noticia.

Por otra parte, Felipe invito a Betina a viajar con él a España para que la conocieran sus padres.

La muy turra de mi amiga aceptó pero con la condición que la dejara viajar tres o cuatro días a Madrid para visitar a unos tíos por parte de madre que eran profesores de ingles...( que locaaaa.... jajajaja).

-. El amor... es el amor... pero también.... el sexo es el sexo...jajajaja.- nos diría después Betina, en privado, respecto de su segura visita a sus ex amantes.

-. Y el gallego.. ¿ya le vio la pata a la sota?.- pregunto Fati en referencia a la abstinencia forzada en que lo tenia Bety.

-. El otro día me preguntó cual creía yo que sería la forma mas sublime de consolidar nuestra pareja en un acto de amor.. Te digo que en ese momento él estaba hasta las pelotas de la calentura después de bailar franeleando por mas de tres horas... jajajaja.-

-. ¿Y vos que le dijistes?.- pregunte yo intrigadísima.

-. Que me parecía que sería excelente hacerlo por primera vez donde fue concebido él... en la cama de sus padres... en ese castillete que tienen en Valladolid hace no sé cuantas generaciones.

-. ¿Y él que te contestó?.- pregunto Fati entre intrigado y risueño. -. Me preguntó ¿cómo hacerlo?... Yo le dije: Ingéniatelas... no por nada has sido siempre, como tu dices, un señor entre las señoras.... jajajaja.

El día de mi cumpleaños mi calvario comenzó desde la mañana al levantarme. Habíamos dejado todo arreglado para que estuviéramos los tres en casa durante casi todo el día. A la media mañana Betina me despertó porque el desayuno estaba preparado. Me llamó la atención verla desnuda pero me dijo que era una orden del dueño de casa para ser cumplida durante todo el día hasta que llegaran los invitados.

Muy alegre me levante y fui a saludarlo al escritorio donde estaba mandando unos mails de negocios. Para mi sorpresa el dueño de casa... también estaba en pelota picada..!!!! pero con un sombrerito muy mono que yo le regale. Me acerque a besarlo y me sentó en su falda a horcajadas de sus piernas... y allí empezó mi sufrimiento.... ¡¡¡ me lo hubiera comido de un solo bocado en ese mismo momento !!!!. Me beso en la frente, en los labios, en mi cuello... un beso húmedo en cada uno de mis pezones... y pasando sus brazos por mi cintura me apretó contra su cuerpo desnudo.

-. Feliz cumpleaños... mi vida.- me dijo en un susurro para rematar con un beso de película... mientras a mí me comenzaba la locura, de la que ya no saldría en todo el día.

Sentía su sexo tan cerca del mío que tomándome del respaldar alto del sillón de su escritorio intente impedir que se levantara como lo intentaba. Conocedor de mis puntos débiles hizo un poquitín de cosquillas debajo de mis brazos aflojándome y levantándose con una sonrisa a flor de labios. Fuimos hacia el comedor... yo ya me había puesto como una moto... pero los dos malditos se habían complotado para hacerme sufrir de deseos durante todo el día.

Betina había preparado un desayuno tipo hotel de primera... así que estuvimos de sobremesa hasta casi las once de la mañana. Fatiga comentó que después me daría uno de los tres regalos de cumpleaños que me había traído del ultimo viaje a Europa... pero se negó sistemáticamente a decirme que era.

Sonó el timbre y Bety fue a atender. Horrorizada vi que entraba a la sala con un hombre que traía un bolso deportivo en la mano.... ¡¡¡ y estábamos todos en bolasss!!!!. El tipo, un adonis de mas o menos 28 añitos con una figura de atleta olímpico, se acerco a Fatiga con la máxima naturalidad y lo saludo dándole la mano. Fati presento a  Betina a quien le dio un beso y a mi con quien hizo lo mismo. Cuando se acercó a besarme... yo no sabia que taparme primero con las manos... se acercó muy lentamente y  deseándome, con acento extranjero, feliz cumpleaños me beso en las dos mejillas... un suave aroma varonil con algo de perfume invadió mis mucosas... el maldito tenia una mirada demoledora... y no se hacia el tonto con mi desnudez... -. Any.... este muchacho es el mejor masajista italiano de todos los tiempos.- dijo Fatiga, riéndose, a modo de presentación.- Gino te dejara en estado óptimo para que disfrutes de tu cumpleaños esta noche... es un maestro descontracturando y dejándote como nueva.-

Yo estaba de una sola pieza, boquiabierta... mi calentura inicial, del saludo de Fati al levantarme, fue reemplazada por un hormigueo en todo el cuerpo... era una mezcla de muchas cosas... excitación, vergüenza y temor a lo desconocido, entre otras.

Gino abrió su bolso sacando una colchoneta de poco espesor que puso sobre la mesa de la cocina... me hizo acostar boca arriba y me acomodo para los masajes. Pidió para pasar al baño a cambiarse y yo quede en la cocina con Bety que se sentó en una banqueta alta para ver la sesión de masajes. Fati estaba en su escritorio y yo me puse a describirle mi asombro y perplejidad a Bety ( que se reía como loca la muy turra). En ese momento se abre la puerta del baño y aparece el italiano... ¡¡¡ totalmente en bolas !!!. ¡¡¡ Yo no podía con mi asombro !!!.

Debo reconocer que, mas allá de si resultaran buenos o mediocres sus masajes, si la intención de Fati era sorprenderme y motivarme... lo había logrado con creces. Gino no tenia nada demás... pero no le faltaba...nadaaaa!!!!! Un cuerpo perfecto y muy cuidado... unos genitales como para modelo de DaVinci y... cuando se dio vuelta a untarse las manos con aceite en la mesada de la cocina... ¡¡¡ una cola de antología!!!!! Me indicó que me pusiera boca abajo y a partir de ese momento perdí la noción del tiempo y del espacio. No se cuantas veces me dio vuelta y mas vueltas. Yo estaba como dentro de una nube maravillosa. Sentía como entre sueños que él le describía a Bety el tipo de masaje que estaba aplicando y sus resultados. Mis ojos abiertos, o entrecerrados, pero sin ver ... veían pasar su sexo... en semierección ( yo tampoco soy una tabla...¡¡ que joder!!! jajajaja) muy cerca de mi cara. Solo por ser maldita en una de las pasadas pegue un manotazo y me quede con su falo en mi mano... este, reaccionó como un látigo comenzando a envararse... él, riendo con Betina por mi ocurrencia, comenzó a hacer un masaje muy intenso en mi hombro y en ese brazo... mi mano se abrió solita dejando su verga ya parada, totalmente libre.

A pesar de que en ningún momento tocó, ni siquiera ligeramente, mi sexo. Mi estado de entrega era total... mi incendio interior... también era total. En un momento, en que estaba boca abajo, sus resbalosas manos tomaron la parte de atrás de mis rodillas y las empezaron a masajear... sin darme cuenta siquiera como, un suave y lánguido orgasmo se descolgó en mi interior. No pude contener un leve quejido. Sentí claramente como se humedecía mi sexo. Estoy segura que él, desde donde estaba, se dio cuenta.

-. No temas, niña... esto, a veces, suele ocurrir.- me dijo con una voz suave y dulce que yo escuchaba entre nubes.

Después de casi dos horas de masajes me indicó que lo acompañara a la ducha. Con Betina de público (que miraba curiosa como chico en circo) desde el costado de la bañera me enjabonó y enjuagó pulcramente sacando todo el aceite que quedaba en mi piel. Hizo varios cambios bruscos en la temperatura del agua que me sacaron del sopor pero que me electrizaron aún más y después me secó envolviéndome en una salida de baño.

Con Bety salimos del baño... él se quedó vistiéndose. Al poco rato salió del baño... saludo a Fati en el escritorio.. guardó sus cosas,  nos beso a ambas y se fue.

-. ¡¡¡¡ Correlo y sácale el teléfono!!!!.- le grite a Bety riéndome.- me dejo como nueva pero estoy a mil por hora... el muy hijo de puta. Si siguen así... hoy me voy a enloquecer.... por Diooooos !!!! jajajaja.

Bety se fue duchar y yo a buscar guerra con el Fati... quería aunque sea un polvo que me calmara... solo uno para atenuar el volcán de lava que tenía en mi interior y evitar la erupción antes de tiempo. No hubo caso. Es mas... me reto porque estaba con la salida de baño y me la hizo sacar.

Me senté desnuda en la punta de su escritorio y dejando las piernas a ambos lados del esquinero lo mire lascivamente mostrándole los labios abiertos de mi vulva.

-. Papiiiiiiito no puede dejar en este estado a su neniiiiiiiita, nochertooooo?

Engañándome (yo ya pensaba que lo tenia conmigo) se fue acercando con su boca a mi sexo y tomando entre sus labios mi ya famoso (por lo grande) clítoris lo chupo y sacudió con su lengua en forma violenta haciéndome acabar en un santiamén.

Me baje del escritorio y comencé a forcejear con el... ¡¡¡ me lo iba a coger allí mismo!!!... que se joda por enseñarme a ser dominante, pensé. Pero indudablemente mi instructor no me había enseñado todas la mañas. Zafó del aprete y se fue a la cocina a cocinar algo porque dijo que tenía el desayuno en los talones. Yo ni me acordaba de mi estómago... necesitaba otra cosa !!!!

Comimos en la cocina. Yo sentía mucha sed y quise tomar cerveza. Conocedor de mis debilidades Fati preparo rhun con ananá. Ahora estaba recaliente y medio borrachita... ¡¡ A punto...bah...jajajaja!!!.

Después de la sobremesa, como ya era tarde, entre los dos me llevaron a la habitación para vestirme. Me sentaron desnuda en la cama y con un pie cada uno me comenzaron atar una sandalias italianas divinas que Fati me había traído de regalo. Eran espectaculares. Mientras me las ataban me besaban las piernas y me daban pequeños chupetones en  los dedos de los pies. Me enloquecían a propósito!!!

Mientras Betina se ocupaba de arreglar un poco mi pelo y el suyo, Fatiga se fue a ordenar un poco la casa antes que llegaran los invitados. No eran muchos. Diez o doce varones y una seis o siete mujeres, pero los habíamos citado temprano porque no participarían de la segunda parte del festejo.

Cuando terminamos con mi pelo me puse unos aros grandotes y mi adorado collar gargantilla de cuero que imita el colar de un perro. Me pare desnuda con solo las sandalias frente al espejo. Con placer y mucho morbo me sentía una puta desesperada capaz de salir a la calle así para que alguien  calmara con violencia el fuego interior que me consumía.

Fatiga sacó de donde tenía escondido un impresionante vestido largo francés de tela muy tenue y caída acampanada desde mis tetas a las que apenas cubría desde la mitad. Era su segundo regalo.

Todo el vestido estaba sostenido por dos breteles muy finos en la misma tela. De una simpleza asombrosa (sin un solo detalle mas que la tela que caía como los dioses) su color ciruela intenso parecía casi brilloso.

Me dijo que se debía usar sin nada debajo, así que así como estaba... me pinte apenas... y me lo puse. Era un sueño. Además la tela era tan, pero tan liviana, que me sentía como si estuviera totalmente desnuda.

El primero en llegar fue el gallego, Felipe, después otros ejecutivos amigos de Fati, algunos con sus esposas (uno, con cara de viejo picarón, me parece que estaba en trampa).

Cuando habían transcurrido mas de dos horas llame a Betina y fuimos de una escapada hasta mi habitación.

-. Nena... mira si tengo algo visible que llame la atención. Esta tela me roza el cuerpo desnudo y estoy caliente como una yegua. Todos los varones no me sacan los ojos de encima ¿Se me notan mucho los pezones? ¿Tengo la cara muy desencajada de la calentura?.- le pregunte ni bien entramos.

-. Noooo ... Any... no seas tonta. Es que estas en bolas... por eso te miran tanto.

-. ¿Comooooo?.-

-. Mira... mírate en el espejo... ¿cómo te ves?.-

-. Barbara....¿porque?

-. Bueno... seguí mirando... ¿ahora?.- me preguntó mientras prendía el velador de la mesita de luz y apagaba la luz de arriba.

Con horror me di cuenta porque Fati había puesto toda la sala en penumbras y dejado veladores y lámparas prendidas sobre los laterales de la sala. ¡¡¡ Me miraban porque el contraluz me ponía en bolas!!!!

-. ¡¡¡Los voy a matar a ustedes!!! Como me van a hacer una cosa asiiii!!!.-

-. Andaaaaa... no seas boluda... piensa que hay catorce vergas al mango

deseando tenerte... si no disfrutas de eso... es para matarte a vos. Además falta el tercer regalo... mas importante... que te voy a entregar yo... mas adelante, obvio.- me contestó Betina tomándome de la mano y llevándome de nuevo a la sala.

Ahora veía de otra forma las caras que me miraban.... notaba claramente su lujuria y su carácter libidinoso. Esto me causo un efecto muy extraño. El roce de la tela de mi vestido en mis pezones la sentía hasta en mi vagina. Algunos invitados estaban sentados en los sillones otros parados pero la mayoría no me sacaba los ojos de encima. Me sentía tremendamente erotizada y respondiendo a un instinto animal me pare deliberadamente cerca del velador de luz mas fuerte que había en la sala. Desde ese momento y hasta que se fue el ultimo de los invitados, después de casi cuatro horas, mi libido fue aumentando peligrosamente hasta llegar a sentir un deseo irrefrenable de tener sexo o tocarme hasta tener un orgasmo que aliviara mi terrible calentura interior.

Las copas de cocktail para calmar la sed que me consumía y la excitación que mi falta de ropa interior hacia que tuviera la entrepierna empapada casi hasta las rodillas. Sentirme tan mojada y resbalosa al caminar me llevaba a un estado de éxtasis que me shoqueaba totalmente.

A medida que los invitados se iban retirando yo sabia que se acercaba el momento de la perdida de mi segunda virginidad y eso me ponía casi fuera de control de mis reacciones. Era demasiada calentura acumulada a lo largo de todo el día y necesitaba imperiosamente descargar un poco la presión o explotaría como una caldera.

Quedamos solos los tres sentados en los sillones de la sala. Yo estoy sentada con las piernas abiertas y la mayor parte de mi largo vestido cayendo entre ellas tomando la forma de mis piernas. La parte que cae entre ellas hace que la tela toque suavemente mi clítoris que, dado su tamaño, sobresale entre mis labios vaginales.

Tomo la tela desde la altura de mi ombligo y la tiro suavemente hacia arriba sintiendo su roce en mi sexo. Miro a Betina y Fatiga que están sentados en el sillón frente mío tratando que mi cara y mi mirada les haga notar el estado de lujuria que me embarga.

Ambos me miran en silencio, sonrientes de saber que han logrado su objetivo. En este momento me dejaría matar con tal que calmen mi locura de sexo. Mirando lascivamente a Bety me levanto lentamente la pollera hasta que van quedando al descubierto mis bronceadas piernas envueltas en las tiras de mis sandalias que me llegan casi hasta las rodillas. Frotándome ahora el vestido contra mi pubis hago que siga subiendo hasta que queda a la vista mi sexo desnudo y mis piernas mojadas de flujo.

-. Ven, Betina... cómeme por ultima vez... que dentro de tres días te vas a España y no se cuando te voy a volver a tener. Quiero que te desnudes... vos también Fati... siiii.... así... yo también me saco esto... ven... cómeme. Bety se desnuda totalmente y se acerca lentamente gateando por la alfombra. Su mirada esta fija en mi sexo... abro bien las piernas y tomo con mis dedos los labios de mi sexo y los abro... mi clítoris parece una pijita roja y dura que apunta hacia adelante. Ella saca su lengua empapada en saliva y lo humedece.... me siento desfallecer. Le tomo su cabeza metiendo mis dedos dentro de su hermoso pelo negro e intento acercarla tratando que se coma con violencia mi sexo. Se mantiene a distancia para, con la punta de su lengua, sacudir mi pijita con una velocidad vertiginosa. Mis caderas, involuntariamente, se sacuden en un vaivén de búsqueda de penetración. Cuando se da cuenta que estoy al borde  del primer orgasmo interrumpe en seco su frenético movimiento y tirándome suavemente hacia ella me termina de bajar del sillón y nos revolcamos en la alfombra besándonos con pasión. Ella ha quedado de espaldas a la alfombra  y aprovecho para chupar con desesperación sus hermosas tetas. Bajo con mi boca por su cintura en dirección a su sexo. Cuando estoy llegando comienzo a sentir el dulce y embriagador aroma de su sexo caliente. Meto mi boca en su sexo. En ese momento siento algo suave y húmedo en el final de mi espalda desnuda. No tengo duda que es la lengua de mi amado que comienza muy lentamente a bajar por la profundidad que separa mis nalgas. Miles de latigazos eléctricos recorren mi espalda en dirección a la nuca. Chupo con desesperación y siento como tiembla el cuerpo de Betina. Cuando la lengua de mi verdugo llega a su destino la recibo como me han enseñado... la sensación es indescriptible. Chupo con tal ímpetu que Bety arquea su cuerpo me empuja contra su sexo y comienza un orgasmo que siento en mi boca cuando se inunda con sus flujos. Ella queda desarticulada en relax y yo sigo sorbiendo sus jugos mientras siento un hormigueo creciente que surge de mis entrañas y se generaliza en todo mi cuerpo.

Siento como el dedo gordo de Fati entra lentamente en mi culo y el opuesto en mi vagina. Tengo deseos incontenibles de acabar, pero los contengo. Betina se retira de abajo mío y quedo en cuatro patas sobre la alfombra. Fatiga saca sus dedos después de haberlos movido incesantemente en búsqueda de un principio de dilatación. Me preparo para sentir su vergota en mi cola. Sorprendiéndome, mete de un solo envión,  pero muy suave y sin prisa, su verga en mi vagina hasta llegar al tronco.

Es tal mi estado de excitación y esta tan llena de flujo mi vagina que el ruido que hace la penetración me llena de morbo y libera totalmente un orgasmo trabajosamente contenido. Empujo con mi cola hacia atrás, mientras acabo jadeando y gimiendo de placer. Es tal la retención de todo un día de calentura, liberada en este momento, que mi orgasmo parece no tener fin. Cuando todavía me quedan deseos de seguir sacudiéndome Fatiga retira su falo totalmente untado de mis flujos y lo pone en la puerta de mi virginal culito.

-. Es todo tuyo, mi vida. Yo solo sostendré sin empujar. Comételo con tranquilidad y con gusto.- me susurra en la nuca y comienza a mordisquear mi cuello con delicadeza.

Hago fuerza para florecer mi cola hacia afuera y en mi mente se forma la imagen que vi, de la misma verga que intento tragarme, en el culito de Betina. El morbo me domina. Empujo hacia atrás y siento que el glande trata de abrir mas de lo que el dedo preparó. Me siento ansiosa... quiero sentirme penetrada... quiero ser salvajemente culiada.

-. Dame... dame todo.... que necesito... sentirme empalada... y acabar... como una yegua... estoy ... demasiado caliente... papito... empuja por favor....

Fati se limita a moverse en un vaivén que hace que solo la punta de su cabezota entre y salga de mi culito. Siento en todo el borde de la penetración el ardor suave de la piel en su máximo estiramiento. Comienzo de nuevo el ejercicio de hacer florecer mi culo y tratar de tragar como las víboras. La imagen de la enculada de Betina, en mi mente, me erotiza totalmente... es como si ahora estuviera viendo mi propia penetración Levanto la vista y en nubes veo que Betina sale de su habitación. En la penumbra de la sala me parece que Bety tiene un pene erecto. Pienso que mi lujuria me esta haciendo alucinar. Cuando se acerca me doy cuenta que efectivamente un delicado arnes le ha dado a mi amiga un hermoso falo de látex color piel.

-. Aquí te traigo el tercer regalo.- me dice mientras se sienta en el suelo frente a mi cara y me lo pone en la boca.

Esta tibio, untado de flujo y con el gusto de la vagina de Bety... estoy segura que lo uso antes de ponerse el arnés.

Mi dilatación va creciendo...  siento un poco de dolor... es un dolor  que se acentúa... empujo otro poco... ahora el dolor es intenso... mis quejidos son tapados por la verga de látex que tengo en la boca. Mi mente reproduce la piel estirándose al máximo para que siga avanzando esa barra de carne. De pronto... Fati saca la punta de mi cola y poniéndola en los labios de mi vulva pega un violento empujón y me la mete hasta los pelos. Me enloquezco de placer... le pido que la ponga de nuevo en mi cola.

Cuando siento de nuevo la mitad del glande adentro pego, de golpe, un empujón hacia atrás y un dolor desgarrador me deja inmóvil. Tardo unos segundos en recuperarme del dolor y de mil luces de colores que inundaron mi cerebro fugazmente. Siento que la cabeza esta toda adentro. No se si palpitan mis músculos del ano o la verga que acaba de llevarse  mi última virginidad... pero siento como algo pulsa dentro mío.

Fatiga saca nuevamente su falo de dentro mío y siento un alivio momentáneo.... rápidamente mete su verga entera en mi vagina y luego la saca para meter  nuevamente la cabeza en el culo sin mi ayuda. El dolor que siento ya no es el mismo... me duele... pero quiero mas.

El me toma de las tetas, desde atrás, y lentamente endereza mi cuerpo dejándome  parada sobre mis rodillas y con mi espalda pegada a su cuerpo. Ahora tomando con fuerza mis pezones comienza a empujar su verga hacia arriba... siento como resbala muy lentamente entrando en mis entrañas. Bety se corre por el suelo hacia mi y con su verga postiza comienza a frotar los labios de mi vulva y mi clítoris. Tiro la cabeza hacia atrás y me fundo en un beso salvaje con mi verdugo que me sigue penetrando lentamente. Un orgasmo comienza brotar cuando siento que Bety ha empezado a meter su verga postiza en mi vulva.

-. Siiiii.... por fav.... sssss.... si.... empújame.... este... orgasmo.... para adentrooooo... Bety... por favooooorrr.... ssssss... siento que... ssss....  en mi culo... sigue entrandoooo.... me quiero morir.... que divino...por Diossss.

Me tiro sobre Bety obligándola a que se acueste de espaldas. Su verga de látex se mete en mi vagina hasta el tronco. Fatiga se puede afirmar mejor y de un último empujón consuma la penetración. Lo mío no es un grito de dolor... es un sonido gutural que sale desde mis entrañas como empujado por ese garrote que se entierra violentamente abriéndose paso sin misericordia. Los dos se quedan muy quietos... yo me siento sacudida en un temblor incontrolable. Las lágrimas brotan de mis ojos a pesar de no estar dolorida ni angustiada y de sentir un placer infinito, casi al borde de un orgasmo que a duras penas logro contener.

Fatiga, desde atrás, se toma con ambas manos de mis endurecidas tetas y comienza a entrar y salir con movimientos muy cortitos y suaves. La sensación que siento es totalmente distinta. Siento que estoy poseída... me siento absolutamente sojuzgada porque el placer que siento es tan grande que creo que seria capaz de dejar que me hagan cualquier cosa.

Como los dos somos demasiado peso para Betina que esta presa debajo contra la alfombra, Fati se va tirando hacia atrás hasta apoyar su espalda en el suelo. Quedo completamente enterrada en su falo cuando al quedar sentada sobre él abro mis nalgas con las manos. Bety entrelaza sus piernas con la mías para que su falo de látex me vuelva a penetrar. Apoyo mis brazos en la alfombra  equilibrando mi peso. Mis caderas involuntariamente inician un vaivén suave y cadencioso.

Al ir hacia atrás siento la carne hirviendo del falo que me penetra frotando de locura mi culito. Al volver mis caderas hacia adelante desenvaino esa hermosa verga y me ensarto en el arnés de Bety que esta totalmente sacada. En un momento dado,  la locura de Bety y la firmeza de su falo postizo me llaman  la atención. Casi ciega de la lujuria y la calentura miro hacia abajo y me doy cuenta que ella tiene dentro de su vagina otra parte igual que la que me esta entrado y saliendo a mí.

El sentir que estoy empalada en una culiada salvaje y además estoy penetrando  a mi amiga me pone totalmente loca y comienzo a sacudirme como una posesa.

Un orgasmo gigantesco se descuelga dentro mío... las sacudidas de Fati que esta acabando hacen que con mi vaivén las dos vergas me recorran en toda su longitud produciéndome un placer descomunal.

Gritando como posesos los tres y volcando nuestros orgasmos durante un tiempo que siento fantásticamente largo, completamos el inolvidable festejo de mis diecinueve años.

(9,88)