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Fiesta de no planeada

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Mi marido me llamo esa tarde, mientras yo estaba en la peluquería, para avisarme de que esa noche cenaríamos en lo de su amigo Lucas. Como hacia bastante que no salíamos solos, llame a mi mama y arregle para que mi hijo durmiera en casa de los abuelos.

Como siempre que nos juntamos con sus amigos, Julian me pide que me vista bastante provocativa, de manera de calentarlos. Es que nos encanta ese juego de miradas, comentarios, pero el no poder hacer nada al estar sus mujeres presentes.

Para esa noche elegí unas calzas grises con una musculosa blanca. Obviamente me la puse sin corpiño y con una tanga Y de esas que me gusta usar en determinadas ocasiones. En los pies me puse unas sandalias de taco bastante altas y arriba un abrigo blanco.

Al llegar a la casa de Lucas, Sebastian y su mujer ya estaban. Ellos también habían ido sin sus hijos, por los que el único nene que estaba en la casa era el hijo de Lucas.

La cena transcurrió con normalidad. Un rico asado con unos buenos vinos. La noche era ideal, aunque para mi gusto estaba un poco fresca como para comer en el jardín.

En un momento, mientras las mujeres lavaban los platos, yo Sali y me acerque a donde estaban los hombres conversando. Sabía que al acercarme empezarían los comentarios de índole sexual. Es que me encanta esa situación y siempre trato de generarlas.

Mientras tomábamos algo los comentarios no tardaron en llegar. Lucas en un momento me dice, “eppa, tenes frio?”, y yo obviamente lejos de inhibirme y sacando pecho le conteste que no, que estaba excitada. En ese momento los tres empezaron a reírse y yo con ellos.

Estábamos los cuatros apoyados en una especie de barra que tiene la parrilla de Lucas. Desde donde yo estaba podía ver a las chicas conversando en la cocina. Mientras una lavaba, la otra secaba. Yo con la excusa de fumar un cigarrillo había salido y me había unido a los chicos. A mi derecha estaba Lucas, enfrente mío, o sea del otro lado de la barra, estaban Julian y Sebastian.

Mientras charlábamos Lucas empieza a decir que las calzas me quedaban muy bien. Sin dar muchas vueltas me levanto un poco la musculosa y le dejo mi cola aún más al descubierto. Aparentemente mi tanga se marcaba a la perfección ya que el comentario de Lucas fue, “hija de puta no podes tener esa tanga”. En eso Seba me da fuego, y para acercarme a él tengo que apoyarme un poco sobre la barra. Se ve que Lucas no se aguantó y tremendo manotazo en el culo me metió. Al agarrarme desprevenida casi pego un grito, pero enseguida me acomode para que pudiera disfrutar un poco más de mi culo. No me quede atrás, con mi mano izquierda enseguida le toque la pija. Ya la tenía dura. Seba empezó a quejarse diciendo que él también quería tocar, pero no había forma de que lo hiciera sin que alguna de las mujeres lo notara. En eso, y viendo mi situación favorable, empiezo a apurarlos diciéndoles cosas como, “ustedes hablan mucho pero después no se animan a hacer nada, etc.”. Los chicos estaban como locos,  pero no hubo tiempo para más, en eso aparecieron las chicas que traigan los cafés. Se acercaron dónde estábamos nosotros y luego nosotras tres nos fuimos a sentar a la mesa.

Las chicas hablábamos de nuestros temas en la mesa, y los chicos seguían en la suya en la barra. Un rato después los chicos empiezan a decir que la noche era ideal para salir, que porque no íbamos los seis a un boliche o bar. Obviamente todas dijimos que no. Que ya era tarde. Además Lucas y su mujer estaban con su hijo. Esto pareció desmotivarlos un poco, pero enseguida, y sin pensarlo bien, se me ocurrió decirles, “porque no salen ustedes solos? Nosotras nos vamos a dormir. Aprovechen”. Al principio se generó cierto ambiente de duda, pero enseguida el resto de las mujeres empezaron a incentivar a sus maridos para que salieran solos.

Los chicos estuvieron hablando entre ellos un rato y enseguida parecieron aceptar.

En un momento me voy adentro al baño, y al salir veo que afuera me esperaba Lucas. No me dio tiempo a reaccionar y me metió nuevamente en el baño. “estas loco le dije”. Pero no termine de decirle la frase que empezó a besarme y a tocarme las tetas. Yo trate de relajarme, pero el miedo de que alguna de las mujeres nos descubriera era muy fuerte. El saco la pija y yo empecé a masturbarlo. Pero quería que se la chupara. No había tiempo y estaba nerviosa. ME agache como pude y empecé a chuparla. Pero enseguida escuchamos un ruido y cortamos la situación. Yo salí primero, pero a pesar de mi temor nadie había notado nada. O al menos ninguna de las mujeres.

Terminamos nuestros cafés, y después nos quedamos haciendo una sobremesa.

Me alejo del grupo y me vuelvo a la barra con la excusa de fumar. Como nadie fuma, salvo Sebastian, el también vino conmigo. Estaríamos a no más de 5 metros de donde estaban todos, y para poder verlos nos pusimos del otro lado de la barra. Como la barra nos tapaba de la cintura para abajo, Sebastian aprovecho y con la mano libre empezó a tocarme el culo. En un momento empezó a tocarme la concha por arriba de la calza. La situación era totalmente excitante. Ahí estaba yo, a escasos metros de la mujer de Seba mientras este me tocaba casi masturbándome delante de todos. Solo una mesada impedía ver que era lo que él estaba haciendo. Mientras esto sucedía la charla fluía amistosamente. Ni bien terminado el cigarrillo me quise quedar ahí. Como pude acomode el culo de forma de que Seba pudiera tocarme aún más. Es más, en un momento aprovecho y logro meter la mano dentro de la calza. Yo apoye ambos brazos en la barra. Estaba disfrutando de una buena paja delante de todos. Para disimular me encendí otro cigarrillo, que fue comentario de todos ya que no suelo fumar mucho. Juli que me miraba desde la mesa enseguida entendió que algo estaba pasando ahí. Seba me estaba metiendo uno o dos dedos hasta que los que estaban en la mesa empezaron a levantarse con la excusa de irse, lo cual obligo a terminar lo que estábamos haciendo. En un momento Seba me muestra la mano disimuladamente y pude notar lo mojados que tenía los dedos.

Yo me acerque a las chicas y las ayude a entrar las cosas del café a la cocina. Luego nos empezamos a despedir.

Supuestamente los hombres habían quedado en encontrarse en 30´ en un bar determinado. En ese tiempo Sebastian llevaría a su mujer a la casa, y Julian haría lo mismo conmigo. Lucas ayudaría a su mujer a ordenar un poco y también saldría para encontrarse con sus amigos.

Ni bien subimos al auto Julian me dice, “te hiciste la canchera, ahora vamos a enfiestarte”. Al principio no entendí, pero enseguida me di cuenta de lo que habían planeado. Los amigos de mi marido se desprenderían de sus mujeres con la excusa de ir a tomar algo solos, pero en realidad lo que irían a hacer era encontrarse con nosotros para tener sexo aprovechando de que estábamos sin nuestro hijo. Cuando descubrí el plan empecé a reírme. Sin quererlo había gestado su plan al decirles que salieran solos. La verdad es que la idea me encantaba. Esta eran las cosas que me calentaban. Ser deseada y que mi marido me entregara no solo para satisfacer sus fantasías, sino también porque sabe que a mí me encanta ser puta.

Julian me explico cómo sería todo. En 30´ nos encontraríamos en una esquina cercana a un hotel donde aceptan a más de una pareja por habitación.

Mientras esperábamos en el auto, se me ocurrió comenzara chupársela a Julian. Es que la situación y la espera ya me habían generado cierto morbo y me sentía súper excitada. Así que sin dar muchas vueltas le desabroche el pantalón y sacando su pija empecé a chuparla. No habré estado más de 5´ que enseguida suena el celular de Julian. Mientras se la chupaba podía escuchar como hablaba con Sebastian indicándole donde estábamos estacionados. No había terminado de hablar que siento como alguien golpea el vidrio. Eran los amigos de mi marido.

Se suben en la parte de atrás del auto y comienzan a hacer comentarios sobre lo que estábamos haciendo. Para agregarle un poco de pimienta a la situación, los calmo diciéndoles que en breve les tocaba a ellos.

Julian arranco el auto y enseguida encaro a la entrada del hotel. El muchacho de la recepción nos asignó la habitación, y como era con cochera privada nos dirigimos los cuatro en el auto a la misma.

Al entrar en la habitación lo primero que hicimos fue pedir que nos manden unas cervezas. Los chicos pusieron música y comenzamos a charlar un poco. En eso Lucas se me acerca y empieza a masajearme el culo como en su casa. Julian se sentó en la cama y contemplaba el espectáculo. Seba aprovecho y se puso delante mío, y empezó a besarme. Estuvimos así unos minutos. Mientras me besaba con uno, el otro aprovechaba y me metía mano por todos lados, y luego rotaban. De a poco empezaron a sacarme la ropa y en breve quede completamente desnuda. Los ayude y ellos también quedaron desnudos en poco tiempo. Los tumbe a ambos en la cama, y arrodillándome en la alfombra comencé a chupárselas. Esas pijas ya las conocía, no eran nuevas para mí, pero esa noche me sentía extremadamente caliente. Mientras se las chupaba Julian se paró al lado mío poniéndome su pija a la altura de mi cara. En algún momento se había desnudado y la tenía totalmente dura. Como pude me las arregle para chupárselas a los tres. Después de un rato Juli se agacho y enseguida empezó a penetrarme. Mientras yo se la chupaba a sus amigos sentía como mi marido me penetraba con fuerza.  Al rato Sebastian se reincorpora y cambia con Julian. Ahora es Seba quien me penetra mientras se la chupo a Lucas. Mi marido se tiro en un sillón mirando y masturbándose. Sebastian comenzó a jugar con uno de sus dedos en mi culo que ya se encontraba bastante dilatado. En eso siento que Lucas empieza a acabar. Enseguida corro mi cara aunque algo termina dentro de mi boca. Una vez que termino de acabar vuelvo a chupársela para dejarla lo más limpia posible. Seba sigue jugando con mi culo mientras me penetra, y en un momento parece tratar de penetrarme analmente. La posición no ayuda y no logra hacerlo, por lo que me acomodo y acuesto totalmente boca abajo en la cama.  En eso me doy cuenta de que Juli se levantó del sillón y es el quien está tratando de penetrarme. No le cuesta mucho ya que usa un poco de lubricante. Después de dos o tres intentos logra penetrarme analmente. Lucas ahora es quien está sentado en el sillón mirando y masturbándose. Veo que su pija esta flácida. Seba está sentado al lado de Julian mirando la escena. Mi marido me penetra lo más profundo posible. Yo no puedo más del placer y con una mano comienzo a tocarme. Al poco tiempo logro acabar. Le pido a Julian que por favor acabe dentro mío. Quiero que me llene totalmente de su semen. Pero cuando esta por acabar la saca y me obliga a darme vuelta. Me levanto y con la mano empiezo a masturbar a mi marido. Su semen empieza a salir y gran parte cae en mis tetas.

En eso Seba ocupa el lugar de mi marido. Me vuelve a acostar, y poniendo un almohadón debajo de mi cintura empieza a penetrarme analmente. Yo vuelvo a masturbarme mientras me penetran. Estoy muy excitada. Me siento la más puta. Hace menos de una hora estaba cenando con las mujeres y ahora sus maridos me estaban cogiendo en un hotel junto con el mío.

De reojo logro ver que Lucas ya estaba nuevamente erecto, y sin decirle nada comienza a acercarse. Me levanto tratando de que la pija de Seba no se salga, pero lamentablemente no lo logro. Lucas se acuesta boca arriba en la cama, y yo me subo encima de él. Con mi mano derecha agarro su pija y enseguida logro que me penetre. Una vez hecho, Seba trata de penetrarme analmente de nuevo, pero se dificulta. Me acomodo y saco la pija de Lucas de adentro mío. Seba logra penetrarme analmente, y enseguida me acomodo la de Lucas. Ahora sí, entre ambos empiezan a sincronizar y yo a disfrutar como loca. Mi marido me mira desde la otra punta de la habitación, y con su celular comienza a filmar y sacar fotos. Yo grito de placer y con cada guarangada que me dicen me excito un poco más.

No se cuánto tiempo estuvimos así, pero yo no quería que terminara. Tampoco sé cuántos orgasmos habré tenido en ese tiempo, pero fueron varios. Podía sentir el gusto a semen en mi boca, y si bien no me gusta para nada el sabor, el hecho de sentirlo me calentaba.

Seba comienza a acabar, y parte de su semen queda en mi cola y otra parte en mi espalda. Yo no dejo de saltar encima de Lucas. Me levanto y dándome vuelta le ofrezco mi culo. Lucas no lo duda y enseguida me penetra analmente. Me duele, pero no quiero parar. Le hago una seña a Julian para que se acerque, y mientras saca fotos y lo tengo parado delante mío empiezo a chupársela. Lucas me pellizca los pezones, que ya me duelen bastante de tanto que me los mordieron o apretaron. Sigo saltando arriba de él. Cuando siento que esta por acabar me levanto y me doy vuelta para que me acabe en la cara y en las tetas. No es mucho el semen que sale, pero es lo suficiente como para encastrarme un poco más el pecho. Con una mano me lo esparzo mientras miro a los tres. Juli está parado delante de la cama con su pija semi dura. Lucas esta tirado en la cama, exhausto, y Sebastian está en el sillón al lado del baño mirando todo.

Yo me levanto como puedo y me voy caminando al baño a lavarme. Me miro en el espejo y tengo semen en el pelo, y algo en una mejilla. Desde el baño escucho como los chicos hablan entre ellos comentando lo que habíamos hecho recién.

Al salir del baño están semi vestidos. Entiendo que todo termino y empiezo a vestirme también.

Entre los cuatro bromeamos de las veces que nos enfiestamos. Mitad en broma, mitad en serio, Julian dice que tiene más sexo conmigo que no su mujer. Seba aprovecha la voleada para decir que no es por la cantidad, pero sí de refiere a calidad conmigo tiene mejor sexo que con su mujer. Me siento una reina. Una puta reina.

Salimos del hotel los cuatro en el auto.

De ahí dimos una vuelta para dejar a nuestros amigos en sus autos.

Juli y yo volvimos a casa, todavía me quedaba atender nuevamente a mi marido.

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