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La intimidad de mis deseables primas

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Hola, los que leyeron mi relato anterior sabrán del origen se mi gusto por las prendas intimas femeninas y quiero decirles además que me he sentido muy bien al contarles y saber que algunos han leído mi confesión.

Les cuento en esta ocasión la primera oportunidad que tuve al experimentar algo diferente de las prendas de mama.

En las vacaciones de verano cuando tenía 12 años,  llegaron dos primas hermanas mías, Marbella de 21 y Mariela de 22, ambas tenían novio en la colonia en donde yo vivía, así que les pidieron permiso  a sus papas para quedarse dos o tres días en mi casa. Todo transcurrió con naturalidad, pues siempre acostumbraban a llegar y quedarse, mi prima Marbella es bastante atractiva: alta, tez blanca, cabello ondulado y ligeramente castaño, unas bubis bien paraditas y con un trasero de encanto, Mariela por su parte es chaparrita, cuerpo normal sin nada exuberante, pero con una sonrisa que enamora. Para ese entonces yo ya tenía esa adicción de ropa interior femenina, pero la satisfacía con los pantis de mi madre, a quien ya le conocía todos (pantaletas normales de varios colores, negras, rojas, amarillas, de florecitas, blancas y una color carne, también usaba bikinis, el que mas me gustaba era aquel color negro liso que me puse en aquella ocasión), entonces me entró curiosidad por conocer algo mas de mis primas.

Eran las tres de la tarde después de comer cuando ellas se bañaron, inmediatamente después de que salió la última, me metí al baño para ver que encontraba, pero que decepción al no encontrar nada colgado, mas tarde mis primas salieron a pasear con sus respectivos novios, regresaron como las 10 de la noche, mis papas ya se habían dormido habiéndome   recomendaron esperarlas y ver q nada malo pasara,   yo esta viendo tele cuando llegaron, la calle estaba muy tranquila, ambas bajaron de una camioneta azul, y se quedaron algún tiempo afuera, mientras esto ocurría yo entre abrí el protón y vi a Mariela en la parte trasera de la camioneta con su galán, la besaba apasionadamente y recorría su mano derecha por su espalda, mientras su mano izquierda le tocaba el trasero, ella se paraba de puntitas para alcanzarlo, mi pequeño pene se puso erecto de inmediato y mi cuerpo temblaba, vi hacia mi izquierda y tenían a Marbella pegada junto a la puerta del carro, al igual que mi otra prima la besaban y tocaban, inconscientemente mi mano frotaba mi pene haciéndome sentir rico.  me regrese a ver tele todo nervioso; a los pocos minutos ellas entraron muy contentas y me saludaron al entrar, Marbella traía puesto un pantalón de vestir color café en el cual se le marcaban los bordes del bikini que llevaba puesto, eso me puso nervioso y con ansias de acariciarlo.

De pronto escuché ruido en el baño, Mariela se había metido a bañar, le siguió Marbella, me puse intranquilo y excitado, espere a que se metieran al cuarto a dormir y después de una hora y media, me metí al baño, ahí, colgados ante mis ojos dos prendas totalmente desconocidas, un bikini con un entramado de leopardo y otro de encaje azul... inmediatamente apreté mis piernas aprisionando mi pene, no podía con la excitación, me dieron ganas de orinar y de llorar al mismo tiempo.   mi pecho palpitaba muy fuerte como la ocasión en la que olí por primera vez el calzón blanco de mamá, me quité completamente la ropa y me acerque a donde estaban colgadas las prendas, me intrigaba el saber a quien pertenecían, supuse que la de color moteado pertenecía a Marbella pues cuando llegó y vi su trasero, bajo su pantalón se definían perfectamente las líneas del bikini mientras que si hubiera llevado el de encaje no se notaría así, por lo tanto el otro era de Mariela; ambos húmedos pues los habían lavado, acerque el de Marbella y lo olí, woowww un aroma diferente al de mamá, era dulce, envolvente, cálido,  el de Mariela era similar pero al acercarlo imaginé la sonrisa de ella (a quién en su sano juicio no le ha gustado una de sus primas), era tanta la emoción que no sabía que hacer con ellos. descubrí entre el encaje del panti de Mariela dos bellos púbicos, los saque de ahí y los deslizaba entre mis labios, como siempre hice mi pene para atrás y me puse aquel bikini de Marbella, imaginándome ese delicioso cuerpo, ese trasero de encanto y esa entrepierna joven y delicada, se me veía lindo, pues este si  moldeaba  mi cuerpo, usé el borde del sanitario para montarme en el y sentir rico, me sostenía sobre mi entrepierna con mi pene acomodado hacia atrás mientras inhalaba fuertemente el aroma de Mariela, de mi boca y sin quererlo se escapó  un gemido con mi aliento, esto me asustó pues creí que se había escuchado, sin embargo poco me importó pues creo que aun si alguien hubiera entrado en ese momento no me detendría por la excitación vivida, era tanta la sensación que comencé a chupar el puente de algodón de aquel bikini de encaje azul, el sabor del agüita que salía de el, era rico, jabonoso y dulce; llegué al orgasmo, mis ojos volvieron a perder la visión, una muerte pequeña, un viaje de ida y vuelta al paraíso, manchando con abundante semen aquel bikini moteado de Marbella.

Me bañe con ese bikini puesto, cuando de pronto tocan la puerta, era mi madre que me preguntaba si estaba bien, y porqué me bañaba a esa hora. Aun nervioso le dije que sentía calor y que no podía dormir. Me dijo que me apurara porque ella entraría al baño, exprimí completamente los dos calzones y los volvía colgar. Me puse mi trusa y salí así, todo nervioso y sin mirar a los ojos a mamá, quien iba con su bata semi-transparente usando uno de tantos calzones que conocía (un amarillo).

Al día siguiente mis primas se despidieron y partieron a su casa. Yo emocionado nunca volví a ver con los mismos ojos a ella. Aprovechando cualquier oportunidad en mi casa o en la de ellas para disfrutar de sus prendas.

Espero leer comentarios para seguir relatando, tías, primas, cuñadas, suegra, novia, esposa, locuras por el skype.  Tantas perversiones que me emocionan. Saludos.

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