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Claudia, mi amiga de Facebook

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A Claudia la conocí por Facebook, es amiga común de la fotógrafa de mi boda, desde que empezamos a chatear hubo química e interés en ambos.

Ella tenía un novio mayor que ella, quien le daba muchas comodidades, pues era médico y ganaba bien, yo casado en ese entonces llevaba casi cuatro años.

Me gustaba ver las fotos del perfil de ella, sus caderas y su mirada sensual.

Nuestra amistad ya estaba yendo mas allá, con charlas calurosas y en cierta ocasión nos besamos en una heladería, lástima que no tuvimos tiempo para ir más allá.

Cierto día que no fui a la oficina ella me escribió y charlamos, yo necesitaba hacer una diligencia en un centro comercial al sur de la ciudad y le pedí el favor de que me acompañara, ella sin tapujos lo hizo; Claudia tenia un jean ajustadas, blusa negra y cabello recogido, piel trigueña, cabello ondulado, culo grande y firme, buena figura y ojos grandes muy sensuales.

Al terminar la diligencia, comimos algo y nos dirigiamos cada uno a su casa, pero ella manifestaba que era muy temprano y me propuso que la invitara a otro lugar para seguir hablando, a lo cual le propuse ir a un motel cercano, ella no lo dudo en afirmar que no había problema, en efecto entramos al lugar, una habitación muy cómoda, baño en vidrio, luz media, con una mesa de pared y dos sillas altas estilo bar, la cama era grande y el tv al encenderlo con un canal XXX.

Nos acostamos aun vestidos pero expectantes, nos besamos, iniciamos suavemente, la pasión fue en aumento, hasta agarrarla de su cabello y empecé a desnudarla, quitando su blusa de tiras negras, su brasier y empezar a chupar sus tetas, ella empezó a tocar mi verga por encima de mi pantalón y se ayudó con su otra mano para darle libertad que deseaba.

De repente Claudia me dice al oído que le muerda los pezones, eso lo hice en sus dos tetas, se retorcía muy excitante, quite su jean y vi esa tanga negra sedosa yo también quite mi pantalón y mi bóxer, apenas empezábamos y ambos estábamos muy húmedos, la agarré fuerte de sus dos manos presionándola boca arriba mientras bajaba con mi lengua desde sus tetas hasta su concha, mientras saboreaba esa rica concha fijaba mi mirada en sus ojos ya desorbitados del placer, ella gemía demasiado sexy, y con sus piernas me apretaba hacia dentro de ella, luego metí mis dedos para acompañar la labor de mi lengua, se podía sentir esa gran cantidad de fluido que generaba. 

Luego en un acto brusco ella agarró mi verga yo aun de rodillas pude tomar su cabello para acompañar ese ritmo de va y ven, debo confesar que su lengua haciendo círculos casi me hace venir, tenia su mirada fija en la mía es demasiado sensual.

Volvió ella a interrumpir los jadeos y gemidos para pedirme que le metiera mi verga, - metela, metela.

Al hacerlo, ella se mordió el brazo y con la otra mano agarro la almohada, sentí con mi verga toda esa concha mojada, su fluido se podía sentir desbordando.

Agarre sus piernas de par en par y las puse en mis hombros, empecé a follarla y ese sonido contra sus nalgas eran salvajes.

Aprovechando esa postura luego puse mis pies en el suelo de la habitación, y sus piernas de lado en posición fetal, mientras apretaba uno de sus senos, y le pegaba en su nalga muy fuerte, ella gemía de dolor y placer. Fueron varios minutos generando en ella esa sensación de masoquismo.

Me dijo que le gustaba que la penetrara boca abajo, puse una almohada para inclinar su culo y lo metí, ella me decía que lo hiciera mas fuerte, muy fuerte; sus deseos son ordenes la puse a sentir mi verga dura mientras con su mano agarraba otra almohada y la llevaba a su boca para morderla.

Luego me acosté y ella quiso sentarse sobre mi, aun tenia mis pies en el suelo, no olvido el gesto en su rostro cuando lo metió, primero los abrió y luego era mas la parte blanca de sus globos oculares lo que veía, empezó a cabalgar apretándose sus tetas hacia su cuello. Su movimiento agresivo dio resultado tuvo un orgasmo de grado máximo, sudamos demasiado.

Luego tomo mi verga de nuevo aprovechando lo muy dura y agitada que estaba, la masturbó en su lengua hasta ver mi leche abundante muy abundante, se dibujó una sonrisa picara en su cara, como si fuera un triunfo.

En una de las charlas que tuvimos por chat, me había dicho que ella es experta en volver a poner dura una verga después de haber eyaculado, lo cual hizo, con su boca, su suave lengua, su mirada y su mano delicada.

La faena continuó, fueron cuatro horas de intenso placer con mi amiga Claudia.

 

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