Era un sábado normal, quedamos para salir y estar con unos amigos y fuimos a un descampado en el cual no hay mucha gente, para beber y estar un rato tranquilos.
Mientras bebíamos había un gran ajetreo de coches que subían, y lo más normal es que, al ser un descampado alejado, fueran para follar.
Dijo mi novia:
-¿De dónde vendrán?
Y la gente con la que estábamos empezó a reírse. Dijo una amiga suya:
-Pues de follar. ¿No ves cómo tienen los cristales, totalmente empañados?
Mi novia cambió la cara y me dijo:
-Jjjj, ya sabemos otro sitio más.
Estuvimos un rato más, tranquilos, bebiendo, fumando los que fumaban, y se hizo tarde (alrededor de las cuatro de la mañana). Nuestros amigos querían irse a casa, así que los llevamos, porque yo era el único que tenía coche.
Mi novia estaba muy cariñosa, y me dijo:
-¿Ya te quieres ir a casa?
-No. ¿Qué te apetece? -le contesté.
Se acercó, me dio un beso y me cogió fuertemente la polla con la mano.
-Podíamos ir al sitio de antes.
-Me parece bien.
Llegamos al descampado, aparcamos y nos pusimos cómodos.
Nos acercamos, nos besamos y empezamos a desnudarnos. Yo tenía aún mis calzoncillos y ella sus braguitas.
Empezamos a acariciarnos cada uno el sexo del otro, y yo, como podía, le comía las tetas y se las tocaba con la otra mano.
-Mmmmm, me encanta como me comes las tetas -me dijo
-Y a mi comerlas -le dije.
Ella buscó mi polla para comerla, despacito, mmm, cómo me gustaba.
Me encantaba, movía la cabeza, de arriba abajo, como se metía la polla entera y succionaba. No podía parar de jadear.
-Ohhhh, ohhh, sigue -decía
-Mmmmmm, que polla más rica.
Ella tenía toda la polla para ella, y empezó a pajearla cerca de la lengua, esperando leche.
Tenía la luz encendida y su cara de guarra me ponía loco.
Le toqué el coño y lo tenía empapado. Le dije:
-Ufff, guarra, como lo tienes
-Sii, fóllamee.
La abrí de piernas y se la metí lentamente. Despacito, luego cada vez con embestidas más fuertes.
-Ohhh, ohhhh, ohhhhhh -mi jadeo iba en aumento.
-Mmmmmm, sigue -el suyo también.
Se oía el sonido y llegar al final. Así estuvimos un rato hasta que dijo:
-Mmmmmmm, fóllame el culo.
La saqué despacito y se puso de espaldas a mí.
Le toqué sus jugos vaginales y se los llevé al culito, chupándoselo también un poquito.
Se estaba empezando a hacer de día, que rápido pasa el tiempo.
-Métemela, pero despacito, no seas bestia -me dijo.
-Vale, tranquila.
Empecé a meterla, era un poco difícil, cuando una gran parte estaba dentro empezó a chillar.
-Aghhhhhh, aghhhh, sácala
-¿Qué pasa? -dije.
-Me duele mucho, sácala y vuélvela a meter.
La saqué despacio y volví a intentarlo. Iba entrando:
-Sí, si, así.
Notaba que entraba toda.
-Sí, si, así, la noto -me decía
Pegué un último arreón y noté que ya estaba dentro.
-Mmmmmmm, sí, me gusta -Me decía
-¿Quieres que acelere? -Respondí.
-Si, si, si, mmmm.
Empecé a embestir, cada vez más rápido, notaba la presión, mmm, era increíble.
-Ohhhhh, ohhhhh -no podía parar de gemir
-Sigue, sigue-decía mi chica.
En ese momento una cabeza se puso en la ventana. Era el típico viejo que se levantaba a las siete para ir a pasear. Nosotros seguimos debido al placer. El viejo siguió palante pero miraba de vez en cuando hacía atrás. No me extrañaba que se hiciera una paja, si allí era todo campo y no había nadie. Pero eso ni nos iba ni nos venía, nosotros seguimos, estaba cerca de correrme.
Cada vez iba más rápido, notaba que le estaba reventando el culo y me gustaba. Veía que me iba y la avisé.
-Ohhhhh, ohhhhh, me corrooo. -le dije.
-Mmmmmm, si, si, córrete en todo mi culo.
Pegué un par de embestidas más y me corrí con todas mis fuerzas.
-Mmmmm, ohhhhhh -que gran gemido pegué.
La saqué, nos abrazamos y nos dimos un beso.
Le pregunté:
-¿Te duele? ¿Te ha gustado?
-Claro que me ha gustado, fiera -contestó.
Nos vestimos y nos fuimos rápido, era ya de día y cada vez había más ajetreo de gente por ahí.
Había sido una gran noche. Además, le habíamos alegrado la mañana al viejo.
Un saludo, Berto.