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Mi papà y Yo

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Mi nombre es Marcelo y tengo 18, tengo una contextura física aceptable, mido 1.70 y peso 67 kilos, estoy en el último año del secundario, y a pesar de haber tenido algún que otro romance con chicas de mi edad, mi mayor preferencia son mis amigos y compañeros del colegio.

En varias oportunidades, un amigo mio, Carlos, vino a mi casa a estudiar, esas oportunidades las aproveché con el para iniciar algún juego amoroso, ya que el también se siente inclinado a los chicos de su edad, solamente fueron alguno besos en la boca, acariciarnos nuestros sexo, alguna que otra chupada, cosa que me encanta, ya que la verga de Carlos es de un tamaño bastante considerable, pero todo esto no pasó de ahí, solamente esperabamos la oportunidad de estar completamente solos para poder hacer el amor libremente.

Cierto día, mi madre había salido a hacer unas compras cuando mi padre que estaba en su taller del fondo de mi casa me llamó para que lo ayudase a sostener unas maderas con las cuales estaba construyendo una nueva casilla para nuestro perro.

En medio de la tarea me abrazó y pasando sus manos por mi espalda me dijo:

Marcelo, he visto como te comportas con tu amigo, veo tus inclinaciones por los varones, es más en una oprtunidad los ví como se besaban y me apena que quieras hacer al amor con él… yo quisiera ser el primero.

Diciendo esto fue bajando sus manos por mi espalda, e introduciéndola entre mis pantalones comenzó a apretar con ellas mis nalgas, no sabía que hacer, en un primer momento me dio repulsión que mi padre me hiciese eso, pero a decir verdad no me disgustaba del todo, por lo cual lo dejé hacer.

Mientras acariciaba mis nalgas, comenzó a besrme muy suvemente en el cuello, y así fue subiendo por mis mejillas hasta llegar a mi boca, con lo cual me dio un beso de lengua extraordinaro, su lengua llegó hasta mi garganta, recorrió toda mi boca, fue algo interminable, con el beso sus manos siguieron acariciando mis nalgas, me las pellizcaba y apretaba cada vez con mas fuerza, apretándome contra el hacía que sintiera contra mi cuerpo su verga que estaba tan dura como la madera en que estaba trabajando.

La sentía toda contra mi, la sentía enorme, cosa que una vez había visto por la cerradura del baño mientras el se bañaba, sabía que era grande, pero no imaginaba que lo fuese tanto.

Así continuó un rato, mientras que iba acariciándome iba lentamente bajando mis pantalones y el slip que llevaba puesto, sus manos comenzaron a acriciar mi ano, el dedo medio comenzó a introducirce dentro de mi ojete, al principo sentí algo de dolor, pero el placer que esto me producía lo superaba todo.

En este punto yo me sentía re caliente, por lo que comenzé a acariciar su verga por encima de sus pantalones, con lo cual mi padre se detuvo unos instantes y comenzó a bajarse sus pantalones, con esto yo hice lo mismo, así ambos quedamos en bolas, no podía creer el tamaño de su verga, calculo que medía unas 25 cms, y su grosor era enorme, con una mano sola no podía agarrarla toda, me arrodille y comenzó a chupársela, como la tenía re dura no entraba en mi boca, solamente su cabeza la llenaba toda, aún así conseguí metérmela hasta la mitad, llegaba hasta el fondo de mi garganta, era algo hermoso, que chupada divina, la sacaba de mi boca y la recorría en todo su largo con mi lengua, mi padre gemía y se retorcia con semejante chupada.

Haciendo esto, yo también estaba recalinte, comenzé a pajearme, mi verga estaba al palo, en ese momento mi padre que ya no daba mas de la calentura que le producía mi chupada, me hizo levantar y me apoyó sobre banco de carpintero, mi cola quedó a su disposición, le pedí que tuviese cuidado conmigo, que nunca me habían penetrado, entonces tomó un pote de grasa que el usaba en el taller y comenzó a untarme el ojete con ella, introduciendo, primero uno y después dos dedos en mi culo, sentía algo de dolor pero el placer era mas grande y mas intenso.

Acto seguido comenzó a ponerse el también algo de grasa en su verga e intentó poner la cabeza dentro de mi culo, primero traté de apretar mi ojete, pero esto me producía mas dolor que placer, entonces me dijo:

Relajate, no apretes el culo, sino te va a doler mas.

Haciéndole caso me relajé, y dándome un pequeño empujón consiguió que entrara su cabeza, llenó todo mi culo, el ardor era insoportable, pero tenía que aguantar, deseba que su poronga estuviese toda dentro de mi, así comenzo a tratar de meterla y sacarla, era algo hermoso, con este vaivén su poronga fué entrando mas de lo que salía, esto aumentaba mi placer, también el dolor, pero trataba de gozar mas de lo que sufría, estando así traté de hacer fuerza haciá tras en el mismo momento en que el trataba de enterrarla más, entró toda, sus huevos chocaron con mis nalgas, el dolor fue espantoso, me pareció que mi ano se había roto en mil pedazos, el se dio cuenta de ello, por lo cual comenzó a acariciarle las nalgas, y besarme en la nuca, me sentí mas relajado, el ardor de mi culo comenzó a calmarse.

De esta manera comenzó un mete y saca cada vez mas acelerado, por momento la sacaba casi toda afuera y en un instante sus huevos chocaban contra mí, así siguió hasta que en un momento no aguantó más y acabó, con toda su verga dentro mio, sentí que su semen me llenaba todo, sentía que nunca terminaba del todo, siempre hechaba un poco mas dentro de mi, sentí todo su calor dentro de mi culo, cuando terminó de ababar la dejó dentro mio, no la quería sacar, yo tampoco quería que me la sacara, entonces, abrazándome con sus manos comenzó a pajearme, no tardé mucho en acabar, estaba super caliente, su pija dentro mio me produciá el mayor extasis que había experimentado en mi vida.

Cuando ya no daba más me la fue sacando lentamente, me dí vuelta, me agaché y comenzé a lamérsela toda, no estaba dura como antes, pero el tamaño aún era muy grande, la debía agarar con las dos manos,me tragué todo el semen que había quedado, ahí me dí cuenta que pequeños hilitos de sangre corrian por su verga, me había roto el culo, me había desvirgado, no sentía dolor, solo placer, un inmenso placer que nunca a pesar de todas las relaciones que he tenido con otros hombres, nunca mas volví a experimentar.

Cuando nos calmamos, nos vestimos y le juré a mi padre que cada vez que el me llamara para ayudarlo en el taller iría de muy buen gusto.

A los pocos días, durante la cena mi padre mi pidió que lo ayudase después de cenar con un trabajo en el taller, en un principio me negué diciendo que estaba algo cansado, a lo que mi madre me pidió que accediese, que con la edad que tenía no podía estar tan cansado, al final acepté el pedido, sabía lo que iba a pasar, lo esperaba y mas aún lo deseaba.

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