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Mi amigo Lucas

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Sucedió hace par años atrás, cuando estábamos en 5° año de la secundaria, al comenzar ese año nos encontramos con un nuevo compañero, Lucas, el cual es bastante gordo para sus 18 años, no llega a ser obeso, pero inmediatamente lo apodamos el "gordo Lucas", cosa que a el no le molestó, ya que sus anteriores compañeros lo llamaban así.

Como el vivía con su madre a pocas cuadras de mi casa, casi todos los días regresábamos juntos del colegio que queda a 5 cuadras de nuestras casas, el vive a solamente dos cuadras de mi casa.

En esas caminatas fuimos formando una amistad, contándonos cosas de nosotros y de nuestras familias, así fue como me contó que sus padres están separados desde hace 3 años, y la casa que tienen la compraron con el dinero que su padre le dio a su madre después de la separación, asimismo me contó que su madre también es de una contextura, que al igual que el, que sin ser gorda es una mujer de cuerpo bastante grande.

Sucedió que un viernes yo necesitaba unos libros para hacer un trabajo práctico, el cual quería comenzar a desarrollar el fin de semana, y como él los tenía se ofreció a prestármelos, diciéndome que pasase por su casa el sábado a buscarlos, cosa que así hice.

Cuando llegué a su casa, me abrió la puerta su madre, al verla casi me muero de un susto, era algo enorme, no mas alta que yo, que mido alrededor de 1.70, sino que muy rellena de todos lados, calculo que peso sería de alrededor de 110 a 120 kilos.

Estaba vestida con unos shorts blancos bastante transparentes, que dejaban translucir su ropa interior, y que apenas cubrían sus enormes nalgas, una camisa bastante transparente que mostraban su corpiño de color celeste, los botones de su camisa parecían explotar por lo inmensos de sus pechos, que por lo cierto eran inmensos, creo que de un talle de 120 o 130, sinceramente no podía creer lo que estaba viendo.

Hola!!!… pasa.. vos deber ser Mariano… yo soy Olga, la mamá de Lucas.

Si…. Alcancé a contestar, ya que la sorpresa ante esa mujer me había dejado casi sin habla, y viendo sus inmensos pechos comencé a tener una erección, cosa que a los 18 años no me costaba gran esfuerzo.

pasa, pasa.. Lucas me dijo que vendrías a buscar unos libros, mientras me hacía entrar a su casa me comentó que el no estaba, ya que su padre lo pasó a buscar para pasar el día con el, y que los libros estaban en su dormitorio, y que buscase los que necesitaba.

Así comenzamos a subir las escaleras hasta el piso superior donde estaba el dormitorio de Lucas, ella iba adelante mío, balanceado su inmensa cola delante de mi cara, lo cual aumentaba mi placer, pensando que lindo sería poder poner mi boca y toda la lengua dentro de esas nalgas tan hermosas.

Cuando entramos al dormitorio, noté que no había ninguna diferencia con el mío, libros por todas partes, ropa sobre las sillas, zapatos y zapatillas con medias debajo de la cama, y todas otras cosas en cualquier lugar.

Ella se quiso disculpar por todo el despelote de la habitación, a lo cual le comenté que la mía estaba de igual o peor manera.

Como Lucas en su apuro con salir con su padre, no había dejado separados los libros que yo necesitaba, comenzamos con su madre a buscarlos, en dos oportunidades ella se agacho a revisar unos libros del suelo, poniendo a mi vista su enorme culo que pugnaba por salir de sus estrechos pantaloncitos, pantaloncitos para ella, ya que yo con ellos me haría un sobretodo, luego se inclinó frente mío, con lo cual pude ver parte de sus pechos, lo cual aumentó mi erección, que eran de un color rosado, cosa que me pareció algo delicioso.

En ese momento, ella encontró entre los libros que buscaba, dos revistas porno, y hojeándolas ante mi comenzó a decir:

Mira este atorrante lo que tiene acá, en vez de buscarse una pendeja de su edad anda mirando esto… (no era un reproche solamente un pensamiento en voz alta), por lo que vi vos no sos así ya que te he visto como me mirabas las tetas cuando me agaché.

Esto me descolocó, no sabia que contestar, que decir, me empecé a poner colorado al verme descubierto, ya que no creía que ella me hubiese visto cuando lo hacia.

Ella se dio cuenta al instante, y haciéndolo una caricia en mi mejilla me preguntó:

De veras te gustan mis tetas???….

Ehhh.. Ahhh… no sabía que decir, las palabras no me salían, pensaba a mil por hora… si decía que si, quizás recibiera un fuerte cachetazo por hijo de puta, si decía que no, tal vez recibiera el mismo cachetazo pero por pelotudo al no saber apreciar los pechos que se me ofrecían.

No seas tímido… me dijo al instante, yo contestaré por vos….

A lo cual comenzó a desabrocharse su camisa dejando ver su corpiño color celeste, el cual guardaba unas tetas descomunales, acto seguido se la quitó y se desabrochó el corpiño, nunca había visto nada igual, sus tetas salieron disparadas hacia fuera como una catarata, nada las contenía, se mostraban en todo su inmensidad, eran extraordinarias, de un color rosado pálido, con algunas pecas esparcidas en su piel, pero lo mas excitante eran sus pezones, de un color carmesí, enormes, casi como los dedos gordos de mi mano, sinceramente la erección que tenía en ese momento comenzó a dolerme, mi pija estaba como un palo, dura, recontra dura, quería salirse de mis pantalones.

Colocó sus manos en mi cabeza y trayéndome hacia ella me dijo….

Ya!!.. no esperes más son tuyos, cómetelos todos.

No esperé ni un segundo, le tomé el pecho izquierdo entre mis manos, que a decir verdad no podían abrazarlo todo, se me escapaba de entre las manos y comencé a chuparle el pezón, primero mi lengua y luego mi boca comenzaron a jugar con el, los gemidos que ella comenzó a producir eran algo maravilloso, no podía creer que estuviese gozando tanto con mis caricias, luego comencé con el otro pecho, y así un buen rato saltando de un pecho al otro, ella no aguantaba mas, ni yo tampoco, con lo cual comencé a bajarle sus shorts, ella a ver esto me dijo:

Acá no… vamos a mi dormitorio…

Yo la seguí acariciando su trasero por encima de lo pantalones, y ella meneando sus enormes nalgas, no creía que eso que me estuviese pasando a mí, que eso fuera realidad, me parecía un sueño del cual no quería despertar nunca.

Ya en el dormitorio me ayudo a quitarme mi ropa, dejándome al descubierto mi verga con una erección total.

Se tendió de espadas sobre su cama, y terminó de quitarse sus pantalones y su bombacha del mismo color celeste que su corpiño, eso fue lo mas, dejó delante de mi vista su monte de Venus, que a decir verdad mas que monte de Venus era el monte Everest, y su vello púbico se parecía a la selva del Amazonas, tupido, de un color castaño muy claro, casi rubio, como su cabello, así de esta forma comencé a ir subiendo mis labios desde las piernas hacia su vagina, aplicando pequeños y delicados besos, cosa que le arrancaba unos gemidos incontrolables, su sexo era la suavidad, la dulzura. Mi boca ya no se podía separar de su sexo .

Ella, por otra parte permanecía con las piernas abiertas y comencé a sentirla respirar cada vez mas fuerte. La miré. Su cara no era precisamente de estar sufriendo.

Ya sin pensar en nada y como idiotizado me acerque mas y le pase la lengua por su prominente monte de Venus, lamiendo sus pelitos; ella siguió emitió pequeños gemidos al tiempo que abría mas y mas sus piernas dejando al descubierto sus ricos y carnosos labios vaginales y su apetitoso botón rosado que ya estaba duro. Ni lerdo ni perezoso dirigí mi lengua a ese sitio de placer delicioso, ella colocó debajo de sus nalgas una almohada, para que su sexo quedase mas a mi disposición y se recostó en la cama a la vez que lanzaba pequeños gemidos de placer, le chupé su vagina por varios minutos pasando mi lengua por todos esos hermoso rincones, no dejando nada por recorrer, hasta que estiró sus piernas y se estremeció, sus gemidos aumentaron hasta casi convertirse en aullidos de placer, en ese momento sentí un liquido caliente que llegaba a mi lengua e inundaba mi boca.

Solo escuche de su boca: Como me haces acabar.. Sus un guacho…. Era casi un susurro, un pensamiento en voz alta, entonces sentí que sus manos me tomaban por debajo de mis brazos y me obligaban a subirme hacia sus tetas, las cuales empecé a mamar nuevamente, y a besarla en su boca, sus labios eran carnosos exquisitos, introduciéndonos nuestras lengua lo mas que podíamos el uno al otro, estando así, sentí que sus manos agarraban mi miembro que estaba que no daba mas de duro y lo dirigían hacia su hermosa vagina, no me hice esperar y conseguí introducirla, toda de un solo golpe, entró hasta el fondo, y otro quejido salió de sus labios, no era dolor era placer, el cual tapé con mi boca en un beso que se prolongó indefinidamente, mientras comenzaba a sacarla y ponerla en un ritmo frenético, acompañado por un vaivén de sus caderas que parecía que era un naufrago en una balsa en el medio del océano.

Estando así disfrutando de nuestras respectivas lenguas con unos besos infernales, no tardamos mucho en que llegaran nuestros fluidos, y los dos juntos explotamos de una manera espectacular, acabamos juntos, mí cuerpo temblaba y yo seguía besándola y ella a mi y fueron uno tras otros nuestros respectivos orgasmos, hasta dejarnos sin aliento.

Lentamente me fui bajando, besando su cuello, sus Tetis, y nuevamente introduciendo toda mi lengua es su vagina, llena de mi semen y sus fluidos, era el sabor mas exquisito que hubiese degustado en toda mi vida, ella no se movía, al igual que yo estaba exhausta, pero me acariciaba mi cabeza y seguía en un gemido interminable, luego seguí bajando con mi lengua hasta encontrar su ano, que delicia, comencé a lamérselo e introducir mi lengua en su interior, lo que le produjo nuevos espasmos de placer, pero esto no duró mucho, me hizo levantar y me dijo que no podía seguir mas, que estaba totalmente desarmada, que no podía mas, que su culito sería totalmente mío en otra oportunidad.

No quedamos tendidos en la cama, acariciándonos, besándonos y recuperándonos de tanto placer.
Se ofreció a bañarme, lo que obviamente acepté. Llenó la bañera y me llamó cuando estaba todo listo. Nos metimos al agua y nos bañamos, por supuesto entre besos y caricias, sus Tetis aún seguían siendo mi blanco principal, ella lo sabía y por lo tanto me las ofrecía como plato principal.

Cuando nos despedimos en la puerta de su casa, casi en secreto me dijo: La próxima vez mi "culito" va a ser todo tuyo, ah!, si quieres puedes ayudarme a depilarme, cosa que nunca he hecho para nadie y que sola no puedo hacerlo.

Ya estaba cerrando la puerta cuando me dijo:

Los libros, olvidaste los libros que viniste a buscar…..

(Quien pensaba en los libros en ese momento….!!!).

A la noche durante la cena me llamó Lucas, le agradecí los libros que me había prestado, el por su parte se disculpó por no habérmelos dejado preparados, pero en el apuro por salir con su padre se le habían olvidado, pero también me agradeció (ya que su madre le había contado) que cuando fui a buscar los libros la hubiese ayudado a destapar la cañería del fregadero de la cocina que se hallaba algo tapada, no supe que decir, solo entendí que el mensaje era muy claro, por supuesto mi amigo Lucas nunca supo lo que realmente destapé aquel día, ni lo que iba a destapar en un futuro muy cercano.

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