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Mi primo Roberto

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Quiero que sepan que en realidad yo deseaba que esto ocurriera desde hace mucho tiempo. Mi primo es alguien realmente espectacular, bueno, al menos para mi, fue uno de mis primeros y mayores objetos de deseo, el y yo teníamos una relación un poco distante ya que me llevaba bastante tiempo, yo tenia solo 18 años y el tenia 23, en realidad creo que debería de resaltar un poco su físico, el es alto de piel blanca y cabello oscuro, a mi parecer el tipo de hombre ideal, no tiene los brazos a estallar de músculos, pero si tiene un buen cuerpo, su cabello es simplemente genial, ondulado y suave aunque siempre lo traía corto a manera de corte militar, en mi familia la disciplina es parte importante de la vida de los varones y mi primo era el epitome de todas esas cosas. Por eso dije que fue uno de mis primeros deseos, babeaba cada vez que regresaba a casa de los abuelos con su uniforme de cadete, se veía realmente muy bien, aunque siempre creí que mi deseo no pasaría de una simple fantasía. La historia comienza así:

Era la noche del cumpleaños de mi hermano menor, las tías platicaban y bebían margaritas y los varones también platicábamos solo que acompañados de tequila que mi tía había traído. Mi hermano estaba con sus amigos; de repente llaman a mi primo por mi tía, esta le dice que había olvidado algo en su casa y que si podía ir a buscarlo (mi tía vive relativamente cerca), regresa mi primo a la mesa le pide las llaves a mi tío y mi padre sugiere que lo acompañe ya que mi primo había bebido varios caballitos de tequila, naturalmente yo acepté y nos fuimos. En el camino, le pregunté por su novia con tal de hacer platica, el me dijo que habían terminado hace como un mes (no nos vemos tan seguido) y así seguimos hablando de las novias, me hizo preguntas algo incomodas sobre mi vida personal, como ¿ya le has hecho el amor a tu novia? Obviamente si ya que soy algo libidinoso, sobre todo después de una buena tocada y varios vasos de ron, en fin le conté de mi primera vez y de todas las cosas que hacíamos.

El se sorprendió, lo estaba calentando bastante, de pronto me hizo una pregunta muy extraña: ¿has estado alguna vez con otro hombre?; Yo le dije que cuando me iba a la playa con mis amigos y veíamos porno, todos nos empezábamos a masturbar, pero que nunca había hecho nada con otro (era cierto); entonces fue el quien empezó a narrar las cosas que hacia con su novia y me dijo que el quería tener sexo anal algún día, pero su novia no consentía eso. Mi verga estaba muy parada y el lo noto, se rió y me comentó: ¿te gustaron mis historias?, las tuyas estuvieron mejores. Llegamos a su casa y bajamos del carro, entramos y ahí estaba en la mesa el regalo de cumpleaños de mi hermanito, eso era lo que habíamos venido a buscar, pero el me dijo: ven, te quiero mostrar algo. Entré a su cuarto, saco su cámara y me mostró un video de el con su novia, no se veía muy claro, pero se notaba que mi primo era muy bueno en la cama. En ese momento decidí arriesgar todo, le pregunte: ¿Qué tanto quieres tener sexo anal? El me dijo: me muero por eso, además hace más de un mes que no hago nada, ni siquiera me he pajeado. No le creí lo ultimo pero la manera en que me lo decía con esa sonrisa pícara y esa mirada algo lujuriosa hicieron que ya no me importase nada, me le acerque y le empecé a sobar el bulto, por encima del pantalón, el gimió de placer, me abrazó y se fue directo a mis nalgas, me las acariciaba con fuerza.

Como me encanta que estén esponjadas y redonditas – me dijo mientras me dedicaba una de sus mejores sonrisas. Me pegué a su pecho y también pude palpar las suyas, mi primo las tenia firmes y paraditas como las de un deportista. Se bajó los pantalones y los boxers y se sentó en la cama, yo me hinqué, le agarre aquella verga con la que había soñado tanto tiempo, era muy bonita y algo grande, me acerque a ella, percibí su olor y lentamente empecé a pasarle la lengua, disfrutando las formas y sabores de aquella cabeza que ya empezaba a ponerse jugosa, sabia tan bien, mejor de lo que me había imaginado, estaba caliente y dura, como un pedazo de piedra, antes de proseguir bajé con mi lengua hasta su huevos, eran enormes e igual estaban duros, se los ensalivé y trate de metérmelos a mi boca, tras varios intentos y un quejido de mi primo, desistí de metérmelos a la boca, levante mi rostro, el ya se había quitado la camisa y solo le quedaba su camiseta sport la cual había alzado un poco para cuando se corriera, besé su ombligo y seguí la línea de vellos que bajaba de nuevo hasta su sexo, esta vez me lo metí todo a la boca, trataba de hacerlo como había visto en tantos videos, friccionaba con mis labios, le daba lengüetazos, lo masturbaba y de vez en cuando me dirigía de nuevo a sus testículos de toro, cada vez que creía que se podía venir por sus gemidos y sus movimientos, dejaba de chupársela o jalársela para dirigirme a su estomago escalonado o a sus huevos, hasta que finalmente en una decidí seguírsela jalando mientras observaba la cabeza de su miembro, no pasaron ni 5 segundos cuando el se vino, mi primo largó varios chorros de semen que llegaron hasta mi cara, manchando varias partes de esta, me lo limpie con las manos y lo comí, me gusto tanto el sabor de aquel liquido blanquecino que decidí limpiar con mi lengua todo el miembro de mi primo que aun estaba mojado por el semen, mi primo expulso realmente una gran cantidad de esperma, claro era comprensible por el tamaño de sus testículos, como ya he dicho, ¡¡eran enormes!!, vimos la hora y supimos que por hoy deberíamos parar, mi primo se vistió, me apretó las nalgas y dirigiéndose a ellas dijo: me faltaron ustedes.

El solo oírlo decir eso me volvió a ocasionar una fuerte erección. Subimos al carro y nos dirigimos a mi casa, en el camino me dijo que había sido la mejor mamada que le habían hecho y que quería repetirla algún día e incluso llegar a mas, yo me pase buena parte del camino mostrando mi fascinación por el, le dije todo lo que tenia que decirle, le conté mis fantasías, lo bien que se veía con el uniforme militar y lo asombroso que era su miembro, siempre supe que tenia un buen paquete por el bulto que se le formaba, pero no creí que fuera tan bueno en sus proporciones, ese pene era hermoso y que decir de esos huevos, eso huevotes de caballo que tenia, mi primo era todo un hombre, ¡¡un machazo!!, le pregunte cuanto le media a lo que el respondió sonriente: 20 centímetros, ya que nos acercábamos le pregunté cuando podríamos vernos a lo que el solo respondió: yo solo estaré aquí unas semanas mas, hasta que termine el verano, estate pendiente yo te aviso cuando.

La fiesta siguió y termino tarde, yo me fui a dormir pensando en le vehemencia que podrían adquirir mis sueños después de semejante jornada, mi primera vez, ¡¡¡la primera verga que chupe fue la de mi primo!!! Me pajeé y dormí esperando sueños mas eróticos y vividos de los que solía tener.

Yo tomaba cursos intensivos de inglés, así que tenia que ir a clases en el verano, eran como clases normales solo que mas aburridas por ser en verano, habían ya pasado como 4 días de lo sucedido, era jueves, yo seguía inexplicablemente feliz, al salir de la escuela escuche el sonido de un claxon y voltee automáticamente, no podía creerlo, mi primo me esperaba en su carro, me hizo señales de que me subiera, creo que hasta volé con tal de estar con él en el carro, subí y me dijo: ¿tienes planes para hoy? Yo le dije que no y que aunque tuviera no habría problema si el quería hacer algo. Me llevó a su casa, no había nadie, sus padres habían partido rumbo a la capital para atender algunos asuntos, se habían llevado a su hermana y ¡¡¡no volverían hasta dentro de 2 días!!! Bien le dije, la suerte no podría ser mejor conmigo, mis padres partirían al mismo destino para inscribirme al mismo colegio militar, así es, estudiaría en la misma escuela que mi primo (la educación militar es tradición paterna), claro yo recién empezaría el bachillerato, mi primo terminaba sus estudios el próximo año, pero al menos estaríamos un año juntos. Bueno, volviendo al tema. Estábamos solos en su casa, me dijo que lo hiciéramos donde sea, no importaba, yo le dije que él guiara.

Así que me llevó a un sillón de esos con respaldo enorme, me puso hincado de tal manera que mi estomago quedara pegado al respaldo y mis nalgas a su total disposición, claro mi primo se detuvo un momento antes de empezar, para cerrar las cortinas de los ventanales de la sala, nadie debía vernos aunque ya de por si era difícil. Luego se detuvo, un rato mas a contemplarme, yo le veía a través de un espejo bastante grande, (el había puesto el sofá en aquella peculiar posición, yo podría ver todo lo que el me hiciera) desde el espejo observé como se detuvo y miro fijamente mi trasero, se toco la entrepierna sobre el pantalón que ahora parecía estar luchando con algún monstruo que trataba de emerger, me miró un poco mas y se apretó el miembro bastante fuerte, yo estaba súper excitado con eso, luego se dirigió hacia mi, se agachó en el piso alfombrado y su cara quedo a la altura perfecta, con sus manos empezó a agarrarme las nalgas sobre el pantalón, jugo con ellas por un rato, las besaba y mordía, me agarraba mucho en la parte del ano, yo veía desde el espejo todas sus expresiones, tenia una cara de placer que no podía con ella, sonreía lujuriosamente y se dedicaba a masajear mi culo, el placer de verlo actuar se mezclaba con las sensaciones de sus grandes y fuertes manos toqueteándome todo el culo o la exquisita sensación de sus dientes dándome suaves mordidas o la de su nariz clavándose en mis nalgas, de repente dejó de hacerlo, se puso de pie y se desabrocho el pantalón, se lo quitó y lo iba a tirar por ahí pero se lo pedí para que pudiera olerlo y sentir el calor que su miembro había dejado, me lo dio y yo lo froté instintivamente contra mi nariz, sobre todo la parte de la cola, olía bien, se sentía calentito aun, luego me tiro su camisa, esta olía a su perfume, inmediatamente voltee a verlo y estaba únicamente con un bóxer de tela suave y a cuadros, me miraba con mas lujuria que antes, su sola sonrisa hubiera bastado para que cualquier persona cayera rendida, su bóxer aun retenía a su pene.

El vino, se acercó y se subió también al sofá, pegó su sexo a mi pantalón y paso sus manos por mi estomago acariciándolo un momentito antes de desabrocharme el pantalón, luego lo bajo dejándolo caer hasta mis rodillas, me apretó el pene y me susurro jocosamente al oído: lo heredaste tu también, buen tamaño primito. Bajó su cabeza y me besaba el cuello, lo mordía suavemente mientras sus manos se movían de mi miembro hasta mi pecho acariciando todo lo que estuviera a su paso, yo solo me erizaba por tanto placer, ya llegado a mi pecho, me quitó la camisa la arrojó y me aprisionó contra el respaldo del sofá sentí todo el calor de su pecho sobre mi espalda y no pude evitar gemir de placer, a lo que el respondió: y falta mucho mas. Terminado de decir esto, empezó a mover sus caderas como si estuviéramos cogiendo, yo estaba acorralado por su cuerpo y ahora sentía como su miembro se movía sobre mi raja únicamente separado de esta por la tela de los boxers, era una sensación mágica, sentía las fricciones y los movimientos maestros de mi primo, el roce era simplemente fantástico; mientras el movía sus caderas, su boca la ocupa en morder y besar mi cuello, yo seguía gimiendo, eso le encantaba, de pronto sentí que había pegado demasiado su miembro contra mis nalgas, entonces me dice: ¿vas a querer hacer mas? Yo le dije que si. El sonrió y me llevó a su cuarto – casi me corro en el calentamiento –me dijo. ¿Calentamiento? –pregunté mientras le devolvía la sonrisa. Si –me dijo. –calentamiento, ahora viene lo bueno, eso fue ni la mitad de lo que haremos ahora.

Yo sonreí de la emoción y le agarre de las nalgas, el me dijo: se paciente a ti aun no te toca. Cuando llegamos a la puerta de su cuarto me dijo: demuéstrame que merece la pena seguir. Yo no me imagine que me dijera eso. Aunque debo reconocer que me encantaba que me tratara de esa forma, me gustaba que mi primo me dominara. Te lo demostrare – le dije. Entonces me acerque a el y le chupe las tetillas mientras le acariciaba la espalda hasta llegar al nacimiento de sus nalgas, fui bajando a lengüetazos hasta llegar a su bóxer, ahí me dediqué a darle mordiscos a esa verga, su bóxer me impedía chupársela, pero quería dejar eso para después, se la mordí, la olí y la bese frenéticamente, el gemía como loco y me decía: así, sigue, sigue. Mientras hacia esto le jugueteaba todo su culo con mis manos, Luego baje estas para disfrutar de sus muslos, mi lengua también bajo y se dedico a besar y lamer toda la musculatura de sus piernas, desde sus muslos hasta sus gemelos, todo duro, mi primo siempre estaba en optima condición y además estaba la sensación de sus vellos, estos eran una fascinación para mi lengua. Luego de un rato me levante y le dije: ¿Basta con esto? El me dijo: has demostrado que mereces todo. Entramos a su cuarto, se quito los boxers y se acostó boca arriba en la cama apoyándose en sus codos, me miro desafiantemente y me dijo: hazme lo que tú quieras…

Me quite mi bóxer y se lo arrojé en el rostro, mostrándole mi pija por vez primera, el tomo el bóxer, lo olió y limpio un poco del liquido preseminal con su lengua. Me hinque entre sus piernas abiertas, las acaricie con mis manos, me encantaba sentir sus vellos, también jugué con el pelambre que coronaba a su pene, le volví a dar una buena mamada, solo que esta vez, no le permití terminar, me puse encima suyo, acomode su pene en mi raja, se sentía caliente y baboso, mi raya quedo toda lubricada con los líquidos de mi primo, entonces me empecé a mover como si follaramos, de la misma manera en la que había visto a su novia hacerlo en una parte del video; claro, ellos cogían yo solo estaba calentando a mi primo, quería que el se exasperara y me follara con todas las fuerzas que tenia. Mientras yo hacia esto, el solo me veía, me acariciaba mi cabello hasta que tomo mi cabeza por la nuca y me besó, sentía sus labios presionándose a los míos, su lengua cruzando Hacia mi boca y jugando con la mía, yo me estremecía por el beso, todos mis vellos (o sea los pocos que tenia) se erizaron, mi verga creció mas de lo que había visto antes, el beso se prolongo varios minutos que parecieron horas, mi primo y yo empezábamos ya a fusionarnos, cuando termino el beso, yo volví a mover mi cola, pero el me dijo que quería cogerme, así que le entregue mis nalgas poniéndome en posición de perrito, el se agacho y me empezó a mamar el culo, se sentía genial, pronto empezó a meterme un dedo y a girarlo en círculos, supe que me estaba dilatando así que lo detuve, le dije: no, quiero que seas directo. El se quedo extrañado y me dijo: te va a doler bastante, eres virgen, mi verga es grande y no creo que siquiera puedas imaginarte el dolor que podrías sentir. Ya que termino de decir esto, me levante dirigiéndome hacia el, lo abrase y le dije: te amo y no importa cuanto pueda doler. El entendió y me volvió a poner en cuatro patas, se acerco, con una mano empezó a masturbarme mientras que con la otra dirigía su pija hacia mi culo, yo quería que se ocupara en su totalidad de mi culo así que le quite la mano y le dije: no creo perder la erección, a menos de que cojas como un pendejito. El se rió y me dijo: vas a ver las estrellas primito ¡¡¡hasta las tocaras!!!

Entonces ocupó su otra mano en mis caderas, me metió la cabeza muy lentamente, eso dolió pero me aguante los gritos, ya que metió toda la cabeza hizo una pausa y me clavo el resto de su verga de un solo golpe, eso si fue brutal, me dolió demasiado y no pude resistirme a gritar y a arquear sobrehumanamente la espalda, el se mantuvo sobre mi, sin moverse, masturbándome un poco hasta que yo sintiera que el dolor se había ido, tras un breve rato, le dije que era todo suyo. Entonces el empezó a moverse, primero lento, luego mas rápido yo solo sentía como entraba y salía esa enorme verga de mi desflorado culo, volteaba a ver y el tenia los ojos cerrados, la frente en alto y una expresión que resumía todo el placer de la relación, en ese momento mi primo y yo éramos uno.

Su verga seguía desplazándose, en ocasiones la sacaba toda y la volvía a meter, hasta que me la sacó, me volteo bruscamente puso mis pies en sus hombros y me volvió a penetrar, esta ves lo sentí mas fuerte, ardía en placer mientras su verga traspasaba una y otra vez mi culo, me encantaba eso, también me encantaba ver su cara de satisfacción y escuchar sus gemidos, de pronto se acelero demasiado, parecía inhumano por la velocidad, gemía mas fuerte, casi gritaba, en cuestión de un instante y sin pedir permiso, se vino dentro de mi, aun se movía, pero mas lentamente, respiraba agitado como si hubiera corrido una maratón, sudaba y lucia muy cansado, claro que después de 15 minutos de movimientos frenéticos y apasionados taladrándole el culo a uno ¿quien no se cansaría?. Yo igual estaba agotado por las exigencias de mantener a mi primo contento con semejante follada, no podía creer todo lo que había vivido ese día. ya que le verga de mi primo regresó a su tamaño, se recostó en la cama, yo me acosté a su lado el me abrazo y yo apoye mi cabeza contra su pecho húmedo, los dos estábamos sudados y olíamos a hombre, creo que me dijo algo lindo pero no recuerdo haberle prestado atención, me dormí en su pecho, desnudo a su lado, el se durmió también, cuando desperté ya era casi de noche, desperté a mi primo que estaba roncando un poco, me duche rápidamente mientras el dormía un rato mas y le pedí el favor de que me alcanzara a mi casa, el me dijo que si, nada mas dejara que se vistiera rápidamente. Mi culo me ardía y tenía rastros de sangre. Caminaba como un vaquero de esos de las caricaturas. Revisé mi celular y tenía unas 10 llamadas de mis padres y varios mensajes de mi novia, creo que ese día íbamos a ir al cine con sus amigas. Estaba en problemas pero no me importaba.

En el camino no hablamos mucho, solo acordamos vernos mañana a la misma hora y que me quedaría a dormir con el (mis padres no estarían), cuando bajé del carro a unas cuadras de mi casa, le dije. Tenemos toda la noche para pensar en las cosas que haremos mañana. El sonrió y me dijo: está bien si es que mañana puedes caminar. Me reí y baje del carro intentando caminar normalmente. Mi primo tenia una cara de alegría y perversión que me hacía babear al imaginar las cosas que el me haría al día siguiente. Llegué a mi casa, me regañaron, subí a mi cuarto y me puse a jugar con mi ano, me dolía y si se sentía un poco mas grande o mas bien, mas abierto que antes, lo que ocurrió al día siguiente fue el epitome de todas nuestras perversidades y una muestra de que nuestra imaginación es enorme, cogimos en todas partes, en todas posiciones, probamos todo, nos rendimos al erotismo, al desenfreno; realmente hicimos el amor, mi primo es una persona fantástica, no importa que sea mayor o que sea mi primo, desde ese día el paso a ser el centro de todo mi mundo.

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