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Ingenuidad

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Me llamo Andrea y vivo en Capital Federal, tengo 26 años y esto me pasó a los 17 y a diferencia de otras, lo sucedido me dejó marcada para toda la vida, tanto que este suceso cambió mis gustos y mis hábitos.

Como conté, tenía 17 años y cursaba el último año de mi colegio secundario, antes que me olvide, soy una chica de dimensiones pequeñas 1,64 mts, pocos pechos 76 cm, cintura pequeña 55 cm y una cola también normal 85 cm, soy muy menudita, más bien flaquita, como dije corría el año 1994, exactamente marzo de ese año, yo estaba rindiendo un par de materias previas que debía del año anterior, cursaba en un colegio religioso y comúnmente vestíamos uniformes que consistía en un jumper gris, camisa blanca, medias, corbata y pulóver bordó. No muy corto porque la dirección del colegio nos obligaba a que el dobladillo estuviese dos dedos por debajo de las rodillas, generalmente al salir del colegio las mas osadas se subían las faldas varios dedos por arriba de las rodillas, sin embargo yo no era una de ellas. Algunas de esas compañeras ya comentaban sus amoríos y lo que hacían con sus novios, cuando me consultaban indefectiblemente cambiaba el tema, ya que como soy bastante tímida solo me había besado con un par de chicos en un par de fiestas y después de haber cruzado miradas durante varias fiestas anteriores. Con el tema sexo, siempre fui muy reservada ya que fui criada en una familia bastante moralista y siempre las recomendaciones de mi mamá eran que no importa cuando lo hiciera sino con quién y que esa persona debía ser muy importante en mi vida, ni que hablar de sexo casual, siempre me daba el ejemplo de que ella había llegado virgen al matrimonio.

Un día volvía del colegio, eran las casi las 6 de la tarde y todavía estaba bastante claro, regresaba caminando ya que vivía a solo doce cuadras del colegio y el lugar era medianamente transitado, a dos cuadras del colegio, de una casa que luego haciendo memoria nunca vi salir ni entrar a nadie, salió un muchacho de unos aproximadamente unos veinticinco años que con cara de desesperación me pidió si por favor podía ayudarlo, que su abuelo se estaba muriendo adentro y necesitaba que mientras el lo trataba de revivir alguien llamara ala ambulancia, mi inocencia, mi inmadurez y mi ingenuidad hizo que entrara tras de él a la casa, una casa antigua con una galería luego de la puerta de entrada, que fue cerrada luego de que yo ingresase, al darme vuelta vi que otro muchacho cerraba la puerta con llave que quitó y se guardó en los bolsillos, yo no entendía nada, hasta que de repente fui agarrada de atrás, me cruzaron un brazo en el cuello y me pusieron una navaja sobre el rostro y el que me agarró, me dijo que si gritaba no contaría la historia, el miedo me inundó, aunque quise gritar no pude decir ni media palabra, solo asentía con la cabeza, pensé que se trataba de un robo y recordé que mi madre me recomendaba siempre que le diera todo lo que tenía, que todo se podía volver a comprar, por lo que les dije que se quedaran con todo a lo que me respondieron que lo que querían no era dinero sino otra cosa, el cuerpo se me heló, de repente el de la puerta fue a la cocina y trajo una botella de cerveza, se notaba que estaban tomados y comenzó a preguntarme si quería a lo que contesté que no, de pronto el que me sujetaba por detrás comenzó a bajar su otra mano e intentó meterla por debajo de la falda.

Forcejeé pero la navaja se hundió en mi pómulo y me dijo que si volvía a moverme la cara me quedaría desfigurada, por lo que no volví a moverme, fue así que su mano se deslizó por debajo de mi falda y comenzó a tocar mis glúteos que estaban duros y cerrados del temor, luego comenzó a tocar mi vagina con rudeza por arriba de mi bombacha mientras decía cosas asquerosas en voz baja, luego llamó a su compañero, que al ver lo que pasaba dejó la cerveza y se agacho delante de mí, subió mi falda y comenzó a tocar mi vagina con fuerza, trate de resistirme pero no pude, bajó mi bombachón y empezó a meterme mano a más no poder, era la primera vez que me tocaban y nunca antes me había excitada por nada, todo para mí era repugnante, el que me agarraba me decía que me afloje, que con mi aprobación o no me iban a desvirgar, así fue como me llevaron a una pieza me arrancaron la ropa y mientras uno me tenía el otro se desnudó y por primera vez vi un miembro masculino, no era muy grande tendría unos 11 o 12 cm, pero para mí parecía gigantesco.

El que estaba desnudo comenzó a apoyármelo sobre mi vagina mientras me besaba y apretaba las tetas, el otro se desabrochó los pantalones y sacó tambien su pene y empezó a apoyármelo sobre la raya de mi colita y me decía que me aflojara porque sino me iba a doler, cerré mi ojos para no ver lo que me hacían el de adelante se sobaba conmigo y de repente un líguido blanco salió de su pene y me cayo sobre mi estomago, este agarró y pasó sus dedos, recogió el semen y me los metió en la boca, yo le mordí los dedos y sin pensarlo me pegó un trompazo en la boca del estomago que me hizo caer de rodillas, allí el que estaba detrás de mi me agarró de la nuca y me dijo que iba a probar lo que era el semen y metió su miembro en la boca, esto me provocó arcadas y no me dejaba respirar pero no se detuvo y comenzó a llevar mi cabeza de adelante hacia atrás en forma rápida y alocada mientras me decía que me iba a acabar en la boca y que me la haría tragar entera, mientras tanto el otro se arrodilló detrás de mi y comenzó a tocarme la entrepierna y la cola, traté de juntarlas pero me dijo que si no abría las piernas me cortaría con la navaja en dos por lo que tuve que acceder a su pedido, de repente algo brotó del miembro que tenía en la boca, trate de escupir pero el muchacho me agarro del cuello y indefectiblemente tuve que tragar todo el semen, mientras me decía: "......así perra, así...", de repente sentí como un dedo comenzaba a introducirse en mi ano que trate de cerrar por lo que sacó su dedo y me dijo que no me iba a salir con la mía por lo que se levantó y trajo de la cocina un palo de escoba, cuando lo ví comencé a gritar pero recibí otro puñetazo que me dejo sin aire, me pusieron boca abajo levantaron mi cola y me dijeron que no me iba a olvidar de ellos, allí comenzó a introducir en mi ano el palo, eso pareció partirme en dos las lágrimas caían por mis mejillas, lo movían de atrás hacia delante, al sacarlo parecía no terminar nunca de salir, luego sin decir nada colocó su pene en mi agujerito y de un empujón lo metió hasta el fondo parecía como si me hubiesen clavado un fierro caliente así estuvo durante unos minutos que parecieron una eternidad, acabó dentro mío y luego saco su pene de mi ano y lo colocó en la puerta de mi vagina, traté de negarme me moví y grité pero me volvieron a agarrar del cuello y me dijeron que era la última vez que me lo decían, que aunque no quisiese me iban a hacer lo que quisieran, seguido a esto el muchacho me metió su pene hasta el fondo de mi vagina sentí desgarrarse mi himen y correr un líquido caliente entre mis piernas, los hombres se reían y decían "....... mira como sangra, la muy putita ......." al ver la sangre me desmayé.

Al despertarme estaba tirada en el piso rodeada de sangre, desnuda, a mi lado había un billete de cinco pesos, fue un golpe duro, tanto o mas duro que los puñetazos, me sentía una puta barata, mire a mi alrededor mi ropa estaba colgada de un caballete, mi bombacha estaba rota, intente pararme pero mis piernas no me respondieron, mi ano parecía estar partido, mi vagina me ardía mucho y mi cola, mi vagina y mi cara estaban llenas de semen.

Del asco vomite, estuve en el suelo durante unos veinte minutos luego como pude me levante, me coloqué la ropa y me fui lentamente a mi casa, entré directamente al baño y estuve encerrada durante casi una hora, me sentía completamente sucia y mientras me bañaba lloraba a mares, mi madre me preguntó si me pasaba algo a lo que respondí que no, me preguntó porque había llegado tán tarde, eran las 21:30 hs a lo que respondí que había estado en casa de unas amigas y no me había dado cuenta de lo tarde que era, a lo que me respondió que debía cuidarme, que no era hora para una nenita como yo anduviese sola en la calle. Le dije que me dolía el estomago y me fui a la cama sin comer, esa noche no pude dormir, cada vez que cerraba los ojos, los rostros y recuerdos de lo que me había sucedido venían a mi cabeza, al otro día, fui a mi ginecóloga y le conté lo sucedido con la condición de que no le contase a mi madre, luego de revisarme me dijo que tenía desgarrado el ano y la vagina por lo que tuve que usar medicamento durante todo un mes, tuve que hacerme exámenes por el HIV, pero gracias a Dios estos dieron negativos.

Desde que me ocurrió eso nunca más volví a salir con un flaco, cada vez que lo intenté, siempre queme tocaban o intentaban hacerlo me rehusaba porque siempre me venían a la cabeza la imagen de los dos degenerados que me atacaron.

Mi familia y mis amigas no saben nada, solo mi ginecóloga y mi psicóloga que por secreto profesional no pueden decir nada, bueno ahora también ustedes,(es que mi psicóloga me recomendó contarlo aunque sea a desconocidos para poder desahogarme).

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