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delicioso fin de semana

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La vida es diferente para toda  la gente, hay quienes son muy afortunados en dinero  en el juego en fin yo en cambio soy muy afortunado con las mujeres: Esto sucedió hace algunos años los pormenores lo dejo a su imaginación, lo único que les digo es que era lo suficientemente joven para actuar con audacia y decisión 

En aquel tiempo contaba con 19 años y una bellísima madre  que a sus 37 años, lucia increíble,conservaba impecables las sinuosas curvas de su cuerpo,  evito en este momento hacer  la descripción detallada de ella porque lo hare en su momento y me propongo describir hasta el más mínimo detalle.

Cariñosa, dulce consentidora y comprensiva como todas las madres.

Separada, aun no puedo entender como mi padre fue tan estúpido de abandonarla,  no sé cuáles serían sus motivos, mama siempre evitaba hablar  de ello, pero  yo al menos nunca la hubiera abandonado. Vivíamos muy felices junto con mi hermana menor, tan hermosa y suculenta como mi madre.

Nunca les había percibido, ni a mi madre ni a mi hermana, como el par de hermosas hembras que eran,  siempre las mire entendiendo su belleza  de acuerdo al hecho de ser consanguíneos.

Mi madre era gerente en una empresa dedicada a la exportación de víveres, muy cercana a la localidad en que vivimos.

Apreciada en forma general por toda la gente con quien tenía trato por su carácter sencillo y alegre.

Una tarde  que regresaba de la universidad, la encontré llorando,

Ella trató en vano de disimularlo.

--- ¿Qué pasa mama?---

---nada hijo no tiene importancia---

--- ¡claro que la tiene no por nada estas llorando! Anda dime ¿que es lo que te hace llorar y ensombrece tu rostro?---

---te voy a contar pero promete que no te vas enojar ni a buscar pleito---

---está bien te lo prometo pero dime ya de que se trata—

--- ¿recuerdas a Humberto?---

Sí, que pasa con él te está molestando---

---Pues si de alguna forma hijo---

La verdad mama hace tiempo que descubrí que esta enamorado de ti  y no lo culpo, pero si tu no sientes lo mismo no puede ni debe forzarte---

---siento que mal interpreto algunas atenciones que tuve con él, alentado  por ello ha intentado en muchas ocasiones seducirme sin lograrlo yo no siento nada por él, ya se lo dije pero no se da por vencido.

Humberto  se mostraba cada vez más agresivo y le estaba causando problemas con los demás compañeros.

durante la cena mi madre, nos confió a mi hermana y a mí, que en un intento por quitarse su acoso le había dicho que tenía un amante, y que ese fin de semana iría con él  a la playa y que dormiría junto a él en un hotel, el tipo obviamente  no le creyó, lo peor del asunto es que ella, irreflexivamente, le dijo el lugar y al hotel al que iría, y tampoco le creyó; en fin, le amenazó con  ir buscarla para comprobar que estaría en ese hotel el fin de semana, mi madre estaba preocupada porque no sabía cómo salir de ese lío.

Entonces mi hermana, Casandra intervino, y le dijo:

---porque no vas con alguna persona de confianza que se haga pasar por tu amante, ---

---sí, pero ¿en quien confiar? No me vaya a meter en otro lio---

Sonriendo mi hermana dijo;  ----- ¿porque no te llevas  a mi hermano o será que no confías en el?--- Nos miramos y reímos, la idea no era descabellada y entonces planeamos cuidadosamente el asunto entre los tres.

El viernes por la tarde nos fuimos en el auto, decidimos salir un día antes, a fin de preparar todo. Llegamos por la mañana, mama se veía tranquila y yo estaba un poco nervioso, ella hizo el alquiler de la habitación y dio su nombre, sin mencionar el mío, los  de la administración se portaron serios pero de seguro hicieron sus conjeturas, apuesto que pensaron que la hermosa señora llevaba consigo a su amante en turno. Entramos a la habitación que contaba con una sola cama, matrimonial por supuesto, era indispensable que así fuera según nuestro plan, acomodamos la ropa, de pronto el ambiente en aquella habitación  se tornó  tenso, los dos no pusimos  nerviosos con la extraña sensación de estar haciendo algo insano.

Después de ponernos ropa más cómoda, decidimos irnos a la playa, mama traía puesto un bikini rojo brillante estupendo, su sostén apenas podía contener  sus enormes senos, prominentes y apetitosos, quede idiotizado mi madre se mostró muy audaz al portar aquellas minúsculas  prendas pero realmente se veía deliciosa espectacular, cualquier cosa que diga es poco para describir su exquisita presencia, era imposible dejar de recorrer palmo a palmo cada parte de su exuberante anatomía como imposible era dejar de mirar el fastuoso triángulo empotrado en medio de sus lindas piernas, su terso vientre adornado magistralmente por su sensual ombligo, imposible también fue evitar que mi verga se pusiera tiesa,  era una situación incómoda  pero también una reacción natural que delataba con claridad como crecía el bulto debajo de mi calzón  de nadar.

Es probable que ella haya notado mi turbación pues se sonrojo me miró y sonriendo me dijo: --- procura portarte como un novio atento y cariñoso, que no le quede duda a Humberto  de que eres mi amante también quiero que uses estas gafas oscuras para que no pueda reconocerte, hace tanto tiempo que no te ve que no creo que pueda reconocerte pero más vale estar seguros, --- les juro que las palabras de mi lograron moverme el piso y por un momento me sentí,  como un torpe adolescente, me tomó de la mano, y nos encaminamos alegres a la playa, retozamos y nos olvidamos por completo de la causa que nos había llevado aquel sitio.

Me senté en la arena, y deje que el agua me cubriera hasta el pecho,  ella impulsiva se acercó hasta mí, se sentó sobre mis piernas de espaldas a mí, no sé si madre estaba bien consiente de lo que hacía pero se recargo sobre mi pecho y yo pude sentir la suavidad y tibieza de su cuerpo, mi corazón latía preso de emoción permanecí   quieto junto a ella sin atinar a actuar ¿Cómo o de que manera?

Ella parecía no percatarse de mi comprometida situación, yo en cambio intentaba en vano controlar  mi verga que endureció sin poderlo evitar, no tenía que intentar nada mi verga se estiro acomodándose en la ranura de sus encantadoras nalgas. Increíblemente a mi madre no parecía molestarle, volteo a mirarme  y pregunto:

--- ¿Cómo debemos besarnos? Me estado haciendo esa pregunta desde hace rato, ¿no crees que debemos ensayar un poco? No vaya a ser que nos veamos forzados  cuando nos observe  Humberto. Intentémoslo ahora... tenemos que ser convincentes como verdaderos novios.

Ella me ofreció sus labios humedeciéndolos con su lengua, aquello era tan excitante que creí desmayarme de la impresión sus labios intensamente rojos parecían temblar de deseo, el inicio fue un suave beso, tierno de sensación abrumante ella separó los labios, y mi lengua penetró en su fresca y sensual boca, el beso se prolongó por interminables instantes  de pronto se volvió enardecido y concluimos literalmente abrumados. Después de aquel apasionado beso no medí la posibilidad de que Minerva me rechazara, en mi arranque de excitación subí mis manos que estaban posadas sobre su vientre, y las  puse en sus  pechos por encima de su sostén; Minerva suspiró, aceptando mi atrevimiento. Perdí cualquier rasgo de cordura frotaba y oprimía levemente sus opulentos pechos. No me importo y me tenía sin cuidado si la gente nos miraba, la apretaba lleno de locura,  mi verga endurecida reposaba entre sus nalgas  sin el más mínimo pudor.

Era mi madre, quien ahora daba cuenta de mi excitado estado y no oponía resistencia.

Mi lengua se entrelazaba con la de ella intercambiando el inigualable elixir de nuestra pasión   mis manos continuaban aferradas a sus tetas en un incestuoso y apasionado agasajo.

Después, de que salimos de aquel candente instante.

Minerva   guardo silencio. Tímida, Me tomó del brazo y nos fuimos al hotel; nos duchamos y cambiamos de ropa, sin  emitir comentario,  d lo sucedido en la playa Minerva no se veía  apenada al contrario se veía contenta y despreocupada. ---bajemos a comer estoy hambrienta. Estábamos ya en el comedor  cuando mi madre comento:

---Sabes los besos que nos dimos distaron mucho ser entre... madre e hijo...  Minerva se mostró turbada al decirlo, pero debemos hacerlo de nuevo mañana cuando venga  Humberto porque estoy segura que vendrá.

Por la tarde pedí a Minerva que fuéramos a un antro a bailar era un lugar que me habían recomendado por discreto y agradable. Ella se mostró interesada ante mi invitación y acepto gustosa.  Fuimos de inmediato a la habitación Minerva se puso una falda un tanto corta,  una blusa con un escote bastante amplio que permitía ver sus hermosos senos. Tomamos algunas bebidas, y un tanto animado pedí a Minerva que  bailara conmigo. Primero bailamos una pieza bastante movida que nos hiso sudar bastante  después un baile lento romántico, Minerva enlazo sus brazos sobre mi cuello e irremediablemente nuestros cuerpos empezaron a rosarse  fue algo arrebatador, el ambiente propicio semi oscuro permitía que frotara mi sexo contra el de  ella, nuestros movimientos adquirieron cierta sincronía y tuve que buscar la forma de acomodar mi pene  en su entre  pierna, lo mejor  para mí, era que Minerva mostraba agrado con esto, y empujaba hacia mí, su vientre frotándolo contra el mío,

Ella tenía sus ojos cerrados, de pronto comento: ojala que Humberto vea esto y ya me deje en paz.

Poco o nada me importo lo que dijo.  Mi excitación era tan grande que mi verga estaba a punto de derramarse en mis pantalones, los últimos acordes se escucharon, y volvimos a nuestra mesa en forma por demás incómoda para mí,

Yo estaba enardecido lo que había sucedido durante el baile me dejo ansioso de placer.

Entonces acerque mi silla junto a la de

ella, Minerva seguía sin expresar emoción alguna, tenía que hacer algo no me podía quedar así, sin embargo seguía un tanto inhibido en ese momento sentí temor de ser rechazado, ella bebía de su copa cuando se me ocurrió decirle: seguimos ensayando Minerva ella se mostró un poco sorprendida pero sonrió y  Cerró sus ojos cuando ansioso uní mi boca la suya, percibí una exhalación cuando se abandonó totalmente a mis caricias. Nada podía detenerme ya y mi mano empezó a descender hasta posarse en su vientre, Minerva respondía chupando mis labios y mi lengua,

Mi fuego se acrecentó y perdí por completo la razón, en forma discreta comencé a subir su falda,  mi mano patinaba suavemente sobre sus muslos ¡que delicia era como un sueño! Minerva suspiraba y gemía muy quedito y se sobresaltó más  cuando empecé a manosear su intimidad, ella separó las piernas y pude palpar lo empapado que estaba su sexo, enseguida introduje dos dedos en su vagina, deslizándolos con delicadeza en su viscosa cavidad. Ambos estábamos en llamas nuestros bocas parecían querer devorarse al restregarse con fuerza poco común.

De pronto Minerva reacciono  ¡Hijito, no sigas...!  Detente ¡Por favor...! pero no podía detenerme ya seguía besando su boca nacarada y ella continuaba respondiendo a mis besos,  bufaba presa de lujuria en realidad no quería detuviera mis impetuosas caricias, veía con desesperación que su deseo ya no podía ser contenido, yo tampoco  podía contenerme  así que volví a meter mi mano,  entre sus muslos, y  de nueva cuenta tenía mi mano al alcancé de su vulva, los gruesos rizos de su sexo se enredaron en mis dedos, hasta ahí llegue no quise forzarla más  aunque sentía unas ansias tremendas por meter mis dedos en su panocha.

Pague la cuenta y la lleve de regreso al hotel.

Minerva había recobrado su compostura y evito que habláramos de lo acontecido, estuvimos un buen rato en la habitación durmiendo  hasta que fueron casi las 10. Desperté porque el sofá donde reposaba había logrado lastimarme.

Minerva me sorprendió cuando salió de la habitación regiamente arreglada con un vestido de noche negro brillante, estaba preciosa el vestido era como una segunda piel resaltando generosamente su impecable figura.

---Ya es hora hijo ¿no recuerdas que tenemos que ir a dar una lección a un indeseable acosador? ---

---Espera un segundo Minerva necesito acicalarme un poco- ---Sabes Claudio me gusta cómo suena mi nombre en tus labios---

Le sonreí y me metí al cuarto de baño.

Salimos de la habitación y nos fuimos salón del hotel.

No sé qué esperaba pero Minerva se mostró distante y hasta ausente seguro era por lo que paso en la tarde en el antro.

Tomaba sus alimentos sin dirigirme una sola mirada.

De pronto me dijo:

Será mejor que te acerques porque acaba de llegar Humberto, con el pretexto de llenar su copa me senté junto a ella y le di un beso en la boca, por toda respuesta mi madre me abrazo y beso demostrando que me amaba en verdad, en cambio yo sabía de qué se trataba y me sentí desilusionado. Minerva intentaba darle credibilidad a su acción, cambio su actitud y se recargo sobre mi pecho mientras acariciaba mi rostro.

En la otra mesa Humberto veía decepcionado que Minerva no le había mentido incapaz de soportar semejante escena salió furioso del salón de este detalle Minerva no se dio cuenta y prosiguió la comedia creyendo que era observada,

¿Por qué advertirla?

Si yo decidí aprovechar aquella coyuntura a mi favor y disfrutar de las generosas caricias de mi madre.

Ella ofreció sus labios y yo los bese con toda la ternura que ella provocaba en mí, de nueva cuenta nos besábamos con pasión volvíamos a ser hembra y macho urgidos de saciar el más sublime de los actos que unen a un hombre y una mujer ella respondía de manera natural  por más que se empeñara en negarlo.

Nuestra respiración era acelerada y nuestras caricias cada vez más intensas.

Lamentablemente Minerva volvió a frenar sus instintos  y se separó de mi asustada por su reacción

Se levantó apresurada y pidió

La llevara a la habitación.

Una vez en la habitación minerva se vistió con un camisón  muy  sensual, le dije: --- yo dormiré en el sofá para que estés más cómoda---    --- ¡No tonto... dormiremos juntos...! ¿Qué tiene de malo?---

---Entre tú y yo no puede haber nada malo.---- 

--- ¿Y si llegase a suceder? - Entonces no dormirías conmigo... pero yo sé que no hay cuidado...---

Cosa de lo que yo no estaba muy seguro.

Era muy aventurado calcular que no pasaría nada después de aquellos ardientes escarceos  en los que nos vimos envueltos, un juego por demás atrayente, en el que sin remedio había quedado atrapado, para mí era un auténtico crucigrama, pues había constatado como Minerva  se había excitado

Con mis caricias, mi mano no podía estar equivocada pues pudo palpar la humedad de su puchita por si fuera poco mis dedos jugaron con la viscosidad de su excitación, sin embargo era

comprensible que no quisiera copular conmigo, aun no lograba saltar esa barrera, esa barrera que yo si había saltado y se convirtió en el más caro de mis anhelos…..cogerme a mi madre, tan solo de pensar mi palo se ponía duro imaginando penetrar en su deliciosa rendija.

El camisón de minerva era muy revelador transparente y sensual ---apaga la luz Claudio y recuéstate a mi lado. Estaba ahí recostada en la cama con unas pantaletas amarillas que dejaba observar su transparente camisón, fingí no verla para no causarle incomodidad y me quite la camisa, tal vez estaba cansada no sé si dormía pero tenía los ojos cerrados, el caso es que no pude dominar mi lujuria y fije mi vista en su entre pierna, y entonces pude dar cuenta que la tela de las pantaletas también era muy delgada tan delgada que delataba la oscura mata de pelos del sexo de Minerva me aproxime de puntillas lo más que pude y me excite aún más cuando descubrí que varios pelos escapaban por el borde de sus pantaletas, sentí enloquecer de deseo mi corazón latió con mucha fuerza hasta dolerme el pecho quería saltar sobre ella y sepultar mi verga hasta lo más profundo de su panochita, no sé porque pudo más mi miedo al rechazo pero tome mi camisa apague la luz y Salí de la habitación con destino al bar del hotel.

No estoy acostumbrado al alcohol así que solo bebí un par de tragos, en aproximadamente 3 horas que estuve en el bar.

Después decidí regresar junto a mi madre. Entre a la habitación Minerva dormía profundamente, ni siquiera parpadeo cuando encendí la luz, me desnude y tan solo conserve mi trusa,  apague la luz y me recosté junto a ella.

Dormía indudablemente su respiración era acompasada, tranquila, yo estaba más tranquilo tratando de guardar compostura, pero la cercanía tan estrecha entre ella y yo empezó a inquietarme mi respiración perdió ritmo obligándome a resoplar fatigado, tan solo un instante basto para que mi mano llena de decisión se posara entre sus piernas ahí la deje por unos segundos esperando que quizá Minerva protestara, la espera fue vana ella seguía dormida sin alterarse para nada, en cambio yo volví a sentir hervir mi sangre en las venas, de pronto empecé a deslizar mis dedos sobre la fina tela de sus pantaletas. Al parecer Minerva no sentía nada pero yo temblaba de emoción, sin querer despegar mi mano de tan grato sitio.

Comencé a hablarle en murmullo

Minerva yo no sé lo que estés sintiendo después de lo que ha pasado entre nosotros pero te juro amor mío que me estas volviendo loco que si no terminas por entregarte a mis deseos voy a cometer una locura mi ser ya no tiene paz

Me diste a probar la miel excelsa de tus labios,  la tibia y viscosa humedad de tu fuente   de placer, que ya no quiero ni puedo detenerme hasta taladrar tus entrañas con mi tieso leño y mitigar con tu néctar el fuego que me está consumiendo.

Había sacado mi verga de la trusa y con ella rosaba su pierna.

Minerva  de pronto dio un giro me abrazo y paso una pierna por encima de mi costado.

Les juro que no quería moverme ni siquiera respirar

Su rostro quedo frente al  mío, su boca y la mía quedaron a escasos centímetros su delicioso aliento acariciaba mi olfato envenenando mis sentidos.

Mi mente divago por instantes para después descubrir que mi verga estaba apuntando directo a su puchita, cerré mis ojos el objeto de mis deseos estaba ante mí, y sin medir consecuencias comencé a empujárselo suavemente.

La cabeza mi verga percibió el momento en que separo los tibios labios de su rendijita intentando internarse. No pude más sentía morir de emoción mi tieso instrumento derramo su sabia en las pantaletas de mi madre me sacudí varias veces antes de terminar de expulsar la última gota de semen.

Después de aquel increíble momento perdí el sentido, dormí con una sensación de calma tan profunda que al despertar estaba solo en la cama cubierto con una frazada ya muy entrada la mañana.

Mi primera reacción fue levantar la frazada y echarme un vistazo pues no reco

recordaba  haber devuelto mi verga a su sitio.

Y…. no la devolví estaba fuera de mi trusa quizá por eso Minerva me cubrió con la frazada.

Puse mi verga en su sitio y me levante un poco desganado. La expectativa de la actitud que debía tomar con Minerva para nada era halagadora, a mi mente llego como había eyaculado en sus pantaletas, ¿se daría cuenta?  Seguro que sí, había sido una cantidad enorme como para pasar desapercibida, en ese momento apareció Minerva en la habitación

--- ¿Cómo estas hijo?---

---bien mama  y tú---

---muy bien hijo, no quise despertarte te vi tan dormido tan a gusto  que sentí pena despertarte---

---dormí muy tarde mama por eso no desperté temprano lo siento.---

---No te preocupes, pero te aconsejo que te apures porque quiero ir a la playa--- dame 5 minutos y estoy contigo---

---anda mientras te bañas me pongo mi bikini---

Bueno parece que mi temor era infundado, si había visto algo fuera de lo común decidió callar y yo no tenía inconveniente.

Tomaba la ducha y a mi mente llego el asunto de Humberto y me pareció que habíamos exagerado el tipo lo tomo muy a la ligera y simplemente se marchó de aquel sitio sin aspavientos,

Minerva  no volvió a nombrarlo ni hacer comentario alguno.

Aquello dejo de ser prioridad para mí, ahora me preocupaba que hacer con Minerva los siguientes días, la situación era insostenible para mí,

Pensar en compartir la cama con ella me perturbaba demasiado.

Por un momento pensé alquilar otro cuarto a espaldas de mama, pero era algo que yo mismo no deseaba.

De nuevo en la playa y otra vez el torturante bikini de Minerva.

Pero entonces decidí que la apartaría de mi mente por mi propio bien, estuvimos en la playa hasta muy entrada la tarde, todo ese  tiempo estuve recostado enterrado en la arena fingiendo dormir, ella había estado gran parte del tiempo en el agua  y después tendida a mi lado en la arena. El silencio era  total yo no sabía qué hacer  y ella ponía cierta distancia entre los dos.

La claridad iba cediendo ante la llegada de la noche, había sido un día largo y aburrido, parecía que la chispa se nos había apagado.

Minerva se acercó a mi oído y me dijo:

---Vamos a la habitación me siento cansada---

---si claro vamos---

Más que cansada Minerva se notaba aburrida y yo la verdad no veía cómo hacer para reactivar su estado de ánimo, sin que ahora sintiera acoso de mi parte.

Pero para mi sorpresa ella rompió el hielo.

---te noto serio Claudio---

---eh… no mama estoy cansado---

¡Que lastima porque te iba a pedir que me invitaras una copa!---

---Vamos a la habitación nos bañamos y ya veremos qué pasa después---        

Un poco más tarde después de tomar la ducha me sentí reanimado y me vestí para ir al bar.

Tal vez Minerva esperaba que el baño hiciera su labor conmigo, el caso es que cuando menos lo esperaba apareció exquisitamente vestida con un corto vestido negro con vivos blancos.

---listo---

---claro cuando quieras---

Entramos al bar y el semblante de Minerva se tornó más alegre, esto me animo y terminamos bailando varias piezas, hacía mucho calor y ordenamos unas bebidas,

Minerva tenia sed y tomo demasiado rápido su primera copa el efecto etílico fue instantáneo desatando toda su euforia y ganas de divertirse.

Aun no terminaba mi copa cuando ella comenzaba la segunda, la vi tan contenta que no me atreví a decirle nada.

Quería seguir bailando y yo la complací todas las veces que quiso.

Inicio una tercera copa y entonces le dije:

---no la tomes tan rápido o te vas a marear sin remedio---

---no te preocupes de todas formas será la última copa que tome no me quiero emborrachar--- termine mi segunda copa y no quise tomar más, me sentí levemente mareado y debía estar alerta para cuidar a mi madre.

Termino su copa  y me dijo que quería retirarse a descansar.

Pague la cuenta y nos regresamos al cuarto del hotel.

No estaba borracha pero la cantidad de alcohol ingerido le había desinhibido.

Se desnudó delante de mí conservando su sostén y sus pantaletas.

Yo la contemplaba hechizado Minerva hacia honor a su nombre era toda una diosa una escultura viviente una verdadera invitación al  pecado. Aún faltaba quitarse sus zapatillas y me indico se las quitara.

Yo lo hice complacido, con su descuidada actitud había logrado excitarme.

Se tendió boca  arriba en la cama totalmente abandonada a mi ansiosa mirada.

No piensas dormir desnúdate y ven a mi lado.

Me desnude como autómata sin dejar de ver aquel delicioso manjar femenino.

Apague la luz y me  recosté junto ella, estaba tranquilo inhibido y por lo tanto guarde cierta distancia respecto a ella.

Mi desasosiego no era provocado por el vino, no…. ella era la real causa,

El silencio fue momentáneo.

---Hazte para acá Claudio no te vayas caer estas muy a la orilla---

Me acerque tímidamente y ella me jalo y me arropo entre sus brazos.

De pronto nuestros rostros estaban casi unidos,

La oscuridad no permitía ver nuestras reacciones,

Ella si se notaba un poco tomada pero no demasiado, estaba consciente de lo que hacía.

--- ¿Sigues enojado?---

---no podría enojarme contigo aunque quisiera, más bien estoy desconcertado y no sé cómo explicártelo---

---yo también lo estoy y quisiera expresarlo pero tengo miedo, cuéntame tu….anda que puede pasar.

--- ¿estas segura de querer escuchar?---

---si---

---Ojala comprendas mis razones, resulta que de alguna manera tendimos una trampa, lamentablemente yo caí en ella, perdóname te juro que jamás te había visto como mujer, mis amigos y los tuyos audazmente me decían ¡oye que joven y bella luce tu mama!, siempre lo tome como un cumplido y nada más, nunca me detuve a verte de la misma forma que ellos lo hacían, cuando se planteó esta situación hasta divertido me pareció, en cambio la situación dio un derrotero inesperado cuando te vi metida en aquel diminuto bikini, fue un impacto emocional que rompió todas las barreras que pudieran existir entre tú y yo

Desde aquel instante te vi como mujer,

Como la linda y deliciosa mujer que eres Minerva.

Perdóname no pude evitarlo,

Fue algo muy superior a mí,

Esto se vio acrecentado, cuando bese por primera vez tus labios…. Esos lindos labios tuyos que me hicieron sentir estar comiendo una  riquísima fruta carnosa y azucarada.

No sé qué pensaste tú porque pude percibir tu reacción y sé que lo estabas disfrutando tanto como yo.

No sé si imagines el infierno que estoy viviendo, porque a mí no me importa nada,

Del sí está mal  o el qué dirán,

Te lo digo descaradamente quiero hacerte mía,

Y que importa si me voy al infierno si disfruto aunque sea solo una vez de tus lindos encantos.----

Había dicho lo que tenía que decir y reino el silencio.

Por un momento pensé que Minerva dormía y entonces continúe al percatarme por un suspiro que estaba despierta.

---tu dijiste que no podía pasar nada entre nosotros y yo respeto eso, lo que yo deseo ocurrirá si tú quieres si no…..no.

Por lo pronto me voy a otro sitio no sabes lo incomodo que me siento---

---No Claudio espera no me hagas eso, no sin escucharme.

Yo no tengo la misma audacia que tienes tú, pero lo que acabo de escuchar me dio valor para expresar mi sentir

Yo también caí en la trampa

Sentir tus besos sentir tus manos en los más prohibidos rincones de mi cuerpo me hicieron ignorar de quien se trataba y si te detuve fue porque si te dejaba continuar

Tenía miedo de no poder volver a controlar tus deseos y los míos, ahora mismo no sé qué hacer, que decir, me da miedo confesar…… que yo también deseo ser tuya, que por increíble que parezca me gustas y estoy enamorada de ti.

En ese momento todos lo que impedía nuestra entrega se fue al demonio,

Porque minerva empezó a besarme de forma frenética,

Y yo también di rienda suelta a mi pasión,

Nuestras bocas enlazadas parecían devorar uno al otro, nuestros ávidos cuerpos se frotaban ardientemente contagiando su ansiedad uno al otro.

Mi verga estaba toda estirada y apuntaba desafiante en su entre pierna.

Minerva sentía su presencia y empujaba su panochita al encuentro con mi dureza.

Me deshice de su sostén liberando sus voluptuosos pechos, los bese los lamí, atrape con mi boca sus sensibles pezones y provoque que se erizara su piel al succionarlos como cuando era bebe.

Al principio Minerva trataba de no hacer ruido pero después de sentir mi boca en sus pechos  gimió y me dijo:          

Hum….no pares bebe….hum que delicioso.

Sabía que aquello ya no podía detenerse y me empeñe en acariciarla hasta hacerla  enloquecer, de tal forma que ataque su cuello y sus oídos besando, chupando y la hice retorcer cuando introduje mi lengua en uno de sus oídos, Minerva resoplo y me abrazo con fuerza sobre sus carnosos pechos, aah… que piel más suave que sensación tan delirante hasta me parecía escuchar el latido de su agitado corazón.

Baje hasta su entre pierna y lamí su bizcochito por encima de sus pantaletas

Ella volvió a gemir y puso sus manos en mi cabeza aprobando mis caricias

Sin darme cuenta del tiempo batí mi lengua tantas veces que su sensual prenda quedo empapada por mi saliva,

Y ante la complacencia de Minerva que arqueaba excitada sus caderas.

Su calzón tenía algo a mi favor era de los que se anudaban en los costados,

Así que fue fácil deshacerme de él.

Lo desate y tal como descubrí su tesoro puse mi mano sobre él.

Mi emoción crecía a cada instante

De nueva cuenta tenia los pelos de su panocha en mi mano.

Creí que mi cerebro iba a explotar de pronto sentí que mis ojos perdían la poca claridad que había en la habitación,

Y más aún cuando deslice mi dedo al interior de su vagina.

En ese momento sentí unas tremendas punzadas en la verga sentí que podía explotar en cualquier momento así que tuve controlar mis emociones.

Intentado recuperar mi control como si eso fuera tan fácil recargue mi rostro en su mullida alfombra capilar y lo frote sobre ella logrando arrancar nuevos quejidos a Minerva

La curiosidad me llevo más allá y no resistí el deseo de conocer el aroma de su sexo

Aspire y con agrado descubrí que ese aroma que otros parece desagradable a mí me encanto,

No podría describir con precisión su aroma pero para mí era embriagador.

Y en un arranque de excitación lamí aquel acido ducto que un día se abrió para que yo naciera.

Increíblemente después de algunos lengüetazos y quizá también debido a que la excitación provoco más fuerte  la humedad en Minerva, el caso es que el sabor de su vulva cambio a un delicioso e indescriptible sabor dulzón

Elle seguía con sus manos sobre mi cabeza pero ahora la oprimía con más fuerza, como si se tratara de un beso boca a boca.

La panocha de Minerva estaba encharcada entre sus jugos y mi saliva y sus excitantes gruñidos.

Muy  a mi pesar tuve que abandonar aquel horno humedecido,  había el momento tanto estaba deseando.

Henchido de emoción me coloque entre sus piernas,

No podía ver con claridad  la expresión  de su rostro, pero escuchaba el suspiro anhelante,

Ese que se convierte en suplica de febril entrega.

Eleva sus piernas y sus pies quedaron en mi rostro,

Los bese y chupe sus dedos como si fuera necesario seguir excitándola.

Enseguida tome sus pies en mis manos y los separe abriendo totalmente su arco

Me detuve un momento y pude imaginar su panochita abierta de par en par.

Mi verga palpitaba incesante ante el inminente fin de su tormento.

El ansiado baño que refrescaría un poco su calor, y aquella ardiente funda

Estaba ansioso de recibirlo

¡Aah que estas esperando!

La  angustiada y urgente voz de Minerva me saco de mis pensamientos.

Acerque mi tieso mástil hasta tocar su hendidura y la deslice de arriba abajo en varias ocasiones.

Al contacto de mi poste con sus tiernas carnes Minerva agito fuertemente sus caderas.

Enseguida guie mi verga hasta el orificio de su vagina e incruste suavemente la testa en su interior

¡Aaaaaah!

Minerva ahogo un grito de emoción en su garganta y relajo totalmente los músculos de su vagina entonces introduje poco a poco hasta encajarle en su totalidad mi endurecido aguijón,

Era una sensación tan hermosa el separar sus resbalosos pliegues al abrirse paso mi poderoso ariete en su candente cavidad

Sus piernas descansaban en mis antebrazos mientras yo la ensartaba una  y otra vez.

De pronto sentí como sus manos tomaban las mías y me jalaba demandando más rapidez en mis movimientos.

Su sexo tronaba grotescamente cada vez que sepultaba mi trozo entre sus carnes.

Pero justo en ese instante Minerva se vino apretando fuertemente mis manos sacudiéndose y aferrando mi garrote al contraer  su vagina.

Minerva me tenía empapado hasta los huevos su adherido orificio parecía una ventosa de la fuerza que aplicaba a mi tiesa verga

Esa situación fue suficiente para terminar  con mi fortaleza apreté fuerte mi dientes todavía la embiste dos ocasiones más y después descargue todo el contenido que guardaba en mis testículos depositando hasta la última gota dentro de aquel sabrosísimo panal

Concluido el festín me recosté junto a ella, mi dicha era enorme después de unos de incertidumbre me la había parchado, y eso tenía un valor incalculable para mí

Nos abrazamos y nos besamos hasta quedarnos dormidos

El día siguiente nos sorprendió desnudos y abrazados eran casi las diez de la mañana,

Minerva despertó un par de minutos antes que yo.

Cuando abrí los ojos su mirada perdida estaba fija en el techo.

--- ¿qué te pasa mi amor?---

---es que esto que hicimos no está bien---

Se veía triste y abrumada pero para eso estaba yo ahí

----Calla no digas más solo escucha lo que voy a decirte,

No te compliques solo tienes que pensar igual que yo---

---Pero es que…..---

---nada no pasa nada mira esto nadie lo sabe y nadie tiene porque saberlo, porque no lo vas a contar tu y yo menos que nadie, porque no quiero que nadie hable mal de ti eso me dolería mucho.---

---Es que esto está mal Claudio----

---Sé que no piensas igual que yo, pero si debo intentar que lo hagas por una razón, si realmente es malo como dices debo entender que lo que te hice no te gusto---

---no por favor no digas eso, fue el mejor sexo que he tenido en mi vida, ni tu padre fue capaz de hacerme sentir tan mujer como tú lo hiciste anoche.

---entonces grábate esto nadie sabe y nadie tiene que reclamarte, esto solo es entre tú y yo, además nadie ni tu misma vas a impedir que te amé como te amo, como tampoco vas a poder evitar que disfrute de tus encantos las veces que yo quiera…. Pero ojala que tú también lo desees tanto o más  que yo ---

---Tienes razón, ya no me importa si es bueno o es malo lo único que quiero estar junto a ti---

---por un momento sentí que te perdía, pero que bueno que entendiste mis razones, ahora viene lo más importante desde este momento soy tu marido, te amo demasiado y soy muy celoso Minerva, esa puchita no la toca nadie más que yo---

Desde luego mi amor, yo también quiero ser tu esposa  y de hoy en adelante solo a ti pertenezco,  ahora cógeme Claudio, cógeme mi amor lo necesito.

Minerva tenia atrapada mi verga en sus manitas, realmente no tenía que pedirlo, mi verga estaba lista desde hacía rato.

Me subí encima de ella le abrí las piernas y le metí la verga hasta al fondo, no hubo más palabras solo el suave movimiento de nuestros cuerpos en dulce danza copuladora.

Fue nuestra luna de miel pasamos el resto del día y la noche en cuarto del hotel, ni siquiera salimos a comer dormíamos a lapsos y despertábamos solo para ponernos a coger.

Al día siguiente nos comunicamos con Casandra para informarle que pasaríamos unos días más en aquel sitio y regresaríamos el próximo sábado.

Minerva se veía feliz igual que yo,

Estaba convertida en la más dulce de las amantes sus temores y recelos se habían desaparecido y se entregaba completa a nuestra pasión.

A pesar de ser nuestra última noche en aquel lugar se mostraba muy contenta, en cambio yo estaba preocupado de que hubiera algún cambio al regresar a casa.

Por la mañana emprendimos el regreso a casa, y llegamos al caer la tarde el trafico había estado ligero y no tardamos en llegar.

Me sentía cansado y por lo mismo estaba un poco serio en cambio Minerva se mostraba muy contenta contando algunos pormenores del viaje,

Casandra noto el cambio en mama, le miraba extrañada había algo diferente en ella que no lograba descifrar.

Minerva fue a su habitación por alguna razón a la que no puse atención.

Casandra se fue de inmediato donde estaba yo y comenzó hacer  preguntas.

--- ¿Qué le paso a mama que viene tan contenta? Hasta parece que viene de su luna

de miel

No lo sé quizá le hacía falta des estresarse yo siento que está bien que venga contenta ¿no crees?---

---Por supuesto que sí, supongo que resolvió su problema.

Supones bien ese tipo no vuelve a molestarla y más le vale si no se verá las caras conmigo---

---Está bien pero hasta pareces marido celoso---

---Simplemente pretendo que no la moleste mas eso es todo---

--- ¿estás enojado?---

---por supuesto que no solo un poco cansado me voy a dormir---

----anda pues que descanses-

Recostado en mi cuarto comencé a pensar en las preguntas de Casandra no sabía nada pero su conjetura no estaba lejos de la realidad, será que finalmente descubriría nuestra relación, tal vez, pero esa es otra historia que en su momento les contare.

de miel

No lo sé quizá le hacía falta des estresarse yo siento que está bien que venga contenta ¿no crees?---

---Por supuesto que sí, supongo que resolvió su problema.

Supones bien ese tipo no vuelve a molestarla y más le vale si no se verá las caras conmigo---

---Está bien pero hasta pareces marido celoso---

---Simplemente pretendo que no la moleste mas eso es todo---

--- ¿estás enojado?---

---por supuesto que no solo un poco cansado me voy a dormir---

----anda pues que descanses-

Recostado en mi cuarto comencé a pensar en las preguntas de Casandra no sabía nada pero su conjetura no estaba lejos de la realidad, será que finalmente descubriría nuestra relación, tal vez, pero esa es otra historia que en su momento les contare.

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