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El Papá del amigo de Juanita

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Soy blanca, cabello castaño ahora largo debajo de los hombros, 1.72, 55 kilos, delgada, practico natación así que mis piernas son torneadas y mi alimentación me asegura tener una muy bonita piel. Mi talla de brasier es 34 c, ojos azules y creo que eso es todo.

Ok antes que nada tengo que confesarme. Tengo varias fantasías sexuales, como todos, y que en algún momento deseo cumplir. Parte de una de ellas ocurrió hoy. Esa fantasía tiene que ver con relacionarme con un hombre mayor. Y cuando digo mayor me refiero a un hombre veterano, con experiencia. No se siempre me han llamado la atención sobre todo después de tener un affair con un profesor de mi escuela. Ok pero ese no es el asunto. El asunto es que quede con un amigo del Chat que íbamos a escucharnos y para ello necesitaba un micro. Entonces busque uno donde un amigo y este no estaba. Su padre, uno hombre de unos 49 años me invito a esperar a su hijo. Lo hice durante 20 minutos pero nunca llegó. En ese tiempo su padre, que se llama Andrés me hablo cordialmente. Notaba como me miraba de arriba abajo. Yo estaba vestida casualmente: llevaba una falda a media pierna, una blusa corta y encima un suéter, traía sandalias de amarrar. Mientras me brindaba de tomar me miraba insistentemente.

Tras un rato Andrés me dijo:

-No te había visto por acá antes- a lo que respondi -Si es cierto conozco a su hijo de la universidad pero no había estado acá-.

El me miro de arriba abajo y continuó:

-Cierto porque sino te recordaría. Yo siempre recuerdo a una nena como tu cuando la veo-

-¿De verdad? Le dije yo. El se puso frente a mi que estaba sentada en el sofá de la sala.

-Claro que si. Mira siempre he querido acostarme con una nena como tu. Siempre. Así que te tendría presente-

A mi se me empezó a acelerar el corazón. Andrés es un hombre alto, delgado, pero con barriga, se está quedando calvo, pero tiene un porte de macho de esos que matan con la mirada y la voz. Yo me quedaba callada y eso hacía que el tomara mas la iniciativa.

-Yo se que si una nena como tu se deja hacer lo que yo te haría, quedaría dispuesta más. ¿No te interesaría? ¿Dejar que te haga un par de cositas?-

Yo le sonreía de la vergüenza, pero no articulaba palabra.

-Y no hablas. Pero seguro que yo haría hablar de muchas cosas. De verdad.-

Entonces se paro frente a mi y empezó a sobarse su paquete sobre el pantalón. Yo intente levantarme pero el se interpuso y volví al sofá.

-No esperate, voy a ver dónde anda mi hijo-

Entonces tomo su celular y mientras seguía frotándose su paquete entre los pantalones hablaba con el.

-Hijo hola. Acá te esta esperando un hermosa niña…si. Ha ok. Yo le digo. Ok te cuidas chao-

Guardo su teléfono y con una sonrisa me dijo:

-No va a poder llegar a tiempo, que vas a tener que regresar después ana-

-Entonces ya me voy don Andrés gracias por todo-

Y me incorpore. Pero Andrés se movió rápido y me acorralo en el sofá.

-¿Crees que te voy a dejar ir así no más? ¿Después que me has dejado así de empalmado?-

Se levanto y bajo su cremallera y saco su polla. Una verga dura y fuerte. Yo intente sacármelo de en medio pero avanzo poniendo un pie sobre el sofá y atrapándome. Su pene estaba frente a mí. Sólo tenía que abrir la boca y ya estaría chupándoselo.

-Vas a tener lo que has querido esta noche juanita-

Y avanzo golpeándome los labios con su verga. Yo, instintivamente, abrí la boca y empecé a mamarlo. El bufaba de placer. Bajo la pierna del sofá y se acomodó de pie, yo seguía sentada y ahora lamía esa poderosa verga con basta experiencia. El empezó a ahblarme.

-Ja, ja que delicia. Yo sabía que esa boquita tenía que ser placentera. Desde que la vi sabía que te tenía que poner mi verga allí. Chupála bien que se nota que te gusta, perrita. Hoy te vas a ir de acá feliz, dale, chupala-

Y yo la mamaba con ganas. Con lujuria. Andrés empezó a quitarse su pantalón mientras no dejaba de hacerme mamarsela. Se quedo sin pantalón y sin camisa.

-Ven para un momento perrita-

Me levantó del sofá y me saco el suéter y la blusa, no llevaba bra, así que quede desnuda de arriba. Ahora se agacho y estando yo de pie empezó a lamerme la conchita. Me quito el tanga y la falda dejándome en zapatos. Me lamía y metía sus dedos en mi concha. Yo casi me caía del placer. Luego se levanto de nuevo.

-Acuestate putita que ahora viene lo que te gusta-

Me empujo y caí de bruces en el sofá. Me abrió las piernas y empezó a penetrarme. Me metió sus 21 cm de carne madura y gruesa. Se apoyaba de mis piernas para embestirme. Me estaba taladrando de una forma increíble.

Yo no paraba de gemir a cada embestida de Andrés. Me agarraba del sofá porque parecía que me iba a partir en dos.

-¿Te gusta perrita? Yo se que si. Nunca te ha jodido un hombre como yo. Y nadie lo hará, perra-

Puso mis piernas sobre sus hombros y empecé a escuchar el plap, plap, plap, de sus ingles contra mis piernas. El placer era intenso. Tras un rato de embestirme, saco su verga y la puso a la altura de mi boca.

-Trágatela toda perra-

La empujo hasta mi boca y me tomo de la cabeza para forzarme a tragarla. Casi vomito de la impresión. El se reía y volvía a hacerlo. Empezó a follarme la boca. Se movía como si me penetrara, la saca y volvía a meter.

-Ponte en cuatro perrita-

Me levantó y me puso apoyada contra el espaldar del sofá, se acomodó detrás mío y me la metió en la concha. Y empezó otro mete saca intenso. Ahora me tomaba del cabello y me daba de nalgadas. Me follaba hasta el fondo, sin cansancio. Me gustaba sentir sus bufidos y su sangre en ese cuerpo maduro. Con esa verga que haría la envidia de un chico joven, porque a Andrés se le notaba que quería follarse a una chica como yo, joven, pero sobre todo hacerla sentir bien y mostrarse como todo un macho poderoso.

-¿Te gusta perra? Contesta ¿Te gusta?-

-Si me gusta-

-Dime que quieres más perrita, dimelo-

-Si, si, quiero más, más-

Andrés se detuvo saco su verga de mi concha y levanto sus piernas, puso una sobre el sofá y la otra de pie en el piso. Empezó a apuntar su tranca a mi culo. Empezó a avanzar.

-MMMM que rico culo tienes putita-

Yo gemía ante esa verga penetrándome. El la tomaba con las manos y la metía hasta que la tuve adentro luego apoyo las dos piernas en el sofá y empezó a meterlo todo y dar bombeo fuerte.

-Ha, ha, ha-

-Si, si, que delicia de culo puta-

Me hizo una cola con el cabello y lo halaba como si me llevara de las riendas. Su verga llegaba profunda. Entonces me tomo de las caderas y más profundo me llegaba. Con un movimiento me levanto sin sacar su verga de mi culito y se sentó en el sofá, así me tenía empalada.

-Vamos puta cabalgala, venga que se que te gusta tenerla así-

Y yo apoye mis piernas en el sofá y empecé a subir y bajar, con esa carne dentro. En algún momento él mismo avanzaba desde abajo y me levantaba las piernas del suelo, así quedaba a su merced. Tras un rato así, me hizo levantar. Me tendió en el suelo y de lado se puso detrás de mí, me la metió de nuevo en el culo, levanto una de mis piernas y siguió penetrándome. Luego volvió a penetrarme como al inicio. Por la concha y con mis dos piernas bien abiertas.

-Voy a venirme perrita y te las vas tragar toda. Porque te voy a bautizar. Desde ahora serás mi putita-

Y empezó a penetrarme duro, a ganar ritmo cuando estaba por estallar, saco su verga, se puso de pie, me halo del cabello para que quedara de rodillas.

-Abre la boca perra-

Lo hice y empezó a echarme sus descargas una a una en la boca y parte de mi rostro. Se halaba la verga y le salía cada vez más leche. Se notaba que hace mucho tiempo no estaba así con alguien.

-Trágatela que es tuya-

Me hizo limpiársela y luego nos sentamos en el sofá. Me acarició la espalda y me abrazaba. Ya empezó a hablarme como un novio. Me dijo que le había gustado mucho follarme así. Que desde que me vio se imagino todo aquello. Que quería seguir haciéndolo. Me preguntó si me había gustado y yo le dije que me había encantado. Quedamos de vernos este fin semana.

Salí de esa casa totalmente satisfecha. Sabía que mi fantasía de tener más sexo con hombres maduros se hacía real. Ya había estado con otros dos antes en otras situaciones y había sido increíble. Ahora esto lo confirmaba.

Se que hay preguntas por resolver. Se que tengo que seguir mi vida, pero que voy a hacer si mis deseos me llevan siempre a ser tratada así. ¿Que va a pasar cuando algo salga de control? Algunas veces vale la pena salir como Salí de esa casa, así de bien follada. Así de satisfecha.

(8,20)