Nuevos relatos publicados: 13

Ingenuo y fraternal incesto

  • 18
  • 62.680
  • 9,30 (81 Val.)
  • 1

Nuestro hogar, la hermosa ciudad de Aguascalientes, México.

Mi nombre es Antonio, tengo 19 años cumplidos, soy aficionado a la lectura, el futbol soccer y el cine. Mido 1.81 metros, peso 84 Kgs, pelo oscuro, ojos cafés y una expresión que me define, franca y sincera.

Mi hermana Monika (Mony o peque), un poco menor que yo, tranquila, sana, amante del ejercicio aeróbico, el cine, ingenua e infantil. Mide 1.77 metros, 76 Kgs (según ella), atlética, con una cintura que hace ver su cuerpo estético, blanca, cabello rubio a castaño que le llega debajo de los hombros, ojos verdes y sonrisa inigualable (que puedo decir soy su hermano).

Ambos convivimos muy unidos desde niños, compartimos todo, secretos, alegrías, dolores, fracasos, dudas y sentimientos. Somos apoyo mutuo, cariño y respeto.

Nuestros padres, empresarios dedicados a las bienes raíces industriales, son un matrimonio resultado de la unión de familias adinerados con contactos dentro y fuera del país. Actualmente vivimos en un fraccionamiento muy exclusivo de la ciudad (Fraccionamiento Bosques) en el que impera la clase económicamente alta. Eso no es lo nuestro debido a nuestro modo de vida; hemos sido no muy sociables, concentrados en los estudios y aficiones prácticamente no salimos, de la casa a la escuela y viceversa.

Convivimos poco con algunos compañeros y vecinos, lo normal, en la cancha de futbol escolar o el gimnasio y de vez en cuando en algunas fiestas. Nuestra vida se desenvuelve muy unida y normal.

Cierto día de Junio del 2001, mi padre andaba muy eufórico debido a su ultima adquisición, una isla privada en la costa de Baja California Sur (México) bañada por las aguas del Mar de Cortés. Es una propiedad de alrededor de unas 900 hectáreas con una vegetación semidesértica adornada por las cristalinas y azules aguas del pacífico mexicano.

La isla fue adquirida como una oportunidad, en una suma algo grande, sin embargo pensaba obtener un beneficio alrededor de un 125 % (según él) al vendérsela a un integrante de una de las familias de más abolengo de los Estados Unidos (cuyo nombre no nos revela ni a nosotros). La operación se llevaría alrededor de dos meses, tiempo en el cual la disfrutaríamos nosotros, dentro de nuestro periodo vacacional.

Con una casa muy hermosa, en la parte más alta, decorada estilo mexicano y un muelle pequeño, fue nuestro centro de operaciones por aproximadamente un mes. Mi madre, viajaba todo el tiempo con papá, era su genio en relaciones ya que sus amigas eran un punto favorable en las negociaciones con sus esposos. Mis padres disfrutaron de apenas 5 días asoleándose en la playa y planeando su negocio a detalle, mi hermana y yo recorríamos los límites de la propiedad en una cuatrimoto bastante divertida (considerando que no sabía manejarla muy bien).

El caso es que mis padres volaron a la ciudad de Filadelphia vía aérea de la Ciudad de México. Se ausentarían tres semanas para realizar su proyecto. Después de que declinamos acompañarlos partieron muy animados,

Monika y yo decidimos, como casi siempre sucedía, vacacionar en la zona. Fuimos a las ciudades de La Paz, San José del Cabo y un pueblito muy agradable llamado Loreto donde visitamos las ruinas de Comondu. En la isla solo estaba un matrimonio encargado de la casa y su mantenimiento que llegaban cada dos días por lancha desde Punta Coyote (pueblito de pescadores) en la península.

Por lo tanto mi hermana Mony y yo siempre estábamos solos. Desde temprano platicábamos mientras almorzábamos, paseábamos y recorríamos los exóticos paisajes de la isla. Cierta tarde, Mony estaba en casa mientras yo paseaba en la cuatrimoto hasta una pequeña playa que me gustaba mucho visitar, yo me distraía leyendo un libro de Jefrey Archer (Kane y Abel) y nadando un poco. Ocasionalmente sacaba fotos (otra de mis aficiones) y escuchaba música.

Al volver a casa unas 3 horas después entre en la habitación abierta de Mony para conversar un poco y sucedió algo que cambio mi relación con ella para siempre, al entrar la observe completamente desnuda durmiendo boca abajo sobre la cama sin quitar el edredón y la puerta deslizable abierta para admirar la hermosa vista de la playa y recibir el gratificante aire impregnado de la brisa marina.

Ella dormía profundamente, su cabello casi rubio estaba trenzado en una cola de caballo delicadamente peinada, su bien proporcionada cintura resaltaba unas nalgas blancas, macisas y bien torneadas; sus muslos fuertes y anchos remataban sus curvas con un chamorro atlético y apenas abultado. Era una diosa. La observe por varios minutos, su rostro era tranquilo y pasivo. Sin pensarlo, me apoderé de mi Minolta 35 mm y le tome todo un rollo de película (menos 7 de 36 fotos con que contaba la película). Al terminar, deje mi cámara sobre la mesita de madera y salí a la terraza a ordenar mis pensamientos.

Al cabo de una hora y media ella me alcanzó en la terraza, lucía algo adormilada y con una blusa grande que cubría su cuerpo. Después de una conversación simple un silencio un poco prolongado se presentó y poco después de esa leve tensión ella me dijo:

..... Toño, entre tu y yo siempre ha existido la mejor relación de hermanos, buena comunicación y cariño, ¿es así?

... Así es chiquilla.

....Quiero comentarte algo que me esta pasando y quiero que me ayudes a comprenderlo, ¡OK?

....Bueno,.....es un poco difícil de decir porque no lo tengo muy claro, pero haré lo mejor posible.

...Últimamente me he mostrado intranquila, vanidosa con mi cuerpo e inquieta con mis sentimientos,....... te vi en traje de baño cuando llegamos a la isla y note lo bello de tu cuerpo, lo atlético que eres y eso esta bien, pero a partir de ahí empezó mi inquietud.........¡Tu que opinas?

Bueno chiquilla.... que las hormonas están haciendo acto de presencia, que mas puede ser.

...¡Eso lo se!, pero tu crees que hice mal en excitarme contigo,.... eres mi hermano.

....Bueno, eso sucede, es algo natural, la naturaleza no distingue ningún taboo social.

....¿No te molesta o incomoda?

....Te voy a contar algo, tú eres aparte de mi hermana, una mujer muy hermosa y sensual y en consecuencia, me ha sucedido lo mismo que a ti, solo que lo entiendo como una reacción sana, humana y natural.

....¿Cuándo sentiste eso?, .... ¡anda dime! .... como fue?

....Hace unas horas, cuando dormías, entre a tu cuarto apresuradamente para comentarte sobre el libro que leía y cual fue mi sorpresa que te vi desnuda y dormida. Tenías una pasividad tal en tu rostro que me fascino, tu cuerpo es bellísimo y nunca lo había visto así. Te confieso que te observe por algunos minutos e incluso no resistí la tentación de fotografiarte para que quedaras inmortalizada. Al recapacitar deje mi cámara junto a tu mesita para que después de contarte lo que ahora te digo, dispusieras de los negativos.

En ese momento ella me vio a los ojos y sentí una pena mezclada con temor que nunca había sentido al estar junto a ella. Me miro por unos instantes y dijo:

....Ahora entiendo lo de la cámara, .... pero dime algo, ¿penaste cosas feas de mi?

...No porque habría de pensarlo, solo me sorprendí.

...Es lo que te digo, de pronto me surgió la necesidad de desnudarme y andar así por toda la casa y te confieso, el solo pensar que pudieras verme así me provocaba gran excitación, lastima que no me di cuenta cuando sucedió.

Ahí termino la conversación del tema. Conversamos de papá y su modo de vida, de mamá y como eran unidos y finalmente nos sentimos afortunados de tenernos uno a el otro, por que de ser únicos, que aburrida vida tendríamos.

Al los dos días fuimos a un lugar que llamábamos “playa del árbol”, la arena era blanca aunque con algunas pequeñas rocas. Yo divagaba con la inmortalidad del cangrejo cuando Mony se levantó (ya que tomaba sol boca abajo sobre una toalla) y se quitó aquella blusa grande que tanto le gusta, debajo traía un bikini amarillo brilloso (fosforescente) que compró en La Paz, lo recuerdo porque estaba puesto en un maniquí del aparador del hotel.

Definitivamente su cuerpo resaltaba la belleza del bikini. Ella se metió con el agua hasta la cintura y se refresco su cuerpo ya rojo por el sol, pero sobre todo en su cara, brazos y piernas que eran lo más expuesto al sol. Me burle un poco diciéndole que estaba quedando de todos colores, le sugerí que usará bloqueador solar y que se quedara más tiempo sin la blusa para quemarse pareja.

De nuevo, ella me sorprendió:

....Toño, te importa si me desnudo totalmente?, ........ no me lo tomes a mal, quiero sentirme libre, sin prejuicios, en compañía del ser que más quiero en este mundo.

Yo estaba mudo, hipnotizado. Ella se acerco a mi con una mirada burlona y me dijo:

....No te apenes, eso me corresponde a mí, ahora quien es el que esta como tomate?

Y valla que sí. Sentí correr mi sangre helada y mi corazón dolerme.

Me dió un beso en la mejilla y volvió sobre sus pasos. Ella regresó tranquilamente caminando despacio y coquetamente, inmediatamente se detuvo frente a una ligera ola que se estrellaba a sus pies, se desató el sostén arrojándolo a un lado, se bajo el bikini dejándolo a sus pies y comenzó a entrar en el agua.

Guauuuu, era magia. Su cuerpo es impactante. Yo seguía inmóvil. Después de unos treinta minutos, ella avanzó hacia la orilla recogiendo su pelo, exprimiendo el agua excedente y colocándolo sutilmente delante de su hombro izquierdo.

Por primera vez la veía desnuda completamente de frente, sus senos blancos como la espuma estaban cornados de un pezón pequeño, muy claro y también erecto. Eran de talla mediana, juntos y firmes. Su obligo, tantas veces visto sin causarme ningún efecto, resaltaba impactante; sus caderas mostraban al momento un cadencial movimiento que no había notado antes y sus firmes muslos atléticos custodiaban un monte de venus azabache y brillante, tupido y desordenado como una jungla.

¡Que barbaro!, era una diosa.

Yo pensaba que recogería su traje de baño o se entallaría su blusa “Ocean Pacific” blanca, pero no fue así, camino los 10 o 15 metros de playa directamente hacia mí, se paró delante de mí, me miró directamente a los ojos y sin expresión de pudor alguna, me dijo:

....Y bien, soy hermosa?

....Yo ni les digo como estaba, mudo, confuso, con la adrenalina a mil, congelado y de seguro, rojo, rojo, rojo. Mis orejas ardían.

Ella sonrío burlonamente y comenzó a girar como lo hacen las modelos de ropa de CNN, con cadencia, coquetería y profesionalismo. Me mostró todo de cerca, pechos, cintura, nalgas, .......uta....... todooooo.

....Toño, debes saber una cosa, ya no deseo más esconderte nada, quiero que me veas desnuda porque a partir de hoy, siempre que estemos solos en casa, me verás así. No te pido nada a cambio, solo que me sigas queriendo como tu Mony, y que sigas siendo como hasta ahora, sincero y tierno.

Finalmente se vistió después de un rato y yo maneje a Willy (nombre que le dimos a la moto ya que era negra con blanco, como la ballena Orca) hasta la casa.

Cumplió su palabra, apenas se iban Manuela y Pepe y ella se desnudaba. Los días pares que no venían ella era feliz desnuda o con una tanguita blanca sin sostén.

Con el tiempo me acostumbre a verla así, sin embargo yo ya no era el mismo.

Una mañana (11 am aprox), tomando el sol desnuda en la playa, alejados de la casa, me pidió que le aplicará el bloqueador para protegerse. Yo me negué y me moleste un poco. Ella se preocupó, se acerco a mi y sin decir palabra me quito mi playera blanca y se la puso tapando un poco su tostada desnudes.

.....Estás molesto conmigo?, ya no me quieres?

...No, es solo que estoy inquieto.

...¿las hormonas?

.....Pues sí, no soy de palo.

....Te molesta mi cuerpo?, yo? o que soy tu hermana?

...No me molesta Mony, es solo que me inquietas, eres tan hermosa que quisiera tocarte toda pero eso no esta bien, somos hermanos.

....Mira, vamos a probar un poco, me pongo mi traje de baño y me pones la cre,ma ¿OK?, si te sientes a gusto me retiras el sostén y la tanga y me cuidas del sol.

.....Esta bien.

Se cambio de ropa, se coloco solo la tanga sin el sostén pero boca abajo sobre la toalla y bajo la sombrilla de palma que mal construí hacia 3 días. Al aplicar el bloqueador, sentí algo inimaginable, tocaba una piel suave, la carne dura pero tierna de sus muslos. Le aplique la crema como con un masaje como había observado a papá aplicársela a mamá. Acaricie sus chamorros, subí masajie sus nalgas, su cintura, su espalda desnuda y su cuello. Ella solo se movía en respuesta a lo delicioso del masaje. Después de terminar, cerré la botella plástica y Mony giró su cabeza de lado:

.....aún no la cierres, dicho eso se volteó y se acostó boca arriba, Comencé a masajear su cuello, sus brazos e inmediatamente después sus senos. Estaban duritos, ya un poco oscuros por el bronceado con sus pezones a mil de erectos e hinchados. Los acaricie apretándolos ligeramente, ella se sobresaltó, pero seguí. Continué con su vientre hasta el ombligo, donde sintió cosquillas y se jaloneo un poco. Me encantaba verla reír y más con sus ojos cerrados al sol.

Al llegar a su tanga, la retire lentamente admirando lo que guardaba, un tupido monte de bellos negros brillosos que desbordaban a los lados de la prenda.

Le pregunte que por qué no se recortaba el bello para que no se viera fuera del bikini?

.....Si quieres recórtamelo tú, para mí no es fácil hacerlo, me quedaría mal recortado o peor aún me lastimaría.

Saque de mi maletín fotográfico mi navaja suiza “Victorius”, acomode las tijeras que contiene y estudie el área de corte. No decidía como colocarme. Mony me observó curiosa y luego abrió las piernas para permitirme, recostado en el suelo boca abajo, quedar frente a su monte de venus. Aprecie su vagina en todo su esplendor, esa virgen cicatriz que espera su momento.

Comencé a recortar torpemente el exceso de bello, sujetando el mismo y jalándolo ligeramente hacia arriba para calcular su corte. Mony comenzó a inquietarse por los constantes roces y comencé al poco rato a observar humedad, ese fluido con un olor fuerte y deseoso. La mire rápidamente, movía su cabeza hacia su derecha lentamente, sus ojos seguían cerrados pero su boca estaba totalmente abierta, se humedecía los labios con la punta de la lengua y volvía a mover su cabeza al lado opuesto lentamente. La escena me excitó al grado de que ubique mi cara junto a su monte y con un certero y lento lenguetazo probé su humedad, ligeramente salada.

Ella lanzó un suspiro de sorpresa pero siguió igual, yo probé de nuevo. A cada chupada ella respondía con una convulsión y un gemido suave, entonces me apoderé de su coño y lo deboré largamente. Llegó una fuerte convulsión que anunciaba su primer orgasmo como mujer provocado por un hombre. Apretó sus piernas sobre mi cuello y sentí su fuerza, sus convulsiones y su quietud inmediata.

Me acerque por su lado derecho, ella seguía boca arriba ahora muy quieta. Acaricie su cintura, sus pechos, apreté sus pezones un poco provocando apenas algo de dolor mezclado con excitación, bese su cuello, lo recorrí con mi lengua al igual que sus hombros. Llegue a sus oídos y la sentí vibrar al sonido de mi respiración. Todo era como un sueño.

Baje nuevamente y esta vez mordí sus pezones, lo chupe ruidosamente y volví a morder la carne de sus senos que rodea al pezón. Estaba disfrutando cuando ella se voltea lentamente boca abajo dejándome menos que disfrutar. Bese su espalda aún lubricada por la crema y acaricie su cintura, la contemple detalladamente hasta que me cautivo su culo. Esas curvas son perfectas, sin rastro de celulitis, con unos bellitos rubios apenas perceptibles.

Cambie de posición, abrí sus piernas como en forma de tijera y me apoderé de sus nalgas, aquellos suculentos trozos de carne dura y suave a la vez, que ocasionalmente tras la juguetonas mordidas, ella tensaba. Después de comerme ese delicioso culo unos minutos, casi me acosté para poder chupar nuevamente sus jugos vaginales con mi lengua. Mi hermanita nuevamente se convulsionaba ligeramente. Un poco incomodo, decidí incorporarme un poco y con suave movimiento de mis manos levante sus muslos ayudado por ella, la levante hasta dejarla en posición de “V” invertida o con su culo al aire mientras que su rostro seguía en la toalla.

El espectáculo era hermoso, me senté jalando su culo a la altura de mi boca, devore su vagina mientras ella emitía ligeros pujidos muy sensuales. De pronto chupe su ano poco a poco hasta saborearlo, es delicioso.

Mi Mony, me empujo entonces con su culo hacia mi cara, hasta acostarme boca arriba totalmente, siguió su recorrido y quedamos en un 69 conmigo abajo y vestido con el bañador tipo bermuda. Al completarse el 69, ella acarició sobre las ropas mi despierto y fiel compañero, este estaba a toda presión. Sentí su vagina en mi nariz y comencé a devorarla nuevamente, de pronto y con rápido movimiento, ella levanta con la mano derecha mi bermuda, sujetándola del cordón elástico y con fuerte movimiento la baja para apenas liberar mi pene. Este salta totalmente vertical, lo siento caliente, duro pero no puedo verlo por la posición.

Sin estar sujeto mi pene, sentí su lengua curiosear la cabeza del miembro, chuparlo por fuera en su tronco y lamerlo como un dulce. Yo devoraba su cada vez mayor cantidad de liquido vaginal, acariciaba y sostenía al mismo tiempo sus muslos sintiendo al mismo tiempo sus lamidos en mi pene. Finalmente se animó y comenzó poco a poco a introducirlo en su boca, después de haber limpiado mis pocos líquidos seminales expuestos por la situación. Al principio me lastimó con sus dientes pero al sentir mi dolor, corrigió y engullo con más cuidado. Me sentía venir, ella apretó el ritmo de la mamada al sentir mi excitación creciente y descargue todo mi semen en su boca, ella seguía mamando con un ritmo delicioso, luego comenzó a disminuir y chupar por fuera cada gota de semen.

Yo casi me detuve, fue agotador. Ella camino a gatas hacia mis pies, dio vuelta y se recostó junto a mí, no sin antes despojarme de mi bermuda. Descansamos placidamente acariciándonos suave y tiernamente, con una sensación de alivio y paz absoluta. Sentía la presión de sus senos en mi costado y su respiración en mi pecho. Al poco volvió al ataque mi pene. Ella miró de inmediato la rápida incorporación de aquel campeón novato y lo sujeto con ternura, lo acarició y observo otro poco de tiempo para finalmente incorporarse un poco y volver a degustarlo. Ahora ella en cuatro patas, mamó como nunca, era deliciosa aquella sensación, el ruido que producía y la imagen de mi hermanita hermosamente desnuda disfrutando de su nuevo juguete.

De pronto aminoró la mamada y me miró directamente a los ojos, sonrío como siempre lo hacía doblegando cualquier duda u oposición que pudiera presentarle, se recostó a mi lado y yo me incorpore tranquilamente, gatié hacia su vagina, la mame un ratito hasta que se llenó de humedad, me acerque y la mire a los ojos.

....Puedo cogerte peque?

Ella asintió con la cabeza pero esta vez no cerró los ojos, abrió un poco más sus piernas con sus manos y dirigí mi pene a su vagina, lo rocé un poco para lubricarlo con sus jugos, emitiendo un chasquido húmedo pero deleitante. Ella disfruto el masaje como lo vi en su rostro que habría y cerraba sus ojos, habría cada vez más su boca y emitía ligeros murmullos.

Entre un poco en la vagina con el pene y de inmediato tope, buscaba un posible paso que no encontré,....... perdóname Mony, te va a doler un poco....

Dicho lo anterior empuje poco a poco, retrocedí y embesti con fuerza y rapidez, cuando estaba a punto de retroceder nuevamente sentí un ligero paso y mucho calor, empuje y entre hasta el fondo. Mi hermanita no gritó, solamente se tenso toda y pujo como si quisiera expulsar al intruso. Retuve un poco mi pene y empecé a bombear muy despacio, saliendo totalmente para lubricarme y volviendo a entrar. El ritmo aumento igual que mi excitación. Peque habrió los ojos, me hizo una seña y ambos nos incorporamos, ella se puso en cuatro patas (ya que estaba acostada boca arriba) y yo detrás, tome mi pene y lo observe ligeramente rojo, lo coloque y entre deliciosamente, ahora en un ángulo más cerrado y excitante. El roce producido por el bombeo más el ruido del mete saca me volvieron loco, apreté a peque de la cintura hacia mí y descargué dentro de ella. Un poco antes de venirme ella lo hizo primero, los impactos del bombeo ya eran rápidos y violentos.

Descansamos y platicamos de todo menos de eso maravilloso que sucedió. Ella sigue como es y yo también. Nuestras relaciones después de aquel día son pocas, debemos estar muy excitados para adentrarnos en el prohibido pero excitante mundo del incesto.

(9,30)