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Rompiendo un lazo de amor

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Siempre he pensado que el amor es una maravilla que de vez en cuando alguien lo consigue y no hay nadie que pueda contra ese poder.

Hace un par de años me case, con el hombre que consideraba el amor de mi vida, el me pido matrimonio en un día nada romántico, lo cual lo hizo mas romántico que alguna otra ocasión, lo inesperado era parte de nuestra relación de siete años.

Para festejar nuestro quinto aniversario de matrimonio decidí tomar clases de pole dance, y de canto , el canto es por que en México hay una tradición de llevar serenata, (cantar acompañado de mariachis), así que por obvias razones llegaba tarde a casa y muy cansada; por esta razón, nuestra vida sexual decayó mucho, jamás me imagine que dejaríamos de acostarnos por tantos meses, saben, cuando no estaba cansada hacia mi máximo esfuerzo por saciarlo, por coger como dioses, como solíamos hacerlo, pero con el paso del tiempo el ya no quiso tocarme, así que deje de intentarlo.

Paso el tiempo y llego el día, le dije a mi marido que lo sentía que no llegaría a nuestra cena, pero en realidad lo tenia todo pensado, le llevaría serenata en la casa y una vez despierto lo llevaría a un motel con tubo a los pies de la cama y después lo mas esperado por ambos sexo sin compasión, diferentes posiciones, juguetes, nalgadas, como adoro las nalgadas en mi trasero, ese ardor que deja después de varias, el sonido claro y fuerte cuando su palma toca mi piel, una y otra vez, delicioso, simplemente delicioso.

Entre a la sala deje a los mariachis pasar  y mientras cada uno se ponía en posición de tocar, preparaba sus instrumentos, sentía como la habitación se hacia mas pequeña. Mi mundo empezaba a temblar las paredes de un color menta cambiaban a un color amarillo, la luz era mas fuere los sonidos se amplificaban y cada segundo era mas intolerante cada sensación que sentía, el sonido era fuerte continuo, mi corazón se empezaba a detener mi respiración se aceleraba, mi mundo se caía a pedazos con cada gemido de placer que sonaba al fondo.

Solo pensaba en una cosa, ese hombre, aquel que hacia gemir a alguna mujer no podía ser mi marido, no podía hacerlo en mi casa, en mi cama, simplemente no podía; para mi desgracia tenia solo dos opciones hacerme la tonta e irme o encarar el problema, definitivamente la mejor idea era la primera, pero no podría superarlo, así que gire, despedí a los mariachis, les pague por su tiempo, y decidí entrar a la habitación.

Camine por el pasillo que lleva a la habitación, creo que en este momento debo decirles, mis queridos lectores, que mi casa es un departamento, es pequeño, pero acogedor, soy diseñadora y por ello pude hacer que luciera moderna y acogedora sin gastar de más, pero esta vez la forma en que idee el pasillo de “momentos felices”(lo llame así por que en el están todas las fotos que nos hemos y han tomado juntos, desde el día que nos conocimos, el día de nuestra boda, nuestros aniversarios, y claro mi favorita, una en blanco y negro donde yo estoy abrazándolo con la mirada de que el era mi mundo, en donde se notaba que el era mi persona destinada, y claro el devolviéndome cada sensación, si suena trillado, pero esta es en la cama yo arriba de el y solo con una sabana blanca y brillante tapando a partir de mis nalgas) y como imaginarán este pasillo con estos gemidos tan orgásmicos hacían que cada paso que daba fuera mas difícil, mas pesado, mas indeciso, mis piernas temblaban, y por ilógico que suene mi cabeza y mi corazón estaban gritando lo mal que se sentían, estaban destrozados, pero mi rajita lloraba por atención de alguien, quería ser tocada pues  ya estaba lubricada .

Llegue a la puesta de la habitación, di un paso al frente me quede en el marco de la puerta, y entonces lo vi, vi a mi marido con otra mujer, no mas joven como cualquier hombre, si no alguien mayor, no entendí por que, yo no paso de los 28, pues verán nos casamos jóvenes, pero la mujer con quien estaba era de 40 mínimo, pero claro al entrar no me fije en eso, lo que vi fue la postura esa que siempre me pidió y yo no sabia si era posible, pero solo verla me éxito mas, claro debo explicarles, el estaba sentado en la banca de al pie del la cama, con esa mujer enganchada a su miembro sus piernas rodeando la cintura de mi marido y la parte superior del cuerpo como si se dejara caer al piso, sus brazos en el suelo en forma de escuadra, su cabello largo y lacio caía suavemente sobre la alfombra afelpada, las manos de mi marido estaban es su cadera tomándola para moverla de arriba a bajo embistiendola y sus ojos cerrados mientras se mordía el labio avisaba lo mucho que gozaba, instintivamente me lleve una mano a la boca y la otra a mi concha.

Mi reacción debía ser correr, pero estaba tan caliente, y en verdad necesitaba algo de sexo en ese día, así que tome la decisión mas difícil, me empecé a desnudar; primero me desabotone mi blusa lentamente deje caer la seda sobre mis brazos, como una caricia lenta y amigable, deje mis senos salir del bra que las contenía, mientras veía que mis pezones se ponían cada vez mas rígidos, me quite mi falda y por lo ultimo mi tanga, húmeda, la deje caer lentamente, consiente que nadie en esa habitación me había visto, introduje uno de mis dedos en mi vagina para humedecerlo, se sentía tan rico, lo saque y camine a la cama, en donde me subí para quedar a espalda de mi esposo, gatee lentamente a el y con mi dedo lleno de néctar se lo puse en la boca.

Abrió sus ojos al darse cuenta que no era la mujer con quien cogía tan salvajemente. Giro la cara y me vio espantado, así que le dije quedito CÁLLATE Y HAGAMOS UN TRIO.

Entonces el soltó a la otra mujer, lentamente, como si le indicara el cambio de posición, ella abrió los ojos y perdió la mirada en mi, así que mi esposo se subió a la cama se pego a la cabecera, ella se levanto muy rápido, se acerco a su ropa, y yo la tome de la muñeca, al girarse al verme en espera de algún golpe lo único que pude hacer fue masajearle un seno se sentía tan raro como una bolsa en mi mano, pero no me importo así que cada vez me acerque mas a ella, que no se movía, supongo que no sabia que pasaba, una vez que la tuve frente a frente la bese mientras resbalaba mi mano de su seno, por su estomago hasta llegar a su cueva afeitada a un estilo brasileño, estaba tan húmeda y deliciosa, y con la otra le masajeaba las nalgas firmes, era tan excitante estar con otra mujer.

Mi esposo abrió los ojos, y nos dijo.

-Podría ser parte de ese erotismo, saben aun no he terminado y verlas asi, me dan mas ganas de partirle a alguna el coño.-

-Claro cariño -le dije- pero acuéstate que ambas queremos de tu atención.

Nos acercamos a el,  que esta recostado comiéndonos con la mirada, lo monte primero, quería esa pija para mi, en este momento estaba tan caliente, que necesitaba unas buenas embestidas, como el me las solía dar antes de mi tonto romanticismo, y ella bueno, le dije que el poseía una lengua muy audaz y escurridiza, así que puso su concha en la cara de mi marido, fue así como empezamos, ella gemía mientras mi marido le comía el chocho, y yo sentía su pedazo de carne adentro de mi, y tenia la facilidad me movimiento pues el tenia sus manos en la señora, no puedo describir lo que ella sentía pero para mi era algo nuevo y único, así que como la distancia entre nosotras era poca, me acerque y ella a mi y nos empezamos a besar mis manos las lleve a sus senos y los manoseaba desesperadamente, mientras seguía el vaivén de mis caderas, sentía cada pedaso de piel de la polla de mi marido, su bosque en mi concha totalmente depilada, me incitaba a más, era la primera vez que la tenia así, pues quería darle esa sorpresa en el hotel.

Cambiamos de posición mi esposo no podía seguir lambiendo, se arrodillo detrás de la otra mujer y la penetro de un golpe haciéndola gritar mientras yo de frente la besaba y tomaba su mano para que masajeara mi clítoris, pero creo que ella sabia que eso no seria suficiente así que introdujo sus dedos en mi, mientras que con su pulgar le pegaba a mi botoncito, metía sacaba, con su otra mano acariciaba mis senos, tan suculento que me estaba dando placer, si por primera vez en mi vida una mujer me estaba ayudando a tener un orgasmo, mi marido no podía mas y puso su cara de correrse, saco su miembro de la señora y le dije -Yo me la tomo-. Así que me dejo pasar para meterme el miembro de mi marido en la boca, rodee su glande con mi lengua, y lo metí, y como se lo que le gusta empecé a contraer los músculos de mi boca, saque un poco de diente, que a algunos hombres les duele pero a este lo prendía mas; y empecé a meter y sacar, dejando que su miembro llegara a mi garganta, y de repente, lo sentí, las pequeñas convulsiones de su pene en mi boca y el sabor salado de su lechita, tibia viscosa, deliciosa.

-Amor ha sido la mejor mamada de la noche, Adalin, gracias por coger con nosotros, tienes un culo que me encanta partir, voy a prepara café para la siguiente ronda-

Se levanto y dejo la sala, ahora sabia que esa mujer se llamaba Adalin, y sin el no teníamos mucho que hacer.

-Adalin te propongo algo, un delicioso 69, nos corremos juntas y te vas esta noche, si quieres podrás regresar, no te lo negare, pero hoy es nuestro aniversario así que la siguiente quiero que seamos solo los dos-

Adalin se acostó y asintió puse mi concha en su cara, y -¡Ah! eres buena en aaah- sentía como su lengua tibia se movía rápido en mi rajita como pequeños golpecitos hasta que la introdujo en mi cuevita llena de néctar, así que me agacha hasta su bosque y empecé mi trabajo, empecé apretando su chochito con mis labios, así sentía cada contracción de su cuerpo bajo el mío, luego metí mi lengua en su hoyo, haciendo círculos con ella disfrutando cada sabor cada sensación. Y de repente, llego nuestro momento ambas apretamos nuestros brazos en las piernas de la otra, y gemíamos de placer, al terminar nos separamos ella se sentó y me dijo

-Gracias por la corrida – me sonrió, se levanto, se vistió y salio.

-Adalin te vas, acaso no disfrutaste-

-Mas que nunca Carlos, pero creo que hoy es tu aniversario, y tu esposa quiere placer para ella, además me ha dicho que podemos hacerlo cuando queramos, yo pensé que era mas inflexible, pero veo que es extraordinaria, nos vemos pronto, y espero que los tres-

Al oír eso sonreí internamente y regrese a la cama, me puse mi baby-doll mas sensual (negro con encaje en el busto dejando ver mis pezones prendidos como cohetes)

Y me acosté en la cama dispuesta a dormir, 5 minutos después entro Carlos y al verme, suspiro.

-Cat, perdona amor creo que tarde demasiado en volver y veo que estas agotada, mañana en la mañana lo haremos como siempre, es mas compre unas esposas para que me ataras en la cama cuando llegaras y hacerlo, pero creo que... bueno te dejo dormir, te amo-

Apago la luz y se acostó a mi lado abrazándome, afortunadamente no vio correr mi lagrima después de oír que me amaba, espere a que se durmiera, tiene un sueño pesado, pero en mi cabeza solo había una cosa, me fue infiel y si estaba muy caliente así que quería participar, pero no mas, me levante, sin moverme mucho para que no se diera cuenta, ya no me abrazaba asi que no lo toque, tome mi bolso del gym, dos cambios de ropa y deje una nota en mi buro.

“Amor”, sabes que la infidelidad es algo con lo que no puedo lidiar, feliz aniversario espero que hayas disfrutado nuestra ultima cogida, fue en serio cuando le dije a Adalin que podían seguir cogiendo por que a partir de hoy el aniversario será del día en que me perdiste, por cierto no estaba dormida.

 Me fui al hotel que había reservado para esa noche, me quede dormida, y al amanecer antes de llorar, le llame a mi mejor amigo que vive a las afueras del estado, para ver si me daba posada por unos meses, luego a mi mejor amiga para que pasara por mi y me acompañara a mi antiguo depa por mi ropa y me llevara al camión, afortunadamente ella llego en media hora, antes de terminar de derrumbarme, dejamos el hotel nos dirigimos al edificio donde vivía, subió al depa por mi ropa y al bajar dijo que no estaba Carlos, me llevo a la terminal, y Jamás volví a ver a Carlos. O bueno no hasta ahora en dos años.

Ahora vivo con Manuel mi mejor amigo, y mi nuevo amante, pero lo que hago con el es otra historia.

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