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Confesiones de un perdedor sin pareja volumen 3: Adriana

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En este, mi tercer relato, quiero comentarte de Adriana. Una chica normal, linda, la verdad no era exactamente de mi tipo sin embargo con el pasar de los meses entablamos una amistad y me di cuenta de que era de mente abierta, por lo que no presentaba ningún problema al hablar de sexo ni nada por el estilo.

Adriana medía 1.69 aproximadamente, era delgada, blanca, cabello lacio color castaño oscuro, ojos negros, labios rosados bastante apetitosos. Casi no tenía senos pero su trasero lo compensaba. Tampoco es que tenía el mejor trasero jamás visto pero sus nalgas llamaban la atención de vez en cuando. Recuerdo que tenía caderas anchas.

Usualmente cuando una mujer tiene mucho pecho no tiene nada en la retaguardia y viceversa, a veces no tiene ni tetas ni culo pero créeme, si una mujer no tiene ninguna de las 2 cosas entonces lo más probable es que tenga labios gruesos envolviendo la entrada de su túnel del placer. No hay nada mejor que una vulva carnosa.

En fin, tú sabes bien que las chicas suelen tener mucho “pudor” al hablar de cosas sexuales, yo solo lo considero hipocresía, no soporto a las mujeres mojigatas, Adriana no era una de ellas, a ella le gustaba el sexo y no le daba pena hablar de ello con un amigo.

La conocí en la universidad, como conocí a muchas otras. Ella y yo llevábamos el mismo curso, que requería de ciertas habilidades técnicas que ella en realidad no poseía. Entonces decidí ayudarle durante el curso junto con una amiga que yo tenía en aquel entonces llamada María Fernanda (no es la de mi relato anterior así que tranquilízate), solamente te la quiero mencionar porque es probable que más adelante te escriba un poco acerca de ella.

Durante el curso, debíamos trabajar en un proyecto grupal, María Fernanda, Adriana y yo conformábamos un equipo de trabajo. No éramos el mejor equipo puesto a que mis 2 compañeras eran bastante malas en lo que hacían así que dependían de mí para poder sacar una buena calificación, la historia de mi vida.

Como debíamos trabajar juntos, yo propuse hacer reuniones de trabajo en mi casa, así que las recibía a las 2 al menos unas 2 o 3 veces semanalmente. Recuerdo que María Fernanda se llegó a enfermar por una buena temporada así que solo éramos Adriana y yo trabajando en el proyecto, solos en mi lugar de habitación.

Eso nos permitió conocernos aún más y fue ahí cuando me di cuenta de que Adriana era de mente abierta, justo cuando me empezó a comentar que tenía aproximadamente un mes de no tener acción con quien era su pareja en aquel entonces y que andaba de calentón muy a menudo.

-Hace mucho tiempo que no hago nada con mi novio me decía me hace falta tener sexo, a veces ando de mal humor y por más que le insinuó que tengamos relaciones él siempre me evade y cambia de tema, estoy cansándome.

Por qué no le das un ultimátum? Le pregunté

Pienso hacerlo, porque en verdad ando muy caliente últimamente. Necesito un buen orgasmo, un buen sexo oral sería increíble!

Lo único que pensaba al escucharla hablar mientras comíamos en mi cocina era que yo, efectivamente, podía solventar esa carencia de sexo que había en su vida. Pero seguía contándome cosas y yo solamente escuchaba tranquilo.

—El otro día me quedé a dormir en su casa, cuando me fui a dormir a la habitación de huéspedes dejé la puerta entre abierta para insinuarle que lo estaba esperando y que quería hacer algo.

Y qué pasó? Le pregunté mientras mi pene se empezaba a endurecer poco a poco

Cuando fui más directa con él, me dijo que mejor no hiciéramos nada porque sus papás se podían despertar y escucharnos en pleno acto. Mierda! Esa actitud me molestó mucho, si es un hombre de verdad debería de hacerle el amor a su novia pero no me satisface.

No podía dejar de pensar en lo ridículo que este cabrón era. Yo lo conocía, pero tenía que ser homosexual como para no follarse a Adriana cuando tenía una relación supuestamente formal con ella. Vaya estúpido.

Al estar de vuelta trabajando en mi habitación Adriana más de una vez repetía “Quiero pene!!!”, “Quiero un buen pene!!”, cuando le ofrecía el mío muy sutilmente ella siempre replicaba diciendo: “Quiero el pene de mi novio”.

Eso provocaba en mi 2 cosas: Mucha ira y por supuesto hacía que me diera cuenta del hecho de que la muy puta de Adriana era lo que yo llamo una “calienta penes”.

Cuando estas en la presencia de una calienta penes lo sabes inmediatamente porque tratará de ponerte en modo calentón sugiriendo cosas que nunca pasarán, así que si estás en esa situación no te hagas ilusiones porque están jugando contigo.

La calienta penes es la típica mujer que necesita convencerse a sí misma una y otra vez, lo más seguido posible que ella puede excitar a un varón hasta volverle loco solo porque “está muy buena”. Pues como te dije antes, Adriana era bonita, pero no era mi tipo, el atractivo que yo le encontraba radicaba más en lo abierta que era y me refiero a su boca solamente porque sus piernas nunca se llegaron a abrir para mí.

Me pegaba muchos calentones con sus insinuaciones que nunca terminaban en nada así que un día justo después de que ella se fue me fui a dar una buena ducha, sin embargo, lo que menos hice fue lavarme, fue más que todo una sesión de intensa masturbación bajo la regadera, simplemente no lo pude evitar.

Mi pene tenía ya mucho tiempo de estar erecto, quería salir de mi ropa interior, su cabeza chocaba bruscamente contra mi calzoncillo y eso al principio provocaba placer pero luego me provoco dolor. Tenía que sacar lo que tenía que sacar.

Cuando estaba en la regadera tomé un poco de jabón corporal para lubricar mi tranca que ya estaba pidiendo desesperadamente mis caricias, lo apliqué en todo el tronco de mi órgano y fue cuando comencé a sobar mientras me imaginaba en mi habitación con Adriana la calienta penes.

Adri, tengo algo que decirte, sé que eres de mente abierta y  por eso no te lo tomarás a mal o por lo menos eso espero pero he tenido una fantasía contigo y me preguntaba si existía la remota posibilidad de volverla realidad.

Una fantasía conmigo? Pero qué te pasa? Acaso estás mal? Me decía

No te preocupes. No tenía nada que ver con penetración. Es una fantasía muy simple y será rápido lo prometo.

De qué se trata? Porque todo depende de lo que sea. Me contestaba con un tono dudoso.

He fantaseado contigo mientras vez como me masturbo al ver porno. Lo harías? Cumplirías esa fantasía por mí?

Era cierto, ya me había imaginado masturbándome mientras veía pornografía con Adri mirándome como voyeur y la fantasía e excitaba muchísimo, por eso la imaginé otra vez mientras me daba ese baño tan placentero con la verga bien parada ya llena de espuma por ese jabón que hacía mi mano derecha resbalar tan plácidamente.

De vuelta en la fantasía, Adri me contestaba que estaba bien, que lo haría. Entonces tomaba asiento al filo de mi cama y esperaba a que yo comenzara. Entonces imaginaba como buscaba en internet mi video porno preferido.

Mira, me encanta esta actriz le decía a Adriana mira que buenas tetas tiene, que me pone a mil

Pues no está mal, y que pinga la del tipo que se la coge eh?... Una así es lo que necesito yo. Me respondía mientras yo le daba play al video.

Pues bueno, yo no tengo una así, pero cumple con su deber.

En ese momento me imaginaba que me sacaba la verga mientras estaba sentado al frente del computador, mientras veía la porno me empezaba a masturbar y ella veía.  Su cara apenas y mostraba morbo pero a mí me daba muchísimo, le mostraba las maneras que tenía de acariciar mi pene, tomaba mi punta y acariciaba los bordes de mi brillante glande para ella, me masajeaba suavemente los testículos y los apretaba para resaltarlos.

Moviendo mi mano hacia arriba ya hacia abajo al son de loa gemidos que salían del computador, me escupía la palma de la mano y lubricaba el movimiento para sentir más placer mientras Adri no me quitaba la vista de encima.

Cuando me exhibo me gusta que me vean por todas partes, así que conforme aceleraba mi masturbación y mi órganos se ponía más duro, más me excitaba e imaginaba que me quitaba completamente mi pantalón junto con mi ropa interior para quedar completamente desnudo de la cintura para abajo, así estando sentado me incliné un poco en mi silla y suspendí las piernas para dejar ver mis bolas rebotar cerca del ano mientras seguía jalando y restregando mi verga.

Veía más a Adri que al video porno que me había puesto para inspirarme. La imaginaba con cara de asombro, simplemente no se esperaría semejante pose de mí, y apuesto a que en la vida real o le gustaría verme haciendo lo que me maginaba haciendo pero esa es la belleza de las fantasías en donde eres el director y todos participan en tu historia según lo que quieras hacer.

Acariciándome el ano con mí otra mano mientras me masturbaba de una manera más agresiva y con los pies en el aire veía como Adriana no me podía quitar los ojos de encima, la veía atónita.

Fue cuando me volví a sentar normalmente y acerque mi silla a donde ella estaba y tomé su mano. Al principio Adri no quería participar, pero jalé su mano nuevamente y la puse en mie entrepierna caliente, estaba palpando mis testículos masudos  producto de varios días de abstinencia.

Me levanté de la silla y le dije a ella que pronto me vendría, que ya casi iba a terminar pero le dije que me ayudara a culminar. Subí entonces su mano  de mis huevos a mi pene, estaba sosteniendo la base de mi tronco, le dije que presionara más fuerte y que comenzara a jalar.

Nos colocamos en dirección al computador para ver el monitor que reproducía el porno, yo parado en frente de ella y Adri sentada en el borde de la cama pasando su brazo por medio de mis 2 piernas y meneándome la verga que ya estaba a punto de explotar.

Era tanta la excitación que me imaginé que tomaba su blusa strapless y la bajaba para dejar al descubierto sus pequeños pechos, sus pezones rosa pálido estaban al descubierto y mientras ella me miraba a los ojos y me masturbaba despacio pero con un agarre firme, yo los jalaba y juagaba con ellos.

Adri, ya casi me vengo Le dije

Shh… Despacito.  Me contestó.

Entonces continuó masturbándome despacio, muy lento, era casi agonizante porque tenía ganas de eyacular pero el movimiento lento de la mano de Adriana retardaba más el orgasmo.

Suavecito Decía susurrando.

Adri me voy a venir Insistía yo en agonía.

Damela.  Respondió.

Fue cuando no pude más. La escena que estaba reproduciendo mi computadora ni siquiera había terminado cuando ya mi pene había hecho erupción. Una explosión de semen espeso salió de mi uretra manchando el piso de mi alcoba y dejando la mano de Adriana pegajosa, era tan densa mi eyaculación que parecía leche cuajada.

El climax me sacó de la fantasía. Terminé de bañarme normalmente después de culminar, pero sabía que iba a seguir teniendo fantasías con Adriana.

Ahora viene lo fuerte. Si leíste mi volumen 2, es decir, mi segundo relato, sabes de María Fernanda, la gordita folladora. Pues bien, lo creas o no (y esto es real, al igual que el resto de la historia), Fernanda y Adriana se hicieron amigas un tiempo después al conocerse y al decir amigas me refiero a muy buenas amigas, pero eso te lo voy a comentar en un próximo relato.

Por el momento te puedo decir que no he vuelto a saber nada de Adri, solamente que terminó una relación que fue bastante extensa por lo que supongo que al momento de escribir este relato, está soltera.  La foto que ilustra este texto, es definitivamente una de las fotos más sugestivas que he logrado conseguir de Adriana, como ves, es una típica calienta penes.

Lo que si te puedo asegurar es que María Fernanda (la gordita del volumen 2) y ella siguen siendo muy buenas amigas. Pero como te decía antes, eso es para otro relato.

Te recuerdo que todo lo que has leído es real, Adri existe (ahí tienes su fotografía), yo tuve estas fantasías una vez y a veces, por qué no decirlo, las recreo en mi memoria.

Hasta la próxima y gracias por leer.

 

Atte: D.J. Bertozzi   

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