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EL INCESTO EN MI VIDA (PARTE 10)

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Durante ese tiempo conocí a una chica en el instituto, Chari, castaña de pelo rizado, tetas bastante grandes, unas piernas con unos muslazos increíbles y un culo grande turgente, ella fue la que sacio mí apetito sexual durante aquellos meses, olvidándome yo por completo de todo lo ocurrido los 4 años atrás.

Pero todo cambio cuando volvieron las comuniones. Al ser mi familia bastante grande, era raro el año que no tuviéramos que festejar una comunión, bautizo o boda. En esta ocasión la comunión era de otro primo y se festejaba en el patio de la casa de un vecino de aquellos tíos míos, tal y como conté antes era costumbre en el pueblo hacer las celebraciones la familia en sitios amplios ya que en el pueblo no había restaurantes.

Aquella tarde me vestí para la ocasión y acompañando a mis padres nos dirigimos hacia el lugar de la comunión. Al llegar el corazón me dio un vuelco, allí estaba mi prima Carmen y para sorpresa mía y seguro que de toda la familia, estaba embarazada. No hay que decir que ya era el chismorreo de todos los asistentes, quedando la comunión en un segundo plano. Me acerque a ella, la salude y comencemos a hablar. Tal vez sería debido al embarazo, pero para mí estaba aun mas estupenda, llevaba un vestido gris claro corto y con un escote en círculo, podían verse sus piernas aun más firmes que antes y unas tetas que habían crecido debido al embarazo. Me conto todo lo que le había pasado, al parecer había conocido un chico en la universidad, habían comenzado a salir y que por mala suerte se había quedado embarazada, al acabar el curso universitario se casarían por lo civil y se quedarían a vivir temporalmente en la casa de los padres de él, ya que vivían en la provincia donde se encontraba la universidad. Le pregunte por su novio, ella me contesto que no había venido ya que estaban de exámenes finales y no los llevaba del todo bien. Después de un buen rato poniéndonos al día sobre nuestras vidas, la deje y fui a tomarme algo, estuve charlando con unos y con otros, la conversación era prácticamente la misma para todos los familiares y conocidos, el embarazo de Carmen. Allí pase un par de horas, donde pude ver también a Angy pero que prácticamente paso de mí, solo un simple hola, fue todo lo que hable con ella, me fije que ella y varias amigas estaban con algunos niños de su edad. Se ve que ya se había hartado de jugar con el juguete que creía que yo era, ahora la podía ver tonteando con otros chicos. Debo confesar que me dieron un poco de celos, pero mi cabeza me decía que era normal, que no toda su vida iba a estar colgada a mí, en una relación que no iba a ninguna parte.

Me estaba aburriendo un poco, por lo que decidí irme, me acerque a mis padres y se lo comunique, ellos intentaron convencerme de que me quedara, pero vieron que era imposible, ya que no era un niño, faltaban pocos meses para que yo cumpliera los 18 años, ellos me dijeron que se quedaban allí para ayudar y que llegarían de madrugada, me despedí y me fui.

Al girar la esquina, me encontré con mi prima Carmen, me sorprendí al verla allí sola, le pregunte que hacia allí, “he venido a fumar un cigarro  sin que me vean, estoy harta soy el cuchicheo de toda la fiesta y si me ven fumando ya me crucifican” me contesto, aquello me hizo gracia ya que era auténticamente verdad, le pedí un cigarro y me quede a acompañarla, ella me pregunto que donde iba yo, le dije que iba a mi casa ya que no tenía ganas de estar allí, la invite a venir conmigo, ella dijo que si ya que sería mejor que estar allí viendo como la criticaban por su embarazo, ya que en ese pueblo que una chica de 19 años se quedara en estado sin haber pasado por el altar era todavía algo anti-natura.

Lleguemos y nos fuimos al salón, puse la televisión y nos sentemos en el sofá a verla. Después de un rato mirándola y hablando de tonterías, se me ocurrió decir “hay que ver lo que son las cosas, con lo bien que nos los pasamos en la comunión de tu hermano el año pasado”, ella se rio y me pregunto que si todavía me acordaba, yo le conteste que claro que todavía había noches que al acordarme me tenía que tocar. Carmen estuvo un rato en silencio mientras miraba el televisor, de repente me dijo que si quería repetirle, pues claro que si, empecé a balbucear como un tonto, ella se reía “pero con cuidado que mira que barriga tengo, vayamos a hacerle daño al niño”, yo le dije que fuera ella la que llevara el ritmo, ya que ella estaba de 7 meses y yo era la primera vez que estaba con una embarazada e incluso creía que no se podía follar durante el embarazo. Comencemos a besarnos y poco a poco mi mano se pudo introducir debajo de su falda y me dirigí hacia su entrepierna, empecé a tocar su coño por encima de sus bragas, ella a la vez bajo la bragueta de mi pantalón y saco mi polla a la que empezó a pajearla, así estuvimos un buen rato. “Vamos a follar” me dijo y se levanto, la ayude a bajar la cremallera de su vestido y me desnude mientras ella terminaba de quitarse el sujetado y bajarse las bragas, sus tetas habían crecido considerablemente y tenía unas aureolas grandes, su coño estaba peludo pero bien recortado. Me pidió que me sentara, antes de obedecerla le dije que si quería podía ir a por condones a mi cuarto, ella se rio y me dijo que esta vez si podía correrme dentro ya que no había problema por quedarse embarazada, aquello me hizo sentirme como un tonto, pero no le di más vueltas y me senté, ella se sentó encima de mi dándome la espalda, cogió mi polla y se la introdujo, comenzó a bajar, “uhhmmm esta mas grande que antes” dijo una vez mi polla estaba dentro de ella por completo. Comenzó una cabalgada suave, su coño estaba muy húmedo y poco a poco pude sentir sus líquidos deslizándose por mi miembro hacia abajo y mojando mis huevos. Unos minutos más tarde ella empezó a gemir más fuerte y se retumbo hacia atrás, en esa postura pude coger sus pechos y mientras los estrujaba ella comenzó a correrse, yo no tarde mucho en soltar mi esperma dentro de ella. Después de aquel polvo, seguimos ambos sentados en el sofá pero aun desnudos, yo no paraba de acariciar su barriga y aquellas tetas que si antes me gustaban, ahora me encantaban. Por culpa de aquellas caricias, mi polla fue reaccionando poco a poco, pero si la faltaba poco, se puso dura en cuanto ella me dijo “tienes una polla increíble, es más grande y gorda que la de mi novio”, aquello me excito un montón, comencé a besarla y no tarde mucho en decirle de follar otra vez, ella se tumbo en el sofá, abrió sus piernas, me acomode entre ellas sin tumbarme, para no aplastar la barriga y comencé a follarmela, empecé a embestirla, ver moverse esas tetas me estaban volviendo loco, aquella barriga preñada me excitaba, sin saber porque, de repente pude oír entre gemidos “no te corras, no te corras…” aquellas palabras hacían que estuviera a punto de hacer lo contrario de lo que me pedía. Tras unos minutos de placer insufrible, intentando no correrme, ella comenzó a gritar “ahora, ahora córrete”  automáticamente mi leche comenzó a inundar su coño mientras ella se retorcía de placer, estaba corriéndose también. Mi orgasmo se intensifico ya que mi polla notaba su coño inundado por nuestras corridas, nunca había sentido tanta humedad con ninguna mujer, seguí moviéndome un rato para intentar recordar la suavidad de aquel agujero durante bastante tiempo. Tras recuperarse se levanto, se fue al baño donde se aseo, volvió y se vistió, nos despedimos ya que dijo de volver a la fiesta para hacer acto de presencia. Nos despedimos y se fue dejándome, aun desnudo, sentado en el sofá.

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