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Mi mamá, su amiga y mi regalo de graduación

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Había pasado poco más de un año y medio desde que comencé con mi mamá una relación por demás íntima, desenfrenada, voraz y placentera de sexo. Descubrí en ella una cara que desconocía, me tenía como loco desde aquél día que nos entregamos el uno al otro. Antes de eso no había tenido contacto sexual pues era yo muy joven. Con mi mamá estaba aprendiendo, con ella estaba experimentando lo que era tener relaciones sexuales cada que el cuerpo lo pedía.

Para esas fechas mi graduación estaba cerca, mi mamá me decía que estaba esperando ese día pues tenía planes que me darían la sorpresa de mi vida, decía que haría algo muy especial para mí, cada que yo preguntaba ella me miraba directo a los ojos, sonreía y cambiaba el tema, le gustaba verme tratando de adivinar, jamás atiné lo que mi propia madre tenía en su caliente mente para esa fecha. Yo sentía que habíamos hecho de todo, que nada de lo que hiciera podría ser nuevo, y nada podría causar en mi mayor impacto, qué equivocado estaba.

Desde que recuerdo mi mamá siempre fue muy unida con sus amigas, se apoyaban en todo, hacían todo juntas, hasta iban al gimnasio juntas, se reunían cada 15 días para hablar de sus cosas, pasar el tiempo, etc… ya saben, como un buen grupo sólido de amistad. En ocasiones se reunían en nuestra casa, por lo general yo estaba en mi cuarto sin prestar atención a lo que ocurría en la sala, cuando me daba sed iba a la cocina y debía pasar por la sala, así que las saludaba y era todo, regresaba a mi cuarto. Siempre pasé por alto los atributos que tenían esas bellas damas, hasta el día del primer encuentro con mi mamá, de ese momento en adelante  me fijaba que iban vestidas con minifaldas y tacones altos, escotes a veces discretos otras no tanto, vestidos entallados que marcaban sus curvas (como si fuera parte de un código de vestimenta presumir un poco lo que tenían esas mujeres) y ya para entonces me hacía el tonto en la cocina mientras ellas iban llegando para poder ver ese maravilloso desfile (Creo que mi mamá notaba mis intenciones, pero jamás me dijo nada). Todas eran jóvenes como ella, pero hubo una que llamó de forma especial mi atención, parecía ser la más joven de las 6 amigas, Mely, ella era delgada, tenía una expresión alegre en su rostro, cabello rojizo y corto apenas debajo de las orejas, unos ojos claros bastante expresivos y brillantes. En cuanto al cuerpo, debo decir que contrario a mi mamá, Mely tenía pechos muy pequeños, pero los justificaba con las tremendas posaderas que meneaba de forma espectacular al caminar, y unas piernas de tentación, firmes y se veían lo bastante fuertes como para despedazar sin dificultad una sandía si la pusiera entre sus muslos.

Fue en una de sus tantas reuniones y ocurrió repentinamente, un día ellas llegaron, luego de que las saludé con abrazo y beso, me pasé al baño para cascarme una buena paja pensando en esas deliciosas hembras mientras las escuchaba hablar, incluida mi mamá claro. Estaba en lo mío sin parar, diciendo entre dientes los nombres de cada una repetidamente, en mi ente estaba dándole una buena repasada a las nalgas de Mely.

“Mely… Mely… Ohh Mely”

Como si la hubiera invocado, ella apareció en el baño, abrió la puerta de par en par (me di cuenta que olvidé poner el seguro!) ahí estaba ella de pie en la entrada del baño, con esos ojos claros bien abiertos como la puerta, duró unos segundos en shock mirándome, mientras yo estaba a escasos dos metros de distancia con los pantalones abajo, una erección a todo, mi pene entre mis manos y en ese momento ya inmóvil, petrificado, solo mirándola directo a los ojos, con expresión total de sorpresa. Ella se dio media vuelta y cerró la puerta de golpe. Supuse que hasta las ganas de ir al baño se le habían quitado al ver lo que ocurría ahí dentro.

No me daba pendiente que mi mamá supiera como me encontró Mely, más bien me daba pendiente que mi mamá se diera cuenta que me pajeaba pensando en sus amigas y se pusiera celosa, si eso pasaba, tal vez ya no las invitaría a casa y me perdería de verlas en vivo y a todo color, o bien, ella ya no abriría las piernas para mí, así de simple. Para mi suerte, había una tercera posibilidad que no me había pasado por la cabeza y cuando mi mamá se enteró, paso inmediatamente por la de ella.

Tiempo después de ese suceso, se llegó el gran día de mi graduación, fui al baile acompañado de mi mamá, mis demás compañeros y amigos iban acompañados de sus novias, que para mi caso es lo mismo. Ellos decían que como podía ir con mi madre, que debía buscarme una novia, no pararon de burlarse de mí en toda la noche ni de hablar de las chicas de nuestro grupo, de lo bien que se veían, de cómo lucirían en ropa interior y a mí solo me daba gracia, pobres ilusos. Tenían frente a ellos a una verdadera mujer, entallada en un vestido largo, color vino, una abertura al lado de cada pierna que iba desde el piso hasta unos 20cm arriba de las rodillas de mi mamá, un escote tremendo (para darme gusto, debo decir) que hacía lucir sus mejores atributos de una forma impresionante y abierto de la espalda, pero esos idiotas fijándose en niñas de preparatoria.

Al salir, nos dirigimos a uno de los hoteles del centro, me dijo que la sorpresa no estaba en casa, que era una noche especial y debíamos celebrarla como tal. Antes de entrar a la habitación ella me vendó los ojos, poniendo cuidado para que no pudiera ver nada. Me llevó hasta la cama y me indicó que me sentara y que ella se encargaría del resto, solo había dos condiciones para que el juego se mantuviera: 1 - la venda debía estar siempre puesta sobre mis ojos y 2 - no debía meter las manos para nada, si me la quitaba o manoseaba, el juego acababa y nos retirábamos a casa sin importar como estuviéramos.

“Es hora de tu sorpresa hijo mío, había esperado tanto este día…” (Ella parecía más emocionada que yo)

Escuché que avanzó hacia donde yo estaba y pasó su mano delicadamente por mi entrepierna, pudo acariciar con facilidad mi pene, que ya se encontraba a media erección, luego me besó en la boca.

“Mmhh tu boca se siente un poco diferente hoy mamá, pero sigues besando bastante delicioso”

Se sentó sobre mí, podía sentir sus nalgas sobre mi pene aún entre el pantalón y el vestido, restregaba suavemente ese par sobre mi miembro, como dando un masaje para terminar de encenderme y provocarme una erección completa.

“Ooohh mamá, puedo sentir tus nalgas abrazando mi pene…”

Cuando estuve a tope, ella me bajó el pantalón de un tirón y liberó mi miembro de sus ataduras. Me extrañó un poco el hecho de escucharla sorprenderse susurrando un pequeño pero audible:

“Wow!”

Comenzó a acariciarme los testículos, tengo la costumbre de rasurar mi vello púbico para que no estorbe, así que el contacto de su mano con mis bolas era totalmente directo, con la otra mano acariciaba mi pene de tal manera como si no lo había hecho nunca, eran caricias tímidas, leves pero conforme pasaron los minutos se hicieron más intensas y por fin sostuvo mi pene con toda su mano e inició el movimiento de arriba hacia abajo con un ritmo lento pero constante, al cabo de unos momentos sentí en mi glande un aumento de temperatura, se sentía húmedo, ella estaba a punto de mamármelo, pero antes había decidido quedarse un momento con la boca abierta antes de iniciar, podía escuchar levemente como jadeaba sobre mi pene para provocarme más excitación con su aliento. No podía más, necesitaba esa mamada a la voz de ya.

“¿Por qué te demoras tanto en poner esa boquita donde debe ir? Hazlo ya” (Escuché una leve risita)

Dicho eso, pasó su lengua por la punta de mi miembro con movimientos rápidos y de forma circular, luego lo recorría de la base a la punta con la lengua llena de saliva, como lubricándolo. Hasta que al fin lo hizo, cubrió mi falo con su boca. Me hizo algo que jamás me había hecho, con el pene dentro de su boca, ella movía la lengua de un lado a otro acariciándomelo, haciéndome disfrutar una mamada como nunca. Comenzó el bien sabido movimiento de la felación, pero no dejaba de mover esa lengua, del ritmo lento pasó al ritmo rápido, yo lo disfrutaba al máximo y ella parecía estar totalmente enajenada, enloquecida, a la vez me transportaba junto con ella a esa zona de placer con los suaves movimientos de su lengua y las rápidas embestidas de su boca.

Al no poder verla, solo me quedaba imaginar cómo se veía mi mamá prendida totalmente de mi pene, haciendo esos movimientos rápidos con su cabeza y por ende sus deliciosas tetas blandiéndose en el aire como dos grandes campanas. Y para completar el cuadro, los sonidos de fondo que me dejaba escuchar como resultado de nuestro placer:

“MMMMH… MMMMHH... MMMM….”

Repentinamente me soltó, me dijo que me tendiera sobre la cama, luego se sentó sobre mi abdomen, podía sentir como iba dejando su rastro de hembra en celo, su panocha estaba húmeda y escurría más abundantemente que en ocasiones pasadas, ella estaba lista para que yo la clavara, pero tenía planes muy diferentes, fue avanzando hasta ponerse a la altura de mi cara.

Me dijo “Devuélveme el favor con tu lengua”

Hice lo que ella pedía, yo disfrutaba mucho al pasar mi lengua por la entrada de esa estrecha cueva, en efecto estaba bastante húmeda ya, en ocasiones pasadas cuando le practicaba el oral ella daba rienda suelta a sus gemidos, no se limitaba en nada, pero esta vez era todo diferente, pensé que no disfrutaba ni gemía como otras veces porque estábamos en un hotel y le daba pena que nos escucharan, en vez de los gemidos que tanto me gustaba escuchar, ella solamente respiraba profundo  y exhalaba calladamente: “ohhhhh…. ohhhhh”. Eso no me gustaba, quería escucharla disfrutando como siempre, así que di un paso más allá metí la lengua entre sus labios vaginales hasta alcanzar ese botón de placer, ya que no hace falta presionarlo, sino dar roces suaves para encender a todo a cualquier mujer, inmediatamente su respiración cambió de ritmo pero seguía sin soltar los gemidos al aire, lo más que llegué a conseguir era: “ggggggfffff!! Oogggggffffff…” como reteniéndolos.

Escuché que me dijo “Suficiente, a cambiar”.

Ella se levantó de mi cara, se posicionó a la altura de mi pene y sentí que algo realmente húmedo descendía sobre mi amigo.

“Mamá! Estás más húmeda que nunca!! Tenerme con los ojos vendados sí que te enciende… Me tienes como demente mamá déjame cogerte como se debe de una vez!”

No pude esperar a que ella descendiera totalmente, así que levanté mi cadera de una forma violenta hacia la suya para podérsela meter y empezar a follarla con todas las ganas que le traía.

Dejó escapar un grito seco “AAAA!!” y se dejó caer inmediatamente en mí, permitiendo que la penetración fuera totalmente completa, en ese momento me di cuenta que ella estaba dándome la espalda, pues sus muslos estaban apoyados sobre mis piernas y sus firmes nalgas tocaban parte de mi abdomen.

“OOohhh Así mamá!, así te quería tener desde que salimos de casa. Ese gimnasio te está haciendo bastante bien, tus nalgas se notan más macizas al igual que tus piernas” (Se volvió a escuchar la risita)

Y ahí estaba esa risita de nuevo, usualmente me contestaba con algo cachondo, pero hoy se comportaba distinto, no hablaba más que para darme instrucciones, no gemía como solía hacerlo y sobre todo, esa risita que jamás había escuchado sino hasta esa ocasión y se hizo presente otra vez.

“Vamos, muévete mamá! Deja a un lado esa risilla y déjame escuchar como disfrutas cogiendo con tu hijo!”

Así lo hizo, se movió pero no de arriba/abajo, más bien adelante/atrás , primero lento, luego cambió el ritmo de forma frenética, como si lo que tuviera dentro de ella no fuera mi pene, sino una paleta de hielo que quería derretir lo más rápido posible con fricción. El hecho de tener los ojos vendados y no tocar, me hacía sufrir bastante, pero mi imaginación era tal que no necesitaba mis ojos, sentir lo que hacía era como verla realmente, su movimiento de vaivén era tan placentero y no solo para mí, ella también estaba pasándola a lo grande.

Por fin soltaba de vez en cuando gemidos muy ahogados.

“Aaggggfff….  Ooggg…..”

De pronto sus movimientos se hicieron tan brutales, sentía que en cualquier momento mi pene saldría expulsado de esa rica funda en la que embonaba a la perfección, más que en otros días.

De pronto ocurrió algo que, debo decir, es la mejor cosa que me ha pasado en la vida, escuché esto:

“AAAYYY!!! Que riiiicaa la tieneesss Joeee la tienes más rica que mi esposooooohhhh!!!”

Esa voz era bastante familiar, la había escuchado antes y no era la de mi mamá, eso era por demás claro!!. Además dijo “esposo”, qué diablos estaba pasando?  Yo estaba consternado.

“M... Mely?! Eres tú Mely?!”

En ese momento mi mamá me susurró al oído, con un tono en su voz de que se había salido con la suya y a la vez sensual y excitado “Sorpresa hijo…” al tiempo me quitó la venda, la habitación estaba a media luz, por lo que mis ojos se adaptaron rápido y pude distinguirla, ella estaba enterrándose en mi trozo, era ella, una de las dueñas de mis innumerables pajas, no lo podía creer! Estaba cogiéndome a Mely, ahí la tenía dándome la espalda dejándome ver su delicioso culo en todo su esplendor, moviéndose como mejor lo sabía hacer, no pudo más explotó en un violento orgasmo, los gritos ahogados ahora se hicieron presentes, podía ver como sus nalgas se contraían una y otra vez por tener clavada mi verga.

“YAAA YAAAA YAAAAA YAAAAAAAHHHHH!!!”

Se dejó caer hacia atrás, apoyando su espalda en mi pecho, hablando agitadamente y la voz entrecortada aún por la excitación.

“Sorpresa Joe… te… gustó… la sorpresa… que te dimos?”

No respondí con palabras, dejé que mi instinto se hiciera presente y se tradujera en un rotundo “SI”.

Como pude besé su boca (entonces supe que eran esos labios los que me habían besado al inicio del juego), la tomé de sus pequeños y delicados pechos aprovechando que la tenía acostada boca arriba sobre mí y todavía la estaba penetrando, comencé a mover la cadera para darle placer ahora en esa posición, se sentía increíble, ella apoyó sus piernas en la cama para que la pudiera clavar más fácil, no pasó ni un minuto cuando comenzó a venirse nuevamente, descubrí en Mely algo que mi mamá no tenía:

“YAAAA UNNOOOOHH”
“AAAHHH DOOOSSS”
“MMMMAAAAAHHH TREEESSSS”

“da.. me.. el cuarrtooo Joeeee”

“SIII SII YYAA YAAA YAAA CUUAAATROOOOHHH”

Mely era una chica como pocas, ella era multiorgásmica, lo que más me gustaba era que cada orgasmo venía acompañado de una buena sacudida, con la cual friccionaba sus nalgas en mi cuerpo de una manera increíble y a la vez me ahorcaba el pene con su apretadita panocha  mientras venía otra sacudida, y otra y otra.

Mi mamá decidió unirse al juego, ya no solo a dar instrucciones sino a ser participante también. Las dos se pusieron de rodillas frente a mi verga, y la mamaban una vez cada una, tener a dos mujeres completamente a mi disposición era lo máximo, ahora yo era quien les decía qué hacer y ellas obedecían, estaban completamente fuera de sí, hipnotizadas de placer satisfaciendo nuestros deseos en común. Les dije que se besaran en la boca, justo antes de que sus labios se tocaran entre sí, puse mi verga en medio de sus bocas, les indiqué que ahora debían mamármela entre las dos al mismo tiempo.

“Lo que tú digas hijo…”, “A mi amiga la poyo en lo que sea y por ella hago todo lo que me pida”

Al escuchar a Mely decir eso, se me vino una idea a la mente, dejé que me dieran placer entre las 2 un rato con esa mamada simultánea, luego dije:

“Si Mely hace lo que mi mamá diga, entonces… Mamá, dile a Mely que se ponga en cuatro porque me la voy a coger por el culo”

Mely abrió los ojos como aquél día que me descubrió pajeándome pensando en ella y dijo:

“Jamás me lo han hecho por ahí… yo…” y mi mamá no la dejó terminar la frase, le dio un beso de lengua y le dijo “Confías en mí, que no? Te gustará, ponte en cuatro Mely para que mi hijo pueda cogerte por el culo, Joe me lo perfora a mi casi a diario y es delicioso”

Se resistía un poco, pero a la vez le daba curiosidad y se acomodó.

“Mamá, ábrele las nalgas a Mely”

Cuando se las abrió, dejó ver que su entradita trasera era de color rosa, eso me dió más morbo todavía, ver un culito virgen bien parado que estaba esperándome.

“Te voy a lubricar Mely”

Me lancé sobre su cerrada colita, no me importó, ni me dio asco, yo estaba totalmente excitado, con mi lengua empecé a repasarlo, llevé a la realidad lo que hacía cuando me pajeaba pensando en ella, la lamía desde su raja hasta ese virginal agujero de placer, estaba loco dando lengüetazos y al escuchar como Mely soltaba gemidos cada que mi lengua pasaba por mi mayor deseo, solo me ponía más y más caliente, con los dedos tomaba el néctar de su concha y lo iba llevando hasta su culito, le metí un dedo, ella respingó un poco y dijo tímidamente:

“Ayy!.. con cuidado” y le respondí “Tranquila Mely, estoy seguro que este culazo de campeonato que tienes puede soportar más de un dedo” y le metí otro!

“Aayyy Joe!! Con mas calma por favooohhrrr”

Al escuchar ese gemido supe que ella ya le estaba agarrando sabor, estuve dedeándola unos minutos para poder entrar con mi pene sin dificultad, para esos momentos ella ya estaba más lista de lo que yo me imaginaba, esa chica multiorgásmica era de lo mejor!

“Damelo Joe! Quiero probar por mi culo ese pepino métemelo!”

Ni tardo ni perezoso, puse mi pepino justo encima de su poco dilatado ano.

“Te voy a coger como nunca te han cogido, ni tu esposo se ha atrevido a darte por el orto, no sabe lo que desperdició en ti zorrita!”

Se lo fui metiendo poco a poco, no entró muy fácil al principio, solo la punta y poco más.

“No más, no más!!”

Mi mamá le decía que se relajara, que el dolor pronto se convertiría en placer y satisfacción, así que le ayudó. Lo que mi mamá hizo no me lo esperaba ni se me había ocurrido, se puso debajo de ella, aun abriéndole las nalgas, empezó a chuparle la concha a su amiga!. Empezó el efecto deseado, Mely se relajó y pude meterlo un poco más, hasta que no lo soporté, ya quería estar follándomela como siempre había imaginado y no me iba a detener por “pequeñeces”.

“Mely, agarra aire, te lo meteré de un empujón”

No dejé que terminara de tomar el aire cuando se lo dejé ir completo. Solo le temblaron las piernas y dio un grito que hasta la fecha no se si fue de dolor o de placer.

“AAAAAAAAAGGGGGGHHHHH!!!!!!!!!!!!!! YA ENTRÓ TODO!”

Sin esperar más, mis movimientos de mete/saca comenzaron en automático, la escena era tal que ni en uno de mis más húmedos sueños hubiera podido crear, lo mejor de todo es que me estaba pasando en realidad. Había desvirgado el culo de la amiga de mi mamá, la tenía tomada por las caderas  para atraerla a mí y encularla con mayor fuerza, al mismo tiempo mamá le chupaba la concha y la hacía gemir como loca y a cada gemido Mely tensaba las nalgas lo cual me hacía pensar que mi mamá le estaba provocando una serie de orgasmos que ni ella había sentido, los apretones que daba Mely al tensarse sus nalgas eran tales que me apretaba la verga con la fuerza que me hacía pensar  “un poco de presión más me la vas a reventar”, pero no hubiera cambiado por nada la sensación que me estaban dando esas duras y ejercitadas nalgas. Con el perdón de mi mamá, esas si eran nalgas.

“AAAY Joee… que rico que rico!!”

“Mira lo que… te pierdes por la culpa… de tu esposo Mely!!”

Pensar en que me estaba cogiendo a una mujer casada hacía que incrementara el placer y por ende la velocidad del mete/saca. Al punto que no pude seguir más, sentía los cojones a punto de explotar, la verga se me endureció un poco más, el momento había llegado.

“Voy a llenarte el culo Mely!!, voy a hacer completamente mío tu culo para poder reclamarlo siempre”

Al decirlo, Mely también me lo dijo

“Será todo tuyo siempre!! Llénamelo todo, no dejes nada fuera! Me vengoo me VENGOOHHHH ”

Ese grito estuvo acompañado de una sacudida y un apretón más fuerte, era como si mi pene se hubiera ido a otra dimensión, a cada apretón que me daba yo respondía con un chorrazo de leche, nos sincronizamos perfectamente en los movimientos ella hacia su culo hacia atrás y yo empujaba, cada embestida final iba más fuerte que la anterior. Los 2 terminamos al mismo tiempo. Mientras, mi mamá seguía debajo de Mely disfrutando de sus ducles jugos, yo me aparté y les dije que no se movieran, que quería ver como ella expulsaba mi semen de su culo y lo dejaba caer en la cara de mi mamá, aunque su cara estaba completamente bañada por los jugos que escurrieron de Mely durante todo el acto, un extra no le vendría nada mal. El culo de Mely se abría cada que se esforzaba por sacar lo que yo generosamente le había dejado.

“Woow Joe, fue una corrida tremenda” dijo ella.

“Puja más cariño, dame la leche de mi hijo, es mía!” dijo mi mamá en tono de broma.

La leche iba cayendo espesa poco a poco, pasaba por su raja hasta quedarse colgando apuntando a la cara de mi mamá, no aguantó que la leche terminara de caer y empezó a dar bocados a la concha de Mely para poderla bajar, era como si estuviera extrayéndola de su cuerpo.

Esa noche nos bañamos juntos, prometimos mantenerlo en secreto y tener encuentros seguidos, me contaron como mi mamá organizó el plan después de que Mely le contó lo del baño. Que el esposo de Mely trabajaba en otra ciudad, se veían poco, entonces teníamos tiempo de sobra para dar rienda suelta a nuestros placeres y así lo hicimos.

(9,05)