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Contando plata delante de una pobre

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Unos amigos me invitaron a pasar un fin de semana a la playa, ellos eran pololos desde hace tiempo y eran unos muy buenos amigos mios. Estando en la playa, nos entretuvimos recorriendo el lugar y bañandonos y cuando quisimos encontrar un lugar para dormir, solo encuentramos alojamiento en un motel, pero obviamente debiamos compartir la cama.

Muy ordenadamente fuimos entrando al baño para ducharnos, y yo lo hice en ultimo lugar. Cuando salí del baño, pude observar que se habían destapado y estaban tocándose y acariciándose mutuamente. Marianela estaba abrazaba a Alexis y mientras se besaban ella succionaba su lengua mientras le manoseaba su entrepierna. Quede muy sorprendida, nerviosa y excitada, ellos estaban tan absortos en sus jugueteos que no se dieron cuenta de mi presencia, retrocedí silenciosamente hacia el baño y dejando la puerta entreabierta seguí observándolos, ella le tenia agarrado el pene con una mano y se entretenía apretándoselo, estrujándoselo y refregándoselo.

Alexis le introducía sus dedos en la vagina, mientras ella manoseaba su miembro, entonces ella le pregunto por donde se la quería meter, él le respondió que por todos lados. En ese momento debido a mi incipiente calentura, inicie unas suaves caricias a mis tetitas, especialmente a mis pezones que se endurecieron rápidamente.

A esas alturas ambos estaban totalmente desnudos, Marianela se había arrodillado entre las piernas de Alexis mientras chupaba el miembro, por momentos lo masturbaba observando fijamente el endurecido aparato, para enseguida volver a metérselo en la boca y continuar con su apasionado fellatio. Desde mi posición podía observar que la cabeza del miembro estaba muy hinchada y brillaba intensamente, tanto por la erección como por la saliva que lo cubría por completo. Ella a ratos le pasaba la lengua por los contornos, para después introducírselo entre los labios, lamiendo y succionando con pasión el inflamado miembro.

Por supuesto estas imagines me habían excitado de sobremanera, así que me saque el pijama y observé divertida como mis manos recorrían mis tetitas y acariciaban el rosado pálido de mis pequeños botones. Luego las fui bajando, rodeando mi cintura y las junte sobre mi vientre. Mis manos obedecían prestas, acariciándome delicadamente. Las entrelace sobre mi pubis y un dedo audaz jugueteo con mi deseosa entrada, que comenzaba a mojarse soltando paulatinamente mis fluidos sensuales, inundando y enardeciendo mi cofre intimo. Era tan agradable la sensación que decidí hurgarme con mis dedos, comenzando a refregar mi clítoris, sin dejar de observarlos.

Alexis con sus manos la agarraba ansiosamente las tetas a Marianela y sus dedos apretaban los pezones duros y erectos, ella suspiraba suavemente, mientras aceleraba sus movimientos en el pene. Yo estaba en verdad excitada, al tocar mi vagina pude notar que la tenia super mojada. Refregármela con mis dedos, me producía mucho placer en mi dispuesta vagina, la que anhelaba más placeres. Me acariciaba los labios carnosos con toda la mano durante largo rato, hasta quedar agotada en la búsqueda del alivio que deseaba con todos mis sentidos. Me sentía transportada a esferas eróticas muy gratificantes debido a mi ansiedad. Mis jadeos se hicieron más agudos, mientras mis dedos aprisionaban la protuberancia erguida de mi clítoris. Sin perder detalle de lo que ellos hacían me entregue por completo a aquel voluptuoso devaneo.

Alexis estaba de espaldas, sin duda Marianela era una mamadora experta, se introducía el admirable atributo en su boca incansable, cuyos labios carnosos parecían querer abarcarlo íntegramente, usando su lengua como un látigo, era increíble poder mirarlos, mientras tenían sexo.

Alexis le tomo la cabeza con sus manos y comenzó a darle una penetrada bucal, ella parecía gozar de este juego, y por supuesto yo también, me tocaba mí clítoris cada vez más aceleradamente, mis dedos estaban totalmente empapados con mis líquidos.

Momentos después él la puso de espaldas y le levanto las piernas sobre sus hombros, la agarro de las nalgas y le perforo la vagina. Yo observaba con lujuria el mete y saca de Alexis, le daba profundas y reiteradas estocadas, la visión de las nalgas separadas, y del miembro entrando y saliendo de su cuevita, era extremadamente excitante.

Alexis estaba encima penetrándola salvajemente y deslizando su pene inflamado dentro y fuera de su vagina con una velocidad que asombraba. Podía escuchar los sonidos que hacia el pene de él, cuando penetraba aquella ardiente vagina, Marianela se mordía una de sus manos para evitar gritar. El se movía furiosamente hasta que de pronto saco su excitado miembro, y le pidio que se la chupara hasta sacarle el moco.

Marianela ayudándose con la mano, comenzó a mamársela aceleradamente, él le tocaba los senos apretándolas con furia, ella acelero sus movimientos su boca subía y bajaba a toda velocidad por el tronco del pene. Alexis proyecto sus caderas hacia adelante y le lanzó toda su esperma sobre la cara, los senos y el cuello, Marianela estaba aferrada a ese miembro voluptuoso que la enloquecía de gusto y placer, sentía su garganta bañada por los borbotones calientes, se separaba un poco para gustar, el licor fecundante, el elixir mágico de la naturaleza. Lo sentía como correr por su garganta, como un tónico vivificante y volvía a succionar al productor de esa jalea que la embriagaba, hasta exprimirlo totalmente. Fue una verdadera erupción de semen cayendo sobre ella, Marianela solo intentaba bebérsela con su lengua, a la vez que tomaba el semen con sus dedos y se lo llevaba golosamente a la boca, continuo chupándole la verga y tomándose el moco que Alexis le había desparramado.

Yo apure mis movimientos sobre mi clítoris, y con la otra mano me introduje dos dedos en mi vagina, para apurar mi orgasmo. Acelere mis movimientos en un frenesí fantástico, con mis dedos muy dentro de mi vagina, junte las piernas y me quede así por algunos instantes. Una llamarada de pasión me fue consumiendo hasta quemar mi cuerpo por completo entonces conseguí mi deseado y voyerista orgasmo que fue sumamente intenso y copioso. Mi mirada se perdió en la lejanía y me sentí transportada de satisfacción durante intensos segundos hasta que el clímax fue lentamente decreciendo.

Cerré la puerta del baño suavemente y espere unos momentos, para recuperarme. Luego me vestí y haciendo algunos exagerados ruidos salí del baño, ellos estaban abrazados acariciándose tiernamente. Hicieron como si nada hubiese ocurrido y continuaron besándose muy amorosamente.

Me dirigí a un lado de la cama y me acosté aparentando que miraba muy interesada la televisión. Aun sin mirarlos, yo me daba cuenta que se tocaban y se acariciaban y que estaban muy calientes, sus movimientos se transmitían por toda la cama, a pesar de que yo me había dado una buena corrida en el baño, también me sentía muy excitada.

Después de charlar y fumar un cigarro, hice como que me dormía. Casi enseguida note que sus movimientos aumentaron, podía escuchar sus susurros y sus suaves gemidos, mi clítoris nuevamente me saltaba aceleradamente.

Por los movimientos pude notar que mi amiga, se había girado dándole la espalda a Alexis y que este la había penetrado desde atrás, por supuesto que se movían muy cautelosamente, pero yo podía percibir perfectamente cada envestida que él le daba. Era como si su pene la traspasara y tocara mi propio cuerpo. De pronto fingí despertarme, ellos se quedaron inmóviles, entonces muy risueñamente les dije que si iban a contar plata delante de los pobres, tomaran en cuenta que una no es fierro, todos nos reímos mucho celebrando mi broma.

Marianela tomando la iniciativa me dijo medio en broma y medio en serio, que si yo no tenia problemas, ella estaba dispuesta a dejar que yo también contara plata para no sentirme tan pobre. Me quede en silencio un instante evaluando la situación. En tanto Marianela pasando por encima de Alexis se recostó al otro lado de la cama, dejando a su novio en medio de las dos, acto seguido corrió las sabanas hacia atrás, dejando a la vista sus cuerpos desnudos y por supuesto el respetable pene de Alexis, que todavía daba señas de su reciente erección.

El intento taparse, sorprendido por la acción de Marianela, pero ella tomo con una de sus manos el miembro, y mirándome picaronamente a los ojos, me pregunto si tenia ganas de palpárselo, agrego que estaba muy rico y calientito. Yo dude durante unos instantes pero no podía sacar mis ojos del enhiesto aparato que se me ofrecía. Ella me dijo que no fuera tímida y cartucha, en tanto que Alexis tomando confianza, subió su cuerpo hacia el respaldo de la cama, dejando muy cerca de nuestros rostros su reluciente pene. que se mostraba en todo su esplendor, absolutamente endurecido.

Dejando de lado, mis ultimas reservas de pudor, estire una mano y tímidamente comencé a rozar con mis dedos sus testículos, mientras mi amiga iniciaba una suave masturbación, estuvimos así durante largo rato, yo no podía despegar mi vista del pene de Alexis, era la primera vez que miraba como otra mujer le corría la paja a un hombre, y me sentía totalmente hechizada.

Durante esos momentos Alexis se envalentono y comenzó a acariciarnos los pechos, con una mano me tocaba a mi, y con la otra las tetas de Marianela. Los ojos y las manos de Alexis recorrían nuestros cuerpos. Disfrutaba con mis senos y me endurecía los pezones, mientras mordía con lujuria los labios de su novia. Ella sabia que aquellos bruscos besuqueos, eran el deseo de un macho caliente por las hembras que tenia a su lado.

Marianela soltando el pene de Alexis, tomo mi mano y la puso sobre su miembro, en ese instante me decidí a participar en serio y a disfrutar de la novedosa situación. Comencé a darle una rica paja, acelerando mis movimientos gradualmente, mientras ella lo besaba y le acariciaba todo el cuerpo.

Luego ambas nos acomodamos entre sus piernas y comenzamos a chupar alternadamente su voluminoso pene. Era muy excitante chupárselo mientras Marianela me miraba hacerlo y por supuesto mirarla a ella tan de cerca, chupándoselo a su novio, cuando ella noto que Alexis estaba punto de soltar su leche, me detuvo y me dijo que todavía no lo hiciera acabar, porque necesitaba montárselo.

Nos besamos intensamente, luego me saque mi pijama y él comenzó un excitante juego de chupadas y lengüetadas en nuestros senos, dando especial atención a nuestros pezones. Nos chupaba un rato cada una. El observaba con ardiente deseo y deleite la peluda juntura de mis muslos entre mis bien formadas piernas. Calentándose hasta lo indescriptible nos manoseo y beso nuestras tetas mamándonos sin piedad los pezones, mientras sus manos recorrían todos los recovecos a su alcance.

El se acostó nuevamente en la cama y ella se monto encima de su miembro, tragándoselo todo en su vagina, inmediatamente comenzó a cabalgarlo, subiendo y bajando sobre su pene, ella se dejo caer hacia atrás. Su hermoso pelo caía desordenado sobre su espalda, mientras su cuerpo desnudo se movía agresivamente estremeciendo la cama. Abría y cerraba las piernas con tal ímpetu que yo podía ver con lujo de detalles la abertura que la naturaleza había formado entre su atractivo y velludo triángulo azabache, totalmente relleno con el pedazo de Alexis.

Un incontrolable impulso sexual se apoderó de él, y mientras se culiaba a su polola, me pidio que me arrodillara a su lado. Estando en esa posición , él comenzó a masturbarme con sus dedos, me pellizcaba el clítoris, con suavidad, e introducía uno o dos dedos dentro de mi vagina.

Casi sin darme cuenta comencé a acariciar el cuerpo de mi amiga, sus hermosos ojos relampagueaban, mientras sus senos se movían al compás de su respiración, los pequeños pezones rosados se le pusieron erectos mientras daban muestras evidentes de su incontenible deseo carnal, la situación era absolutamente embriagante, le tocaba sus pechos y sus nalgas, mientras ella lo cabalgaba, al tocar sus nalgas podía sentir el pene de él entrando y saliendo de la vagina, totalmente empapado y durisimo, no resistí la tentación y puse una mano en la vagina de Marianela y la otra en sus nalgas así podía sentir totalmente la penetración, mientras refregaba el clítoris de ella, le pedí a Alexis, que se aguantara, porque yo también quería probar su pene. Este tratamiento fue demasiado para mi amiga y comenzó a correrse, entre jadeos y gemidos de una manera increíble.

Marianela absolutamente exhausta se recostó a un lado de la cama, entonces pude apreciar como brillaba el hinchado miembro de él, bañado por las emisiones recién recibidas del orgasmo de mi amiga. No resistí el tocárselo y acariciarlo, entonces para no perder la oportunidad me monte arriba de Alexis, e introduje su miembro dentro mío.

Ahora era yo la que lo cabalgaba, estaba tan excitada que a los pocos instantes ya estaba lista para descargarme encima de ese delicioso aparato, también para él había sido demasiado y note que sus dedos, se incrustaban en mis nalgas y que levantaba sus caderas, al mismo tiempo sentí sus chorros en mi interior, entonces deje escapar mi anhelado orgasmo, junto a su tremenda eyaculación.

Nos quedamos dormidos y en la mañana cuando despertamos, Alexis quiso repetirse el banquete, pero ni yo y menos Marianela estabamos muy dispuestas. Después ella nos aclaro que había sido una experiencia el descueve, pero que no era su intención seguir una relación entre tres.

Nunca más repetimos esta sesión, por lo menos yo no la repetí con ellos, pero por cuenta propia la cosa fue diferente.

Ante cualquier comentario de alguna de mis amigas o conocidas, sobre algun mino con el que ellas habian estado, y con el cual habian gozado bien, era suficiente para meterme en la cabeza la obsesion de ser poseida por ese hombre.

Sin duda perdi muchas amigas, incluso más de una llego a odiarme, pero no obstante yo seguia cosquintandome pololos y amantes ajenos, para comprobar si era cierto tanta maravilla.

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