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Inesperado

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En aquel tiempo estaba pasando por una mala racha debido a que había quedado desempleado y por tanto apenas si tenía para mi sustento; lo bueno es que mi familia me apoyo y mis hermanos y mi madre me echaron una mano durante esos días difíciles. A pesar de su ayuda yo me sentía muy mal, tan es así que caí en una terrible depresión la cual causo que por un mes apenas si saliera a la calle. Mi familia me vio tan mal que me llevaron al psiquiatra y este por suerte me diagnostico una leve depresión; me mando unos fármacos no tan fuertes y me dijo que una rutina diaria de ejercicios me vendría muy bien. Tengo que decir que nunca fui un gran deportista ni tampoco un hombre vigoroso pero por otra parte yo sabía que el ejercicio es siempre bueno para levantar el ánimo así que a la siguiente semana me levante temprano y tome la rutina de salir a trotar a un parque que estaba cerca de casa.

Le daba varias vueltas al parque caminando a paso rápido, el caminar es tan buen ejercicio como el correr así que me tome las cosas con calma al inicio. Paso una semana y un día yo estaba sentado en una banca del parque, recién había terminado de caminar y me encontraba cansado, estaba bebiendo agua de mi botella cuando mire a mi izquierda y vi que se acercaba una mujer joven la cual traía caminando a su lado a un niño muy pequeño de unos cinco años de edad. Yo la mire más detenidamente y vi que vestía ropa deportiva, de seguro y hacia ejercicio en el parque como tantos otros vecinos de la colonia. Era una mujer más o menos de mi edad, bajita, delgada, de piel blanca, usaba el cabello largo y rizado hasta la cintura, se lo teñía de un color rubio apagado, su rostro era ligeramente alargado y sus ojos color negro eran bellos y vivarachos. Yo la deje de mirar cuando vi que se estaba acercando, supuse que seguiría de largo pero no fue así, para mi asombro se sentó a mi lado y tomo al niño entre sus brazos y empezó a hablar con él. Fue una típica plática entre una madre y un hijo. Yo hice ademan de retirarme pero entonces la mujer me hablo, me pregunto la hora, yo se la di y volví a hacer ademan de retirarme cuando ella me empezó a hacerme la plática. Yo no soy para nada amistoso y mucho menos con las mujeres pues soy bastante tímido pero esta mujer sí que era muy simpática y agradable. Quizás fuera por su voz que tenía un timbre extraño, medio cómico, medio lindo. Su acento era claramente norteño (del norte de Mexico) y esto hacia que su voz sonara aun mas graciosa.

Así se me pasaron los minutos en tan agradable platica, supe que ella se llamaba Claudia y pronto entre ambos surgió una simpatía mutua. A partir de ahí y todos los días que iba a caminar al parque siempre nos encontrábamos en la misma banca y nos poníamos a platicar por varios minutos mientras su hijo se ponía a jugar en el pasto. Fue durante estas cotidianas platicas (que se extendieron periódicamente y durante dos meses) que me entere de mas detalles de su vida; así supe que era divorciada y hacia unos meses se había separado del padre de su hijo, igual supe que ella era maestra de baile y que había venido de Monterrey junto con su esposo e hijo hacia unos dos años. Yo igual le platique varios aspectos de mi vida y yo esperaba que se desilusionara de mi o bien que al enterarse que estaba desempleado ella se decepcionara pero no paso, al contrario, ella se mostraba muy linda conmigo y me aconsejaba cuando le platicaba algún problema mío. Realmente entre Claudia y yo surgió una linda amistad; varias veces me invito a su casa a comer y para que conociera a sus amistades. La mayoría de sus amigos me caían bien o me resultaban indiferentes pero había una amiga de ella que me caía mal; se llamaba Rita y era una mujer joven, muy bajita, morena, igualmente tenía un hijo y justamente venia de Monterrey como Claudia, de hecho ambas se conocían desde niñas y eran mejores amigas, era tal su amistad que entre ambas se llamaban mutuamente “hermana”. Me caía mal pues era vulgar, tenía la “sangre pesada”, además a la mayoría de hombres la tal Rita les atraía mucho pues era muy “chabacana” y en muchas ocasiones se ponía a contar chistes o a alburearse con sus amigos, además la tal Rita tenía un enorme trasero que todos los hombres miraban cuando tenían oportunidad; yo soy un gran admirador de esa parte del cuerpo de las chicas pero a mí no me gustaba el trasero de Rita, me parecía que estaba muy exagerado y de seguro se lo había operado.

Mi vida parecía componerse y ahora con mi nueva amiga Claudia las cosas me empezaban a pintar mejor. Un día después de mi acostumbrado ejercicio matinal yo estaba esperando a Claudia en nuestro lugar de siempre, ella no aparecía por ningún lado y tras unos minutos pensé que quizás no había venido al parque a hacer ejercicio, como ahora yo tenía su número de teléfono pensé en hablarle para ver si estaba bien y cuando justo estaba en eso note que alguien se acercaba, lo que vi me dejo boquiabierto: ¡Era Claudia! Pero ahora lucia diferente, se había cortado el pelo y ahora lo lucia lacio y muy corto, lo teñía de rubio y con las puntas negras, ahora su rostro lucia mas y note lo bonita que era pero al verla más detenidamente me sorprendí aun mas: ¡Estaba increíblemente buena! Lucia un atuendo deportivo muy pegado y esto marcaba sus atributos, yo desde siempre supe que tenia buen cuerpo pero ahora ese corte de pelo y la ropa más ajustada que ahora usaba la hacían verse más sensual, lo que más me gustaban eran sus nalgas, eran simplemente hermosas; eran grandes y paradas, yo al verla me sonroje pues era mi amiga y no debía de pensar en cosas malas con ella… Claudia se acerco a mí con una sonrisa maldosa; parecía estar complacida con mi reacción, con su habitual simpatía me dijo: “¿Y ahora que te paso? Parece que viste a la Shakira o a una de esas viejas buenotas, estas todo colorado, ¿hace mucho calor, verdad?” Y la mire y note su sensual cuerpo sudando, yo no supe que decir y solo le sonreí. Aquel día concluyo así, platicamos y después nos despedimos.

Los siguientes días fueron similares, yo me sentía muy afortunado de ser amigo de una chica tan hermosa como Claudia y ella parecía divertirse de lo lindo turbándome. Yo me conformaba solo con mirarla y con tenerla cerca pero Claudia tenía otros planes…Pasaron dos semanas desde su cambio de look y un día ambos estábamos en nuestra banca, habíamos platicado largo y tendido por varios minutos hasta que de pronto note que Claudia se ponía algo nerviosa, saco sus lentes de sol y se los puso, me miro y me dijo: “¿Vienes a mi casa? Sirve y comemos y tomamos algo por que con este calor ¡Ufff!” Yo acepte, como ya dije eso no tenía nada de anormal así que nos dirigimos a su apartamento que estaba cerca del parque. En el camino ella me fue diciendo: “Tu me caes de poca madre, eres un buen hombre, no te metes en broncas con nadie, eres muy responsable, tranquilo, ojala y un día encuentres a una mujer que te ame mucho, te lo mereces; eres el mejor amigo que haya tenido.” De forma espontanea me dio un beso en la mejilla, le sonreí y se lo agradecí; yo no me sentía mal ni nada parecido por lo que había dicho, no me pesaba estar en la “Friend zone” y por tanto no tenia expectativas con Claudia, se me hacía imposible que una mujer tan hermosa y llena de vida como ella se fijara en mi para ser algo más que amigos. Entramos al edificio en donde ella vivía y subimos a su apartamento, yo entre con confianza pues había estado ahí muchas veces, me senté en la sala y ella trajo unos vasos con agua. Se me hizo raro no ver ni oír a su hijo y le pregunte donde estaba, ella contesto que no estaba, se lo había encargado a su abuela para que lo cuidara un rato. No se me hizo raro y bebimos agua y seguimos charlando. Pasaron unos minutos y se me hizo raro que no se levantara a preparar algo, parecía como si tratara de decirme algo pero no se atrevía. De pronto ella me miro fijamente y me dijo: “¡Ayyyy, no, este no es mi estilo! Yo soy de decir las cosas así directas y no dar tanto rodeo. Dime, ¿te gustaría coger conmigo?” Yo me sorprendí tanto que escupí ruidosamente el trago de agua que estaba tomando; Claudia se carcajeo al ver mi reacción y yo la mire sorprendido, le dije: ¿Hablas en serio? Ella me sonrió y me dijo: ¡Ay, si, es verdad! ¿Qué, a poco soy chorera? Tu sabes que yo soy bien ley, no me gustan andar con mentiritas ni jueguitos, ¿Entonces que, le damos gusto al cuerpo?” Yo estaba tan impresionado que sentí que me iba a desmayar, le dije que no traía condón y ella se rio, me dijo que no me preocupara, que ella tenía, me dijo: “¡No, mijo, si yo soy mujer precavida! Si ya lo tenía todo planeado desde hace varios días, ¿Pues qué creías? Si te traigo ganas desde hace tiempo”. Yo me acerque a ella y la comencé a tocar, ella correspondió a mis caricias y me tomo de la mano, me llevo a su habitación y una vez adentro la comencé a manosear, mis manos recorrían su bella anatomía, toque a placer su breve y trabajada cintura y por fin mis manos fueron a sus nalgas, ¡estaban bien duras, justo como yo lo imaginaba! Claudia no estaba ociosa, me lamia el cuello y me decía al oído: ¡Mhhhh! ¿Le traías hartas ganas a mis nalgas, verdad? Si, si yo sé cómo me miras, nomas porque tú no te animabas pero si alguna de esas veces me hubieras dado un buen agarrón de culo para quitarte esas ansias de nalga yo no te habría dicho nada, para eso somos amigos, ¿no crees? Yo le sonreí y poniendo en práctica su filosofía le quite los leggings color negro que usaba y vi que traía una tanga de hilo dental color negro la cual separaba perfectamente los enormes cachetes de sus blancas nalgas, admire a placer su hermoso trasero, la piel de sus nalgas era tersa y blanca, yo me agache y bese, lamí y mordí sus nalgas. Ella reía de gusto al sentir mis sucias caricias, luego con mis dientes le quite su hilo dental y ante mi apareció su coño, me sorprendió mucho pues lo tenía velludo.

Mire con curiosidad su vagina y ella pensó que no me agradaba, me dijo: ¡Oye, mijo! ¿No te gusta mi peluche? Yo negué con la cabeza y en vez de decirle algo se lo demostré con acciones, acerque mi rostro y aspire profundamente el olor a sudor que emanaba su coño velludo, aquel olor fuerte me excito aun mas, fue como una suerte de reacción química en mi cuerpo, le lamí el coño a placer, lamí sus labios vaginales, su clítoris y sus vellos, ningún rincón de su panocha quedo sin ser lamido y ella estaba que no cabía de gusto, emitia gemidos que parecian ronroneos. Me tomaba por la cabeza y me animaba a seguir lamiéndola. Así estuvimos unos minutos hasta que ella se separo de mí, me desnudo y se hinco frente a mi entrepierna, miro mi pene el cual ya estaba bien duro y al verlo dijo: ¡Mhhh, tienes verga de verdadero macho! Así toda prieta y gruesota y con esos vellotes gruesotes, ¡Mhhhh te huele a puro hombre! Saco un condón que tenia debajo de la cama y me lo puso con la boca, me miro y me dijo: ¡Lo siento mijo, pero ya quiero que me cojas! Para otra vez te doy una buena mamada. Ella se recostó de lado animándome a que me recostara junto a ella, abrió sus piernas, quería que la penetrara de “cucharita” yo al ver sus tremendas nalgas casi volé junto a ella y me dispuse a penetrarla. Cuando justo iba a meterle mi verga oímos como sonada el timbre; ambos nos miramos y yo me enoje; ¡Pinche timbre! Claudia igual estaba muy enojada, esperamos a ver si dejaba de sonar el timbre de la puerta, a lo mejor era algún vecino o algún vendedor y que tras tocar unos instantes de seguro se iría. Pero no, ahora no solo tocaban el timbre sino que tocaban la puta puerta, yo a cada instante me enojaba más y más. Claudia estaba igual muy enojada. De pronto y para acabarla oímos una voz de mujer que gritaba: “¡Claudia, Claudia, hermana, hermana! ¿Estás ahí?” Al oír esa voz sentí que me moría de puro coraje y de la frustración que sentia; era su amiga, la tal Rita. Yo pensé: “¡Pinche vieja culera, aparte de que la odio ahora la muy puta viene a cortarnos la inspiración! Ahora la odio aun mas.” Al oír la voz Claudia se levanto y se puso una bata, dijo: ¡Ayyyy, pinche Rita, a la muy cabrona la deberían de bautizar como la inoportuna! Espérame mijo, voy a abrirle y haber si puedo correrla lo más pronto posible, tu quédate aquí y no hagas ruido, mientras imagina lo que te espera cuando vuelva. Me dio un beso antes de irse y me guiño un ojo, mientras salía del cuarto meneo sus tremendas nalgotas de forma muy sensual y yo en mis adentro maldije aun mas a Rita. Yo me quede recostado en el cuarto, no me vestí pues Claudia de seguro vería la forma de deshacerse de su amiga y en cosa de minutos volveríamos a estar a solas para seguir con lo nuestro. Yo oí como Claudia abría la puerta y escuche la desagradable voz de Rita. Como ambas eran norteñas hablaban muy fuerte, casi a gritos, pero a pesar de ello no entendía mucho. Así pasaron unos minutos, oía y oía sus voces, yo pensé que la cosa se complicaba, ahora hasta mi Claudia ya se había emocionado con la plática de Rita, supuse que hasta quizás ya se había olvidado de mí.

Yo me distraje pensando en el cuerpo de Claudia y pensando en lo que me había perdido por culpa de la tal Rita. Pero entonces un inusitado silencio me saco de mi mente, se oían murmullos y no sé por qué en ese momento me dio mala espina. Después a los murmullos los acompaño una serie de risitas…A cada momento que pasaba sentía miedo…Pensé en huir, pero esto era imposible ya que estábamos en un cuarto piso y no habían escaleras de emergencia ni nada parecido, estaba atrapado en la habitación de Claudia. Trate de tranquilizarme, no tenía nada que temer, a lo mejor solo estaban hablando de cosas muy intimas de ellas que no deseaban que escuchara, quizás muy pronto Rita se iría y nos dejaría a Clau y a mí a solas. Pero todo mi optimismo se derrumbo como un castillo de arena arrasado por una ola; escuche como las voces se acercaban acompañadas del ruido de unos pasos. Mi instinto fue el de taparme con la cobija, pensé en vestirme pero ya era tarde, mi ropa estaba al otro lado de la cama; maldije mi mala estrella y al mismo tiempo abrían la puerta. Entro Claudia acompañada de Rita, mi amiga me miraba sonriente mientras Rita me miraba con cierta suspicacia. De inmediato Clau noto el estado de nerviosismo que tenía y me dijo: Oye mijo, ¿me haces un paro? Acá mi comadre necesita una buena cogida, es que desde hace unas dos semanas que nomas nadie le hace el favor, ¿lo harias por mi? Es que esta pinche Rita es bien caliente, si pasa una semana sin que le den verga ya se pone toda loca. Claudia solto una carcajada, Rita igual se rio pero lo que mas me sorprendió fue que no negó nada, se limito a mirarme y de pronto se comenzó a quitar la ropa. Ni siquiera me dejaron contestar, Clau se quito la bata y quedo desnuda mientras Rita se quedo solo en ropa interior, traia lencería color rojo, note que era menos atractiva que mi amiga, su piel era morena, aunque era acinturada no tenia ni de lejos el cuerpo de Claudia y aunque sus nalgas eran enormes se notaba que se las había operado, hasta pude ver las cicatrices de la operación. Rita se acerco a mi y me quito la sabana, yo me había vuelto a excitar al ver a mi amiga pero a la tal Rita no le importo, al ver mi pene abrió los ojos y sonrio maliciosa, dijo: ¡Uyyy, tu amigo esta chiludo! Justo como me gustan, ahora me voy a comer este chile. Y sin pedir permiso agacho la cabeza y me la comenzó a mamar, yo ya me había quitado el condon y pude sentir la boca de aquella morbosa mujer dándome sexo oral; Rita me caia muy mal y no estaba disfrutando mucho de su felación; por suerte Claudia se había recostado a mi lado y yo la abraze y me entretuve la viendo sus rosados pezones. Mi amiga me trataba de forma muy linda, acariciaba mi cabeza y me sonreía de forma dulce, mi mano busco su trasero y se lo apreté, a cada una de mis caricias ella me correspondía con sus espectaculares sonrisas y con sus mas lindas miradas. Mientras y en contraste oia los ruidos sucios y puercos que Rita hacia al mamarme, mi pene es grueso y cabezon pero a pesar de que aquella sucia y vulgar mujer apenas podía meterse mi pene ella abrió su boca al máximo y se lo metió hasta la mitad, lo mantuvo asi unos segundos y luego lo saco de su boca, estaba toda roja y con los ojos llorosos por el esfuerzo, me miro y como yo estaba embelesado con Claudia ella pensó que me había gustado la mamada que me había dado (y que para ser sincero no había sentido gran cosa) Rita me sonrio pero su cara y sus gestos me parecías toscos,  feos y abominables en comparación con mi amiga Claudia.

Pero Rita no parecía notarlo, se levanto, se quito la lencería que traia puesta y vi que su coño estaba totalmente depilado, era un coño común y corriente,  Rita me miro y dijo: Bueno, pues ahora si cena pancho, con tu permiso hermana y a tu salud. Sin pedir permiso se subió encima de mi y asi sin condon se sento encima de mi pene y de un solo golpe su fea pucha se trago mi verga. Yo trate de no pensar en nada pero Rita comenzó a darse sentones duros. Gemia  y gemia, yo solo miraba a mi amiga Claudia y buscaba el refugio que era para mi sus ojos, ella me sonreía y me besaba, se veía feliz de ver que yo estaba quitándole las ganas de sexo a su mejor amiga. Lo mas demencial del asunto era que Rita lo estaba gozando sin igual, su coño se mojo al instante, yo solo estaba ahí acostado, con el pene parado y ella era la que hacia todo. Rita se agacho y lamio mis pezones y luego me beso en el cuello, dijo: ¡No mames Claudia! Tu amigo está bien rico, su verga esta deliciosa, en buena hora vine a tu casa, si no de lo que me hubiera perdido. Por toda contestación Clau le sonrió y le dio unas nalgadas a su amiga, Rita se rio y se comenzó a dar sentones duros y rapidos, la mujer me estaba dando una tremenda cogida, hasta ya estaba empezando a sentir rico. Rita no paraba, se daba sentones y entonces ahí yo reaccione, fue instintivo, de pronto empecé a mover mis caderas hacia arriba y se escucho como mis huevos chocaban contra el feo y prieto coño de Rita, sentí como mi verga expandía el coño de la vulgar mujer; mis embestidas junto con las de ella hacían que mi verga la penetrara al máximo posible. Ella abrió los ojos al máximo y grito, gritaba y gritaba muy fuerte, lo hacia de puro placer. Claudia nos miraba y le daba nalgadas a su amiga animandola a no detenerse, le dijo: ¡Ande, ande, pinche zorra! ¿No que ya quería verga? Pues ahora que tiene una en su pucha tráguesela toda, así como lo zorra que es. Rita entre gritos se vino, sentí como su panocha se estrechaba y se mojaba, yo le hundi mi verga lo mas que pude y ella jadeante se bajo de mi y se quedo recostada, casi como si se hubiera desmayado, de pronto Clau se levanto, se puso de perrito y me dijo: Bien, es mi turno, ¿todavía te quedan ganas mijo? ¿o ya se te acabo el gas? Como ya dije no soy un atleta y en verdad estaba todo sudado y jadeante pero al ver a Claudia asi empinada y oírla decirme eso me excito muchísimo, yo de un brinco me levante, me puse detrás de ella y ¡Zas! De un solo golpe le metí mi verga en su velludo chocho. ¡Uffffff! ¡Estaba apretado! Se sentía riquísimo, yo estaba en la gloria, ¡Al fin Clau era mia! La tome de la cintura y la comencé a coger asi con fuerza, yo mire sus tremendas nalgotas, ¡Estaban durísimas! El ver como sus nalgas rebotaban contra mi panza me excito muchísimo, yo la estaba penetrando tan fuerte y tan rápido como podía, oia como mis huevos chocaban una y otra vez sin parar contra el peludo coño de Clau, ella gritaba como loca, puso sus ojos en blanco y casi al instante se vino, en verdad era muy caliente, sentí como su coño se mojaba y yo no me detuve, la seguí cogiendo una y otra vez, me decía: ¡Ayyyyy, no pares, no pares, cógeme así, soy tu puta, cógeme sin parar, ayyyyy! Era un sueño para mi el ver a la hermosa Claudia así gozando conmigo. Le di varias nalgadas y le dije: “Asi te quería tener, puta caliente, siempre soñe con tenerte así de perrito y cogiéndote como si fueras una ramera.” Ella se rio y me dijo volteando a verme: ¡Eres bien caliente! Ya te hacía falta, ¿o no? Un buen par de panochas calientes, gózalo, papucho” De pronto Rita se levanto, nos miro con cierto recelo y me dijo que quería mas, Claudia se rio y dijo: ¡Pinche zorra, no mames! Ya te dio una cogidota y ¿quieres más? Cabrona  insaciable, con razón tu ex no te dio el ancho. Rita se carcajeo y se puso de perrito, no me quedo de otra, la tuve que penetrar.

Habia una gran diferencia entre el dulce coño de Clau y la fea panocha de Rita, yo la cogi con fuerza pero me inspiraba al ver a mi amiga abierta de piernas masturbándose; Rita no lo notaba, ella solo gemia y gritaba insaciable pues quería mas y mas. Asi estuve varios minutos penetrándola hasta que Rita me volteo a ver y me dijo: ¡Oye! ¿Y que tu no te vienes o que? ¡Que aguante tienes! Yo ya estoy toda seca y tu con la verga bien parada y como si nada! Yo le dije que ya quería terminar, Claudia nos miro y me dijo: esperate mijo, todavía no, deja y nos acomodamos para que nos des tu leche. Rita y Claudia se hincaron frente a mi. Yo por puro instinto apunte mi pene hacia Claudia, no tenía la menor intención de darle mi leche a Rita así que apunte hacia el rostro de Clau, ambas abrieron la boca y cerraron sus ojos, yo aproveche esto y apunte directo a Clau y solte mi descarga, la mayor parte cayo en el rostro de Clau pero de pronto Rita hizo a un lado y de un empujon a Clau y dijo: ¡Oyeeee,  Clau! ¿Y yo que? A mi me toca mas de su leche. Yo me sorprendi tanto de su reacción que no pude hacer nada, le cayo un poco de mi semen a Rita y con su boca me dio unas ultimas mamadas para sacar el que quedaba. Claudia se rio y se comio el semen mientras se limpiaba el que tenia en el rostro, la golosa de Rita se había tragado todo el que le había dado y miro con envidia a Claudia, le dijo: ¿Ves? Pinche zorra, te lo tragaste todo, para la otra me toca a mi todo ¿eh?. Ambas se rieron y se pusieron a hacer bromas y reírse. Yo me recosté y disimuladamente busque mi ropa, no deseaba seguir ni un momento mas en ese lugar, lo sentía por Claudia pero era lo que deseaba en ese instante: irme de ahí. Me vesti como pude y entonces ambas mujeres se dieron cuenta; Rita me miro con un dejo de decepcion y Claudia me sonrio amablemente, me disculpe con ambas y sin mas despedi.

Creo que Clau Noto mi incomodidad y por eso no dijo nada ni esa ocasión ni en los siguientes dias; de hecho nunca jamas comento nada al respecto, creo que comprendio que a  mi no me habia gustado el estar con Rita y por ello nunca mas volvio a tocarse el tema. De hecho jamas volvi a pasar un momento a solas con ella; Claudia a las pocas semanas consiguió una nueva pareja y aquel tipo resulto ser muy celoso por lo cual nuestra amistad se rompio, de hecho ella a los pocos meses se mudo de su apartamento y nunca mas la volvi a ver y en cuanto a Rita…Ella me insistio e insistio una y otra vez que lo volvieramos a hacer pero yo nunca quise; después ella se consiguió una nueva pareja e igual nunca mas volvi a saber de ella. Pero en mis recuerdos siempre va a quedar ese extraño trio y tambien me queda esa frustración de nunca haber podido tener para mi solo a Claudia.

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