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Nota: El joven de los ojos de miel

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Capítulo 14:

........

Alberto:

Con cada toque, con cada resbalón de las yemas de mis dedos por su cuerpo, su boca se entreabría para dejar salir un cálido suspiro acompañado de un alarido cosquilleante y sometido a la situación que se estaba creando.

-Anoche –Me acercó a sus labios- Estuve pensando en ti –Sonreí- Y fue algo sucio…

Por su cuerpo aún estaba presente la humedad, por cualquier parte que pasaba mis manos era inevitable sentirme aún más excitado. Primero sus brazos, recorrí las ligeras montañas que se formaban gracias a los músculos que poseía. Me dedique a acariciar y comenzar a descender, no solamente en su cuerpo, también en mis pensamientos que se tornaban promiscuos, latentes, carnívoros.

Comenzando a apretar suavemente, recorriendo ahora su cintura, Edel sólo me miraba, estaba en completo silencio. Echó su cabeza hacia atrás cuando acaricia la punta de su pezón con mi lengua, jugando con él, volviéndolo loco.

-¿Por qué me has besado? –Mordí uno de sus labios-

-No lo sé –De nuevo me sorprendió con un beso-

Exquisita textura, sorpréndente suavidad, ardiente deseo el que ambos sentíamos correr por nuestras venas, no sé cómo no pude haberme dado cuenta de lo que este hombre me estaba haciendo, como fui tan distraído para no sospechar ni un poco de sus intenciones. Su espalda estaba contra la pared, mi cuerpo se presionaba contra el suyo y comencé a amasar sus glúteos, duros, firmes y suculentos. Mis dedos se perdían por debajo de su ropa interior, mis manos se esparcían por sus nalgas y querían profundizar en sus entrañas.

Me tomó del cabello, yo de la cintura e hicimos como si el mundo no existiera, solo él y yo. Mi pene babeaba, manchaba aun más mi pantalón, el suyo se sentía a reventar bajo sus finos bóxer.

-Vamos a deshacernos de esto –Jalé la tela y estos se rompieron, dejándome ver su arma, gruesa, larga–

Edel levantó la mirada, después vio mi entrepierna, ni siquiera esperó alguna aprobación y como si de un vicio se tratase, desabotonó mi pantalón, bajó el cierre, y para finalizar deslizó mis pantalones junto con mi ropa interior hasta que los vio caer al suelo. Que mierda, no podía aguantar sin besarlo de nuevo, tal vez era una droga de un solo sorbo, porque sentir sus labios junto a los míos me había encantado, sentir su hombría contra la mía era espectacular, sin palabras, suspiros que tirábamos al aire al momento de sentirnos ahogar.

-Tírate a la cama –Ordené a Edel, él se quedó callado, comenzó a sonreír-

-Obligarme –Me miró desafiante, estaba entiendo su juego-

Tampoco iba a cumplir su capricho, veamos quien aguanta más, quien es más inteligente, porque este alemán cree que puede mejor que yo. Me di la vuelta, ni siquiera dijo nada, pero estaba seguro que me miraba como lobo. Me senté en la cama, él se quedó frente a mí, como a unos 3 metros de distancia, no despegaba ojo, no entendía mi juego, pero pronto tenía que captar, hoy me cobraría tantas que me ha hecho.

Abrí mis piernas para dejarle ver en primera fila como mis huevos se presentaban, mi verga en todo su esplendor le hacía agua la boca. Allí estaba yo, con mi glande escupiendo el presemen que resbalaba en mi tallo.

-Que mal Edel –Llevé una de mis manos a mi pierna- En estos últimos días he estado muy estresado –Me acerqué peligrosamente a mis testículos- Digamos que hay mucha tensión, mucho estrés que tiene que ser liberado –Subí para que uno de mis dedos rosara mi glande- Sería conveniente que quien lo provoco sea quien me ayude a calmarme –Edel estaba concentrado viendo mi mástil ardiendo en llamas-

Enrollé mi mano en mi pene, miré a Edel en todo momento, estaba embobado con mi verga, “Te tengo” fue lo que pensé. Comencé a bajar suavemente, despreocupado subí de nuevo, repitiendo el movimiento una y otra vez, me estaba masturbando.

-Se siente muy bien –Dije entre dientes- Cerré los ojos mientras seguía con el movimiento de mi mano en mi herramienta-

Me imaginé como la boca recorría mi falo, pero ahora lo miraba imposible, ni siquiera se acercaba hacia mí sólo se quedaba mirando, y aunque su erección estaba en imposibilidad de crecer más, lo notaba más caliente conforme pasaban los segundos.

-Owww –Abrí mis ojos, había sentido una cálida humedad en la punta de mi hombría, vaya, era Edel-

El primero toque fue eléctrico, metió el glande a su boca, pude quitar mis manos, me recargué en mis codos sobre el colchón, mis dedos estrujaban la sábana, que mamada me estaba dando este tipo. Al principio fue lento, sentir su boca comerse mi verga me llevó al cielo, casi había olvidado como se sentía de placentero el sexo oral. Bajo hábilmente, pero me enloquecía de la espera, quería que la introdujera toda.

-Tu ganas –Me regaló una sonrisa coqueta, masturbaba mi pene con su fuerte mano, subía y bajaba, por alguna razón no podía correrme aunque quisiera, tenía que aguantar-.

Me puse de pie y lo tiré a la cama, cayo completamente abierto de piernas, que ricas nalgas se llevaba el cabrón. Escupí dos de mis dedos y con la otra mano abrí sus glúteos para dejarme ver esa apertura carnal rosada y apetecible. Acerqué mis dedos y los tallé en su ano, Edel gimió, lo ignoré, venganza dulce venganza.

-Aquí voy –Me hinqué en el suelo, tomé de las piernas al alemán y lo acerqué al borde de la cama para darle el beso negro de su vida-

-Ohhhhhh –Gritó cuando empecé a jugar con la punta de mi lengua en su culo lampiño-

Así estuve unos minutos, lamiendo, saboreando y explorando cada pliegue, cada arruga de su suave y exquisita intimidad, ese alemán era un deseoso de placer, deslicé mi lengua por su perineo, saboreé sus cálidos y suaves huevos, los chupé con deseo, tomé su verga doblándola un poco hacia atrás, le di unos lametones a su glande, suave rosado y muy jugoso, el sabor de su sexo es delicioso y su olor me hacia desear mas, así estuve un rato ordeñando su herramienta sin dejar de atender su rosada entrada, cuando consideré que ya era suficiente volví a salivar su ano para prepararlo a lo que seguía.

El primer dedo entro sin mucha dificultad, escupí su entrada para hacerle resbalar el segundo, después de un suculento y tortuoso masaje, metí tres a mi boca para después introducirlos en su abismo carnal. No hubo problema, ni mucho menos, él gemía como loco, abrazaba las sabanas, no había ninguna discreción, cada vez que gritaba lo callaba con una fuerte palmada en sus nalgas.

-Ahora vamos a darle de comer a ese culo hambriento…

Edel estaba en la punta de la cama, me puse de pie, miré desde arriba su culo bien abierto, ofreciéndolo a mí. Regresé a ver hacia mi pene, saqué algo de saliva y esta fue bajando lentamente hasta llegar a mi glande y con mis manos empecé a esparcirla.

-Abre ese culo –Di una nalgada-

El alemán obedeció y con ambas manos abrió sus nalgas aún más. Me acerqué de tirón y cuando mi glande estaba entrando a la cueva, lo deje caer de golpe.

-Ohhhhhhh –Grito Edel, parecía que se había quedado sin respiración- Ser bruto, eso doler –Dijo entre dientes-

-A ti te gusta hacerme enojar –Di otra nalgada- Digamos que hoy me las voy a desquitar todas y cada una, así que tenemos para mucho-

No dijo nada, parece que se resignó, porque lo vi sonreír emitiendo un sensual ronroneo, aunque yo sabía que lo deseaba más que yo, así que comencé el vaivén, gracias a que su ano estaba lo suficientemente dilatado, no hubo problema. Su culo se comenzó a tragar mi pene casi por completo, los gemidos de Edel era la sinfonía más apreciada en la radio de mi mente.

Coloqué mis manos en su espalda, comencé a sudar, Edel por igual, que más daba, aumenté más el ritmo, quería hacerme sentir completo dentro de él. Me desplomé sobre su espalda, mi cuerpo color oro con su cuerpo color leche se mezclaron en un mete y saca formidable. Estaba exhausto, aun lo seguía follando, lo tomé del cabello y levanté su cabeza para depositarle tremendo beso en los labios, no nos despegamos, seguíamos en acción.

Le di la vuelta, me acosté en la cama, Edel captó pronto y se sentó sobre mi pelvis, tomé mi verga y la metí de nuevo a su culo, que se follara hasta que se colmara de todo el placer que ambos nos estábamos dando.

Su mirada estaba perdida, lo notaba sobreexcitado y montando como buen vaquero sobre mí tranca. El roce de las paredes de su ano con mi pene me volvían loco, estaba a punto de correrme, no podía más, Edel lo notó y comenzó a pajearse frenéticamente y a saltar más rápido sobre mi polla.

-Ohhhhh….. –Gritó, se corrió primero que yo y dejo caer 4 chorros de espesa y abundante leche sobre mi pecho-

-Oh-ohhhhh… -Gracias a los sentones que se dio en mi pene y a las contracciones de su ano fue que pude correrme, derramando y exprimiendo cada gota de semen que había en mi fuente para marcarlo como mío, mío y de nadie más.

Se colocó sobre mi pecho, mis vellos acariciaban su nariz, sus manos acariciaban mis brazos. Mi pene quedo dentro de su ano, y cuando la erección bajo, salió, formando un hilo ligero de semen que unía mi herramienta con su orificio.

-Has aprendido la lección me parece –Besé su frente-

-Americanos tenerla pequeña –Dijo Edel de forma seria, estaba seguro quería otra follada-

-¿A sí?, ahora me las vas a pagar –Dije y me lancé sobre él entre risas para el segundo round-

…………………………….

Carlos:

En los últimos meses las cosas se habían puesto más que bien, en casi todo los sentidos. Desde la plática de Eduardo con su padre, parecía que la vida nos sonreía, ambos sabíamos que no contábamos con el apoyo de su familia, o por lo menos de su padre, mas no sé si su madre estuviese enterada de todo esto.

-¿Estás nervioso? –Eduardo estaba desayunando, me encontraba frente a él-

-No, ¿Debería estarlo?

-Pues hoy escogen al capitán del equipo, y según yo tenía entendido te interesaba mucho ese puesto –Jugué con un pedazo de pan-

-Si me interesa, pero no es algo que me urge ser –Me sonrió- Estoy muy feliz con lo que tengo, y que sea lo que tenga que ser, que pase lo que tenga que pasar…

Estábamos a menos de un mes de terminar el año, y eso conlleva a que el equipo de Basquetbol de la escuela se comience a preparar para los campeonatos, me parecía que iban un poco atrasados, pero nuestra escuela no se conocía por tener el mejor equipo de baloncesto, pero si era respetado por dar buena competencia. Es por eso que Eduardo me manifestó hace unas semanas atrás, que él quería ser el capitán, y ahora me sale que no es tan importante, me sorprende que piense así, y a la vez me alegra.

-¿Luke sigue en el equipo?

-Seguro que sí, pero ya sabes, desde que tu amiga Michelle y él son novios lo veo en cada una de las practicas, y apurado tras ella todo el tiempo.

- Michelle lo ha de cargar estresado con todos sus trabajos, ella es una perfeccionista y no le va a soltar la rienda –Comencé a reír-

-Es muy buena chica, me gusta que sea tu amiga.

Desde que Luke supo que Eduardo y yo manteníamos algo nos trató de mejor manera, lo que siempre quiso fue que saliéramos a una cita doble, pero nosotros nunca aceptamos, aun no estábamos preparados.

-Bueno, me tengo que ir osito –Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla mientras agarraba mi cintura, aun no se nos quitaba esa manía-.

-Suerte con eso, nos vemos en un rato, feo –Besé de nuevo sus dulces labios y salió de la habitación-.

Volví a la mesa a seguir comiendo mi trozo de pan, no podía evitar sonreír, allí solo, en medio del comedor sonriendo como loco, pensando en lo que había pasado los últimos meses que estábamos juntos, los rumores siguen en la escuela pero ninguno de los dos le tomamos importancia alguna. Michelle y Luke casi se matan cada dos días, pero así como rompen su relación, vuelven en tiempo record, no hay quien los entienda. Recuerdo que estábamos terminando un trabajo ella y yo, en eso llega Edu y su amigo Luke todo nervioso, y pues con las idioteces de Luke y el carácter fuerte pero sencillo de Michelle, en menos de 2 semanas ya eran más que amigos, y eso que él se las vio duras para poder conquistarla, una vez le trajo chocolates y lo acusó que la quería engordar.

Lo que me tiene más emocionado es que el año casi termina, Eduardo y yo estamos avanzando muy bien nuestros estudios, no he bajado y Eduardo se ha mantenido de una manera muy admirable, él me dice que lo hace por mí, pero le insisto que lo haga por él, para que en un futuro pueda ser independiente, porque el mantenimiento de nuestros hijos no se pagara solo, y me dice que quiere 3, me va a matar.

……………………..

Eduardo:

Después de meses de entrenar duro, no me preocupaba para nada quien sería el capitán del equipo, los posibles candidatos éramos Austin y yo, aunque pudiese ser cualquiera, todo podría pasar. Va muy bien, incluso he planeado irme con Carlos a pasar juntos el verano, aun no sé cómo le haré pero tengo un plan algo elaborado.

-¿Qué hay hermano? –Se une Luke a mi camino hacia el gimnasio-

-Nada de nada, rumbo a la práctica –Golpeó mi hombro-

-¿Nervioso? –Negué con la cabeza- Que pregunta más tonta, si tienes todas las de ganar, ese Austin morirá de envidia cuando te digan que tu triunfaste –Se burló-

-No se trata de ganar, además somos amigos –Aunque Austin nunca se disculpó por su comentario, lo tomé como una broma de mal gusto y le hable como si nada-.

-Si, como tú digas, pero no seas ciego hermano

-Y tú no seas cizañoso Luke –Lo empujé levemente y este casi cae al suelo- Bueno, ¿Y tú que tienes? ¿No dormiste bien o qué?

-No, Michelle es una máquina de sexo, y estuvimos todo la noche tras la biblioteca haciéndolo, y para eso tu sabes que me pinto solo –Sonrió y me cerró el ojo-

El equipo parecía reunido desde hace un buen rato, pero el entrenador aun no llegaba, me senté junto a los demás, Luke hizo lo mismo y sin esperar una orden comenzamos a practicar, no fue mucho, unos 5 minutos y el entrenador apareció.

-¡Vengan chicos! –Hizo sonar su silbato, rápidamente todos nos juntamos e hicimos una rueda alrededor de el-

Comenzó a dar un enorme discurso acerca de la importancia del equipo, de cómo esto puede abrirnos enormes puertas, y todo ese tipo de cosas que me tenían sin cuidado.

-He visto la calidad de todos ustedes pero hay dos jugadores que son los candidatos perfectos para ocupar el puesto de Capitán del equipo, Eduardo y Austin den un paso al frente –Ambos obedecimos sin chistar- Ustedes chicos son los mejores del equipo, los demás son una bola de mierda –Comenzó a reír, más de un chico lo miró con odio- Es broma chicos, todos tienen cualidades para destacar, pero como equipo, seguimos sobresaliendo por ser tan malos y espero que este año marquemos la diferencia- Comentó para todos, luego se dirigió a nosotros- Los he observado desde el principio y ahora me atrevo a decir que el mejor candidato de ustedes dos es Eduardo….

¿¡Eduardo!? ¡Ese era yo! Estaba seguro que Austin tenía muchas más posibilidades en esto, pero me equivoqué, el entrenador me había escogido a mí, ¿Tendría razón? No lo sé, pero no me importaba, estaba muy feliz. El resto del equipo comenzó a rodearme y a levantarme, pareciese que ya los hubiera llevado a la victoria, pero sólo me hacían  nombrado el capitán del equipo, estaban enloqueciendo.

-Bueno Eduardo, ahora tu estas a cargo de estos incompetentes, confió en que harás un buen trabajo, si no te castro –Comenzó a reír de nuevo-

-Hare todo lo que este en mis manos entrenador…

La práctica ahora si inició, una muy buena energía por parte de todos. Pensar que estaba rodeados por tanto hombres fibrosos, altos y muy atractivos, y que sólo tuviera ojos para mi Carlos que está en casa, para nadie más, es algo confuso, pero ni sé cómo explicarlo. Los pases, las técnicas, las faltas y las canastas, todo se manejó de una muy buena manera, aunque no gracias a mí, sino a todo el equipo, era muy organizado y teníamos buena vibra.

-Chicos, chicos –Nos llamó Austin, el entrenador ya se había ido- Que les parece que para festejar el triunfo de Eduardo organicemos una salida de hombres a un club aquí cerca –Los chicos parecían animados-

-Estamos casi cerca de iniciar los torneos el lunes, hoy es viernes –Dije, pero parecía que no les importara, me tachaban de aburrido, y al final no me quedo de otra que aceptar-.

Se acordó que hoy saldríamos a “Festejar”, estaba a punto de inventar una excusa, pero hasta Luke se estaba animando, que seria, una noche para salir, pero pensándolo bien, no he salido desde hace meses, desde que hice una tontería y discutí con Carlos.

-Será una noche aburrida –Dije a Luke mientras salíamos del gimnasio, no tenía muchas ganas de ir, pero lo haría por darles el gusto-.

-No sé hermano, creo que Austin se carga algo entre manos –Luke bajó su tono de voz y casi me susurró-

-Mira Luke, te callas o te parto la cara, ¿Por qué los animaste aún más? –Quería sumirle un puñetazo, eso lo hubiese dicho cuando todos estaban alborotados por su festejo, no hubiera aumentado las ansias de los demás-.

-Ya pues hermano, sólo quería hacerte sentir mejor, pero si no quieres está bien –Me sonrió-

-Te veo a las nueve en la entrada de la escuela –En verdad que no tenía ganas-

-¡Animo! –Colocó su brazo en mi cuello- Es una noche, no creo que a Carlos le moleste y no te deje ir, solo será un ratito, además, si se molesta, a lo mucho no dejará que le des por un par de días o tal vez él no te dé a ti- Me miró divertido, puse mis ojos en blanco, luego sonrió y comentó- Ah ya hermano, ambos sabemos que tu sólo tienes corazoncito para tu osito –Me sonrojé ante su comentario-

-¡Hey! ¿Quién te dijo eso? –Se me caía la cara de vergüenza-

-Michelle me dijo que así le dices a Carlos de cariño –Se comenzó a reír-

-Ahora son acosadores –Levante una ceja- Mejor te veo en la noche, no te vaya a golpear tu chica, ¡Mandilón! –La risa se le apagó de golpe-

-No seas cabrón Eduardo.

…………………..

Alberto:

Estábamos de nervios Edel y yo, esperando una llamada de Inglaterra, hace unos días atrás el mandó toda la documentación que le pedían, con mi evaluación, mis notas y todo lo bueno y lo malo a lo largo del curso del semestre. Le avisaron que hoy es día para darnos la noticia, estaba nervioso, aunque sabía que lo hice bien y evolucioné de una manera esplendida con la ayuda de Edel, pero mis posibilidades no eran muchas.

El teléfono comenzó a sonar, Edel levantó la bocina, me quedé en silencio y estático, frio, con pánico, observando cada movimiento y reacción que se pudiese dar, estaba temblando, esperaba una respuesta, pero no entendía muy bien lo que decía.

-¿Y bien? –Edel colgó el teléfono- ¿Qué te dijeron?

-Los siento Alberto –Bajó la mirada- Pero tomaron a uno de Canadá para el trabajo, no ser tu elegido.

-Oh… -Me pude calmar, los nervios se fueron y me quedé parado allí nada más, como tonto-

-No preocuparte, que poder volver intentar en unos meses –Trató de animarme-

-Sí, es sólo que tenía muchas esperanzas en esto, además tú te vas en menos de un mes.

-No preocuparte, yo poder venir Alberto, aunque será difícil –Dijo en tono bajo-

-Pero bueno, se hizo lo que se pudo y debemos sentirnos orgullosos –Me acerqué y besé sus labios- Gracias

-No poder con esto –Comenzó a reír- ¡Si te aceptaron americano bobo! –Y me dio un enorme beso que casi y me falta la respiración-

-Necesito aire –Me separé de sus labios y comencé a respirar- ¡Eres un cabrón! –Comencé a golpear su pecho pero no me soltaba- ¡Casi me matas! ¡Estaba triste! ¡Es un tema delicado Edel! –Y este me besó de nuevo para que me callara la boca-.

………………………..

Carlos:

Casi terminaba de limpiar cuando escuché que alguien tocaba a la puerta, salí de la cocina y me dirigí a abrir, mi sorpresa fue de qué se trataba de Alberto y Edel, los invité a pasar, ya me da un poco de pena abrazar a mi viejo, será porque anda con Edel, y pues siento como que es un asalto a su relación, como que no está bien, pero parece que a ellos no les importa.

-¿Y mi abrazo? –Dijo Alberto y se lanzó encima de mí para darme un fuerte abrazo-

-Yo también querer –Comento el alemán y con sus brazos también nos rodeó-

Cerré la puerta y los invité a comer algo, por lo menos una fruta, se sentaron a la mesa y les serví un poco de agua. Me senté frente a ellos, se miraban muy bien juntos, quien iba a pensarlo, que ya casi se matan por un mal entendido al principio y ahora se comen a besos, son un par de tontos, pero admito que hacen muy linda pareja.

-¿Y a qué se debe tanta felicidad? –Los miré curioso-

-A que no adivinas peque… -Ambos se miraron-

-¡No! ¿Enserio? –Me asombré- ¿Pero no es muy pronto para el matrimonio? –Ambos se miraron y sonrieron-

-No niño ojos miel –Dijo Edel- No casarnos, por lo menos no… todavía, ser otra cosa muy importante –Sonrió, Alberto lo miró con cara de sorpresa por ese comentario, pero lo ignoró-

-Mira Carlos, lo que pasa es que me aceptaron en Inglaterra –Se trataba de eso, ahora entendía su felicidad-.

-¡Si! ¡Muchas felicidades! –Me paré de la silla y me dirigí hacia el para darle otro abrazo-

Después de tanto que luchó, y de lo duro que fue entenderse con el Edel, todo salió bien, mi viejo se había ganado un ascenso y saldría del país, me sentía muy feliz, emocionado y la ilusión era obvia en su cara, pero también me sentía triste, lo tendría del otro lado del mundo, sé que apenas tendrá medio año que nos conocimos, pero me da nostalgia imaginarme estar en la escuela sin su apoyo, pero vamos Carlos, que no te vea así, demuestra felicidad.

-Es por eso que te queremos invitar a una cena de celebración el día de hoy, claro, también Eduardo puede venir

-¿Enserio? Pues con gusto iré, solamente le aviso a Eduardo –Sonreí-

-Entonces nos vemos aquí a las 9 peque, ¿Te parece?

-Si, por mí no hay problema, y de nuevo muchas felicidades mi viejo –Alberto me dio un tercer abrazo, me gusta sentir su apapacho, su afecto-

Así como llegaron, se despidieron, que como hoy era día de labores pues por eso se estaban apurando, ya que no querían descuidar las clases, ni mucho menos, tomé la mano de Edel y le di un leve apretón, mi viejo me dio un beso en la mejilla y tallo su ligera barba en mi cuello, haciendo cosquillas, sea como sea, lo quiero mucho.

…………….

Eduardo:

Eran casi las nueve de la noche, ya estaba por terminar, me vestí algo flojo, que no tenía ganas de ir, parecía que tampoco Luke, seguía insistiendo que Austin no es una persona que acepte muy bien las cosas y que se le hace raro tanta amabilidad, no le entendí,  pensé que exageraba las situaciones. Los demás del equipo irían, no quedaba de otra, además que esa celebración era por mi causa, aunque quisiera no podía negarme.

-¿Estás seguro que te parece buena idea osito? –Carlos estaba amarrando la agujeta de su zapato-

-Ya te dije que sí, de todas formas yo estaré en la cena de Alberto y Edel, no te preocupes, que ambos nos estaremos divirtiendo –Sonrió- Sólo acuérdate de lo que hablamos

-Si, como se me va a olvidar, nada de alcohol, lo prometo

-Bien, ahora tienes que irte por que se te hará tarde, como te dije, nos divertiremos, no pasa nada…

-No me cabe duda, pero no sé, no tengo ganas –Me acerqué un poco más hacia donde él estaba sentado-

-Mira si quieres nos quedamos y… -Cuando levantó la cabeza se encontró justo a la altura del cierre de mis jeans-

-Quiero que me hagas un favor antes de irnos –Sobé mi paquete, estaba más que excitado-

-No Eduardo, ya estamos listos, perderíamos mucho tiempo –Trató de pararse de la silla pero lo detuve colocando mi mano en su hombro-

-Fácil –Bajé el cierre pero no desabotoné el pantalón- Tú me haces un cariñito por un rato, y para no perder tiempo –Saqué mi verga por la pequeña apertura- Sólo sacaré mi pene y mis bolas –Con un poco más de dificultad salieron mis testículos- Y te regalo un poco de la dulce esencia de mi amor por ti, pero sin dejar ningún rastro –Sonreí- ¿Qué te parece?

Parece que le gustó la idea, pues sólo me miró con cara de resignación y se metió el glande a la boca, comenzando a succionar lentamente, sabia como volverme loco este cabrón, noté sus labios cubrir lentamente el tallo de mi verga, su lengua se dedicaba a jugar con la boquita del glande, lamiendo y saboreando como solo él sabía hacer.

-Sí, así bebé –Lo tomé de la cabeza-

Carlos comenzó a subir y bajar ahora con más velocidad, cuando casi sacaba mi verga podía notar la pequeña capa de saliva que marcaba el camino que su boca había recorrido, y cuando la metía casi por completo lograba emblanquecer mis ojos de placer. Lamió más de una vez mis bolas, dando lengüetazos y chupando cada una de ellas de vez en cuando. La sacó por unos segundos, levantó la mirada, y mientras me masturbaba mordía sus labios.

-Sabía que te encanta, eres un pequeño goloso –Apreté su mejilla- Saca toda la leche de tu biberón –Y lo dirigí de nuevo a mi pedazo de carne-

Después de pocos segundos de acción, llegué al orgasmo, como le había dicho, Carlos no se separó de mi ningún instante, estaba tragando cada gota que le ofrecía, subía y bajaba aun sabiendo que me estaba corriendo, y cuando por fin termine la sacó de su boca, por la comisura de sus labios chorreaba el preciado néctar, mientras seguía lamiendo el glande, para después relamer todo el tronco y terminaba dando intensos y sonoros besos en la corona, en el frenillo y en la boca del glande, con sus manos no dejaba de acariciar mis bolas y todo alrededor.

-Eduardo –Tocaban la puerta, era Luke, pero sí que madrugaba este tipo-

Ninguno de los dos dijo nada, Carlos acomodo sus lentes y se puso de pie exaltado, yo como pude metí mis bolas, mi pene a su lugar, el maldito cierre no quería subir. Escuché que la puerta se abrió de golpe.

-Lo siento Eduardo pero es que…. –Carlos y yo volteamos a ver, que situación, yo con mis manos en mi entrepierna y Carlos ayudando a subir mi cierre-

-Luke, que impertinencia la tuya, hubieses esperado –Dijo Carlos algo avergonzado-

-Tienes algo ahí Carlos –Y Luke rasco sus labios, le indicaba que tenía algo en el rostro, yo lo voltee a ver, ¡Era semen! – Creo que es yogurt –Comento Luke, parecía perdido en la situación y Carlos se sonrojó-

-Sabes que Luke, ya vámonos –Pude subir mi cierre y lo tomé del brazo para salir de la habitación-

……………………………..

-Oye Eduardo, ¿Te puedo preguntar algo? –Estábamos camino hacia la salida del edificio-

-Sí, no hay problema

-¿Carlos la mama bien? –Le di tremendo zape, que indiscreción la suya-

-Eso a ti no te importa, pervertido…

-Ya –Sobó su nuca- Pero como dicen que un hombre la mama mejor que una mujer, pues na’ más pregunto –Mi miró enojado-

-Averígualo –Le di otro zape-

-¡Ya pues, ya entendí! –Y se quedó bien callado-

Nos encontramos con los muchachos a las afueras de la escuela, pensé que no habría ni el más mínimo problema, solamente éramos 7 contándome a mí y a Luke. Subimos al auto y pisaron el acelerador.

Se estacionaron al lado de una establecimiento lleno de luces y se lograba escuchar la buena música que se tocaba dentro, me encontraba algo nervioso, pero recordé que Luke siempre estaría a mi lado, le pedí que no me dejara beber ni una sola gota de alcohol. Entramos al lugar sin ningún problema.

Busqué a Luke con la mirada, estaba bailando con una de esas chicas, el muy cabrón tal vez y ni recordaba que tenía una novia, pero bueno, estaba aburrido, preferí ir a tomar algo de refresco, o tal vez agua, si es que vendían, pero entre tanta gente era imposible pasar, por suerte me encontré a Austin.

-¿Tu no tomas nada con alcohol? –Me hablo al oído, yo negué con la cabeza- Bueno, ten –Y me dio un vaso- Es refresco –Volvió a acercarse- Bébelo lo acabo de servir –Y se tomó el otro vaso con la misma bebida-

Le di un sorbo, si era refresco, los chicos se divertían, y yo estaba ahí de amargado, me quería ir, todo sería diferente si Carlos estuviese ahí, pasándola bien conmigo, pero espera, él debe estar con Edel y Alberto cenando, no te preocupes.

-¡Hey! –Escuché que me gritaron, era Luke, se supone que me iba a cuidar y andaba de caliente-

-Recuerda que tienes novia, si Michelle sabe esto te va a ir peor –Dije en su oído, no me gustaba tanto que la música explotara en mis tímpanos-

-Es una noche hermano –Y comenzó a reír- Ven a pararte un rato, estas de aburrido, mira bailemos, pero nada de toqueteos, porque no me puedo controlar después…

Le hice caso, me paré con él, y se fue donde estaban los otros, lo seguí y comenzaron a seguir el ritmo de la música, nunca fui bueno bailando, a decir verdad, cuando salía a una disco lo último que hacía era bailar, siempre coqueteaba con alguna chica, o tomaba como loco, pero bueno, hay que divertirse sanamente.

…………………………….

Alberto:

Llevábamos ya 30 minutos de retraso, seguro que Carlos ya se hartó de esperarnos y se durmió o se fue con Eduardo, pero este Edel, tuvo que ir al correo a dejar el montón de documentos que faltan ¡A última hora! Lo quería moler a golpes, de que es olvidadizo lo es, o tal vez le gusta hacerme enojar, de hecho, lo hace cada vez que puede, me esconde el cepillo de dientes, se atraviesa en la cama y se come mi comida. Como lo adoro a ese alemán del demonio.

Llegamos a la Universidad, pedí a Edel que se quedara en el auto, no quería pero obedeció, subí a buscar a Carlos, por suerte aún estaba listo, se miraba muy bien, nos apresuramos, porque la reservación era a las 10, teníamos planeado ir a otro lugar primero, pero no se pudo, que va, será para la otra.

-Buena noche niño ojos miel –Sonrió Edel a Carlos cuando subió al auto-

-Buenas noches –Contesto Carlos-

Llegamos al restaurante, era lindo, tampoco escogí algo de alta categoría, mucho menos algo refinado, Edel me dijo que tenía muchas ganas de comer algo estilo oriental, pues cumpliendo su capricho lo tuve que llevar.

-Señorita, por casualidad no tiene un tenedor –Carlos parecía no saber cómo usar los palillos chinos-

-En un momento joven –Contestó la chica-

-No ser tan difícil –Edel tenía un manejo perfecto en esos artefactos, a mí también se me caía la comida, pero él era todo un maestro, era un presumido-

Como pudo le enseñó como usar los palillos chinos a mi peque, pero se estresó y mejor dijo que comería con el tenedor. La noche se fue haciendo corta, la cena muy agradable, y todo parecía ir bien, incluso hablamos de lo lindo que sería Londres, y las posibilidades enormes que se estaban presentando.

-Niño ojos miel, acabar de avisar que haber beca disponible en Inglaterra –Mencionó Edel, pero no sabía por qué el muy maldito no me había dicho nada a mí-

-¿Cómo? –Carlos lo miró interesado-

-Platiqué a jefe de tu asunto, bueno, que tu adoptado hijo, y me dijo que está en la mejor disposición para beca en Inglaterra

-Espero no estés jugando Edel –Lo miré en tono serio-

-No, no estar jugando, ser verdad

-Ow –Carlos se quedó asombrado- Muchas gracias, pero no gracias –Y siguió jugando con su comida- Mi vida está aquí con Eduardo, además, aquí también tengo beca, la escuela es muy buena, y me va muy bien –Nos regaló una sonrisa-

No se tocó más el tema, terminamos de cenar, nos quedamos un rato más en el restaurante tratando de perder el tiempo, entre algunos chistes, anécdotas personales y todo eso, la noche pasó rápido, pero no nos importó.

-¿Adónde ir ahora? –Cuestionó Edel-

-A dormir –Respondí yo-

-Nosotros saber que no llegar a dormir –Edel me cerró el ojo, Carlos empezó a reír-

-Eres un canalla –Y el muy tonto me dio un besazo en los labios, pero pronto se separó-

-¿No haber cabinas de videojuegos? –No sonaba tan mala idea-

-Si, por aquí hay una cerca –Miré a Carlos- ¿Te apetece ir?

-Por mí no hay problema.

No se dijo más, nos fuimos a un local de juegos nocturnos, a pesar de que eran las 12 de la noche estaba abierto, casi nunca jugué videojuegos en mi vida, pero hice lo posible, siempre salía vencido por ambos, ni por que tratara de hacerle lucha a alguno de los dos, no podía, siempre me ganaban.

……………..

Carlos:

Rumbo a mi habitación mire el reloj, eran las ¡3 de la mañana! Parece que el tiempo se pasa volando cuando te estas divirtiendo, espero que Eduardo no estuviese molesto, que entre platica, juego y risas pues se me fue la noción del tiempo. Entré a la habitación, encendí la luz, temí por qué y no hubiese llegado o estuviese en la cocina esperando para regañarme, pero no, estaba dormido como bebé en el sofá.

Me acosté junto a él, no hice mucho ruido, pero supe que reaccionó cuando sus manos rodearon mi cintura y entrelazamos las piernas, así que, me di cuenta de que no estaba molesto entonces, no hubo ni el más mínimo problema con eso. Su abrazo me encantó, y no es por nada, pero en el ambiente no olía a alcohol, eso me calmó, quiere decir que cumplió la promesa que me hizo, me siento feliz, y de premio me di la vuelta y besé sus labios.

-Gracias Eduardo –Lo besé de nuevo- Gracias por no romper tu promesa –No respondió nada, dormía como un angelito-

………………………

Las caricias de Eduardo me hicieron despertar por la mañana, el cuarto ya estaba iluminado, seria tal vez medio día. Abrí mis ojos, miré alrededor, levanté la cabeza pero luego me perdí de nuevo en la almohada improvisada del sofá, el tacto de mi piel con la de mi hombre era exquisita, suave.

Como era sábado, no nos preocupamos por levantarnos temprano, además que estábamos desvelados, no era extraño en mí, sólo que en vez de andar divirtiéndome, me desvelaba estudiando, ya fuera para un examen, para un trabajo.

-Eduardo… -Dije en tono bajo- Eduardo… -Me acurruqué en su pecho y levanté la voz-

-¿Hmm? –Respondió él, parecía aun adormecido-

-Tenemos que levantarnos ya –Le decía esto porque estaba prácticamente encima de mí, sus piernas me apresaban- Eduardo, ya son –Miré mi celular- ya es la 1 de la tarde –Pero parecía que no le importó-

En la pantalla de bloqueo de mi teléfono había una notificación “Nuevo mensaje multimedia recibido”, lo ignoré, de seguro serian esas compañías de teléfono que mandan promociones cada dos días, lo puse a un lado y me recosté de nuevo.

-¿Te divertiste anoche osito? –Pasó su barba nacida por mi cuello-

-Si tonto, ¿y tú? –Besé sus manos-

-Todo aburrido, nada bueno –Bostezó-

-Que mal, el plan era que ambos nos divirtiéramos –Besé la punta de sus dedos- Además, cuando llegue dormías con un angelito…

-Pues creo que me dormí desde que estábamos en el antro, porque ni me acuerdo como llegué a la cama –Empezó a reír- Eso sí, no falté a tu promesa mi osito rico, ni una gota de alcohol –Besó mi mejilla-

-Eso lo sé, muchas gracias –Volteé mi cabeza y le planté un beso en los labios-

……………………….

Eduardo:

Salí a comprar algo de comer, no niego que me encanta que Carlos cocine para mí, pero tampoco lo iba a tener todos los días haciéndolo, llegué a la cafetería, para ese entonces estaba casi vacía. Recordando un poco lo que le dije a mi chico en la mañana, sinceramente no me acuerdo ni como llegué a la Universidad anoche, sólo que desperté, pero bueno Luke estuvo al pendiente de mí, o por lo menos eso quiero creer.

Caminé por el pasillo de la escuela, vi una de esas máquinas de golosinas, recordé que a Carlos le gustan mucho las gomitas, así que inserté un dólar y salieron los dulces de colores. No había más preocupaciones, me dediqué a seguir mi camino. Mirando hacia los lados me pude percatar que las pocas personas que había en los pasillos estaban metidos en sus celulares, “Esta gente casi se cae cuando presta más atención al celular que por donde va”.

-¡Edu! –Escuché que me gritaban, regresé a ver, era Luke- Hermano, ¿Cómo amaneciste? –Se miraba preocupado-

-Pues yo bien –Sonreí-

-¿No estas preocupado? –Trató de retomar la respiración-

-No, para nada, además las prácticas son hasta las 3, aún faltan… –Mire mi celular- 2 horas

-Idiota, no hablo de eso –Me tomó del hombro- ¿No te acuerdas de lo de anoche? –Me miró serio-

-No –Trague saliva- sólo recuerdo que me quedé dormido y que tu tenías que cuidar de mí, además, no bebí nada de alcohol, no hay nada de qué preocuparse.

Fue cuando mi corazón empezó a latir muy fuerte, Luke me dijo que no me quedé dormido, que festejé a morir. Incluso llegó a pensar que estaba borracho por mi actitud y mi cambio de humor tan repentino, pasé de estar de amargado, a enloquecer.

-Pero todo empeoró cuando apareció la tal Jessica –Me estaba preocupando- Eduardo, yo traté de sacarte del lugar, pero tú eres terco y no me hiciste caso, me sorprendí anoche, más que nada por tu actitud, no te conocí hermano –Lo miré-

-¿De qué hablas? –Estaba muy asustado, pero también seguro de que no había probado nada de alcohol-

-Por casualidad, ¿No te llego un mensaje al celular esta mañana? –Yo negué con la cabeza-

¿De qué estaba hablando Luke? Me quedé atento a sus movimientos, sacó su móvil y parecía buscar algo, no sabía que pensar, tal vez y todo es una mala broma de este chico, ya lo conoces Eduardo, no lo tomes muy enserio, y fue ahí cuando me tranquilicé, no era la primera vez que este tonto me jugaba bromas de este tipo, parecía haber encontrado lo que buscaba.

-Mira… -Me mostró la pantalla de su celular. Para ser una broma estaba muy bien hecha-

………………………

Carlos:

Mis manos temblaban, limpiaba mis lentes teniendo la esperanza de que estaban empañados o tenían algo mal, que ese vídeo que había recibido no era verdad, era sólo alguien que se parecía mucho a él, pero no era Eduardo.

-No, no es él Carlos –Dije para mí mismo, me quedé viendo la puerta mientras se difuminaba por las lágrimas que estaban llenando mis ojos-.

A quien engaño, si es Eduardo, si es él, y está por demás muy feliz con esa chica en sus piernas, está muy feliz besándola, tocando sus senos, sus nalgas. No, no es él, no te hagas tonto Carlos, no es él, es sólo un actor, y esa chica también, pero como mierda se parece tanto a Eduardo, a mi lindo y risueño Eduardo.

Es que no sé lo que mis ojos ven, todo tiene sentido, el lugar donde ambos están parece ser una discoteca, era la misma camisa que Eduardo llevaba puesta ayer. Un fragmento muestra como él y la chica se besan mientras bailan de una manera muy sínica, el resto del video me deja ver a la misma chica con Eduardo, él la toca, la besa en una esquina del lugar ¡Mierda! ¡Si es él, si es Eduardo! Pues ya que, aquí estoy en el sofá llorando como idiota, ya lo venias venir Carlos, así que no te reproches, no te culpes, sólo disfruta el dolor.

-Carlos… -Entró Eduardo de golpe- Carlos, ese video no es verdad, no soy yo, te juro que no soy –Se acercaba, yo lo miraba desconcertado-

-No seas sin vergüenza Eduardo, éste vídeo no miente, ¡Eres tú! ¡Eres tú! –Me acerqué a él y comencé a golpear su pecho-

-No osito –Me abrazó, trato de recibir todo el odio por medio de mis golpes, sólo me abrazaba-

Me acostumbré tanto a sus abrazos que no pude soltarlo, me quebré ante su muestra de cariño, sentí sus brazos cubrirme, me sentía bien, me sentía protegido como solamente él ha podido hacerlo. Me perdí en el olor de su camisa mientras lo estrujaba, mis lágrimas mojaron su piel, mis dedos se clavaron en su espalda.

-¡No! –Lo empujé- Siempre será lo mismo contigo, siempre tendremos problemas porque te comportas como un animal.

-Carlos, no seas así conmigo –Trató de aguantar y disimular pero su voz se notaba dolida- No recuerdo que paso, y te juro que no me tomé ni una gota de alcohol, te lo juro por nuestro amor osito –Trataba de abrazarme más no lo dejé-

-Eso es lo que más me duele, ¡Qué lo hiciste en tus cinco sentidos! Si tú dices que no estabas borracho, ¡Entonces lo hiciste por placer! –Todo era tan claro como el agua-

-No mi chico, te lo juro… -Lo empujé de nuevo-

-No Eduardo, yo no soy el juguete de nadie, ahora me queda claro, tratabas de convencerme para no hacer público lo nuestro y así te metieras con la que se te antojara –Mis lágrimas resbalaran-

-Claro que no, tú sabes que lo hice por nuestro bien, más que nada por el tuyo –No creía toda esa mierda que salía de su boca-

-No te creo –Bajé mi tono de voz- No te creo para nada, y ahora todas las piezas del rompecabezas encajan, te avergüenza que te vean conmigo en público, todo lo disfrazaste a tu manera, ¡Me viste la cara de idiota!

-¡Carlos te digo que no! –Me levantó la voz, sus ojos estaban vidriosos-

-¡A que sí! Quien sabe con quién te hayas metido, y no te importó que aun así yo estuviese contigo, teníamos sexo, pensé que no te faltaba nada contigo, confié en ti porque parecías tan sincero desde que estuvimos donde Alberto –Reclamé a mas no poder-

-Carlos, escúchame…

-Bien, entonces, dime, ¿Qué paso? –Me quedé callado por un rato, miré a Eduardo, pero él no me decía nada-

-No lo sé….

-No me merezco esto, no se tus motivos, pero no me merezco que te estuvieras riendo tanto de mi –Tomé el celular- ¡Esto no miente! –Le mostré el video-

Eduardo agarró mi celular y lo lanzo contra la pared, me miró con miedo, no entendía que pasaba. El celular se hizo mil pedazos cuando se estrelló, regresé a verlo, no hablaba, yo tampoco, sin más lo miraba, él hacía lo mismo. En mi mente pasaban miles de historias, lo más seguro es que estuvo con más de una chica en todo este tiempo, tal vez yo sólo estaba para quitarle las ganas, ¡Pero lo hice con amor! Carlos, trata de tranquilizarte, sé que todo lo hiciste con amor, pero date cuenta.

-Mira mi osito, mi lindo y travieso osito –Limpió sus lágrimas- Te traje las gomitas que te gustan mucho, ten –Extendió su mano, pero lo ignoré, quería mandar todo a la mierda, no me merezco que alguien se burle así de mí, yo confié en él-

Me di la vuelta, escuché como la bolsa del plástico cayó al suelo, segundos después la puerta se cerró. Era todo, se había ido y no le importó lo que yo había pensado, como estaba, como me sentía, sólo se fue y huyo de los problemas.

………………………………..

Eduardo:

Como es la gente de mierda, ahora me jodieron mi relación con Carlos, no entendía nada de lo que pasaba, parecía una pesadilla, pero por más intentos que hacía, no podía despertarme.

Me fui al patio trasero, donde estaba el campo de fútbol americano, no había nadie, parecía desierto y para mi, mejor, no pude hablar con Carlos, estábamos ambos molestos, destruí su celular, metí la pata, pero sigo sin explicarme como pasó lo de anoche, estoy en blanco, no recuerdo nada, no sé qué paso, no me explico ese vídeo que Carlos lleva en sus manos, no sé nada.

Me tiré bajo la sombra de un árbol, perdí la noción del tiempo, me quedé viendo a la nada, tal vez esperando a que una estrella fugaz apareciera y me diera señales de vida, pedir un deseo y que Carlos y yo no nos hubiéramos conocido para evitarle tanto sufrimiento. No sé qué digo, no podría vivir sin mi Carlitos, sin mi lindo chico.

-Te he estado buscando por toda la escuela Edu –Era Luke, lo ignoré, pero él se sentó a mi lado-

-¿Qué paso hermano? –Y cuando sentí su brazo rodear mi espalda fue imposible no desmoronarme-

…………………..

(9,50)