Nuevos relatos publicados: 7

Mi desvirgación por detrás

  • 4
  • 32.642
  • 8,82 (55 Val.)
  • 1

Este relato es verídico y me pasó hace ya unos 6 meses aproximadamente.

Salí de fiesta con unos amigos a una discoteca y allí conocí a una mujer de 38 años, yo tengo 30. Estuve hablando con ella durante una hora aproximadamente. Simplemente eso, hablando.

El tiempo pasó volando y se hizo la hora de cerrar la discoteca. Nos dimos los teléfonos y nos fuimos cada uno a sus respectivas casas porque tanto ella como yo llevábamos coche y teníamos que llevar a nuestros amigos a sus casas.

Cuando dejé a mi último amigo en casa le envié un mensaje al móvil y ella me contestó al acto. Simplemente le daba las buenas noches y le decía que estaba encantado de conocerla. Ella en su contestación me dijo que porque no iba para allá en una cafetería próxima a su casa para hablar mas puesto que solo habíamos hablado una hora. Yo la llamé y concretamos el sitio de encuentro.

Después de estar tomando un par de cafés y algún croissant me invitó a subir a su casa. Ella era separada y tenía una niña que en esos momentos estaba con su padre. Al entrar en su piso empezó el contacto físico.

Hicimos el amor dos veces y la verdad es que me lo estaba pasando muy bien. La tercera vez fue diferente, empezamos como siempre excitándonos, tocándonos, lamiéndonos, ….. , entonces ella empezó a jugar con mi ano, empezó a lamérmelo y yo me excité muchísimo. Era el tercer polvo de la noche y aunque estuviese cansado estaba en plena forma. Luego empezó a meterme un dedo por el ano mientras me la chupaba, yo estaba que me salía de placer! Y a ella se le veía que disfrutaba viendo como yo gemía y me movía. Entonces de repente paró, y se levantó de la cama, se dirigió hacia un armario y de él sacó un consolador enorme en forma de polla. Yo me asusté un poquito. Ella me pidió permiso para utilizarlo en mi agujero y yo se lo di, no veía porque decirle que no, hasta el momento me lo estaba pasando increíblemente bien. Entonces ella agarró también un bote de vaselina y lo aplicó a esa enorme polla de plástico y a mi culo.

Para mi sorpresa, ese enorme consolador tenia vibrador incorporado, ella empezó solo a ponerme la puntita por mi agujero y cuando noté esa polla vibrando en mi culo me volví loco! Ella seguía solo jugando en mi superficie, todavía no había entrado en mí. Ella veía que yo me excitaba muchísimo y de vez en cuando me agarraba mi polla y me la chupaba o me la pajeaba. Entonces fue cuando empezó a presionar para dentro, pero lo hacia lentamente y haciendo hueco. Yo no miraba lo que ella hacia, la verdad es que tenia un poco de miedo porque esa polla era enorme, mucho mas que la mía! y pensaba que en cuanto me la metiese me haría mucho daño, pero nada, ella lo hizo muy bien y lentamente hasta que no me di cuenta y la tenia toda dentro de mi, me di cuenta porque ella me lo dijo y me fijé y era bien cierto. Yo estaba alucinando de tener eso dentro de mi, con lo grande que era! Y alucinando también porque me estaba gustando, no podía imaginarme nunca que pudiese gustarme una cosa así.

Con toda esa cosa enorme vibrando dentro de mi empecé a pajearme, pero iba parándome porque no quería correrme rápido, quería disfrutarlo mas. Hasta que no pude aguantar y me corrí, fue increíble!

Luego ella mirándome a la cara me dijo:

- ¿A que no te ha hecho daño?

Yo le dije que no porque así había sido. Estuvimos hablando sobre el tema durante unos 10 minutos después de haberme corrido y le pedí que me lo volviese a hacer. A ella le encantaba verme disfrutar y no le importó.

Yo pensaba que no podría correrme porque ya me había corrido 3 veces esa noche, estaba cansado y la última vez que me había corrido fue hace 10 minutos. Pero no me costó, esa cosa enorme vibrando dentro de mi hacia que me excitase como un loco y acabé corriendo me otra vez.

No se que pensaréis sobre esto, la mayoría de hombres son reacios a que les hagan cosas en el ano porque sienten atacada su masculinidad, pero la verdad es que la mía la pueden atacar cuando quieran si me hacen gozar de esa manera. Después de esto me sigo sintiendo igual de hombre que antes.

(8,82)