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Queridos Reyes Magos

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Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar:

Cómo vuestras majestades de Oriente deben saber este año he sido un niño muy, muy  bueno (Si no se lo creen, se lo pueden preguntar a mi primo Franciscito verán como no les digo ninguna mentirijilla).

Este año no voy a hacer la lista interminable de juguetes que hago siempre, así que ni os pediré el Ibertren, ni el Scalextric, ni el Cinexin… Ni siquiera os voy a dar la lata con  esa bicicleta que nunca me traéis.  Este año solamente  quiero que hagáis  algo por  tres niños de mi clase: La María, la Aurora y el Robert.

La María está últimamente muy triste pues su mamá está muy enfermita. Creo que tiene la enfermedad esa del   cáncer. Ya ni sale a jugar al recreo ni nada. Fíjense señores Reyes, que de sacar todo progresa adecuadamente  ha pasado  a sacar algunos necesita mejorar. No sé si los Reyes de Oriente se dedican a esas cosas o no, pero dado que son magos y tal, ¿podrían curar a la madre de María? Es una niña muy simpática y no me gustaría que se quedara huérfana.

A la Aurora lo uniquito  que le pasa es que se ha quedado sin casa, por lo visto no podían pagar la hipoteca y se ha tenido que ir a vivir con sus tíos. Son tantos  comiendo en la casa de este, que algunos días la pobre no trae ni bocadillo para el recreo… ¡Menos mal que yo con medio me apaño! Pues si le pudierais traer una casa me haríais muy feliz (Lo mismo podéis hablar con los señores banqueros que se la han quitado y como ellos la tienen vacía, les da igual devolvérsela).

Lo del Robert es más fácil. Su papá lleva muchos meses en paro y ahora viven gracias a la ayuda  de la pensión de la abuela. El papá de mi amiguito dice que si sigue sin salirle un trabajo aquí, no van a tener más remedio que irse al extranjero y eso a mí no me gustaría, pues  el Robert es de mis compis favoritos. Ustedes que son tan ricos y tienen tanto petróleo seguro que le pueden buscar un empleo en España, porque con lo famoso que son seguro que conocen a alguna persona que necesitan de alguien que trabaje para ellos.

¡Ah y por último!, no sé si ustedes podrán hacer estas cosas o no,  pero si pudieras traerle una novia a mi hermano Juan sería requeteguay pues seguro que  así se entretenía y me dejaba tranquilo de una vez ¡Qué niño más pesado!

Por cierto, si cumplís mis deseos ya podré demostrarle a mi hermano que es mentira eso que dice de que los Reyes Magos son los padres. Aunque yo sé que  eso no puede ser de ninguna manera, porque  los padres son dos y los Reyes son tres. ¡Qué tontorrón está hecho el  Juanito este!

Esperando que hagan mis sueños realidad se despide afectuosamente

 

Pepito Jiménez.

 

¡Ah, se me olvidaba! El señor Machirulo me ha pedido que escriba esto:

“Feliz Navidad a todos mis lectores, no comed demasiados turrones ni mantecados y los polvo-rones dejadlo para Noche Vieja, que del mismo modo que se empieza el año se continua”

 (No tengo ni idea de lo que significa, pero yo pongo lo que me él me dice  y se acabó…)

¡Qué Dios nos bendiga a todos!

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