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Con mi compañera de trabajo y su madre

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Mi nombre es José Miguel y en la actualidad tengo 42 años y mido 1,72 m. Moreno y bien conservado. Lo que les contaré es una de mis experiencias sexuales que viví cuando estuve radicado en la ciudad de San Luis, Argentina por razones de trabajo.

En la empresa que formaba parte trabajaban gran cantidad de mujeres, unas lindas y otras muy lindas esto debido a que en San Luis hay como 9 mujeres por hombre así que era más fácil contratarlas a ellas. Desde un principio puse mis ojos en una chica llamada Lily. Linda cara con unos hermosos ojos color turquesa, un buen busto para una chica de 25 años y por su puesto un gran culo como la mayoría de las argentinas.

Un día saliendo del trabajo me topo con ella a lo que le ofrecí llevarla aceptando de inmediato. La llevé hasta su casa invitándome a tomar un mate, bebida que toman mucho los argentinos, aceptándole la invitación. Ya dentro de su casa aparece su mamá, una dama de unos 43 o 44 años, si la hija era linda, ella era dos veces mejor que su hija, linda cara con los mismos ojos que su hija, un busto que era un bustaso, una cintura de muñeca, un pedasote de culo con unas lindas piernas. Realmente no sabía quién era mejor si la madre o la hija.

Así pasaron varios días en los cuales cada vez adquiría más confianza de ellas las cuales ya me consideraban como parte de ellas. Un día estando en la cocina tomando mate junto a ellas en una amena charla conversando de ellas, de lo solas que estaban y de todos esos temas de hombres y mujeres, Lily se para de la mesa comentando que iría a tomar un baño por el calor que había en el ambiente o por la conversación. Yo mientras tanto seguía conversando con su madre de lo buena que estaba, de los lindos ojos, del lindo busto en fin de su buen cuerpo que era para volver loco a cualquier mortal. De repente apareció Lily que ya se había duchado, cubriendo su cuerpo sólo con una toalla preguntándome ¿te quieres bañar? Respondiéndole ¡bueno, pero en tu baño! A lo cual me dirigí hasta su dormitorio para sacarme la ropa y tomar una buena ducha la cual duro unos 15 minutos, saliendo de ella al dormitorio de Lily encontrándome con ella aún, tal cual la había dejado hace unos minutos.

- Todavía no te vistes, pregunté.

- No, te estoy esperando, dijo ella al mismo tiempo que dejaba caer la toalla que cubría su cuerpo. Me acerqué a ella empezándola a besar, primero sus carnosos labios, su cuello, bajando hasta sus pechos, duros con unos pezones de color oscuro los cuales poco a poco empezaron a ponerse duros, bajé por su cuerpo sin dejar de acariciar sus pechos, la tomé de la mano y la trasladé hasta su cama dejándola caer de espaldas para continuar besando su cuerpo, seguí con sus pechos mientras con mis dedos jugaba con su monte de Venus introduciendo un dedo y a veces dos en su concha, como gemía de placer, me deslicé con mi boca hasta llegar a su concha la cual empecé a besar introduciendo mi lengua en ella comprobando que ya estaba bastante mojada producto del placer que sentía con mi lengua en su concha introduje un dedo en su culo el cual empecé a meter y sacar, por los retorcijones que ella daba me doy cuenta que ya estaba casi lista para un orgasmo, aceleré mi ritmo cuando escucho un gritito de placer que era producto de su orgasmo, entregándome todo su néctar en ese momento. La tomé de las manos sentándola al borde de cama, solté la toalla que me cubría y le dije:

- Ahora hazme lo mismo.

- No sé cómo hacerlo, nunca lo he hecho, me dijo.

- Simple, abre la boca, te lo introduces y con tus labios me empiezas a pajear, lo sacas lo lames y lo vuelves a introducir, si quieres te ayudas con las manos. Empezó a hacerlo pero la verdad que más que placer era dolor lo que sentía ya que sus dientes me hacían daño. Se lo saqué de la boca la giré en la cama poniéndola de cuatro sobre ella y empecé a introducir mi pija en su concha, a lo perrito, dándole con todo, en un mete y saca que ella sabía llevar, cómo gozábamos, estando en esto miro hacia la puerta y veo que está su madre gozando del espectacular, saco mi pija de la concha de su hija y con ella totalmente erecta me dirijo hasta su madre la cual tomo de la mano para llevarla hasta la cama, ella en cambio en vez de seguirme se arrodilla y empieza a hacerme una mamada de esas espectaculares:

- Así se hace hija, le dijo a Lily quien observaba desde la cama, así se hace, le volvió a decir. Realmente lo hacía muy bien, lo tomaba con una mano y se lo metía en su boca apretándolo con los labios, cómo me hacía chillar de placer. Con tres mamadas ya me tenía a mil. Se lo sacaba de la boca, pasándole la lengua, llegando hasta mis huevos lamiéndolos y volviendo a chuparlo. No aguantaba más ya estaba para entregarle toda la leche que su hija no supo sacarme.

- Me vengo, me vengo, le decía y ella aceleró el ritmo para hacerme acabar en su boca y no dejar escapar ni una gota de leche. Lo quería sólo para ella. La verdad que era una diosa chupando.

No satisfecho con esto tomé a la madre la levanté de la posición en que se encontraba y empecé a desnudarla suavemente prenda a prenda dejando en primer lugar sus pechos al aire y cual bebé empecé a chuparlos como si con ello podía devolverle el placer que me había entregado, baje lentamente por torso ya desnudo y empecé a bajarle la pollera dejando al descubierto su bombacha tipo colé que sólo le cubría poca parte de su monte de Venus, suavemente empecé a deslizarla hacia abajo sin dejar de besar cualquier parte de su cuerpo ya totalmente desnudo, era un espectáculo tener a ese par de hembras totalmente desnudas para mí sólo, no sé cuál de las dos era más hermoso su cuerpo. La acomodé al lado de Lily en posición de cuatro y empecé a besarle todo su trasero mi lengua recorría primero su culo y luego su vagina la cual ya estaba totalmente lubricada, mientras hacía esto mi mano no dejaba de acariciar las tetas de Lily quien pacientemente esperaba su turno, la verdad que sólo quería cogerme a la madre.

- Mételo -decía ella- ya lo quiero dentro de mí.

- Aguanta amor, quiero hacértelo con mi boca -le dije.

- Ya no aguanto, qué placer papito, es todo tuyo, dejando escapar todo su placer en mí.

La dejé en la misma posición y empecé a meter mi miembro en su vagina totalmente dilatada, mete y saca, ella seguía gozando, lo saqué por completo y acomodé a su hija justo al lado de ella y en la misma posición metiendo mi miembro hasta los huevos en su vagina se lo metía a una y luego a otra pero siempre me quedaba más tiempo con su madre, era una experta, mientras estaba en una a la otra le metía algún dedo en su culito así fui dilatando y lubricando ambos culos, pero debe decir que más me atraía el culo de su hija el que se veía más apretadito, estando ella ya entregada totalmente a mis juegos cuando le tocó el turno lo apunté a su culito y empecé a meterlo suavemente, primero la puntita lo que le hizo escapar un pequeño quejido pero sin oponerse a lo que le estaba haciendo, al ver esto la madre, se levantó y con su mano ayudó a que se lo fuera clavando todo hasta los huevos empezando un mete y saca primero lento y después más rápidos sus quejidos ya no eran de dolor sino de placer que a mí también me estaba llevando al clímax con mi mano empecé a acariciar las tetas de su madre y con la otra alcance la vagina de Lily era como si tuviera dos penes al mismo tiempo, no duramos mucho acabando ella primero y luego yo sin dejar que saliera ni una gota de semen desde su culo. Fue maravilloso. Después de esto nos fuimos los tres a bañar.

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