Nuevos relatos publicados: 9

El lado oscuro de mi mente (Celos)

  • 21
  • 44.077
  • 9,23 (47 Val.)
  • 0

La vida es muy complicada o soy yo quien la complica, el caso es que se me armo la bronca cuando le hice saber a Jorge que me cogí a su hermana.

Hubieran visto su cara, se quiso poner pendejo pero lo aplaque más rápido de lo que yo hubiese imaginado.

---para tu coche Jorge no seas mamón, el que te hayas cogido a Elia es que debo aplaudirte y hasta agradecerte o debo entender que chingar es gloria pero que me chinguen es contra la ley.

Chinga a tu madre es ojo por ojo y panocha por panocha, estamos a mano---

No me dijo nada el muy puto pero su desquite fue decirle a mama que me cogí a Enedina.

Mama me armo  mitote y me castigo con piernas cruzadas.

---me saliste igual de putañero que tu padre---

Hay cosas que me es difícil comprender, porque mama lloro al reclamarme después entendí porque, me quiere solo para ella, yo era ya el sustituto de mi padre y no me quería compartir con nadie.

No me preocupe tanto ya encontraría la forma  de vencer su enojo.

Sin embargo eso no fue todo porque mama le conto a Elia lo de Enedina y también me armo bronca, con ella fue diferente porque sabía la clase de cabron en que me había convertido, me reclamo más por mama que por ella misma.

Recuerdo su mohín de disgusto y me vuelvo a excitar.

Puso su carita seria como haciendo pucheritos e intento ignorarme, mientras preparaba la comida.

Me dio la espalda y guardo su molestia en un forzado silencio.

Desde la silla en que estaba sentado deje de ver su espalda para concentrar mi mirada en las redondas y apetitosas nalgas de mi hermana.

Ahí la solución tal vez faltaba a lo mucho una hora para que regresara Gilberto de trabajar, yo sabía que si la convencía y me la cogía ahí terminaría su enojo.

A esas instancias mi respiración había perdido su ritmo y mi verga estaba de acuerdo con mi cerebro me levante y me la saque estaba caliente y se estiraba más a cada instante, la tome por sorpresa pues la sujete por la cintura a la vez que enterré mi verga en la fisura de sus deliciosas nalgas.

Al percibir mi dureza Elia recargo su nuca en mi pecho y después protesto levemente.

---No espera no tarda Gil en llegar---

---entonces apurémonos chiquita porque mi verga no te la perdona-

La falda de mi hermana estaba un poco ajustada sin embargo no tuve problema para levantarla hasta su cintura.

Elia volteo donde estaba el reloj suspiro y se quitó sus pantaletas, las arrebate de sus manos y las lleve de inmediato a mi nariz.

Su aroma me enervo y mi verga se estiro al máximo, cerré mis ojos deleitándome con aquel delicioso perfume femenino.

Cuando me di cuenta Elia estaba hincada frente a mí con la testa de mi verga atrapada en su boquita.

Elia había aprendido el arte de la felación graduada con honores  acariciaba la boca de mi aguijón apenas sacando la lengua y besándola con ligeros apretones de sus labios.

Mis rodillas se doblaban mi vista se nublaba, mis cienes parecían estallar de emoción.

Elia estaba tan excitada como yo mordía mi verga enterrando con suavidad sus dientes en mi tierna carne.

Ya no podía mas si la dejaba continuar seguramente mi leche terminaría en su garganta.

La sujete de las mejillas y la obligue a soltar su ardiente caramelo.

Elia me miro con una ternura que hoy en día no puedo.

Sus ojitos brillaban llenos de amor me amaba eso quería decir esa mirada tan profunda y tierna.

Nuestra impaciencia no nos permitió procurar un mejor sitio que ahí donde se había desatado nuestro deseo.

Le tome de las manos para que estirara sus piernas sus deliciosas nalgas besaron el frio suelo y enseguida se dejó caer de espalda ahí en el poco espacio que nos permitió la cocina. Desaté mi cinturón y baje mi pantalón y mis calzones hasta mis pies, primero me arrodille entre sus piernas, después me deje caer sobre su cuerpo.

Nos miramos como dos enamorados ávidos de disfrutar de las delicias de nuestras pasiones. Los ojitos de expresivos de Elia me estaban volviendo loco más nunca dejo de verme suspiraba y me ofrecía su boquita deseosa de ser besada, y la bese, como explicar la sensación tan arrebatadora que me provocaba la frescura de su sugerente boca unimos nuestras bocas y nos besamos violentamente, el tiempo parecía no transcurrir nuestras lenguas  se entrelazaban y  nuestros dientes mordían ocasionalmente nuestros labios, Elia deslizo su mano hacia abajo hasta ubicar mi tranca le dio un ligero apretón y la guio hasta a ubicarlo en la entrada de su fuente de placer.

Después de aquello todo fueron deliciosas oleadas de placer hundido en la deliciosa humedad de mi hermana acompasamos nuestros movimientos friccionando nuestros sexos hasta lograr un delicioso orgasmo sincronizado ella y yo al mismo tiempo chocando nuestros vientres con fuerza en el límite del más sublime placer.  

--- no sabes cuanta falta me hacía esto---

--- ¿falta, estás hablando en serio?—

---si te juro que te extrañado mucho---

--- ¿y entonces Gil?---

---desgraciadamente  no es lo mismo, nadie es como tú.---

---Elia sabes que te amo cariño, si necesitas algo de mí no tienes más que pedirlo---

---que bien que lo dices son algunos caprichos que no se si estés dispuesto a cumplirme---

--- ¡claro que si mi amor lo que tú quieras!---

---a ver si es cierto, en primer lugar no quiero que te vuelvas a coger a Enedina ¡maldita zorra!---

--de acuerdo tú mandas---

---Esto es más por mama que por mí---

---Mientras no me prohíbas cogerme a mama---

---no, no, al contrario no dejes de hacerlo ella lo necesita—

---está muy enojada conmigo---

---no te preocupes ya se le pasara---- ¿algo más chiquita?---

---tienes que cogerme cuando menos una vez por semana eso es todo---

---no tienes ni que pedirlo es más te voy a coger ahorita otra vez ---

---no, no, Gil no tarda en llegar---

Elia me empujo para liberarse de mi ataque se incorporó buscando sus calzones los tomo y se los puso de inmediato no acabamos del todo de arreglar nuestras ropas cuando oímos abrir la puerta.

Elia me miro temerosa

--¿no huele?---

---no te preocupes la comida lo borra todo, además estamos en la cocina y soy tu hermanito ¿o no?---

Sonrió y salió al encuentro de su marido.

---Mira quien está aquí Gil---

---hola cuñado ¿cómo estás?—

---bien cuñado vine de pasadita a ver mi hermana y estuve haciendo un poco de tiempo para saludarte pero ya me voy me dio gusto verte---

---espérate cuñado vamos a cenar---- no puedo cuñado tengo un montón de tarea mejor otro día hasta pronto Elia cuídate---

---tú también cuídate dale un beso a mama---

Camino a casa iba pensando pinche Gil me caía bien pero su vieja me prefería a mí me consolé pensando que no tenía por qué enterarse.

Pues nada que el enojo de mi madre no cedía varias noches intente entrar  a su recamara sin éxito, nunca fue por falta de insistencia le suplique me escuchara que estaba seguro de que después de escucharme cambiaria de opinión, pero su puerta continuo cerrada.

Hasta que una noche calculando la hora en que llegaría apague todas las luces y me senté en la sala a esperarla, debía sorprenderla fuera  de su habitación.

Fueron largos 15 minutos los que mi madre tardo en llegar.

Entro en la casa y encendió la luz, al verme sentado en la sala quiso rehuirme de nuevo corrí y la intercepte justo en la puerta de su habitación.

---escúchame por favor si después de escucharme me dices no, no volveré a insistir.---

Le tome el brazo y la conduje al sofá.

--- ¿tú nunca te equivocaste mama?----

---no, yo nunca engañe a tu padre además he reflexionado y esto no está bien---

---entonces ¿no?---

---…no---

---Está bien mama no hay más que hablar respeto tu decisión---

Lo sentí mucho en verdad deseaba seguir cogiéndome a mi madre, ahora que reflexiono jamás hasta ese momento nadie me había hecho sentir lo que mi madre y mi hermana con sus panochas, eso me hacía lamentar más el rompimiento con mi madre.

En fin ya no había remedio lo bueno es que me quedaba el consuelo de Elia ella sería la única favorecida con mis caricias.

Ya que mama no quería trato conmigo me dedique a estudiar y evitaba encontrarme con ella y me iba a dormir antes de que llegara de trabajar.

Ella hacia lo mismo hasta el día de descanso salía temprano para evitar encontrarse conmigo la situación se tornaba incomoda pero los dos nos acoplamos a ella.

El lunes después de clases llegue a casa y de inmediato me puse a estudiar, el calor estaba fuerte y la cabeza me dolía después de ver desfilar infinidad de números ante mis ojos, había una ligera falla más después de repetir tres veces el ejercicio y no lograba encontrar la falla.

Quería mandar al demonio mis cuadernos cuando sonó el teléfono, nadie nunca llamaba así que me desconcerté un poco ¿Quién podrá ser?

---hola---

--- hola ¿Quién habla?---

---Melisa---

---hola muñeca como estas---

---bien…creo yo---

Esto me levanto el ánimo e hiso desaparecer mi mal humor, tírate a matar este biscocho quiere su tripeada me dije mentalmente.

---ya te decidiste chiquita---

La pregunta fue directa y la respuesta también lo fue.

---Jorge salió de viaje estará ausente varios días---

--- ¡magnifico! Estoy en una hora contigo---

Salte de gusto y me metí a ducharme loco de alegría, tenía el tiempo justo para ir al encuentro con aquella deliciosa hembra.

Después de arreglarme lo más propio para tan expectante ocasión partí a mi encuentro lleno de excitación.

Melisa me abrió la puerta y me dejo boquiabierto estaba preciosa regiamente arreglada con un vestido negro y motivos en amarillo.

---pasa o piensas quedarte ahí  como estatua---

---he… si perdón es que estas guapísima---

---gracias---

Me quede idiotizado hasta dudando en que hacer, como tratar aquella deliciosa muñeca.

Con mucho tacto sin duda como a toda una dama, no pude dejar de reconocer la suerte de Jorge de poseer una hembra tan deliciosamente bella como Melisa.

--- ¿tomas algo?---

---no….gracias---

Note que Melisa estaba expectante como midiendo se valdría la pena probar con un mozalbete como yo que apenas había rebasado los 20 años.

Esto fue un acicate para mí y me dije me voy a prodigar ya te encargaras de mostrarme si mis caricias son diferentes o no y si en su caso mejores que las de Jorge.

---Lisa si quiero un vaso de agua por favor---

No había prisa el idiota de mi primo no sería obstáculo y decidí crear más expectación en aquella amante y su debut como tal.

Melisa se dirigió a la cocina mientras yo me senté en un sillón.

Tome el cristalino liquido tan lento como pude ante la mirada expectante de Melisa.

Y entonces comenzó la charla entre bromas y vivencias que compartimos siempre evitando hablar del pendejo de mi primo, logre captar su atención y la mantuve sonriente y entretenida durante más de dos horas.

Después de aquel tiempo Melisa se veía más confiada y menos tensa.

Pero era evidente que el momento había llegado y debía empezar un cortejo serio, que ella se merecía dado el valor que mostraba al querer entregarse  a mí.

Mi nueva hembra se sorprendió cuando me incorpore  y me puse de rodillas frente a ella.

Lisa mi reina preciosa, te agradezco el honor que me brindas al compartir contigo estos deliciosos momentos.

Lo que provocas en mi con tu divina presencia me arrojo a ti,  perdona mi atrevimiento pero no lo pude evitar me gustas y no conseguí evitar desearte de la forma en que te estoy deseando.

El vestido de Melisa descubría sutilmente sus lindas piernas, ahí justo estaban posadas mis manos la suave piel de ellas era detectada por mis manos, Melisa tomo mis manos y las apretó con las suyas, bese sus manitas y mi rostro quedo a escasos centímetros de sus piernas, olía tan rico su piel que cerré mis ojos aspirando y llenando mi olfato con su delicioso aroma.

Estoy seguro que Melisa percibía el calor de mi aliento y al besar su pierna su piel se erizo, coloque mi  mentón entre sus piernas y lo empuje suavemente hasta separarlas.

Melisa aflojo sus piernas para permitir mi incursión y mis movimientos fueron más libres, comencé a lamer la parte interna de sus muslos y Melisa dejo escapar un quejido que incentivo mi afán.

Levante su vestido hasta descubrir por completo sus piernas cosa que permitió observar sus pantaletas, que espectáculo tan lleno de erotismo observar el triángulo oscuro de su preciado rincón.

Avance mi rostro besando sus piernas hasta aproximarme a escasa distancia de su sexo, sus pantaletas eran blancas muy transparentes tanto que sus rubios rizos se mostraban descarados ante mis ojos.

Melisa quiso separar mi rostro de su intimidad.

--- ¿Qué pasa mi reina?---

--no por favor---

--¿Te estas arrepintiendo?---

---no como crees, lo que pasa es que… no se…no tienes asco---

--- ¿asco dices… bromeas?---

---Dime una cosa Melisa nunca te han mamado tu panochita---

---no…. Nunca---

---solo déjate llevar lo demás es cosa mía---

Sin permitir replica procedí a despojarla de sus pantaletas, y sin más palabras las olí ante su incrédula mirada.

---hummm delicioso---

Levante sus pies y los puse sobre el borde del sofá, su peludo bizcochito quedo expuesto a mi calientes caricias, y entonces clavé mi lengua en su húmeda caverna ahí termino la renuencia de Melisa, mi lengua traviesa se agitaba al interior  de su puchita removiendo la espesa baba lubricante, sentí sus manitas en la nuca vacilando de empujar mi rostro contra su peludito, fue tan solo un instante pues Melisa comenzó a empujar sus caderas en un movimiento intermitente desesperado sin poder soportar más la tensión empujo mi rostro con fuerza sobre su intimidad  evitando incluso mi respiración, abrí mi boca jalando el aire que estaba escaseando en mis pulmones y tragando el salado líquido que fluía de su encantadora puchita.

Melisa estaba lista su panocha escurrida y hambrienta  precisaba de una buena ración de verga.

La tome entre mis brazos y la lleve a su alcoba termine de desnudarla no había tenido tiempo de observar lo lindo que lucían sus desnudas tetas blancas coronadas con un precioso pezón rosado.

Enseguida me desnude y tire mi ropa al piso mi trusa no alcanzaba a contener un segundo más mi hinchada erección me despoje de él y voltee a ver la reacción de Melisa y alcance a ver como se remojaba sus labios ante la imponente presencia de mi garrote. Interiormente me decía, ya verás cómo te la atasco toda y si haces gestos será de gusto chiquita.

Melisa estaba de costado pero al ver que me aproximaba a su lecho se recostó abriendo sus piernitas su rosada rajita provoco que la verga me palpitara ante la inminente invasión en aquel profundo y apetecible abismo.

Apunte mi lanza en la entrada de su orificio y lo deslice suavemente  a su interior las resbalosas paredes des u vagina favorecieron la invasión obligadas por las firmeza que mi tranca ejercía sobre ella.

Enseguida me recosté encima de ella sin cargar todo el cuerpo sobre ella.

Melisa me mostro todo lo agradable que le resultaba mi invasión y movía sus caderas ondulando su vientre.

Estacione mi tronco hasta el fondo de su panocha aplastando con ello su espesa mata de pelos.

Ella percibió lo profundo de mi estocada y ahogo un quejido de placer.

Permanecimos pegados durante varios minutos saboreando cada instante de nuestro acoplamiento. Besos apasionados mis caderas empujando con todas mis fuerzas sus piernas rodeando mi cintura, hasta que Melisa se sacudió bajo mi cuerpo y su panochita  derramaba el elixir ardiente de su pasión , como soportar semejante sensación sin acompañarla en con mi potente descarga empapado de manera  abundante el piso de la cocina, los quedamos inmóviles sin aliento sin atrevernos a romper aquel mágico instante en que nuestros cuerpos se fundieron en uno solo con las mismas necesidades y las mismas gratas sensaciones.

La experiencia con Melisa fue realmente  imposible de darle un nombre o un significado.

Al entregarme la inocencia de su primer adulterio trastorno mi mente  estaba yo más maleado en cuestiones sexuales que ella.

Vaya que Jorge resulto todo un pendejo rutinario su mujer era párvula en cierto sentido.

Ya me encargaría yo de enseñarle lo que le faltaba por aprender, no había problema en ese sentido, pero había algo que sí lo era y me estaba chamuscando las pestañas.

Me enamore de Melisa ese sí que era un problema, después de la primera ocasión siguieron muchas más, ya no importaba si Jorge salía o no de viaje cualquier rato que Melisa creía oportuno me hablaba y yo iba a su casa a saciar su voraz apetito de sexo y que yo le proporcionaba con mucho gusto. ¿Porque caótico? Porque no tan solo estaba enamorado de Melisa también de Elia y de madre, les amaba y no podía vivir sin ellas. Parecía estar bien servido no me faltaba mi conejito entre Elia y Melisa  aparentemente llenaban mis expectativas.

Sin embargo mama seguía siendo mi dolor de muelas cada vez deseaba más compartir su cama y ella renuente hasta la necedad. Una mañana después de haber disfrutado una noche de intenso fuego sexual con Melisa llegaba a mi casa, mama aun no salía a trabajar, y empezó el sermón.

--- ¿Ya  agarraste de hotel la casa verdad? llegas cunado quieres si quieres y si no, no llegas---

---No se te hacen poco adecuados tus reclamos mama, me niegas la entrada a tu cuarto me dices claramente que ya no vas a dar, y si ahora salgo a buscarlo tampoco te parece---

---lo que me faltaba hasta descarado te volviste---

---prefieres que te diga que vengo de un retiro o de una clase de yoga, no me lo ibas a creer, así que mejor al grano vengo de coger bien rico mama---

--- ¿así y con quién?---

---Eso no importa mama, lo importante es que a ella no le disgusta alojarme en su cosita---

---creo que no nos vamos a entender así que dejemos esto como esta---

---sí creo que es  lo mejor---

--- hablo tu tío Abel llega tu prima Claudia y van hacer una reunión para festejar su llegada nos esperan el sábado---

---Si está bien ahí estaré---

No quiero que piensen que soy presuntuoso repito a mí se dan las cosas sabrá porque diablos porque me ataca la maldad tampoco lo sé pero decidí callar lo de Melisa anduve buscando el momento para decirle a Jorge que su puchita también era mía pero reflexione seguramente metería en problemas a Melisa y eso no sería justo además resultaría ponerle fin  a nuestros  candentes encuentros. 

No, no era lo que yo deseaba Melisa me daba deliciosa “panochaquetearmela” y eso había que apreciarlo en toda su dimensión.

No quería perderme por nada ese rico nidito lleno de pelos.

Elia cada vez requería mis servicios con más frecuencia y no pude más que complacerla.

Salía de la escuela y me iba de volada a casa de mi hermanita.

Le daba de comer a su changuito y después me trataba a cuerpo de rey.

La muy sabrosa me daba de comer y después se bañaba conmigo solo para mamarme la verga hasta sacarle el veneno.

Ella sabía que eso a mí encantaba y ella encantada me complacía.

La reunión se efectuó como siempre en un plan de alegría familiar llena de camaradería, Claudia acaparaba la atención de todos y de hecho no me dejaban apreciar su nueva imagen ahora con 21 años cumplidos.

Melisa se apartó del grupo y se fue a mi lado afortunadamente el mamon de Jorge aun no llegaba, me saludo con un beso en la mejilla algo más que cariñoso.

--- ¿Cómo estas amor?---

Trague saliva sonreí y con un dedo en mis labios le indique que se callara pues Elia se acercaba a nosotros.

Elia y Melisa se saludaron en buenos términos con un beso en la mejilla. 

En eso la tía Verónica llamo a Melisa.

Y la quedar solo con Elia me empezó a pelear.

--- ¿Qué se trae esa resbalosa?---

---nada es la esposa de Jorge y yo sería incapaz de meterme con ella-

Llego Jorge y de inmediato me busco con la vista, su mirada no fue muy amistosa pero a mí la verdad no me importo.

Con el recibimiento de su riquísimo bizcochito con eso me bastaba.

Poco a poco fueron dejando sola a  Claudia hasta que quedo solo la tía Verónica a su lado.

Yo  estaba a escasos metros de ella y al despejar el sitio pude observar a mi prima en todo su esplendor.

Un espejismo mental me hiso recordar su imagen el día en que juntos jugábamos al lado de nuestros hermanos el día que los descubrí bien ensartados.

Diferencia abismal Claudia ahora era una hermosa muchacha llena de curvas, había pasado tanto tiempo que olvide por completo el color miel de sus ojos y su hermoso lunar en su labio superior justo debajo de su nariz.

Elia y Jorge descubrieron lo que Claudia me perturbo, un pellizco en mi costado me hiso recordar que no estaba solo.

Esto no modifico del todo el momento pues Claudia me dedico una sonrisa abierta sin malicia sin coquetería, anclado como me observó al lado de Elia se acercó hasta nosotros.

--- ¿Cómo estás?---

---bien Claus y no te imaginas el gusto que me da verte---

---a mí también me da gusto verte, nos sentamos quiero platicar con ustedes---

---desde luego aquí o quieres que salgamos al jardín ---

---vamos al jardín a tomar algo de fresco ¿no te parece Eli?---

---si claro vamos---

Tal parecía que mi hermana había decidido ser mi guardián no se quería separar de mi lado.

Gran tiempo de nuestra estancia en casa de mi tío la pase al lado de Elia y Claudia, la reunión transcurrió como un suspiro.

 Hubo un momento en que me solo  quede solo, momento que permitió mi reflexión.

Me sentí realmente extraño mama, Enedina, Elia, la tía Verónica, Melisa ¿Claudia? No ella no, ella era tan linda tan inocente, no, a ella no la haría víctima de mis canalladas, ella era diferente no podía compararla con ninguna de ellas.

Estaba totalmente ausente y poco me importo de momento quien se sentó a mi lado.

Era Jorge que se plantó junto a mí con su actitud desafiante.

---ya te vi cómo te le quedas viendo a Claudia cabron, ni se te ocurra una de tus pendejadas con ella porque te reviento---

--- ¿no me digas Jorgito en serio?  ¿Porque te empeñas en desafiarme?---

--no es desafío es advertencia---

---déjalo hasta ahí Jorge no quiero discutir contigo ni bien ni mal---

Ya tenía yo mi dilema y este pendejo le ponía limón a la herida.

Y la verdad, como de qué forma acomodaba mi interés por Claudia, era obvio que las palabras de Jorge eran más que suficientes para justificar mi canallada.

Pero algo estaba ocurriendo en mi interior  que me dejo totalmente desorientado.

Llego la noche y todos empezaron a despedirse, pensé que en algún momento  me quedaría a solas con Claudia mas no fue así. Mi madre comenzó a despedirse ante mi sorpresa pensé que nos quedaríamos en casa de mi tío pero no fue así, muy a pesar mío  hice lo mismo con toda la familia no podía permitir que mi madre se fuera a esas horas de la noche sola a casa.

El tío Abel insistió en prestarme su auto y acepte para llegar más pronto y protegidos a casa. Durante el trayecto a casa mama no me dirigió la palabra.

En cambio yo trate de entablar charla sin mucho éxito.

No  insistí mas, guarde el auto y me dispuse a descansar guarde un par de minutos dentro del auto, después entre a la casa, a pesar de estar la luz encendida pensé encontrar la sala vacía, no fue así mi madre estaba sentada y saboreaba una copa, hecho sumamente extraño ella solo bebía en reuniones nunca en casa.

Iba a tomar rumbo a mi cuarto cuando escuche su voz llamándome.

---ven tomate una copa conmigo—

Intente que mi tono no sonara cortante.

---no mami ya sabes que no tomo pero si que quieres que te acompañe lo hago con mucho gusto---

---sabes hijo nuestra relación ha  sido muy difícil por angas o por mangas pero creo saber el motivo---- ¿si mama y cuál es el motivo según tú?---

Acompañe mi pregunta con una sonrisa.

---eres tan parecido a tu padre tanto física como emocionalmente, te veo y parece ser él y no tú. Sin embargo tú eres más audaz y franco que él nunca ocultas lo que quieres---

--- ¿y eso obviamente te disgusta?----

---no sé si realmente me gusta o me disgusta, de alguna manera me siento dominada por ti, parece que siempre tengo que cumplir tus deseos---

---no siempre te consta que no te obligo si tú dices que no, es no.----

---siento que me quieres torturar con tu actitud---

---no es verdad yo quiero complacerte en todo lo quieras---

---estábamos bien porque tenías que enredarte con Enedina---

---trato de comprenderte ¿porque tú no comprendes a mí? Acabo de iniciar mi vida sexual no tengo la misma experiencia que tú, mi instinto es insaciable todo lo que huele a mujer me enloquece no lo puedo evitar ---

---ustedes los hombres son increíbles se pueden coger a la que se les pare enfrente, pero si uno hace lo mismo no lo pueden soportar---

---cuestión de ego mama y de ser posesivos, pero es cierto hoy en día no soportaría que otro metiera su verga en tu panochita, ella es mía y de nadie más.---

---….y sin embargo la tienes abandonada y hambrienta---

---ustedes las mujeres también tienen lo suyo porque para ustedes “no” significa probablemente.--- me levante y fui a la cocina por un vaso de agua, al regresar mi madre se había quitado sus zapatillas y casi terminaba de quitarse sus pantis.

Me sorprendió la naturalidad con que lo hizo porque su vestido permaneció enrollado a su cintura sin que esto pareciera causarle pena.

---anda ayuda a quitarme las pantis que hace mucho calor---

Pude percibir que mi madre había perdido la batalla desde el instante que me esperaba en sala, su cuerpo necesitaba de mí como yo de ella y desde que empezamos a charlar me excite ante la posibilidad de copular con ella.

Era increíble como deseaba estar con ella como si tuviera muchísimo tiempo sin visitar una vagina, si apenas por la mañana aprovechando que no estaba su marido me cogí a Elia un par de veces.

Sin embargo estaba ahí ayudando a mi madre a despojarse de sus oscuras y lustrosas pantis.

Estaba consciente de su juego pero tenía que jugar el mío, la iba a calentar hasta que suplicara que le metiera la verga, era una especie de castigo por su resistencia y castigo que me aplico y que la hizo aferrarse a la abstinencia.

Mentiría si dijera que no la observe si hasta el perfume de su cuerpo pude percibir, pretendí darle poca importancia y lo logre porque mi madre se sintió un poco decepcionada por mi poco interés, pero eso fue tan falso que sin mover mi rostro si no tan solo mis ojos me deleite viendo su hermoso par de piernas carnosas y firmes mi verga se empezó a estirar cuando disimuladamente pose mi vista ahí donde las piernas parecen transformarse en una sola y forman el exquisito triangulo tormento y causa del deseo masculino.

Mama se sentó de nuevo en el sofá sin preocuparse por bajar el vestido de su cintura.

Confieso me estaba volviendo loco, pero logre controlar mi deseo.

---Voy a confiarte algo mama para que veas lo equivocada que estas---

Seguramente mi madre terminaría muy cachonda después de lo que iba a decirle.

---Todos estos días que has estado enojada conmigo, han sido muy tomentosos para mí, pero también han logrado que valore lo que representas en mi vida, no cualquier madre se pone a coger con su hijo como lo hiciste tu conmigo eso es invaluable.

Constantemente recuerdo la primera vez que estuve junto a ti, viviendo de nuevo todas las emociones de esa noche recordando cada de detalle de tu deliciosa entrega, ¿lo recuerdas?---

---sí, si lo recuerdo---

Te imaginas como divaga mi mente cuando recuerdo como te ayude quitarte tus zapatillas que la recostarte sobre tu cama se levantó tu vestido y tus piernas quedaron expuestas a mis penetrantes miradas, estabas somnolienta por eso no te inquietaste cuando levante tu pierna lo suficiente para verte los calzones, la levante un poco más cuando me exigiste que te quitara tu zapatilla y tu vestido se fue hasta tu cintura quedando tus pantaletas totalmente expuestas, enseguida levante tu otro piececito y muy a propósito lo separe del otro y pude observar cómo se abría tu panochita y se transparentaban tus pelitos.

A esas alturas bien podía lanzarme sobre ti y violarte pero me contuve porque sentí que podía convencerte si lo hacía con tiento.

Mas no pude contenerme y comencé acariciarte los pies a besarlos, en ese momento sentí que la verga me escurría, lo supe porque sentía húmeda mi pierna.

En ese momento escuche como te gemías esto me dio seguridad para continuar y disimule mi intención engañándote con un masaje que era como una masturbación para mí, seguías como inconsciente por eso me atreví a acariciarte las piernas estaba consiguiendo mi objetivo pues no interrumpiste mis audaces caricias, por todo lo contrario seguía gimiendo disfrutando mi afán.  Por eso me atreví a subir mi mano y picarte ligeramente tu puchita como que no te oponías entonces frote descaradamente tu pubis y tu aumentaste tus quejidos pensé que ya lo había logrado pero seguía temiendo tu rechazo, te escuche bien claro cuando dijiste que te hacía falta una buena cogida y entonces me desnude antes de  correr por las tijeras al tocador, no quise correr el riesgo de que te opusieras a que te quitara los calzones por eso los corte con ellas.

La verdad me faltan palabras para explicarte la emoción que sentí al oler tu deliciosa panochita y más aún al deslizar mi lengua dentro de ella y sentir tu suavidad y tu humedad aunado a él excitante sabor tan exquisito que de ahí brotaba, que sensación tan placentera tener tus pelos en mi boca ensortijados en mi lengua y pegados a mi nariz, desde ese momento te adore y caí en trance engullendo tu delicioso elixir.

Hasta el momento en que reaccionaste y de una patada me enviaste al suelo.

Me sentí humillado cuando recogí mi ropa para irme de tu alcoba pero ese instante observe como avistabas mi verga y me di cuenta en tu mirada que me deseabas tanto como yo, por fortuna no me equivoque porque cuando me llamaste a tu lado noté cierta urgencia en tu tono, después todo fue la gloria y me encanto como me hiciste un lugar en medio de tus piernas y sentí morir en el momento en que invadí tu huequito caliente húmedo y delicioso y como gemías debajo de mi cuerpo,  como disfrutabas golosamente cada una de mis estocadas, sintiendo como mi verga se abría paso entre tus deliciosos pliegues.

Mi madre permaneció callada todo momento pero sus ojos brillaban víctimas de excitación apretaba sus piernas con fuerza, percibiendo el fuego que consumía su puchita que le era imposible disimular.

Callé lo que tenía que decir lo había dicho y ahora todo quedaba en sus manos si quería devorar mi verga debía ganárselo debía pedirlo, debía….suplicarlo.  

Lidia respiraba con dificultad y su mirada era una muda suplica me veía impávido  como si no estuviera excitado, hasta que se levantó del sofá y se hinco dónde estaba sentado.

--que pretendes al contarme eso---

Lidia apenas podía articular palabra, su seca garganta le jugaba traición y delataba su febril estado.

---Nada Lidia solo pretendía que supieras la tortura a la que me sometiste todos estos días---

--- ¿Acaso crees que a mí me fue mejor? Muerta de celos pensando que todo este tiempo te estuviste revolcando con Enedina. ….no puedo creer lo que estoy diciendo pero es la verdad.---

---Solo fue una ocasión y no he vuelto a coger con ella te lo juro---

--- ¿me estás diciendo la verdad?--

---te lo juro---

Giovanni te dije que te pareces a tu padre pero tú eres 10 veces mejor que él, más guapo, mas alto y tu verga más rica y grande que la de él, cógeme mi cielo, cógeme  méteme la verga me estoy muriendo de ganas, cógete a esta puta que es tu puta madre cógeme que estoy loca por sentir tu dureza en mis verijas. 

Me incorpore y baje el cierre de mi pantalón me saque la verga que estaba toda hinchada y extendida en toda su longitud desafiante  enrojecida y con una gota transparente en la punta, tome a mi madre las mejillas y le puse la punta de mi pértiga muy cerca de su boca ella la miro un instante y mojándose los labios saco su lengua y retiro la baba que escapaba de mi endurecido tronco cerro sus ojos y saboreo aquel espeso liquido mordiendo su labio inferior.

 

Continuara….

(9,23)