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Mi Gordo Profesor De Inglés (3)

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Capítulo III: Fanático por aprender.

Nota: Se recomienda leer las dos partes anteriores en primer lugar.

 

He llegado a la conclusión de que debería ser obligatorio este método de enseñanza de idiomas, porque por lo menos en lo que a mi respecta, dio resultado.

Mi vocabulario se vio incrementado. Palabras en inglés que nunca había siquiera escuchado antes fueron implantadas en mi mente en forma audiovisual.

Y eso no es todo. Mi actitud en las clases grupales en el instituto, cambió radicalmente luego de mi primera lección particular.

Aquel día antes de despedirnos, el teacher me había abrazado y me había dicho, ahora en español:

"Lo que te dije antes es cierto. Quiero que seas mi mejor alumno de inglés. Pero cuidado, yo no te voy a regalar ni una sola nota, y te voy a tomar las lecciones a ti en particular absolutamente todos los días. Por lo tanto te pido que estudies, porque no estaría bien que tomando clases particulares no se notara tu progreso con el idioma. Por lo demás, si no mejoran tus notas, no podría seguir dándote clases particulares porque sería como robarles el dinero a tus padres. Si sucediera eso, yo lo lamentaría muchísimo, porque te tengo mucho más que aprecio. Algo sucedió entre nosotros. No sé cuando fue ese "click" pero tengo la necesidad de protegerte y cuidarte. Quiero que sepas que yo nunca te haría daño. Y que cuando estemos fuera de mi casa, aún estando a solas, ni siquiera vamos a hablar de lo que sucedió hoy aquí. No quiero que sea un problema para mi, ni mucho menos para ti. Este va a ser nuestro secreto, estás de acuerdo?"

Le contesté que sí.

Me dio un beso diciendo "My baby".

Ahora en el aula tenía que pasar una prueba de fuego. Miraba a todos los compañeros de clase que tenía a mi alrededor, temiendo que alguien se diera cuenta de algo. Buscaba disimuladamente alguno que me estuviera mirando. Terrible complejo de culpa tenía. Por suerte sólo eran cosas mías. Cuando el teacher entró al aula, lo seguí con la mirada como siempre, viendo como meneaba ese hermoso trasero. Algo pasó, porque ahora presté atención de principio a fin a todo lo que él explicaba. Es que no quería perder mis clases particulares.

De pronto sentí mi nombre, una pregunta en inglés. Y contesté. Y ante la sorpresa de todos, y para ser sincero, incluso la mía, la respuesta era correcta. El teacher sonrió e hizo una nueva pregunta a otro alumno.

Era jueves. Esa tarde no tenía clases particulares ya que sólo concurría tres veces por semana: lunes, miércoles y viernes.

Cuando llegué a casa, almorcé y fui a mi cuarto a repasar los apuntes que había tomado esa mañana.

A medida que repasaba lo que había aprendido en el liceo, recordaba el vocabulario nuevo que había adquirido en la clase particular:
"Lick, suck, thigh, tongue, finger, tits, titties, lips, kiss, thumb, taste, take off, would you like?, do you want?, take it easy, go ahead"

Estaba ávido de palabras, frases, y para qué mentir, sobre todo de nuevas experiencias.

Nunca jamás había tocado los pezones de un gordo, ni mucho menos los habías lamido ni chupado. Nunca jamás había puesto mi mano en la entrepierna de uno. Nunca jamás me habían acariciado una erección. Nunca jamás había eyaculado sin tocarme siquiera. Y supongo que habían algunas otras cosas más que nunca jamás había hecho. Y verdaderamente quería experimentar con todas las que pudiera con este hombre.

Esa noche también me costó muchísimo dormir. Rebobiné mentalmente, y me pregunté cosas que no me había percatado en su momento. Volvía a cuestionarme sobre temas concernientes a lo sexual de mi teacher. Qué había pasado después de haber dejado su casa? Si estaba tan excitado como me pareció, y estoy seguro que lo estaba ya que reconocí su erección. Se habría masturbado finalmente? Pagaría para verlo sacudiéndosela, y eyaculando. Tan sólo pensar en eso me volvió loco. Por Dios, llegaría al fin el día de estar presenciando algo tan maravilloso como un gordo retorciéndose de placer?

Todo me causó intriga, excitación y también mucho morbo. Tuve una erección gigante, y me masturbé.

Viernes.

1 de la tarde. Salida de la secundaria.

1.20 hs. Llegada a casa.

1.45 hs. Almuerzo.

2.30 hs. Ducha.

Cuando salí del baño, me pareció que había pasado una eternidad. Nada más alejado de la realidad: 2.40 hs. No puede ser. El reloj parecía haberse detenido.

-Ya te vas? -preguntó mi madre- No eran de 5 a 7 tus clases de inglés?

-Sí, pero hoy voy más temprano para aprender más. -Dije, y me reí de mi ridícula excusa para irme antes de tiempo.

Llegué a la entrada de la casa de mi teacher a las 3.25. Mi segunda clase y vengo una hora y media antes. Esto parece fanatismo, pensé, y sonreí de mi ocurrencia.

Toqué timbre.

Esperé.

Nada.

Volví a tocar.

Esperé.

Otra vez, nada.

Se debe estar duchando. Cómo me gustaría tomar una ducha con él. Enjabonarlo todo, y enjuagarlo. Mmmmmm: Improbable. Otra fantasía imposible de cumplir.

Miraba la puerta a cada rato, esperando que se abriera, pero no.

Abrí el diccionario inglés-español, y comencé a hojearlo.

Estaba tan concentrado en la búsqueda de palabras que no noté cuando una mano se posó sobre mi hombro. No tuve que mirar quien era. La energía que sentí me indicó que era mi teacher.

-Mire usted. Qué hace por aquí tan temprano?

-No tenía nada que hacer, y vine más temprano a ver si estaba. -Contesté algo nervioso.

Abrió la puerta de su casa y me invitó a entrar, tras lo cual pasó llave.

-Good afternoon, my baby -Dijo y me percaté que había comenzado la clase de ese día.

-Good afternoon, my teacher. -Respondí y me dio un beso en la boca.

Dos cosas me tenían perturbado desde la vez anterior. Una era la entrepierna de él y todo lo relacionado con sus genitales. Era como ya dije misterioso. Quería verlo erecto, mojado. Quería verlo como me veía a mi mismo cuando estaba excitado. Y la otra era el rápido movimiento de lengua que había hecho sobre mis labios en la despedida anterior, y que me había causado tantas sensaciones diferentes, pero todas maravillosas.

Esta vez fui yo el que le tocó sus labios con mi lengua. Muy suavemente de derecha a izquierda, y volví a repetir la secuencia. Él entreabrió la boca y tocó mi lengua con la suya. Otra vez sentí ese extraño escalofrío, mezcla de placer sublime con temor a lo desconocido.

-Open your mouth... -me susurró mientras su lengua se abría camino hacia el interior de mi boca. La entreabrí un poco, y no alcanzó. Tuve que abrirla un poco más para que pudiera tener dentro toda su carnosa lengua. Grande, gruesa, jugosa. Me seguía excitando todo lo nuevo que iba experimentando, pero tener su lengua allí, chuparla, sentir su saliva, tragarla, fue sublime. Jugó con ella dentro de mi boca por un largo rato.

Volvieron los gemidos y jadeos. De ambos.

-I need a shower. -Me dijo- Do you want to see me?

Quedé anonadado. Seguro que comprendí lo que me dijo, pero dudaba si era verdad lo que estaba escuchando o estaba soñando despierto. No pude contestar. Tenía la boca abierta del asombro. Una de mis eternas fantasías se estaba por volver realidad. Me tomó de la mano y me condujo hacia su baño escaleras arriba. Una vez dentro, él salió y volvió con una silla que colocó de frente mirando a la ducha.

-Take a sit, and enjoy!

Me senté y él comenzó a desabotonarse la camisa. Se la sacó y se acercó a mi.

-Remember, my baby? -Dijo ofreciéndome su pezón como lo había hecho la jornada anterior.- I loved it a lot.

Chupé como si fuera un bebé buscando alimento. Esta vez era diferente a la anterior. Posiblemente sería porque ahora estaba más distendido y lo estaba disfrutando mucho más; o tal vez porque tenía más claro lo que iba a suceder a continuación; o porque el sabor ahora estaba mezclado con algo de sudor lo que le daba un toque distinto. Más salado. Más rico. O tal vez por todo ello junto.

Se retiró y comenzó a desabrocharse el cinturón, luego bajó el cierre de su bragueta y dejó caer sus pantalones hasta sus tobillos. Por Dios, nunca había visto unas piernas y un par de muslos tan gruesos, tampoco allí había vello. Llevaba puestos unos boxer casi del tamaño de una carpa. Se dio vuelta, y vi su enorme trasero. Los latidos de mi corazón se aceleraron aún más. Tenía la parte de atrás del boxer húmeda en la línea de la raja del culo. Se quitó la prenda muy despacio y me la arrojó. Lo tomé, me lo llevé a la nariz, cerré los ojos y aspiré hondo.

-Do you like it? You are a pig baby. -Dijo, soltó una risotada y salió una vez más del baño.

Mi erección amenazaba romper mis pantalones. Su boxer estaba muy húmedo, y a pesar de que no tenía un aroma definido, de ninguna manera era desagradable. Le pasé la lengua y sabía saladito. Busqué por todos lados alguna cosa que no sabía realmente qué era. Una señal de algo que me excitara aún más. Miré donde se suponía debían estar sus genitales, y no encontré ni una manchita, tampoco tenía olor desagradable. Lamí en ese lugar. Miré la parte trasera, y también estaba pulcra. Allí también pasé mi lengua. El boxer sólo estaba húmedo, cosa que me decepcionó un poco. Me hubiera gustado encontrar alguna cosa más. Estaba tan loco de excitación que mi morbosidad no tenía límites en aquel momento. No me hubiera importado si hubiera encontrado suciedad de cualquier tipo. Pensé un segundo antes de responderme si hubiera sentido asco y la contestación que se me ocurrió fue negativa.

Volvió mi teacher al baño con un toallón gigante que colgó al entrar. No había visto más que su inmenso trasero. Sus genitales estaban escondidos entre sus muslos y por debajo de su vientre. Lo que no estaba escondido para nada era mi erección.

-I see you are so happy to see me. -Dijo de pronto mientras me señalaba la entrepierna.

Eso me hizo ruborizar, por lo que sólo asentí.

-Do you want to join me? -Preguntó. Y como no contesté porque no entendí lo que dijo, volvió a preguntar, ahora señalándome la ducha -Do you want to take a shower with me?

-Yes, yes, yes, yes, yes, yes!!! -Respondí exactamente así, 6 veces mientras me desabotonaba la camisa. La madre de todas mis fantasías a punto de realizarse. Me quité los pantalones y cuando me iba a sacar el slip, mi teacher me detuvo tomándome ambas manos.

-No! Let me help you with this. -Dijo y se puso de rodillas enfrente de mi. Me bajó muy despacito el slip, y mi pene saltó de alegría. Levantó el rostro para ver el mío. -You have a huge hard on... Mmmmm... I’m wondering how good your cock tastes.

Por supuesto que no entendí un carajo, pero de repente, acercó su boca a mi miembro, y lo lamió. Casi eyaculo sólo con eso y él se percató.

-Please, don´t! -Entendí lo que dijo, pero no el tono, me refiero a si fue un ruego o una orden. -Let´s make it longer.

Esta vez me contuve.

Se puso en pie y abrió la ducha.

Me acerqué a él mientras comprobaba que la temperatura del agua fuera la adecuada e intenté abrazarlo por detrás. Mis brazos apenas podían llegar a sus costados. Se dio vuelta y me abrazó. Cómo me gustó sentir su cuerpo desnudo pegado al mío! Estaba como en la gloria. Con sus manotas me acariciaba toda la extensión de mi espalda y me apretaba contra él, empujando su vientre contra mi.

Sin despegarme de él, movió su mano derecha hacia mi entrepierna, y buscó mi pene. Lo tocó y con un dedo me secó la cabecita, tras lo cual se llevó la mano a la boca y la lamió.

-Mmmmm... Tasty! -Dijo, -It tastes so good. Salty but good, very good. Do you like to taste me? -Preguntó; hizo una pausa esperando una respuesta, y como no respondí, se llevó la mano izquierda a su propia entrepierna y con la derecha se levantó el vientre, separó bastante sus piernas y a los pocos segundos me ofreció dos de sus dedos mojados.

Lo miré a los ojos. Asintió como dándome permiso y sonrió.

Primero los lamí, sabían rico, y luego me metí ambos dedos en la boca con mucho esfuerzo porque eran muy gruesos.

Mmmmmm!!! Qué delicia! Me estaba comiendo su excitación.

Finalmente nos metimos debajo de la ducha. Éste era uno de mis sueños como ya dije: Ducharme con un gordote, y esto fue algo que me marcó para siempre, ya que cada gordo que tuve pasó invariablemente por una ducha conmigo alguna vez. Aquellos que sienten predilección por los gordos me van a poder entender; sentir un cuerpo así, desnudo contra el mío, abrazados, y dejando caer la ducha caliente sobre nosotros besándonos debajo de la lluvia y acariciándonos, era lo máximo.

Por supuesto que el teacher continuaba con su clase de inglés con palabras que me hacía entender de alguna manera. Ya sea con señas o gráficamente.

Nos enjabonamos y enjuagamos mutuamente, y aquí hice por primera vez algo que también iba a ser una constante: comprobar con la lengua que no le quedara jabón por ningún lado.

Antes de secarnos, lo lamí de pies a cabeza. Por primera vez llegué a su entrepierna. Él facilitó todo. Abrió ambas piernas de par en par y yo me coloqué en medio. Levantó su vientre y alcancé a ver sus testículos por primera vez que los lamí casi en forma desesperada alternando entre uno y otro. Por un instante pensé en su botón, que no estaba visible, pero pudo más mi morbo y me dirigí en sentido contrario. Mi lengua empezó a dejar atrás sus testículos e iba en viaje a la unión de sus piernas. De allí, comenzó a subir contrario a la llegada. Tuve que ayudarme con ambas manos para abrirle las nalgas, hasta que encontré lo que buscaba. El no se resistió cuando lamí todo a su alrededor. Volvía a tener un conflicto dentro de mi. Chocaban la excitación con el posible asco, pero otra vez ganó la excitación. Acerqué la punta de mi lengua a su agujero, y lo rocé.

Escuché a mi teacher emitir un gemido de placer, y eso me alentó a ir por más. Repetí la estocada y comencé a reiterar las lamidas una tras otra. La excitación me llevó a intentar meterle la lengua dentro del culo, y no lo logré en esa posición. Entonces simplemente le besé el agujero y volví a sus testículos intentando descubrir lo que me tenía más que intrigado.

Donde debía estar su pene, encontré piel arrugada. Puse la lengua allí, y lamí. Él, aún de pie, se recostó contra los azulejos, gimiendo y jadeando, y de pronto comenzó a aparecer lo que el otro día me había parecido un botón. El pene estaba allí, sólo que todo metido dentro de su abdomen. Llevé mi mano para tratar de empujar su gordura para adentro y dejar al descubierto su miembro. Poco a poco fue apareciendo una cabeza rosadita. No más de dos centímetros de largo.

-Put the towel on the floor. -Ordenó con señas hacia la toalla y el piso.

Obedecí poniendo el toallón sobre las baldosas y acto seguido él se recostó allí boca arriba tras lo cual se sujetó el vientre para dejar sus partes más privadas y escondidas a mi disposición. La visión que tuve nunca la voy a olvidar. Me estaba invitando a comerlo. Todo para mi. Unos testículos grandes debajo del pene chico. Aunque tenía claro que el tamaño no debía ser lo más importante, sino que fuera sabroso a la hora de chupar.

Sus muslos, que eran muy grandes y gruesos, debían estar bien separados para poder acceder a sus genitales. Oscuros por el roce entre ellos como la mayoría de los gordos. Oscuros los propios genitales también por las propias fricciones de su entrepierna y viente.

Me arrodillé primero y me acerqué despacio a su entrepierna. Algo que aprendí con el tiempo, es que los gordos no regalan su sexualidad a cualquiera. Son muy cuidadosos y celosos de sus partes íntimas y por varios motivos no dejan que se les acerquen tan fácilmente. Por supuesto que habrán excepciones, pero yo no las conozco.

Volví a lamer sus testículos, y subí hasta su botoncito. Ayudé con mi mano, y esta vez fue apareciendo algo un poco más grande que lo anterior. No más de 4 centímetros de largo, muy grueso, tipo cono o pirámide. Una cabeza muy gruesa quedó al descubierto, y se ensanchaba aún más hacia la base.

Por supuesto que había más dentro de él, pero no podía acceder al resto en ese momento. Me metí en la boca lo que vi, y comencé a chupar esa delicia. Él jadear y gemir como nunca había escuchado hasta ahora, mientras hacía latir su pene dentro de mi boca.

-TAKE MY COCK OUT OF YOUR MOUTH!!! -Me gritó de pronto, y me asustó ya que no entendí. -I’M GOING TO SHOOT!!!

Tampoco entendí, pero por su excitación, respiración agitada y los sacudones incontrolables que comenzaron de pronto, me hice una idea de lo que estaba a punto de venir a continuación. Entonces sin saber muy bien el motivo, hice caso omiso a su pedido y no dejé de chupar.

Una catarata de semen llenó mi boca de improviso. No sabía si me iba a dar náuseas o me iba a gustar. Tenía tanta excitación que mientras él bombeaba esperma que me llenaba la boca sabía que tenía dos opciones: o escupir o tragar.

Dejé pasar un poco por mi garganta y comprobé que me gustaba, así que me tragué todo lo que iba saliendo de su pene. No paraba de escupir dentro de mi boca mientras seguía gritando de placer. Volví a tragar una y otra vez y luego otra y otra más. No recuerdo cuántos chorros sentí golpear mi garganta, pero estoy seguro que fueron más de siete.

Mi excitación se multiplicó al ser consciente de haber sido el causante de esta explosión interminable de placer que le causé al gordo. Era la primera vez que probaba el semen, y tenía una textura no muy líquida sino más bien cremosa, pero lo que más me gustó fue el sabor.

Mi teacher estaba exhausto recuperándose de su explosión y sin embargo estiró el brazo buscando a tientas hasta dar con mi pene erecto; cerró el puño alrededor de él, lo apretó bien fuerte y se incorporó hasta quedar arrodillado frente a mi entrepierna.

-Now... please, cum for me! -Dijo y se metió mi polla en la boca.



19.30. Llegué a casa.

Mi madre me preguntó cómo me había ido con el inglés y si esta vez también me habían invitado con refresco como la vez anterior. No me pude resistir; y con una sonrisa de oreja a oreja, le dije:


-No, mamá... hoy tomamos leche.

 

CONTINUARÁ.

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