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MI DON (37)

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Yasira – El cazador al que casi cazan.

Me sonó el móvil, malditas alarmas, cometí el error de poner una canción que me gustaba de tono, y ahora la detestaba.

Me sentía renovado y con fuerzas, había dormido bastante bien, después de echar de malas formas a Mariluz de mi casa por insultar a Dani, me importó lo justo, ya que fueron apenas un par de polvos, pero aquella MILF se habría convertido en mi preferida, aún me excito solo de recordar la sensación de penetrarla.

Pero ahora eso quedaba atrás, mi nueva faceta de cabrón me lo permitía, ningún apego emocional, solo sexo y diversión. Puesto que tenía a todas “mis chicas” lejos, había contactado con Yasira, la hija de la sirviente de Eleonor, para una noche de fiesta y bailes ese viernes, lo que en realidad era la búsqueda de sexo a lo largo del fin de semana.

Comencé un “completo” en el baño, evacuaciones menores y mayores, baño relajante y concienzudo, repaso corporal de pelos sueltos y arreglarme la barba de 3 días. Tenía un bote de gel fijador, efecto mojado, que nunca había usado, gracias a los genes de mi abuela tenía el pelo espeso, fuerte, sedoso y con un ligero inicio de remolino en la zona del flequillo, siempre que no me  dejara crecer el pelo  más de 2 meses, me quedaba de cine, si pasaba de allí se me empezaba a poner un cardado de abuela de pueblo, mezclado con pelo afro hacia arriba. Higiene personal completa, oídos, pelo de la nariz, cepillarse los dientes, enjuague bucal, desodorante en abundancia y medio bote de colonia potente, me gusta la sensación de sentir como las mujeres me huelen y me preguntan por la colonia. Al mirarme al espejo me sentía el ser más vanidoso de la tierra, me veía atractivo.

Hora de vestirse, ¿Silps ajustados? “Que le den, a pelo”, dije en voz alta, vaqueros ceñidos solamente,  y colocando el paquete para marcar rabo como dios manda, para eso lo tenía, con un fuerte cinturón de cuero marrón. Había sacado el traje de Eric, eso me hizo recordar a Paula y la “promesa” de   trajes mejores,  ahora no tenía tiempo para ir hasta allí, pero me seria útil tener más trajes. Me puse una camisa blanca, sin meter por dentro del pantalón, si levantaba los brazos se veía parte de mi vientre trabajado y los músculos de la cadera definidos, sin corbata y con varios botones del pecho desabrochado, sin marcar más escote que las mujeres, eso lo detesto. Cogí la chaqueta del traje y me la puse por encima, como un guante me la dejó Paula la última vez que la visité, y así seguía. Calcetines y unas botas de montaña que se pusieron de moda.

Al verme en el espejo me enamoré a mi mismo, no sabía si aquello combinaba o no, pero yo me veía arrebatador, un poco más de colonia en la ropa, sobretodo en el cuello y el pecho, por dónde solían llegarme la nariz de las mujeres, y  por hacer la gracia  me eché unas gotas  en el paquete abultado, “Por si acaso”. Llaves en un bolsillo izquierdo del vaquero, cartera con dinero en efectivo en el bolsillo del culo  y móvil bien cargado  al bolsillo interior de la chaqueta, perfecto.

Cogí el coche apurado, eran casi las 18:15, y había quedado en recoger a Yasira a las 19, por suerte, miré el camino en el PC y tenía  claro como ir. Era a las afueras, en la zona norte, de camino llamé a Eli por el manos libres y la expliqué con detalle lo ocurrido con Mariluz, no quería que la afectara, Eli se reía explicándome que no pasaba nada, Mariluz estaba como una abeja reina a la que le habían quitado su enjambre, y Eli la estaba quitando el protagonismo, ya trataba de echarla de su programa, pero la cadena se lo negaba ante las buenas audiencias, y si se atrevían, Eli tenía ofertas mejores de otros 2 canales de TV. La saludé y me dijo que me echaba de menos, pero aún estaría unas semanas de viaje, de gira por España. La dije lo mismo, que la echaba de menos, pero ambos sabíamos que mentía en parte, así tendría el tiempo necesario para cumplir mi reto de “la semana completa”.

Yasira vivía en una urbanización de lujo, al llegar las carcajadas me desconcertaban de la conducción, era la misma urbanización dónde las moles me habían llevado cuando fui a  casa de Madamme. Era una pequeña ciudad en si misma, con parques, centro comercial,  centros de golf  y  tenis.

Al llegar a la entrada y parar miré el reloj del coche, las 19 en punto, si había algo que me molestaba era llegar tarde cuando quedaba, y solo me molestaba, incluso más,  llegar antes y esperar solo, ser rigurosamente puntual me producía cierta satisfacción. Al no ver a nadie en la entrada,  salvo un puesto de guardia con un gordo con gorra mirándome mal, le mandé un mensaje a Yasira.

-YO: ya estoy, ¿Dónde andas?

-YASIRA: ya salgo.

-YO: ¿Espero fuera… o entro a buscarte?

-YASIRA: no sé,  siento tardar…he tardado en convencer a mi madre de que me dejara salir.

-YO: coño, ni que fueras prisionera, sales de fiesta con amigos, no pasa nada.

-YASIRA: ya…pero querían saber con quien - sonreí, sin duda Dani había cumplido su cometido y había avisado a Eleonor.

-YO: ¿Y que hago?, Estoy en la entrada.

-YASIRA: deja que llame al puesto del guardia y te deje pasar, así te voy guiando hasta la casa.

Accedí ansioso,  el guardia me hizo un gesto  tras colgar un teléfono, y entré. Sus indicaciones eran precisas y rodeé la urbanización, viendo una serie de chalets de lujo, y a gente pasearen  familia,  hasta llegar a la casa.

Cuando llegué allí, convencido de que mi llegada la cortaría el aliento, bien arreglado y con el coche de lujo, al que se le cortó  la respiración fue a mí. Vi correr a Yasira por el jardín de la entrada a su casa, lo que podía con unos zapatos negros de tacón enormes, una mini falda negra, que más que minifalda era un cinturón grande, elástica y ajustada al mililitro, con un top dorado, apenas la cubría piel del torso, con brazos y hombros al aire, al igual que toda  de la espalda y los costados, dejando ver en algún gesto el nacimiento de sus senos,  era una fina tela ceñida que la  rodeaba el cuello y bajaba por sus senos con un amplio escote, la tela se abombaba un poco en su ombligo, y tapaba su vientre, con una serie de finas tiras que  unían los lados de la tela de sus costados por la espalda, y sin sujetador. Con un colgante de bisutería que brillaba en su cuello, ya se lo había visto antes, seria un adorno personal, sumando algunas pulseras que resonaban en su brazo al chocar unas con otras, y unos ligeros pendientes, todo dorado, con un bolso de mano negro y dorado a juego.

Al entrar en el coche su respiración era agitada, su tuvo que bajar la minifalda haciendo fuerza con la espalda en el asiento, por que al hacer el gesto de entrar la vi lo que sin duda era la parte del coño de un tanga negro, o al menos al agacharse para meter la cintura en el asiento no había ni rastro de marcas de bragas en su culo. Cuando cerró la puerta y me miró,  apremiándome para salir disparados,  me quedé mirándola como un idiota. Su cara era preciosa, había relajado su marcada mandíbula con una línea de maquillaje en los pómulos que lo disimulan, y con ahumado oscuro de sombra de ojos con purpurina dorada que resaltaba el blanco de sus ojos con el iris color miel, con un suave pintalabios rojo oscuro que no destacaba, esa era la idea supongo. El pelo era largo, la recordaba con el pelo enmarañado y rizado de antes, pero ahora estaba liso, liso y brillante, le tapaba parte de la cara del lado derecho como una cortina de agua oscura y preciosa,  y en la izquierda del rostro  un par de horquillas, en el pelo como no, doradas,  que se lo sujetaban por detrás de la oreja, cayendo alegremente  en su hombro. Era un cabello tan largo, que se rozaba las piernas con él.

-YASIRA: ¡¡Venga, vámonos!! - reía mientras me sacudía en el hombro con el tintineo de las pulseras.

-YO: esto…si, perdona…joder…estás…- buenísima iba a decir -…espectacular - sonrío complacida, torneando  los ojos.

-YASIRA: ¡Muchas gracias! Espero no haberme pasado, como no me dijiste como ir, e improvisado ¿Estoy bien? - bufé conteniendo en mis labios la burrada que la iba a soltar, si así de preciosa iba improvisada, con tiempo  ya me tendría encima suya.

-YO: estás perfecta - volvió a sonreír, y con su mano aún en el hombro, sacó pecho acercándose a mí, para darme los 2 besos de rigor del saludo, riéndose un poco, y pasándome sus dedos por la mejilla. Yo no podía apartar la vista de su escote, se veían gran parte de sus senos desde ese ángulo.

-YASIRA: mira como te he puesto – escuché su sonrisa, no la vi,  trataba de levantar mis ojos para ver  los suyos,  mientras me limpiaba algo de su maquillaje en mi cara, me daba igual, me habría enamorado de ella allí mismo. Su tono de piel era oscuro, más que Eleonor o Yasmine, pero no negro, si no del color de la madera barnizada,  pero  mi mente estaba a otras cosas, “Quizá en otra vida” pensaba, mientras Yasira me pasaba los dedos por la cara, limpiando  los restos de su pintalabios. Pude apreciar como las fosas nasales se le ensanchaban, y ronroneaba al oler mi colonia.

-YO: me alegro un montón de verte - una verdad distorsionada.

-YASIRA: y yo, aunque debo reconocer que esto es un poco raro, después de tanto tiempo…

-YO: ya, pero ya que hablamos, y me decías que te aburrías, pues una noche de fiesta nunca va mal - sonreí con mí caída de ojos, se sonrojó un poco.

-YASIRA: pues si, estoy harta de esas dos, de mi madre  y de Eleonor… necesito despejarme, ¿Me llevas? - la cogí de la mano y la besé con cortesía.

-YO: este será vuestro carruaje, yo vuestro caballero y vos, si así me lo concedéis,  mi princesa - giró la cabeza halagada, se llevó una mano al pecho doblando la muñeca con gesto de realeza, y sonrió torneando la vista  ante la broma, que era más que eso.

-YASIRA: llevadme, Sir Raúl - tardamos unos segundos en separar nuestras manos.

Al  arrancar el coche, se puso el cinturón cruzándose de piernas, y se volvió a bajar la minifalda, lo iba a pasar mal esa noche, a nada que se moviera se le subía la tela, cruzando lo decente,  pero yo, y todo el que mirara,  se iba a deleitar con unos muslos firmes, y si estaban atentos, de la visión de su ropa intima alguna que otra vez.

Me fue indicando para salir de la urbanización, aquello era un puto laberinto, hasta creo que pasé por la casa de Madamme. Una vez fuera me percaté de las cámaras, había en cada entrada y salida, y seguro que por dentro había otras que no vi.

Charlamos de camino de vuelta a Madrid, mi afabilidad y sus ganas de socializar eran buena combinación, Yasira odiaba vivir allí, no conocía a nadie, hablar con los vecinos casi era pecado, y sus pocos amigos se habían alejado de ella por que Eleonor se mostraba inflexible con el tema de meter en su casa a  jóvenes. Al parecer mi experiencia la tenía aún de los nervios. Yasira me estaba dando una mina de información sin  pedírselo, aunque no la prestaba mucha atención la verdad, cambiar de marchas era una delicia, rozaba con los dedos la piel desnuda de su pierna,  y ella no la apartaba, además el cinturón de seguridad la apretaba entre los pechos, y se tenía que estar colocando la tela de la mini falda y el top de forma constante, con unas manos cuidadas,  elegantes,  con uñas largas y pintadas,  para tapar su tanga  y que no se le salieran las tetas por los lados del top, parecía que se iban a salir en cualquier momento, pero no lo hacían.Me pilló comiéndola con los ojos varias veces mientras solo sonreía, por que ella hacía lo mismo.

Bajé una ventanilla un poco para airear el coche, entre mi colonia,  su perfume a rosas, y el ambientador de pino del coche,  casi mareaba.

Habíamos quedado con mis amigos sobre las 20:00 en un bar dónde servían cubos de botellines de cerveza helada y tapas para picar, era barato y nos conocían, además de tener una terraza enorme en la calle, que cerraban sobre las 12 de la noche, y no estaba lejos de una zona de marcha. Llegamos algo tarde, a las 20:15, aparqué  dando un par de vueltas con bastante suerte, ¿Un viernes a esas horas en el centro de Madrid?, “Milagro”. Quedó un poco retirado y Yasira se pegó a mi brazo cuando se lo ofrecí, aparte de por que me encanta la sensación de tener a una mujer agarrada de mi brazo, por que sus tacones eran de vértigo y un mal paso podía acabar con la fiesta antes de empezar. Y caminamos despacio pero firmes, Yasira sabía  llevar esos tacones.

Acaparamos las miradas de alguno, y alguna, por la calle, y aún llegando tarde a la hora fijada,  fuimos los primeros en llegar. Saludé al dueño del  bar, que bromeó conmigo haciendo tiempo. En cuanto un hueco de la terraza quedó libre nos coló dándole igual que muchos se quejaran, ya que estaban esperando antes, o  que  otros se fueran, pero el dueño no era tonto, sabía lo que significaba que alguien de mi grupo estuviera por allí. Nos sirvió un primer cubo, del que ella tomó una cerveza agradeciendo las palabras de cariño del dueño del bar, a mí me trajo lo de siempre, un par de colas y una tabla de fritos, calamares, croquetas,  patatas y gambas, luego sacó una de boquerones y aceitunas gratis, y otra de patatas de bolsa, (Reitero, no estaba loco, sabía lo que hacia). A los 5 minutos aparecieron Manu y Teo, les abracé con fuerza, y les presenté a Yasira, Manu se quedó mirándola tan bobo como yo antes, para ponernos a  charlar.

Con el paso de los minutos, y las risas,  iba llegando un goteo incesante de gente, un par de amigos del instituto, amigos de Manu, algunos con sus parejas,  o la nueva novia de Teo de su trabajo, bastante mona aunque no me llamó en absoluto, a mi entender era bastante peor que Alicia, pero  lo cierto era que no tenía ojos para otra que no fuera Yasira. Trataba de que no quedara desplazada ante tanto desconocido, pero al poco tiempo ya había charlado con casi todos y Manu,  Teo y yo montamos nuestras discusiones entre bromas, dónde participaba ella con asiduidad. Los cubos de botellines corrían, y los paltos de comida. Se me estaba haciendo muy amena la compañía de Yasira, disfrutaba su  cuerpo, una visión preciosa, de su forma de arreglarse la minifalda o el escote,  con clase, y era divertida, era muy fácil hablar con ella.

Llegado un momento en que casi no entrábamos en las mesas, Yasira  se pegó tanto a mí, que me cogió un brazo y lo pasó por encima de sus hombros, recostándose sobre mi cuerpo, fingí no darme cuenta, pero fuimos avanzando. Apoyó su cabeza en mi hombro, puse mi mano en su pierna, y frotaba mi brazo con sus manos,  yo la besaba en el pelo o la frente, o ella entrelazó nuestros dedos jugando con ellos, me estaba encendiendo aquel tonteo simple. Llegado un momento, que al estar tantos en la terraza, alguno estaba de pie sin sillas, así que ni corta ni perezosa para dejar sitios,  Yasira  se puso en pie, cuidando que no se la viera nada, y se sentó en mi regazo cruzándose de piernas de forma grotescamente sexual, la rodeé la cintura de inmediato con las manos y nos movimos con disimulo hasta que encontramos una posición cómoda para ambos. En concreto, mi polla metida en la raja de su culo medio tiesa, y ella  recostada sobre mi pecho frotando de lado un seno contra mí. Mis manos cogieron vida propia y una se dedicó a acariciar el muslo de arriba en su cruce de piernas, desde la rodilla hasta la minifalda, y la otra mano, que descansaba feliz en su cadera acariciado la piel de sus riñones, fue bajando hasta llegar a su culo. Como no había queja de parte de nadie, no solo pasaba la mano por la tela tirante de la minifalda, si no que subía la apuesta, acariciaba, apretaba, agarraba, y finalmente pellizcaba, eso la sacaba una sonrisa enorme con sus dientes blancos brillando, me miraba apartándose el pelo de la cara y me besaba en la mejilla con dulzura, yo respondía besándola el hombro, su cuello o peligrosamente  cerca de su escote.

Sobre las 21:30 aparecieron las chicas del piso de estudiantes, había  algunas amigas o compañeras de la universidad, lo que los tíos llamaríamos un rebaño de ovejas, eso teniendo en cuenta que nosotros seriamos los lobos, y no ellas, todas bien arregladas y vestidas de fiesta. Ninguna merece ser diga de mención salvo las ya conocidas.

Lara había desechado del todo su vida de “manporrera”, y estaba preciosa con una melena que ya le pasaba de los senos, que cubría lo justo los defectos de su rostro, con un escote abrumador que se llevaba por delante a todas, su delantera no tenía rival, y ahora lo usaba con sabiduría y atrevimiento. Con un pantalón blanco ajustado y una blusa azul con un escote exagerado, pero sin tacones, no sabía caminar con ellos.

Alicia iba  como siempre, no necesitaba casi nada para ir bonita, o eso me  parecía. Con un vestido  gris,  vaporoso hasta las rodillas, acentuaba el vuelo de la falda pero sus increíbles caderas quedaban ocultas, con un ligero escote, sabía que era inútil competir en ese aspecto  con Lara por allí. Con una coleta muy agradable, apenas maquillada,  con calzado cómodo y su eterna sonrisa que  se le atragantó al ver a Teo con su nueva novia, pero se forzó a soportar aquello. 10 meses no habían sido tiempo suficiente para ella, sus ojos eran casi tan tristes como los de Lara, al verme acompañado de Yasira.

Naira, la estudiante canaria, iba como siempre, le tenía un afecto enorme a la ropa amarilla chillona, e iba con un vestido ajustado pero nada descocado, le tapaba desde lo hombros hasta por debajo de las rodillas. Le quedaba de cine eso si, su cuerpo se lo permitía, con largas piernas y unos tacones medios, sin escote pero si amplios orificios en los brazos dejando ver su estilizado cuerpo, el pelo rubio suelto, y para que no admitirlo, demasiado maquillaje.

Mara, la hermana de Alicia, llegó después, salió de trabajar  tarde y tenía que irse a casa a arreglarse,  tan presumida como cualquier mujer, era incapaz de salir de fiesta sin arreglarse. Así que acudió cerca de las 10:30 hecha un pincel, zapatos de plataforma con tacón, leggins negros pegados a sus torneadas piernas y culo prieto,  lejos del nivel de su hermana, pero Mara  aprovechaba su cuerpo,  con una camiseta blanca, sin escote, ya que no tenía demasiados pechos para lucirlo,  y con Lara allí seria hacer el ridículo. Iba enseñando un hombro y su tatuaje de una flor  en él, con un montón de pulseras y colgantes, peinada con  pelo corto de forma elegante y trabajada. No recuerdo haberla visto sin arreglar, nunca.

Una vez reunidos todos, éramos entre 12 y 17 personas, algunos acudían, se tomaban algo y se iban, otros se quedaban. Al final, cuando llegábamos a media noche, la cuenta del bar iba ya por 300€, entre tapas ya habíamos cenado, y algunos ya mostraban síntomas de embriaguez de tanto botellín de cerveza seguido. Al levantarnos e irnos, despidiéndonos del dueño del bar, hice un análisis de las mujeres del grupo, por diversión, y Yasira ganaba, arrasaba más bien, solo Naira, la canaria,  le hacía sombra, sus ojos azul claros y pelo rubio eran muy llamativos, pero ese día iba muy recatada. Lara tenía solo tetas, y Alicia iba demasiado…normal, como para lucirse, iba guapa, pero siempre me daba la sensación de que podría exprimir  su cuerpo,  y no lo hacía, unos leggins ajustados como su hermana o unos jeans ceñidos y tendría a medio bar pagándola copas por  bailar junto a ella y sus caderas, pero es que hoy hasta parecía querer disimilar su figura. Seguro que aquellas mujeres, o  todas, dirán que Yasira destacaba por ir como una guarra, dejémoslo en que disentimos.

Yasira se frotó los brazos, era media noche de finales de septiembre, y pese a que el sol calentaba  de día, de noche refrescaba, la ofrecí mí chaqueta con caballerosidad, se rodeó con ella inspirando la colonia, preguntándome cual era y diciendo que olía muy bien, la respondí y sonreí.

Caminamos unas manzanas entre gritos y risas, nos quedamos unas diez personas para ir a bailar y beber a la zona de marcha. Entramos en varios sitios que conocíamos, dónde te invitaban a chupitos para que te quedaras allí, pero eran sitios en que se entraba sin pagar, algo cutres y con música poco dada a bailar, los hits del momento, eso si. Yasira se reía y charlaba con todos, no se alejaba de mí, pero Manu era gracioso y avispado, era fácil divertirse con él.

Pasaron los minutos y las copas, la cosa se fue animando. Yasira era latina y cuando había algo mínimamente “bailable”, por poco que fuera, fluía como agua por la pista, algunas chicas la siguieron y no se movían mal. Como siempre, los tíos se quedaban en la barra pidiendo copas, yo, como no bebo, podía irme con ellas, y estar con cinco mujeres preciosas bailando  tú solo, era una gozada. Lara, como no, me pegaba a sus tetas y sus gestos eran  atrevidos, mientras las demás hacían parejas entre ellas. Yasira le cayó bien a todas, menos a Lara claro, se frotaba y contoneaba con ellas como si fueran amigas de toda la vida, aunque encontró en la nueva novia de Teo una pareja fiable, las demás ya se conocían, y ellas dos eran las nuevas,  una era la ex de Teo, y la otra un rollo mío, que iba detrás de mí, así que hacían migas al sentirse un poco apartadas por el resto.

Mi acompañante se mostró hábil y sensual en el baile, sus movimientos eran eróticos y atrayentes,  quedabas hipnotizado viéndola mover las caderas. Debía ser agotador estar bajándose la minifalda constantemente, el top ya la daba igual, se la veían partes de los senos ampliamente, pero nunca del todo.

Las chicas insistían en bailotear entre ellas mientras tiraban de sus acompañantes para llevarles a bailar, pero generalmente los tíos forman grupos para charlar y reír con una copa en la mano, me parece  estúpido pudiendo ir a retozar con mujeres, así que cuando Yasira fue a por mí para llevarme con ellas, la seguí como una serpiente ante su encantador. Al inicio hacía el tonto, bailaba de forma torpe, las imitaba sus gestos sensuales, que en una mujer provocan erecciones, pero en un tío quedan ridículos. Me iba riendo y ellas me intercambian, alegres por tener compañía masculina. Teo me siguió rápido, y antes de que su nueva novia se me acercara, la agarró de la cintura y se la quedó para él solo. Lara se frotaba de forma grotesca acariciándome la polla con las manos por encima del vaquero, sus tetas apretujadas contra mí me alegraban la vista, pero era Alicia la que tenía mi atención. En parte por que siempre ha sido  alegre al bailar, y otra por que al ver  a Teo con su novia la tensaba, la distraje un poco entre risas y bromas con los bailes  típicos y sencillos, pero entonces llegó el reggaeton. Esa música, para muchos maldita, pero que por alguna razón pone a las mujeres y hombres  en modo sexo,  por que “Como se baila así”. (Y si inventan una música que se baila cortándose una mano, ¿Lo haríamos “por que se baila así”?).

Yasira se sintió en su salsa, y casi como en una película, apareció entre la gente contoneándose lasciva, caminando directa a mí, el resto se apartaron sintiendo que se había acabado la tontería. Yasira se pegó a mi cuerpo y metió mi pierna izquierda entre las suyas, comenzando a mover la cintura, aferrada a mi cuello. Mis manos se deslizaron por su cintura y una de sus piernas,  acompañaba con mi cadera sus gestos, aquello ya era otro nivel, era follar con ropa, su mirada despedía calentura, y la mía deseo. Alguna risa se nos escapaba, ella sentía mi polla en su pierna y yo su coño en la mía, la minifalda se subió y la dio igual, pero a mí no, 3 tíos detrás de ella la estaban señalando y frotándose el paquete por encima, así que mi mano bajó de su cintura a su trasero y tiré de la minifalda para bajársela y dejar la mano allí, para evitar que se subiera. Ella no se percató de que estaba siendo devorada con los ojos, o la daba igual, lo interpretó como una señal de calentura, no obstante estaba sosteniendo una prenda elástica apretando contra su culo, y a los gestos de su cadera se sumaron unos arqueos de espalda demenciales, descolgó uno de sus brazos de mi nuca dejándolo caer colgando y levantó una pierna para que fuera sujetada mejor.

La tela de su minifalda no cedía por mi mano, si la soltaba se levantaría hasta dejarla el culo al aire, allí me desinhibí de las miradas y comentarios de los demás, eran evidentes pero aquella pantera me estaba poniendo malo, y ella lo sentía en su muslo, con un enorme bulto en  los vaqueros que era tapado por la parte interior de su pierna alzada. Sin dejar de mover la cintura y el pecho, con nuestras miradas fijas una en los ojos del otro, y siendo conscientes de la subida de temperatura de ambos.

No sé cuanto tiempo pasó así, varias canciones latinas,  lo que puede ser desde 6 minutos a 15. Luego ella bajó su pierna y golpeaba mi pelvis con su vientre, haciendo oleadas con su cuerpo. La sujetaba de la cintura acariciando sus caderas y su espalda por debajo del top con una mano, la otra seguía fija en el culo de su minifalda. Al cambio de canción rompió a reír, era una canción pegadiza que reivindicaba de forma denigrante el movimiento del culo de la mujer, Yasira se giró rozándose con todo su cuerpo y dejando mi rabo entre sus nalgas, estiró las piernas los más posible arqueando la espalda agachándose, y sin decir nada su culo empezó a temblar. La descripción clara es que sin doblar las rodillas, me estaba haciendo una paja con las nalgas, mi falo estaba ya duro como una piedra y había crecido hacia abajo, apretado por los pantalones, me llegaba a medio muslo de la pierna izquierda.

La agarraba de la cintura y el vientre, mientras mi pecho y su espalda hacían un ángulo de 90º. Saludé a Manu, que me hacía gestos claros de burla, pero no estaba para nadie, ni ver a Lara frotándose con la canaria me despistó. Yo no estaba quieto, mi cadera ayudaba a su propósito, tenía dos o tres buitres al acecho, esperando que me apartara de Yasira lo más mínimo, para ir a “bailar con ella”, pero no hubo opción. Ella se volvió sin separarse  de mí, ahora mordiéndose el labio. Mi mano fue a su trasero de nuevo, pero esta vez no para sujetar, elevé su cuerpo lo justo para pegar su cara a la mía, ella me sujetó la cabeza relamiéndose, acercando sus labios a los míos, rozábamos nuestras narices cerrando los ojos, y al cuarto amago nos besamos.Sentí en la lengua el sabor agrio de la cerveza, pero la cereza de sus labios era mayor, la disfruté un par  de veces hasta abrir la boca y meter la lengua hasta enterrarla en ella. Apartó el pelo del lado cubierto de su rostro y acariciaba mi barba, mientras nos besábamos, sin dejar de mover nuestras cinturas.

Allí ya si que perdí la noción del tiempo, cambiando de posturas siguiendo su cadera, su culo, su pelvis frotándose contra la mía, su pecho casi saliéndose del top y viéndola las aureolas en algunos giros, eran negros y apetecibles. El sudor de su pecho resbalaba en su canalillo, y el mío me hizo quitarme la chaqueta, al hacerlo se levantó la camisa mostrando el inicio de mi tableta, ella metió sus manos acariciando mi vientre mientras se mordía  el labio. Se agachó a besar mi ombligo, y miró a un par de chicas que nos observaban ruborizadas, lamió mis abdominales a la vez que hizo un amplio círculo con la cadera sacando el culo de forma exageradamente sensual.

Al dejar la  chaqueta en el montón de ropa de los demás, mi polla era tan evidente que me la miraron todos, tíos incluidos, a Lara y Alicia fueron  las únicas a las que no las sorprendió, pero no por ello dejaban de mirarla. Alicia lo hizo la primera, pendiente de si a Teo le hacía reír su novia. La camarera, de escote abultado para llamar a más clientes, se mojó las manos al llenar demasiado una copa, por que sus ojos eran para mí, me sentía poderoso y codiciado.

Yasira fue alejándome de la pista hasta quedar atrapada en una pared, y allí nos deleitamos el uno con el otro, tenía la cara manchada de su carmín, brillantina por todo el rostro y el cuello de la camisa manchado de sus labios. Probé la piel de su garganta, notando que olía a rosas y sudor. Acarició mi nuca pasando los dedos entre el cabello húmedo de mi transpiración, sin asco alguno al sentirlo. Mis manos la repasaban entera, sus  tetas y su culo se salvaron de un ataque directo, y volvió a levantar una  pierna que sujeté, amasé y pellizcaba en su muslo, mientras la otra se centraba en su trasero, era duro y firme. Solo mi auto control, y el sexo con Mariluz esa mañana, evitaron que la abriera de piernas y la follara allí mismo, me dolía la polla de estar retenida contra su voluntad,  y de ser acariciada por sus manos por encima de los vaqueros.

-YO: me vas a matar.

-YASIRA: me estás matando tú, madre mía, que verga, mi madre no mentía, las hacías chillar mientras las follabas, ¿Verdad? - ella no me había visto ni tocado directamente la polla en el pasado, no como ahora, y su madre le habría contado como Ana y Eleonor eran atravesadas sin piedad, y más de una vez delante de Luz, su madre.

-YO: las hacía correrse hasta desmayarlas - seguía son soltar mi polla, evitando mirarme directamente.

-YASIRA: eso me han dicho ellas… – no fue consciente de lo que dijo, la calentura y el alcohol  la tenían ida, al usar el plural no podía referirse solo a su madre.

-YO: ¿Quien te lo ha dicho? - ataqué sin piedad, tenía que estar seguro, así que mi mano fue resbalando por sus muslos hasta llegar a su coño, la tela del tanga estaba empapada.

-YASIRA: mi madre…dios…mi madre  y…y Eleonor…dios - sentía mis dedos acariciándola con habilidad.

-YO: así que saben que estás conmigo ahora…- frotaba hasta sentir como la tela cogía la forma de su coño.

-YASIRA: si…uf…se lo dije …cuando me llamaste…me han pedido que  viniera…dios…- me besó cerrando los ojos -... y que te sedujera…pero cuando fuéramos a follar, me fuera…que te dejara a medias -  sonreí.

Lo sospechaba, desde que la llamé, sabía que podía pasar, y cuando tardó tanto en salir de su casa, y lo arreglada que iba, no había duda. Eleonor la había ayudado, su forma de vestir era la que a mí me gustaba, nadie se arregla de esa manera   pasa salir con amigos, si no cuando va de caza, y menos sola, a escondidas en su casa, sin que te vean y te pregunten, la facilidad con que había logrado meterla mano. Pero una  señal fue clara, lo supe cuando me habló de mi colonia al ponerla la chaqueta, ese detalle me gustaba, y solo Eleonor y Ana lo sabían, se lo dije en una charla. Podía ser una coincidencia, pero no lo era, no cuando Eleonor no le preguntó a Dani con quien había quedado,  por que ya   sabía con quien, y ahora yo conocía su plan.

-YO: vaya, ¿Eleonor sigue molesta?

-YASIRA: si…más que eso…- jadeaba respirando al sentir mis dedos apartando su tanga y acariciando con las yemas su clítoris hinchado  - ...se pasó dos semanas gritando e insultándote…uffffffffff…luego hablaba con mi madre y planeaban cosas…pero cuando les dije que me llamaste me obligaron…yo solo quería divertirme una noche, pero…pero Eleonor me ha llevado de compras y a la peluquería…quería que estuviera preciosa …para ti.

Ya sabía lo que necesitaba saber, Eleonor me la había querido jugar otra vez, no sé que ganaría con dejarme a medias, o  si era tan estúpida como para pensar que eso funcionaria, no me paré a pensar su lógica. Así que ahora tocaba disfrutar de su esfuerzo.

-YO: ¿Y por que me lo cuentas ahora?

-YASIRA: por que te deseo, y  por que me dan igual…son dos viejas estúpidas que no me dejan vivir…es verdad que no me dejan salir ni llevar a nadie a casa…las odio…mi madre se deja llevar…se reía cuando  me decía Eleonor que me dejara meter mano hasta ponértela dura…para que luego te dejar así y me fuera…¿Que madre hace eso? - sus gemidos no tapaban cierta ira y pena en sus palabras.

-YO: entonces, ¿Que hacemos? Por que ya has cumplido tu misión, te deseo y quiero llevarte a casa y hacerte el amor hasta el amanecer, eres preciosa y ya lo eras sin tanta parafernalia - un toque de auto estima para animarla, pero no hacía falta,  mis dedos acariciaban en su entrepierna cuando ella movía sus caderas, y se notaba que no era virgen,  ni mucho menos,  se movía de escándalo.

-YASIRA: hazlo…llévame a ese palacio…fóllame cuanto quieras...querían que te sedujera, pero te deseo también, desde que te vi la primera vez, por eso acepté, y ahora no quiero parar -  me besó con fuerza, hundiendo su cadera en mi mano hasta sentir sus labios mayores  en mis nudillos, saqué la mano de allí brillando de sus fluidos.

Los saboreé con gusto, estaba deliciosa, luego la agarré de la nuca y nos fundimos en un beso pasional, nuestras lenguas bailaban al ritmo de nuestros cuerpos, la  coloqué el tanga y lo acaricié con delicadeza antes de bajarla la pierna y arreglarla la minifalda mientras le comía el cuello. Ella se puso roja al ver como medio bar la miraba situarse el top, los pezones se le marcaban duros bajo la tela dorada, el otro medio bar me miraba la polla palpitar en lo vaqueros.

La cogí una mano y la hice un paso de baile  girándola sobre su eje para quedar recostaba sobe mi brazo, y fundirnos en otro beso, si iban a mirar que se deleitaran. Lara echaba fuego por la nariz, la incorporé y me fui a por la chaqueta. Nos despedimos,  Alicia se fue en algún momento en que estaba con Yasira, no la vi, y Lara me suplicó que me quedara un rato,  eran cerca de las 4 de la mañana y no tenía intención de aguantar allí, así que la cogí de la cintura pegando sus enormes tetas a mí, y la susurré que pronto la llegaría la hora. Eso la ruborizó, lo suficiente para dejar que me marchara.

El camino al coche fue eterno y caliente, la puse la chaqueta ante el frío de la noche,  Yasira iba delante mía y yo andaba torpemente pegado a su culo, metiéndola mano a cada instante. Las sonrisas eran vagas, era lujuria lo que sentíamos,  al llegar al coche ella se recostó sobre la puerta y me apretó contra ella, metí mis manos por debajo del top hasta alcanzar sus senos y acariciarlos, tenía los pezones duros, y el fresco de la noche ayudaba a sentir su piel tersa y vibrante, otra mano hizo fuerza contra la cintura de la falda y se metió por dentro de sus nalgas tirando del tanga, sus suspiros eran todo lo que necesitaba.

Miré a la calle para saber si era lo suficientemente apartada y desierta para penetrarla allí mismo, pero había demasiada gente, aunque sus labios besándome el cuello y sus manos metidas por debajo de mi camiseta acariciando mi vientre hasta el pecho,  indicaban que no la importaba mucho. Subimos al coche, y a duras penas podía apartar la vista de ella, se acariciaba y frotaba con lujuria, bien abierta de piernas se estaba frotando la vulva, por poco no tenemos un accidente en una rotonda. Me centré en la calle, pero mi mano se deslizaba en su muslo, la piel  tersa y el brillo de sudor aún en ellos, solo los hacían pecado, con  su tono de ébano.

Al llegar al aparcamiento del ático, Yasira  se me echó encima besándome, se me sentó de lado encima, y se contoneaba sin parar sobre mi verga, hasta hizo sonar el claxon con su trasero. Me costó salir del coche con ella acariciándome sin parar. En el ascensor fue igual, estaba pegada a mi polla, con una erección continua desde hacía un buen rato, pero ya la frotaba con ella, apenas me contenía acariciándola. Si algún vecino hubiera llamado el ascensor, al abrirse hubiera visto a Yasira de frente, con mis manos en sus tetas agarrándolas desde atrás, dando golpes de cintura en su culo, con la minifalda subida enseñando el tanga, por suerte nadie llamó, y entramos en casa abrazados y besándonos. Su lengua era áspera y contundente, me quitó la chaqueta sin dejar de besarme y también desabrochó la camisa acariciando mi torso cuando ya estaba abierta, sus manos fueron a mi cinturón mientras lamía mi pecho. Desabrochó sonoramente la tira de cuero y abrió la prenda vaquera para meter su mano y acariciar el tronco de mi falo, aún dentro de los pantalones. Sentí su mano buscando sitio hasta rodearme el miembro por completo, acariciando levemente.

Como un animal, de forma brusca agarré la minifalda y tiré de ella hacia arriba, tan fuerte que la levanté del suelo medio segundo  cuando hizo tope con el top, volví a tirar y la minifalda se adherió a al top  obligándola a estirar los brazos hacia arriba. Le saqué ambas prendas por la cabeza, ver caer su pelo sobre sus senos me calentó demasiado, la separé el cabello y me doblé para lamer los dos pezones más oscuros y grandes que había visto nunca, las aureolas eran del tamaño de galletas, y los pezones anchos y duros, no muy largos, como botones de mando a distancia. Los lamí oyendo sus gemidos al contacto, los sostuve con las manos,  al no llevar sujetador no cayeron pero mi duda era si subirían con uno puesto, estaban firmes, tersos, bien colocados y duros. Sus manos acariciaron mi cabeza mientras los degustaba, una mano fue a su trasero, estaba como una piedra, lo azoté levemente para sentirlo temblar, sus nalgas abiertas por el hilo del  tanga apenas se movieron,  (Sin duda las mujeres de piel oscura tienen culos más firmes de forma natural, esa es mi conclusión derivada de mi experiencia, o al menos Yasmine, Eleonor, Yasira, o incluso Pamela, la negra africana del instituto, tenían traseros antinaturales al tacto).

La cogí de los costados y me la subí encima, me rodeó con las piernas mientras apretaba sus pechos en mi cara, los iba lamiendo y chupando como un bebé mientras la llevaba a la habitación de abajo.

-YASIRA: no, súbeme arriba, quiero hacerlo en la cama de Eleonor - sonreí asintiendo.

-YO: eres muy traviesa - giró la cabeza apartando todo su pelo en una dirección, despejando su cara.

-YASIRA: estás a puerto de descubrir cuanto - me besó, sintiendo su deseo.

Al llegar arriba y entrar en la habitación, se bajó pasando un dedo desde mi barbilla hasta mis vaqueros, donde tiró de la prenda asomando la cabeza con picardía al balcón de mi entrepierna, mordiéndose el labio. Acarició cuanto quiso de mi cuerpo, yo me aparté un segundo para bajar las luces, y poner algo de música erótica con el PC.

Volví a sus brazos deleitándome con la visión de su cuerpo desnudo contoneándose, solo con el tanga marcando su coño y unos tacones de infarto, una mano se me fue a uno de sus senos y la otra a su trasero, mi boca recorrió sus labios, su cuello y el pecho agarrado, mientras ella abría del todo  la cremallera del vaquero, sujetando mi polla y tirando hasta sacarla gran parte por encima del pantalón. Masturbaba levemente con ambas manos mientras se dejaba lamer cada rincón que me apeteciera. Luego le tocó a ella y besó mi cuerpo hasta quedar de rodillas y bajarme los pantalones del todo, quedó maravillada ante el saltó que dio mi polla ante ella una vez libre del vaquero, la sujetó con ambas manos y tiró de la piel hacia atrás abriendo los ojos con cara de apetito, notaba en su mirada como llevaba deseando ese momento mucho tiempo. Abrió la boca lo  que pudo, y por gracia divina o coincidencia, su mandíbula marcada ayudó a que metiera media tranca en la boca de golpe, casi se atraganta pero su lengua se mostró  hábil. Al sacarla chupó el glande con dedicación mientras sus manos le apartaban el pelo de la cara dejándoselo caer todo sobre un hombro.

No sé si instruida por Eleonor, o no, pero sus manos comenzaron a pajarear sin descanso, mientras su boca apenas podía engullir  mi barra de carne, y sus labios manchaban de carmín mi rabo. Chupaba sin separarlos de mi glande, y de vez en cuando lamía el tronco, yo solo la acariciaba el pelo, no necesitaba guía,  esa mujer sabía lo que hacía,  tendría 20 años pero la chupaba mejor que bastantes con las que había estado mayores que ella.

Al rato se levantó buscando mis labios, se los concedí con gusto, mientras una de sus manos seguía masturbando si parar, la otra mano se quitó las horquillas del pelo y lo dejó caer sobre su rostro, luego hizo uno de los gestos más eróticos que me parecen, con una mano cogió todo su pelo y lo hizo caer sobre un hombro haciendo un tirabuzón en su cabello, eso provocó un beso largo y húmedo. Al finalizar tiró de mi labio inferior con los dientes, el sabor a cereza era cada vez menos, tenía el cuerpo entero manchado de sus labios y purpurina.

Se dirigió hacia la cama, andando de forma lenta y amplia, dejándome ver como su trasero se movía y su culo rebotaba con el sonido de los tacones haciendo aparecer y desaparecer el fino hilo del tanga negro, que con los pulgares fue bajándose, y cuando llegó a la cama lo dejó caer al suelo. Tuvo que tirar para separar la tela de su coño, estaba tan empapado que más bien  lo despegó. Cayó sobre la cama gateando con el culo en pompa, acariciándose  con una mano, mientras su cuerpo seguía una inercia de sexo que yo aún no la estaba dando. “Joder con la hija de la criada”, pensé con una amplia sonrisa.

Directo a por ella la agarré del culo y separé las nalgas acercando mi cara a sus muslos, olí su interior,  era abrumador, a humedad y sudor. Al primer lametón se le erizó la piel, y al chupar su coño tiritó, su cinética era constante de adelante a atrás,  la estaba follando con la lengua,  mis manos amasaban sus nalgas dando alguna palmada, y sonaba como golpear mármol. Tenía unos labios mayores enormes y oscuros, al abrirlos el rosa lo invadía todo, localicé el clítoris asomándose, chupé y jugué con mi lengua cuando mis dedos la penetraron, sus gemidos subían de inmensidad y movió el culo como cuando bailábamos, sintiendo como sus posaderas se apretaban contra mí. Una serie de lametones largos hasta su ano me dejaron claro que no le hacia ascos al anal, así que lo lamí igual, sin dejar de meter mis dedos en ella. La sentía derretirse, fue cuando me arrodillé detrás de ella y golpeé  mi polla en su coño de abajo a arriba, al sentirlo se arqueó la espalda.

-YASIRA: ¡Fóllame, fóllame por favor, métemela de una vez!

Soy obediente cuando me gustan las órdenes, acaricié con el glande abriendo los labios mayores hasta que se encajó en el hueco idóneo, y apreté para sentir como se abría y como ella contenía el aliento. Dadas sus artes, no me extrañó meterla ¾ de rabo del tirón, con algo de dificultad pero se abría ante mi.

Yasira tosía aire mientras gemía aguantando la sensación, pero sin dejar pasar un instante movió sus caderas con rapidez notando como su culo se contoneaba de forma sensual, imitando su gestos en la pista, fue girando las caderas hasta sentir como la metía dentro de su cuerpo. Fue ella la que se la metió, su respiración era lo único que denotaba que sentía el tamaño de mi verga, y me gustó su docilidad, la veía moverse de forma fluida, sus nalgas golpeaban en mi pelvis y usaba esa inercia para alejarse un poco y volver a por otro rebote. La sensación era de fuerza y presión, pero no paraba de moverse, sus gemidos se cortaban con algún grito pero me estaba haciendo bufar y disfrutar, acaricié se espalda rodeándola hasta agarrar sus senos y tirar de su cuerpo para ponerla de rodillas pegando su espalda a mi pecho, mientras seguía moviéndose sin parar. Era un baile constante de placer, mientras la pellizcaba los pezones,  otra mano se fue a su clítoris para frotarlo,  fue cuando ella explotó con un orgasmo que para mi sorpresa solo la hizo girar más  rápido su trasero, “Dios, que mujer”.

Me aferré a su cintura y decidí que ella estaba preparada para todo, saqué a la bestia, ni siquiera empecé normal para ir subiendo, la solté a ver que ocurría. Su cuerpo se puso rígido estirándose, unos minutos después cayó sobre la cama totalmente estirada boca abajo sacándose mi polla, me arrodillé en sus piernas y metí mi rabo de nuevo separándola las preciosas nalgas. La bestia se desquitó provocándola varios orgasmos. Yasira empezaba a entender por qué las hacía gritar a Ana y a Eleonor, no era solo el tamaño, si no la constancia. A los 15 minutos  gritaba, golpeaba la cama con fuerza mientras gemía y jadeaba.

-YASIRA: ¡¡¡Córrete, lléname de tu semen, hazlo,  sé que te operaste,  fóllame y metete tu leche hasta el fondo de mi ser!!!

Aceleré hasta dar lo mejor, el sonido de humedad siendo deslazada en su interior y de mi polla abriéndola era delicioso. Cuando los brazos me empezaron a  flaquear sentí el golpe eléctrico en la columna y descargué una barbaridad de semen, metí una estocada y la dejaba cabecear dentro de ella. Un azote en el culo fue la señal de que había terminado, me tumbé a su lado, acariciándola la espalda, estaba tumbada mirándome con los ojos brillando, y una sonrisa enorme.

-YO: eres una chica traviesa – repetí.

-YASIRA: ya te lo dije…

-YO: follas de cine.

-YASIRA: ayuda que mi novio la tenga grande, aunque no como la tuya - bajé mi mano de su espalda a su ano jugando con el.

-YO: ¿Tienes novio?- me importaba poco.

-YASIRA: si, bueno, algo así, nos acostamos, pero últimamente casi no nos vemos por culpa de mi madre,  ¿Por qué? ¿Te molesta?

-YO: para nada, es asunto tuyo, yo me conformo con tu cuerpo - empujé y la metí un dedo en el ano con algo de esfuerzo, su cuerpo se retorció un poco al sentirlo.

-YASIRA: no ha acabado, ¿Verdad?

-YO: no.

Gateó hasta ponerse a 4 patas encima de mí, besándome con lujuria mientras la follaba el culo con un dedo, y luego con dos. La otra mano masajeaba uno de sus pechos, su cintura se movía de nuevo, y se abrió de piernas hasta meterse mi polla ya dura en su coño. Vi como un escalofrío la recorría el cuerpo, y no bajó del todo la cadera, pero no hacía falta para dejarla llena, y mis dedos en su ano la estaban matando.

-YASIRA: ¿Me vas a follar por el culo? - sonreí ante su descaro.

-YO: si tú quieres, a algunas le da impresión que se la meta por detrás, pero me da que tú, traviesa mía, no eres de esas…- se encorvó para ponerme las tetas en la cara, con sus blancos dientes resaltando en un carcajada.

-YASIRA: no, no soy de esas, me encanta el sexo anal, así que deja de jugar y ábreme el culo.

-YO: ¿Dónde has estado toda mi vida? - azoté su trasero al sacar los dedos de su ano.

Adelantó la cadera y saqué la polla de su coño para hundirla en  su ano, fue tan fácil que solo mis dedos  no podían haberlo provocado, esa mujer  tenía el culo abierto desde hacía mucho. De nuevo, pasada ¾ se paró, giró sus caderas una y otra vez hasta tenerla toda dentro de su ano, sus gemidos aumentaron de intensidad, y se apoyó con ambas manos en mi pecho arañando.

Continuaba bailando pasado el susto inicial, “¡Que forma de moverse!”, como si no la estuviera empalando. Allí la demostré mis talentos, planté los pies y cogí de sus glúteos hasta levantarla medio palmo,  la bestia volvió al ruedo y desaté mi fuego interior, con su cara, que cambió a un asombro y placer indescriptible. Golpeaba con fuerza haciendo sonar mis huevos en su culo, arañando mi pecho con lujuria, luego se rindió sobre mí, haciéndose una bola siendo penetrada sin piedad.

Rodé dejándola tumbada boca arriba, y conmigo de rodillas, seguí follándola el culo mientras con el pulgar la acariciaba el clítoris. Era glorioso verla acariciarse las tetas, como estrujaba   los pezones y tiraba de ellos con violencia, le iba el sexo duro, así que caí sobre su pecho comiéndola las tetas sin dejar de follarla el culo, mordía sus pezones provocándola orgasmos anales continuos que no eran nuevos para ella. La fuente que se convirtió su coño con cada venida fue genial, cuando la besaba parecía  que quería agradecerme el placer que la daba con cada embestida, luego jadeaba cansada, estaba exhausta y sudando, pidiendo a gritos que terminara, pero la bestia era incansable.

Al menos 20 minutos estuve dominándola hasta que sentí que me corría, la llené el culo de mi semen, y al sentirlo se retorció de gusto sobre las sábanas poniendo el cuerpo tenso unos minutos. Tardó en sentir el intenso placer evaporarse,  relajándose de golpe. Caí rendido sobre ella, que me rodeaba con las piernas y los brazos, acariciándome de forma suave y tierna con las manos y los muslos.

-YASIRA: dios…ahora sé por que está tan loca Eleonor, yo también perdería la cabeza si me follaran así.

-YO: que la jodan, tenía esto y más,  trató de jugármela… aún trata de jugármela.

-YASIRA: es una retrasada, y se merece lo que la hiciste - tenía mis dudas de si en realidad Yasira se acostó conmigo por orden de Eleonor, o si todo era una cortina de humo de un plan mayor, pero o era actriz profesional o su tono de ira con ellas era real.

-YO: supongo, aunque ahora mismo no pienso con claridad, eres una fiera difícil de domar - rió contoneándose.

-YASIRA: pues tú no lo  eres menos, ni mi novio en toda una noche me ha dado tanto placer.

-YO: ¿Cuanto llevabas sin sexo?

-YASIRA: desde que nos mudamos, joder, como necesitaba esto, y contigo, ha sido increíble - me dio un suave beso.

-YO: y puede volver a serlo.

-YASIRA: ¡¿Ahora?! No por dios, me duele todo, no podría…

-YO: no ahora, sino otros días, podemos quedar para salir de fiesta el fin de semana, como el hoy, y luego venir aquí.

-YASIRA: seguro que a mi madre y a Eleonor les haría mucha gracia…- la ironía era evidente, como su sonrisa traviesa.

-YO: yo me ocuparía de Eleonor, tu madre es otro tema.

-YASIRA: es una payasa servicial, no puede hacerme nada…- odio que un hijo hable así de su madre, pero me daba lo que quería.

-YO: ¿Y tu novio?

-YASIRA: a estas alturas ya se habrá buscado a otra disponible, como a ti, no le faltan pretendientes.

-YO: pobre, no sabe lo que se pierde... ¿Y ahora que haces? ¿Tendrías que volverte a casa o en que habíais quedado?

-YASIRA: pues tenía que dejarte e irme en un taxi, no tenía hora, pero ya es tan tarde que tendré el móvil lleno de llamadas - lamí una de sus tetas antes de bajarme a por el bolso, era fácil encontrarlo, estaba al final de la hilera de ropa tirada en el suelo.

Me senté con ella entre mis piernas, y la vi leyéndome los mensajes de su madre y de Eleonor preguntado que tal estaba y como iba, los últimos  insistentes. Contestó que le había costado más de lo pensado, pero que ya íbamos a casa, y allí me dejaría a medias, nos reímos al enviarlo, y me besaba con lujuria.

-YO: date una ducha y te llevo a casa.

-YASIRA: ¿Te duchas conmigo? Me han dicho que eso te pone - suspiré  al oler su cuerpo pegarse al mío.

-YO: ojalá, pero tengo que hacer algo, ¿La próxima vez?

-YASIRA: la próxima vez -  me besó con detenimiento antes de levantarse y andar, escocida, al baño.

Me puse en el ordenador, paré la grabación de una de las cámaras del dormitorio que aún tenia instaladas, y que activé al ir a poner la música. Sonreía mientras con algo de habilidad fui copiando en un CD el vídeo de Yasira siendo follada por mí, que acababa de ocurrir. Preparé también uno de los videos que tenía de Eleonor siendo salvajemente follada  por mí, y uno más siendo penetrada por otro de los que se tiró en mi estancia juntos, la pixelé la cara, no fue difícil, fueron videos cortos, y los subí a paginas porno de Internet, pegando las direcciones en el CD, junto a una nota en un sobre, pegado junto al estuche.

“Para Eleonor, ver sola. La próxima vez no envíes a una cría ha hacer el trabajo de una adulta.”

Luego los links a los enlaces porno que había subido, y un archivo de texto.

“No habrá más advertencias, la próxima vez no serán videos de 1 minuto, si no completos, y no te taparé la cara, ahora convencerás a Luz para que deje a su hija salir cuando le de la gana, me da igual si le enseñas esto o le dices a Luz que me he follado a su pequeña, es cosa tuya, pero me enteraré si le pasa algo a Yasira y te arruinaré la vida, por ahora esta afrenta solo te costará que me pagues la compra al completo.

Si vuelvo a saber de ti,  de cualquier modo,  le mando a tu ex todo lo que tengo.

Un saludo.”

Metí el CD en una caja, repasando mis palabras mentalmente, podía decirla que la afrenta le costaría subirla el sueldo a Dani directamente, pero eso la haría sospechar a Eleonor que la tenía en el bote, así que pagarme la compra sería más dinero para Dani de forma indirecta, y yo me pagaba lo mío, pero Eleonor no lo sabía. A su vez me aseguraba tener a Yasira los fines de semana que saliera, tal como “bailaba” no tenía que buscar a otra.

Cuando Yasira salió de la ducha, repasé su cuerpo desnudo y fresco, me di una ducha rápida y cuando salí Yasira se estaba vistiendo, la quité el tanga de las manos y lo guardé, como recuerdo.

-YASIRA: y si vuelvo a casa sin bragas ¿Que pensará mi madre?

-YO: ya te inventarás algo, pero así siempre tendrás un motivo por el que volver.

-YASIRA: ya tengo un motivo por el que volver - me agarró la polla.

-YO: bien, así serán dos - la azote el culo, me encantaba hacerlo.

Se vistió, bueno, si eso es vestirse, la minifalda que se le subía y el top que enseñaba casi todo. El camino de vuelta a la urbanización la fui metiendo mano, y ella a mí. Me puse los vaqueros sin cerrar y una camiseta, y la mitad del camino fue haciéndome una felación que me hizo parar en un descampado y reclinar los asientos para volver a follarla, vestida y todo. Sin tanga fue sencillo, la daba con la cabeza en el techo del coche, montada a horcajadas sobre mí, la reventé el coño a orgasmos, y cuando me fui a correr se desmontó y descubrí que aparte de chuparla de cine, se tragaba el semen sin miramientos.

Eso retrasó nuestro camino 30 minutos, al llegar tardamos otros 10 en separarnos entre besos y caricias delante de su casa, o  bien dicho, de su finca. La acompañé hasta la entrada, y dejándola claro que solo sería sexo, y que me llamara cuando quisiera quedar para salir de fiesta, no puso reparos, y me besó con sabor a despedida. Entró con unos sonoros azotes en su culo que resonaron por toda la calle. Cuando entró, dejé el sobre con el CD en el buzón, y me fui sonriendo a casa.

Dormí un par de horas antes de ir a trabajar, no sé como me mantuve en pie, y  menos cargar cajas en el almacén del super. Aún así me dio para tantear el terreno de las chicas de allí, pero estaba roto. Volví a casa y me dormí hasta el atardecer, luego quedé en el piso de estudiantes con las chicas y algunos amigos, nos quedamos viendo un partido y luego jugando y riéndonos. Lara me miraba con odio del día anterior,  me fui a casa, solo, cuando acabamos.

El domingo no pasó nada,  si, de vez en cuando tenía esos días, y hasta los agradecía. El lunes desperté con Dani llamando a la puerta.

-YO: buenos días,  preciosa, ¿Que tal?

-DANI: yo feliz, mucho, ¿Tú saber?

-YO: no…dime -  me olía lo que me diría.

-DANI: gran señora mandar mensaje, ella subir extra de compra, casi doble, ¿Dinero para mí? - lo dijo con tanta ilusión que me sonrojé.

-YO: si, claro, es tuyo…  - saltó a la cama dándome besos en la frente -… ¿No decía nada más la señora?

-DANI: si, ella decir que yo no informo más, ella quitar extra pero con dinero de compra ser mucho más. ¿Sí?

-YO: si, supongo… pues no lo malgastes - sonreía al tenerla encima, tan feliz y ensimismada que no se había dado cuenta de que estaba desnudo, con la polla tiesa de los empalmes mañaneros, bajo las sábanas.

-DANI: yo encontrar esto en buzón - me dio un sobre, lo reconocí enseguida, era el que le había dejado a Eleonor

-YO: gracias, ahora si me dejas…- me miró agradecida, y se fue sin percatarse de mi rabo tieso.

El sobre era el mismo, pero tenía el CD dentro roto, y su nombre tachado, con una nota dentro.

“Eres un cabrón y un desgraciado, tú ganas, se acabó, le he dado más dinero al mes a la sirvienta, que sepas que me ha estado informando, pero ya está, borra esos videos de Internet, te lo pido como buena voluntad.

Adiós, que te vaya todo bien,  mal nacido.”

(9,80)