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Algo que se me fue de las manos

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Tengo 36 años y soy ingeniero de caminos en una empresa constructora de las más grandes que hay en España. Soy alto y de complexión normal, delgado pero fornido. No es que haga mucho atletismo pero procuro llevar una vida sana. Por trabajo me ha tocado viajar dentro y fuera de España, obras que la empresa acomete en alguna parte de oriente medio.

Estoy casado desde hace 4 años con mi pareja y con 7 años de noviazgo. Nos conocimos cuando yo comenzaba mis primeros pasos en el mundo laboral. Coincidimos en casa de un amigo común y después de tontear 3 meses al final acabamos como pareja.

Ella se llama Claudia y actualmente tiene 32 años es profesora de primaria en un colegio privado, está de muy buen ver tiene buen cuerpo y de 1,70 de estatura, no tiene mucho pecho pero en todo lo demás está increíble. Cuando se arregla puede sin esfuerzo hacer girar la cabeza a cualquier hombre.

Ella es una persona activa ya demás del gimnasio también se apunta a cursos. Cuando la conocí era de educación más tradicional que otra cosa. Aunque es una chica que cuando se la calienta pierde la cabeza al igual que cuando bebe. La he visto en alguna situación en la que debido a lo segundo, si no llego a estar pues quien sabe lo que hubiese pasado.

Me considero una persona muy abierta de mentalidad, soy imaginativo y muy fantasioso. Me encanta el morbo, me excita muchísimo. He tenido multitud de fantasías, sobre todo de hacerlo en sitios públicos o donde nos puedan descubrir. Durante años he tratado de inculcarle eso a mi mujer pero ella más conservadora era bastante más reacia. En todos los años que llevamos juntos la logré follar en el cuarto de la casa del pueblo de sus padres mientras que en el piso de abajo había reunión familiar al completo. Pero mi trabajo me costó, el resto de intentos por hacer algo morboso cayeron en saco roto. Desde poco antes de la boda empecé a fantasear con cómo sería que mi mujer estuviese con otro hombre. Y me di cuenta que esa situación incrementaba el morbo que ya sentía.

El problema era que era muy complicado tratar de exponérselo a mi mujer. Un día mientras hacíamos el amor y ella estaba super caliente y excitada y antes de que alcanzara el orgasmo le empecé a decir que me gustaría que follase con otros hombres. En ese momento me decía que si, que si yo quería que ella buscaría machos para que la follasen. El problema vino después de que se corriese. Una vez pasada la excitación se lo volvía a comentar y ella me dijo que estaba loco pero que entendía que sería una de mis fantasías fruto de la situación.

Con los meses seguía aprovechando estas situaciones para mentalizarla. Y me costó que se lo fuese tomando de forma natural. A los 2 años y medio incluso ella me proponía situaciones muy morbosas. Ahí justo comenzó una etapa en la empresa en la que me tuve que desplazar a obras en el extranjero, concretamente a Abu Dabi. En estos desplazamientos que iban desde las 2 semanas hasta los 3 meses mantuvimos una intensa actividad de Whatsapp y telefónica.

En nuestro sexo virtual nos contábamos situaciones muy excitantes. Recuerdo una de las veces en las que me comentó que en el curso de ofimática que estaba haciendo había un chico de unos 24-25 años que notaba que le atraía. A mi esto me excitó muchísimo, le pregunté que le parecía a ella y me dijo que era muy guapo, y sobre todo era atractivo aunque no de forma exagerada.

Le pregunté si ya habían hablado a lo que me respondió que si, que ya le había dicho que era profesora y que era una mujer casada. El chico que se llamaba Esteban y que había acabado empresariales. Quise saber más pero me dijo que aun se estaban conociendo.

Esto me excitó sobre manera imaginarme una situación morbosa de mi mujer con el chico. A mi vuelta a casa la relación entre ellos ya había llegado a tomar algo en una cafetería en el intermedio de la clase, todo en plan compañeros y nada más. Mi mujer no solía vestir coqueta cotidianamente y eso es algo que había hecho siempre, solo lo hacía en ocasiones especiales o de fin de semana.

Mi siguiente paso fue proponerle ir más sexy al curso, vestir con algo de escote y falda, arreglarse un poco, pero tampoco de forma exagerada. Mi mujer al principio no lo vio con buena cara ya que era jugar con fuego meter a una tercera parte. Durante unas semanas no logré que lo hiciese, siempre vestía cómoda sin insinuar nada de nada. Tendría que insistir y ser más paciente para que al final cediese.

El 12 de Mayo del 2012 me volvió a tocar viaje de empresa a Emiratos Árabes. Esta vez por 3 semanas. A mi mujer no le hacía ninguna gracia pero era lo que había. En nuestro segundo contacto telefónico me comentó que esa tarde había ido al curso con un vestido veraniego ya que había hecho bastante calor. Yo me emocioné y le empecé a preguntar que reacción había tenido el chico. Ella me respondió que mucho más de lo que ella esperaba, que la había propuesto ir a dar un paseo y luego a cenar.

Yo alucinaba de lo lanzado que había sido el chico y sabiendo que era una mujer casada, esto se ponía más emocionante y sobre todo muy morboso. Le pregunte:

Yo: Y que le respondiste?

Claudia: Que no podía ser que a dar una vuelta si pero a cenar que no que estaba casada y que no era conveniente.

Yo: Y que te respondió el?

Claudia: Pues estuvo insistente un rato pero al ver que no cedía lo aceptó. Se que no se va a rendir, está bastante decidido. Era lo que te había dicho con lo de meter a terceras personas, que el juego no lo controlas.

Yo: Bueno tampoco hay que exagerar mujer. Tampoco ha sido para tanto. Solo lo que el se imagina.

Claudia: Ya pero es muy persuasivo, me cae genial y me trata muy bien cielo. Y aunque me cuesta voy a enfriar la relación, poner límites que no debe sobrepasar, no quiero que se vaya de las manos y tampoco hacerle daño.

Yo: Bueno mujer, por dar un paseo e ir a tomar algo tampoco pasaba nada.

Claudia: Cielo! En serio es mejor no continuar con el juego!

Yo: Solo un poco más, es algo me tiene muy excitado. Es muy morboso, y ya sabes que tengo la fantasía.

Claudia: Marco. En serio que quieres verme en la cama con otro hombre? Este juego es arriesgado.

Un poco fuera de mi por la expectación el morbo y la excitación de imaginarme esa escena.

Yo: Si Claudia, me gustaría que siguiese con el juego, acepta un día a ir a cenar.

Claudia: (se hizo un silencio de 10 segundos) Estás completamente seguro?

Yo: Si Cielo. Quiero que continúes con el juego.

Ella al final aceptó y me dijo que en el fondo a ella también le apetecía continuar, ya que era muy emocionante pero que quería tener mi completa aprobación.

A pesar de que todo parecía muy claro y que ella tenía que acabar aceptando la invitación, tampoco se lo tenía que poner fácil al joven. Con este tira y afloja nos metimos en septiembre del mismo año.

Un día que estábamos con unos amigos en la piscina de su bloque sonó el teléfono de mi mujer, ella lo miró y cuando vio quien era se puso un poco nerviosa, se levantó y se apartó del grupo. A los 2 minutos volvió y le pregunté que quien la había llamado, ella se acercó a mi y para que nadie más se enterase.

Claudia: Cielo, me ha llamado Esteban. Era para quedar esta tarde e invitarme a cenar. Le dije que era complicado ya que mi marido estaba y lo de quedar con un amigo pues era raro.

Yo: Y que te dijo?

Claudia: que si al final podía que le enviase un mensaje.

Yo: Ostras. Joder que pasada!!! Pues dile que si puedes.

Claudia: Cielo, creo que tenemos que recapacitarlo. Esta es una línea peligrosa. Eso es que le sigo el juego, somos adultos y es como si le diese luz verde a que me tire los tejos.

Yo: Cariño no seas tan quisquillosa. Tu síguele el juego. Dile que tengo que ir a una cena de trabajo y que si puedes quedar, eso si, dile que no puede ser hasta tarde ya que yo llegaré a casa sobre la media noche.

Claudia: Tu verás. Tengo que advertirte una cosa de la que quiero que seas consciente...Esteban me atrae.

Yo me quedé un silencio, esa última frase era breve pero concisa y clara, a mi mujer le resultaba atractivo su joven compañero. Me quería poner más excitado o me advertía de que me metía en terreno fangoso??? Durante unos segundos dudé, pero al final me pudo la emoción de lo desconocido.

Yo: Si estoy seguro, quiero que le contestes que si puedes.

Ella se me quedó mirando un momento y me dijo que bueno, pues adelante con el juego.

Cogió el teléfono y se puso a escribir. Se veía que el también le respondía y al final mi mujer se acercó y me besó en los labios.

Claudia: Ya está quedé en el centro con el a las 7 de la tarde de hoy.

Yo: Bien, te dijo algo más?

Claudia: No solo que ansiaba verme.

Sobre las 4 de la tarde nos dirigimos a casa. Ella tenía que ducharse y prepararse para la cita, a mi me recorrían unos pequeños escalofríos y como pinchazos en el estómago, tenía una extraña mezcla de sentimientos que no había experimentado antes. No quise comentarle nada no fuese a ser que se quisiese echar atrás.

A las 18:30 mi mujer salió de la habitación después de estar arreglándose y duchándose durante largo rato. La vi espectacular. Creo que tal y como iba estaba claro que esto la excitaba como a mi.

Iba con un vestido claro bastante corto, no se lo había visto antes y que luego me diría que lo había comprado para una ocasión especial. Se había alisado el pelo. Un sujetador muy sugerente que realzaba su pecho y hacía increíble su escote. Le pregunté por su ropa interior y subiendo el vestido me mostró un a braguita brasileña de color negro de encaje. Se le  trasparentaba todo, y una cosa que me llamó  la atención es que no tenía ni un pelo en la incle.

Yo: Cielo, bájate un momento las bragas.

Claudia: Cómo? para qué?

Yo: quiero ver una cosa. Es que te veo que tienes el coño depilado.

Claudia: Si...Cielo me lo depilé hace un par de días para venir a la piscina.

Tenía la vulva muy hinchada, estaba super excitada y se le notaba. Yo estaba con la polla a reventar, me levanté y sin que le diese tiempo a subirse las bragas la empecé a explorar, y como me suponía tenía el coño manando flujo como una fuente. Eso hizo que excitase como nunca lo había hecho.

Ella me dijo que tenía que irse que llegaba tarde, se subió las bragas y se recompuso el vestido. Yo me quedé en el salón viendo como con las prisas ni me daba un beso de despedida. Se cerró la puerta y todo quedó en silencio.

Sobre las 9 de la noche estaba tan nervioso que las 4 paredes del piso se me hacían agobiantes, no sabía en que entretener la mente, no quería pensar en mi mujer. Solo me quedaba una cosa, vestirme y salir, lo mejor al cine.

Sobre las 9:25 me llegó un mensaje de mi mujer, que se lo estaba pasando muy bien que no me preocupase que trataría de llegar sobre las 12.

Yo como tenía pensado cené algo en casa y me fui a ver una película a unos cines en Gran Vía. Durante 2 horas estuve entretenido viendo la película sin pensar en nada más.

Cuando terminó salí escopetado hacia casa, eran las 12:15 de la noche. Y quería estar para cuando mi mujer llegase. En menos de 5 minutos estaba entrando por la puerta, pero nada no había llegado. Me puse el pijama y esperé, al final a la 1:35 me fui a la cama.

Un ruido me sobresaltó, una puerta que se cerraba en el salón. Miré el reloj, 3:35 de la mañana. En un instante mi mujer entró en el dormitorio, sin hacer ruido se fue desvistiendo. Yo me había hecho el dormido. Se metió en la cama y me dio un beso en la frente, se recolocó y se quedó dormida. En ese momento no quise darle más importancia, mañana sería otro día.

Sobre las 10 de la mañana me levanté y me preparé un café, me disponía a esperar a que mi mujer se levantase, cosa que no sucedió hasta las 12. Estaba aun a medio despertar cuando entró en el salón. Yo estaba muy impaciente por saber que había pasado. Ella se sentó a mi lado y me empezó a hablar viendo la expresión de ansiedad de mi car.

Claudia: Buenos días mi amor, bufff. Te preguntarás porqué tardé tanto.

Yo: quiero que me cuentes que pasó, y claro que quiero saber porqué llegaste a las tres y pico a casa.

Claudia: Si claro cariño. Antes de nada decirte que no pasó nada, tardamos prque me llevó a bailar a un local cerca del barrio de Tetuán, donde se baila salsa y se nos pasó la hora.

Yo: Ahhh, y no pasó nada de nada, no se le veía ninguna intención???

Claudia: No pasó nada, pero si que se le veía la intención cariño. Fue muy respetuoso y caballeroso, no se propasó en ningún momento. A ver amor no te voy a engañar está claro que Esteban me quiere llevar a la cama. Por eso te digo que este es un juego arriesgado.

Yo: Tu le has dicho que eres mujer casada?

Claudia: Si cielo, de hecho llevo puesto siempre el anillo. A las 7 me recogió puntual y nos fuimos a dar un paseo por Madrid rio, iba con pantalones ibicencos y camisa blanca entallada, la verdad es que estaba muy bien. No te lo tomes a mal y solo es para advertirte por el juego pero me resulta muy atractivo.

Yo: qué morbo, mi mujer siendo seducida por un jovencito, la verdad es que me excita mucho, sigue contando.

Mi mujer viendo que tenía carta blanca a pesar de sus advertencias ya se dedicó a relatar lo ocurrido.

Después de dar un buen paseo la llevó a un restaurante cerca de la parada de Iglesia en la línea 1. Un restaurante de los qe se lleva a las parejas cuando quieres estar romántico, incluso con música en directo. Mi mujer me lo describía como algo muy seductor se sentía alagada y emocionada con la dedicación con la que se estaba currando el joven esteban. Después de una maravillosa cena a la que el invitó incluso al vino donde no escatimó en nada, vino el momento de terminar la noche en una sala fiestas donde se bailaba salsa y ritmos latinos. Que decir tiene que mi mujer encantada ya que le encanta bailar y a mi no. Eso era un punto a favor de mi joven competidor.

Después de bailar durante horas y darse cuenta de que se había hecho tarde pidió a Esteban que la acercase a casa. Ella a pesar de todo no me comentó en ningún momento que su joven amigo le propusiese ir a ningún sitio, como por ejemplo a un hotel ni nada por el estilo.

Yo le pregunté si le había propuesto estar a solas a lo que ella me respondió después de un breve silencio que si, que le había propuesto ir a su piso para estar más cómodos. Después de contarme eso se la veía un poco violenta, se había puesto colorada, supongo que del corte de contarme que su joven compañero le había propuesto un acercamiento. Yo que estaba excitado le quité hierro al asunto diciendo que era normal.

Yo: Cielo, no te preocupes, ya contaba con ello. Es normal que te haga esa proposición.

Claudia: A ver, yo también me lo esperaba. Había sido una noche muy currada por su parte y me esperaba que intentase conseguir su premio.

Yo: Si, me imagino que estará como loco por volver a quedar contigo. Esta noche se habrá tenido que aliviar solo. Jejejeje. Una buena paja.

Claudia: Pues cuando se despidió me preguntó cuando sería un buen momento para quedar, quería volver a verme fuera de las clases. Invitarme al cine.

Yo: Esta muy decidido, ¿No le comentas que tienes marido?

Claudia: Si Cariño, por supuesto cuando le digo que estoy casada el me responde que solo quiere quedar conmigo y pasarlo bien, que no va a hacer nada que yo no quiera. Pero está claro que su intención es montarme.

Yo: Mmmmmmmmmmmmmm!!!  Claro que te quiere montar, es que eres una buena yegua.

Se notaba que el tema nos estaba acalorando poco a poco y empezábamos a usar un lenguaje cada vez más soez, incluso ella, cosa que no era nada pero que nada habitual. Eso me encantaba. Me excitaba sobremanera ver a mi mujer salida.

Claudia: Ohhhhhh!!! así que tu mujer es una buena yegua? Quieres que esta yegua la monten buenos jinetes??? Me gustaría que ahora me montase mi jinete.

Yo: Uffffffff, bájate las bragas.

Qué decir tiene que me la follé allí mismo sin contemplaciones. Entre gemidos y algún alarido que asustaría a algún vecino me vacié dentro de ella de forma estrepitosa. Qué forma de excitarnos. Me encantaba el morbo de esta situación.

Los días fueron pasando y mi mujer me decía que Esteban le escribía a menudo para quedar con ella. Siempre se veían en el curso y siempre tomaban algo en el descanso. Pero mi mujer no se lo ponía fácil ya que pese a la insistencia ella no quedaba después del curso fuera de horario lectivo. Me dijo que quería enfriar un poco la situación ya que había ido un poco lejos.

Un día que mi mujer estaba en la ducha y yo estaba viendo el telediario en el salón empecé a escuchar unas leves vibraciones, casi imperceptibles. Me levanté para saber de donde provenían. Pronto lo localicé dentro del bolso de mi mujer. Era un móvil, pero no era el suyo, era un modelo muy básico de smartphone, lo suficiente para cargar una aplicación como el LINE, de donde provenían los mensajes que lo hacían vibrar. No entendía como tenía ese móvil. Aunque no me gusta espiar y siempre he sido muy respetuoso con el móvil de mi mujer me aventuré a mirarlo. No tenía contraseña y pude leer los mensajes que llegaban.

En ellos, Esteban le decía que cual era el momento para quedar que no entendía por qué le daba largas, si no se lo había pasado bien el día de la cena. Que tenía muchas ganas de estar con ella, etc...

No parecía que hubiese pasado nada más, aunque el hecho de que tuviese un móvil secreto daba que pensar. No le dije nada, lo dejé pasar por el morbo tan grande que me daba. Desde ese momento siempre que tenía oportunidad le espiaba el móvil secreto, y con las semanas las conversaciones eran de mayor confianza hasta que se fueron convirtiendo en íntimas.

Cerca de las vacaciones de navidad de ese año íbamos a preparar una fiestecilla en nuestro piso para invitar a varios amigos. Cuando estábamos haciendo la lista de invitados mi mujer me propuso también invitar a Esteban. En aquel momento me quedé un poco sorprendido, al preguntarle el motivo de invitarlo me dijo que ahora eran muy buenos amigos y quería presentármelo. Yo al escuchar la palabra amigo me decepcioné un poco ya que pensaba que sería algo más allá con el tiempo.

El día de la fiesta llegó y lo preparamos todo mi mujer y yo. Al final eran 4 parejas y 3 amigos sueltos (Sin pareja) en total 13 personas. Yo me puse algo normal pero arreglado, vaqueros con camisa y afeitado, eso si. Lo que me dejó impresionado fue como se arregló mi mujer. Un vestido negro entallado realzando su figura, maquillada y con un peinado super sexy.

Yo no me pude resistir a preguntarle, como se había puesto tan arrebatadora. Ella me contestó que para mi. Que quería lucir muy bien ante nuestros invitados.

Yo: Ante todos los invitados?? O solo ante uno? Tú ya me entiendes.

Claudia: MMMMMMMM!! No te importa, no? Me dijiste que tenía libertad para coquetear con el, y esta me parece una muy buena ocasión.

Yo: Claro mi amor. Tienes total libertad para actuar con el como quieras.

Claudia: Muchas gracias, sabes? No llevo ni bragas ni sujetador. Solo llevo el vestido. Y se lo he dicho a el. A ver a que se atreve esta noche.

Yo: Buffffffffffffff, como me pone, eres un poco guarra cariño. No crees que es mucho tentarle de esa manera, vamos a ser muchos hoy.

Claudia: Bueno, por eso mismo, para mi es un juego muy morboso. Procuraré que sea el  que me ayude a retirar la mesa, para que venga a la cocina conmigo. No quiero que te celes.

Yo: No mi amor. Pero tampoco quiero que los demás invitados os vean coquetear. Si no que espectáculo.

Claudia: No te preocupes, procuraré ser discreta. Además esto ya no depende de ti. Tu me has dado permiso para empezar este juego y tienes que asumir todas las consecuencias.

Yo: Cielo...Te lo vas a follar?

Claudia: Ahora no es momento de hablar que van a llegar los invitados. Dejémoslo en que es un juego muy excitante y me gusta ver la reacción en los hombres. Tu tranquilo cielo, que tu eres mi amor y el hombre con quien quiero estar.

Dicho esto me guiñó un ojo y al darse la vuelta se subió un poco la falda del vestido y me mostró su precioso culo sin nada debajo. Iba en serio, no tenía bragas.

Los invitados fueron llegando, cada cual traía vino o postre. La expectación se centro por mi parte en el último en llegar, Esteban el joven amigo de mi mujer. Traía una buena botella de vino tinto como obsequio. Iba muy bien vestido con un pantalón de lino de color blanco y una camiseta apretada de color negra. Se podía decir que era un chico guapete y atractivo.

Mi mujer me lo presentó con una sonrisa de oreja a oreja. Yo me hice el sorprendido como si no me hubiesen hablado nunca de el. Cuando Esteban fue a llevar la botella a la cocina, donde había otros invitados, mi mujer se me acercó y me dijo que debajo de esos pantalones no llevaba nada, también estaba así para darle más emoción.

Que decir tiene que estuve bastante nervioso por el gran morbo que me provocaba saber del juego entre Esteban y mi mujer. La cena resultó muy agradable. Las copas de vino y de licor fueron haciendo que el ambiente se fuese distendiendo y relajando a niveles de risas flojas. De momento todos permanecíamos en el salón.

Sobre las 00:35 de la mañana mi mujer se levantó para empezar a retirar los platos, estaba espectacular y más aun sabiendo que solo llevaba ese vestido. Bufffff, me tenía como loco la situación. Cuando iba a hacer el amago de levantarme para ayudarla, me miró y con un gesto de desaprobación me indicó que no me levantase que ya se encargaba ella.

Al principio era ella la única que se levantaba para recoger pero con otra mirada a su joven amigo hizo que este también se ofreciera a ayudar. Yo sabía que era para estar los dos a solas mientras que todos los demás nos encontrábamos en el salón.

Iban y venían recogiendo cosas, pero al final se iban demorando más y más. Hasta que después de retirar lo que quedaba del postre. Solo quedaban botellas de vino copas y licores sobre la mesa, los dos desaparecieron tras la puerta que llevaba a la cocina. Como todos estaban entretenidos pues no se dieron ni cuenta, pero yo si. Estaba todo nervioso quería saber, ir a la cocina y saber que estaba pasando. Cuando entraron eran la 1:02 y salió Esteban a las 1:23 de la cocina. Esteban estaba contento y llevaba otra botella de vino, la que el había traído. Mi mujer por algún motivo aun no había salido.

Ya sin poderme aguantar me dirigí a la cocina, cuando entré vi a mi mujer colocando una bandeja en la lacena, todo estaba limpio y recogido para mi sorpresa. Tenía todo en su sitio y no parecía que hubiese pasado nada fuera de lo corriente.

Yo: Cielo, ya estaba preocupado, que no salías. Ha pasado algo???

Claudia: Hola cariño, estaba acabando de recoger lo de la cena mientras vosotros discutíais amenos. Se nota el alcohol. Jejejeje. No te preocupes, todo ha salido genial, pero ya te contaré. Y si algo ha pasado. Pero tienes que ser paciente hasta que los invitados se vayan.

Yo: La hostia, que ha pasado no me dejes así, me tienes como loco. Habéis estado 20 minutos a solas en la cocina. Dime que pasó.

Claudia, ya te lo contaré cielo. Hubo algo...Pero por favor no te enfades. Mejor vamos con los demás.

Yo que no podía de la incertidumbre y la intriga salí primero, todo seguía igual. Los invitados riendo y conversando animadamente. Cuando me fijé en Esteban lo vi de pie colocándose la chaqueta. Después se dirigió a todos nosotros y nos dijo que se tenía que ir. Se fue despidiendo de todos uno por uno. Cuando llegó a mi me estrecho la mano y me dijo que encantado de conocerme y hasta la próxima, etc...

Mi mujer le dio dos besos y dijo que lo acompañaba a la puerta. Yo me arrimé un poco al marco de la puerta del pasillo sin que me vieran para indagar en como se despedían ya que desde el salón no había visión directa. No me equivocaba, al irse se dieron un buen beso en la boca.

Ya estaban liados, mi corazón con esa escena casi me da un vuelco. Era alucinante tenía una mezcla de sentimientos, celos junto con un morbo enorme de ver a mi mujer seduciendo a otro hombre.

Después de una media hora la casa quedó vacía, y una vez que se habían ido todos los invitados y quedamos solos le pedí que me contara con pelos y señales.

Yo: Cuéntame cielo que me tienes en un sin vivir. Qué tal ha ido la noche con Esteban?

Claudia: Bueno, a ver primero advertirte que algo pasó pero no quiero que te alteres ni te pongas celoso, es algo de lo que habíamos hablado de que podía suceder.

Yo: Buffff, Cariño, entra en detalles!!!

Claudia: pues a ver como decirte esto...Pues nos estuvimos poniendo calientes, nos tocábamos al principio sugerente y después ya metiéndonos mano...Y en esos últimos 20 minutos mientras estabais todos ahí pues...Le hice una buena mamada. Y dejé que se corriese en mi boca.

Yo: Joder que guarra eres. Dejaste que el chaval te soltara su semen en la boca?. Te lo tragaste?

Claudia: Si, lo siento estaba muy salida, no se que me pasó solo quería tener su polla en la boca y lo dejé correrse.

Yo: Joder Claudia, creo que esto se ha ido de las manos, no pensé que llegase a tanto...Porque no te penetraría, no?

Claudia: No cielo, no te pongas así. No llegamos a hacerlo.

Yo: Pero lo intentasteis???

Claudia: Le dije que no que eso no, solo me tocó el coño un poco. No te enfades, pensé que me dejabas libertad para hacer lo que quisiese.

Yo: Si...Pero no pensé que fuese a hacer tanto, pensé que solo tontearíais.

Seguimos hablando, aunque a mi me podía el morbo de imaginarme a mi flamante mujer follando con otro, también pensé en que si esto se descontrolaba pues claro, que podría pasar.

Después de aquello no hablamos del tema más en una temporada, teníamos sexo bastante a menudo y no noté que lo sucedido hubiese cambiado nada.

Yo se que mi mujer se seguía viendo con Esteban, ya sea en el curso como de vez en cuando para tomar algo, pero en teoría nada serio.

Lo que viene a continuación lo descubrí por casualidad. Pasos unos 3 meses desde la cena y sin que mi mujer me hubiese vuelto a contar nada nuevo sobre su joven amigo yo me fui despreocupando, aunque eso si sin dejar de tener alguna que otra fantasía con alguna escena con mi mujer.

Un día de primeros de Abril, mi jefe me llamó a una reunión donde me dijo que tenía que ir un par de días a Barcelona a una reunión con un cliente, temas de un proyecto en Tarragona. Me ausentaría como 2 días y medio. Tendría que salir el miércoles y volver el viernes por la noche. No era nada del otro mundo ya que ya había tratado con el responsable de esa empresa con anterioridad y eran asuntos de cierre de especificaciones.

Se lo conté a mi mujer y me dijo que bueno, si tenía que ir pues que vale. Que era por poco tiempo. El miércoles fui al aeropuerto y cogí el vuelo. Ya con el cliente todo salió fenomenal en 5 horas de reuniones con el jefe del departamento de estudios y proyectos dejamos cerradas las especificaciones.

Después de avisar de las actas de reunión, mi jefe me adelanto el vuelo al jueves por la tarde para que fuese a la oficina a reunirme con mi equipo el viernes por la mañana.

con un poco de retraso el avión llegó a las 7 de la tarde al aeropuerto, no había avisado a mi mujer para darle una grata sorpresa así que cuando el taxi me dejó en el portal subí con premura. Los jueves a esa hora solía estar en casa ya que tenía tutorías y después venía directamente.

La sorpresa fue no verla, pero bueno podía haber salido a hacer compra o quedada con amigas. desice la maleta y me puse cómodo para esperarla. Y mientras que pasaba unos informes por correo electrónico en el portátil del despacho escuché como se abría la puerta de entrada. Cerré rápidamente el portátil y medio cerré la puerta del despacho para que no me viese al entrar.

Mi sorpresa fue cuando oí voces en el salón. Había venido alguien más con ella. Me quedé donde estaba por si acaso, pronto escuche la voz familiar que la acompañaba...Esteban. La conversación no era audible solo alguna risa o palabra suelta.

Se me ocurrió coger el móvil y empezarle a enviar mensajes por la aplicación LINE, interesándome por como estaba. Y ver como respondía. Que morbazo más alucinante.

LINE------------Las respuestas no eran inmediatas, tardaba unos segundos en responder.

Yo: Holaaaa Cielooo

Cl: Hola Amor. Donde andas??

Yo: Nada, en una reunión

Cl: Vaya, aun no has salido?

Yo: No, me queda un poco aun. Tu donde andas?

Cl: Pues salí a dar una vuelta, estuve con Nati y Eva en una cafeta y me voy para casa

Yo: Qué suerte. Todo bien?

Cl: Claro que si Cariño. Te voy a tener que dejar, ya te llamo luego, vale?

Yo: Ohhhh, pero que tienes que hacer? Porqué no me cuentas que tal el día?

Cl: Estoy ocupada con unos recados, te llamo más tarde. Un montón de besos.

Yo: Besos

Cl: TQM

Yo: Igualmente.

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No tenía tiempo para mi, estaba claro que esa forma cortante de dejarme significaba que estaba ya caliente a saco.

Cuando iba a sacar la cabeza para mirar, los oí acercarse por el pasillo que lleva a las habitaciones.

Claudia: Mi marido sigue en la reunión, y hasta dentro de un par de horillas no saldrá.

Esteban: Joder, tu marido en una reunión de trabajo mientras que yo tengo una reunión con su mujer.

Claudia: MMMMMMM, si tenemos que tratar varios temas importantes. Como que me des tu opinión en como me quedan estas bragas.

Esteban: Bufff, te quedan muy bien, pero creo que te las voy a bajar con los dientes.

Claudia: Como sabes lo que me gusta...Qué me quieres hacer?

Esteban: Sabes que me pone mucho? Follarte en vuestra cama. En vuestra cama matrimonial.

Claudia: Te pone montarme en la cama que comparto con mi marido?, te hace sentir más macho?. Me gusta que te sientas más macho, porque lo eres.

Esteban: Y tu marido piensa que eres una niña buena, que inocente.

Claudia: Casi todas tenemos nuestra vena viciosa, pero hay que aparentar ser decentes...Que te crees?. Pero no te emociones que solo es sexo. Podrás follarme cuando quieras pero me quedo con mi marido.

Esteban: Jajajaja, me vale preciosa, tal y como follas.

Claudia: Y deja de charlas y clávamela cabrón.

Esteban: Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh.

Después de eso solo fueron jadeos y gemidos de mi mujer al ser cabalgada como una yegua de carreras. Yo no me moví del sitio. Estuvieron follando como salvajes como 40 minutos, donde al menos mi mujer se vino 2 veces. Después ambos se vistieron y salieron a tomar algo a un bar de la esquina a 2 manzanas de mi portal. Me preparé, me vestí y salí. Di un buen paseo y cuando regresé mi mujer ya estaba en camisón preparándose la cena. De la sorpresa inicial no pudo articular palabra. Le conté que me habían adelantado el vuelo porque había solucionado el problema antes de tiempo.

En aquel momento no me atreví a decirle nada, ella se alegró de verme y con la sorpresa. Después de cenar tranquilamente traté de sonsacarle cosas pero ella me dijo que nada del otro mundo. Que quedaban pero para tomar algo y nada más. Al final había decidido no seguir porque le parecía muy arriesgado tener sexo con el.

Al final se me había ido de las manos y ahora pagaba las consecuencias...Igual hasta me acostumbraba.

(9,25)