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Historia en capítulos 04 Escaramuzas 1ª

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Han pasado unos días de los acontecimientos relatados, todos hemos vuelto a la rutina de nuestros trabajos, estudios, etc., aun no he podido quitar de mi cabeza lo ocurrido, y al menos, me sirve como estímulo, y “acelerador de partículas” para mis pajas, como me saben de bien las pajas basadas en esos recuerdos, sabéis como soy, y estoy necesitado de varias al día y a seguir follando al colchón, después de lo experimentado, el colchón me parece muy pobre, pero no tengo otra cosa.

Echo mucho de menos a mis tíos, a ambos, por distintos motivos pero a los dos, nuestros padres volvieron de la cacería, mierda de faisanes, tenemos faisán para dar y regalar, menos mal que comemos en el colegio.

El cole, de pena, sin la ayuda de Luis todo se desmorona, un profe nos acaba de meter un paquete de trabajo, hay que hacer preparar presentación el próximo fin de semana, como siempre o casi siempre me toca hacerlo con Sergio, él sabrá la forma porque lo que es yo, no le he entendido lo que quiere que le hagamos.

En el recreo con Sergio.

-Oye dónde hacemos el trabajo, en tu casa o en la mía.

-Donde quieras, esto está difícil, ¿no le puedes decir a tu tío Luis que nos eche una mano como otras veces?

-No, no puedo pedirle eso a mi tío, ¿oye tu sabes de qué va el rollo no?

-Que no tengo ni idea, hay que buscar ayuda, dile a tu tío.

-Que no, que no puedo, ya nos arreglaremos, vamos a jugar, venga.

Nos reunimos los de siempre, los macizos, aquí la cosa va por grupos afines, estamos 4 ó 5 que nos llevamos la palma, entre ellos Sergio y yo.

Uno comenta (Raúl).

-Mirad, allí se encuentran esos maricas de mierda.

No es verdad que sean maricas, a mi no me consta, pero si él lo dice… Miro para donde señala y…, que ocurrencia, si allí está Carlos, Carlos nos va sacar del problema a Sergio y a mí, la verdad es que de todos los chavales del grupo donde se encontraba Carlos son normales, Carlos sin embargo destaca de todos ellos por dos motivos.

Uno, es más inteligente que Dios, con distancia del resto, es el más listo de la clase o del colegio.

Dos, tiene un cierto movimiento de cuerpo que desconcierta.

A mí no me cae mal, creo que nunca he hablado directamente con él, si alguna vez nuestras miradas se cruzan, me sonríe amigable pero como a mí no me interesa de ahí no pasa, no sé por qué mis amigos lo rehuyen, ni me interesa tampoco, ahora una idea se me había clavado en el cerebro y veía que Carlos era nuestra única salvación porque si no, tanto Sergio como yo íbamos de culo, yo más.

Hablando luego con Sergio.

-Tengo una idea brillante para resolver lo del trabajo este.  -digo ufano.

-¿Tú tienes una idea?, si no pides ayuda a tu tío vamos más jodidos que las meretrices del Bataclán.

-Carlos…, Carlos nos lo va a resolver.

-Carlos…, Carlos… ¿ese Carlos? 

-Sí, si…, ese Carlos es nuestra salvación.

-Ni lo pienses, yo a ese no me acerco ni en broma, ni trabajo con él así se me vaya en ello la vida.

-Jolines. -ya me estaba enfadando. -No sé que tenéis todos contra él, si es hasta simpático y lo mejor, inteligente y  listo, es nuestra salvación.

-Es un marica, dicen que es marica, que no, que yo no me enredo con él.

-Pero de que enredo hablas, si él lo único que va a hacer es ayudarnos con el trabajo y se terminó.

Larga, larguísima discusión.

-Bueno, pues si has quedado con él que sea en tu casa, en la mía no entra, quedamos entonces en tu casa el sábado, ¿a qué hora?

-No, no si aún él no sabe nada.

-¿Qué él no sabe nada?, pero qué me estás contando, entonces mejor, lo hacemos tu y yo y se acabó.

-No, tú y yo tenemos que hablar con él y pedirle ayuda porque nosotros solos no lo vamos a poder hacer, no tenemos ni repajolera idea.

-¿Qué piensas hacer?

-A la tarde, en la clase de gimnasia, ¿tu sueles hacer pareja conmigo, no?, pues haces pareja con él y le dices que…, no se jolín, que nos ayude.

-¿Yo? La idea ha sido tuya o sea que tú te emparejas con él.

-Vale, pero tu estate al quite por si alguien altera el puesto.

Comienza la clase de gimnasia, vestidos con la ropa de deporte, todos calentando y Sergio y yo procurando acercarnos a Carlos, Sergio no quiere y se hace el remolón pero yo lo empujo, ya estamos a su lado, los demás nos miran con cara de rareza, no es nuestro sitio habitual, estamos situados Carlos y Sergio, en medio yo.

-¡A formar! -grita el profe, pongo mi mano en el hombro de Carlos para mantener las distancias, vuelve la cabeza y me sonríe, parece un poco violento y se sonroja, le devuelvo la sonrisa y se pone rojo como un tomate.

Vienen los ejercicios, Sergio y yo sin perder de vista a Carlos, he contado los puestos y para los ejercicios de pareja tengo que estar a su izquierda, me las arreglo y para cuando el profe mande por parejas, ya estoy  al lado de él, se debe haber dado cuenta de la maniobra porque le noto nervioso.

Empieza el ejercicio de parejas que a veces necesita mucha aproximación y ayudarnos el uno al otro, en una de las veces que sujeta mis piernas miro a izquierda y derecha, cada uno está a lo suyo y le susurro para que solo él lo oiga,

-Carlos, escucha.

Jolines, me mira muerto de miedo y sus manos que me están sosteniendo tiemblan, por poco caigo al suelo y me rompo la espalda.

-Carlos, escucha, tengo que hablar contigo, a la salida de gimnasia te quedas hasta que todos hayan marchado y así podamos hablar, ¿vale?

No contestaba, me mira como si lo fuera a matar.

-Tranquilo es para comentarte un asunto solamente.

Sonríe tontamente y asiente, joder estoy abrumado, pero cómo me puede tener tanto miedo este chaval, si ahora hemos hablado más que en todos los años que nos conocemos, bueno hablar, el que ha abierto la boca he sido yo, porque él no a dicho ni una palabra, por lo menos me ha dicho que si con la cabeza.

Acaba la clase y una vez duchados y con el uniforme vamos saliendo bajo la atenta mirada del profe.

A la salida, en una esquina, con su bolsa de deporte espera Carlos, y…, ¿dónde está Sergio?

El marica de él está un poco más lejos con nuestra cuadrilla de tíos duros, hablando, cabrito de mierda, me ha dejado solo, bueno me da igual.

Me acerco a Carlos, está temblando y no sabe dónde poner sus manos, las mete en los bolsillos, las saca, juega con la cinta de la bolsa de deporte, parece que le va a dar un colapso.

De la forma más clara y suave que puedo, le hablo.

-Carlos, a ver, primero no me tienes por qué tener miedo, no te voy a hacer daño ni nada por el estilo tío, jolín.

Bueno, levanta la cara y me mira a los ojos, ya me molesta despertar ese miedo en alguien.

-Verás, el caso es ese trabajo que nos han encargado en clase, el que hay que preparar este fin de semana, en fin que Sergio y yo pues estamos, ¿cómo te diría?, pues tenemos otros trabajos pendientes de hacer y tu…, bueno si quieres, -me atragantaba-, si puedes quiero decir, pues eso, ¿vamos tío tu me entiendes no?

Carlos me miraba con los ojos muy abiertos, y está claro, yo no me explicaba, jolín, y eso que es listo, yo ya lo hubiera cogido, Carlos hacía negaciones con la cabeza y no hablaba, me armé de paciencia.

-¿Está muy claro no?, vamos que tú ya sabes.

-¿Me estás diciendo que queréis que hagamos el trabajo juntos?

- No, bueno sí, eso, que nos ayudes, ves que es fácil, parecía que no me entendías, jope chaval.

Yo sudaba, ahora el asustado era yo, lo que me había costado que me entendiera.

-¿Y cuándo y dónde queréis que hagamos el trabajo?

-Pues en mi casa el sábado a la tarde, ¿qué te parece?, ¿te parece bien?, porque si no puede ser en otro momento ¿eh?, que nosotros no tenemos nada que hacer, bueno si…, pero bueno el sábado a las 4 de la tarde si te parece a ti bien.

-Bien, vale, en tu casa el sábado a las 4 de la tarde.

-Ves que bien me has entendido, jolín ya te ha costado, entonces quedamos así, con Sergio también, ¿eh?

Ahora Carlos se sonríe, no sé de qué, me esquiva y va hacia los pabellones de aulas, entonces me doy cuenta.

-Carlos, Carlos, Carlos, -grito- conoces la dirección, vamos que Carlos no ha estado nunca en mi casa.

Gira la cabeza y sin palabras me dice que sí, que raro, nunca lo he invitado, voy hacia mis amigos, cuando he gritado a Carlos todos se han quedado mirando extrañados de que yo le llame y hable con él, no me importa me incorporo satisfecho al grupo, ya he conseguido ayuda para el trabajo, la mejor.

Sábado día del trabajo, Sergio lleva casi una hora en casa y jugamos con la consola sin parar, esperamos la llegada de Carlos, debe estar próximo a llegar.

Ayer cuando llegué del cole María no estaba en casa, era raro porque llegaba antes que yo, cuando entré a mi habitación entendí el porqué, en mi escritorio un puñado de billetes me decían que el tío había ido a recogerla, para mí ni una nota, entendía el mensaje simplemente por el dinero que había encima del escritorio, era como un “he estado aquí, sé que no quieres hablarme pero por si necesitas comprarte algo…”

Había sonado el timbre, mis padres habían salido y en casa solamente quedaba parte del servicio para el fin de semana, o sea casi vacía, fui corriendo a la puerta, desde abajo llamaba el portero, no dejaba entrar a Carlos porque no le conocía, le di permiso y en dos minutos tenía a Carlos en la puerta.

El chaval iba con una camisa blanca que parecía flotar en su delgado cuerpo, un pantalón vaquero muy ajustado y desgastado y calzaba unos náuticos marrones, venía con una enorme mochila que debía pesar un montón porque iba el chaval inclinado por el peso, le dirigí una amistosa sonrisa al saludarle y él contestó con otra enseñando toda su dentadura, tenía una bonita y blanca dentadura, igual por ello sonreía tanto.

Le pasé a mi habitación donde esperaba Sergio que se levantó, Carlos le miró esperando un saludo pero Sergio no le hizo caso alguno, y bueno Carlos echó un vistazo a la habitación, ubico la mesa de trabajo el ordenador de sobremesa la impresora, puso todo en marcha, vació el contenido de su mochila en una silla y empezó a distribuir montoncitos de apuntes, papeles y libros alrededor del teclado del ordenador, parecía una máquina.

-Bueno a trabajar, venga coged una silla y acercaros, vamos con ello.

Se había sentado delante de la pantalla y parecía un capitán de barco dirigiendo la maniobra de atraque o algo así, se le había evaporado la timidez, lo hicimos, nos sentamos delante de él, nos iba diciendo cosas, cosas que no entendíamos o a medias, además todo era muy rápido, parece que quería acabar en cinco minutos, papeles para aquí, papeles para acá, pantalla, teclado, no había quien le siguiera, debió darse cuenta porque nos miró de hito en hito y nos dijo.

-Bien, si queréis podéis hacer otros trabajos que tengáis pendientes, mientras yo me encargo del trabajo, si os parece.

Miel sobre hojuelas, que bien está lo que está bien, aburridos y sin entender la mayor parte de lo que hacía, pues a lo nuestro, nos sentamos  sobre la cama y a seguir jugando. A Carlos no pareció importarle y siguió a lo suyo, había pasado bastante tiempo y de pronto una exclamación de Carlos nos distrajo de nuestros juegos.

-Me cachis, ahora que hay que imprimir el trabajo y no hay tinta, ¿Álvaro tienes tinta de recambio?

-Pues no, como no se había acabado aún, pero no te preocupes en el despacho de mi padre puedes utilizar su ordenador e impresora, además son mejores y trabajarás mejor, ven te enseño.

Lo acompañé hasta el despacho y lo dejé allí trabajando, me remordía un poco la conciencia, nosotros toda la tarde jugando y Carlos haciéndonos el trabajo, pero bueno, él sabía y parece que hasta le gustaba, se movía ya por el despacho, el pasillo y mi habitación, como pez en el agua.

Sergio y yo estábamos aburridos ya de jugar y necesitábamos otra distracción, como Carlos nos había dejado libre la mesa y el ordenador empezamos a buscar algún archivo guarro para pasar el rato, el tiempo pasó y repentinamente aparece Carlos.

-¡Tachán!, trabajo terminado.

Traía en sus manos dos grupos de DIN A4, vamos dos copias del trabajo y las puso encima de la mesa, las echamos un vistazo, es un genio el tío, que trabajo más bonito nos había preparado, mientras nosotros mirábamos por encima el trabajo Carlos se había sentado en la tercera silla y la peli seguía transcurriendo en la pantalla del PC, se nos había olvidado cerrarlo, Carlos miraba la pantalla y no decía nada, entonces miramos, y la de Dios, una tía estaba haciendo una mamada a un individuo con una polla realmente de asombro, así estamos ya, como si fuéramos tres colegas que hicieran eso todos los días y claro saltan los comentarios.

-Hay que ser tragona, pero si se mete media polla en la boca. -dice Sergio.

-Y mira como le cuelgan las tetas, podía hacerle una paja con ellas ahí si le cabría toda la polla. –estoy atónito.

-Tiene que estar buenísima.  -comenta Carlos que miraba como si se le fueran a salir los ojos.

-Es que  la mama de vicio. -habla Sergio mientras se toca la polla sobre el pantalón.

-Ya, con una polla así lo puede hacer cualquiera. -cuando Carlos habla al principio no reaccionamos.

Joder, ¿qué ha dicho?, Sergio y yo desviamos la mirada y con los ojos muy abiertos miramos a Carlos que empieza a temblar como una hoja de papel movida por el viento.

-No quería decir eso…, nada, que bueno, no sé, que el tío tiene una polla grande y así se puede agarrar mejor, nada más.

Y nervioso como está cada vez se enreda más

-¿Y tu se lo harías?  -pregunto yo.

Carlos está rojo y muerto de vergüenza, no sabe dónde poner los ojos y empieza a mover sus manos nervioso.

-Tranquilo Carlos, no pasa nada, no has dicho nada del otro mundo, no te preocupes.

Parecía estar a punto de llorar.

-Ya la he jodido, no quería decir eso, se me ha escapado, ¡ay!, no sé lo que digo.

Pero a mí la peli y la conversación me ha puesto la verga durísima y no me corto, me levanto y me pongo de pie al lado de Carlos, en visto y no visto me bajo los pantalones y el slip y con una mano me subo la camisa dejando delante de la cara de Carlos mi polla que ya babea, Carlos se ha quedado hipnotizado con la vista fija en mi verga que cabecea de excitación, no se decide y duda, me mira a los ojos y debe ver en ellos una clara invitación y después de mirar brevemente a Sergio, que no pierde detalle, avanza tímidamente su mano y la posa en mi bajo vientre.

Sucede todo muy lentamente, como si fuera a cámara lenta, acerca su cara y aspira el olor de mis cuarteles, se arrodilla y mi verga queda a la altura de su boca que acerca y sacando la punta de la lengua la pasa por la punta arrastrando el líquido que brota, Carlos debe notar que el asunto va en serio y que no le voy a soltar un golpe, va tomando confianza, su mano desciende de mi bajo vientre, agarra la verga por la base y mete el capullo en la boca.

Pone un morrito precioso para ir poco a poco absorbiendo el capullo y empieza un alucinante masaje con su lengua y chupa metiendo ruido, Sergio se ha retirado un poco y apoyado en una pared se ha sentado en el suelo, desde allí mira sin perder detalle con los ojos abiertos como platos y la respiración entrecortada.

Carlos ya se ha apoderado totalmente de mis atributos, me ha levantado primero un pie y luego el otro para tirar de mi pantalón y slip y dejarlos  encima de la mesa, mete su mano para que abra más mi piernas, ahora con una mano acaricia mis huevos masajeándolos suavemente, la otra mano la mueve acariciando mi glúteo, mi pierna, mi vientre subiendo a mi tableta y lo que alcanza del pecho, tiene la mitad de la verga dentro de su boca y la saca y la mete sorbiendo vorazmente, me está haciendo una mamada de campeonato o eso imagino por el gusto que me da, tengo la mirada pérdida en el techo pero cuando bajo la mirada veo a Sergio, se ha abierto el pantalón y tiene su verga en la mano pajeándose a ritmo lentísimo.

Tiene la boca abierta como un bobo y sus ojos no pierden detalle de lo que Carlos está haciendo con mi cuerpo, miro a Carlos que está de rodillas como adorando a un dios, con su mano perdida pasándola por mi perineo, a veces masajea mis testículos, me tira de los pelillos y hurga en la entrada de mi culo, lo mejor de todo, como mete y saca mi verga de su boca, me gustaría que se la metiera más pero lo que mete lo trabaja que da gusto, gira su cabeza y me mira, me encanta el morrito que pone al sacar la verga como apretándola para que no escape líquido alguno. Mis suspiros les asusta a los dos que me miran, no puedo contenerlos por el gusto que me da.

Después de unos minutos me aprieta más fuerte los huevos y tira de ellos, jolines me voy a correr.

-Carlos, ¡¡¡ay, ay, me voy a correr, me voy a correr, me corro!!!

Intento tirar mi cuerpo para atrás y sacar la verga de su boca pero no lo consiente, se ha abrazado a mi cuerpo y creo que tiene metidas tres cuartas partes de la polla porque siento como golpea en el fondo y con temblores de piernas me corro, empiezo a soltar mi semen en su boca y no saca la polla se lo está tragando todo, un momento después está limpiando con su lengua todo lo largo de mi polla para dejarla más limpia que la patena y brillante por su saliva.

Me dejo caer al lado de Sergio respirando fatigosamente, permanezco ahí tirado unos minutos para recuperar el resuello, y aquí quedamos en cuadro, yo con la parte baja de mi cuerpo en pelota, Sergio con los pantalones y el slip bajado pajeándose sin pajearse y Carlos de rodillas mirándonos con los ojos muy abiertos y muy rojo, tengo que advertir un dato, Sergio y yo, aunque nos habíamos visto desnudos en cantidad de ocasiones y gastado bromas sobre nuestros atributos, etc., no nos habíamos hecho una paja juntos nunca, nunca.

Ya me recupero y apoyo la espalda en la pared sentado en el suelo como estaba Sergio, esté con su mano baja y sube por su verga pero como sin ganas, yo lo miro, él me mira, miramos ambos a Carlos que parece estar esperando una orden o autorización, nos entendemos Sergio se encoge de hombros y Carlos andando de rodillas se le acerca, tira de sus pantalones y slip y lo deja igual que estoy yo.

Carlos sin más preámbulos se agacha y se amorra a la polla de Sergio que le deja hacer, los miro hacer curioso, ahora me hacen más gracia los ruiditos de Carlos aspirando el capullo de Sergio, no sé cómo pero sin dejar de mamar, apoyado en un codo, con la otra mano se deshace de su pantalón y calzoncillo con un facilidad pasmosa, ya estamos los tres igual, Carlos lleva la mano a su verga que…, ¡leches!, esta arrodillado, con la cabeza metida en la ingle de Sergio, su culo en pompa y a pesar de las piernas tan largas que tiene casi roza el suelo con la punta de su polla.

 Dios…, pero que era aquello, una verga como un poco aplastada pero gorda y larga, larga, larga, madre mía, he visto pollas, bueno igual en ese estado no, pero jamás algo parecido, Se la va moviendo mientras sigue mamando y…, os aclaro algo sobre como es Carlos, ya os he adelantado pero os diré como lo veo yo, de altura será como nosotros más o menos, Sergio es unos centímetros más pequeño que yo y Carlos está entre los dos, pero como esta tan delgado y tiene las piernas tan largas parece un poco estrafalario, de cara está bien y cuando se ríe o sonríe ya os he dicho que parece que hace un anuncio de colgate, muy moreno de pelo algo crespo y en conjunto agradable de cara, más cuando lo vas conociendo y haciendo tus ojos a ella, los ojos son muy penetrantes deja que se le vean poco, pero son de un negro purísimo, luego el cuerpo pues parece un niño de Biafra de esos muertos de hambre, espaldas bien formadas y pecho igual pero muy flaco, de su estrecha cintura pende un culo pequeño, redondo, muy alto, con una piernas muy fuertes, no se corresponde la parte inferior del cuerpo con la parte superior, ¿no sabéis?, le salen unos mechones de pelo de los sobacos aún teniéndolos cerrados, en el pecho no tiene nada, es blanco, blanco pero, desde la cintura para abajo todo el cuerpo lo tiene cubierto de un suave vello muy abundante y pude comprobar suave como si fuera terciopelo o seda, culos, muslos, piernas y pies, de acojono, como si fuera un joven fauno, habréis visto alguno dibujos o ilustraciones que hay de ellos.

Pues bien para ver en detalle ese espectáculo me pongo de rodillas y voy detrás de él, su trasero se mueve al compas de los movimientos que imprime a su polla y la mamada a Sergio, de adelante hacia atrás, derecha, izquierda,  quedo hipnotizado, coloco mis manos en sus redondos medios balones y que suavidad, su vello tiene el tacto suave y da placer tocarlo, lo acaricio suave, acerco mi pecho y lo rozo con su culo, joder me hace cosquillas es prodigioso, me he aproximado demasiado y en uno de los movimientos de Carlos mi polla, nuevamente tiesa, entra en contacto con tan mullido colchón y se mete por su raja, Carlos abre un poco sus piernas como invitándome a meter la verga en su raja, estoy de maravilla y parece que me está haciendo una paja con el roce de su vello, de pronto y sin propósito por mi parte, mi verga se encaja en la entrada de su ano y se ha colado la cabeza.

Se queja del dolor pero casi no se le oye con la polla de Sergio en la boca,  no sé si he sido yo tirando mi cuerpo para adelante o Carlos echándose para atrás pero tengo metida la mitad de mi verga en su culo que abrasa, se le escuchan gemidos de dolor que intenta mitigar.

 Ahora sí, soy yo el que me adelanto de rodillas para meterla hasta el fondo, no sé cómo ha sido y lo fácil que ha entrado, permanezco unos minutos disfrutando de la impresión de tener la verga en un lugar tan acogedor y tan cálido.  Carlos se ha dado cuenta de la tiene metida hasta los testículos y comienza a mover su culo en forma de rotación para acostumbrarlo a mi polla, me está llevando a sensaciones sublimes y placenteras.

Esta todo buenísimo, Carlos se mueve sin parar, Sergio con la cabeza inclinada para atrás y mirando al techo no para de suspirar y yo como ido de gozo, lo único malo es que el pobre Carlos, apoyado con un solo codo en el suelo ya que la mano derecha la tiene ocupada moviendo su barra de carne, a veces parece que va a caer para un lado u otro, para que tenga las dos manos libres paso mi mano por debajo de su abdomen y le agarro la polla para sustituir su mano.

Creo que me lo agradece, ahora se dedica con los dos codos hincados en el suelo, a sobar los huevos de Sergio mientras sorbe como un loco, ha parado unos segundos para darse cuenta de que la situación ha cambiado y mueve su culo con más alegría, no lo he dicho pero es impresionante tener en la mano la espada de Carlos, que digo espada, mandoble de los Reyes Católicos, causa impresión tener ese bicho en la mano y es tan suave, tan esponjosa y blanda, no le llego con la mano a la punta, son de locura las sensaciones que tengo, por un lado en la mano, por otro en el pecho, lo tengo pegado a su baja espalda para poder agarrar su polla y luego su caliente culo.

Me voy a correr de nuevo, me sube una angustia de la polla al pecho o al revés, o son los huevos, ni se, una angustia que acabo por apretarme contra él y con la verga metida hasta no sé dónde, empezar a dejar mi semen en su interior y él…, él cierra fuerte sus esfínteres alrededor de mi verga, dios como lo hace.

Descargo todas mis reservas de semen en su interior y descanso un momento fatigado, me recupero un poco y vuelvo a mi trabajo de menearle la polla, él también tiene derecho a pasarlo bien y noto en mi mano como la leche va pasando como un torrente hasta que sale con grandes chorros que acaban haciendo un charco en el suelo, Carlos ha parado de sorber la polla de Sergio, digo yo que para disfrutar de su corrida unos segundos pero ahora sigue y Sergio termina temblando y bufando, debe haber llenado la boca de Carlos porque está recogiendo los restos que le escurren con su lengua.

Estamos rendidos, yo lo estoy, no quiero abandonar el agujero que tapono pero poco a poco mi verga es expulsada de tan cálido canal, le salen hilos de semen del culo que discurren por los pelos de sus pantorrillas, las respiraciones se van tranquilizando y de repente Carlos se pone de pie coge su ropa y sin limpiarse se la empieza a poner, toda no, el slip se lo mete en un bolsillo del pantalón y se lo pone rápido con todos los chorretes de leche que le están cayendo, va a manchar su ropa y luego irá pegajoso.

-Lo he puesto todo perdido, dadme algo para limpiarlo.

-Pero Carlos dónde vas, que te pasa chico, no te preocupes luego lo limpiamos.

-Es que tengo prisa, tengo que marchar ahora mismo, dame por favor algo para limpiar.

De mala forma se ha puesto su camisita, el pantalón y los náuticos, recoge la mochila y va hacía la puerta, no mira nada ni a nadie solo al suelo, parece que le pasa algo.

-Carlos, espera un poco, lávate y arréglate hombre que parece que te hemos machacado, además deja esto, si te tienes que marchas ya lo limpiamos nosotros.

-No, no, es que tengo mucha prisa, tengo que marchar, bueno gracias y perdonar que haya manchado todo el suelo.

-Espera que te acompaño a la puerta.

No me da tiempo y tengo que ir tras él en pelota como estoy, en la puerta dice adiós y no me deja ni darle las gracias.

Tengo que cerrar la puerta no sea que algún vecino me vea como estoy y vuelvo con Sergio, está como atontado mirando al techo con la polla y los huevos sobre una pierna, me siento a su lado y estamos un rato callados, como asimilando lo que acaba de pasar, y luego repentinamente.

-¿Tú, has visto Al, has visto?

Ahora ha bajado la vista y la tiene fija en el gran charco de semen de Carlos y los hilos que hay por el suelo.

-Bueno ahora lo limpio, voy a buscar algo para limpiarlo pero no importa, no es moqueta, es madera y no pasa nada.

Vuelvo con un rollo de papel de cocina pero ha empezado a quedar seco y tengo que volver a por una toalla húmeda.

-Bueno ya está limpio ahora estás más tranquilo.

-Sí, pero has visto.

Continúa en las nubes no se a que se refiere,  supongo que se está refiriendo a la mamada que nos ha dado.

-¿Qué nos la ha mamado y qué?, ¿no te ha gustado a ti?

Me hace gestos con la cabeza asintiendo.

-Sí, sí, Álvaro pero es que le…, le has dado por el culo.

-¿Yo…, no, cómo dices eso?

-Porque lo he visto, has sacado tu verga de su culo, le has dado por el culo si hasta le salía tu leche y además le has hecho una paja.

-Pues no sé, qué más da, como él te la estaba mamando pues no podía hacérselo y la polla se me ha metido y ya está…, no sé, si tú lo dices, igual por eso se ha enfadado y se ha marchado.

-No creo que se haya enfadado porque ponía una cara de gusto cuando empujabas como si estuviera en el cielo, y no te digo cuando se ha corrido, si ha tirado medio litro.

-Pues no sé, no sé, ya pensaremos lo que vamos a hacer, le pediremos perdón el lunes, no le hemos dado ni las gracias.

Y ahí seguimos, sentados contra la pared en pelota y dando vueltas a la cabeza, pero bueno a lo hecho pecho, ya no hay marcha atrás.

-Y si le hacemos un regalo por el trabajo y…, por lo otro…, vamos quiero decir para que nos perdone.

-Oye él también lo ha pasado bien yo no me gasto ni un euro.

-Ya se, Carlos fuma, le vamos a comprar un paquete de cigarrillos, ¿qué te parece?

-Conmigo no cuentes.

-Pero si es solo un paquete de cigarrillos con lo que él ha hecho, no seas tacaño.

-Bueno pero tu pones dos tercios, a mí solo me la ha mamado y a ti te la ha mamado y te lo has follado.

-Vamos a recoger y vestirnos que puede llegar alguien.

Esa noche, ya en la cama, no dejaba de pensar en el cuadro de la tarde, en el culo de Carlos, lo buenísimo que estaba y lo bien que lo hacía, me tuve que masturbar para calmarme.

Y caí en el sueño con un pensamiento recurrente, si no nos perdona, si no nos perdona, si no nos perdona………

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