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Aprender

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La joven la miraba sentada en posición de indio con sus orejas de leona alzadas y su cola moviéndose en varias direcciones.

Vivían juntas desde hace un año y su apariencia había cambiado de parecerse a una niña de 10 años a una de 16 o 17 en solo unos meses, y eso no era lo más raro, sus orejas y su cola de león la hacían imposible pasar desapercibida en cualquier lado, mientras que la otra joven de unos 23 años, castaña y de hermosos ojos negros estaba tendida en el sofá con los ojos cerrados.

 

-¿Te encuentras bien? Digo... solo hace unos días que estas de nuevo soltera y pareces un poco estresada- cortaba con sus dientes un trozo de carne cruda y se la comía mirándola.

-¿Estresada? -estaba tendida en el sofá con su brazo sobre sus ojos.

-Aunque... también con él estabas estresada...

-Con él era distinto... el era tremendamente estresante todo el tiempo...creo que ahora estoy relajándome y desintoxicándome de todo eso.

 

La pelinegra se mete el trozo de carne que le quedaba a la boca y se acerca a ella, sentándose frente al sofá. Comienza suavemente a cabecear su brazo libre para que le hiciera cariño como si de un gato se tratara.

La castaña sin poder evitarlo sonríe y levanta la mano, acaricia entre sus orejas suavemente

 

-Aun no puedo entender como comer la carne cruda.

-Soy mitad bestia princesita... me sorprende que eso sea lo que te sorprende y no las otras cosas que hago...-ronronea suavemente disfrutando las caricias.

-Tu existencia me sorprende -juega con su orejita volteándose para mirarla.

 

Se sube sobre ella en el sofá, hace solo unos meses era más pequeña ahora eran del mismo tamaño.

 

-Me sorprendió que me adoptaras... por lo general los mortales le tienen miedo a lo desconocido-coge una de sus manos y se lleva su dedo índice a la boca y comienza a lamerlo suavemente-te cortaste de nuevo en la cocina...

-Eso no es novedad pequeña... -la mira- tendremos que ir a comprar más ropa.

-¿Por qué? la ropa que llevas es bonita...

-Para ti

-Oh... deberías esperar un mes más tal vez, después de todo ahí llegaré a mi etapa adulta-Se recuesta poniendo su rostro sobre sus pechos, mientras la castaña acaricia sus orejitas

- ¿Estás segura?- la leona solo asiente mientras aspira fuerte en su pecho.

-¡Que rico hueles! El olor de tu estúpido ex se ha ido de toda la casa ¡y de ti también!- parecía feliz mientras volvía a inhalar su aroma.

 

Ríe un poco y la abraza recordando como la había encontrado… encontrarse en la calle y adoptar a alguien con orejas y cola por parecer una niña de 6 años no era normal y con adoptar me refiero como a un gatito.

 

-Me caía mal ese tipo... además era muy torpe, siempre que se quedaba a dormir en tu cuarto se quejaba mucho y parecía no saber dormir en una cama pues chocaba contra ella durante unos minutos en la noche-se acomoda en su pecho-aun que parece que a ti no te importaba mucho si se lastimaba, a pesar de que se quejara tu no decías nada...

 

La castaña se sonroja un poco y le sonríe dulcemente

 

- Tienes razón... nunca me decía nada mientras él se quejaba -ríe un poco acariciando sus orejitas, la cual vuelve a ronronear y oculta su rostro entre sus pechos

-¡Se siente bien tenerte solo para mí!

-Oh me tendrás solo para ti durante muuuuucho tiempo pequeña.

-¡Me alegra! y si el estúpido viene por aquí de nuevo juro que esta vez si me le lanzo al cuello- movía su cola de un lado a otro bastante feliz.

-No volverá a pisar esta casa te lo puedo asegurar -juega con sus orejitas.

 

Ronronea mas fuerte hasta llegar a rugir, de pronto se levanta para mirarla a los ojos como miraría a una presa y le da una suave mordida en su cuello.

 

-Aaahh... no hagas eso-la aparta sonrojada-

 

La mira algo contrariada, sin entender.

 

-¿Por qué no? pensé te gustaba jugar conmigo...

-Me gusta pero no que muerdas mi cuello - la abraza contra su pecho.

 

La pequeña leona la abraza por la cintura y suavemente le muerde uno de sus pechos mientras ríe.

 

-¡Aaa no, no hagas eso!- se aleja un poco mirándola.

-¿Te... te hice daño?-parecía estar a punto de llorar.

-Ah no, no. Es que... hummm -recuerda que apenas era una niña-

-¿Es que, qué?- gira su cabeza mirándola, la miraba con los ojos brillantes, le gustaba aprender de ella.

-Sigh... esto no deberías aprenderlo hasta mayor...

 

La mira sin entender.

 

-Ya soy mayor...

 

Un fuerte suspiro sale de la castaña quien se quita el polerón que usaba sin nada abajo.

 

-Aun mayor cariño... -le señala la marca suave que habían dejado sus dientes, la leona se acerca y toca su pecho con un dedo.

-¡Son más grandes de lo que creí!- la coge suavemente con la otra mano- y son más blandas...

 

La chica se sonroja de golpe y aparta suavemente sus manos.

 

-Aquí -le señala su pezón- la piel es mucho más sensible... sientes cosquillas agradables dentro de ti -señala el resto de su pecho- pero aquí la sensibilidad es menor...

 

Acerca la punta de su dedo hacia su pezón y comienza a moverla suavemente de arriba abajo.

 

-¿Entonces esto se siente bien para ti?

-No cualquiera te toca... solo alguien que tu quiera mucho y que desees que te toque de una forma más...-se sonroja fuerte perdiendo la concentración.

-Yo te quiero mucho... entonces ¿te puedo seguir tocando?- seguía jugando con su dedo moviéndolo ahora en círculos.

 

Se coloca el poleron sonrojándose fuerte

 

-La gente se toca cuando están enamorados -la abraza para intentar cerrar el tema.

-¿Enamorados? ¿Qué es eso?-la mira a los ojos con una sonrisa.

-Enamorados... -cierra los ojos suspirando con una sonrisa- estar enamorada es hermoso... sientes necesidad de saber día y noche de esa persona, te preocupas por mas mínimo detalle de su día, te duelen sus accidentes por más torpes que sean, siempre quieres verlo bien y feliz.

-Entonces ¿tu porque dejabas que tu novio te tocara si no estabas enamorada de él?-la mira curiosa- digo... cuándo el se quejaba tu no le decías nada...

-Yo estuve enamorada...y cada día dudo que el de mi...-cierra los ojos recordando lo que ella dijo.

-mmm... entonces yo estoy enamorada de ti-le sonríe abrazándola y acurrucándose en su pecho.

-¿Enamorada de mí?-asiente.

-¡Por supuesto! Solo quiero verte bien y feliz, me preocupa todo lo que te pasa y si no se de ti durante el día me preocupa...

-Entonces también estoy preocupada de ti -sonríe acariciando su cabello y juega con sus orejitas, la pelinegra vuelve a ronronear y de un salto se recuesta nuevamente sobre su pecho lanzándola al sofá.

-Entonces... ¿te puedo tocar?- le sonríe mirándola a los ojos.

-No. Eso es para mayores y tú aun eres una niña

-No soy una niña... las bestias crecemos antes que los mortales, solo no he tenido quien me explique las cosas de adultos a un ritmo acelerado- infla sus mejillas- ya te dije que no soy una niña...

-No puedo verte de otra forma... comprende que hace menos de un año eras una hermosa y pequeña gatita mimosa que... -ríe un poco- lo siento-recuesta su cabeza en su pecho.

-No soy tu hermana pequeña... ni mucho menos tu hija... el destino me puso solo frente a ti por algo... además seguramente dentro de unos meses me hare mayor que tu, cada vez más grande... hasta que tú seas la que parezca joven a mi lado

-Siempre tendrás 18 años menos que yo-arruga su frente.

-Yo moriré de vejez mientras tú sigues siendo sola una adulta

-Tú no puedes morir antes que yo -la abraza fuerte- no puedes irte de mi vida

 

La leona cuela sus manos por su espalda para abrazarla.

 

-Desde hace unas semanas... se ha despertado algo en mí y me quedo mirando tus labios... como con... hambre, pero no de carne ¿qué significa?

-Hum... -toma su rostro suavemente entre sus manos y la besa en los labios.

 

La leona como niña que es, le responde el beso de modo torpe, pero con bastante pasión acumulada. Lentamente sus manos comienzan a tener necesidad de tocar y comienza a recorrer sus caderas, pero la castaña la separa poniendo su mano sobre su pecho y empujando.

 

-Eres... deliciosa... – la leona se saborea los labios- quiero otro- se acerca a sus labios lentamente.

-Jejeje ten calma

-¿Ah? ¿Calma?-la mira sin entender- pero... quiero otro

 

La castaña vuelve a acercarse besándola de nuevo, solo que esta vez la besa de modo más apasionado, la leona casi por instinto pone sus manos alrededor de su cabeza para que no se aleje y suavemente su cuerpo comienza a moverse por instinto bamboleándose de atrás a delante rozándola.

La temperatura iba subiendo poco a poco abre su boca y lame sus labios, coge su lengua entre sus labios.

 

-Quiero comerte... pero no del modo de comida- se sentía algo contrariada mientras sus caderas seguían moviéndose- ¿puedo tocarte?

 

Se escucha el timbre y la castaña se pone de pie de un salto, la leona había caído al piso y soltaba un fuerte rugido, le ojinegra la mira y ríe un poco mientras intenta tranquilizar su respiración.

 

-Me voy al cuarto para que puedas abrir la puerta...-se pone de pie rascándose la oreja y caminando hacia el cuarto en donde se escucha un fuerte portazo.

 

Abre la puerta atendiendo a su vecina que le pedía alguna receta, suspira después que se va y toca la puerta del cuarto.

 

-¡Pasa!- estaba tendida en la cama mirando dentro del short deportivo que ya le estaba quedando corto.

-Mañana iré de compras ¿te parece?-asiente continuando mirando dentro del short-¿Qué miras? -se sienta a su lado, la leona deja de mirar para mirar el techo.

-Tengo la ropa interior mojada... pero no recuerdo haber tenido ganas de ir al baño... además jamás tuve problemas para ir al baño

-Bueno... hay... deja de ponerme en situaciones complicadas ¿sí? ¿Qué sentiste cuando te bese?

-¡Delicioso!- la mira sonriente- me gusto mucho... pero mi cuerpo parecía... quería pegarse al tuyo ¿eso es malo?

-No... Hum... si Kyun te besara... ¿sentirías lo mismo?

 

La leona solo saca la lengua en señal de asco, mientras niega enérgicamente, no había duda seguía siendo una niña en algunos aspectos.

 

-¡Que asqueroso!

-Jejejeje ¿Por qué no? Es bonita, tiene lindos ojos y cabello muy largo como yo

-¡Tu eres más hermosa! Me encantaba mirarte cuando nos bañábamos juntas

-¿Hu?- sus mejillas se ponen rojas.

-Además... hace un tiempo cuando te veo, hay como... siento algo en mi estomago y cuando estabas con ese tipo... bueno... no sé, me dolía

-¿Doler?

-¡Sí! ¡El estomago! ¡Y el corazón se me apretaba! Sobre todo cuando ibas a dormir con él...-tenía la cara seria.

-Oh... entiendo. Te dije que él no volvería mas -acaricia sus orejitas suavemente pegando su frente con la de ella.

-¿Por qué siento esto? ¿Por qué me pasa esto solo contigo?

-Bueno... creo que puede ser grave

-¿De verdad? ¿y es malo?

-No ¡Pero es muy serio!

-¿Y... y que tengo que hacer?- parecía preocupada como si fuera una enfermedad, al menos ella lo entendía así.

-No tiene cura... Solo hay dos opciones O aprendes a vivir con eso... o... esperas a que se pase

-¿Y qué crees que tengo que elegir?- la miraba a los ojos realmente preocupada- me gusta sentirme así por ti...

-¿Y quieres sentir eso por siempre?

 

La leona solo asiente, pero tenía una duda más.

 

-Pero... ¿es normal que ahora quiera saltar sobre ti y quitarte la ropa?

-Jejejeje eso es deseo mi leoncita Y es para adultos

-Ya no soy una niña... ¡y te lo demostrare!

-¿Quieres dormir en mi cuarto hoy?

 

La pregunta de la castaña deja un poco en el aire a la pequeña leona pero asiente mirándola con curiosidad, coge su mano y se pone de pie y camina a su cuarto, la pequeña la sigue moviendo su cola feliz.

 

-¿Y por qué mi ropa interior estaba mojada?

-La mía también esta mojada- dice sonrojada la castaña mordiéndose el labio.

-¡¿De verdad?!

 

Como un animal salvaje salta a sus piernas y se cuela por debajo de su falda, era tan rápida que alcanza a tocar con su mano derecha la ropa interior de la castaña por la parte de abajo.

 

-¡Es cierto! ¡Está muy mojada!

-¡Kari! ¡No puedes hacer eso!-baja su falda sumamente sonrojada, la leona solo la mira sentada desde el piso.

-¿Por qué no?-se lleva la mano con la que la habia tocado hacia la cara- mira... has mojado mi mano...

 

La castaña de golpe entra a su cuarto y cierra la puerta antes que pueda entrar.

La leona estaba confundida mientras mira la puerta enojada y sin entender.

 

-Me ha dicho que quería dormir conmigo y me deja afuera...

 

Mirando la puerta, casi por instinto, se lleva la mano con la cual había tocado la pantaleta mojada de la castaña a la cara y la huele para después lamerla.

 

-Sabe bien...

 

De pronto la puerta del cuarto se abre lentamente y aparece la castaña algo sonrojada solo con su poleron puesto tapando lo necesario.

 

-Te explicaré todo lo que quieras pero no puedes ir por ahí tocándome- se acerca a ella suavemente mirando a los ojos de la leona que parecía una cazadora por como la miraba.

-¿Por qué no?-la mira sentada en el piso aun y lamiendo su mano.

-Porque... sigh... no hagas eso

-¡Sabe bien!- le saca la lengua- me gusto el sabor... ¿Me dejarías probar más?

-¡No!

-¡¿Por qué no?!- su cola se tensa- ¡yo quiero más!

 

La castaña suelta un gran suspiro y baja a su altura.

 

-Eso que sientes es excitación y deseo

 

La leona solo asiente mientras sus orejas se levantan para escuchar mejor, la mira a los ojos prestándole toda su atención.

-¿Eso es malo acaso?

-No-mira al techo y baja el cierre de su poleron...no usaba nada más abajo-

 

La leona solo sonríe y sus ojos brillan, mientras se relame los labios, realmente deseaba probarla completa.

-Eres muy hermosa...- extiende su mano temblorosa para tocarla.

 

Pero antes de que pudiera siquiera rozarla, la castaña toma su mano poniéndose de pie y la lleva a su cuarto, ella la sigue caminando torpemente mientras su cola se mueve feliz.

 

-¿Vamos a dormir ya???

 

Como respuesta la mayor solo niega y se sienta en la cama y la besa con suavidad tomando una de sus manos entrelazando sus dedos, aprieta suavemente su mano, la leoncita le responde el beso suavemente mientras, por instinto, la va recostando en la cama y poniéndose encima de ella. Suavemente muerde su labio.

-¿Pu... puedo tocarte?

 

La castaña solo asiente un poco nerviosa.

Suavemente con su mano libre recorre su vientre, tocando sus caderas y sube hasta su pecho, donde sus manos más grandes y más suaves juegan recorriendo su pecho.

 

-Tu piel es muy suave... eres realmente hermosa- aprieta con un poco de fuerza su pecho completo.

-Debes tener cuidado con tu fuerza... podrías hacerme daño sin querer


La leona solo asiente mirándola a los ojos, tomando nota mental de cada cosa que le iba deciendo.

 

-¿Dime si lo hago mal si? Quiero... quiero hacerte sentir bien

 

Con la punta de sus dedos comienza a acariciar su pezón, mientras que aprieta su otra mano entrelazando un poco más sus dedos mientras le sonríe.

La mayor no se queda atrás y con cuidado va desnudándola también.

Suelta su mano y la baja hacia su cadera acariciándola, traga suavemente para pasar la saliva que se acumulaba en su boca por tener a la mayor así…

 

-Se me hace agua la boca... quiero lamerte ¿eso está bien?- acaricia su pierna suavemente de arriba abajo.

-Tranquila -besa su cuello dando suaves mordidas de vez en cuando y masajeando su orejita.

Como respuestas a las suaves caricias de la mayor la leona ronronea pero más grave de lo habitual. Suavemente sus caderas se comienzan a mover de arriba abajo sobre ella, su respiración se agita mientras da suaves gruñidos.

De golpe la mayor se da la vuelta quedando encima...sigue besando su cuello mientras masajea uno de sus pechos pellizcando de repente su pezón.

La leona ruge fuerte como un gemido y aprieta sus manos alrededor de su trasero para acercarla más a ella, con uno de sus dedos largos siente la humedad de la castaña por entre la ropa interior.

 

-Te has mojado...

-Tú también debes estarlo....-baja su mano acariciando su cadera y acercándose a su entrepierna para comprobarlo.

 

La leona como si fuera una verdadera pregunta asiente sintiéndose mojada, es que a ella no le podía mentir. Se lleva su dedo a su boca.

 

-Sabe muy bien... ¿puedo probar más?- la miraba con cara de ruego.

 

Sin responder la mayor acaricia su intimidad introduciendo un dedo con mucho cuidado.

Como toda respuesta la leona gime suavemente, en un acto reflejo, lleva su mano a su intimidad y la imita, pero sus dedos son más grandes y más suaves por lo cual puede tocar un poco más adentro cuando la penetra lentamente por instinto su dedo pulgar se pone sobre su clítoris y comienza a moverse.

 

-¡¡Aaahhh!! –la castaña gime más alto estremeciéndose fuerte.

 

Al escucharla gemir sus orejas se ponen en punta y todos los bellos de su cuerpo se paran como si una corriente le hubiera llegado.

 

-Quiero escucharlo de nuevo...- susurra mientras comienza a mover sus dedos de adentro hacia afuera con un poco de fuerza.

 

Con su otra mano toca suavemente su trasero.

 

-Kari… con...con cuidado...aaaahhhh -gemía mas fuerte arqueando su espalda.

 

La leona asiente y como poseída posa sus labios en su cuello y lo comienza a lamer, sus dedos entran más suaves, pero intentando llegar a lo más hondo posible. Su pulgar se seguía moviendo sobre su clítoris haciendo círculos.

La castaña la abraza fuerte y la besa apasionadamente ahogando algunos gemidos que seguramente despertarían a cualquier vecino.

La leona saca sus garras y rasguña suavemente con su mano libre sus piernas, da un giro en la cama para quedar sobre ella y la mira a los ojos.

 

-Tengo el corazón acelerado... y siento que debo decir algo... pero no se que

- Te amo- la mayor acaricia su mejilla mirándola a los ojos.

-Entonces es eso... te amo... ¡te amo!- dice sonriente antes de darle un corto beso en los labios y bajar para comenzar a lamer sus pechos con su lengua grande y rasposa.

 

Suavemente comienza a succionar su pezón ya mojado por su propia saliva, mientras su dedo sigue entrando y saliendo de su interior.

 

-¡Aaaaahhhh! ¡sí! Sigue... ¡sigue así! -temblaba y gemía fuerte brazos los brazos de la leoncita que parecía crecer a cada minuto que pasaba.

 

Lame más fuerte que antes y con su otra mano aprieta su otro pecho, mientras mete su segundo dedo en el interior de María Jesús y los mete y lo saca rápidamente.

 

-Dioses… ¡Kari! ¡Me voy a correr!

 

La punta de su cola comienza a acariciar su clítoris moviéndose en círculos y apretándolo hacia abajo, mete un tercer dedo llegando aun más profundo que antes y moviéndolos más rápido en su interior, sus dedos salían casi por completo para meterse fuerte y profundamente en su interior.

 

-¡¡¡¡Aaaaahhhh!!!! -empezaba a correrse...se queda quieta con la respiración completamente agitada.

 

La leona detiene sus dedos al sentirlos más húmedos que antes, continua lamiendo su pecho suavemente y de modo más lento.

 

-¿Estas... estas bien?- la mira a los ojos y luego mira a su entrepierna- te has mojado mucho... ¿quieres que te seque?

-Sí....por...por favor... - no podía pensar claramente... la castaña nunca había sentido algo así.

 

Baja su rostro hasta su entrepierna y la huele sonriente, saca su larga lengua y rasposa y la pasa desde abajo hacia arriba disfrutando el sabor.

 

-¡Es más delicioso de aquí mismo!

-¡¡¡Aaaahhhh!!!- la única respuesta por parte de la mayor eran gemidos.

 

La lame repetidas veces con su rugosa lengua, mientras sus manos acariciaban sus piernas, su cola se movía de un lado a otro acariciando sus piernas también.

 

-¡No pares por favor no!

 

La mira y se mete su clítoris a la boca para lamerlo durante unos instantes mientras su cola se cuela por su vagina y suavemente la penetra, mueve su lengua sobre su clítoris y su cola comienza a entrar y salir de su interior rápidamente, saca su cola por completo empapada y vuelve a meter su lengua en su interior lamiendo desde su trasero a su clítoris.

Levanta un poco su cuerpo con sus manos en su trasero y suavemente su cola comienza a penetrarla por atrás, mientras su lengua la penetra por delante.

 

-Aa...aaahhhh Kari.... -enredaba sus dedos en su cabello gimiendo su nombre...siente como miles de maripositas recorren su cuerpo de arriba abajo y se corre en su boca sin poder decirle nada.

La leona solo se toma todos sus fluidos como si de una fuente se tratara.

 

-¡Que rico!- sigue lamiendo más.

 

Levanta su mirada para verla mientras continua lamiendo, la pobre castaña después de dos órganos se encontraba bastante agotada para siquiera poder reaccionar solo la miraba sonriente, así que la leona se aparta un poco de su entrepierna y se relame los labios, sube por su cuerpo dejando cortos besos, cuando llega a su rostro lo toma con ambas manos y la besa tiernamente.

El instinto de la leoncita había sido mayor… era como que cada paso ya había sido trazado en su ADN para darle satisfacción a esa joven mujer, que, aunque en un principio se lo negaba, pues había visto desde que era una pequeña, a sentir algo tan fuerte.

Quizá la mayor tuviera muchas cosas que enseñarle a la pequeña, pero la leoncita también tenía muchas cosas que mostrarle a la mayor… sobre todo cuando comenzó a mover las caderas logrando que sus intimidades entraran en contacto y comenzaran a rosarse… pero esa ya es otra historia.

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