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Carlos y Claudia

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La historia que les voy a contar a continuación es verdadera y aconteció hace aproximadamente un mes. Mi nombre es Carlos, tengo 36 años, llevo cuatro años casado con Claudia, ella tiene 26 años y es una hermosura de mujer, piel blanca, cabello negro azabache, con un cuerpo fenomenal, tiene mi misma estatura 1.82 metros.

Era vienes por la noche, Claudia acomodaba muy contenta las maletas para salir el otro día temprano a disfrutar unos días de vacaciones en la casa de playa de su familia.

-Mi amor mira los trajes de baño que me compre para lucírtelos en la playa, para que no te babes por otra mujer.

-Así me gusta mi amor. Que seas muy sexy y que siempre me mantengas muy enamorado. Con ese descomunal cuerpo que te gastas no tengo ojos para otra, te lo aseguro.

-Por eso me gusta arreglarme y vestirme muy sexy para ti mi amor, jamás quiero perderte, dijo esto abrazándome por el cuello y dándome un calido beso.

-La tome por los glúteos y la apreté contra mi cuerpo.

Mi pene se puso a millón con el roce de su vientre, era algo que resaltaba mucho en su figura, su pequeña cintura seguida por sus amplias caderas y su vientre espectacularmente plano.

-Epa, epa. Nada de sexo hoy, quedamos en dejarlo para la playa. Quiero tenerte muy excitado y deseoso. Así me tratas más amorosamente. Dijo picándome un ojo y dándome una palmadita a mi pene erecto.

-Está bien mi amor, estoy de acuerdo. Sera como tú dices. Vamos a dormir entonces ya es tarde y nos toca madrugar.

Salimos temprano de casa. Al mediodía estábamos en la casa de playa.  Saludamos a sus familiares.

Charlamos un rato con todos echamos algunos chistes y nos dirigimos a la habitación para llevar el equipaje.

Claudia acomodo las cosa en la habitación y se fue a cambiar mientras yo terminaba de sacar algunas cosas del automóvil.

Cuando entre a la habitación casi me desmayo al ver a mi bella mujer. Estaba despampanante con un traje de baño de dos piezas tipo bikini color negro que realzaba su bella figura y dejaba poco a la imaginación.

-Guao, que ricura mi amor, que bello te queda ese traje de baño, tienes un cuerpo perfecto mi amor. Vas alborotar a todos en la playa.

-No seas exagerado, no es para tanto y si fuese cierto me sentiría muy feliz porque sé que te sentirías muy orgulloso de mi.

-Así es mi amor. Me siento muy orgulloso de ti. Le di un beso y un abrazo y me cambie rápidamente.

Bajamos tomados de la mano muy románticos y nos dirigimos a la playa. Al caminar veía de reojo como la mayoría de los hombres volteaban a ver a mi mujer. En verdad estaba espectacular.

Nos bañamos un buen tiempo, jugamos con olas, nos besamos, hasta que comenzó a caer la tarde y su primo Antonio se acercó a donde estábamos y nos hizo seña paraqué saliéramos hasta la orilla para hablar con nosotros.

-Primos vengo a invitarlos a una tasca nueva que van a inaurar hoy, es de un amigo de la familia.

-Bueno me gustaría ir pero tiene que darnos media hora para cambiarnos, le dije.

-No primo vamos así mismo, es a horillas de esta misma playa como a un kilómetro de aquí, todos nos vamos caminando así mismo, allá nos bañamos más tarde en la playa frente la tasca.

-Bueno si ustedes van así nosotros también, qué opinas mi amor?

-Bueno para serte sincera yo preferiría no ir, sabes que no me gustan esos bochinches y menos así como ando vestida, me da vergüenza.

-Pero si estas súper bien así prima, si mi novia tuviera un cuerpazo como el tuyo me imagino que siempre andaría en traje de baño.

-Ja,ja,ja, gracias primo por el alago pero en verdad me da vergüenza andar así fuera de la playa y mucho menos ir así a una tasca.

-Pero prima, todos van así, es orilla de playa, hasta va a ver concursos de franelas mojadas y elección de la reina de la tasca con muy buenos premios. Se van a divertir mucho, además aquí la gente está acostumbrada andar así.

-No quiero ser aguafiestas primo pero prefiero quedarme. Anda tú con ellos Carlos.

-Nada de eso mi amor, si tú no vas yo tampoco, no te voy a dejar solita. Vinimos de vacación para estar juntos.

-Vio prima, ahora el primo tampoco va, que malo.

Claudia nos veía a los dos sin saber que decir. En su cara se veía la contrariedad de sus pensamientos.

-Está bien vamos a ir pero un rato solamente, aunque les aseguro que no aguantare la pena de andar así vestida.

-No te preocupes mi amor, cuando veas que todos andan en trajes de baño igual que nosotros se te pasara ya verás.

Caminamos aproximadamente un kilómetro como había dicho el primo y llegamos a la tasca, no era muy grande pero si un sitio muy pintoresco a orillas de la playa. Entramos y nos sentamos directamente en la barra donde nos estaban guardando unos puestos las amistades del primo. Claudia se sentó muy pegada a mí, quería sentirse protegida en aquel ambiente.

La música comenzó a sonar y todos comenzaron a bailar.

-Ves mi amor, todas las chicas andan en trajes de baño y los hombres también.

-Si mi amor pero yo no estoy acostumbrada.

-Pero andas bellísima mi amor, no te has dado cuenta cómo te bucean.

-Claro que me he dado cuenta y eso también me molesta, casi me desnudan con la mirada.

Nos sirvieron bebidas a todos y brindamos, no habíamos vaciado la copa cuando volvían a servirnos.

-No tomes muy rápido mi amor, le dije a Claudia.

-Quiero que el alcohol me caliente el cuerpo y me haga desinhibir un poco, ya me estoy sintiendo mejor, dijo ella besándome suavemente.

-Me permite bailar esta pieza con usted prima?

Claudia me quedo viendo y luego le dijo al primo.

-Pero hay mucha gente bailando primo y es espacio es muy pequeño.

-No le pares prima, aquí es así, si te tropiezan tu también tropiezas y listo, dijo sonriente.

Ella no sabía que decir y yo en verdad no quería opinar, abecés Claudia se pone muy necia y le es difícil adaptarse a al ambiente.

-Bueno está bien primo pero una sola pieza, ok?

-Como usted diga mi primita, voy a ser el hombre más envidiado de la tasca, mis amigos andan babeados por ti, pero les he dicho que mucho cuidado porque eres casada. Le dijo al oído sonriendo.

Los dos comenzaron a bailar, yo los seguía con la mirada y era muy cierto lo que decía el primo, muchos no le quitaban el ojo de encima a mi esposa pero sin faltarle el respeto en ningún momento.

Bailaron varias piezas y regresaron al rato muy sudados a la barra.

-Como te fue mi amor, le pregunte.

-Hace mucho calor, estoy súper sudada y el primo no me quería soltar, es todo un bailarín, dijo sonriendo.

En ese momento tomo el micrófono el animador de la tasca.

-Señores y Señoras, ahora damos paso a nuestro certamen de belleza, para elegir la madrina de la Tasca, la cual gozara de la exclusividad de bebidas y comidas gratis por un año para ella y cuatro acompañantes.

Todo fue un revuelo por unos minutos, las mujeres corrían de un lado al otro.

-Por qué no te inscribes mi amor, le dije a Claudia.

-Ni se te ocurra mi vida, yo no voy a estar desfilando entre todo este poco de buzos que hay aquí.

-Pero estoy seguro que ganarías mi amor y así tendríamos todo gratis por un año, no está mal verdad?

-Si pero no me atrevería, más bien vamos a salirnos de aquí antes de que vengan los primos a tratar de convencerme.

-Bueno si eso es lo que quieres será si mi amor, vamos a caminar un rato por la playa y regresamos más tarde, pero te aseguro que hubieses ganado el certamen.

Nos dirigimos  hacia la puerta de salida, pero no habíamos llegado allí cuando un joven alto y fuerte se de piel morena nos cortó el paso.

-Disculpe, pero no quisiera que se marcharan aun, me llamo Juan y soy su anfitrión. Soy muy amigo de sus primo y por petición de ellos le suplico que no se vallan.

-Hola Carlos mucho gusto de conocerte, en verdad te admiro por tener tan buen gusto.

-Hola Claudia, con todo el respeto que se merece tu esposo aquí presente quería ver en persona si eres tan bella como tus primos me habían comentado y sinceramente creo que se quedaron cortos.

-Muchas gracias por el cumplido Juan, es usted muy galante pero un poco exagerado. Ah ya me imaginaban que iban a intentar algo los vagabundos eso, dijo Claudia sonriendo.

-Ellos me pidieron que por favor te convenciera para que concurse en el certamen. Claro si los dos están de acuerdo.

-En verdad yo si quería que ella compitiese, sé que si lo hace ganaría, pero ella no quiere y yo sería incapaz de obligarla.

-No obligarla nunca jamás, dijo Juan. Vengo a convencerla. Yo también estoy seguro de que usted ganaría el concurso y como dicen sus primos todos quedaría en familia porque ellos son como mi familia y usted al ser su prima pasaría a ser mi familia y así cada vez que quieran venir a la playa saben que tienen comida y bebida gratis por un año, que dicen?

Juna nos quedó viendo a los dos con cara de complicidad.

-Está bien Juan voy a competir y espero no defraudarlos, voy a poner todo mi empeño como en todo lo que hago, pero si gano quiero que me prometa que mis primos van a disfrutar el privilegio durante todo el año, piénselo bien y dígame si está de acuerdo.

-Estoy muy de acuerdo, ellos son como mi familia, si ganas que estoy seguro que lo aras, ellos disfrutaran gratis comidas y bebidas cada vez que vengan  a beneficio de su bella prima.

-Donde hay que inscribirse, pregunto Claudia.

-Ya estas inscrita, fuiste la primera, yo lo hice personalmente por petición de uno de tus primos.

Le di las gracias contestamos y estrechamos nuestras manos en señal de acuerdo y volvimos a dirigirnos a la barra.

Al llegar nos dimos cuenta de la cara de satisfacción de los primos y amigos, creo que ya lo tenían todo planeado.

-Qué bueno prima, ya nos sentimos ganadores, ya sabíamos que no nos podías fallar.

-Creo que ya esto lo tenían planeado de antemano. No creo en las casualidades primo.

No había pasado ni 20 minutos cuando llamaron a las concursantes. Eran un total de 22 chicas, no he de negar que habia varias chicas hermosísimas y de cuerpos casi perfectos, había para todos los gustos.

-Suerte mi amor, le dije a Claudia dándole un dulce beso.

Ella se encamino muy decida. Eso sí tenía ella que cuando decidía hacer algo lo hacía bien hecho y se entregaba completamente.

Todas las chicas comenzaron  a desfilar, los aplausos decidían quien se iba y quien se quedaba, al rato solo quedaban seis finalistas muy preciosas todas, pero mi Claudia resplandecía entre ella con luz propia.

Hicieron un nuevo desfile y los aplausos decidieron dejar solo a dos finalistas, Claudia y una chica rubia muy bella.

-Para finalizar y escoger a la ganadora las dos participantes deben someterse a la prueba de la franela mojada.

Inmediatamente vi la cara de sorpresa que puso mi Claudia, su mirada busco a la mía como diciendo que eso era demasiado atrevido. Yo me encogí de hombros y le hice señas para que lo hiciera, que no iba a pasar nada malo. Su cara estaba muy sonrojada de la pena, Juan se acercó a ella con dos franelillas muy pero muy cortitas y casi transparentes. Ella al tenerla en sus manos casi se horrorizo, me acerque a ella porque vi en su cara que no lo iba hacer y no podría continuar en el concurso.

-Esto es una exageración mi amor mira esto, para eso salimos con las tetas al aire y listo.

-Es cierto mi amor, pero que vas hacer, te vas a retirar cuando eres prácticamente la ganadora.

-En verdad que me da ganas de salirme y listo pero tú sabes que yo no soy de esas personas si acepte es porque voy a llegar al final y además no te voy a defraudar mi amor. Esto lo estoy haciendo para complacerte a ti  y a los primos.

-Eso lo sé muy bien mi amor, y me haces sentir muy feliz, soy el hombre más envidiado del mundo, le di un dulce beso para que fuera a cambiarse.

A los pocos minutos salieron las dos con sus franelillas súper cortas, que casi no cubrían sus senos. El público comenzó aplaudir, Juan tomo una jarra y comenzó a mojarle las franelas, la tela era tan delgada y transparente que sus bellos senos se veían completamente, la música comenzó a sonar y ellas comenzaron a bailar, Juan seguía mojando sus senos. El público pedía que el baile fuera más sensual y que las chicas bailaran rozando sus cuerpos una con la otra y así lo hicieron muy sensualmente, sus pezones chocaban con el de la otra chica, ambas tenían los pezones muy erectos, los senos de mi Claudia eran más redondos, grandes y duros que los de la otra chica. Juan alzo la mano de una y otra para buscar los aplausos del público y no había duda Claudia era la ganadora del concurso.

Yo inmediatamente me acerque a ella para felicitarla y ella me respondió con un ardiente beso.

-Lo lograste mi amor, sabía que podías, le dije abrazándola y girando con ella como si estuviésemos bailando.

-Gracias a ti mi amor que siempre me apoyas en todo.

-Felicitaciones a la feliz pareja, dijo Juan dándole un abrazo y un beso a Claudia.

Inmediatamente vinieron todos los primos y amigos a felicitarla. Después de la euforia todo volvió a la normalidad y continúo la fiesta.

-Vamos a bailar mi amor, la reina quiere bailar con su rey.

Comenzamos a bailar, el sitio en verdad era muy reducido para la gran cantidad de personas que bailaban, nuestros cuerpos rozaban con los demás, abecés hasta chocábamos fuerte con otra pareja pero nadie se molestaba más bien se reían.

-En verdad abecés pienso que se tropiezan con nosotros para rozar tu cuerpo mi amor.

-Yo también lo estoy llegando a pensar querido, dijo ella con una sonrisa de picadilla en los labios.

-Juraría que te gusta lo que está pasando, te excita que te rosen mi amor?

Claudia no contesto, más bien se pegó a mi cuerpo con fuerza y comenzó a besarme el cuello. Esto me puso a millón, mi pene reacciono inmediatamente.

-Si me gusta y me tiene muy exitada todo lo que he hecho, creo que esta noche vamos a tener sexo como dos salvajes.

-Huy que rico mi amor, así me gusta, entonces que te tropiecen más aun, dije sonriendo.

Ella me vio con gesto malicioso y sus labios buscaron los míos en un apasionado beso que nos hizo olvidar donde estábamos.

-Vamos afuera mi amor, necesito tomar aire fresco, me dijo Claudia tomándome de la mamo y arrastrándome hacia la puerta de la tasca.

Salimos a la playa y nos metimos al agua a refrescarnos, muchos de los que estaban bailando estaban ahora también bañándose.

Claudia estaba muy melosa conmigo, la conocía muy bien y sabía que estaba muy excitada.

La abrace fuertemente hacia mi paraqué sintiera la presión de mi pene sobre su abdomen y se diera cuanta que yo también estaba a millon.

-Sabes mi amor, creo que no voy aguantar hasta llegar a casa, le dije al oído.

-Creo que yo tampoco mi amor, este ambiente me ha excitado como nunca, estoy eufórica, dijo esto metiendo su mano dentro de mi traje de baño para acariciar mi pene.

-Pero aquí no lo podemos hacer hay mucha gente cerca se darían cuenta, le dije al oido.

-Es cierto mi amor, y si caminamos hacia aquellas piedras que están allá, de repente encontramos un lugar despejado donde lo podamos hacerlo.

-No será peligroso mi amor. Y si alguien nos ve? Dijo ella con temor.

-Bueno es parte de la aventura, lo inesperado, que dices, te animas o no?

-Yo hago lo que tú digas mi amor. Yo quiero lo que tú quieras y donde lo quieras para eso eres mi marido. Y si nos metemos en problemas, nos metemos los dos.

Nos besamos un buen rato y decidimos poner en marcha nuestro plan.

Llegamos a las piedras y comenzamos a subir con mucho cuidado, al llegar a la sima vimos una playita despejada entre las piedras, llegamos hasta allí con dificultad por las piedras y de repente nos quedamos paralizados, ya una parejita se nos había adelantado. Nos escondimos detrás de una piedra grande par que no pudieran vernos, estaban tan concentrados que no se percataron de nuestra presencia.

-Mira mi amor que casualidad es Juan el anfitrión de la tasca con una de las muchas que concurso contigo.

-Si es verdad mi amor y ahora que hacemos, me susurro al oído Claudia.

-Vamos a ver la función en primera fila, que te parece?

-Vamos a espiarlos dijo ella un poco asombrada.

-Claro pero sin que se den cuenta de nuestra presencia.

-Pero no es correcto Carlos y si nos descubren que pasara?

-No nos van a descubrir, además jamás hemos visto una porno en vivo, le dije sonriente.

-Estás loco pero está bien será como tú quieras, ojala no nos metamos en problemas.

-Ven acerquémonos más, vamos a subir a esa piedra, desde allí podremos verlos más de cerca.

Llegamos muy cerca de ellos sin que se dieran cuenta, estábamos muy cerca a escasos cuatro metros.

Los dos estaban totalmente desnudos haciendo el amor sobre una gran roca.

-Tremendo miembro se gasta el Juan le dije al oído a mi mujer.

-Si ya me di cuenta mi amor, solo en películas había visto semejante animal de pene. La chica parece que sufre mucho con el tremendo pene, dijo Claudia casi entre diente.

-Yo no la veo sufrir más bien le gusta mucho, mira cómo se mueve sobre él. Le dije a Claudia maliciosamente.

-Ahora se lo está mamando, mira lo tiene enorme en verdad mi amor, ni en las películas porno que hemos visto había visto uno tan grande, casi no le entra en la boca, dijo Claudia asombrada.

-Es cierto mi amor, tienes toda la razón, pero insisto en que ella está gozando mucho.

Mis manos comenzaron comenzaron a bajar el traje de baño de mi esposa, ella no opuso resistencia, mis dedos recorrieron su vagina y estaba bañada de flujo, estaba súper excitada. Mis manos separaron sus nalgas y mi legua comenzó a abrirse paso entre ellas. Mis dedos se hundieron en su húmeda vagina, mientras ella no dejaba de ver el espectáculo.  Sus caderas comenzaron a moverse cadenciosamente, sus músculos vaginales apretaban y succionaban  mis dedos. Subí la parte superior de su bikini y acaricie sus duros senos, sus pezones estaban erectos, se voltio hacia mí y su cara se veía desencajada por la lujuria, me beso muy apasionadamente, luego se volvió asomar a ver a la pareja y con su mano tomo mi pene y lo dirigió a sus nalgas, levanto un poco el culo y se lo introdujo en la vagina de espalda a mí y sin dejar de ver lo que hacia la parejita. Sus movimientos eran lentos y muy ricos, su respiración estaba agitada como nunca. La apreté contra mí y le susurre al oído.

-Te excita mucho lo que estás viendo mi amor.

-Si me excita mucho cariño y tú también me excitas, tengo una doble excitación.

-Que es lo que más te ha excitado de lo que has visto?

-Todo me ha excitado, absolutamente todo.

-Te gusta el tamaño del pene Juan?

Ella no respondió, comenzó a moverse con más fuerza.

-Te gustaría tener uno así de grande dentro de ti, le pregunte al oído, mordiéndole la oreja suavemente.

-Con el tuyo me basta y me sobra mi amor. No lo cambiaria jamás por otro.

-Pero si lo tuvieras delante de ti que harías?

-Nada mi vida, ya te lo dije, con el tuyo me conformo. Además no me atrevería a meterme algo así tan grande y largo, es como muy descomunal.

- Me estás diciendo la verdad….. Dicho esto, saque el pene de su vagina y lo metí poco a poco en su ano, ella ni se inmuto, estaba tan excitada que hasta el ano estaba dilatado, comencé s moverme fuerte dentro de su culo, ella también se movía fuertemente.

De repente la apreté fuertemente contra mi cuerpo inmovilizándola completamente y le susurré al oído:

-Dime la verdad, te gustaría meterte uno así? se sincera?

-Está bien mi amor, si, si, si me gustaría saber que se siente, tu has sido mi único hombre, pero no lo voy hacer nunca con otro, no te voy a traicionar, mi cuerpo es tuyo y solo tuyo.

-Y si yo te lo permitiera?

Ella casi brinco y se voltio así mí mirándome fijamente.

- Sabes que jamás harías eso y sé que tu jamás lo haceptaria tampoco.  Ahora cógeme rico y deja de decir tantas tonterías.

Ella se volvió a colocar de espalda a mi, tomo mi pene con una mano y lo dirigió a su pequeño orificio anal y comenzó a moverse nuevamente de una forma suave y lujuriosa, mi pene parecía reventarse dentro de su culo, nunca habíamos hecho el sexo así.

Notaba que ella estaba súper editada por el momento que estábamos viviendo y quise ver hasta donde llegaba mi bella mujer.  Por ese motivo le volvi a preguntar:

-Y si me atreviera a compartirte aunque sea una sola vez?  Y si me gustara verte disfrutar con un monstruo de pene como el de Juan?  Que dirias?

-No pongas esas ideas en mi cabeza mi amor y menos es este momento que me encuentro tan excitada sería muy peligroso y luego nos podríamos arrepentir.

-Entonces te atreverías hacerlo?

-Hacer que mi amor? Lo que quiero es que me hagas el amor y dejes de decir tonterías, me tienes a punto de acabar y te detienes para envenenarme la mente.

-No son tonterías, jamás te había visto tan excitada y solo quería hacerte un regalo de placer y lujuria por lo tanto que te amo.

Ella dejo de moverse, saco el pene nuevamente de su bello culo y se puso de frente a mí mirándome de forma incredula.

-Es verdad que estoy súper excitada y es peligroso lo que metes en mi cabeza en este momento mi amor, no quiero dañar nuestra relación por una locura de un momento, te amo demasiado y nunca quisiera perderte.

-Bueno fue una idea que se me cruzo por la mente. Pero está bien, tu siempre tienes la razón, fue una tontería pensar en eso, ven sigamos haciendo el amor y disculpa mis estupideces. Soy un tonto.

-Discúlpame tu mi amor si fui un poca dura y seca contigo, no son estupideces tuyas, se que lo haces para excitarme y admito que si me gustaría lanzarme un pene descomunal como ese, me gustaría mamarlo, besarlo, acariciarlo, sentirlo dentro mi vagina y hasta en mi culo aunque se que no podría con el porque me lo rompería.  Eso era lo que querías escuchar mi amor, pues así es.

-Me gusta que seas sincera conmigo. Sabes que te amo mucho y sabes que te complacería con cualquier cosa que te haga feliz.

-Y ahora que te lo confesé que piensas hacer?

-Llamarlo y proponérselo.

-Pero estas loco en verdad, no lo estarás diciendo en serio mi amor? Yo no me atrevería jamás a hacer algo así. No he de negarte que me excita mucho imaginarlo pero llevarlo a la realidad me moriría de la vergüenza no los podría ver a ninguno de los dos a la cara.

-Tu cuerpo me dice una cosa y tu boca otra. Se que disfrutarías mucho haciéndolo pero no te atreves. Si solo te dejaras llevar por mi como siempre y abrieras tu mente la pasaríamos súper bien y experimentarías algo nuevo y muy erótico.

-Estas loco en verdad. No sé qué decirte, hare lo que quieras y has que no flaquee y te siga el juego por que no se si podré hacerlo. Sabes que jamás he estado con otro hombre. No quiero que pienses después que te traicione.

-No me vas a perder porque no hay traición, yo soy el que te lo está proponiendo, pero si no quieres no insisto más.

-Está bien mi amor acepto, dijo Claudia con los ojos cerrados. Acepto hacer lo que cruce por tu mente pero solo hoy y nunca más ok?

-Está bien será como digas. Vamos a bajar a donde están ellos sígueme la corriente, yo me encargare de correr a su amante para que no tengas competencia, le dije picándole un ojo.

-Así de fácil crees que es?

-Claro mi amor déjamelo a mí y veras. Ven tómame de la mano.

-Carlos estas seguro de lo que vamos hacer? pensémoslo un poco más por favor. Dijo Claudia con un pequeño temblor en la voz.

-Si lo pensamos no lo vamos hacer, ven vamos, no te rajes. Aprovechemos que ya terminaron de hacer el amor y se están vistiendo.

-Buenas tardes Juan, buenas tardes señorita, perdonen la interrupción, mi esposa y yo tenemos rato buscándote Juan para plantearte un negocio. Espero no seamos inoportunos.

-De ninguna manera amigos míos y menos si es petición de nuestra reina. Estoy a su total disposición. Dijo Juan de forma muy galante sin apartar los ojos del cuerpo de mi bella mujer.

-Bueno yo me retiro, dijo la joven acompañante de Juan.

Se despidieron con un beso y la joven se alejó.

-Bueno ustedes dirán, hablamos aquí o prefieren hacerlo en la tasca? dijo Juan.

-Ante todo la verdad Juan. He de confesarte que tenemos más de medio hora observándote haciendo el amor con la joven que se acaba de marcharse, fue de forma accidental ya que estábamos buscando un sitio donde hacer el amor nosotros también y la sorpresa fue verlos a ustedes, he de confesarte que mi esposa y yo nos hemos exitado mucho viéndolos de tal manera que hemos pensado pedirte que hagas un trio con nosotros y así complazcas a tu bella reina.

-Caramba jamás me imagine que algo así me podrida pasar a mi, en verdad estoy súper complacido que me hallan elegido a mí para ello y quiero que mi reina sepa que me gusta mucho y que sera un honor para mi complacerla en cuerpo y alma.

-Yo la verdad no estoy muy de acuerdo con esto Juan, dijo Claudia con la voz temblorosa, me siento muy apenada, no quiero que vayas a pensar que somos unos locos, es una locura que se le ocurrió a mi esposo por la excitación del momento. Mas pienso que mejor nos marchamos y olvidamos esta locura. Dijo viéndonos fijamente a los dos.

-No es ninguna locura mi hermosa reina, tu esposo te ama y confía en ti, me imagino que quiere que experimentes cosas nuevas y yo estoy dispuesto a todo por alguien como tu.

El joven se le acerco a mi esposa, la tomo de la y la condujo hasta la piedra en donde estaban haciendo el amor.

Ella volteo nerviosa para donde yo estaba y me extendió la mano para que la tomara. Yo inmediatamente tome su mano y los tres quedamos muy juntos el uno del otro.

Juan atrajo a Claudia hacia él y busco sus bellos labios para besarla.

-No por favor, mejor no, mejor dejémoslo así, Carlos por favor vámonos.

-Pero Claudia que te pasa mi amor, a que le temes?

-No sé pero tengo miedo de lo que pueda pasar.

-No temas yo estoy contigo y no te dejare nunca.

La bese apasionadamente por unos instantes,

-No te quiero obligar a nada mi amor, lo haremos solo si tú en verdad lo deseas.

-Claro que lo deseo mi amor, dijo apretando mi mano, pero tengo mucho miedo, no creo poder hacerlo.

-No tengas miedo, yo estoy contigo y Juan es nuestro amigo.

-Está bien, lo intentare, pero poco a poco por favor. Y por favor Juan no pienses mal de mí.

-Nunca pensaría mal de ti, sé que eres una buena chica que quiere experimentar algo nuevo eso es toda.

Dijo Juan colocándose detrás de ella espero unos instantes a que se calmara mientras yo la besaba tiernamente, las manos de Juan hábilmente desataron las cuerdas del sujetador de la parte superior del traje de baño e inmediatamente sus manos comenzaron a masajear sus redondos y bellos senos, apretándolos suavemente, mientras yo la besaba para calmarla, luego Juan se arrodillo para terminar de quitarle la parte de abajo del bikini, acariciando y mordiendo sus tangentes nalgas muy sensualmente.

Ella seguía besándome abrazada fuertemente a mí y de espalda a Juan.  Yo suavemente le di la vuelta y la puse de frente a Juan quedando yo ahora a su espalda, ella se quedó viéndolo fijamente a los ojos, sus manos no soltaban las mías. Juan busco sus labio pero ella lo esquivo, su cara giro rápidamente hacia mí, sus manos apretaron fuerte las mías, Juan tomo su cara muy delicadamente con ambas manos y la dirigió hacia sus labios, tratando de besarla, pero ella volvió a rechazar el beso nuevamente, yo la bese en el cuello suavemente y le dije al oído,

-Anda bésalo. No pasa nada. Yo estoy aquí contigo. No pienses solo déjate llevar por el placer.

No dijo ella con un gesto de cabeza. La volteé nuevamente hacia mí y la bese suavemente.

-Disculpa mi amor, soy una tonta, sé qué haces esto por mí y te lo agradezco, pero me da mucha vergüenza. Bésame mucho y hazme el amor tu primero. Luego veremos si puedo hacerlo con Juan.

Hice lo que ella quería y Juan acepto hacer lo que ella pedía sin poner objeción. Claudia se recostó de una gran piedra buscando un refugio a su desnudo trasero, me atrajo hacia ella abrazándome fuertemente, la comencé a besar suavemente hasta que sentí su excitación nuevamente, ella misma busco mi pene y lo dirigió a su entre pierna. Estaba súper mojada, mi pene entro suavemente en su caliente vagina su respiración estaba agitándose por la excitación, ella no le quitaba la vista al enorme pene izado como tolete de juan, yo sabia que ya estaba cediendo a la tentación. Juan también se percato de ello y se acercó nuevamente a ella. Me detuve y la volví a girar hacia Juan, ella volvió a mirarlo fijamente, Juan la atrajo hacia el lentamente sin dejar de verla, sus labios se unieron y esta vez Claudia si respondió ardientemente a sus besos, él quería tragarse sus labios y su lengua y ella respondía de igual forma ya la excitación se había apoderado de su mente y su cuerpo, ya no existían temores ni prejuicios, solo sexo, pasión y lujuria, yo no creía lo que estaba viendo, los dos se querían comer vivos, levante una de sus piernas por su bello muslo y la penetre por detrás, esto le excitaba mucho, ella se sostuvo de los brazos de Juan y fue bajando su rostro hasta su pene y sin pensarlo dos veces comenzó a chuparlo desesperadamente. Mi pene seguía entrando y saliendo de su apretado ano.

-Mi amor me estas destrozando el culito, que rico me lo estás haciendo, estoy a punto de acabar, no pares, ahhhhhhhhhh que ricoooooo.  Dijo Claudia estremeciéndose de placer. Quiero sentirte dentro de mi Juan. Hazme tuya.

Juan tomo su pene súper erecto como de 30 cents. Y se lo fue metiendo poca a poca en su vagina. Claudia abrió los ojos desmesuradamente como si sintiera dolor, Juan envistió nuevamente y Claudia se tambaleo, sentí que sus piernas flaquearon, de su boca salían sonidos roncos de excitación, su pene entraba y salía de su vagina, los chorros de flujo corrían por sus piernas, jamás había estado tan excitada, se abrazó a su cuello Juan la tomo de las nalgas y la levanto en vilo, su pene se fue completo hasta sus entrañas, ella grito de dolor y placer pero aun así no dejo de besarlo ni de moverse. El seguía columpiándola en el aire, su largo pene entraba y salía con fuerza. El culo de mi esposa se veía delicioso en la posición que estaba, le hice señas a Juan para yo penetrarla al mismo tiempo por detrás, ella estaba como drogada de placer, me acerque por detrás y le dije.

-Te lo voy hacer por detrás sin que Juan lo saque.

-Si mi amor hazme lo que quieras.

Dijo estas palabras y su cabeza se fue hacia atrás quedando al lado de la mía, tome mi pene y lo encamine a la puerta de su ano, Juan le abrió bien sus bellas nalgas para facilitarme la penetración, ella gimió y se retorció fuerte contra el cuerpo de Juan, de su garganta salían sonidos roncos de placer, estaba muy apretado, me comencé a mover suavemente para que fuera dilatando su ano. Sin embargo Juan comenzó a moverse subirla y bajarla con movimientos más rápido y fuerte, nuestros penes chocaban adentro de ella, sus piernas guindando en el aire se balanceaban hacia todos lados, yo la sujetaba por la cintura mientras Juan lo hacía por sus nalgas, los dos parados y a su vez ella se sujetaba abrazada al cuello de Juan y buscaba sus labios.

-Hay que riiiiiiiicooooo, siendo  mucho dolor pero a la vez es tan divino, me están destrozando mis huequitos. Más suave por favoooooor.

-Eres una muñeca muy rica y sé que te va gustar el sexo duro, así que hoy vas a recibir todo el que quieras de mi parte.

Juan dijo esto y comenzó a moverse mucho más fuerte, el recorrido de nuestros penes era más largo ahora, Claudia chillaba y gritaba como loca, la doble penetración era bestial.

-Hay, haaaaaaayyyyy me están matando, Carlos voy acabar, no aguanto más haaaaaaaaaaaaaaaaa, me matan.

Juan y yo muy excitados arremetimos con fuerza para también acabar nosotros, la levantábamos tan fuerte que casi se salía de nuestros mástiles y volvía a caer ensartada por nuestras dos vergas. Ya su cartílago vaginal no resistía mas. En un momento se nos resvalo y quedo sostenida solo por nuestros penes frenándola por completo en el aire, sus ojos se iban a salir de las orbitas por lo fuerte de la penetración.

-La voy a bajar me dijo Juan, quiero acabarle en la boca.

Yo me salí de su culo y Juan también saco su enorme manguera, bajo a Claudia y la puso en el suelo arrodillada frente a él, yo me puse a un lado de ella y nuestros chorros bañaron toda su cara, ella con su bella boquita semi abierta no podía contener tanto semen, la mayor parte rodo por su pecho y senos. Ella tomo un pene con cada mano y lo exprimió uno a uno en su boca.

-Que rico pene tienes Juan, es enorme y es muy divino, provoca pasar toda la noche chupándolo.

Luego se acostó de lado sobre la arena como desvanecida por tan fuerte esfuerzo. Al rato nos metimos los tres al agua para asearnos un poco. Claudia volvió a la normalidad, no dejaba de abrazarme, se sentía muy apenada e insegura.

-Por favor Juan espero que esto no salga de aquí.

-Tranquilo Carlos yo soy un caballero, les doy mi palabra.

-Gracias Juan dijo Claudia extendiéndole la mano.

-Recuerden que aparte del sexo nos une un vínculo de amistad, dijo Juan sin soltar la mano de Claudia.

Los tres regresamos juntos a la tasca un rato y luego nos despedimos de todos y regresamos a la casa, durante el camino no hablamos sobre la locura que habíamos hecho.

Al llegar a la habitación, después de ducharnos volvimos hacer el amor muy apasionadamente y cada vez que lo hacemos nos existamos mucho con los recuerdos de esa noche de placer. Claudia no me ha dicho nada pero sé que está ansiosa de volver a ir y no creo que sea por la playa, ni por los tragos y comida gratis…

(9,11)