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Georgina… toda una vida de travestismo. CAPÍTULO 3 LAS NALGAS DE MI MADRE

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Mis hermanos asistían a la escuela por las mañanas mientras que yo lo hacía por las tardes,

Por ello yo tenía que ayudar a mi madre en los quehaceres de la casa, me ordenaba barrer y trapear la casa, yo lo hacía de mala gana porque esos eran trabajos para mujeres, no para hombres pero mi madre me obligaba a hacerlo.

Siempre al terminar de arreglar la casa mi madre se encerraba en el baño para asearse, mientras yo hacía mis tareas escolares y terminando me salía a la calle a buscar a mis amigos…

Pero un día sucedió algo que marcó el rumbo de mi vida…

El día anterior nos habían suspendido el suministro de energía eléctrica, así que cuando mi madre entro al baño para asearse dejó la puerta abierta, suponiendo que la cortina que colgaba frente a la puerta impediría que yo pudiera verla pero… entre la cortina y el piso hay un espacio de 30 cm. Aproximadamente, cuando mi madre procedió a su aseo se me ocurrió espiarla. Yo aproveché que frente a la puerta del baño había un sillón… me tendí bocabajo en el piso detrás del sillón y por debajo de este pude ver ¡!las nalgotas de mi madre!!... ella estaba en cuclillas, de espaldas a la puerta insertándose la boquilla de su irrigador en la vagina y lavándose con agua tibia… yo la podía ver claramente… sus nalgas, sus piernas abiertas, y sus pies con mis hermosas zapatillas,

Veía perfectamente cómo se pasaba las manos por su vagina y nalgas lavándose perfectamente…

!! Guau, que excitante!! Cuando mi madre terminó de asearse me levanté del piso cautelosamente y Salí de la casa sin hacer ruido.

Mi mente era un lio ¡!acababa de ver a mi madre desnuda!!, lavándose las nalgas, y lo más importante  usando las zapatillas que yo utilizaba todas las noches, pasé todo el día excitadísimo… solo deseaba que llegara la noche para masturbarme y aplacar mi calentura.

 

El problema era que no podía comentar con nadie mi descubrimiento, ni siquiera con mi amigo Raúl.

Esa noche me lavé los pies, me puse las zapatillas, me desnudé, me tendí bocabajo en la cama, y se me antojó acariciarme el culo como vi que mi madre lo hacía en el baño pero…

Mi culo olía mal por estar sucio, entonces se me ocurrió aprovechar la cubeta con agua que estaba junto a mi cama, me senté sobre la cubeta y procedí a lavarme el culito, metía mi dedito medio en mi ano para retirar la suciedad mmm…!!Se sentía muy rico!!...!!Me estaba lavando el culo igual que mi madre!!... ¡!además estaba usando las mismas zapatillas que ella!!, esa noche mi masturbación fue memorable me vine como “LOCA”.

(A partir de este momento dejé de pensar en mi como chico, ahora me imaginaba a mí misma como CHICA)…

Desde esa noche mi ritual de masturbación consistía en: lavarme los pies, ponerme MIS zapatillas, lavarme el culito a conciencia, tenderme bocabajo en la cama, y masturbarme como desesperada metiendo mis dedos en mi culito…

Pero yo quería más, ahora deseaba ponerme más prendas femeninas aparte de mis zapatillas, así que aprovechaba las pocas ocasiones que tenía para hurgar entre las ropas de mi madre. Pero ella no tenía lencería muy sexy y además corría el riesgo de que se diera cuenta que yo usaba sus prendas…

Entre mi grupo de amigos teníamos la costumbre de entrar a las casa de todos con absoluta libertad, así que se me ocurrió ir a las casas de los amigos que tenían hermanas y los que tenían madres jóvenes, para ver si podría encontrar ropa femenina de mi gusto. Y tal vez podría robarme algunas prendas.

Continuará…

 

(8,08)