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La primera vez que cobre por sexo.

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Hacia un tiempo que tenía una fantasía en mi cabeza, y era cobrar aunque sea una vez por sexo.

No era más que una fantasía y jamás se me había cruzado por la cabeza llevarla a cabo. Con el tiempo se fue apagando la idea hasta que un día volvió a aparecer en mi cabeza.

En ese momento ya estaba de novia con mi actual marido, y habíamos tenido algunos intercambios y participado en algunos tríos. Si bien no éramos de hacerlo todos los fines de semana, cada tanto alguna aventurita nos pegábamos.

Era viernes, después de una semana laboral agitada cuando conversando con Julian salió el tema de cobrar por sexo. Empezamos a charlar y le conté que hacia un tiempo había fantaseado con eso. Juli, que estas cosas no me las deja pasar, me pregunto enseguida si era de las fantasías que quería llevar a cabo o de las que prefería que siempre fuesen “fantasía”. La verdad es que la idea de llevarla a cabo no me disgustaba, al contrario. Empezamos a fantasear como llevarla a cabo. Se nos complicaba. No sabíamos cómo hacerlo. Una cosa es ir a un bar o boliche de levante, y terminar con alguien, y otra diferente es decirle a quien te está levantando que sos una profesional. No sabíamos dónde frecuentar ni como relacionarnos con alguien que estuviese dispuesto a pagar para estar conmigo. En un momento fantaseamos con poner un aviso y esas cosas, pero luego desistimos. Es que también tenía el temor de lo desconocido. De concretar algo y que la persona que apareciera no fuese de mi agrado o algo por el estilo. La verdad es que cada vez que indagábamos más, terminábamos desistiendo de la idea. Eso sí, nos servía para calentarnos a full.

Una tarde estaba en casa con Sebastian, el amigo de Julian, tomando unos mates. Es bastante normal que Seba pase por casa cuando vuelve del trabajo a ver a Julian. A veces Juli se demora por lo que Seba sube y se toma unos mates conmigo mientras charlamos de cualquier cosa. Tenemos muchísima confianza, y eso nos permite hablar y hasta hacer de todo. Para que se den una idea de la confianza que tenemos, en esa época, muchas veces cuando me compraba ropa era el quien me decía si a Juli le iba a gustar o no, incluso con la ropa interior. Hasta me cambiaba delante de el sin ningún tipo de pudor. Nunca fui pudorosa, y menos con Sebas, con quien ya habíamos tenido relaciones varias veces y teníamos todo muy en claro.

Mientras tomábamos unos mates esperando a Juli, ya no recuerdo como, salió el tema de la fantasía. Ahí le conté a Seba de que tenía esa fantasía, de que con Juli estábamos tratando de llevarla a cabo, pero que en el medio había muchísimas cuestiones que nos frenaban. Seba, que era casi tan pícaro como Julian, enseguida me dijo que él tenía un compañero de laburo que seguramente pagaría por estar conmigo. Obviamente que Seba haría el contacto, pero sin decirle que yo era la novia de un amigo de él, y que el solo me conocía de haberme “contratado” en un par de oportunidades. Le puse mis reparos, y Seba me dejo tranquila diciéndome que era un chico normal, como Juli y el.

Obviamente la charla siguió avanzando hasta que llegamos al momento de definir la tarifa y que servicios iba a prestar. Sinceramente yo no tenía idea por lo que le dije que en cuento llegara Julian le contábamos todo y que el fuese quien nos ayudaba a definir esas cuestiones.

Al rato llego Juli y lo primero que hice fue contarle la propuesta de Seba.

La idea era la siguiente. Seba iría al trabajo y le contaría a su compañero, que siempre estaba buscando “aventuras” y hacia poco le había dicho que estaba averiguando, que conocía a una “prostituta” para recomendar. Que me había conocido a través de un amigo, y que no solo daba para tener sexo sino que además daba para ir a tomar algo y hacer una buena previa.

Juli enseguida me pregunto qué opinaba, y al ver que yo estaba entusiasmada enseguida dijo que si. Lo que teníamos que definir era que era lo que yo estaba dispuesta a hacer. Nunca se me había cruzado por la cabeza algo así, ya que las veces que me había acostado por primera vez con alguien no era de poner límites más allá de los que se dieran en la situación. Nunca me iba a encamar con alguien pensando en si le iba a dejar hacerme la cola, o pre determinando donde lo iba a dejar acabar. Así que entre los tres quedamos en que no habría límites, solo tarifas.

Entre Juli y Seba convinieron en que cobrándole $450 pesos estaba bien. La idea no era espantarlo, pero tampoco que pareciera un regalo. Ese importe era por 2hs. de mi tiempo. Si la idea era ir a tomar algo antes, quedamos en que el valor era de $550.

Así fue que esa noche tuve sexo a full con Juli fantaseando con mi experiencia de prostituta.

Al otro día, mientras estaba trabajando, Juli me llamo por teléfono. Me dijo que Seba le acababa de confirmar que su compañero de trabajo se había quedado como loco.

Esa misma tarde Seba volvió a pasar por casa y a contarnos con lujo de detalles lo conversado con su compañero de trabajo.

Había seguido el plan al pie de la letra. Supuestamente me había conocido en una “fiesta” donde había estado yo con Seba y un amigo de él. Le había contado con lujo de detalles lo que habíamos hecho y a partir de eso y de mi descripción física, su compañero había quedado más que entusiasmado. Así que había quedado que para el otro día le iba a llevar mi número de teléfono.

Luego de nuestro visto bueno, al otro día Sebas le paso mi número.

Pasaron un par de días y no había recibido ningún llamado. De todos modos Seba nos había dicho que nos quedáramos tranquilos, que como era fin de mes seguramente estaba esperando a cobrar para llamarme.

Y tenía razón. A los pocos días recibí el tan esperado llamado.

Se presentó como Fabian, yo ya sabía el nombre porque Seba me lo había dicho. Me dijo que estaba armando algo para el sábado, y que quería saber si estaba disponible. Estaba bastante nerviosa, y tenía miedo de que mis nervios me delataran, pero lleve bastante bien la situación.

Rápidamente le dije que estaba libre, pero que me tenía que confirmar cuanto antes porque hacia un rato me habían llamado también aunque por el momento no me habían confirmado. No sé porque se me ocurrió eso, pero me salió bastante bien ya que Fabian me confirmo para el sábado. Me pregunto cuanto le cobraría, a lo que le pregunte qué era lo que tenía en mente, y me confirmo que le gustaría ir a tomar algo primero, ya que Seba le había dicho que no solo era muy linda, sino que además muy simpática. Quedamos en encontrarnos el sábado a las 21hs en un bar del microcentro. Antes de cortar me pregunto si tenía problemas en que fueran más de uno, a lo que un poco temerosa le dije que no, que la tarifa era el doble, pero que si no me gustaba algo me iba de una. Me dijo que me quedara tranquila, que era gente bien y que solo querían divertirse. De todos modos solo me estaba consultando ya que le quería dar una sorpresa a un amigo y no sabía si iba a poder el sábado.

Obviamente que lo primero que hice cuando corte fue llamarlo a Juli y contarle todo. La charla me había excitado y solo imaginarme la situación me tenía muy caliente. El resto de la tarde no pude trabajar ya que tenía la cabeza en cualquier cosa.

El resto de la semana paso sin ningún tipo de novedad. Solo yo y mi excitación a pleno y noche tras noche desquitándome con Julian.

Llego el sábado y los nervios me carcomían. A la mañana me fui a comprar ropa. No sabía que comprarme. Quería parecer sexy pero no puta. No quería ser vulgar. Además iba a ir a un bar donde estaba la posibilidad de cruzarme con algún conocido. Ya tenía el speech armado. Si me cruzaba con alguien, eran compañeros de la facultad y estábamos tomando algo por el cierre del cuatrimestre. Por eso no podía vestirme demasiado llamativa.

Al final solo me compre una musculosa negra, que a la luz era bastante transparente. Abajo me puse un jean muy ajustado, y en los pies unas sandalias con tacos. Acompañaba todo con una tanguita muy chica, y un corpiño de encaje negro, que dependiendo de la luz dejaba traslucir un poco mis pezones por debajo de la musculosa. Me maquille un poco, le di un beso a Juli y me fui.

Mientras manejaba los nervios eran constantes. En un momento, producto de la distracción casi choco, por lo que después del susto decidí concentrarme más.

Al llegar al garaje llame a Juli para avisarle que había llegado y quedamos en que me iba a llamar cada dos horas para chequear de que todo estuviese bien.

Entre al bar y ya había bastante gente. Si bien hay muchas mesas, también mucha gente se queda parada o en la barra, por lo que tuve que pedir permiso para avanzar. Tenía una leve idea de cómo era Fabian, pero ahí dentro, con poca luz y tanta gente se me estaba complicando encontrarlo. Sabía que estaría en una mesa, eso era lo que me había dicho, y a lo sumo estaría con un amigo. Después de dar una vuelta logre identificar una mesa, la única, en que había un chico solo. Por la descripción era bastante parecido a como me imaginaba a Fabian. Cuando me vio, mientras yo dudaba un poco, me sonrió y enseguida se paró para darme un beso. Antes del beso atine a preguntar, “Fabian?”. Y enseguida, y dándome el beso, me confirmo que era él.

Enseguida nos pusimos a conversar de cosas sin sentido. Desde cómo había llegado, hasta el clima, etc. No recuerdo cuantas, pero habré tomado dos o tres cervezas y el otras tantas. Con el correr de las cervezas y el tiempo, fuimos entrando en confianza. Fabian era tal como me lo había descripto Seba. Era un chico normal. Tendría unos 30 años. Era flaco, de pelo corto. Aparentaba tener buen físico, y de cara era bastante lindo. Me había contado que jugaba al rugby y además practicaba artes marciales. Tenía una novia, pero que hacia un tiempo estaban llevándose mal, y que estaba pensando en dejarla.

Yo trate de dar poca información sobre mí, pero siempre tratando de no ser antipática. Le conté que estaba de novia, que mi novio no sabía lo que hacía, porque en realidad durante la semana o durante el día trabajaba en una empresa en la parte administrativa. Y que esto lo hacía porque me gustaba la plata. Que era bastante selectiva con mis clientes y que cuando me cansara iba a dejar de hacerlo. Todo venía muy bien hasta que me confeso de que en breve se uniría un amigo de él, del que me había comentado. La verdad es que en ese momento un escalofrío me subió por la espalda. No tenía miedo de estar con dos hombres a la vez, ya lo había hecho varias veces. Mi temor era lo desconocido. Ya me había mentalizado en estar con Fabian, me gustaba, pero ahora sumar a otra persona no sé si me entusiasmaba. Igualmente no le dije nada, solo sonreí y le recordé que si no me gustaba o no estaba de acuerdo me levantaba y me iba.

Seguimos tomando y conversando hasta que le suena el celular. Mientras él hablaba como podía con su amigo, por el ruido que había era casi imposible hacerlo ahí dentro, yo aproveche y llame a Julian. Total ya había blanqueado que tenía novio y si me preguntaba con quien hablaba le podía decir la verdad. Le dije a Juli de que todo estaba bien, pero que me parecía que se iba a sumar otra persona más. Le comente que no estaba muy segura, pero el enseguida me calmo diciéndome que era conocido de Seba, que me quedara tranquila. Así que quede en llamarlo de nuevo en un par de horas. Fabian ya había cortado y en cuanto corte yo me dijo que su amigo estaba estacionando el auto y que enseguida se nos iba a sumar. En ese momento aprovecho por primera vez y me dijo que si le hubiese pedido más plata la hubiese pagado, porque estaba mejor de lo que Sebastian me había descripto.

En eso veo que Fabian mira para atrás mío y levantando la mano saluda a alguien. Supuse que su amigo había llegado, por lo que gire la cabeza mirando sobre mi hombro. En eso lo veo a Seba que venía sonriéndose caminando para donde estábamos nosotros. Me puse bastante nerviosa, porque no sabía que hacia ahí. Seba viene, me da un beso como si nada y se sienta al lado mío enfrente de Fabian. Yo lo miraba sorprendida y en Fabian rompió el silencio con un “no los presento porque sé que se conocen”. Ahí me di cuenta de que el amigo del que me había estado hablando, y a quien estábamos esperando era Sebastian. En cierto modo estaba más tranquila, ya que con Seba presente me sentía mucho más segura. Por otro lado lo quería matar ya que me hubiese gustado que me lo dijera antes. De todos modos seguí con la actuación y conversamos un rato. Seba, que se aprovechaba, empezó a decirme cosas subiendo la temperatura. Fabian no se quedó atrás. Yo de a poco empezaba a excitarme. Fabian en un momento me dice, “que lindas tetas que tenes,” y Seba me tocaba la pierna por debajo de la mesa. Yo estaba ya entregadísima, pero no quería perder el control de la situación.

No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero fue solo una cerveza más. Fabian llamo a la camarera y luego de pagar decidimos irnos. Yo estaba nerviosa, pero Seba me daba tranquilidad. Ahí me entere de que iríamos a la casa de Fabian, que vivía solo a unos 10´ de donde estábamos.

Una vez en la calle, Fabian fue a buscar el auto mientras yo me fumaba un cigarrillo y conversaba con Seba. Justo cuando le estaba por preguntar si estaba todo arreglado le sonó el celular, por lo que no puede hablarle. Y cuando corto llego Fabian con el auto.

Ya en el auto de Fabian, me hicieron sentarme adelante quedando Seba atrás mío.

No hubo tiempo para jugar en el auto, ya que el viaje fue muy corto.

Fabian vivía en un departamento muy lindo. Lo tenía muy bien decorado y al ser un piso alto, la vista era muy amplia.

Antes de arrancar, y mientras Fabian estaba en el baño, Seba me susurro de que le reclamara el pago por adelantado. Así que ni bien salió del baño, y mientras se me acercaba, le dije que quería primero tener la plata en mi cartera. Fabian no me dijo nada, y dándome la razón me dio $1000. Pero rápidamente me di cuenta de que faltaban $100 así que se los reclame. Me pidió disculpas y me los dio enseguida. La verdad es que siempre me quedo la duda de si no se dio cuenta, o si quiso engañarme.

La situación inmediata me pareció fría, con lo cual se me hizo bastante complicada. Seba se me acerco primero para romper ese hielo, al fin y al cabo era la novia de su amigo y si bien me iba a garchar, supongo que quería que me sintiera lo más cómoda posible. Me agarro de la mano y me llevo a la habitación, y de un pequeño empujón me indico que me sentara en la cama. Fabian puso algo de música, y luego vino detrás de nosotros y empezó a hacer chistes que no recuerdo en este momento. Empezaron a conversar con Seba pero yo no les prestaba atención. Estaba nerviosa.

Se me acercaron los dos, dejando sus penes a la altura de mi cara. Yo sin esperar comentario o pedido alguno, y entendiendo lo que debía hacer, empecé a desabrocharles los pantalones y bajarles el cierre. En pocos segundos ambos quedaron en bóxer delante de mí. Fabian tenía una buena erección, y su pene casi se escapaba por el orificio de su bóxer. Empecé a masajearlos por arriba de los bóxer y Seba enseguida tuvo una erección también. De tanto masajeo el pene de Fabian logro salir en parte por el orificio del bóxer, por lo que tuve el primer contacto piel a piel con él. Comencé a masturbarlo. Su pene era grande. No gigante pero si grande. Sobre todo la cabeza. Con mi otra mano me las ingenie y metiéndola por el orificio del bóxer, logre sacar el pene de Sebastian.

Después de masturbarlos a ambos durante un rato, comencé a chupárselas. Alternaba dos o tres movimientos con uno y cambiaba al otro. Así durante un rato largo.

Podía escuchar los gemidos y palabras de exclamación de ambos. Hablaban entre ellos alabando mis virtudes.

Mis movimientos iban tomando cada vez más ritmo, y ellos me lo hacían notar por sus expresiones de placer. En un momento Seba se aparta y termina de sacarse la ropa, quedando desnudo. Se me acerca y tomándome de las axilas me hace parar. En eso aprovecha para sacarme la musculosa y Fabian mientras tanto me desabrocha y baja el jean dejándome en tanga y quedando mi cola a la altura de su cara. En eso Seba me indica que me acueste quedando boca arriba en la cama.

Él se agacha y empieza a jugar con mi conchita introduciéndome un dedo. Mientras Fabian se me tira casi encima y empieza a jugar con mis tetas. En pocos segundos me saca el corpiño y me las deja al aire. No pierde el tiempo y comienza a chupármelas con fuerza. Seba seguía masturbándome y yo la verdad es que no podía más. Los nervios habían desaparecido y el placer se había adueñado de mi cuerpo. Estaba completamente relajada disfrutando. Daba la sensación de que yo era la que estaba pagando.

Después de un rato en esa posición, Seba me saco la tanga y ahora me masturbaba con los dedos mientras me la chupaba. En ese momento logre tener un orgasmo que intente disimular. De todos modos Seba se dio cuenta porque cruzamos la mirada. Fabian se arrodillo a la altura de mi cara y volvió a ponerme su pene en la boca. Yo no dude un segundo y volví a chuparla. Ahora con más ganas que antes. La cabeza era grande y me obligaba a abrir la boca bastante. No podía relajarme porque si no se la lastimaba con los dientes.

En eso escucho que algo se dicen, y Fabian se levanta y sale de la habitación. Vuelve enseguida con una caja de preservativos en su mano. Rápidamente abre uno y empieza a ponérselo. Seba se levanta de donde está dejándole lugar a Fabian, quien me ayuda a acomodarme y enseguida me penetra. No me dolió, pero sentía como ocupaba la totalidad de mi vagina. Al principio tuvo que entrar y salir un par de veces antes de agarrar ritmo, pero una vez acostumbrada, fui yo la que comencé a moverme. Estaba disfrutando. Fabian me cogía muy bien. Mientras me penetraba aprovechaba para morderme y pellizcarme los pezones. Yo lo ayudaba agarrándolo de la cola indicándole que me penetrara lo más profundo posible. En eso veo que Seba estaba sentado al costado nuestro mirando la situación y masturbándose. Estiro mi mano y comienzo a ayudarlo.  Fabian se aleja, ya que me dio la sensación de que estaba por acabar y no era el momento. Ni bien se aleja Seba se levanta y poniéndose un preservativo ocupa el lugar de Fabian. Enseguida note la diferencia de tamaños. No era que con uno disfrutara más que con el otro, pero podía sentir que mi cuerpo oponía menos resistencia al pene de Sebas.

No era la primera vez que me penetraba y sabía muy bien como cogerme. Me agarro y después de entrar y salir un par de veces me dio vuelta poniéndome boca abajo. Se acostó arriba mío y volvió a penetrarme. Es una posición que me encanta y él lo sabía. Empezó de manera lenta, pero poco a poco fue subiendo la intensidad. Yo no me podía mover, así que solo podía hacer fuerza con mis músculos vaginales. No se cuánto tiempo paso, pero fue lo suficiente para que volviese a acabar. Cuando Seba se dio cuenta de esto automáticamente el comenzó a hacer lo mismo. Ni bien termina de acabar se aleja y puedo ver como tenía el preservativo colgando lleno de semen. Trato de darme vuelta pero Fabian se apura y sin decirme nada me da a entender que él también quiere penetrarme de la misma forma. Así que se acuesta arriba mío y ayudándose con una mano me penetra. Yo abrí las piernas dándole la bienvenida. Si bien hacia segundos en que había acabado, al poco tiempo de haberme penetrado ya estaba nuevamente excitada.

Fabian logra pasar una mano por debajo de mi vientre, y comienza a jugar con mi clítoris a la vez que me penetra. Yo trato de levantar la cola para que le sea aún más fácil penetrarme. Quiero sentir ese pene totalmente dentro mío. No se cuánto tiempo estuvimos en esa pose, pero mi espalda comenzó a cansarse. De todos modos Fabian acelera el ritmo, lo que me da la pauta de que está acabando. Yo lo ayudo tratando de levantar aún más la cola, y gimiendo como si también estuviese teniendo un orgasmo. Siento como se acuesta sobre mí por lo que entiendo que ya termino.

Fabian se levanta y veo también como tiene el preservativo lleno de semen. Yo me quedo acostada en la cama, pero esta vez boca arriba. Seba está sentado en una silla tomando algo y ni bien puede me sonríe. Sonrisa que yo le devuelvo en señal de que está todo bien.

Vuelve Fabian, ya con su pene dormido, y con tres porrones en la mano. Me da uno a mí, y el otro a Seba, y ahí mismo brindan entre ellos y me hacen participar. En eso suena mi celular, y me disculpo para atender. Me voy al living para hablar más tranquila. Era Julian que quería saber cómo estaba todo. No quise decirle nada de Seba y solo le dije que estaba todo bien. Tampoco insistió mucho ya que sabía que en ese momento no podía hablar.

Decido ir al baño aprovechando que ya estaba en el living. Desde ahí podía escuchar lo que hablaban Seba y Fabian. Fabian estaba diciéndole que la verdad que yo era una bestia, que era tal como Seba le había dicho. Que si lo hubiese sabido antes, hace tiempo que vendría llamándome al menos una vez al mes, y un montón de cosas más todas relacionadas con el mismo tema.

Salgo del baño desnuda como estaba y vuelvo a la habitación. Fabian recostado en la cama, Seba sentado en la misma silla de antes, por lo que solo me quedaba acostarme al lado de Fabian. Cuando entre a la habitación note como aprovecharon para mirarme de arriba abajo, ya que era la primera oportunidad que tenían para verme completamente desnuda y en un plano de esa magnitud.

Me acomode al lado de Fabian y trate de taparme un poco con una almohada. Seguimos tomando la cerveza mientras conversábamos de cualquier cosa. Fabian cada tanto me hacía preguntar personales, y cuando había alguna que no quería responder lo cortaba diciéndole que prefería no hablar de mi vida privada. Así estuvimos alrededor de media hora. Yo no sabía si ya había terminado todo o solo estaban haciendo tiempo. También me di cuenta que jamás me había fijado la hora en que habíamos arrancado, por lo que no sabía cuándo se cumplirían las 2hs. No era que me preocupara, sino que quería parecer lo más profesional posible.

Cuando todo parecía haber terminado, y yo ya estaba pensando en empezar vestirme, Fabian de una manera directa y hasta vulgar me dice, “no me la chupas de nuevo?”. Yo lo mire con ganas de putearlo, pero en realidad no había sido maleducado, solo directo. Así que sin decirle nada me acomode y empecé a chupársela. Al principio con pocas ganas, pero al sentir como iba ganando tamaño mis ganas fueron en aumento. Cuando me di cuenta de que ya estaba totalmente erecto, empecé a aumentar aún más el ritmo. Quería regalarle mi mejor chupada, que nunca se olvidara de mí y que pensara que cada peso que me había pagado había valido la pena. Podía escuchar como gemía de placer y cada tanto le tiraba un comentario a Seba. En eso siento que Seba se levanta y se acerca a mí. Vuelve a jugar con mi vagina que a pesar de haberme limpiado aún seguía largando jugos. Seba enseguida encuentra el ritmo y primero con un dedo, luego con dos y después con varios, me da hace una paja increíble. Cada tanto aprovecha y mete un dedo en mi cola, lo que me hace pensar que me la van a querer usar. En un momento siento que Fabian quiere salirse, por lo que supongo que esta por acabar. Dudo en si dejarlo o seguir así para que acabe, pero es persistente y logra salir. Me agarra de las muñecas y levantándome me sienta arriba de él. Con una mano trata de penetrarme, pero yo lo rechazo diciéndole que no tiene preservativo puesto. Fabian se disculpa diciéndome que en la excitación no se había dado cuenta, pero a mí no me convence y me da la sensación de que quiso penetrarme sin forro a propósito. Seba le tira la cajita de preservativos y Fabian agarra el último que quedaba. Lo ayudo a ponérselo y rápidamente me acomodo arriba de el para que me penetre. Vuelvo a sentir como ingresa esa cabeza dentro de mí. Ahora al estar arriba tengo mucho más control. Al tenerme de frente comienza a chuparme y morderme los pezones. Yo subo y bajo con ganas. Sé que no voy a tardar en acabar nuevamente. Siendo como Seba aprovecha y mete uno o dos dedos en mi culo. Es evidente de que tiene la idea de hacerme una doble penetración. Estuvimos varios minutos así hasta que noto que Seba se acomoda detrás mío como para tratar de penetrarme analmente. No tardo en sentir como la cabeza quiere entrar en mi culo. La posición es incomoda y va a ser difícil, pero dejo de moverme como para ayudar la situación. Fabian también se queda quieto como esperando a que Seba logre penetrarme. De a poco lo va logrando y yo siento que voy a explotar. Sé que si no me saco de adentro primero la de Fabian, va a ser difícil que Seba logre penetrarme. Así que ayudándome con los brazos, y de un movimiento, logro que el pene de Fabian salga de adentro mío. En esa posición Seba no pierde el tiempo y de a poco logra penetrarme. Me encanta el sexo anal. La saca y la vuelve a poner, y cada vez entra un poco más. Siento como mi cuerpo se acostumbra y en cada oportunidad acepta un poco más dentro de mí. En eso Fabian le hace un comentario a Seba sobre los preservativos y Seba no sé qué le contesta, pero lo que entiendo es que Fabian le estaba reprochando de que me estaba penetrando sin preservativo. A mi Sebastian me había penetrado muchísimas veces sin preservativo, pero eso Fabian no lo sabía. Yo seguía siendo la prostituta y él estaba tratando de cuidar a su amigo. En un momento de lucidez me hago la ofendida y me muevo de la posición. Seba me pide disculpas y se levanta para buscar más preservativos. Para no romper el momento me acomodo de nuevo arriba de Fabian quien me penetra en dos segundos. Vuelvo a cabalgar sobre ese pene con ganas, quiero robarle un orgasmo. En eso vuelve Seba diciendo que no hay más preservativos, pero a Fabian y a mí no nos importa. Estamos concentrados en lo nuestro. No se cuánto paso, no más de dos o tres minutos hasta que siento que Fabian comienza a acabar. Automáticamente lo acompaño y tengo uno de los mejores orgasmos que recuerde. No se cuánto duro, pero pareció eterno. Me tiro sobre la cama. Estoy cansada. Veo como el pene de Fabian empieza a achicarse dentro del preservativo lleno de semen.

Seba está sentado en la silla de nuevo y tiene una erección tremenda. En otras circunstancias ya me hubiese penetrado y acabado dos veces, pero delante del amigo éramos desconocidos y no podíamos darnos ese lujo. Pero yo no lo quería dejar así. Le hago un gesto para que se acerque y se siente en la cama. Me acomodo y empiezo a chupársela. Estoy decidida a hacerlo acabar, y sé muy bien cómo hacerlo. Se la chupo durante un rato mientras con mis manos masajeo sos huevos.

Después de un rato siento que empieza a tener contracciones en señal de que esta por acabar. Lejos de sacármela de la boca me la meto más adentro. Quiero que me deje todo su semen en mi garganta. Esto parece excitarlo más y de pronto empiezo a sentir como su semen invade mi boca. Es amargo, tibio y pegajoso. Realmente horrible. Pero no digo ni hago nada más que seguir chupando. Fabian empieza a decir cualquier cosa, quejándose de que él se quedó afuera de eso.

Cuando me doy cuenta de que ya no sale nada más la chupo un poco más hasta dejarla limpia. Con mi mejor cara de puta me levanto y me voy para el baño a limpiarme.

Sabía que ya tenían que haberse cumplido las 2hs, así que ahí terminaba mi primera experiencia como prostituta.

Al salir veo que los chicos seguían desnudos en la cama, pero yo empecé a agarrar la ropa y a cambiarme. Al verme hacer esto, ellos también también a vestirse.

Una vez en el living Fabi me pregunta si puede volver a llamarme el mes próximo. Le digo que obvio, pero que tuviese en cuenta de que tenía que llamarme con tiempo para que pudiese organizarme.

Fabian se ofrece a llevarme hasta donde fuese necesario, pero luego de agradecerle le pido que me llame un taxi.

Mientras esperábamos el taxi aproveche para fumarme un cigarrillo. Fabi me pregunto si le podía dar mi teléfono a algún amigo de él que estuviese buscando una chica como yo, pero le dije que prefería que no ya que no tenía mucho tiempo y tenía una cartera de clientes fija. Todo mentira, pero la realidad es que no quería que mi celular circulara por cualquier lado. Fabian entendió y el tema quedo cerrado.

Me despedí de ambos con un beso, y quedamos en vernos dentro de un mes.

El taxi me dejo donde tenía el auto. Mientras manejaba a casa se me cruzaron mil cosas por la cabeza. La verdad es que lo había pasado muy bien y era una fantasía más que se transformaba en experiencia. Lo que no sabía era si estaba dispuesta a repetirla.

Al llegar a casa Julian me estaba esperando despierto. Lo primero que me dijo al verme fue, “y?, como te trato Seba?”. El hijo de puta ya sabía que Sebastian iba a estar presente. Lo tenían arreglado entre ellos. Y ahí me explico los motivos.

Juli quería ayudarme a cumplir mi fantasía, pero tenía sus temores. La idea de que estuviese con un desconocido no lo dejaba tranquilo, y ahí es cuando surgió la posibilidad de que Seba estuviese presente. Por eso Seba le había dado el teléfono a su compañero de trabajo, solo con la condición de que él estuviese presente, pero le dijo a Fabian que cuando me llamara le dijese que era una sorpresa para un amigo, porque si no yo le diría que no.

Se las habían pensado todas. Como cumplirme la fantasía y como cuidarme.

La verdad es que lo había pasado muy bien, y en mi cabeza daba vueltas la posibilidad de repetirlo. Al fin y al cabo tenía $1100 que podía gastarme en el shopping al día siguiente.

 Nati

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