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Una juventud madura (II): Más allá del conocimiento

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Habían pasado unos días de lo sucedido en los vestuarios, pero mi mente seguía pensando en todo. David no me había vuelto hablar desde que nos despedimos en el portal de mi casa y yo seguía indeciso por lo que había experimentado y por las sensaciones a las que David me había sometido.

Estaba en casa preparándome el desayuno un sábado de verano, las clases habían acabado la misma semana y yo como es de suponer no tenía porque levantarme temprano, así que tomé el desayuno sobre las 11:00.

Mientras ponía azúcar a la leche el teléfono comenzó a sonar y yo, que era el que me encontraba más cerca de él, fui quien lo cogí.

-Hola, dígame usted- pregunté como hago desde siempre.

-Hola, soy David, el amigo de Fran de waterpolo. ¿Está Fran?- contestó con voz temblorosa

Le dije que era yo y le pregunté cariñosamente que quería. Él me contó que estaba en su chalet de verano y que sus padres se iban de viaje a Noruega, haber si me apetecía venir a pasar esos días con él.

Como es de suponer yo, aun no independiente de mis padres, se lo pregunté a mi madre, prácticamente se lo supliqué hasta que finalmente me dio permiso para ir.

Preparé la maleta: 3 camisetas, 3 pantalones, las deportivas, las náuticas,  unas chanclas, 3 pares de calcetines, el neceser y 5 calzoncillos. Pijama no cogí porque en principio dormiría en calzoncillos ya que el calor de ese verano era abrasante y me impediría dormir bien.

 Bajé las escaleras y en el portal una sombra yacía. David ya había llegado y estaba hablando con mi madre de los planes de esos días. Apresuradamente me despedí de mi madre y partimos con los padres de David que nos acompañaron hasta el chalet y se iban directos al aeropuerto.

Llegamos al chalet de 2 pisos. Era grande como una mansión. Piscina propia, fuente, jardín gigantesco y las habitaciones y baños superlujosos. La casa por dentro era muy fresca, con aire acondicionado en todas las habitaciones. Los padres se despidieron y se fueron rápidamente con el coche.

No llevábamos ni 5 minutos allí cuando David se quitó toda la ropa hasta quedarse en calzoncillos y me dijo que hiciera lo mismo, que estaría más cómodo. Me quité todo y me llevó a mi habitación para que dejara las cosas. Bajamos los dos y nos fuimos a ver la tele, una de estas series detectivescas que dan a todas horas.

Noté que David me estaba mirando y cuando yo lo miré apartó la vista. Empezamos a hablar sobre lo ocurrido en los vestuarios, que se lo había pasado muy bien y que le gustaría repetirlo, pero esta vez llegar hasta el final.

Cuando me dijo “llegar hasta el final” no lo entendí. Le pregunté y él me dijo que los chicos tienen un punto llamado G que hace que goces si lo estimulas.

-¿Cómo se estimula este punto G?- pregunté inocentemente a David

-Has de meter algo en el culo- contestó

-¿Qué cosa?- pregunté aun indeciso

Se fue corriendo a su habitación y sacó una caja. En ella había ropa y más ropa, pero en el fondo envuelto en una sábana sacó un objeto de goma con forma de pene erecto y me insinuó que eso era lo que podía meterse en el culo para estimular el punto G.

Seguramente, aunque no me acuerdo muy bien, puse una cara de asco o de duda, pero él no me dio tiempo a pensármelo bien ya que seguidamente me pidió si quería ver como funcionaba todo eso. Me lo pensé unos tres minutos y finalmente le dije que sí.

Nos fuimos al cuarto de baños. Allí había una tele puesta en la pared que desde todos los ángulos la podías ver. Se acercó a ella y como era de suponer se abrió una apertura donde se encontraba el DVD y metió una película pornográfica gay. Nos desnudamos y nos metimos en la bañera/hidromasaje y mientras mirábamos el vídeo nos empezamos a poner calientes hasta tenerla muy dura. Empezó a agarrar su pene y a moverlo de arriba abajo al igual que yo. Había cogido práctica en casa desde lo de los vestuarios, es decir que ya controlaba la técnica.

David se levantó de la bañera y salió diciendo que había llegado la hora. Primero cogió el objeto con forma de pene y le echó una sustancia que también se puso en el culo. Se acercó a mi y me dijo que metiera a poco a poco el “vibrador” según como lo dijo él.

Lo cogí y él se puso a cuatro patas con el culo enfrente de mí mientras yo estaba en la bañera. Lo puse enfrente de su ano y lo empecé a meter, pero sentado no podía hacer tanta fuerza así que salí de la bañera y me ayudé de las dos manos para meterlo todo. David mientras iba introduciendo pegaba algunos gemidos que a mi me excitaban muchísimo.

-¿Y ahora que hago?-pregunté una vez metido todo

Él, respirando apresuradamente mientras las gotas del agua le resbalaban por la piel morena, contestó que hiciera lo del video. Hasta ese día lo único porno que había visto era el video de los dos chicos que me había puesto David en el vestuario que prácticamente no pude ver ya que decidí prestar más atención a David que al video, y el que estaba viendo. En el video pude ver un chico que debía tener 18 años que le metía al otro el pene y lo movía de dentro a fuera, así que me puse a hacer lo mismo. Le metía el vibrador y se lo sacaba mientras el gemía de cada vez más fuerte. Aceleré el ritmo para ver que sucedía y él gozaba más y más hasta que me dijo que parara. Saqué el juguete ese y el ano de David quedó abierto haciendo un agujero oscuro. No podía entender que David teniendo un orificio tan pequeño pudiera que su culo se abriera tanto, así que se lo pregunté y él respondió que ya lo descubriría más adelante.

Me llevó a la sauna mientras que los dos seguíamos excitados. Me puso una cara de perverso y me dijo que cerrara los ojos y que confiara en él. Cerré los ojos y él me puso un pañuelo en la cabeza haciendo de antifaz que impedía ver.  

-Disfruta- oí a David susurrarme a la oreja

Me hizo sentarme en el banco de la sauna abierto de piernas con lo que me quedaban tanto el pene como las pelotas al descubierto. Noté como algo húmedo y cálido tocaba mi parte. David estaba lamiéndome el pene como una piruleta. Empezó a hacer succión y yo me movía adelante y atrás al mismo tiempo que me deshacía en el gozo profundo. De golpe frenó en seco y sentí como se movía y de nuevo volví a sentir contacto, pero esta vez era diferente. Era húmedo pero no tanto como lo anterior, pero cubría todos los lados de mi instrumento.

El contacto bajó por todo mi pene hasta la base y sentí que subía y bajaba. Era increíble, notaba estar en el cielo, pero me preguntaba que era ese tacto que tanto me gustaba.

Empecé a oír a David gemir y se me aclararon las dudas, estaba penetrando a David. Me quité el pañuelo y allí estaba David sobre mí, de espaldas. Agarré su culo y le puse frente a mi con las patas rodeando mi espalda y abrazándome, situé mi pene debajo de su culo y lo dejé caer a poco a poco sobre él penetrándolo hasta la base y empecé a moverme culo adelante, culo atrás según mis impulsos. David gemía desmesuradamente y yo me uní a él cuando empecé a notar que se acercaba lo que más adelante iba a saber que se llamaba semen. Aumenté el ritmo y lo puse tumbado con los pies sobre mis hombros y yo metiéndosela de cada vez más adentro hasta que todo mi cuerpo se tensó y David pegó un grito.

Continué con el movimiento un minuto más, pero mi cuerpo pedía descanso, así que paré y se la saque de su culo viendo como todo mi semen salía disparado de dentro de David, se la volví a meter y él gimió más, empecé a meter y a sacar otra vez, pero esta vez yo tumbado y él tumbado sobre mi de espaldas. Le agarré su pene y mientras introducía y sacaba le hacía una paja. Estaba a punto de correrse cuando decidí cambiar la posición. Nos pusimos abrazados y él aupado sobre mi pene contra la pared agarrándose a mi cuello con los brazos y a mi torso con las piernas, Y mientras yo metía y sacaba, frotaba con las dos manos su pene al mismo tiempo que nos mirábamos.

Finalmente nos acabamos besando y me centré en acabar la tarea. Aumenté el ritmo hasta que se corrió en mi pecho.

Mi pene, rojo de tanto frotar, salió untado de mi semen que anteriormente había depositado en David. Él empezó a lamer todo el semen de mi pecho y volvió a mi pene donde había semen también, así que empezó a lamer y a chupar y a succionar. Me puse tan caliente que me vino otra corrida. Le cogí la cabeza y la empecé a mover hasta que le llené la boca. No dejó nada. Podía dar gracias a la ayuda del video porno que había puesto David, me había ayudado con las poses sexuales.

Acababa de hacer el amor con David. Había perdido mi virginidad, pero en ese momento no era consciente de ello.

Limpiamos todo y nos fuimos a comer y luego a hacer la siesta los dos en la misma cama desnudos y no, no paso nada. Estábamos demasiado cansados para hacer nada. Decidimos que podíamos ir desnudos por la casa ya que entre David y yo ya nos conocíamos todo y  porque los vecinos no podían ver nada ya que tanto los arbustos que separaban un chalet con otro y la red que colocó el padre de David para que no se colasen los animales impedían cualquier visión con nosotros.

 

TO BE CONTINUED...

CONTINUARÁ...

 

Autor:EXCAR-PRODUCTION

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