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Destrozando barreras

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Mi consuegra, la madre de mi nuera, había llegado a Buenos Aires para tramitar la pensión por el fallecimiento de su marido. Ella es una mujer de unos 50 años bien conservada, elegante, delgada pero con un culo y mejores tetas, según las malas lenguas no le había sido muy fiel al difunto.

Una mañana, mi esposa había partido a su trabajo y yo me encontraba demorado por un problema con el auto. Luego de resolver el problema, subí para lavarme las manos y me encontré con mi consuegra, quien iba camino a ducharse. Estaba apenas cubierta por un baby doll transparente, que me permitía observar su hermoso cuerpo. Demás esta decir que me endurecí inmediatamente y ella provocativa me pregunto que parte me gustaba más. Le respondí que para opinar debía tocar, acto seguido se acerco insinuante y me invito a tocarla.

Le advertí que mis manos llenas de grasa ensuciarían su baby doll, ante mi respuesta nos dirigimos al baño donde me asee y ella se desnudo. Volvió a preguntarme que parte me gustaba más, no respondí directamente acaricie sus tetas. Apasionadamente nos besamos, mis manos acariciaron sus caderas, sus glúteos generosos. Mi consuegra busco mi pija y me la acarició para finalmente sacarla del pantalón y comenzar una mamada de ensueño. Entrelazados nos dirigimos a mi cuarto, era el más cercano, para dar rienda suelta a nuestra sexualidad.

Una vez allí me empujo sobre la cama y continuo mamando, preguntándome:

-¿Te la chupa así?- seguramente se refería a mi esposa.

-No, preciosa. Lo estas haciendo maravillosamente.

Luego sentí la necesidad de retribuirla por lo cual me acomode en un 69 fantástico y comence a comerle la vagina. Le arranque un gemido de placer al atrapar entre mis labios su clítoris.

-Seguí..., por favor, seguí..- murmuro.

Rápidamente estallo en un orgasmo. Lentamente se aflojo, pero si soltarme la pija, me pidió:

-Cógeme, negro... Cógeme por favor que no aguanto más....

Abrazados de costado, se puso mi pija entre las piernas y se movió para que le entrase en la concha, que ardía.

-Negro estoy loca

Me contó que por la mañana había ido al baño, y que había escuchado a mi mujer acabar, y que desde ese momento había sentido una tremenda calentura y deseos de cogerme.

-Haceme acabar como a ella, por favor que hace mucho que no me cogen.

Su movimiento hizo que mi pija la penetrase totalmente. Me entrego sus tetas para besarlas y chuparlas. Mis manos se deslizaron por sus glúteos y uno de mis dedos se le metió en el culo. Ese dedo travieso provoco como respuesta un grito:

-¡Siii! Te lo voy a dar también...

Su cabeza se acerco a mi para ofrecerme su boca y besarnos. Yo pensando en mi trabajo, y en el coche que estaba sin llave en la puerta, no lograba acabar.

-¿Qué pasa que no acabas? Me pregunto luego de su tercer orgasmo.

Le explique que me esperaban en la oficina. Nos duchamos juntos y quedamos para encontrarnos en un hotel cercano a mi trabajo. Al mediodía nos encontramos en la puerta del hotel Ideal, esta vez si acabe pero dentro del culo de mi consuegra.

Nuestros encuentros continuaron, pero el problema se suscito cuando su hija, mi nuera, nos descubrió saliendo del hotel. La muy turra paso por la oficina para invitarme un café, me llamó la atención la invitación, pero como está embarazada de casi 4 meses y que sé por mi mujer que anda con problemas maritales, acepté.

Me comento que la relación con mi hijo estaba mal por que el no era como yo. Sin entender el mensaje, le pedí que fuera más clara. Me confeso que mi hijo no la tocaba por miedo de afectar el embarazo.

Afirmo que ella lo buscaba pero el se negaba y que por ello se sentía mal. Sus ojos brillaron, afiebrados, y alguna lagrima se asomo a ellos mientras me relataba estos hechos. Una de sus manos se apoyo en la mía, cuando confeso que necesitaba ser amada. Busque justificar a mi hijo pero fue inútil.

Ella continuaba acariciando mi mano, como buscando darme a entender algo que yo me negaba a aceptar. Volvimos a mi oficina ya nadie quedaba, trabajo solo con una secretaria, mi nuera se sentó en un sillón mientras yo arreglaba unos papeles para cerrar e irnos. Su posición en el sillón permitía observar sus hermosas piernas.

-Vamos- le dije

Extendí mi mano para ayudarla. Al levantarse quedamos enfrentados a pocos centímetros y respirando mutuamente nuestros alientos.

-¿Dónde vamos?- Pregunto

-A tu casa, te llevo- Respondí

-No, vamos al telo donde estuviste con mi vieja

Me quede estupefacto, le respondí.

-No sabes lo que decís. Vamos te dejo en tu casa.

-No al telo- grito

He inmediatamente me beso clavando su lengua en mi boca.

-Estás loca- le dije

-Sí, pero loca de calentura, de ganas de coger- Me grito ya completamente histérica.

-Pero... no podes seria una barbaridad- alcance a contestarle. Pero su respuesta me derrumbo.

-Si no me cogés vos, me hago coger por cualquiera.

La abrace y acaricie para consolarla pero aprovecho para, nuevamente, besarme en la boca. Sentí mi pija al palo y ya no pude contenerme, me incline para besar sus hermosos pechos.

-Por favor, haceme sentir mujer - murmuro en mi oído.

Tomo entre sus manos la pija que yo previamente había sacado de mi pantalón. Ya no había barreras ni restricciones, ella era una hembra queriendo coger y yo un macho dispuesto a complacerla.

Cerré la puerta de la oficina con llave, y la ayudé a desvestirse, y me desnudé. Su pancita la convertía en una mujer increíblemente sexy, que me miraba riendo, inquieta como una yegua alzada, mirando mi pija al palo.

-Te cogiste a mi vieja- comento riendo.

Para luego agregar.

-Ahora cógeme a mí.

Quiso hacerlo en un sillón, pero le sugerí que fuera en una silla, por su pancita. Se sentó sobre mis piernas, dándome la espalda, casi gritando cuando sintió la penetración total. Mis manos se aferraron a sus tetas y mi boca besó su cuello, su piel salada. Mi nuera decía:

-¡Qué pija , papá...! ¿Por qué tu hijo no la tiene así...? ¿Por qué no me coge como vos?

Su lenguaje se fue tornado cada vez más sucio.

-¡Más, viejo cógeme más...! ¡Rómpeme la concha, rómpeme toda....!¡Ahora soy mujer! ¡No me la saques nunca...!¡Lléname de leche!

Y la llene. Casi al mismo tiempo en que ella acababa. Tuve que sostenerla para que no se cayera al suelo. Fue a sentarse al sillón, y me pidió que me sentara a su lado. Fui al baño a buscar una toalla para limpiarnos, y me senté a su lado.

Estaba con la pija a media asta, algo erecta aún. Me la besó. Intenté disuadirla, pero insistió. Me la chupó hasta ponérmela de nuevo al palo.

-Vamos al telo- me ordeno.

En ese momento sonó el teléfono y corrí a atender. Era mi mujer, preguntando qué me demoraba. Le contesté que un trabajo, y que ya salía. Mientras hablaba con mi mujer, mi nuera comenzó a chuparme otra vez la pija.

-Quiero que acabes, así esta noche no cogés con tu mujer. Te quiero para mí mañana a la tarde- dijo.

Perdida la cordura, al día siguiente nos encontramos y fuimos al mismo telo de donde me vio salir con la madre. Realmente, madre e hija son dos yeguas cogiendo.

Mi nuera se convirtió en una real puta en la cama, llegando a pedirme que le hiciera el culo, que conservaba virgen ya que el pelotudo de mi hijo se lo respetaba.

Hoy por hoy soy amante de mi nuera y gozo su culo al menos dos o tres veces por semana y ella ya sea acostumbrado a beber mi semen.

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