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Alta costura

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Hola a todos, me llamo Viviana, tengo 26 años, cabello largo de color castaño oscuro, un lindo cuerpo con unos pechos que si ser enormes son muy lindos, soy delgada con buenas caderas y piernas bastantes largas, dentro de un par de días voy a casarme con Horacio a quien amo profundamente, tiene un cuerpo maravilloso que despierta las mil fantasías sexuales de toda mujer que se cruza con el, hace 2 años que estamos de novios y 3000 polvos que nos hemos echado.

Decidí que el traje de novia me lo hiciese una amiga de la infancia, Yolanda, a la cual siempre le gustó la alta costura y a decir verdad es que sus vestidos son algo maravillosos, por lo tanto me contacté con ella, le diré que tiene un lindo cuerpo, pelo color rubio corto que apenas le llega a su nuca, combinamos que pasaría por su taller de costura y así lo hice, luego de varias horas de ver revistas de modelos me decidí por uno que se luciría muy hermoso en mi cuerpo, además del modelo, la tela elegida era de primera, Yolanda estuvo de acuerdo con el modelo y la tela elegida y comenzó a tomarme las medidas para confeccionarlo.

Durante la operación de tomarme las medidas, noté que Yolanda tocaba mi cuerpo de una forma un tanto inusual, podría decirse en forma provocativa, pero no presté demasiada atención a ello, es más cuando tomó las medidas de mi cintura ella estaba colocada detrás mío y sus manos me abrazaron a la altura de las caderas de una forma que eran mas una caricia sobre mi piel que la de una modista con el centímetro en sus manos, pero todo quedó allí, una vez terminada la sesión de medidas me vestí ya que en ese momento solamente estaba con un corpiño blanco semitransparente y una pequeña tanguita del mismo color, nos despedimos y combinamos para probarme el vestido unos días antes de mi casamiento.

Ayer ella me llamó para decirme que el vestido estaba terminado y que deseaba probármelo, combinamos la hora pero me dijo que deseaba que me lo probara en la iglesia donde me iba a casar para ver realmente como luciría con él, acepté inmediatamente y estuve allí a la hora indicada, nos saludamos como viejas amigas con un beso en la mejilla, pero ella casi no inclinó su mejilla por lo cual me dio un hermoso beso casi en la mitad de mi boca, ahora si vi que ella intentaba avanzar algo mas en nuestras relaciones, si bien soy bisexual, ya que he tenido algunas relaciones lésbicas y la verdad es que me han gustado y satisfecho de sobremanera, no pensaba que mi amiga Yolanda tuviese interés en mí.

Nos dirigimos a un baño de la iglesia que el cura párroco me había indicado para que me cambiase, luego de sacarme la ropa me puse el vestido y la verdad es que me quedaba a la perfección y nos dirigimos al interior de la iglesia para ver como me veía, me hizo sentar en un banco y me levantó mi pierna derecha para acomodarme las medias que según ella no estaba bien colocadas, ella tenía puesto un vestido color celeste de amplias mangas bastante escotado, se arrodilló frente a mí e hizo que pusiese mi pié sobre su pierna y comenzó a arreglar la media acariciándome la pierna hasta llegar a las ligas, yo la miraba con un poco de desconfianza en lo que estaba haciendo, ella me miraba para ver mi reacción así fue como vi en su cara una expresión de quererme comer toda, su mirada dejaba translucir un apetito sexual incontrolable, esto hizo que empezase a tener una fantasía con ella ahí en la iglesia en la cual unos días mas tarde me casaría.

Luego de arreglar mi media comenzó a deslizar sus manos por debajo de mi pierna hasta llegar a mis nalgas, lentamente comenzó a proporcionarme unas hermosas caricias, con lo cual comencé a ponerme excitada y a fantasear con ella, por supuesto la dejé hacer hasta ver donde llegaba todo esto, Yolanda por su parte al ver la poca resistencia que ofrecía a sus caricias comenzó a decirme que desde la mas tierna infancia se había masturbado pensando en mí y que desde que yo había comenzado a salir con Horacio sus fantasías habían aumentado pensando en que ella y yo hacíamos el amor con él.

Después de decirme esto y mientras seguía acariciándome hizo que pusiese mi pierna derecha en alto y comenzó a jugar, tomó mi tanga y la estiraba como queriéndola arrancar, esto hacía que me empezase a poner bastante caliente, luego de titar y tirar de mi tanguita se acercó a mi argolla y empezó a jugar con su lengua en ella, pasaba la punta de su lengua por mis labios vaginales a la vez que daba pequeños toques con la puntita de la lengua en mi clítoris, esto si hacía que me pusiese muy caliente, dejaba que ella hiciese lo que quería con mi argolla, más aún con mi mano derecha levantaba mi pierna y con mi mano izquierda abría mis labios vaginales para que ella penetrase mas profundamente en mi argolla la cual ya había comenzado a lubricarse de una manera bastante profusa ya que mis jugos vaginales habían comenzado a fluir abundantemente.

Siguió así con su lengua dentro mío un buen rato, luego me hizo levantar y poner mi pié izquierdo sobre la silla, así corrió mi bikini con su mano y poniéndose debajo mío siguió chupándome toda, ahora si que mis flujos lubricaban toda mi vagina, sentía unas ganas enormes de tener un orgasmo, pero como estaba disfrutando como una loca trataba por todos los medios de no acabar, así que la hice levantar y poniéndome a sus espaldas comencé a bajar el vestido que llevaba puesto, la muy hija de puta no tenía nada puesto debajo del vestido celeste, estaba totalmente en bolas, así que comencé a acariciar sus pechos los cuales eran hermosos y con unos pezoncitos muy erectos por la calentura que se había agarrado conmigo, ahora si que ella se había calentado realmente, mientras acariciaba sus pecho y besaba su cuello ella se levantaba su vestido y acariciaba su vagina, introducía dos y tres dedos dentro de ella, sus jadeos aumentaban con mis besos y sus caricias, sacaba sus manos de la vagina y lentamente como el chico que saborea un chupetín se los pasaba por sus labios sorbiendo todos sus flujos. Después de esto hizo que me tumbase de espaldas sobre un banco me quitó completamente el vestido de novia, solamente me dejó puesto el tocado en mi cabeza y ella se tiró sobre mi para empezar un

maravilloso 69, estábamos chupándonos una a la otra con un frenesí descontrolado cuando de pronto siento algo que comienza a introducirse en mi argolla, en un principio me asusté pero inmediatamente caí en la cuenta, era un consolador que Yolanda estaba introduciendo en mi vagina mientras que continuaba jugando con su lengua en ella, no sé de donde lo sacó en ese momento pero la verdad es que no me interesaba saberlo, solo quise disfrutarlo al máximo y ella demostrando un gran conocimiento en su uso hizo que el placer que me brindaba ese hermoso juguete me llevase a un orgasmo incontrolable, muy pocas veces Horacio con su esplendorosa verga había logrado elevarme hasta las nubes como en ese momento y en ese lugar.

Luego de esto nos levantamos y me hijo arrodillar sobre un banco al lado del órgano de la iglesia, levanté mi pierna izquierda y me apoyé sobre el órgano, entonces comencé yo misma a introducirme el hermoso consolador azul en mi argolla, Yolanda por su parte detrás mío abría con sus manos mis nalgas para que la penetración fuese mas profunda, y la verdad es que lo lograba maravillosamente, el consolador llegaba hasta lo mas profundo de mi ser, me llenaba toda y estimulaba mi vagina de tal manera que sentía nuevamente unas ganas locas de tener nuevamente otro orgasmo, a su vez Yolanda al ver en que estado me estaba poniendo gozaba tanto o mas que yo, me incitaba mas y mas: mas adentro!!!… mas adentro!!! me gritaba, cosa que me calentaba como los mil demonios y hacía que me enterrase mas y mas tan hermoso juguete, seguimos así por unos instantes mas y entonces si que estalle en un orgasmo excepcional, comencé a temblar toda como una hoja, no sabía de donde agarrarme para no caerme del banco, sin querer mis manos comenzaron a golpear las teclas del órgano quien comenzó a emitir unas notas totalmente desacompasadas, inmediatamente reaccionamos ambas y nos quedamos muy quietas y calladas por si alguien había escuchado algo.

Luego de esto y comprobando que nada había sucedido, saqué el hermoso juguete de mi vagina y comencé a chuparlo saboreando los hermosos jugos vaginales que habían quedado en él, por su parte Yolanda se había contenido y no había tenido ni un orgasmo, por lo cual comenzó a pedirme que hiciese algo por ella para que la hiciese acabar como siempre lo había soñado conmigo, no la hice esperar en su pedido, me senté a su lado y comencé a besarla ardientemente mientras que con mi mano izquierda empecé a introducirle el consolador azul en su hermosa vagina muy lubricada por la cantidad de sus flujos, ahora era ella la que pedía con desesperación que la penetrase mas y mas profundo con tan hermoso juguete, así fue que levantando su pierna derecha hasta la altura de mis hombros logré introducírselo casi todo en su argolla, gemía y se contorsionaba toda con el consolador enterrado hasta el mango, se lo movía en círculos dentro de su vagina mientras se lo iba sacando y enterrando todo, no podía mas, me suplicaba que la hiciese tener su orgasmo, su cuerpo se contorneaba todo, comenzó a temblar, unos espasmos incontrolables comenzaron a recorrer todo su cuerpo, entonces dejé de besarla en su boca y con el consolador enterrado en su vagina comencé a besarle sus pechos, y morderle sus hermosos pezones que quedaban a la altura de mis labios, ahora sí con esto puede vencer sus fuerzas y obligarla a tener un orgasmo que explotó en su cuerpo como un volcán, sus flujos vaginales comenzaron a fluir por sus labios, quedamos ambas evidentemente agotadas.

Luego de habernos calmado un poco nos fuimos al baño a lavarnos y vestirnos, en ese momento pudimos ver claramente como el padre Andrés el párroco de la iglesia se bajaba su sotana y desaparecía por el pasillo lateral de la iglesia, el muy guacho se había estado masturbando mientras miraba a escondidas nuestros juegos, entonces ambas nos prometimos que después de mi luna de miel volveríamos a la iglesia y le daríamos al padre Andrés su merecido, desde ya que eso ocurrió y que tanto el padre Andrés como Yolanda y yo quedamos mas que complacidos los tres.

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