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Mi amiga, mi complice, mi sumisa (2 de 3)

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Inclinó el cuerpo para quitarse los zapatos, momento que yo aproveché para rozar con la yema de los dedos sus nalgas tensas por la posición...Ella levantó la cabeza y sonrió.

Cuando se incorporó, tome su cabeza entre mis manos y la besé...

Abrí sus labios con mi lengua para buscar la suya, la cual encontré dispuesta a jugar con la mía...Era tan dulce besar a una mujer...

Vi que comenzaba a relajarse, así que llevé mis manos a sus pechos y los acaricié con suavidad, pellizcando sus pezones de vez en cuando, los cuales se notaban duros bajo la tela...

Desnúdate...

La orden le pilló por sorpresa y noté bajo la luz del recibidor que su carita se ruborizaba...

Si mi zorrita, vamos quiero que te desnudes ahora...

Dudó un momento, pero al poco se deslizó la cazadora por los hombros y la colgó en el perchero...

Se quitó la camiseta y pareció pensar donde posarla...

Ve dándome a mi tu ropa...

Me la dio...

Estaba Preciosa con el pantalón negro y con sus pechos tapados solo con el sujetador blanco...

Desabrochó el pantalón y lo dejó caer por su piernas. Al agacharse para recogerlo, sus pechos se juntaron formando un delicioso canalillo...

Tras darme el pantalón y quitarse los calcetines, volvió a quedarse quieta, dudando...creo que le daba vergüenza quedarse totalmente desnuda ante mi...

Aún llevas ropa y creo haber dicho que te quería desnuda...

No dijo nada. Sólo cerró los ojos y se llevó las manos a la espalda para desatar el sujetador...

Por fin sus pechos quedaron libres...Sentí la tentación de tocar sus duros pezones, pero me contuve y esperé a que se quitase el tanga...

Pude ver como sus últimos centímetros de piel tapados quedaban al descubierto y como su pubis iba apareciendo ante mis ojos...

Ahí si que no pude resistirme....

Abre las piernas...

Lo hizo, así que mi mano se metió entre el caminito que formaba su entrepierna y que me daba paso a su más tierno agujero...de todas formas sólo fue una caricia rápida, lo justo para notar que estaba muy húmeda...

Date la vuelta...

Esta vez lo hizo sin vacilar. Acaricié un poco su culito y solté sobre él un azote juguetón al tiempo que le besé la espalda...

Puse la mano sobre la parte alta de su trasero y le ordené:

Ponte a cuatro patas. Quiero que camines así...

Su cabeza se giró para mirarme con ojos de sorpresa...Ante lo cual solté un fuerte azote en mitad de sus nalgas...

Hazlo puta. Odio repetir las cosas dos veces....

Vi como su cuerpo se encogía y su ceño se fruncía un poco. Fui incapaz de saber que era lo que pasaba por su cabeza, así que ante la duda, la abracé desde atrás y deposite un besito en su hombro derecho.

No tienes que sentir miedo...

No es miedo. Es que me da corte...

Olvida el corte, olvida todo...sólo tienes que pensar en mi, en nosotras y en tu entrega...

La solté. Dudó un momento más tras el cual se puso de rodillas y apoyó las manos en el suelo...no pude evitar una sonrisa de felicidad...

Vamos a la habitación...

Ella comenzó a gatear y yo la seguí. Cada movimiento de sus piernas me permitía vislumbrar sus agujeritos. Deseaba penetrar ambos con mis dedos...

Llegamos al cuarto el cual tenía la puerta abierta, entramos, cerré y deposité su ropa en una silla.

Cogí aire durante un momento y me desnudé ante ella, para ella...Ella me miraba anhelante. Eran tantas las veces que había pedido ver mi cuerpo...

Cuando por fin estuve sin ropa, ella avanzó hacia mi, aun gateando y quedándose de rodillas depositó un beso sobre mi pubis depilado...

Tras el beso noté como su lengua se abría paso entre mis labios vaginales encontrando el clítoris. Dejé que su lengua jugara unos minutos antes de separarla...

Ya vale zorrita. Me lo harás cuando te lo diga. Ahora me apetece que pagues un rato todas tus desobediencias...

No se que cara pensé que iba a poner ante aquello, pero me sorprendió ver, que lejos de intentar convencerme de que la azotara, su reacción fue una sonrisa traviesa aflorando a sus labios...

Mejor así, pensé para mi misma. Ya sabía que le daba morbo ser castigada y a mi me daba morbo ser quien la castigase...

Me senté sobre la cama y le ordené ponerse sobre mis rodillas, cosa que hizo sin titubear...

Era delicioso tenerla así, indefensa, expuesta y entregada, mientras acariciaba su traserito...

No la azoté de inmediato, sino que disfruté de la sensación de tenerla sobre mi. Abrí su nalgas con las manos y dejé expuestos sus agujeros. Me mojé un dedo con saliva y lo llevé hasta su ano, el cual empecé a acariciar en círculos. Ese contacto hizo que se estremeciera.

Sin previo aviso, descargué el primer azote. No fue fuerte. Ella se tensó al notar el golpe.

Volví a jugar un poco mas con su agujerito, para después soltar una larga descarga de azotes que iban subiendo de intensidad. No paré hasta que su culito estaba rojo y ya gemía con intensidad por el dolor...

Le ayudé a incorporarse y al mirar su cara vi que un par de lágrimas resbalar por sus mejillas, pero en sus labios se escapaba una sonrisa, lo cual me hizo saber que le había gustado...

Me levanté y llevé mis manos a sus pechos. Cogí sus pezones y los pellizqué y retorcí llevándolos al máximo.

Pon las manos en las espalda puta. Quiero que tus pechos sobresalgan todo lo que puedas.

Las entrelazó encima de su trasero llevando los hombros hacía atrás, de forma que sus tetas parecieron crecer...Seguí pellizcándolas con fuerza, tirando de ellas, hasta que mi perrita se retorció en un mezcla de placer y dolor.

Retiré una mano de sus pechos y la llevé a su entrepierna...

Abre las piernas...

Su coño estaba empapado, no me costó introducir dos dedos en él así que pasé a meter el tercero.

La follé con ellos mientras, seguía jugando alternativamente con sus pezones...

De repente, paré y me separé de ella...

No pares por favor...Pidió ella. Por favor...ama...

Tu ya estás como una perra en celo...así que ahora quiero que nos tengamos a la una a la otra...

Si...Muchas veces ella me había dicho que quería hacer un 69 conmigo...y yo lo deseaba...Me había excitado muchísimo, haberla visto a cuatro patas, haberla tocado, haberla azotado...Ahora quería su lengua en mi coño y la mía en el suyo...

Se tumbó en la cama con las piernas muy abiertas tal y como le dije.

Me acerqué a ella y antes de tumbarme boca abajo y al revés sobre ella, la besé largamente en los labios, mientras ella tímidamente pellizcaba mis pezones.

Cuando por fin su coñito estuvo cerca de mi boca, no pude tomármelo con calma, deseaba demasiado comérselo. Mi lengua se lanzó voraz recorriendo su pliegues, jugando con su clítoris, lamiendo su entrada y bebiendo su humedad.

El hecho de sentirla a ella comiendo el mío hizo que mi excitación subiera hasta limites insospechados, Así que volví a meterle sin preámbulos tres en dedos en su coñito y a follarla con fuerza mientras succionaba su pequeño botón. Ella reaccionó metiendo los suyos en mi agujero de placer...

Estuvimos así follándonos y comiéndonos con ansia, con deseo, con pasión, con desesperación, hasta que noté las primeras convulsiones de su cuerpo y comprendí que se corría...

Ella comenzó a follarme con más fuerza, parecía querer que nos corriéramos al tiempo, y lo consiguió porque enseguida comencé a notar como todo el placer concentrado en mi coño estallaba y mi cuerpo se convulsionaba sin control junto al de ella...

Bebí su placer y ella el mío....

Tras acabar mi cara reposó un par de minutos sobre su muslo. Después me volví y busque su boca, me tumbé junto a ella y nos besamos abrazadas...

Y por un momento en mi cabeza se cruzó la idea de que no tenía muy claro quien había sometido a quien...pero no importaba...fuese como fuese, ella por fin era mía...

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