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la facilona del hidropedal(2)

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Ella se quitó pausada y muy lentamente el sexy tanga y apareció ante mi un suave coño,perfectamente rasurado que pedía ser comido y lamido por mi lengua. Recuperamos el resuello y lentamente continuó la conversación y nos miramos con lascivia,lujuria y vicio ... mi polla,empezó ponerse erecta por el morbo del momento y ella comenzó a mamar mi dura masculinidad. Yo moría de gusto y estaba en la gloria,porque ella mamaba y mamaba como una zorra profesional.Afortudamente estábamos muy lejos de la costa,porque de la otra manera,siempre habría algun majadero que nos habría cortado el rollo. Nos tumbamos detrás de los asientos para hacer un 69 y así estuvimos chupando mutuamente nuestros sexos con toda la lujuria y placidez del momento.El mecimiento de las olas marinas,ayudaba a que fuera mas placentero la lamida,pues disfrutabamos como seres en celo del fantástico momento que la naturaleza nos brindaba ... nos separamos y ella se abrió de patas ante mi y le clavé de un certero golpe toda mi dureza masculina.Ella rugió de placer y empezamos un caliente metisaca que los dos no queriamos que terminase,pues el estar mecidos por las olas del mar,le daba mas morbo al asunto.

El sol calentaba el metisaca y dábamos quejidos,jadeos y gemidos de placer y nos insultabamos sexualmente,poco podiamos cambiar de posición ,dada la estrechez del hidropedal,ella se montó sobre mi erecta verga y comezó a sobarse con lujuria sus bronceadas tetazas y a proferir gemidos y gritos de placer.Me daba miedo correrme y casi estaba a punto y ella se salió de estar empalada por mi rabo ... le pedí que terminara comiendomela y a continuación yo le comería el coño,cosa que hicimos.Me la estuvo comiendo hasta que saltó toda mi potente lefa e inundó su lasciva boca.De su boca y por la comisura de sus libidinosos labios de zorra,manaron goterones de mi lefa que ella tragó y el resto se lo quitó,le comí el coño como la prometí y la muy puerca daba quejidos,resoplidos y bufidos de vicio sexual y me decía que no parara que la estaba matando de placer.La seguí y seguí comiendo el coñargón y a mi me parecía manjar de dioses y ella seguí gimiendo como una puerca en celo , hasta que tuvo el último orgasmo y pegó un gemido que acabó en un chillido que me dejó alucinado.Al acabar,tenía todos los flujos vaginales mezclados con mi saliva,la muy pureca me dijo que se había corrido hasta siete veces.Al acabar,nos dimos un rápido chapuzón en el mar,para quitarnos los restos del ardor sexual y refrescarnos.Volvimos a subir al hidropedal y regresar al lugar de donde lo alquilé. Al llegar,el encargado me mir´extrañado de que fuera con alguien,pues se acordaba que iba yo solo.Al final,me lo agradeció,me dio un casto beso de despedida y no la volví a ver.Fue un polvo casual,que fue placentero gracias al mecimiento de las olas y con el sol por testigo 

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