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Mi mama es mi querida esposa

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Esta historia pudiera ser realidad pero también mentira, entre ambas normalmente solo media la imaginación, primero la del propio autor y a continuación la de los posibles lectores. Cada cual es muy libre de pensar lo que quiera.

Primeros de Julio del año 1964, DIA DE MI GRADUACIÓN, acabo de cumplir 23 AÑOS, mi nombre es Alfonso al igual que mi padre, soy de complexión alto y fuerte, muy rubio, practico mucho deporte y acabo de terminar la carrera de Ingeniería Técnica Industrial, en la Universidad de Salamanca.

Mi familia está compuesta por mi padre de profesión Taxista (con parada y taxi propios) por lo que aun no siendo ricos nos apañamos bastante bien. Papa es muy alto (1,92m.) moreno, tiene 48 años, es muy amable y jovial, se puede decir de el que es la bondad personificada.

Mama se llama Natalia es una señora también muy alta (1,76m.) tiene 38 años. (Me parió a los 15) ella es... Sencillamente impresionante, rubia platino natural, ojos intensamente azules y sus medidas aproximadas, 105, 63, 95, sus piernas, largas, muy bien torneadas y sin ser gruesas, si tienen esa forma por la que se dice... Son propicias para el manoseo, los pechos aun siendo grandes los mantiene firmes y duros, en absoluto caídos. Es ágil y fuerte, todos los días camina una media de 8 kilómetros, practica tenis 3 días a la semana y también asiste a un gimnasio donde practica aeróbic. Su cuerpo realmente es espectacular.

Papá como antes he dicho es taxista y un Sr. de lo mas BUENO y AMABLE, tenía 12 años más que MAMÁ pero también podría decirse de él que era un APOLO, conoció a mi mamá cuando ella sólo tenía 13 años y la puso TONTA PERDIDA (Ella aparentaba en esa fecha 18 o 19 años) le engañó absolutamente y a los 14 años, quedó embarazada por lo cual no hubo mas remedio que casarse (En esa época era impensable otra cosa)

Entrando en los hechos: los dos asistieron a mi graduación, el calor en Salamanca era infernal mas la alegría era desbordante por parte de todos, especialmente para mi, no fue una sorpresa que ambos acudieran a la graduación, lo esperaba debido a que al final de la ceremonia los tres regresaríamos a nuestra ciudad natal (VIGO).

Cuando nos vimos serían las 17 horas, la ceremonia de graduación tenía lugar a las 18. Después de los saludos de rigor y el cariñoso abrazo de papá al abrazar a mamá pareció como si a ambos nos atravesara una especie de descarga eléctrica. Mamá vestía un modelito de una sola pieza que realzaba su figura de una forma espectacular, era un vestido entalladito de color blanco grisáceo con unos zapatos de aguja haciendo juego, el conjunto la convertía en una especie de monumento que hacía alucinar a cualquiera que la estuviese viendo. En ese momento yo vestía pantalón y camisa blancos con zapatos del mismo color, la toga la llevaba colgada del brazo y el birrete ladeado sobre la cabeza a modo de broma, mamá se quedó extasiada viéndome, en principio pensé que era la consecuencia de los casi cuatro años de separación, mas tarde pude darme cuenta que había algo más.

Finalizó la ceremonia de graduación a las 19,30 horas y papá propuso dar un paseo por la ciudad, tomar algo en algún restaurante para regresar a nuestra ciudad a continuación (A papá le encanta conducir de noche)

Mientras paseábamos mamá se colgó de mi brazo y su teta cadera y muslo no se separaban de mi costado a pesar del calor terrible que hacía, en principio no le di mayor importancia pero poco a poco comenzó a penetrar en mi un cosquilleo extraño que no entendía, notaba algo muy raro en ella y yo comenzaba a ver en ella NO A MI MADRE, SI A UNA MUJER MUY DESEABLE, fue entonces que pase mi brazo sobre sus hombros, ella se pegó a mi totalmente, su teta casi me hacía daño, sus refregones eran constantes. De todo esto papá no se enteraba de nada, para él era una verdadera satisfacción ver las muestras de cariño que se prodigaban madre e hijo.

Encontramos un restaurante muy acogedor, estaba ligeramente oscuro y casi completamente vacío, nos sentamos en una mesa situada en un rincón lo cual nos proporcionaba una cierta intimidad. Mamá tenía su mano izquierda bajo el mantel y en un gesto despreocupado la depositó sobre mi muslo, en principio yo no le di mayor importancia mas al poco rato me quedé rígido, mamá había colocado su mano sobre mi paquete, la miré de reojo y creo que estaba muy colorado, ella hablaba con papá sin inmutarse para nada, con su mano inició sobre el pantalón una caricia enervante que puso mi polla a mil, bajé mi mano rápidamente y retiré la de ella, estaba a punto de correrme en los pantalones, ella me miró y lanzó una sonrisa chispeante y un poco irónica, con todo desparpajo dijo...

―¿Qué té pasa cariño? ¿Te encuentras mal? Parece como si estuvieras sofocado.

Y dice papá...

―No creo le ocurra nada, seguramente son los nervios de la graduación ¿Verdad hijo?

―Si papá es justamente eso lo que me ocurre, fue un día muy intenso.

Mire a mamá y me sonreí, de pronto lo había entendido todo. Nos habíamos enamorado perdidamente el uno del otro.

Terminada la cena nos dirigimos al lugar donde había quedado estacionado el coche, en cuanto llegamos, papá nos sugirió que viajásemos los dos en la parte trasera de esa forma y apoyándonos el uno en el otro, podríamos dormir a ratos durante el viaje, los dos aceptamos encantados, mamá nos rogó que esperásemos un poco, deseaba ponerse cómoda para el viaje, se introdujo en el interior del coche y extendió una gran toalla sobre el asiento, se quitó el vestido y se cubrió con una ligera manta de viaje, hecho esto nos subimos papá y yo e iniciamos el viaje de retorno a Vigo. Transcurrida una hora aproximadamente mamá dijo tener sueño y recostó su cabeza sobre mi regazo, yo me recosté todo lo que pude sobre el ángulo posterior entre asiento y puerta para dejarle a ella el máximo espacio posible y que estuviese cómoda, mas la intención de mamá no era dormir precisamente, una de sus manos comenzó a acariciar mi polla sobre el pantalón muy suavemente, en cuanto esta alcanzó el tamaño adecuado muy despacio soltó el botón superior del pantalón y a continuación el ziper, tiró ligeramente del calzoncillo hacia abajo y su golosa boca se apoderó de la cabezota del animalito que allí se ocultaba, por la construcción del vehículo y la posición que habíamos adoptado desde la parte delantera era imposible ves que ocurría en la trasera por lo cual ella se dedico a chupar y lamer mi polla como si de un caramelo se tratara, su paladar y lengua parecían de terciopelo, las sensaciones que yo sentía eran tremendamente placenteras, cerré los ojos e intenté que aquello se prolongase hasta el infinito pero a los pocos minutos mi resistencia se derrumbó y mi polla comenzó a largar semen a borbotones incontenibles, pensé que mamá se ahogaría pero la muy zorrita previsoramente se había hecho con un gran pañuelo en el cual recogió todo el semen que glotonamente no se pudo tragar, durante unos minutos siguió acariciando dulcemente mi pene y de pronto dijo...

―Hijo, soy incapaz de pegar ojo ¿Quieres intentarlo tú?

Papá seguía conduciendo como si tal cosa, él no se enteraba absolutamente de nada...

―¿Os molesta la música? ¿Queréis que apague la radio?

―No papá al contrario, la música a mí me relaja, incluso puedes ponerle un poquito mas de volumen, es como mejor me relajo y pueda quedar dormido.

Papá así lo hizo, el volumen de la radio podría cubrir algún tipo de indiscreción por parte nuestra. Mamá se recostó todo lo que pudo en el asiento y cogiendo mi cabeza la depositó suavemente sobre sus muslos cubriéndome a continuación con la manta de viaje, pasé mi brazo izquierdo por detrás de ella y la abarqué por la cintura mientras mi mano derecha acariciaba dulcemente su culito, coloque mi boca sobre sus braguitas y comencé a darle besitos a su vagina y pubis sobre ellas, mamá estaba a mil, con dos movimientos se quitó las bragas, elevó ligeramente su pierna derecha sobre mi espalda quedando su coñito totalmente expuesto, abierto y embriagador directamente en mi boca, pasé mi mano izquierda bajo su culo para acercármelo mas y poder introducir mi lengua en aquella fuente de placer, en aquel agujero por el cual había salido hacía 23 años, comencé a pasar delicadamente mi lengua a lo largo y ancho de aquella deliciosa grieta, el clítoris se notaba duro al igual que un pequeño pene en erección, lo tomé con mis labios y lo chupé suavemente, mamá comenzó a retorcerse y a gemir, su coño estaba totalmente empapado, de pronto lanzó un estertor y comenzó a correrse de una forma tremenda, su coño era como una fuente manando líquidos que se perdían por sus muslos abajo parando en la toalla que ella previsoramente había colocado, ahora comprendía yo el porque. Gracias a la música papá no se enteró absolutamente de nada y yo me quedé profundamente dormido.

Cuando me desperté mamá tenía puesta una falda y un suéter, estaba tan normalita que tuve la sensación de haber soñado todo lo ocurrido anteriormente, excepto que en mi boca y olfato todavía tenía la sensación de sus deliciosos flujos, mamá me guiñó un ojo y dijo...

―¿Qué querido has dormido bien? Menudo sueño pesado que tienes ¿Soñaste con algo agradable?

―Si mamá dormí como los ángeles y además soñé algo maravilloso pero sin conclusión, mañana con un poco de suerte igual sueño la conclusión del mismo.

Ella con una sonrisa encantadora dice...

―Bueno hijo los sueños si son felices buenos sueños son, espero que obtengas la conclusión de tu sueño y seas tan feliz como nosotros de tenerte en casa ¿Verdad querido?

―Soy tremendamente feliz con la familia encantadora que tengo. (Dijo papá)

Nos acostamos todos, eran las 2 de la mañana, me desperté sobre las 11,30 horas justo cuado papá salía para su trabajo habitual, mamá estaba en la cocina preparándome el desayuno, tenía puesta una batita muy ligera y casi transparente, vista desde atrás se le veían perfectamente sus finas braguitas y también la ausencia de sujetador, yo como única vestimenta tenía puesto un pantaloncito corto de pijama el cual no podía disimular el estado de erección que mi polla tenía, me acerqué silenciosamente a mamá por atrás y abarqué con mis manos sus dos tetas situando simultáneamente mi rabo entre sus piernas, ella dio un respingo y dijo...

―Pero... Hijo ¿Qué haces?

―Mira mamá es justamente la continuación del sueño que tuve anoche, pero resulta que tienes que ayudarme ¿Quieres hacerlo?

Ella se giró sobre si misma y besándome furiosamente dijo...

―Claro que sí cariño, ahora y todos los días de nuestra vida que necesites la ayuda de tu mami que te adora ¡Cielo mío!Nos cogimos de la mano y nos dirigimos a la habitación conyugal, allí la abracé tiernamente y le saqué la batita, me quedé alucinado mirando sus espléndidas tetas, grandes, duras y desafiando orgullosamente la gravedad, parecían dos obuses con unos pezones preciosos perfectamente centrados en el conjunto de aquellas hermosas mamas, ella sonriendo cogió mi cabeza con sus manos y la dirigió a su pecho, con mis manos cogí aquellas dos maravillas y las acaricié suavemente, mi boca y labios chupaban alternativamente de aquellos pezones con verdadera glotonería, ella gemía dulcemente mientras acariciaba cariñosamente mi cabeza, la fui recostando sobre la cama mientras mis manos seguían acariciando aquel espléndido cuerpo, mi boca y lengua fueron dibujando cada centímetro de su hermoso y plano vientre, al llegar a sus braguitas se las fui bajando lentamente, tenía un monte de Venus que era todo una preciosidad, sus pelitos eran muy finos y de un color marrón clarito dibujando un perfecto triángulo sobre su pubis, su vagina estaba perfectamente diseñada, los labios exteriores eran gordezuelos y perfectamente uniformes, de ellos ya sobresalía la puntita de su clítoris, como guiñándome un ojo, me estaba diciendo... ¿A que esperas? Con mis dedos abrí delicadamente aquella flor y mi boca se apoderó absolutamente de ella, mamá abrió sus piernas todo lo que daban de sí y las situó sobre mi espalda, mi cabeza quedó totalmente alojada entre ellas, su vagina era una fuente de caldos que yo me bebía con verdadero deleite, ella gemía y se retorcía de placer, con sus manos me cogió de los pelos y dirigía mi cabeza hacia donde mas placer podría sentir, ahora a la derecha, ahora abajo, de pronto...

―Cariñitoooooo chúpame el clítoris, me estas matandooooooo, Hooooo que placer Dios mioooooo.

Su corrida fue verdaderamente maravillosa y ahora venía la mía, me despojé del pantalón a toda velocidad y me fui colocando sobre ella mientras le besaba todo el cuerpo, llegué a su boca y le pasé parte de sus propios jugos, nos besamos apasionadamente, mi pene buscaba afanosamente la entrada de la gruta materna, ella alargó su mano, lo cogió y lo dirigió directamente a la entrada de su maravillosa gruta yo empujé ligeramente y este penetró en ella con total suavidad, mamá cruzó sus piernas sobre mi espalda y comenzamos a coordinar nuestros movimientos, para mi era maravilloso sentirme en el interior de la persona que me había dado la vida, no sentía ningún tipo de prejuicio, solo sentía el tremendo amor que de nosotros dos estaba emanando en ese momento, me la quedé mirando fijamente a los ojos...

―¿Qué sientes cariño? ¿Te arrepientes de lo que estamos haciendo?

―¡No mamá! ¡Te quiero mamá! Siento que he vuelto al útero materno y soy el mas feliz de los mortales.

―Es lo mismo que yo siento cariño mío.

Mientras nos susurrábamos estas dulces palabras nuestros movimientos habían aumentado considerablemente buscando la apoteosis final la cual llegó entre gritos de placer, sin sacar mi pene de su interior me dejé caer de lado manteniéndola abrazada contra mí, ambos nos besábamos y acariciábamos mutuamente, con un tremendo amor, realmente nos AMÁBAMOS como... Hijo – Madre, Como Amantes, Como Esposos, COMO TODO.

Pasaron unas tres semanas en las cuales aprovechábamos cualquier momento propicio para hacer el amor, una tarde llamaron a papá para hacer un viaje a Barcelona por lo cual tendería que salir al siguiente día muy temprano, al momento de salir de casa papá me llamó...

―Hijo, tengo que salir hacia Barcelona y estaré fuera unos 3 o 4 días, es la primera vez que tu madre y yo nos separamos por lo cual quiero que tú la cuides como si fuese yo mismo.

―No te preocupes papá puedes estar seguro que a mamá no le faltará de nada, intentaré por todos los medios que no note tu ausencia, márchate tranquilo y conduce con prudencia ¿Vale?

―Muy bien hijo, es formidable tener a una persona de confianza en casa, me marcho tranquilo.

Nos abrazó a ambos, mamá le acompañó hasta el exterior y allí se besaron apasionadamente...

―Conduce con cuidado cariño y no tengas prisa en regresar.

Eran las seis de la mañana, cuando mamá regresó a su habitación me encontró a mi en su cama...

―Hijo, esto es una imprudencia, ahora no podemos permitírnoslo, por cualquier circunstancia podría regresar tú padre y...

―Tienes razón mamá, regreso a mi habitación, pero con un enorme dolor de corazón.

―No seas impaciente, tenemos cuatro días por delante para nosotros solos.

Regresé a mi habitación y me quedé profundamente dormido, desperté de pronto con una sensación extraña, al abrir los ojos vi a mamá sentada a mi lado y su mano acariciaba mi pene delicadamente, su sonrisa era encantadora, alargué mis manos y la recosté contra mí, solo tenía puesta una ligera camisa de dormir, mi mano comenzó a acariciar su precioso coñito...

―No lo pienses cariño, ahora es muy tarde y tengo que hacer la comida.

―Hoy comemos fuera mamá, no te preocupes y disfruta del momento.

Dicho eso me situé sobre ella y la penetré con delicadeza, hicimos el amor muy suavemente, saboreando cada centímetro de piel, ella me pidió cambio de posición y se situó sobre mí, abarque sus hermosas tetas con mis manos y mi boca pasaba alternativamente de uno al otro pezón sin descaso, las sensaciones que sentía eran maravillosas, los movimientos que ella imprimía a sus caderas y a sus músculos vaginales mas que follar parecía que me estaba chupando la polla con su coño, ella notó que yo estaba a punto y comenzó a acelerar sus movimientos, yo cogí uno de sus pezones con mi boca, coloqué mis manos sobre sus nalgas y la presioné fuertemente, la penetración fue total y ahí nos corrimos los dos desaforadamente entre gritos y gemidos de placer, pasados unos minutos mamá me miró amorosamente y me dijo...

―¿Que te parece si ahora nos duchamos y salimos a comer?

―Me parece muy bien mamá.

Nos duchamos, vestimos y nos dirigimos a un buen restaurante donde comimos maravillosamente bien, después de comer mamá me pidió regresar a casa, estaba cansada y tenía sueño. Nuestra casa es unifamiliar, tiene un muro de cierre de 3 metros de alto y un jardín bastante frondoso, en el centro del mismo hay una pequeña piscina. El calor que hacía era infernal, estábamos en pleno mes de Agosto, decidimos ponernos los bañadores y tumbarnos en el jardín al lado de la piscina, en cuanto me tumbé de inmediato me quedé dormido, pasarían unas tres horas y me desperté a mi lado estaba mamá, solo tenía puesto unas pequeñas braguitas, dormía plácidamente, me quedé arrobado mirándola, sus pechos me volvían loco, tan grandes y erguidos, aun acostada se mantenían derechitos, con los pezones rosaditos y del tamaño de una pequeña aceituna rodeados de una aureola color marrón oscuro de unos cuatro centímetros de diámetro, su cinturita estrecha, sus espléndidas caderas, la braguita deja entrever su monte de Venus y su abultadita vagina, aquellos muslos y piernas maravillosas.

Al contemplar todo ese maravilloso conjunto mi polla comenzó a crecer de una forma desmesurada, sin pensarlo dos veces me quité el bañador, comencé por acariciar sus hermosas tetas muy suavemente, metí uno de sus pezones en mi boca y lo lamí con delicadeza, los dos se le pusieron duros como piedras pero ella seguía durmiendo (La noche anterior no había pegado ojo) Con la punta de los dedos acariciaba su monte de Venus sobre la braguita ¡Que pelitos mas suaves! Con mucho cuidado fui bajando sus braguitas, procurando no despertarla, en cuanto conseguí quitárselas totalmente separé ligeramente sus piernas y me dediqué a explorar delicadamente aquella hermosa grieta que comenzaba a humedecerse, con la punta del dedo toqué ligeramente su clítoris y ella dio un respingo pero siguió durmiendo bajé entonces mi boca sobre aquel chochito y muy suavemente comencé a pasar mi lengua a lo largo y ancho de aquella grieta mientras mi mano izquierda seguía acariciando sus hermosas tetas, ella entre sueños emitía pequeños gemidos y de cuando en cuado movía las caderas como acomodando mas el chochito a mi boca, cuando mis labios atraparon entre ellos el clítoris se despertó, en principio muy desconcertada pero enseguida se giró formando un perfecto 69 atrapó con sus manos y boca mi rabo iniciando una mamada sensacional, en unos minutos ambos nos corrimos como animales, ella siguió chupando y acariciando mi polla impidiendo que se bajara, me situé entre sus piernas, apunte mi polla a la entrada de su vagina y en un solo movimiento la penetré hasta el fondo, ella cruzó sus piernas sobre mi espalda e iniciamos una follada sin prisa, ambos queríamos disfrutar de la penetración a tope, casi no nos movíamos, de pronto... Escuchamos un potente grito seguido de una especie de estertor, papá había regresado a casa de improviso debido a una avería del coche, nosotros estábamos tan concentrados en lo nuestro que no nos enteramos de su llegada y el pobre hombre, al ver la escena del jardín no pudo resistirlo y le dio un infarto que lo mando al otro mundo.

Después de los funerales y pasados unos días vendimos todo lo que teníamos en Vigo y nos trasladamos a Barcelona donde yo como Ingeniero comencé a trabajar en una gran empresa. Presenté a mamá como a mi esposa, de hecho prácticamente lo era, todo lo que hacíamos ya lo hacíamos como marido y mujer y mis compañeros con bastante envidia me preguntaban que como me las había apañado para ligarme a semejante bombón ¡Si yo les contara!

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