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Un día en el Festival (2 de 2)

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(Tanya)

 

Me despertaron sobre las 10 de la mañana los rayos de sol que entraban por la ventana y Sandra urgiéndome a que me levantase. Al preguntarle porqué me respondió que si es que ya no recordaba que habíamos quedado para ir al Festival de Cine Erótico que todos los años por esas fechas se celebra en Barcelona. Nuri y Santi ya se habían ido hacía unos instantes. Sandra me dijo que se habían marchado a cambiarse de ropa y que nos esperaban allí. Me desperecé en la cama desnuda como estaba, ofreciéndole a Sandra una panorámica de mi cuerpo. Me dijo sonriendo que no la provocase, que no era de piedra, a la vez que me daba una suave lamida en mi miembro, lo que hizo que diese un respingo en la cama. Me levanté y le propuse ducharnos juntas.

Bajo el agua de la ducha volvimos a besarnos mientras acariciábamos y enjabonábamos nuestros cuerpos. Poco a poco me fui agachando hasta que me metí su polla en la boca empezando a mamársela, y al poco rato ya estaba yo apoyada en la pared abierta de piernas con su polla entrando y saliendo de mi culo, gimiendo como una loca hasta que ambas nos corrimos. Salimos de la ducha, nos enrollamos sendas toallas y nos dispusimos a desayunar. Cuando terminamos nos fuimos a vestirnos. Me puse un tanguita estampado sin sujetador, una minifalda vaquera azul y una camiseta roja y unas botas de ante marrones, acompañando el conjunto con una cazadora de piel negra. Me eché un poco de moldeador en el pelo para rizármelo, me maquillé y ya estaba lista para irnos. Ella se había puesto un vestido de color azul marino bastante corto, unas botas negras y una chaqueta roja. Estábamos matadoras de guapas. Salimos de casa, nos montamos en el coche y nos dirigimos a La Farga, lugar donde se celebraba el evento. Mientras hacíamos el trayecto llamamos a la parejita, diciéndonos Santi que ya nos esperaban en la puerta y que tenía las entradas. No tardamos mucho en localizarlos cuando llegamos. Estaban bastante guapos los dos, ella vestida con unos vaqueros bajos de talle, un top blanco y una cazadora también vaquera con unos zapatos de medio tacón, y él con unos vaqueros y un jersey de cuello alto. Nos saludamos y entramos al local.

Si alguien no ha estado nunca en un festival de cine de ese tipo no sabe lo que se pierde. Es un verdadero placer para los sentidos, con diferentes stands donde actores y actrices firman autógrafos para los aficionados o charlan de sus últimos trabajos; piscinas de barro con lucha de chicas, recreaciones de salas de bondage y sado... Están reflejadas todas las tendencias, lógicamente unos más concurridos que otros. Las actrices se pasean casi totalmente desnudas, con atuendos que casi enseñan más que ocultan, y los actores vestidos de forma casual, la mayoría con vaqueros y camisetas o sólo pantalones. En algunos de esos stands se realizan números en vivo con y sin la participación del público. Alguna actriz solicita un voluntario entre el público y se lo monta con él o los actores cogen a alguna chica y simulan el sexo con ellas. También había sitios donde los que estaban era una pareja y cogían a una pareja de entre el público, como fue el caso de nuestra parejita amiga.

Recorríamos los diferentes pasillos ellos cogidos de la mano y Sandra y yo tomadas de la cintura cuando nos detuvimos delante de un stand en el un chico bastante guapo vestido con un pantalón de cuero y una chica ataviada con una especie de bikini de tanga negro con lo que serían las tiras hechas de finas cadenas se hallaban bailando. Al terminar y agradecer sus aplausos al público solicitaron una pareja de voluntarios. Ante la indecisión del público la chica bajó y sin mediar palabra se vino directamente hacia nosotros, cogiendo a Nuri y Santi de una mano a cada uno y subiendo con ellos al escenario. Se notaba cierto azoramiento en ellos, aunque el bulto que formaba la bragueta de Santi parecía desmentirlo, así como el rubor que cubría las mejillas de Nuri. El chico la apoyó a ella a una columna comenzando a bailar delante de ella rozándola descaradamente y acariciando su cuerpo, mientras la chica sentaba a Santi en una silla y también comenzó a bailar delante de él. Se contoneaba ante sus ojos, se agachaba y acercaba su rostro a su bragueta o se ponía de espaldas delante de él, abierta de piernas casi metiendo el rostro de él en su torneado culito.

El chico poco a poco comenzó a desnudar a Nuri, dejándola solamente con un conjunto blanco que llevaba, despojándose él a continuación de sus pantalones dejando ver un miembro descomunal que le ofreció. Los ojos de Nuri brillaban de deseo y ante nuestra sorpresa no dudó en metérselo en la boca, comenzando a hacerle una fantástica mamada, mientras él la despojaba poco a poco del conjunto interior. La chica a su vez se había despojado del bikini, quedando totalmente desnuda, sentándose a continuación sobre Santi y restregando su chochito depilado sobre la bragueta de Santi mientras le besaba. Pasados unos instantes se levantó y, bajándole los pantalones comenzó a mamársela también. Al otro lado del escenario el chico había atado a Nuri al poste y le comía el coñito agachado delante de ella, lo que la hacía gemir como una posesa. La desató tan solo para girarla y ponerla de espaldas al público, penetrándola a continuación, mientras la chica había desnudado completamente a Santi y le cabalgaba como una desesperada. Menudo polvo les estaban echando a ambos. Siguieron hasta que el chico desató a Nuri y, haciéndola agacharse, se corrió sobre su cara y tetas mientras la chica recibía la corrida de Santi en su boca, dejándola caer sobre sus pechos. Se cogieron los 4 de la cintura y el chico pidió un aplauso para la pareja, tras lo cual se dirigieron a un camerino para adecentarse un poco.

Estábamos ensimismadas con el espectáculo hasta que sentí una voz a mi espalda.

- ¿Qué hacen dos bellezas como vosotras aquí solitas...?

Me giré y no me pude creer lo que vi: uno de mis actores favoritos se hallaba ante mí, tan guapo, rubio como lo había visto en infinidad de películas y aquellos ojos claros clavados en nosotras. Estaba sencillamente impresionante: botas vaqueras de serpiente, unos vaqueros rajados por varios lugares y solamente una cazadora abierta sin nada debajo mostrando su poderoso pecho. Estaba embobada cuando un pequeño codazo de Sandra me sacó de mi estado. Le contestamos que estábamos viendo el festival, a lo que nos preguntó si nos estaba gustando, contestándole nosotras que sí. Le preguntamos si no estaba en ningún stand respondiéndonos que en ese momento no, pero que por la tarde hacía un número de promoción de su última película. Se ofreció caballerosamente a ser nuestro cicerone en aquel bullicio, accediendo nosotras gustosas.

Caminábamos cada una a uno de sus lados, cogiéndonos él ambas por la cintura, observando las miradas de envidia que nos dirigían tanto hombres como mujeres. Disimuladamente les pedí que me esperasen un momento mientras entraba al servicio. Me metí en uno de los excusados y le mandé un sms a Nuri, diciéndole que no nos esperasen. No sé porqué pero la tarde prometía. Al salir me reuní de nuevo con ellos, prosiguiendo nuestro recorrido. Íbamos tranquilamente cuando un hombre se acercó a nuestro acompañante y le recordó que tenía una entrevista concertada, respondiéndole él que iba enseguida. Pensamos que se iría sólo, por lo que nos excusamos si le estábamos demorando, pero cuál sería nuestra sorpresa cuando nos contestó que para nada, y que si no teníamos inconveniente le podíamos acompañar. Le respondimos balbuceando que no sabíamos si sería conveniente, pero terminamos accediendo, así que nos dirigimos con él al lugar. Cuando llegamos ya se encontraban allí un chico y una chica, periodistas ambos de conocidas revistas porno, sentándose él frente a ellos con nosotras a cada lado. Una chica se acercó y retocó un poco nuestro cabello y nuestro maquillaje, comenzando a continuación la entrevista, la cual versaba como ya he dicho de su última película, así como un breve recorrido por su trayectoria profesional. Varios fotógrafos captaban imágenes de la misma. Estaba como en una nube.

No dudaba de que en breve íbamos a aparecer ambas en las revistas acompañando a uno de los iconos del cine X. Al poco la entrevista giró hacia su vida personal. La chica le preguntó si éramos actrices como él, a lo que le contestó que no, que simplemente éramos sus amigas, pero me guiñó un ojo enigmáticamente poniendo una mano en nuestras rodillas. Terminó la entrevista y nos dijo que iba a comer, invitándonos a acompañarle, a lo que ambas accedimos. Caminando entre la gente vimos a Nuri y a Santi acompañados de la pareja de actores, pero Santi con la chica de la cintura y Nuri con el brazo del chico por los hombros. Estábamos disfrutando como nunca pensamos que lo haríamos. Si lo que estaba pasando me lo cuentan esa mañana ni me lo creo. Salimos, nos montamos en su coche y nos dirigimos a un conocido restaurante de Barcelona, del que deduje que era cliente habitual por el trato del camarero, entre otras cosas porque, a pesar de la cola de gente que esperaba mesa, nos llevó directamente a una mesa. Pidió la bebida y unos entrantes mientras elegíamos los platos y charlamos animadamente, contándonos él cosas de su vida, de su experiencia en el Ejército, sus comienzos como actor... Era mucho más simpático de lo que parecía en la pantalla, en la que parecía un verdadero sinvergüenza. Pensé en su descomunal polla y me mordí el labio mientras un estremecimiento recorría todo mi cuerpo. Cuando estábamos en el segundo plato Sandra recibió una llamada en su móvil. Se levantó y se dirigió a la calle para hablar tranquilamente. Entró al rato, diciendo que era un amigo que no veía hacía tiempo y que se marchaba. Le pregunté si no terminaba de comer, a lo que me contestó que se tenía que ir ya, entre otras cosas porque el cogía un vuelo esa misma tarde hacia Málaga y que tenía unas ganas increíbles de verle, pero añadiendo que me quedase y que disfrutase de la compañía. Se despidió de nosotros con dos besos en la mejilla a cada uno y, acercando su cara a mi oreja me susurró "No seas muy mala. Ya me contarás...", guiñándome un ojo pícaramente.

Nos quedamos solos mi nuevo amigo y yo, siguiendo con nuestra intrascendente conversación. Me pidió que le contase algo más de mi vida, a lo que accedí pero sin darle excesivos detalles que le pudiesen dar pistas sobre mi identidad. Total, acababa de conocerle y tampoco esperaba que pasase algo entre nosotros, por lo que decidí que se lo contaría si la cosa avanzaba (Ilusa de mí...). Sin embargo algo pasó durante aquella comida. Empezó a ponerse más meloso, digamos que más tierno. Me di cuenta de que toda su apariencia de chulo, de chico malo, no era más que eso, una fachada tras la que escondía su verdadera personalidad, una personalidad amable, cariñosa, etc., que me estaba encantando. De improviso sentí como su mano cogía la mía mientras clavaba sus ojos claros en los míos y me acariciaba el dorso de la mano con el pulgar. Me sentí turbada. ¿Qué hacía en aquel restaurante comiendo con uno de mis actores porno favoritos y él con mi mano cogida? Me sacaron de mi ensimismamiento sus palabras.

- ¿Sabes una cosa?

- No, ¿qué?

- Verás, no sé cómo decírtelo, no quiero que me malinterpretes...

- Venga, no seas tímido. Suéltalo antes de que te haga daño - Añadí con una sonrisa -

- No, esto, no es cuestión de timidez...

- ¿Entonces?

- Bueno, va, te lo voy a decir: eres una de las chicas más bellas que he tenido la suerte de tropezarme en mi vida. Desde que te vi esta mañana en el Festival tenía claro que quería conocerte...

- Bueno, yo... Me siento halagada por tus palabras, pero me parece verdaderamente increíble que te hayas fijado en mí con la cantidad de chicas que has conocido en tu vida.

- Si te refieres a las chicas con las que he trabajado la mayoría ni son amigas realmente. Sólo son eso, compañeras de trabajo. Evidentemente hay alguna con la que mantengo una amistad más

- Vale, hasta ahí es normal, a mí me pasa lo mismo con compañeros de trabajo, pero tú no tienes pareja?

- Tenía, Natalia, tenía. Lo dejamos hace un tiempo. Ahora mismo llevo una temporada digamos que reflexionando.

- Bueno, eso suele pasar. Cuando las personas terminamos una relación necesitamos un tiempo, haya terminado bien o mal. La verdad es que me gusta tu sinceridad. No te imaginaba así. Yo también quiero ser sincera contigo y comentarte algo...

- No sigas, lo sé. No hace falta que te expliques.

- Pero...

- No, ya te digo que estés tranquila. Me he dado cuenta en cuanto te he visto más de cerca...

- ¿Y eso? Creo que no lo aparento tanto...

- No, por supuesto que no, pero creo que se te olvida que he trabajado con chicas como tú y digamos que he aprendido a reconoceros.

- Entonces, ¿no te importa?

- No. Es más, me encanta.

Lo último lo dijo a la vez que apretaba un poco mi mano y se acercaba para besarme en la mejilla, lo que me dejó turbada. Giré levemente mi cabeza y respondí con un suave beso en sus carnosos labios, repitiéndolo después con los labios entreabiertos. Me encantó su boca y su forma de besar. Si en la intimidad hacía el amor como besaba tenía que ser para volverse loca con él. Decidimos pagar e irnos. Salimos del local y nos encaminamos de regreso al evento. Las cosas habían cambiado respecto al trayecto anterior. Esta vez íbamos con su brazo por encima de mis hombros y mi mano en su cintura. Llegamos al festival y tuvimos que aguantar de nuevo el acoso de los fans que se acercaban a él para pedirle autógrafos o hacerse fotos con él. En ese momento se acercó a él una chica con una carpeta recordándole que tenía que actuar esa tarde. Me pidió que esperase con un guiño e hizo un pequeño aparte comentándole algo. No sé que le dijo, pero ella se volvió a mirarme con los ojos brillando. Volvieron a acercarse a mí y la chica me pidió que la acompañase. Al preguntarle que dónde me dijo que tenía que arreglarme para la actuación.

Al ver mi cara de sorpresa él me dijo que si es que no quería actuar con él. Sólo pude responder que no estaba segura, que no creía estar preparada para eso, a lo que me repuso que me dejase llevar y que acompañase a Sonia (Así se llamaba la chica). Me separé de él y me dirigí a un camerino. Una vez allí Sonia me explicó cómo iría la cosa. Se trataba de un número en el que él interpretaría a un sacerdote un tanto particular y yo sería una de sus feligresas que va a confesarle sus pecados. Leí el guión que tenían y acompañada de otra chica me dispuse a prepararme. El vestuario resultó más sencillo de lo que yo esperaba: un traje de falda y chaqueta color negro, blusa blanca y un conjunto negro de encaje que realzaba más todavía mis tetas, medias negras de rejilla y liguero, y unos zapatos negros de tacón. El pelo lo llevaría recogido en un moño y unas gafas sin graduación. Me maquillaron y me dijeron que ya estaba lista, que empezaba el espectáculo.

Atravesé aquella cortina azul y me quedé bloqueada durante un instante al ver aquel público que jaleó mi salida con aplausos y silbidos de aprobación, escuchando piropos más o menos subidos de tono. El escenario era sencillo: un panel de madera simulando la pared del confesionario pero con la ventana de celosía un poco más grande de lo normal, con un pequeño panel para arrodillarse en la parte que daba hacia donde yo estaba, y al otro lado un banco donde él se hallaba sentado ataviado con una sotana. Bastante nerviosa me acerqué, me arrodillé y comenzamos la letanía típica de estos casos. Interpretando bastante bien su papel su palabras fueron amables al principio, añadiendo con un susurro que me tranquilizase y que todo iba a salir bien, pero poco a poco fueron subiendo de tono al explicarle yo sin cortarme mis andanzas sexuales.

Me decía que era una guarra, una zorra, que si tanto me gustaba el sexo. Al responderle que sí se quedó callado durante unos instantes. Levantó la celosía y cogió una de mis manos a la vez que me decía que tenía que hacer penitencia. Al preguntarle cuál se levantó y sin preámbulos llevó mi mano hacia el bulto que formaba su polla en la sotana. Estaba verdaderamente dura y se adivinaba tan grande como yo la recordaba de haberla visto en infinidad de ocasiones en la pantalla. Se alzó la sotana y me la ofreció a través de la ventana para que se la cogiese. Verla así en todo su esplendor me alucinó. No podía abarcarla con mi mano. Se acercó todavía más a la ventana y me reiteró que si quería el perdón tenía que hacer la correspondiente penitencia. Acerqué mi boca y le di varios besos en su morado capullo mientras deslizaba mi mano por su tronco, hasta que me decidí a lamérsela. Subía y bajaba por ella, lamía su capullo y llegaba hasta sus huevos hasta que empecé a metérmela en la boca, en la que casi no me cabía, logrando acomodarla poco a poco mientras su mano cogía mi cabeza por detrás marcando el ritmo. Estaba terriblemente excitada, y la sensación de estar comiéndole la polla con toda aquella gente mirando fue superando poco a poco mi timidez inicial. Me la sacó de la boca y, haciéndome incorporarme, me pidió que pasase al otro lado del panel.

Quedamos frente a frente sonriéndome levemente para darme más confianza. Se acercó y comenzó a besarme mientras acariciaba todo mi cuerpo, comenzando a desnudarme y me soltó el pelo dejándome tan sólo con la ropa interior a la vez que se despojaba de su sotana y quedaba totalmente desnudo frente a mí. De nuevo me hizo arrodillarme para seguir comiéndole la polla, que esta vez si logré meter mejor en mi boca, sentándose a continuación en el banco y prosiguiendo yo la mamada mientras él me decía que muy bien, que estaba haciendo muy bien la penitencia... Aquella polla me estaba encantando. Mientras yo seguía con mi labor oral sentí sus manos recorrer la espalda y desabrocharme el sujetador despojándome de él. De nuevo me hizo incorporarme y me indicó que me subiese de rodillas al banco. Se colocó detrás de mí y bajándome las braguitas empezó a besar y a lamer mi culo. Sentir su lengua recorriendo mi raja y rozar mi ano me provocaba escalofríos de placer. Sentí como uno de sus dedos entraba en mi culo y sentí su lengua rozando mis huevos.

Poco a poco fue más atrevido y a los breves instantes ya tenía tres de sus dedos entrando y saliendo de mi culo. En la posición que yo estaba noté como se incorporaba y acercaba su polla a mi culito, comenzando a metérmela, lo que me hizo dar un respingo mezcla de dolor y placer. A pesar de lo acostumbrado que estaba mi culito a las visitas en raras ocasiones había tenido dentro un pollón de aquellas dimensiones. Poco a poco logró metérmela entera, hasta que sentí sus gordos huevos en contacto con los míos. Se quedó así durante unos instantes para que mi culo se acostumbrase a su tamaño. Cuando notó que ya estaba más dilatado empezó a moverse, lentamente al principio, más rápido después. Me estaba volviendo loca de gusto, y no pude reprimir el deseo de acariciar mi polla masturbándome a la vez que me follaba. Creo que mis gemidos se tenían que oír en todo el recinto. Siguió bombeando en mi interior hasta que, sacándomela, se sentó él en el banco y me hizo que me subiese encima de él, pero girada hacia el público que podía verme totalmente desnuda con aquella barra taladrando mi interior y sus manos agarrando mis tetas y pellizcando mis erectos pezones. Siguió follándome hasta que me hizo levantarme y, arrodillada en el suelo ante él, comenzó a soltar su leche sobre mi cara y mis tetas. Se agachó, me besó en los labios y se giró hacia el público que aplaudía rabiosamente conmigo arrodillada y abrazada a sus piernas lamiendo su polla y mirando con cara viciosa. Me levantó y me quedé estupefacta cuando le oí decir:

- Querido público: un fuerte aplauso para... ¡¡¡Tanya!!!

Le miré sorprendida mientras el público seguía aplaudiendo, y acercando su cara a mi oreja me susurró: "Sí, Tanya, hoy ha nacido una nueva estrella en el panorama del porno español". Estaba alucinada y no me podía creer lo que me estaba pasando ni lo que él me decía. Tan nerviosa estaba que no resistí el deseo de cogerme a su cuello y darle un beso jugando con nuestras lenguas. Me dio una palmada en el culo y cogiéndome de la mano atravesamos la cortina de vuelta al camerino. En el interior se hallaba toda su gente, los cuales nos recibieron con aplausos de aprobación. Sonia se acercó a mí y me felicitó mientras me daba dos besos en las mejillas. Él sentó en un sofá y me hizo sentarme en sus rodillas donde siguió besándome mientras acariciaba mi cuerpo y sentía latir su polla bajo mi culito.

Se estaba volviendo a animar, pero aquel no era el lugar más adecuado, por lo que paramos. Cogió dos copas de cava que alguien había dejado sobre una mesita cercana , brindando, me preguntó si estaba contenta. ¿Qué si estaba contenta? Estaba contentísima y no me podía creer lo que estaba pasando. Me dijo que si yo quería iba a hacer de mí una verdadera estrella, que tenía un potencial increíble y que, aparte de que follaba de miedo, ante la cámara lucía espectacular como demostraban unas fotos que Sonia le había acercado en las que me vi realmente espectacular y casi ni me reconocía. Vi la aprobación en los ojos del grupo, pero ya habría tiempo para los detalles. Una nueva vida empezaba para mí y no estaba dispuesta a desperdiciarla. Desde entonces seguro que me habéis visto en unas cuantas películas, todas en compañía de aquel actor al que ni me había imaginado llegar a conocer algún día y que me abrió las puertas de aquel mundo hasta entonces desconocido para mí. Me he acostumbrado a las cámaras y ellas a mí, aunque en mi vida normal sigo siendo la misma chica sencilla que era antes de aquella tarde.

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