Nuevos relatos publicados: 13

Comenzando a disfrutar mi vida

  • 12
  • 22.402
  • 8,60 (25 Val.)
  • 1

Hola mi nombre es Lina, les escribo desde Colombia, donde vivo hace ya dos años. Me anime a escribir este relato porque necesito desahogarme, pues esto que ustedes leerán a continuación no lo sabe nadie.

Comienzo por describirme y contar mi situación, Soy Rubia de estatura media, Piel blanca, unas piernas largas, una cara muy linda y Juvenil a la vez tierna (eso dice mi novio), una cintura delgada y unas caderas bien torneadas, un culo bien parado y redondo, unos senos de mediano tamaño pero firmes, es decir una figura muy proporcionada, en la actualidad cuento con 23 años de edad.

Todo comenzó cuando me vine a vivir a Cali procedente de la ciudad de Medellín donde tenia un novio llamado Eduardo. El cual amaba con todo mi corazón, llevábamos una relación maravillosa, no era muy atractivo pero tenia una personalidad excelente; fue mi primer hombre y mantuvimos relaciones sexuales frecuentemente y lo disfrutaba mucho, pensaba que era lo mejor que podía experimentar.

Cuando nos separamos sufrimos mucho pues la distancia era enorme y nuestro amor estaba casi en la cima. Hablábamos por teléfono y fantaseaba con él, hasta me masturbaba escuchando su voz e imaginaba su lengua metida entre mi húmeda vagina. A pesar de los enormes deseos sexuales que mantenía ni se me paso por la cabeza ser le infiel, pues la verdad tenia muchos admiradores que me invitaban a salir, pero yo no accedía.

Durante el primer año conocí mucha gente y sobre todo hombres que querían comerme con su mirada, pero yo seguía pensando en Eduardo. A pesar de que algunos de esos chicos me parecían atractivos.

Para un comienzo de año Eduardo me llamo y me dijo que vendría a visitarme. Esto me emociono demasiado pues lo podría tener entre mis brazos y piernas otra vez.

Cuando lo vi me paso de todo por la mente, el corazón se me quería salir, así que lo bese y abrace desesperadamente, quería que ese momento no terminara.

Durante su estancia en mi casa no pudimos hacer mucho pues mi madre vivía pendiente de nosotros, aunque a veces nos acariciábamos mientras nos besábamos.

así pasaron 5 días hasta que llego la hora de partir para Eduardo. Esa noche lo lleve hasta la terminal de autobuses y mientras esperábamos, conversábamos cosas triviales, hasta que él interrumpió el momento y me pregunto

Has tenido relaciones sexuales con alguien en este tiempo?

De inmediato le respondí que no

Y en ese momento me invadió una duda; no sabia si devolverle la pregunta pues no me imaginaba lo que podía causar en mí una respuesta afirmativa de él. Pero no me podía quedar con la duda así que le pregunte y él algo nervioso me respondió que sí, algunas semanas atrás había tenido sexo con una de mis amigas con la que también hablaba mucho por teléfono.

Esa respuesta me partió el corazón, me fui para mi casa y toda la noche estuve encerrada en mi cuarto llorando y lamentándome de todo lo que había perdido por pensar solamente él. Así que a las 4 de la mañana decidí darle una vuelta total a mí vida, y disfrutar de todo aquello que había perdido, necesitaba desesperadamente cogerme otro hombre.

Me convertí en una mujer extrovertida, todo lo que hablaba le ponía sentido sexual, mis gestos eran muy insinuantes. Los vecinos y amigos estaban sorprendidos por ese cambio radical de niña tierna a una puta en potencia.

Fue así como Rudiar un atlético joven que siempre me molestaba se interesara más en mí. Comenzó a perseguirme y yo le daba motivos para que se ilusionara.

Un día en la mañana mientras me bañaba sonó la puerta yo me rodee una toalla muy corta que solo tapaba la mitad de mis tetas y escasamente cubría mi rasurado coño.

Salí a abrirla cuando me di cuenta que era Rudiar que buscaba a mi madre todas las mañanas cuando yo salía a trabajar, pero esta vez ella no se encontraba en cambio estaba yo, lo que fue una sorpresa para él.

Abrí la puerta él me quito la toalla con la mirada pues me veía con unas ganas impresionantes, le dije en un tono de regaño porque buscas a mí madre cuando yo no estoy.

Él con una sonrisa maliciosa me dijo "eso es un secreto entre ella y yo"

Secreto que después averigüe y que en otra ocasión les contare.

Le pregunte si quería un café y el sin despegar la mirada de mi coño dijo que si.

En ese momento pensé que era la ocasión perfecta, pues el chico no estaba nada mal incluso mejor que mi novio Eduardo.

Entonces me le acerque mirándolo a los ojos (él estaba sentado), de caer la toalla enfrente de él y le puse mis tetas en la cara, él se estremeció y me dijo:

Ooooohhhh Lina estas muy buena, por fin se me cumplirá mi deseo, si supieras todas las pajas que me hice pensando en ti.

Y comenzó a chupar mis pezones que estaban muy erectos, y con la mano tocaba mí concha. Yo me estremecía de placer pues él no cesaba de morder, chupar y besar mis tetas de arriba abajo, mientras me introducía los dedos.

Entonces me levanto y llevo a la pieza donde se encerraba con mi madre, me tendió en la cama y separo mis piernas, paso lentamente su lengua por mi clítoris y con sus manos amasaba mis tetas, me chupo la concha como por 15 minutos mientras decía:

¡Es lo más delicioso que he probado en mi vida¡

entonces yo reaccione y le baje el pantalón donde traía una verga muy dura, me la metí en la boca y la mamaba sin parar mientras él me metía tres dedos en la concha, estaba en la gloria hacia mucho tiempo no tenia sexo y eso fue genial, sentí por lo menos tres orgasmos.

Nos separamos él me ubico en cuatro y me la empezó a meter de solo sentir algo dentro de mí concha me vine, el me bombeaba violentamente y eso me encantaba, Rudiar se demoraba mucho tiempo para venirse no como Eduardo.

Entonces, Rudiar comenzó a meterme un dedo en el culo de inmediato le dije que no pues mi culito era virgen. Metió su lengua por mí culo, lo cual me encanto pues nunca me lo habían hecho.

Me di vuelta y me metí su polla en mí boca y le pasaba la lengua de arriba abajo y él chupaba los huevos. él Dijo "espera" y me tendió de nuevo en la cama y me lo metió todo en la concha ¡Era genial! hizo unas cuantos movimientos cuando me di cuenta que estaba gimiendo demasiado así que lo aparte y sentí algo caliente en mis piernas era su leche derramada, era una cantidad importante.

En ese momento pensé en Eduardo y sentí una satisfacción enorme de haber cogido con otro Hombre. Enseguida nos paramos y nos fuimos a la ducha donde nos echamos otro polvo.

Después de esa experiencia maravillosa los vecinos me miraban con una cara de malicia, creo que el idiota de Rudiar les contó lo sucedido, cosa que a mí no me importo.

Otro día me fui para una fiesta, llevaba un vestido negro corto muy pegado al cuerpo el cual me quedaba fabuloso. Cuando entre en la fiesta fui el centro de las miradas pues resplandecía entre todas las mujeres de la fiesta por mis hermosas piernas largas y ese escote tan sensual.

La fiesta estuvo muy buena, yo consumí mucho licor al punto de sentirme mareada pero muy alegre.

Salí a bailar y me movía muy sensualmente cuando sentí alguien atrás de mí, di la vuelta y era un hombre negro de casi 2 metros de estatura, la verdad nunca me gustaron los negros pero esté fue diferente, pues tenia un cuerpo fantástico, un culo bien parado y una verga que resaltaba en su pantalón y el alcohol ayudo un poco.

Comencé a bailar todo el resto de la noche con él. Su nombre era Juan jugaba fútbol en un equipo de la ciudad. él no se cansaba de elogiar mi belleza y decía que era el hombre mas afortunado de la fiesta.

Cuando estábamos sentados él me puso su mano sobre la rodilla y comenzó lentamente a subirla hasta casi tocar mí concha, yo estaba turbada pero comencé a sentir cosquillitas en mí vientre y me concha se comenzó a mojar.

Cuando termino la fiesta él me dijo que si podría ir con él hasta su casa, yo pensé en mí madre que se enojaría si no llegara a casa temprano. Pero ya era muy tarde e igualmente me iba a regañar.

Así que decidí acompañarlo a su casa, en el taxi él me abrazaba y me besaba el cuello y al bajarnos del taxi nos dimos un beso apasionado, él movía su lengua dentro de mí boca como nunca lo había sentido.

Cuando entramos en la casa sentí ruidos raros, pero no me importo.

Me acostó en su cama y comenzó a pasarme sus manos por todo mi cuerpo, me quito los zapatos y lamió mis pies. Yo estaba que me reventaba, subió mí vestido y me voltio que dando mi culo al aire solo con unas bragas de hilo dental; comenzó a besar mis nalgas mientras decía "que culo tan lindo nunca había visto uno así".

Cuando voltee vi como se quitaba la ropa y como quedaba descubierta aquella gran verga negra. Cuando la vi, mi concha comenzó a sentir unos espasmos, no podía esperar a que me la metiera.

Entonces me quito todo el vestido y quede en bragas, cuando comenzó a chuparme las tetas, sentí unas risas trate de cubrirme cuando derrepente Juan dijo:

Salgan ya muchachos!

Me sorprendí al ver otros dos negros. Juan dijo:

¡Te presento a mis amigos y compañeros de cuarto!

Yo sentía el rostro ardiendo estaba muy apenada, con un tono de enojo les dije:

¡Siempre hacen lo mismo ustedes!

Uno de ellos dijo la verdad siempre traemos mujeres negras pero veo que Juan hizo una gran casería, pues trajo una rubia preciosa.

¡ y con las ganas que tenemos de cogernos una blanca, ya que nunca lo hemos hecho!

Mientras se hacían una paja todos y me miraban con muchas ganas.

En ese momento sentí ganas de salir de ese lugar, pero algo me dijo:

¡Quédate que esto puede ser genial!

En ese momento pensé en Eduardo y el odio que le tenia a los negros (que cara haría Eduardo cuando supiera que me le entregue a 3 negros al mismo tiempo y que me convertiría en su esclava por unas horas).

Esa idea me puso muy cachonda y me relaje y volví a descubrirme. Ellos me tomaron, Juan comenzó a chuparme las tetas, otro corría mí tanga e introducía sus dedos en mí concha y el otro puso su verga en mí boca, estaba tan excitada que tuve mi primer orgasmo inmediatamente.

No podía creer lo que estaba haciendo cogiendo tres tipos al mismo tiempo, nunca lo habría imaginado.

Juan acercó su verga a la entrada de mí concha y comenzó a introducirla lentamente, no era muy gruesa pero si larga, los otros dos me ponían sus vergas en mí cara para que las mamará. Juan la metió toda y comenzó a moverse, yo gemía de placer, no podía creer que a mi concha le entrara toda esa verga tan larga, ellos cambian de posición para que todos me pudieran clavar, al tiempo sentía orgasmos a cada momento.

Entonces uno de ellos me coloco en 4 y comenzó a meterme el dedo en el culo a lo cual del placer que sentía no me opuse. De pronto mire al costado y vi un espejo que refleja la figura de tres negros poseyendo a una rubia, de verdad que era una imagen sugestiva.

Uno de los amigos de Juan puso la verga en la entrada de mi culito virgen, mientras que el otro por debajo me lamía la concha y Juan solo nos admiraba. Entonces sentí un empujón en mí ano y trate de quitarme, pero él sujeto y dijo: "lo vas a disfrutar mucho", trate de relajarme, al comienzo fue horrible pero después fue maravilloso, los tres pasaron por el agujero de mí ano y me encanto.

En un momento nos separamos, uno de los amigos de Juan se acostó y me dijo que me sentara en su verga así lo hice, entonces llamo a Juan y le dijo:

¡ Meteselo en el culo !

esta posición solo lo había visto en las películas y nunca pensé que algún día la haría.

Quedamos como un sándwich, con dos negros arriba y abajo y una rubia en la mitad, tuve por lo menos dos orgasmos mientras me atravesaban la cancha y el culo, el tercero separo mis labios de su amigo y me puso su verga en la boca.

El primero en venirse fue el que estaba debajo, después sentí leche en mí intestino Juan también se había venido y por ultimo sentí leche caliente en mí boca. Estaba tan excitada que me la trague toda algo que nunca hago.

Quedamos tendidos los 4 en la enorme cama y nos dormimos inmediatamente. A la tarde siguiente nos duchamos, les mamé las vergas a los tres y recibí su leche al tiempo quedando toda bañada. Me arregle y me fui a casa.

Hasta acá les cuento mí historia por favor escríbanme y me dicen como les pareció mí relato, perdonen por la redacción, escribí este relato como me salió del corazón.

(8,60)