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Barbarella encuentra a la Entreprise

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UNA NOTA PREVIA: Para quien tenga la desgracia de no conocerla, "Barbarella" es una pelicula creo que de los 60 o principios de los 70, que muestra con todo lujo de detalles como una heroína del espacio inicia una misión para salvar al mundo, entre polvo y polvo… y con los sosos que son los de Star Treck….jeje

CAPITULO UNO : LUZ ROJA

Barbarella no podía creerselo, solo hacia 300 años luz que había repostado, y la luz roja de la reserva de combustible volvía a estar en uso. El maldito cacharro que conducía tragaba más combustible que pollas el presidente de la federación de Planetas Gays Unidos. Y según la guia Michelín (horroroso nombre para una fanatica del ejercicio como ella), no había astrogasolineras cerca. Y tenía un plazo límite para encontrar al científico Durán Durán, antes de que algún tirano le sonsacase los secretos de la megaarma que había inventado. Estos hombres, siempre creando nuevos cachivache para hacer pupa a mansalva, mientras que el modelo basico de Consolador a baterias continuaba sin cambios desde hacía siglos. Barbarella echó uin vistazo a los sensores, y descubrió una nave no muy lejos. A lo mejor podría gorronearles unos litros de combustible, a una chica mona en la soledad del espacio no se le niega nada…

 

CAPITULO DOS : PUENTE DE MANDO

El Capitán Kirk estudiaba la señal que le indicaba la oficial de comunicaciones Ujura. O lo harìa si la condenada no llevase el uniforme tan ceñido, y al inclinarse sobre la consola de comunicaciones el canalillo de la Teniente no quedase a medio metro de su cara. Escuchaba a medias las indicaciones de que parecìa una sencilla petición de auxilio, pero no podía confiarse. La lista de enemigos de la Enterprise era tremendamente larga, klingons, romulanos, ciborgs, seguidores fanáticos de George Lucas, hasta un tipo barbudo que chillaba algo de "ALA AKBAR" y quiso estrellar una nave de recreo cargada de explosivos contra su nave, diciendo que eran un portaviones del asesino Bush. Esto podìa ser una nueva treta. Pero el codigo de la Federación no le permitía dejar a una chica en apuros, y menos con la voz que gastaba aquella chica…

"Pase la comunicación a la pantalla principal, Ujura". La eficiente oficial así lo hizo, y el silencio se hizo en la nave. En la pantalla Sony de 240 pulgadas aparecía la imagen de una pelirroja envuelta en una toallita minuscula, que parecía recien salida del baño. Aun habia pompas de jabón a su alrededor, y de vez en cuando estallaban al chocar contra algo prominente, como su naricilla respingona o los pezones que se marcaban sobre la toallita mojada. Parecía una chica desvalida y vulnerable, y eso precisamente hizo que el Capitán desconfiase.

"Ustedes perdones", dijo la pelirroja con su seductora voz, "Es que me estaba dando un baño de espuma, y cuando he vuelto a los controles me he encontrado con que me falta combustible, y es un largo trecho para empujar mi nave. Si ustedes pudiesen prestarme unos gramos de combustible, me harìan un gran favor, no sabría como pagarselo…".

"Yo si que se como podrías pagarnoslo…" El oficial Scotty, que se había acercado por el puente a ver que pasaba, dijo lo que todos pensaban. De mayor edad que los demás, aun recordaba lo que era ver una peli en el Plus los viernes por la noche antes de meterse en estos jaleos de los viajes espaciales. Casi todos los presentes asintieron, excepto el impasible primer oficial, el señor Spock. Con su imperturbable presencia y sus afiladas orejas, mas parecia un amargado profesor de instituto que un militar de carrera. Un oficial ha de saber putear, emborracharse y soltar tacos, pensaba Scotty. Como había sido antes de liarse con esos alienigenas que no sabían distinguir una boñiga de un jugoso coñito. Cuando por fin en la tierra habían dejado de matarse entre ellos, se las veìan en toda clase de jaleos con tios raros salidos de planetas aun màs raros. Scotty solo quería jubilarse de una vez, y dejarse de tonterias. Solo querìa oir "Mas Potencia" en manos de una corista mientras le diese su ración de salchicha. Y esa Barbarella… parecía que sabía bastante de salchichas, y hasta de morcillas.

"La nave no consta en los archivos y no figura en el catalogo de modelos, pero puede ser un modelo exclusivo…como su piloto, que parece bastante, ejem., excepcional". El comentario del oficial Chejov, que llevaba encima dos meses sin pisar puerto y ya tenía el último ejemplar de la "StarGirl" de un pegajoso que daba pena, terminó con la paciencia que le quedaba al Recto Señor Spock. "Caballeros, estimo esta aparición sumamente sospechosa. Ustedes no han alcanzado el nivel de estabilidad mental al que yo he llegado, y comprendo que tras dos meses de patrulla, tres emboscadas, salvar un planeta de la rebelión de sus osos de peluche mecánicos, mediar en una pelea marital entre un cachalote del espacio y sus tres esposas, necesitan algo de relax. Por eso mismo me parece sospechosa esta aparición, a 48 horas de pisar puerto… Una mujer obviamente bella y semidesnuda, deberiamos enviarle algo de combustible por el Teleportador, y no mantener contacto con ella". Hablaba imperturbable, sin reparar en que los miembros de la dotación de seguridad sujetaban a duras penas al jefe de máquinas, Scotty, que empuñaba la herramienta más pesada de su caja de herramientas para reventarle la cabeza a ese presumido semigay. O gay del todo, que sospechaba de esas reuniones privadas que mantenía con el capitán. Al menos, a diferencia de su oficial , Kirk continuaba mirando el culo de Ujura cuando se daba la vuelta, como todos en la nave. Excepto Spock, claro está.

El capitán se lo pensó durante un rato… debían investigar de que se trataba aquel asunto, y como el jefe de màquinas parecía tener experiencia en tratar con mujeres ligeras de cascos, sería el escogido. Y, como estaba a punto de jubilarse, si ocurria lo peor la Flota se vería libre de pagarle una pensión, que con todo lo que llevaba cotizado les iba a salir por un pico y medio. Y los "camisetas rojas" de seguridad estaban allí para palmar a la primera de cambio, de todos modos…

"Scotty, irá usted al mando de una pequeña partida de abordaje". Este sonrió….

 

CAPITULO TRES : PREPARATIVOS DE BARBARELLA

A Barb no le apetecía nada pero nada de nada empujar la nave hasta la siguiente gasolinera, así que hizo lo posible por agradar a sus nuevos amigos. Se pusó un conjunto de ropita interior semitransparente, y encima un salto de cama transparente del todo. Unas sandalias doradas de tacón alto, y un conturón de supervivencia de Dior, con cremitas lubricantes, pildoras contraceptivas y la Pildora Rosa. El equipo de supervivencia básico de una astronauta de los años 60… Puso una mesita intima para dos, con sus velitas y todo. Después de eso, no le iban a decir que no a un poquito de combustible. ¿verdad?. Entonces un destello de luz inudó la estancia, y ante ella aparecieron tres hombres armados…

 

CAPITULO CUATRO: 5 MIN ANTES, EN LA ENTERPRISE.

Scotty se aseguró de que las pistolas energeticas de sus dos acompañantes estuviesen descargadas. Iba contra las normas, pero estaba convencido de que con esa gatita iba a necesitar otra clase de armas. Y no quería que un crio excitado le desintegrase la chorra de un disparo accidental, como había ocurrido con ese tal Bobbitt. Los chavales aún tenían granos en la cara, pero eran buenos chicos y harìan lo que se les mandase. Silbando el "Scotland the Brave" subieron a la plataforma del Transportador de la nave, y en un periquete aparecieron en la nave desconocida.

CAPITULO CINCO: PURA RUTINA, SEÑORITA

"Pero, pero… ¿Cómo han entrado?". Barbarella miraba con la boca abierta a los recien llegados, con una botella de champagne en una mano. Scotty pensaba en todo lo que se podía meter en esa boca, y se le ponía morcillona de pensarlo solo. La nave… era un delirio psicodelico. Forrada en piel de leopardo, no tenía ni paneles de control, ni registros de energia, ni controles. Solo cosas como sillones forrados, una cama de dos metros de ancho y un Jacuzzi donde Jesus Gil hubiese podido presentar a gusto sus programas de la tele de Marbella. Se le caía la baba por la boca.

"Proceso normal de teleportación, pura rutina, señorita. Papeles de la nave, por favor". Ella le miró sorprendida. "¿Papeles? Mi civilización acabó con la absurdidad del papeleo burocrático hace decadas. Se destruían los bosques y,francamente, era un soberano aburrimiento".

"Aja….asi que no tiene usted manera de demostrar que la nave es suya, manifiestos de carga".

"Pues no, yo solo quería un poquito de combustible, como les gusta liar las cosas. Parecía tan simpático su capitán…"

"Bueno señorita, nos daremos prisa para no aburrirla". Se volvió a sus dos hombres, notando el bulto creciente en el ajustado traje. "A ver, me registrais las bodegas, por si hay contrabando de tabaco o algo así. Y a la voz de ya". Los chavales saludaron, y se dirigieron a las profundidades de la nave. Cuando quedaron solos , lanzó la más seductora de sus miradas a la chica, la cual le respondió con una copita y unas trufas. Mientras los novatos registraban la nave, Scotty gozó de la compañía de la chica, quien se mostró horrorizada por la crueldad de los mandos de la flota… patrullar dos meses y sin una tripulacion emparejada… que horror. Scotty no podía mas que asentir. Antes de darse cuenta de lo que hacía, estaba encima de Barbarella. Ah, estos impetuosos escoceses.

CAPITULO SEIS: ES USTED UN BARBARO CABALLERO

Scotty estaba en el septimo cielo, mientras arrancaba a mordiscos la ropa de Barbarella. Estaba claro que no era ninguna clase de enemiga, y si lo era, ese era el tipo de peligro que le gustaba, no esos klingons con mas mala leche que un tribunal examinador en lunes por la mañana. Y la chica estaba tan cañon como aparecía en la pantalla. Tenía una erección de caballo mientras se dedicaba a lamer como era debido esos pexones gloriosos, y fue en ese momento cuando la pelirroja tuvo que abrir la boca.

"Toma la pastilla, mi bravo". Ahí Scotty se mosqueó de verdad. Podría ser viejo, pero el no necesitaba Viagra ni esas mierdas . "Que te pasa zorri, es que no sientes mi poderio?". Se restrego contra los muslos de la jamona, y ella horrorizada le espetó un "¡¡¡Ohhhhh, ustedes aun son salvajes, al ver su nave pensé…. No querra hacer el amor como los animales, en lugar de tomar la pildora de estasis mutuo garantizado!!!".

"A la mierda la pastilla, ya me las darán en el asilo cuando me llegue el momento. Ahora te voy a dar tu ración de gaita, gatita mia….". Separandole las piernas, procedió a comerle el conejito a la intrepida navegante del espacio, Sus gemidos pronto subieron en intensidad, mientras su experimentada lengua recorria sus pliegues secretos. Le pareció escuchar gritos de sus muchachos, pero en ese momento le daba una higa lo que pudiese pasarles. El solo se preocupaba de la mejor erección que tenía en dos decadas, y en que iba a echar tres sin sacarla o morir en el intento.

 

CAPITULO SIETE: ESTUPEFACCIÓN EN EL PUENTE DE MANDO

"Ujura, pase a la pantalla lo que ocurre en esa nave desconocida"

Todos quedaron estupefactos…. Scotty se encontaba en plena tarea sobre su anfitriona, la cual le daba debiles golpecitos mientras, entre gritos de extasis, le llamaba salvaje. Nuestro amigo podía no ser ya un chaval, pero tenía la experiencia adquirida en los mas variados tugurios del universo conocido, y algunos del desconocido. Nada paraba a un oficial de la marina en su busqueda de "nuevas fronteras". Y de fondo se oían gruñidos, y los chillidos del resto del equipo de abordaje.

"Ejem, Scotty, Scotty…informe por favor. ¿que ocurre a bordo?. Spock hablaba preocupado... y nadie le hacia caso. Solo a base de repetir consiguiò que el oficial le prestase algo de atención, en un momento de pausa postorgásmica, antes de ir a por el segundo.

"Todo en orden, orejas afiladas. No des el coñazo ahora con el palique, que hemos de hacer lo posible porque esta embajadora se lleve una buena impresión de la Federación". Y verdaderamente Barbarella se estaba llevando una muy buena impresión, a juzgar por como se mordía los labios, y su estado de arrobamiento generalizado. Los chillidos eran horrorosos, provenientes de la bodega de la nave. Mientras el bravo oficial cumplia con su deber, barbarella les explicó de modo entrecortado lo que debìa estar ocurriendo…

CAPITULO OCHO : DESFASE INTERDIMENSIONAL

"No pares amor mio…ay….sigue, sigue…..pues vera capitán, hace cosa de una semana, un poquito mas despacio amor….asi…. pues me sorprendió una especie de tormenta extraña…mmmmmmmm…. Y me encontré en otro espacio tiempo o algo asì. Scotty…eres un demonio….massss….. allí trabé amistad con unos chicos muy majos, ahhhhh…. Resulta que una mala persona, un tal Emperador, los buscaba para meterlos en trabajos forzados. Scotty, me estas matando….ummmm….. Y todo porque no renunciaban a dar rienda suelta a sus pasiones naturales….no conocen la pildora rosa, pero que le van a hacer los pobres…un poquito mas abajo….así. siiiiiiiii. Asi que les ofrecí asilo, y los iba a dejar en el planeta Oso, donde se adaptaran bien…auuuhhhh…. Allí no tratan mal a los gays, de hecho son apreciados si son grandes y peludos. Wookies creo que se llaman. Ya me viene, Scotty, mas potencia…MAS POTENCIA AHORA, POR TU VIDA, MASSSSSS

En ese momento hicieron acto de presencia los dos miembros de la tripulación, que se habían topado con media docena de Wookies de otro universo, con unas tendencias consideradas pecaminosas por algunos. Estaban hechos un asquito, con el uniforme roto y llenos de pelo por todas partes. Llorosos, apenas se tenían en pie, y no parecían ahaber disfrutado mucho con la experiencia inter-galactica.

Ante la mirada acusadora del señor Spock, el Capitán Kirk decidió dar la orden de traer de vuelta a los tripulantes. Los dos miembros del personal de seguridad desaparecieron de la pantalla, pero no así el bravo escoces, que se había librado de la insignia de la federación, que contenía el transmisor necesario para poder ser teletransportado. En ese momento arqueaba la espalda mientras se descargaba por segunda vez en el interior del cuerpo de la exploradora del espacio.

"Scotty, Scotty, ponte el transmisor por favor. Enviamos combustible a esa nave, señorita Barbarella. Le ruego que suelte a mi oficial de maquinas para que podamos seguir nuestro camino…gracias." Como respuesta, barbarella arrojó una manta sobre la cámara de su sistema de control, y en la Enterprise se quedaron sin ver nada… pero pudieron escuchar el tercero del viejo, y los chilliditos de placer. Luego unos susurros y unas risas… pero al final el sentido del DEBER y RESPONSABILIDAD de todo oficial de la flota se impuso, y Scotty comunicó que ya tenía el comunicador puesto, y que el combustible se había recibido

CAPITULO NUEVE: SORPRESAS PELUDAS.

Pero Scotty habìa encontrado el paraiso, y no estaba dispuesto a perderlo, Los Wookies contaron a su amiga que habían encontrado a los chicos de las camisetas rojas mucho mas blanditos y cariñosos que las tropas de asalto imperiales, así que aceptaron encantados que uno se pusiese la insignia de Scotty. Como estaban los seis peludos alienigenas cogidos de la manita, aparecieron juntos en la Enterprise. La escena que siguió no es para describirla en esta sección. Baste decir que encontraron las picantonas orejitas del primer oficial de lo más atractivas, y que a un Wookie no se le dice no. Y punto. Que se lo pregunten a Han Solo si no. En el puente de mando estaban demasiado ocupados dilatandose el ano antes de que les tocase el turno con un Wookie, como para fijarse en la nave que se alejaba…

CAPITULO DIEZ: UN FINAL A LO JAMES BOND

Scotty u Barbarella estaban entrelazados en la cama, en gravedad cero, disfrutando de unas ostras para reponer fuerzas despues del duro cuerpo a cuerpo mantenido. De excelente humor, habían desconectado el comunicador desde que al capitán dejó de entendersele lo que decía, con la boquita demasiado llena para articular palabra. Decía algo como que a esos bichos los rayos de las pistolas phaser les rebotaban sin mas… bueno, peor para ellos. Por estirados.

"Quieres que probemos ahora con la pastillita rosa, corazón de mi vida?"

"Dejalo Scotty, prefiero al viejo estilo… si es que no hay nada como lo tradicional, ya lo decía mi abuelita…"

Así la tripulación de la Enterprise original pasó al retiro por fin, y la Federación se libro de pagar la pensión con mas años cotizados del universo conocido… lo que a su bebeficiario no le importó lo mas mínimo, claro está.

(9,50)