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MI DON (32)

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Ana, Eleonor y Lili – Sombras antes de la noche.

Habían pasado 3 días desde que me tiré a Liliana, la hermana de Eleonor, 3 largos y tensos días con sus noches. La situación en  casa era asfixiante por culpa de la discusión entre Eleonor y yo, en la que ella se ofreció, junto a todo su dinero, de nuevo y de forma más vehemente a mí,  a cambio de que dejara a Ana y fuera solo suyo, y al haberla rechazado sacó su lado oscuro. Por ello pasaba gran parte del tiempo fuera de ella, con cualquier excusa, generalmente ir a hacer deporte.

Lili se pasó 1 día entero ida, recuperándose del polvazo que la di,  casi se apartaba de mi camino  evitando una línea visual directa, no fuera a ser que me apeteciera  sexo, apenas hablaba y siempre era con Eleonor y a solas. Eleonor, por su parte, después de echar el resto y ofrecerme compartir su desorbitado patrimonio con ella, a cambio de dejar mi relación con Ana para ser suyo, y de rechazar dicha oferta, se mostró fría y distante, orgullosa e hiriente en su forma de expresarse. Los únicos momentos de relax que yo tenía eran las llamadas de Ana, su dulce voz era un cálido abrazo entre tanta amargura, se la oía feliz y contenta, ajena a todo el remolino de ira que se cernía en casa. No le hizo ninguna gracia saber que me había tirado a Lili, pese a darme su permiso, no quería, solo la reconfortó saber que Lili aún estaba atontada de solo un par de polvos seguidos.

Echaba de menos a Ana, dios, no sabéis cuanto, ni siquiera las advertencias de mi madre sobre aquellas mujeres, ni las palabras llenas de odio  de Eleonor en la discusión que tuvimos, “No sabes lo que te está haciendo”, me dijo, nada  había logrado turbar  mínimamente mi amor ciego por ella. Eleonor parecía mucho más enfadada que sensata en el momento de gritarme esa frase, como para tomarla en serio.

Saber que en una semana Ana volvería a estar en Madrid para celebrar mi 21 cumpleaños me llenó el corazón de alegría, hacia casi 2 meses que Eleonor le había pagado el viaje adelantado a Granada. Yo creía que fue Ana la que lo precipitó el viaje ante la imposibilidad de convivir con Lili, y cada día más con Eleonor, y quizá fuera cierto, pero ahora Eleonor me dejó ver claramente que ella fue la que lo impulsó para ver si, ante la distancia, yo flaqueaba y caía en sus brazos.

La apuesta le salió mal y lo pagamos todos, Ana estaba lejos de mí, y yo de ella,  ahora no tenía sexo con nadie, Eleonor sentía desprecio por mí, y Lili pánico, me tenia que poner los slip y un pantalón por encima si quería tener una conversación de 3 palabras con ella, y siempre sin contacto físico, si lo hacía era como si al tocarla se empequeñeciera. Yo soy una persona social, abierta y con tendencia a la felicidad, y ese ambiente no me agradaba en absoluto, hasta ir a trabajar por las mañanas el fin de semana me despejó un poco la cabeza, tenía los músculos cansados de pasarme mañanas enteras corriendo, o con la bici, dando vueltas por los parques de Madrid, todo con tal de  volver a esa casa lo más tarde posible. Me tiraba horas hablando con un grupo de chicas deportistas que, como no, me habían echado el ojo, las primeras veces eran coincidencias, pero muchas veces las veía a lo lejos, en grupos, buscándome. Los números de teléfono y papelitos con notas me llegaban a diario, directos al cajón, con el resto.

Llegó un  lunes, y al 5º de aquel “incidente”, Lili salió a la piscina, dónde yo  estaba tomándome un baño refrescante, se sentó en la hamaca, bien lejos de mí, tapada de forma exagerada para el pleno verano en Madrid, pantalón corto de pijama, top ceñido sin sujetador, un blusa amplia y con un albornoz de ducha siempre cerca, esa vez sobre los hombros. Sentía el calor abrasándola por dentro, su cara roja y el sudor en su frente la delataban, pero creo que tenía  miedo a despertar mi apetito sexual, y se arriesgaba  a que la diera un golpe de calor.

-LILI: hola Raúl, ¿Como andas? - desde que tuvimos sexo siempre me llamaba Raúl, en vez de apodos cariñosos como solía hacer.

-YO: pues aquí, tomando un baño, me he cocido sobre la bici esta mañana, que calor…- por el clima, y por Lucia, una de las deportistas que tuvo un “ligero accidente” delante de mí, la ayudé y llevé en mis brazos varios kilómetros hasta un centro médico, dónde le curaron unos rasguños apenas visibles, en el trayecto sus duros pechos exhibidos entre la licra elástica y sus leggins ajustados, unidos a mi falta de sexo, me provocaron una fuerte erección que ella sintió, y disfrutó, golpeando en su trasero por el trayecto -…….¿Y tú?

-LILI: ¿Yo……… qué? - se cruzó de brazos, defendiéndose de algo.

-YO: ¿Que tú como andas? Mujer, que no te voy a hacer nada desde aquí, que estoy lejos - quería romper el hielo.

-LILI: pues bien podrías con tu ”cosota” …..- sonrió un poco relajándose, apenas fue un susurro, pero lo oí -……bien, algo tensa, pero  animada.

-YO: me alegro, llevas un par de días muy rara, siento si lo que pasó fue demasiado …..- chapoteaba sin el menor interés en salir del agua.

-LILI: no pasa nada, Raúl, es solo que……… me pillaste desprevenida.

-YO: ya me habías visto con Eleonor, no soy ningún blando, eso lo sabías.

-LILI: una cosa es verlo y otra sentirlo………..- dejó unos segundos de respeto, casi la podía ver sus pensamientos, recordando lo que debió de sentir al tenerme dentro, de lejos intuía como sus piernas cerradas se rozaban y su labio inferior era sujetado por sus dientes, como a tantas otras, después del susto inicial, tarde o  temprano, volvían a por más -………pero ya estoy mejor, solo espero no decepcionarte……..la próxima vez - estaba claro, ya estaba lista para continuar.

-YO: no habrá otras veces……- ahora fui yo el que dejó unos segundos de cortesía, quería ver sus reacciones ante diferentes escenarios,  y con el paso de cada instante su rostro se iba haciendo  agrio y triste -……hasta que tú te veas preparada  - sonreí dejándola ver mi artimaña, su risa inundo su bello rostro.

-LILI: ¿Entonces……..podremos seguir…….ya sabe…….? - me parecía estúpido su repentina vergüenza.

-YO: te partiré en dos siempre que gustes……..- saltó de la hamaca llena de alegría, dejando caer el albornoz al suelo, y corriendo de un movimiento hábil salto al agua, con el pantalón de pijama, la blusa amplia dejando ver un hombro y al caer el aire se la levantó dejándome ver su top rosa ceñido sin sujetador.

Emergió ante mí, a unos palmos de mi cara, el agua se esforzaba por bajarla la mata de pelo rubia de bote, abultada y rizada, mientras recorría su rostro, con una mano se apartó de la cara el líquido para ver mejor y localizarme, la blusa se infló hasta quedar como un nenúfar, una flor preciosa con su cara en medio nadando lentamente hasta mí, y  sus ojos negros como el carbón clavados en mi rostro. Al alcanzarme se sacó la blusa y la tiró contra el muro que nos separaba de la caída de 10 pisos, me rodeó sensualmente con los brazos por la nuca, apretándome contra sus labios,   besándola levemente, luego tiró de mi pelo con fuerza para besarme en los labios, de inicio besos cortos y dulces, elevada sobre mí sin tocar el suelo de azulejos de la piscina  con los pies, hasta que me llevó a una de las paredes de la piscina, y allí su pasión fue creciendo. Su lengua luchaba por abrirse paso en mi boca, acariciando con sus manos mis brazos y mi pecho, dejándome a mi su espalda y su trasero,  tuvo que bajar una de sus manos entre risas para agarrar mi polla y ponerla mirando al cielo, de lo contrario no se podía acercar la suficiente para seguir besándome, era eso o penetrarse por el ombligo. Fue cuando se dio cuenta.

-LILI: eres un cerdo ¿Y tu bañador? - sonreí al besarla.

-YO: no lo sé, según he llegado de correr, me he quitado la ropa y me he metido aquí….. - me besó con energía, usando una mano en mi espalda como apoyo para elevarse, y la otra mano en mi nuca jugando con mi pelo húmedo -  ……que tal si jugamos en igualdad de condiciones, desnúdate - la susurré al oído antes de mordisquear y chupar su cuello, tembló solo de notarlo.

Se giró con sensualidad, la rodeé fuertemente hasta sentir mi falo abrirse paso entre sus muslos y sobresalir por delante de ella, a la vez que Lili movía la pelvis con un vaivén divino, mis manos buscaron la parte baja del top y fueron metiéndose por él, separando la tela húmeda de su piel, para  llegar a sus senos, no eran nada del otro mundo pero si tersos, jóvenes,  mojados y aprisionados por la tela del top empapada, casi se podía hacer un dibujo del calco de sus pezones en el top, me costó ante la fricción de la tela,  pero llegué a ellos y los acaricie con dulzura, sin dejar de comerme su cuello.

En un hábil gesto hice fuerza y del tirón salió la prenda de arriba, ahora mis manos fueron abajo, el pantalón de pijama era tan amplio y tenia la goma tan floja, aparte del agua, que mis dedos entraron sin oposición hasta su clítoris, dónde empezaron un masaje lento y cordial, tan dentro llegaron mis dedos que  acariciaba su ano con las yemas, su respiración se agitó, una mano fue a mi nuca para negarme alejar los labios de su cuello, la otra a uno de mis costados, apretaba mis costillas  al ritmo de mis manos en su interior. La había metido un dedo sin dificultad, el 1º igual y la masturbación llenó el agua de sus emanaciones, se corrió apenas unos minutos después, y  se alejó un poco para quitarse el pantalón, me lo tiró a la cara, al apartarlo la tenía de nuevo encima, me rodeó con las piernas y me besó con desenfreno, la giré un poco y cogiéndola del culo la alcé hasta sacarla del agua y sentarla en el borde de la piscina. Metí mi cabeza entre sus mulos y hundí mi lengua en su coño, me agarró del pelo como si fuera una cabeza cortada y me aferró a ella, lamiendo sus labios menores y chupando con suavidad su hinchado clítoris, mis dedos apretaban contra sus orificios de forma indiscriminada, 2 en el coño, 1 en el ano, de poco le servia tirar de mi pelo para alejarme, estaba dispuesto  a que me arrancara la cabellera antes de dejar lo que estaba haciendo. El olor a humedad y hembra me llenaban las fosas nasales, y sus gemidos y movimientos tensos me la pusieron a reventar.

-LILI: ay si papi, que rico, como me lo come, siga, no pare……- clamaba mientras repetía estas palabras, no siempre en ese orden ni concordancia.

Estaba muy cachondo, 5 días sin sexo, la bestia en mi interior era peligrosa, la tuve que encerrar en una mazmorra para asegurarme de que no saliera, por ahora. Terminé mis labores de sexo oral cuando se corrió por 2º vez, se pellizcaba los pezones, y trataba de contener los gritos, pero sin duda Eleonor, en el piso de abajo, debía de estar oyéndonos hacía rato.

Tiré de su cuerpo hasta tenerlo en vilo sobre mis brazos, Lili  reía feliz ante los giros en el agua, la sujetaba de los sobacos casi 1 metro por encima de mí, con sus pies rozando mi verga, la fui dejando resbalar contra mi cuerpo, dejando que su cabello, algo  seco,  acariciara mi rostro antes de besarnos, y que ella notara mi polla rozarla desde los tobillos hasta la entrada de su cueva. Me volvió a rodear con las piernas, pero esta vez su mano agarró mi rabo y se lo metió con cuidado, solo la mitad, girando el cuello con los ojos cerrados saboreando el momento, me apretaba contra su pecho mientras lamía y chupaba uno de sus pezones, mis manos la acariciaban las nalgas como sujeción, y los “¡¡OHHH!! ”, que soltaba al notar cada centímetro de mi poderosa tranca abriéndola eran deliciosos. Apenas rozar  pubis con pubis se elevó para repetir toda la operación, una y otra vez, logrando un ritmo lento pero continuo, esa vez no se iba a dejar impresionar de golpe y fue abriéndose las paredes interiores poco a poco, hasta que ya follábamos a gran velocidad, su fuerza en los muslos la hacia elevarse y bajar con alegría mientras que mis brazos la mantenían en la posición. El agua burbujeaba y se trasladaba a nuestro alrededor, formando unas pequeñas olas de pasión, los varios orgasmos que tuvo los acompañaba de tirones de mi pelo, besándonos alocadamente, para después seguir aguantando entre gemidos y suspiros según la velocidad que ponía.

Lo estaba disfrutando pero tenía un problema, incluso en ese estado, Lili no era suficiente, llevaba mucho trote acumulado y aunque Lili soportara 3 de mis corridas, algo improbable, no me iba a ser  suficiente, solo me quedaba hacer participe a Eleonor, pero ella me tenía……..¿asco?, esos días, y solo por oírme follar no podría ser suficiente. Hacia cábalas en mi  mente mientras Lili subía y  bajaba de mí sin  descanso,  de poco le sirvió que me corriera dentro de ella de forma sorpresiva, aunque teniendo en cuenta mi letargo, tampoco era raro bien pensado.

Una serie de besos y caricias me volvieron a poner a tono, la idea en mi cabeza era clara, la giré bajándola de mí y la llevé al borde de la piscina en dirección a la puerta abierta de la terraza, puse a Lli de cara a esa puerta penetrándola el coño por detrás, besando su cuello, su hombro y su espalda, aferrándome al borde de cemento y comenzado a follar como mejor sabia. El sonido y la fuerza eran mayores a cada paso, Lili se contenía a duras penas pero logré que gritara, y cada vez más, sus alaridos de pasión eran repetitivos y continuos. A golpe de cintura sacaba medio cuerpo de Lili del agua antes de volver a caer a plomo sobre mi verga, llenándola, de vez en cuando descasaba  haciendo giros totalmente empalada, mientras la susurraba al oído frases bien pensadas. “Que buen coño tienes” “Que pedazo de hembra”, “Follas mejor que tu hermana”, “Ella no se mueve como tú”, “Eres la diosa de esta casa”……ella se reía y gozaba de mis palabras, la tenía convencida de que follaba mejor que Eleonor, cuando era una vil mentira, todo estaba planeado.

-YO: ¿Quieres que te folle tu precioso culo? Llevo soñando con él varios días - besaba su cuello como refuerzo.

-LILI: si papi, hágame lo que quiera, ábrame mi culito - movía las caderas de forma amplia, deseaba  follar tanto como yo.

-YO: grítalo, fuerte, haz que lo oiga toda la calle….. - dudó un poco, así que paré de moverme -…… hazlo…. - sus gritos llenaron la estancia,  el piso y creo que hasta los del 2º piso lo oyeron, fue una salvajada hiriente de sexo, palabras groseras y halagos obscenos sobre mí, y mi verga, volvía a follármela  a un ritmo lento pero continuo -…. llama a tu hermana -  dudaba de nuevo y de nuevo paré, entendió que si hacia la que pedía aumentaba el ritmo y  si no,  paraba.

-LILI: Eleonor, ven, te necesito…….- la susurraba al oído cada cosa que tenía que decir mientras la besaba el cuello -… Eleonor ven,  por favor, este semental es demasiado….- aumenté el ritmo -….. por dios,  venga,  no aguanto más,  ¡Me esta matando!.....-  la saqué de su coño  y la metí en su ano con una facilidad inhumana -……. ¡¡Ahhhhh….por favor, apúrese………….dios!!…………. ¡¡¡QUE VERGA!!!.........- golpeaba el césped con fuerza al sentir como no llegaba a bajar de las acometidas en su ano - …………¡¡¡Dios mío,  me está abriendo el culo,  por dios, ayúdeme!!!.............¡¡¡¡ELEONOR!!!!!

10 minutos se pasó gritando, y como me obedecía solo podía seguir aumentando el ritmo, hasta que las suplicas de Lili ya no eran ordenadas, eran reales, clamaba un descanso que se le negaba, a cada orgasmo que le daba le propinaba un punto  de velocidad temiendo que la bestia llegara a entrar en escena.

Fue cuando de la puerta acristalada de la terraza,  salió Eleonor, mirándome vencida, apenas con un tanga acompañado de un pareo,  un sujetador puesto y sus eternos tacones, al verla desaté a la bestia, sabiendo que estaba allí,  mirando,  y que me correría pronto. Lili salió despedida del agua, tuve que salirme y ponerme de rodillas detrás de ella, colocándose a 4 patas, para volver a follármela por el coño, el agujero de su ano era tan grande que la entraría un tren de golpe sin dificultad. Lili sollozaba entre lágrimas de placer y dolor, entre gozo y sufrimiento, clamando por que su hermana viniera,  ni se había dado cuenta de que ya había venido, cerraba los ojos tan fuerte que parecía que no los volvería a abrir. Al correrme sentí como el cuerpo de Lili acompasaba los espasmos de mi semen arqueando la espalda, abofeteé su trasero para salir de ella y dejarla allí, con el culo en pompa, clavada como una estatua, tosiendo el aire que lograba aspirar.

Me puse de pie, con la polla medio tiesa, y el cuerpo brillante del sudor y el agua, los músculos marcados de forma clara debido al ejercicio reciente. Eleonor me miraba con desdén, pero sus ojos eran para mí, y su rictus serio solo denotaba en sus labios mordisqueados que deseaba ser follada, me acerqué a ella con paso firme, al sentir mi cuerpo casi rozándola, y notar el calor que emanaba de mí, alzó la vista con deseo, se le escapó un beso tierno y suave en mis labios, temblaba solo de mi sombra tapándola del sol.

-YO: veo que acudes a ayudar a tu hermana.

-ELEONOR: eres un desgraciado, la has hecho gritar para hacerme venir.

-YO: que bien me conoces, pero aún sabiéndolo, aquí estás……..- metí mi mano entre sus nalgas apretando su cuerpo contra  mí, apartando el hilo del tanga, me agarró de la mejillas y me besó con pasión, mi polla rozaba en su vientre, ya que pese a los tacones le sacaba 15 centímetros de altura, tiré del sujetador hasta sacárselo, sentir sus enormes y duros pezones clavándose me llevaron a meterle un dedo por el ano, suspiró negándose a disfrutar.

-ELEONOR: eres un mal nacido……….fóllame, cabrón, fóllame como si no hubiera un mañana.

-YO: eres una mujer muy complicada - sonreí al chupar de su cuello, dado que había echado la cabeza haca atrás aferrándose a uno de mis brazos.

Se arrodilló sin decir nada, me la agarró y la chupó hasta ponerla tiesa de nuevo, tragando semen y fluidos de su hermana, la hice una coleta con la mano para llevar el ritmo, pero ella sabía muy bien que hacer, como lamer, y dónde chupar. Se metía mis huevos en la boca jugando con la lengua en ellos, sin parar nunca de masturbar, no vi como lo hizo pero al ponerse en pie ya ni llevaba el pareo ni el tanga.

La acaricié los pechos apretándolos,  llevándola a la hamácala resonando sus tacones en el suelo, la tumbé boca arriba y me metí entre sus piernas pegando las pelvis y dejando caer mi gruesa y larga polla desde su coño hasta por encima de su ombligo, era increíble que se la pudiera meter entera. Me lamí los dedos y la froté el clítoris ligeramente, echándome para atrás iba hundiendo lentamente  en su coño. Me sujetaba la cara para besarme cuando la lujuria le daba un respiro, la bestia había salido de su jaula y andaba suelta, lo pagó Eleonor con una media hora inicial dónde se corrió 5 veces, cada una más intensa y fuerte que la anterior. Trataba de cambiar la postura y ladearse, metí un dedo en su ano para usarlo de ancla y me desaté otros 20 minutos, la hamaca se movía dando saltos, con el sonido de mis huevos golpeando sus muslos interiores, era hipnótico.

Eleonor puso los ojos en blanco al notar mis 5 minutos finales, por poco se desmaya al sentir mi semen caliente manchando su útero, pero era mucha hembra como para eso, se recuperó tan rápido como yo, y se puso a 4 patas, metiéndose 3 dedos en el ano, se preparó para mi verga, que sin pausa la introduje hasta el fondo. Gritó tanto como su hermana, agarrándose a los reposa brazos de la hamaca, la cogí de las tetas y tiré de ella hasta dejarla de rodillas pegada a mi pecho, tirando de sus pezones y penetrando lentamente su culo. Era  hacer el amor, no follar, eso la quería hacer creer, cuando se movió  disfrutando de la calma, desaté a la bestia de nuevo, ella abría la boca y luego se mordía el labio, pero al llegar al orgasmo anal casi se desvanece, solo tenerla sujetada la mantuvo erguida. 40 minutos abriéndola el ano hasta que la solté, cayó rendida con la cara apoyada en la hamaca y el culo en popa siendo ultrajado por mi falo, planté los pies en el suelo, agarré sus amplias caderas y al correrme aceleré hasta un  ritmo animal, la hamaca crujía ante cada envestida y Eleonor volvió en si de la impresión.

Levantó el torso, que  rebotó contra mi pecho, para  volver a estar a 4 patas, la di tan fuerte que me dolía el glande de percutir, pero sin dejar de hacerlo, entraba a matar, y la hamaca cedió, se partieron las 2 patas de delante, por suerte tenía a Eleonor cogida de la cadera, como una bisagra, y aguantaba su peso. Ahora, sin que ella pudiera apoyarse en nada, avasallé  aquel ano hasta venirme entre gritos y tirones eléctricos por la columna. Solté a Eleonor con cuidado, no se sostuvo en pie y cayó torpemente al suelo, al rebotar su culo contra la madera casi se desmaya de la impresión, se vio reflejada en el cristal de la puerta corredera, con el agujero en su ano que era del tamaño de una naranja.

Eleonor desvariaba en sus movimientos, quería levantarse pero solo lograba gatear, había perdido uno de sus tacones y, no sé como, trataba de volver a poner las patas de la hamaca en su sitio, cuando se habían partido de cuajo. Me di la vuelta para ver a Lili tumbada de lado, en poción fetal, mirándome y riendo, alargó su mano para que la ayudara a levantarse, lo hice y la levanté en mis brazos hasta tenerla cogida como a una princesa, me besó con ternura, la metí en casa y la subí a su habitación, me agarraba para que me quedara con ella, pero la di un fuerte besó que la relajó, bajé a ayudar a Eleonor, que seguía intentando unir las piezas de la hamaca, “Ya me he cargado 2 de estas, voy a tener que poner una queja al fabricante” pensaba entre risas.

Eleonor me miró abstraída, aún no se había podido levantar, la ayudé y la metí en brazos hasta sentarla en el sofá, se movía inquieta, ya que le ardía o le dolía el culo y el coño. La di algo frío de beber que la recompuso, yo me metí media botella de agua entre pecho y espalda. Pensaba que, si Eleonor era la mujer que mejor follaba que había tenido ensartada, y estaba así,  después de follármela con 5 días de abstención, dejando también rota a su hermana, la ex puta, ¿Cómo seria tirarse a una novata después de 1 semana sin sexo?. La idea me erizó la piel.

Una vez Eleonor respondía con seriedad a mis cuidados, me fui a la cama de Lili y me acosté con ella para dormir, estaba exhausto, me recibió encantada y se rodeó con unos de mis brazos. Pese al terrible calor del verano, me mantuve así un tiempo, hasta quedarme dormido.

Los siguientes días fueron raros, incómodos, pero al menos tenía sexo. Eleonor parecía un perro al que habían puesto en su lugar con una reprimenda, acudía a mi llamada sin rechistar, y follábamos con pasión, pero sin interacción social. Lili tardó 1 día en ponerse en pie, en cuanto lo hizo volvimos a follar, fui  cortés y cariñoso, pero esa mujer no estaba entrenada, se corría tantas veces y era tan hipersensible en su coño y su cuello que no duraba ni 2 corridas mías, daba igual como lo hiciera, tenía que ir a por Eleonor si quería seguir. No querían hacerlo juntas, siempre por separado, no puse objeciones y así me mantenía activo. Eran como el sol y la luna, tan opuestas que costaba creer que fueran hermanas, una era  toda clase y glamour, la otra pura pasión y desenfreno, orígenes muy diferentes, pero de ambas sacaba placer, y ellas de mí.

Era ya fin de semana, trabajé por la mañana, y por la tarde acudí al piso de estudiantes, necesitaba relacionarme con gente de mi edad, y volver a ver a Teo y Alicia en la misma sala, sin que hubiera una guerra, me gustaba, habían roto en Navidades, sabía de  escarceos leves entre ellos, rescoldos de una vieja llama,  pero se había acabado y lo entendieron como un paso  en sus vidas, no como algo hiriente y reprochable. Cenábamos, jugábamos e íbamos a alguna discoteca de noche.

El domingo fuimos mis amigos y yo a la piscina después de comer, y pasamos la tarde entre risas y bromas, Alicia seguía con su espectacular trasero y sus caderas de cine, Lara algo más descarada con sus enormes tetas, ya tenía una larga melena que la agraciaba el rostro y se vestía de forma sensual, hasta se me insinúo un par de veces sabiendo que Ana no estaba. Lo mejor, o novedoso,  fue ver a la estudiante canaria, Naira, una belleza de escándalo, rubia que brillaba con el sol, con melena hasta los antebrazos y de ojos azul cielo, su acento era cerrado de las islas,  su cuerpo era de modelo, tetas bien colocadas sin ayuda, los biquinis eran de cordones que no sujetaban ni elevaban, y aún así estaban erguidos, una cintura fina y una cadera prominente, por que hacia algo de yoga o tai-chi, así que estaba tonificada sin exageraciones, de esas mujeres que no entiendes como no están ganando millones en pasarelas, y están allí, tumbadas a tu lado, comiéndote con los ojos como haces tú con ella. Ya, algo bebida la noche anterior, fue mi pareja de baile hasta que Lara se apoderó de mí, apartando a cualquiera que osara acercarse, a esas alturas ya ni me molestaba atraer de esa manera, estando gordo y el primer año después de la operación, me enfadaba ser tan popular y lo superficial de la sociedad, ahora, desde el otro extremo de la sala, todo parecía diferente. Me mantuve sereno y no caí en las continuas tentaciones de muchas chicas, tengo el dudoso poder de lograr que las camareras cachondas, que suelen poner en los bares y se pasan la noche quitándose babosos de encima, me den su número, al igual que otras tantas borrachas y salidas. Todo al cajón de mi casa.

Llegó el lunes, por fin, del regreso de Ana, y la fui a buscar en coche  al aeropuerto privado, Eleonor le había pagado la ida y la vuelta. En camino hacia allí, recordé la advertencia de Eleonor sobre Ana, la oferta que me puso en la mesa y las palabras de alerta de mi madre, me sacudí la cabeza esperando a mi amada, eran cosas que ahora no tenían relevancia, estaba a punto de encontrarme con Ana.

La vi salir por una de las puertas con otro grupo de gente, al verme soltó la maleta,  las bolsas y salió corriendo hacia mi. Estaba preciosa, un top blanco,   una mini falda amarilla con algo de vuelo en el muslo y unos zapatos cómodos, acudí en su busca con un abrazo del cual se colgó en mi cuello, dando vueltas como enamorados que éramos, me besó tanto,  tan rápido y por tantas zonas que no podía acertar en sus labios, la tenía cogida por los sobacos, con las piernas dobladas hacia atrás, en el aire.

-ANA: ¡Hola amor, ¿Que tal?! ¿Me has echado de menos? - por fin se estuvo quieta y la besé, admirando sus bellos ojos, mezcla del marrón más dulce y el verde más liviano.

-YO: peque, cada segundo, de cada minuto, de cada hora, de cada día de estas largas semanas, te quiero - sonrió de forma inocente, se aferró a mi cuello y me rodeó con las piernas sin importarla que se la viera medio culo por la mini falda.

-ANA: eres un bobo, eres mi bobo -  me besó de nuevo, ahora con lengua. De cerca pude apreciar el tono de su piel, ella de por sí, ya tenía un color acaramelado, casi como la miel, pero las vacaciones en Granada, y el sol de Andalucía, le hacía cambiar de raza, estaba negra como una africana.

-YO: discúlpeme, me he confundido, yo venía a buscar a mi novia,  Ana, no se si la conoce, ¿Habla usted mi idioma? - bromeé haciéndola forzar una pose entre ofendida y graciosa.

-ANA: ¡Oye, que me vuelvo!  - amenazó con sorna, la rodeé con mis brazos y la apreté tanto que la oí suspirar.

-YO: tú no te alejas  de mí, anda, vamos a por tus cosas que si las llegas a dejar así tiradas en un aeropuerto público ya no estarían - se bajó dándome otro tierno y suave beso, se dio la vuelta con un giro demencial que hizo que todo varón clavara los ojos en sus piernas, con la esperanza de  que el vuelo de la falda se levantara lo suficiente. Na di un cachete fuerte en el culo para dejar claro al resto que esa “res” estaba marcada.

El viaje de vuelta fue como ir con radio Granada, Ana hablaba sin parar de su familia, de sus amigos y de las fiestas que montaron allí, de lo bien que se lo pasó y de lo que echaba de menos a su madre y a su abuela. Se puso algo triste al recordar cómo se despidió de ellas, había entendido por fin la diferencia entre la universidad y un instituto, la familia pasa al 2º plano, una prueba de madurez que todos hemos de pasar. Hasta que Ana dejó de hablar, yo iba con el mute puesto, pero al ver su cara sabía que algo me tenía que decir sobre su familia, y no sabía como empezar.

-YO: que te pasa, peque, ¿Echas de menos a tu familia? - me miró agradecida por darle el pie.

-ANA: no es eso amor, es que………..verás, mi abuela ha estado todas las vacaciones buscándome “esposo”, dice que no puedo seguir siendo una solterona, con lo guapa y bonita que soy, y me ha estado buscando parejas, yo las rechazaba como podía, discutíamos un poco, pero un día volví algo borracha a casa, y me pilló con la guardia baja……….- se sonrojó.

-YO: ¿Que la dijiste? - atendía claramente.

-ANA: pues que ya tenía novio, en Madrid, y que no quería que me buscara chicos, se puso tan pesada que al final……le he contado lo nuestro - me quedé blanco.

-YO: ¿Y por qué no me has avisado por teléfono? - mi tono sonó más rudo de lo que pretendía.

-ANA: no te enfades, fue sin querer, quería quitármela de encima y luego me daba pánico tu reacción - me agarró la mano de la palanca de cambios, me miraba como un cachorrillo que quiere ser adoptado, pedía perdón. No quería enfadarme, y la verdad, pensando unos segundos, no tenía motivo alguno para estar enfadado con ella.

-YO: no pasa nada peque, ¿Que te dijo? - se  alivió su mirada.

-ANA: pues imagínate, despertó a mi madre a gritos y se lo contó, me echaron una bronca enorme, parecían fuera de sí, no me hacían caso y solo me decían que era una loca y que tú eras un degenerado, trataba de decirles que en realidad no somos primos, pero eso solo las enfurecía.

-YO: pobre niña mía, tú sola allí, tenías que haberme avisado, y te hubiera apoyado, no tenías que pasar por eso sola.

-ANA: la verdad es que iba tan pedo que no me acuerdo de mucho…..- sonrió denotando una mentira piadosa - ….. pero eso fue hace una semana, no saben que hacer ni como proceder, querían llamar a tu madre pero las convencí de que nos dejaran hablar a nosotros antes, mi abuela dice que o cortamos o me cierra el grifo de la universidad, jajajjaja como si eso me importara ahora……..en fin, que no sé que hacer - ese silencio me dio que pensar.

-YO: pues nada, hablaré con mi madre y que ella se encargué, tiene mucha mano izquierda, quizá les haga entrar en razón, pero tienes que prepararte …..- me miró poniéndose seria - …es probable que no traguen, y te presionen, puede ser duro y difícil, y tienes que tener claro hasta dónde quieres llegar.

-ANA: hasta el final, me da igual todo, ellas, la universidad,  el dinero, solo te quiero a ti y no lo perderé por nada, ahora lo sé……….- sentía que había tenido una revelación en ese viaje.

Aparqué el coche en el garaje del edificio de la casa del ático, Ana permanecía inmóvil y triste, me miró con oscuridad en los ojos.

-YO: ¿Y ahora que te pasa?

-ANA: no quiero vivir  aquí - me pilló de sorpresa.

-YO: ¿Aquí? Pero si fuiste tu la que……- me cortó con un beso rápido, antes de decirla que vivíamos allí por su arrogancia al pedir el piso a Eleonor.

-ANA: lo sé, pero no me gusta, vayámonos, podemos volver al piso de estudiantes, ahora no está Teo con Alicia, y no pondrán reparos, por favor.

-YO: es una locura peque, estamos a un mes de que empiecen las clases, no podemos hacer otra mudanza, y si tu familia nos corta le grifo no podremos pagar la habitación del piso - soltó un bufido de desesperación.

-ANA: vale, pero prométeme que en cuanto podamos nos iremos de aquí, o echa a esas 2 “sudacas”, no las soporto - su tono era de desprecio absoluto, no era habitual esa falta de respeto en ella, entendía el por qué a Lili, al irse era un desastre de convivencia, pero con Eleonor siempre se había llevado bien, pese al distanciamiento claro de los últimos meses.

-YO: ¿Que te pasa con ellas ahora?

-ANA: nada - no hacia falta ser un lince  para saber que esos “nada” en una mujer, significan mucho, apagué el coche, me giré hacia ella, acariciando su cara con mi mano para hacerla que me mirara.

-YO: no pasa nada, dime que te ocurre, buscaremos una solución juntos, te quiero, y nada cambiará eso, solo se sincera conmigo, confía en mí  - me miró deseando explicarme algo.

-ANA: nada……….. déjalo, son cosas mías.

-YO: por favor Ana, yo solo….- abrió la puerta del coche y salió bruscamente sin dejarme acabar. Tardé unos segundos en salir del coche.

El silencio se apoderó de ambos al subir por el ascensor, y al llegar a casa, a Ana se le agrió el carácter, y el rostro, saludó con corrección a Lili, que la pidió disculpas por el pasado y la prometió un mejor comportamiento, ahora que yo le había ayudado. A Eleonor casi ni la miró cuando la abrazó, la tensión se cortaba en el ambiente. Fuimos a nuestro cuarto y ayudé a colocar las cosas a Ana, explicando detenidamente mis andanzas con Eleonor y Lili, las caras que ponía eran de desprecio, la dije que si me lo pedía no volvería a tocarlas, en silencio sopesó la idea, pero en vez de eso me dijo que no la importaba, “una mentira de tantas”. Cenamos,  dormimos y follamos gran parte de la noche, Ana lo tenía algo cerrado de no estar conmigo, pero aún así aguantó 3 polvos ella sola, los 2 primeros fueron hacer el amor, de forma lenta y sensual, el 3º ya fue por el culo y un poco brusco, pero a Ana le gustaba tanto como a mí.

Por la mañana repetimos otros 2 polvos, aprovechando mi empalme mañanero, se montó sobre mí y me cabalgó durante 2 horas, demostrando que no había perdido sus facultades en el sexo. Al salir a beber algo, dejando a Ana algo magullada, fui a la cocina dónde estaba Lili, totalmente desnuda, agachada sobre la encimera, no sé cuanto llevaría allí, pero seguro que la situación y la pose no fue casual, me dio igual, acudí a su trasero y riendo la penetré por el coño desde atrás, empotrándola contra la nevera y follándomela de forma salvaje. La destrocé, saltaron por los aires todos los imanes y notas del frigorífico, y al correrme, Lili se hizo una bola timorata en el suelo. Me bebí  lo que encontré, y dándonos una ducha rápida nos fuimos a la piscina Ana y yo solos, a la pública, no a la de  casa, en plan parejita, disfrutando de un día solos.

Ana era dulce, cariñosa y amable, lejos de esa casa, disfrutaba de nuevo de la compañía de mi novia,  y en el agua la pasión casi me lleva a follármela delante de media piscina, su diminuto biquini azul cielo de medio culo era para provocar a cualquiera, y ni a ella ni a mí nos hubiera importado si no nos hubiera interrumpido un grupo de niños de 9 años con una pelota perdida. Por la tarde acudieron Alicia y las demás chicas a la llamada de Ana, quería hablar con ellas y volver a sus amistades, también acudieron Teo y Manu, junto a un par  de chicos del grupo, algunos con sus novias, otros a la caza de las chicas libres. Reía y bromeaba con ellos, pero solo tenía ojos para Ana, estaba enamorado hasta el tuétano de esa muchacha, me pillaba mirándola y ponía alguna pose sexy y tonta acariciándose la gargantilla que la regalé, se acercaba a darme un beso y se alejaba jugando.

Al volver de la piscina fuimos a cenar a casa de los estudiantes, Ana quería alejarse el mayor tiempo posible de esa casa, así se mantenía feliz, pero al volver al ático se ponía un escudo imaginario y era un ser frío, distante y hosco. No se apartaba de mí, y en cuanto podía me llevaba al cuarto, me alejaba de las demás mujeres,  y podíamos estar follando o no,  no quería que saliera de esas 4 paredes, le tenía un pánico irreal a alejarse. Temía algo, no decía el qué, quizá a perderme, quizá a que supiera algo, quizá a que sin ella a mi lado me pasara algo, Ana no decía nada, pero se leía en sus ojos.

No me lo pidió, pero no hacía falta, no volví a tocar a Lili ni  a Eleonor, y eso la calmó, pero insistía en buscar la manera de irnos, o que presionara para que Eleonor acelerara la cesión del piso a mi nombre. Nos dijeron 6 meses de trámites y ya íbamos para 11.  Eleonor me decía que los abogados le daban largas, alguna vez venían los 2 abogados por allí, notando el brillo de la lujuria en los ojos de la abogada clavados en mí, no era raro, en casa iba, o desnudo o con unas bermudas, y su número de móvil  hacía tiempo que estaba en el cajón, con el resto. Aún así, la cosa se demoraba.

Entre tanto,  llegó mi cumpleaños, y si habéis seguido la serie, sabréis que en esas fechas suelen ocurrirme cosas horribles. Os aconsejo que leáis con detenimiento, y que lo hagáis sentados.

 

Ana, Eleonor y Lili – Un último regalo.

Por experiencias previas, le tenía un miedo lógico a esa fecha, mis cumpleaños,  los 18 los pasé en el hospital recuperándome de la operación, los 19 fueron cuando dejé a Irene, mi 1º novia, los 20 fueron cuando Ana me quiso regalar a Alicia y estallé de cólera rompiendo un armario y forzándonos a irnos del piso de estudiantes, al final para nada. Con el ambiente tan caldeado en el ático,  no presagiaba nada bueno para los 21 años.

La noche previa a mi cumpleaños, la pasé con los amigos y con Ana, de fiesta. Al día siguiente fuimos a comer a casa de mis padres, algo familia e intimo, junto a Ana. Al volver al ático montamos una pequeña fiesta, más bien Eleonor y Lili,   para celebrarlo, nada opulento, pero si con bastante gente. Durante todo ese día, y el anterior, Ana insistió en que no tuviéramos sexo, que me tenía una sorpresa para el día de mi cumpleaños.  La miré con dudas, la última sorpresa en mi cumpleaños no fue muy bien, pero le concedí la petición, y por ello iba tan cargado y salido, que solo con ver a Eleonor riéndose con las tetas botando, me ponía como una moto. La fiesta pasaba y la gente iba abandonando la casa, los mayores primero y luego los que tenían pareja, para quedarse los  jóvenes y alocados, hasta altas horas de la mañana no se fueron todos. De las últimas en irse,   Mara, la hermana de Alicia, que desde Navidades andaba muy preocupada de retomar nuestra vieja relación, pero se vio superada, casi como 3 leonas,  Lili, Eleonor, y sobre todo Ana, la echaron con palabras dulces, y ojos en llamas.

Yo observaba a carcajadas como ocurría todo,  tenía unas ganas enormes de partir a Mara por la mitad, no estaba mal físicamente, pero solo por ver su cara al sentirme dentro, y oírla gritar, daría todo mi dinero, esa mujer había pasado de mí, y de mi forma de ser estando gordo,  como de la mierda,  y ahora era una  del montón, que jadeaba por tenerme entre sus piernas. Al irse, Ana se sentó a mi lado en el sofá de abajo, vestida con un top ajustado blanco y una falda negra vaporosa,  con toda su larga melena suelta y ese tono de piel más tostado del que me gustaba, frotándose y besándome con dulzura.

-ANA: ¿Ya estas listo para mi regalo? ……..- asentí con un beso cariñoso - ……..súbeme a la habitación grande - no cuestioné, sabía que le gustaba sentirse como una princesa en mis brazos, así que la cogí entre ellos y la llevé a la habitación de Eleonor, había perdido de vista a las colombinas,  últimamente me importaban poco.

Al llegar a la puerta,  se bajó de mis brazos,  y como una azafata de TV abrió la puerta. De lejos vi en la cama a Lili y Eleonor comiéndose una a la otra, desnudas y brillando por un aceite corporal en que se habían bañado por completo. Me acerqué un poco a la cama para ver mejor aquel espectáculo, sus cuerpos se movían al compás de una danza que sonaba de fondo en la cadena de música, ritmo hindú, se movían como serpientes enroscándose una en la otra, besándose, chupando y acariciando cada centímetro de piel, con las luces apagadas y solo unas velas aromáticas llenando el ambiente de una sensualidad asfixiante. Ana se abrazó a mi espalda, no necesitaba darme la vuelta para saber que ya estaba desnuda, sentí sus pechos erguidos en mi espalda y el roce de sus muslos en mis piernas. Me besaba un hombro y el brazo mientras su cabello me hacía cosquillas, sus manos me rodearon hasta dónde pudieron,  me acariciaba el vientre y el pecho por dentro de la camiseta.

-YO: ¿Este es tu regalo?  - la miré algo decepcionado, al fin y al cavo solo era sexo con mujeres a las que ya me tiraba.

-ANA: si, ¿No te gusta? - sujetó   mi polla a través de las bermudas, algo tiesa ante las miradas furtivas de Lili y Eleonor cuando me llamaban a la cama.

-YO: creía que estabas furiosa con ellas…..- lo solté sin importarme que estuvieran delante.

-ANA: hoy solo importas tú,  y esta noche vas a tenernos a la 3 para ti solo - alzó las manos para quitarme la camiseta, de repente la idea no me pareció mal, casi un reto. Ana y Eleonor ya me costaban solas, incluir a una inexperta como Lili, podría tener su punto, y después de 2 días sin nada, tenía ganas y energías para las 3.

De un tirón Ana me sacó las bermudas para dejarme desnudo, con una polla a la que le faltaba poco para estar tiesa. Eleonor le estaba comiendo el coño a Lili haciéndola jadear como si fuera yo mismo el que la devoraba, Ana se colocó delante de mí, tirando de mi cabeza,  para besarla, sabían de cine sus labios, y su olor a coco me incendiaba, podría haberme quedado solo con ella, me daba igual, aún así, ella sacó el bote de aceite y me lo dio para que la embadurnara como a las otras.

Arranqué el tapón de plástico con el dosificador, dejándolo abierto de todo, agarré de la cintura de Ana pegándola a mí, y desde arriba fui dejando caer una cantidad enorme de aceite entre nuestros cuerpos, bañándonos la cara, el cabello, el pecho y dejándolo caer por el cuerpo. Casi vacié un bote nuevo, una vez cubiertos, las manos de  ambos se afanaron en recorrer el cuerpo del otro, el tono de su piel, esa luz y el aceite la estaban embelleciendo a cada paso, mis manos jugaban entre sus piernas para lubricarla bien y ella masturbaba mi enorme falo para llenarlo del liquido, al igual que mi vientre marcado de músculos y mis enormes pectorales. La di la vuelta para pegarla a mí, y hacerla sentir mi verga,  dura ya, abriéndose paso entre sus muslos, movía la cadera suavemente mientras mis manos recorrían todo su torso y sus senos, acariciar su vientre la hizo gemir.

Al alzar la vista, Lili rompía en un orgasmo de los suyos, tan sensible era que Eleonor se lo arrebató sin necesidad de malabarismos, se fundieron en un largo beso húmedo, para llevar sus ojos a Ana. Gatearon  adoctrinadas hasta nosotros, se tiraron al suelo, y comenzaron a acariciar y besar las piernas de Ana, casi desde lo pies hasta su coño, allí mi polla sobresalía bastante, el glande y parte del tronco, que acariciaron,  besaron y chuparon la punta  a la vez que presionaban y jugaban con  el coño de Ana, que a su vez estaba recibiendo un masaje en los senos de mi parte. Suspiraba entre jadeos al tirar de sus erguidos pezones y al sentir la lengua de Eleonor entre sus muslos, la levantaron una pierna y Eleonor se comía su coño mientras Lili luchaba por meterse parte de mi tranca en la boca.

Se iban intercambiado como si fuera una hidra de 2 cabezas, Ana gemía y se sonrojaba mientras que el placer que yo sentía era relativo, si,  me gustaba,  pero a mí sin una masturbación continua,  podían estar chupándomela días sin correrme. Como lo sabían, pasaron a la acción, fueron subiendo,  besando y lamiendo el cuerpo de Ana y el mío, Ana se dio la vuelta sacándose mi rabo de entre las piernas, y se pegó a mi cuerpo de nuevo, torciéndomela  hacia un lado sin dejar de masturbar, besándonos con lengua y saboreando sus labios. Lili se puso a un lado besándome el brazo y Eleonor al otro acariciando mi espalda y mi pecho. Indistintamente fui intercambiando besos con las 3, Eleonor sabía muy bien como besar,  era  paciente,  daba varios besos largos, abriendo bien la boca y  jugando con los labios, sin necesidad de babear con la lengua. Lili conocía  como calentar, daba largos besos clientes y al acabar deba un lametón dejando la lengua como un gancho tirando de mi labio superior.  Ana se sentiría aburrida, así que se arrodilló para chuparme la polla como a mi me gustaba, cogió con ambas manos,  lamiendo el glande y chupando con cuidado, masturbaba a buena velocidad, y  eso ya me sacó los primeros jadeos, ahogados por los besos de las hermanas, que notaban mis manos hurgando en sus muslos, buscando el 1º orificio que encontraba, y penetrándolos con las falanges.

Pasados unos minutos Ana se elevó con la boca llena de semen, casi ni había notado mi corrida, era la 1º después de varios días y fue fácil para ellas. La compartió con los 3, nos besamos y compartimos ni simiente caliente, jugando con ella. Lili ya volvía a temblar de sentir mis dedos penetrándola el coño, era tan novata, tan delicada, que me daba pena. Me cansé de preliminares, estaba ardiendo de sexo y los ojos y risas de esas 3 me estaban pidiendo guerra, abracé a la tres de golpe, elevándolas del suelo como si fueran niñas de colegio, rieron sorprendidas y sobrepasadas por mi fuerza bruta, me giré sobre el borde de la cama y me dejé caer con ellas tres encima. Fue una delicia de tetas, aromas y risas, Ana quedó encima de mi verga, aprisionándomela, besándome con descaro, Eleonor casi encima de ella, un poco de lado, y Lili al otro lado totalmente.

-YO: quiero que sepáis, que no habrá piedad, voy a ir con todo y de aquí salgo con los pies por delante…….- las colombianas rieron, Ana me miró y sonrío sabiendo que la amenaza era lo más real que podía ser.

-ELEONOR: a ver si puedes con las 3, o nosotras podemos contigo…..- fue una apuesta, mientras sacaba mi polla dura  de entre las piernas de Ana para chuparla,   masturbando con una mano.

Mis manos fueron al trasero de Ana, jugando con su ano y forzando hasta llegar a su coño empapado. Lili aprovechó que Ana se incorporó para pasar una pierna por encima y ponerme su vagina en la cara, lamí con fiereza, se apartó solo de notar mis labios, pero volvió a bajar y se dejó hacer.

Estaba tan concentrado como para sacarme un graduado en ingeniería biomecánica. Eleonor me dedicaba una mamada de escándalo masturbando con una mano haciendo resonar sus pulseras, y jugando con la otra en mis huevos, Ana se abría las nalgas para dejar que mis manos llegaran mejor para perforar su ano y su coño, y Lili se frotaba el clítoris cuando mi boca no lo estaba tapando, esta última fue la que más gemía y la que 1º se corrió, estaba al punto de nieve de lo que la hizo Eleonor,  y solo con no parar se correría infinitamente. Así que no paré, provocando  orgasmo tras orgasmo, comiéndome sus emanaciones como si fuera ambrosía. Noté como Eleonor dejaba de masturbar y chupar, lo agradecí, me estaba volviendo loco, pero apretó contra el coño de Ana y la penetré de golpe media polla, que al 2º esfuerzo entró toda. Ana se estremeció, pero al instante movió las caderas de forma circular dejando que me acoplara perfectamente, Eleonor se pegó como una lapa a su espalda, y  la acariciaba los pechos o la besaba el cuello, mientras acompañaba los giros de cintura de Ana, susurrándola cosas guarras suponía. Lili no sabía como ponerse,  si a 4 patas o de rodillas, daba igual, se corría cada 3 o 4 minutos, pero soportaba encima de mi cara,  como de un toro mecánico, admirar sus giros de cabeza y sus rizos rubios goteando sudor y aceite me aceleraban  la lengua, que ya parecía dormírseme en la boca.

Para cuando quise darme cuenta Ana me estaba cabalgando como la mejor de las amazonas, entraba y salía de mí por competo, ayudada por los brazos de Eleonor.  Ana, ya castigada por mis manos,  rompió en un orgasmo animal que la obligó a levantarse y bañar mi cintura, pero se arrodilló de nuevo metiéndosela entera y volviendo a cabalgar aún con  fuerza. Notaba las uñas de Eleonor en mi vientre de frotarle el clítoris a Ana desde taras, que gemía abrumada. Alguien le soltó un azote a Lili cuando se volvió a correr al sentir mis dedos, ahora libres, en su ano, esa vez levantó una pierna y se corrió como una fuente en mi cara, casi me atraganto. Cuando acabó se negó a seguir siendo ultrajaba y se agachó para besarme y lamer sus fluidos, dejándome sus senos al alcance, totalmente erectos y con la piel roja de la excitación. Ana se volvió  a correr pasados unos minutos y de la fuerza salió dispara hacia mi vientre, mi polla fue engullida por la boca de Eleonor, mientras Ana seguía con el ritmo en la cadera como si aún estuviera recibiéndome. Agarré de la cintura a Lili, y la puse con el coño abierto de cara a Ana, que empezó a comérselo, acariciándola con sus dedos, yo a su vez giré el cuello y me comía su ano, Lili rompió en 4 orgasmos seguidos que la hicieron desvanecerse, quedó de rodillas de nuevo con el coño en mi cara, siendo martirizado, pero ahora de cara a Ana, que se puso igual, cara a cara. Se besaron y se acariciaron como 2 quinceañeras.

Sin saber como  dio de sí mi cuerpo, Eleonor se arrodilló detrás de Ana y se metió mi polla entera soltando un bufido  animal, follándome con sus rítmicos gestos de cadera, tan hábiles y rápidos que esa vez sí noté como mi semen salía disparado a sus paredes vaginales, hecho que a su vez la sacó un orgasmo leve a Eleonor. Yo mordía y besaba las nalgas de Lili de rabia, me habían sacado ya 2 corridas y aún ni había empezado a  follar yo.

Era mi regalo, e iba a disfrutarlo, ya habían tenido suficiente “dulzura” de mi parte, azoté el culo de Lili hasta que se pegó tanto a Ana que sus senos se apretaban, quedó a la altura de mi pecho, Ana en el de mi vientre y Eleonor, aún empalada, en mi cintura. Rodeé a las 3 con mis brazos y agarré las caderas de Eleonor, con una fuerza enorme planté los pies y elevé a las 3 por el aire, a Lili unos centímetros apenas, pero ella hacia de tope para que no se vinieran las 3 encima de mi cara, ante la pendiente que hacia mi cuerpo.

Las 3 sabían que la bestia había llegado, la solté, como cuando en las películas sueltan al animal para que sea libre  un rato y se divierta. Fui aumentando el ritmo de las penetraciones en Eleonor mientras las otras sonreían entre besos y caricias, todo se volvió silencio cuando Eleonor rompió en un orgasmo descomunal que no dejé pasar, aumenté de nuevo, y al notar su siguiente corrida se rieron, la bestia desatada se estaba cobrando a su 1º víctima, y Ana y Lili se miraban asombradas, Lili casi con pánico. Al 3º orgasmo Eleonor se salió de mí cayendo de espaldas con las piernas abiertas y soltando chorros de su interior, sin dar tiempo a nada me erguí con las otras 2 chicas aún encima, tan fuerte que la inercia llevó a Ana a caer de espadas sobre Eleonor, que a duras penas la logró recibir sin un golpe, y Lili cayó a 4 patas sobre ellas 2, conmigo de rodillas detrás de ella. Penetré el coño de Lili de tal forma que sentí como si la rompieran el himen por 1 vez, me aferré a sus senos y bombeaba con virulencia sacándola tantos orgasmos que no merecía la pena contarlos, se besaba con Ana, o se comía sus tetas mientras Eleonor acariciaba el coño de Ana,  algo confundida aún. Lili no soportó ni 10  minutos, me la follé  por el culo  un rato, pero fue casi peor,  al 1º orgasmo anal se desvaneció en la nada cayendo  desmayada sobre Ana. La apartamos entre los 3 y la dejamos en una esquina de la cama,  tiritando y con temblores.

-YO: una menos, ¿Quien es la siguiente? - sonreí con autentica dedicación, Ana me miró con lujuria levantando un dedo a modo de petición.

Me eché para atrás un metro y tiré de los pies de Ana, la di la vuelta y la cuadré a 4 patas, Eleonor se colocó para que Ana pudiera comerla el coño, cosa que hizo encantada al sentir mi polla abriéndose en su útero.

Siendo Ana, me desaté ferozmente, de vez en cuando Ana se erguía ante al impresión para acariciarme retorciéndose pero sus orgasmos la tumbaban a la lona, para seguir comiéndose el coño de Eleonor, que rezumaba fluidos,  semen, sudor y aceite. Sus orgasmos se hicieron  rápidos, Ana sabía dónde tocar y le penetraba el coño o el ano de forma alternativa o a la vez, sin dejar de lamer y chupar el clítoris enorme, creo que la localizó el punto G, y esto la llevó a una cadena de sensaciones que la revolcaba entre las sábanas gritando obscenidades. Ana hacía fuerza contra mí, y su aguante sacó sus frutos, me dediqué en cuerpo y alma a meterle mi semilla lo más dentro posible a una velocidad infernal, antes de venirme la saqué 2 orgasmos  para después caer tumbada sobre la cama, riendo de pura congoja.

Ana se apartó y me dejé caer sobre el cuerpo de Eleonor, comiéndome sus preciosas tetas y sus pezones casi deformes por largos, y erguidos, no eran naturales, pero atraían mis labios. Mi polla se encendió ante las caricias de Ana, y penetré a Eleonor, parecía  entera, así que haciendo flexiones llamé al animal indómito y me centré en hacer pedir clemencia a Eleonor, nada fácil. Metía y sacaba mi rabo por completo para medir distancias y luego ir aumentando el ritmo hasta sacarla improperios con cada golpe de cadera, se quería acariciar pero solo llegaba a taparse la boca con los puños al mordérselos, me besaba pero me mordía los labios de tensión, luego clavó las uñas en mi espalda haciéndome marcas y mordiendo mis hombros y mi pecho, trataba de que eso contuviera sus gimoteos pero tras media hora  se derrumbó como un castillo de naipes, casi rendida. La conocía bien, si la dejaba así, en 20 minutos estaría de nuevo en pie, la saqué de su coño, use sus fluidos para meter varios dedos en su ano, y eso la sacó del trance,  antes de recobrar el sentido la empalé por el culo hasta el fondo de su ser, soltó un alarido que hizo reír a Ana, que permanecía a mi lado acariciando y besándome cuando le dedicaba algo de tiempo.

Estaba centrado en matar a Eleonor, las penetraciones eran tan largas y profundas que notaba la piel del recto estirarse y contraerse con cada una, Eleonor se acariciaba el coño mientras otra mano la tapaba la boca, estaba roja y con las venas hinchadas y  la boca abierta con aspecto de soltar un alarido horrible, pero sin decir nada. Respiraba entre jadeos y mi verga era alabada, como si tuviera orejas para sentirse halagada, abriéndola bien de piernas y follándola con placer. Otros 20 minutos así bastaron, y menos mal, nos estabamos quedando si cama de los empujones que la daba, tras el 3º orgasmo anal pidió clemencia entre susurros y me corrí dándolo todo en un sprint final que la llenó de semen el culo. Su cara al saber que había terminado fue el alivio  absoluto, se echó a un lado respirando tan agotadamente que las gotas de sudor la recorrían el cuerpo a zancadas.

-ANA: creo que Eleonor ya ha sacado la bandera blanca, solo quedo yo, ¿Aún te ves con fuerzas? - la abracé besándola con pasión, mi gesto era de confianza y suficiencia, una mera fachada, iba  a por el 5º de la noche. Lili era fácil, Eleonor difícil, y aún me quedaba Ana, la mujer que amaba y con la que más tiempo me había estado acostando, follaba peor que Eleonor, tenía menos aguante, pero era  temible.

Saqué fuerzas de dónde no tenía, me dejé caer para que Ana se abalanzara sobre mí, me la chupó un rato hasta ponerla bien dura, la verdad, le costó un poco, pero una vez tiesa me obligó a sentarme en el borde de la cama, ella se puso en pie y dándome la espaldas se sentó sobre mi vientre, acariciando mi miembro para dirigirlo a la entrada de su coño, el cual penetré, y una vez dentro se dejó caer hasta sentirla toda dentro, con los pies en el suelo y la espalda arqueada.

Ana comenzó un vaivén  glorioso con sus caderas, un ritmo aprendido y bien aplicado, sus nalgas rebotaban contra mi vientre,  y se movían en contra de la dirección que ella ponía, con mi rabo que aparecía y desaparecía entre sus muslos. Agarré de sus pechos y tiré de ella hasta quedar tumbado boca arriba, con ella  empalada, se apoyó en el borde de la cama con sus pies para ganar espacio, y los míos en el suelo para hacer de palanca. Fuimos generando un ritmo alto que la hacia gemir y sollozar, ni hacía falta que se apoyara en la cama con los brazos hacia atrás, mis manos en su cadera la sostenían y mi polla frenética la martirizaba como para no dejarla bajar. Se corrió un par de veces pero la posición era muy incómoda, se salió y buscando algo de ángulo, se apretó mi glande contra su ano, costó un poco pero entró al fin.

Sentir su calor y la presión me mataron, tenía un dulce escozor en la punta del pene, pero era ahogado por un placer inconmensurable. Ana dominaba el ritmo de la penetración hasta bajar del todo, sus pies dejaron de apoyarse y por unos instantes se mantuvo solo con mi polla entera como mástil, dando coces con una pierna y respirando entre impresiones, como al meterse en una piscina de agua fría poco a poco. Se fue clamando hasta caer a un lado, la abracé por detrás, sujetándole del vientre y de un pecho, comenzando un vaivén lento y pausado. Ana lo agradecía con una sonrisa, pero sus uñas se marcaban en mi muslo, apretaba tanto al sentir la penetración que me dejó otra marca, cuando salía me daba palmadas en el mismo sitio, todo repetido hasta que las penetraciones se volvieron fluidas y Ana gritaba de lujuria y pasión. Me costaba físicamente mantener un ritmo, pero ni hacia falta,  30 minutos follándomela mal, la sacaron 3 orgasmos anales que la mataron por completo, reía nerviosa, soltando despacio un moño que había formado al apretar las sábanas, babeado de usarlo como mordedor. Sentir mi semen dentro la reconfortó, se giró como pudo para besarme, con un brillo en los ojos especial.

Supongo que quería decirme algo, lo buen amante que era, lo semental que demostraba ser, lo fuerte y grande de mi polla, o mil cosas, pero no lo necesitaba, solo con verla sonreír y mirarme así, me bastaba, era feliz. Me olvidaba del mundo a nuestro alrededor, de Eleonor, aún con espasmos en el culo,  de Lili perdida hecha un bola en una esquina,  de la cama, del lujo de esa casa, de su familia y de la mía, de mis amigos, abandonaría todo por tenerla así, entre mis brazos, sonriendo y clavando sus bellos y extraños ojos en los míos para siempre, quiero pensar que en ella la sensación era similar. La apreté un pecho mientras la besaba con rabia.

-YO: gracias por el regalo - no pudo responderme con la educación  típica de ella, estaba exhausta, al igual que yo.

Bajé a la cocina tambaleándome, me fallaban las piernas, sentía que se me iba a subir un gemelo en cualquier momento y no conseguí mantener una respiración normal. Como era habitual, me tragué una botella de agua entera y parte de otra, podía oír a mi madre en mi cabeza diciéndome lo peligroso que era eso, y su eterna historia del rey,  que  después de una larga jordana de cacería,  pidió que le trajeran agua fresca, y de tanta y tan rápido que bebió, murió allí mismo. Subí la otra botella,  Ana bebió un poco, y se tapó, tenía escalofríos pese a estar a 30 grados, y la verdad, hasta yo me sentía raro. Eleonor  también bebió, pero Lili permanecía quieta, casi se podían notar aún los tirones en los músculos de su pelvis. Me acosté al lado de Ana, abrazándola y quedando detrás de ella, como cuando empezó toda aquella locura, eran cerca de las 10 de la mañana y la fiesta había terminado a  casi las 7, estaba agotado. Eleonor gateó torpemente para quedar a mi espalda, sentí sus pechos pegados a mi columna dándome un suave beso en el cuello, y así nos dormimos todos, debo reconocerlo, con una sonrisa enorme en mis labios, feliz de que por fin, en un cumpleaños, no hubiera pasado nada malo,  y más que eso, por un ligero halo de esperanza en el futuro de la convivencia en esa casa. No era lógico que hicieran el amor  así de bien juntas, y luego no se soportaran, si yo debía ser su nexo, lo sería encantado.

 

Ana, Eleonor y Lili – La verdad oculta.

Pasé mala noche, o madrugada, todo sea dicho, amagos de rampas en las piernas, el calor asfixiante, tener a Eleonor y Ana rodeándome, y un estado de nervios que no me dejaban conciliar el sueño, me palpitaba el corazón tan rápido que solo el paso de los minutos fue calmándome hasta que mi mente dijo basta y me dormí. Cada cierto tiempo me despertaba sudando y alterado, pero me volvía a dormir, no sé cuanto tiempo pasó, serian cerca de las 3 o 4 de la tarde, en uno de los amagos de rampas me desperté, y no vi a Eleonor, no le di importancia y seguí remoloneando una hora más. Ana hacía lo mismo que yo, se movía levemente y soltaba un ronroneo de gatita, se levantó y fue al baño,  su andar era tosco y torpe, evitando rozar los muslos, al volver se echó encima de mi pecho, acariciándome y besándome con ternura en el cuello, la mejilla y  la boca. Al mirar a mis pies allí seguía Lili, apenas se había movido, echa un trapo en una esquina de la cama.

Tenia la polla dura de mis empalmes mañaneros, pero me dolía todo, tenia agujetas y Ana no se mostraba nada dispuesta. Me fui al baño, me di una buena ducha y los típicos rituales de un hombre, como mear y dejar irse un pedo al finalizar, o al menos eso hago yo cuando estoy solo o hay confianza. Ana se había vuelto a quedar dormida, era como un ángel, desnuda apenas cubierta por una sabana fina de verano, boca abajo con una pierna encogida y todo el pelo a lo largo de la almohada como un abanico, me agaché para besarla en la mejilla mientras le hacía cosquillas en su espalda al aire, se movió haciéndose una bola para que la dejara en paz.

Me puse unas bermudas y bajé con dificultad, sentía en los muslos y en la cintura un presión constante, dejé a 3 mujeres al borde de la extenuación, y eso pasa factura a cualquiera. Al ir a la cocina me encontré a Eleonor de pie, de espaldas a mí, no me había oído llegar, totalmente desnuda, apoyada con la cintura en la encimera, tomando una taza  que olía a café recién hecho. Se rascó un gemelo levantando una pierna y pasándose  las uñas cuidadas de los dedos, me sacó una sonrisa, aún sin nadie mirándola y siendo lo más burda que podía ser, destilaba sensualidad y clase en sus movimientos. Me acerqué apartándola el pelo hacia un lado y pegándome a su espalda, besándola el hombro y el cuello, ella sonreía al girar el rostro y llevar sus labios a mis mejillas, la abracé con fuerza rodeándola por la cintura y disfrutando del aroma de la taza. No bebo café, pero su aroma siempre me ha gustado.

-YO: buenos días – Eleonor le dio un sorbo a la taza.

-ELEONOR: buenas tardes ya, amor mío - quise rebatirla, no era su amor, o mejor dicho, yo no la amaba, pero pretendía hacer que todo volviera a un punto de paz y tranquilidad, así que guardé silencio.

-YO: ¿Que tal has dormido? - desvié el tema.

-ELEONOR: como nunca, me siento renovada, creo que fue buena idea lo de esta mañana, ¿A ti te gustó? - se me escapó una carcajada.

-YO: apenas……- la ironía era clara, volví a besarla en el cuello, eso la provocó un escalofrío que la recorrió todo el cuerpo.-….me duele todo - rió  nerviosa.

-ELEONOR: a mi igual, al despertarme no sentía nada de cintura para abajo, menos mal que se me pasó, eres un animal peligroso - se movía levemente, casi nada, pero se frotaba un poco.

-YO: por favor, quieta, me duele hasta la polla de tanto meterla dentro de vosotras.

-ELEONOR: no creo que pudiera complacerte, me arde el interior, he intentado ponerme algo de ropa interior pero me escuece …- soltó algo parecido a una sonrisa cansada - … no sé que me pasa, pero es sentir tu cuerpo, tu calor, y me enciendo...- se giró dejando la taza en la encimera, me agarró de la cara y me besó de forma lenta y pasional, sabía a café y lujuria, pero enseguida se apartó recordando algo -…será mejor que nos vistamos, ¿Podrías quedarte hasta que venga la abogada?

-YO: claro, ¿A que viene? - la miré a los ojos con curiosidad.

-ELEONOR: ah...- echó la cabeza hacia atrás con el gesto ese tan sensual de las mujeres, al mover el pelo -…es una sorpresa - sonrió con gentileza, antes de coger la taza y salir de allí con un silencio cómplice.

Supuse que sería algún regalo, no me había dado nada por mi cumpleaños el día anterior, de hecho no la pedí nada, la sugerí que ya me había dado suficiente y no necesitaba nada, pero no era de las mujeres que  no tenían detalles, en el de Ana le regaló una pulsera de oro blanco de la que no quiso decir el precio, y hacía un año me regaló un coche de alta gama como si fuera una bolsa de pipas. Además,  que necesitara a la abogada me hacía pensar que, por fin, el papeleo de la casa ya había acabado, y por fin me cedería legalmente ese ático de sueño de hadas, en el que podría vivir con Ana a solas para siempre.

Soñando en esos pensamientos me preparé algo de comer, un batido energético que solía hacer antes de salir a hacer ejercicio, y piqué  restos de la fiesta de noche, canapés y algo de ensalada. Mientras comía, Ana apareció apenas cubierta por una bata de seda abierta, sin nada debajo, bebió algo y picó de mi ensalada un poco, nunca había sido de comer demasiado. Solo nos mirábamos, sin compartir palabras, no hacían falta.

Me di una ducha y salí a dar unas vueltas a la manzana a la carrera para sentirme mejor. Hacia tanto calor que al terminar de correr, fui a darme un chapuzón en la piscina, dónde estaba Ana en top less tomando el sol. Nos quedamos tumbados en el poco césped de la terraza, dónde ya estaba Eleonor en una hamaca recién comprada, después de haber roto la última hacía poco.

-YO: ¿Y Lili?

-ANA: ahí estaba en la cama aún tirada, cuando me he levantado la he visto en el baño, pero se ha vuelto a acostar  - su risa perversa fue compartida por Eleonor, yo no le veía la gracia del todo.

-ELEONOR: esa muchacha tiene mucho que aprender.

-YO: pobrecilla, no es más que la 4º o 5º vez que me la tiro y ya ha sentido a la bestia matándola, alguna no ha durado tanto - mis palabras provocaron un silencio algo incomodo, que duró un rato.

-ANA: Raúl, ¿Por que no nos vamos ahora al piso de Alicia? Iban a ver unas películas y nos invitaron anoche – de nuevo quería sacarme de esa casa todo el tiempo  que pudiera.

-YO: esperamos a que venga la abogada de Eleonor, y nos vamos  luego - se le cambió la expresión de la cara como si la hubiera dicho que se había muerto su perro.

-ANA: ¡¡¿Que?!!

-YO: Eleonor me ha pedido que me quede para hablar con ella, dice que es una sorpresa……- quise rebajar su miedo con un tono de broma, pero no le cambió el rostro.

-ELEONOR: no se preocupe Ana, lo tengo todo bien pensado - esa expresión sonó mucho más temible en los oídos de Ana que en los míos.

-YO: si quieres, ve tú con Alicia, y luego voy yo…….- Ana negó fuertemente con la cabeza, totalmente seria.

-ANA: ni de coña, yo me quedo contigo……….- se me abalanzó para abrazarme, y  Eleonor se levantó de la hamaca, entrando en el piso.

-ELEONOR: no se apuren, mañana  acabará todo…….- según se metió en casa, Ana  me besó, sus ojos brillaban a punto de echar lagrimas.

-ANA: amor, por lo que más quieras, no te quedes, ¡Vayámonos ahora!

-YO: ¿Que te pasa? Ni que la abogada me fuera a matar……..

-ANA: no me gusta como Eleonor está comportándose, quiero irme - la acaricié la cara con dulzura.

-YO: no pasa nada, seguro que es algún regalo sorpresa o algo.

-ANA: sorpresa si, pero que no nos guste…………. si quieres quedarte, de acuerdo, pero prométeme que no dejarás de amarme - giré el cuello sin comprender del todo la unión de los hechos, ¿Que tenía que ver que viniera la abogada con que dejara de amar a Ana?

 

-YO: peque, solo hay una persona que puede hacer que deje de amarte, tú, si eres complementaste sincera y leal conmigo, no dejaré de amarte.

-ANA: es que me temo que no lo he sido…….- una lagrima cayó por su mejilla, y por un segundo vi un rayo de esperanza en ella, quizá me dijera que era eso que la tenía alterada y no me decía.

-YO: dímelo, sea lo que sea, aún estás a tiempo, por feo y horrible que sea, puedo soportarlo todo, todo menos que me mientas... - mi vehemencia era clara, pero Ana permanecía en silencio -...¿Tienes algo que contarme?

-ANA: ...no…es solo que.... me da miedo que Eleonor te aparte de mí  - mintió, o no era toda la verdad, yo lo sabía, y ella sabía que yo lo sabía.

-YO: Eleonor no tiene poder para apartarte de mí, solo tú puedes evitarlo - nuestras miradas se cruzaron fuertemente, fue casi como si Ana quisiera que la leyera la mente, hasta que Ana  apartó sus ojos mirando al suelo, se secó las lágrimas, y besándome se levantó, marchándose al salón.

Tardé unos minutos en volver a entrar al ático.

Eleonor ayudaba a Lili a bajar las escaleras, Lili al verme casi se cae, la llevó a la cocina y allí volvió en sí un poco. Luego nos vestimos  seriamente, Eleonor y sus eternos vestidos de fiesta ceñidos, Lili con vaqueros y camiseta blanca, y Ana con unos shorts cortos amarillos y una blusa blanca, sin  dejar de acariciar la gargantilla en su cuello, aquella que le regalé en su día, y que dijo que era la muestra de nuestro amor. Yo, con una camiseta de maga corta y las bermudas veraniegas hasta las rodillas me bastaba.

Para cuando llegó la abogada el ambiente en el salón era tenso, Lili estaba medio ausente, Ana miraba con odio a Eleonor, y esta me miraba con una sonrisa que no denotaba nada, era fría e impenetrable. Eleonor  saludó a la abogada cordialmente y la invitó a pasar y sentarse delante de nosotros, en un sillón junto a una mesa rodeada de sofás, dónde nos colocamos los demás. Iba arreglada, como abogada que era, con un traje de mujer, azul marino, con camiseta blanca algo escotada, chaqueta y una falda de vestir hasta la rodilla, con unos zapatos  altos. Fue sacando papeles hasta que, haciéndole un gesto a Eleonor, indicó que ya estaba todo.

-ELEONOR: bien, siento la intriga del momento, lo primero es confirmar que por fin, soy la dueña y propietaria de todos los bienes de mi ex, el último el piso de Tokio, así como de sus cuentas bancarias, salvo una que no puedo tocar, de la cual se irá dando el dinero que  a mi ex  le corresponde, según el juez. Ahora, todo es mío.

-YO: felicidades, os ha costado eh...- le guié un ojo a la abogada, que sonrió apenas un segundo,  miré a Eleonor- … ahora podrás invitarme a unas copas… - la broma cayó en el silencio, parecía que  todos sabían algo horrible que yo desconocía.

-ELEONOR: y para más que tengo, pero vamos por partes, y déjeme acabar… - su tono fue serio, el más que la había oído jamás -… lo 2º es que ahora que tengo todo, he decidió sobre a quien conceder mis bienes, casi todo irá para mí y mi hija, obviamente,  y como os dije, mi intención era dar este ático a Raúl…- Ana asentía, como repasando notas mentales -…pero he cambiado de idea, ahora el piso es mío.

-ANA: ¡¡¿Que?!! ¡¡¡¿Como eres tan zorra?!!! - Ana se puso en pie gritándola.

-ELEONOR: y no solo eso…- la cortó sin prestar mucha atención - … si no que os voy a echar de aquí…- sonrió con seguridad, me miraba buscando algo, alguna reacción, algún gesto, pero solo obtenía atención.

-ANA: ¡Nos dijiste que nos darías el piso!  Me dijiste que si…- rectificó -…que era nuestro.

-ELEONOR: digo muchas cosas, mi niña, pero ahora tengo el control yo, y pienso tomar lo quiero – lo dijo clavando sus ojos en mí, y Ana me miró atónita, esperando un gesto hostil y enfurecido como el suyo.

-YO: me parece justo, en el fondo es tuyo, y tienes el derecho a decidir, ¿Cuando nos tenemos que ir? - mi reacción las sorprendió a casi todas, Eleonor me observaba sentado y cruzado de piernas, apático, así que  le pidió a la abogada una carpeta con los papeles, y me los dio.

-ELEONOR: no es una broma, mira, el piso está a mi nombre… - cogí y pasé las paginas lentamente, leyendo atento partes importantes, miré el nombre del titular del piso,  sonreí, lo cerré y se lo devolví.

-YO: están perfectos, y no los cuestiono, como digo, eres la dueña, ¿Cuando nos tenemos que ir? - de nuevo suspiró de impotencia, esperaba una reacción en mí que no obtenía.

-ELEONOR: no quiero que os vayáis… - fingí sorpresa, no era nada difícil adivinar qué quería Eleonor, me quería a mi, y si tenía que chantajear con el piso, lo haría encantada.

-YO: entonces ¿Por qué haces esto?

-ELEONOR: por que te quiero, y deseo que seas mío.

-ANA: ¡Y una mierda “so´ guarra”! ¡¡RAÚL ES MIO!! - sonó tan brusco en una mujer tan bella y delicada, que hasta me sacó una carcajada.

-YO: ya la has oído - me crucé de brazos.

-ELEONOR: sea listo Raúl, podrás quedarte a vivir aquí conmigo y con mi hermana, incluso Ana podrá venir y podrás tomarla cuanto quieras, pero has de cortar con ella, y ser mío, es lo único que pido, te daré todo lo que pidas, todo el dinero y lujo que sueñes…pero solo si dejas a Ana - mi granadina la miraba con furia, con la boca abierta y apunto de echarse encima de ella para descuartizarla, pero guardaba silencio, todos lo hacían, aquella partida era entre Eleonor y yo.

-YO: una oferta así solo un loco la rechazaría…- aludiendo a cierta película, Ana me miró consternada - …pero la respuesta es la misma, Eleonor, no te amo, nunca lo haré, y esto solo sirve para que el poco cariño que te tengo, se esfume, ahora mismo prefiero estar solo que contigo y tu dinero, si tengo que irme con Ana debajo de un puente, lo haré… - Ana clavó sus ojos en mí, con orgullo, y se cruzó de brazos ante Eleonor -…… bien, ¿Cuando nos vamos? - me puse en pie para iniciar cuanto antes la salida de allí. Eleonor puso cara de disgusto, pero aún tenia un AS en la manga.

-ELEONOR: bien, no quería llegar a esto, pero suponía que no aceptarais por el amor que le procesas a esta… niña, ¿La amas verdad? - el tono era obvio, guiaba la conversación.

-YO: con locura.

-ANA: y yo a él – metió a la carrera.

-ELEONOR: ¿Y no hay nada que pudiera hacer yo para que dejaras de amarla?

-YO: tú no, solo ella… – agarré de la mano a Ana, ignorando a Eleonor -… este es el momento, ¿Tienes algo que decirme? No podré hacer nada de aquí en adelante - Ana me miró sollozando, y miró a Eleonor de reojo.

-ANA: nada.

-YO: Ana, ¡¡Por favor!! - apreté su mano.

-ANA: te lo juro, no es nada………- esa vez fui yo quien soltó una lagrima.

-ELEONOR: ¿Seguro?... - prosiguió con su estudiado dialogo, mientras Ana lloraba mirándome a los ojos, sentía mi rabia y mi dolor, pero no sabía cuanto, aún no -… por que tengo aquí en el portátil unos videos muy llamativos - Ana la perdonó la vida con la mirada.

Nos puso el portátil delante,  me enseñó videos, videos de Ana, videos de Ana con otros hombres, teniendo sexo oral, y alguno con penetración, se notaban que eran videos a escondidas, mal grabados y sin  consentimiento,  pero se veía a Ana, llorando mientras se dejaba follar por uno o por varios hombres distintos. Cuando terminaron los videos Ana rompió a llorar desconsolada, gritaba y chillaba, maldecía a Eleonor y se volvió hacia mí, admirando mi frío y serio rostro.

-ANA: ¡No es lo que piensas amor, te lo juro, ella me obligó! - señaló a Eleonor, que admiraba la escena con gesto altivo.

-ELEONOR: yo no te obligué a nada, cariño…

-ANA: ¡Si! ¡Me ofreciste dinero,  me dijiste que así pagaría mi universidad, que ayudaría  a mi familia, que tendría dinero para cuidar de Raúl, me has dado mucho dinero por acostarme con esos hombres, dinero y promesas de este piso que ahora has incumplido! - sus gritos entre sollozos penetraban hasta el oído interno.

-ELEONOR: yo solo te ofrecí el dinero, tú lo aceptaste… - se giró hacia mí -….  ¿Lo ve Raúl? No te quiere, solo se aprovecha de ti, como lo hacía de mí, es una puta, cara, pero una puta, me ha costado mucho dinero pero te lo he demostrado - todas las de la sala me miraban en silencio, solo las lagrimas y sollozos de Ana rompían ese momento.

-YO: tenías que habérmelo dicho Ana, te lo dije, si me lo hubieras dicho le hubiéramos desplumado hasta el último euro, ¡¿Por qué no me lo has dicho?!

-ANA: ¡Lo siento amor mío! Se que hice mal, pero pensé que no te gustaría, que me rechazarais solo de decírtelo, no sabía como reaccionarias, tenía miedo y necesitaba el dinero, mi familia no es rica y la universidad es cara…- se sentó a mi lado, tirando de mi cara, me negaba a mirarla directamente.

-YO: eso me duele aún más, Ana, que no me conozcas lo suficiente como para no confiar en mí, yo me acuesto con varias mujeres por que tú me dejas,  no me hubiera importado, o lo habría sabido llevar, pero tuviste que ser sincera conmigo, te lo dije antes y te lo dije cuando regresaste de Granada, pero no me has hecho caso…- me levanté dirigiéndome a la puerta, Ana quedó sentada llorando sobre un gran cojín, Lili admiraba la escena sin llegar a comprender del todo lo que ocurría, y Eleonor se me acercó como una serpiente.

-ELEONOR: ¿Lo ve? Todo es mentira, ella no le quiere, no como tú la  amas a ella, pero yo si, mira de lo que soy capaz de hacer………..por ti - me giré con rostro feroz.

-YO: ¿Por mí? ¡¡¿POR MI?!! Esto lo has hecho por ti…- la señalé con ira, con tal energía que dio un paso atrás -… ¡¡POR TI!! Me deseabas, solo tenias envidia de lo que Ana y yo teníamos,  ya te dije que no era tuyo, que no lo podías tomar, y aún así nos has destrozado la vida, eres una arpía cruel, y te odio.

-ELEONOR: se que duele, mi amor …- solté un bufido al oírla esas palabras, con un tono de madre consolando a su hijo,  trató de agarrar  mi rostro - ...pero con el tiempo se pasará, será solo un recuerdo del que nos reiremos en el futuro…si te place, Ana se puede quedar con nosotros, ¿Verdad? - miró a Ana buscando ayuda.

-ANA: si…lo que sea, me apartaré… pero déjame permanecer a su lado - imploraba entre lagrimas, agarrándose a esa miseria, sabiendo de su error garrafal..

-ELEONOR: claro que si, ¿Que dice usted?

-YO: que me da igual, me marcho de esta puta casa, quédatela, y quédate con la loca de tu hermana, y con Ana, con tu dinero y tu asquerosa vida, llena de lujo.

-ANA: por favor Raúl, piénsalo, podemos seguir viviendo juntos y felices aquí, hazla caso…

-ELEONOR: no se irá, te ama, se quedará aquí…- se pensó otra amenaza-… y si no es por él, será por ti, si se va, echaré a Ana de casa, y la demandaré hasta sacarla el último € que la di, y más aún, arruinaré a su familia si hace falta, me da igual todo, será mío de una forma o de otra, Raúl quédate, y no la haré nada - me tensé como nunca, si no hubiera sido una mujer la hubiera pegado allí mismo, cerré el puño con energía y me calmé.

-YO: ¿Estáis seguras de que queréis hacer esto?

-ELEONOR: si  - asintió con firmeza, miré a Ana.

-ANA: por favor, hazlo, me da igual, que gane, si puedo quedarme a tu lado…

-YO: me duele mucho Ana, no que te hayas acostado con otros, si no tus mentiras, lo siento, no accederé a esto.

-ELEONOR: lo haré, no dudes de mí, si no eres mío la destrozaré la vida.

-ANA: Raúl te lo ruego, por mi familia…- se arrodilló en el suelo.

-YO: no seré tuyo nunca Eleonor, pero no puedo dejar que la hagas daño, te lo advierto, si sigues adelante será peor para ti, sabes de lo que soy capaz.

-ELEONOR: lo sé, y aún así me arriesgaré.

-YO: última oportunidad, por favor, te lo pido desde el fondo de mi corazón, para esto.

-ELEONOR: ya está hecho - agaché la cabeza rendido, rojo de rabia, dolor e ira, cerré ambos puños hasta hacerme daño en las palmas.

-YO: está bien, pero recordar que todo esto, es culpa vuestra…- suspiré -…Isabel …- alcé una mano llamando, las 3 se miraron extrañadas, la abogada se puso en pie y se acercó a mí,  la rodeé con el brazo y la di un beso pasional y grotesco, obligándola a doblar la espalda, su falda corta de vestir la impedía los movimientos -... bien,   empecemos, esta es Isabel, me la estoy tirando desde hace 4 meses.

-ANA: ¡¡¡Serás cabrón!!!

-YO: cállate, tú te has tirado a todos los mierdas que Eleonor te ha puesto en la cara, y desde antes de las fechas de los videos de Eleonor - la verdad, y que yo la supiera,  la cerró al boca.

-ELEONRO: bien…- se cruzó de brazos algo confundida - …te tiras a mi abogada, nada raro, ¿Y que? - sonreí con fuerza, mientras Isabel, la abogada, me acariciaba el pecho.

-YO: que me ha estado informando de todos tus movimientos, Eleonor…de todos -  se quedó blanca.

-ELEONOR: ¿De…de todos? - caminó hacia atrás, hasta sentarse.

-YO: de todos… de hecho, ¿Te has molestado en leer la cesión del piso que me has dado firmada por ti?

-ELEONOR: no, yo solo lo firmé y...- sintió terror al comprenderlo, cogió la carpeta y se puso a leer en voz baja - ...El estado, por orden de Eleonor xxxxxx.xxxxxxxxx, en pleno uso de sus facultades, le cede la propiedad del piso xxxxxxxxxx en la calle xxxxxxxxx desde el día xxxxxxx a …- aumentó el tono de su lectura -  ¡¡¡¡RAÚL!!!!!  ¡¿Pero como has podido?!

-YO: el cómo, no lo sé, eso fue cosa de aquí mi amiga  - abracé ladeando a la abogada.

-ISABEL: en realidad es fácil …- sacó una grabadora y al ponerla se oyó la voz de Eleonor dando el lacrimógeno discurso del día que Ana le pidió nuestro piso -...entre esto, y el papeleo inicial que se inicio ese día, todo ha ido seguido, el estado no hace preguntas.

-ELEONOR: ¡Pero te fui a ver, te pedí que  cambiaras la propiedad a mi nombre!

-ISABEL: si, además me pediste que habláramos a solas, en una habitación apartada y que nadie  supiera nada…- el rostro de Eleonor era indescriptible -…te faltó firmar en blanco, que tonta.

-ELEONOR: ¡¡¡Pero no puedes hacer eso, eres mi abogada!!!

-ISABEL: si, por lo tanto nadie se cuestionará nada, incluso lo dijiste delante de otro abogado del bufete la primera vez, que  confirmará tus palabras, fue sencillo, estando ya advertida por Raúl, solo te puse un papel delante y lo firmaste sin leer, a escondidas y sin testigos – se reía exageradamente, era tan despiadada en los juicios como en la vida real.

-ANA: ¡Pero eso es imposible! …- replicó ella, recuperando el habla,  por que a Eleonor no le salían las palabras - …¿Como podías advertir a la abogada antes de que hiciera el cambio? - sus palabras hicieron retomar el hilo a Eleonor.

-ELEONOR: eso, no se lo dije a nadie hasta ahora, ¿Como podías saberlo?

-YO: en eso tenéis razón, es imposible que lo supiera, nadie podría sospechar nada, ahora mismo estaría en tus manos….nadie lo vio, ni siquiera yo…nadie…..salvo mi  madre … - me miraron como si estuviera loco - ... mi buena señora madre, en Navidades me advirtió, me dijo que se olía algo, que no erais de fiar, deseché la idea, no podía entender que me la fuerais a jugar, pero mi madre nunca me había fallado, así que el día que volví de su casa, que follamos hasta el alba,  bajé por la mañana mientras dormíais, fui a mi cuarto y recogí parte del equipo de espionaje que usé con el ex de Eleonor,  solo puse un par de cámaras y micros por la casa, nada ostentoso, solo por si acaso, y  si no había nada, sería la confirmación de que mi madre se equivocaba,  pero esta vez, para mi desgracia,  no fue diferente, mi madre tenía razón - me acerqué al mueble de la entrada y saqué uno de los micros de debajo de un jarrón decorativo, enseñándoselo.

-ELEONOR: pero entonces...lo sabes…todo - se tapó la boca abstraída.

-YO: todo, desde tu llamada a la abogada hoy para montar el circo y  tu plan maestro,   no debiste traerla para hablar con ella, sé como has manipulado a Ana desde el día que puse micros  para que cediera a tu dinero, supongo que desde antes de grabaros, por  como discutíais,  por que   la pagaste para que  empezáramos a acostarnos contigo, ya me olía que andabais aliadas, pero no sabía hasta donde, cada grabación me iba llenando de ira, si, lo tengo todo, hasta como llamaste para ofrecer 3 millones de €  por Ana en nuestro viaje a Egipto, fingiendo ser un jeque, ¿Que esperabas? ¿Que aceptara la oferta o que algún pobre desgraciado la secuestrara para vendértela y  luego abandonarla?... – Eleonor se echó a llorar, mientras que Ana la miró asustada - …he esperado pacientemente, no sé si para saborear mejor este momento, o con la esperanza de que abandonarais esta locura, y de que Ana me revelara sus infidelidades, verla como se la follaban los tíos que traías cada noche de fiesta me partió el corazón ...- empecé a llorar mirando a Ana - ...pero ver como se vendía para que la follara el cerdo camello de Lili, ¡Ese tío que nos daba asco a todos!... Eso me mató - Ana rompió a llorar, seguro que recordando cada momento que sintió a ese cerdo follándosela, medio drogado.

-ANA: yo…

-YO: tú nada, ¿Cuanto dinero la has sacado? Espero que traicionarme así, y sobretodo venderte de esa forma,  te haya sido lucrativo, ¿Cómo? ¿Cómo pudiste ceder ante el camello drogado de Lili?....- recordé de golpe otra mentira -…ahhhhhhhhhhh si, se me olvidaba, ¿Lili?, ¿O Carolina?....- la cara de Lili se sumó al horror de las demás - ...Si, Carolina xxxxxxx xxxxxx, natural de Colombia, y del barrio en que naciste, Eleonor, la abogada me contó que tu hermana falleció de sobredosis a los 21, y que toda la historia de tu “pobre hermana” y el circo del aeropuerto, todo  era un montaje para darme pena y forzarme a ayudarte, ¿Cuánto te costó el pariré del avión y la policía en el aeropuerto privado? ¿Quien es esa mujer en realidad? ¿Una amiga de tu infancia o solo una puta que contrataste?

El silencio llenó la sala, los llantos de Ana se agotaron, y Eleonor y Lili, (o Carolina), se quedaron blancas, mientras Isabel me besaba el cuello de forma lasciva ante los ojos de las demás.

Isabel había sido  sencilla, desde que destapé al ex de Eleonor me dio su número, y pasé de ella hasta que vi el 1º vídeo de Eleonor chantajeando con dinero a Ana, entonces cogí su número del cajón y la llamé para quedar un día en su despacho, no hizo falta más. Según llegué me llevó a un archivo cerrado con llave, y allí mismo me besó, con lujuria al ver mi rabo tieso,  se lanzó a chuparlo,  casi ni le entraba en la boca mi glande, la alcé y la pegué de cara a la pared, la levanté la falda lo justo para echar sus bragas a un lado y penetrarla el coño con fuerza, ella misma se tapó la boca para no gritar, sollozaba al sentir la fuerza de mis embestidas, y para asegurarme un control total,  a los 20 minutos y, después de 3 corridas suyas, saqué a la bestia, que se desató hasta levantarla por los aires con cada golpe de cadera, gritando sin reparo alguno. Para cuando me corrí, Isabel ya era mía, “Avísame con cualquier cosa que haga Eleonor y volverás a sentirme entre tus piernas, haz lo que te diga y te follaré cuando quieras, intenta engañarme y me iré para jamás volver.”, asintió entre temblores.

Desde ese día Isabel me llamaba avisándome hasta del detalle más obvio y tonto, alguno se los inventaba o los repetía,  solo para volver a follar conmigo, pero para tenerla contenta acudía encantado, más de una vez al ir a hacer ejercicio por las mañanas iba a su oficina, o me recogía en el coche para ir a su casa. Era una mujer rubia de pelo rizado y corto, apenas le llegaba a los hombros, con los ojos color marrón, de unos 34 años, buen tipo, con un trasero de calidad y tetas algo pequeñas. Su forma de vestir con faldas y de traje siempre me excitó, pero una vez que era mía me desahogaba con ella, cada vez que iba a casa y tenía que actuar con Eleonor o Lili, hasta con Ana. Trataba de llevarlo lo mejor que sabia esperando que todo pasara de largo, que fuera un arma que nunca querría usar,  pero no me habían dejado,  quisieron llegar hasta el final, y gracias a la advertencia de mi madre, ahora tenía el control.

-ELEONOR: Lili… Carolina es una vieja amiga de mi hermana, fue la que  estuvo con ella… hasta que murió,  le debía sacarla de allí, al menos eso – murmuró triste.

-YO: me alegro por vosotras, ahora, quiero que sepas que tengo montones de cintas de viendo y audios sobre nosotros, con pruebas para encarcelar a Lili, o como coño se llame,  por consumo de drogas, a ti por estafa, o ofrecer dinero por otra persona, o suplantación de identidad a la seguridad social, elige o todo junto… - temblaba ante mis amenazas veladas -… aparte de horas y horas de sexo salvaje conmigo y con otros hombres,  que sin ser legalmente denunciable,  destrozarán tu cara pública, incluso puede que tu ex quiera usar algo contra ti para recuperar ciertas propiedades…- Eleonor bajó los brazos derrotada, había jugado con fuego, y se había quemado.

-ELEONOR: ¿Qué es lo quieres? - asumió que era dinero.

-YO: lo que yo quería era vivir feliz con Ana, y me daba igual dónde, pero ahora no lo podré tener.

-ANA.: ¿Por qué no? …– su voz parecía esperanzada -…  Ahora la casa es tuya, podemos ser felices juntos, echarlas y será nuestra casa - planificaba alegre poniéndose de pie, viendo una rendija de luz, pero la eché una mirada que la fulminó, viendo como las lagrimas me llenaban los ojos.

-YO: ojalá pudiéramos, te he dado la oportunidad todo este tiempo… si me lo hubieras contado…incluso ahora,  antes de ver los videos, te hubiera perdonado, dios,  te amo tanto que me hubiera dado igual, pero no has podido ser sincera conmigo, preferiste mantener y vivir en la mentira hasta el final, antes que confiar en mí y ser sincera… ya no confío en ti, Ana, y tendré que aprender a dejar de quererte.

-ANA: ¡Raúl, por favor, te quiero…!- la corté dejando de mirarla.

-YO: como no puedo tener lo que quiero, ahora lo que ordeno es que hagáis el equipaje, y os llevéis vuestras cosas cuanto antes, Eleonor puede llevarse a Li…a esa,  consigo a cualquiera de sus casas, no quiero volver a verlas nunca, y si quieres seguir manteniendo tu posición, seguirás pagando los gastos de esta casa, comunidad, seguro de hogar y desperfectos, ninguna locura para ti, yo ya se cuidarme solo, no necesito tu asqueroso dinero, así que no temas  chantajes en adelante. A Ana la dejarás en paz, creo que te ha sacado  suficiente dinero para pagarse los estudios dónde quiera, y no tomarás represalia alguna sobre ella, o seré yo quien te hunda la vida a ti. Si sigues estos pasos, no volverás a saber de mi, ni yo de ti, es lo mejor para ambos, si no lo haces despídete de todo Eleonor ¿Queda claro?

-ELEONOR: como el agua…pero podríamos…

-YO: no, se acabó, búscate a otro imbécil que te folle - se levantó, y se fue al piso de arriba, con Lili/Carolina detrás, que permaneció callada a riesgo de meter la pata y que la repatriaran.

-ANA: ¿Y nosotros? - preguntó con miedo, pero ella ya sabía la respuesta, se leía en mi cara, que pese a tener a Isabel encima haciende carantoñas, era de un dolor inimaginable.

-YO: no hay un nosotros…- casi no me salía la voz -… lo dejamos aquí y ahora, preferiste el dinero a mí, así que coge todo ese dinero, que con tanto esfuerzo te has ganado, y lárgate de mi vista,  ni se te ocurra intentar ir al piso de estudiantes, no te quiero volver a ver en mi vida, seguro que con unos incentivos puedes volver a Granada y matricularte allí lo que te queda de estudios, supongo que eso agradará a tu familia, ahora que ya  saben lo nuestro  y te lo exigieron, pero en el fondo, me da igual, haz lo que quieras, todo, menos ponerte en mi camino.

-ANA: ¡Perdóname, por el amor que tenemos! ¡No nos hagas esto, por favor, perdóname! – gateó llorando hasta quedar de rodillas, cogiéndome de la mano.

-YO: quiero perdonarte, no sabes cuanto, pero no puedo…- acaricié su rostro, con  lágrimas cayendo por mis mejillas.

-ANA: ¡Pero yo te quiero!- fue un lamento entre sollozos, más que un argumento.

-YO: y yo a ti,  peque…- me agaché a besarla, acariciando sus mejillas con mis dedos, y el sabor salado de las lágrimas en mi boca - …adiós.

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