Era verano e iba a solucionar un asunto de papeleo que me obligaba a ir a la otra punta de mi ciudad y por ello tomé el tren subterraneo.Al sentarme,frente a mi ,había una lasciva mujer que vestía sexualmente y yo no quitaba ojo de ella,pues me la estaba poniendo dura y estaba excitado sexualmente,ella era de origen sudamericano y me la hubiera follado allí mismo,pues no soy de piedra y estaba muy excitado. Me puse a su lado y ella lo agradeció,hablamos poco rato y de sopetón le solté que me la había puesto dura ... ella lo notó y no dijo nada,me tomó de la mano y me llevó a su casa. Subimos las escaleras y miraba y admiraba mas con vicio su lascivo culazo y sus lujuriosas tetazas que me estaban poniendo como un berraco el rabo. Yo estaba nervioso por lo que iba a suceder y también porque nunca había ligado a ninguna hembra en el tren subterraneo. Caminamos en dirección a su piso,entramos en el amplio portal y un pequeño pasillo nos condujo al ascensor. Allí nos metimos mano desaforadamente y nos comimos las bocas y nos metimos lujuriosamente las lenguas con brutal avaricia sexual. Se me puso el rabo mucho mas duro que parecía un cuerno de toro. Ella me lo magreó y rugió de placer y me miró con vicio sexual. Al llegar a su piso, abrió lentamente la puerta y me dijo que me fuera a duchar,pues quería una limpia follada y que a continuación vendría ella. Estuve 20 minutos bajo la ducha y me preparé para una brutal jodienda y me metí después en su habitación. Estaba forrada toda de espejos y el techo también y pensé que era el piso de una fulana viciosa algo cara,pues aunque el piso era de tipo medio estaba caramente preparado y adornado con muchas cosas horteras y de muy mal gusto,típico de esta gente que no tiene gusto alguno y que no sabe combinar ambientes ni colores. Me tumbé en aquella cama que parecía un campo de fútbol con sabanas de satén y seguía con el rebo duro como una piedra por puro nerviosismo