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De sexo ciber... A orgia real

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María conoció a Nacho en un chat. A decir verdad, lo conocieron los dos, ella y Luis. Fue una noche de tonteo, Luis estaba juguetón y le propuso a María:

-Juguemos a algo -dijo Luis. -Entremos en un chat, de estos calentorros. Me gustaría verte como los pones firmes...

-Jajajaja, ¡¡cómo eres!! De acuerdo. Me reiré un rato.

Cogieron el portátil en la cama y empezaron a navegar. Dama_x, con ese nick, era como un trozo de carne ante una manada de hienas. Cada uno que entraba era más bestia que el anterior. María apenas tenía tiempo de contestar. Aunque la verdad es que a la mayoría pasaba de hacerlo.

-Como sois los tios. Unos primarios. Voy a dejar esto...

-Un poco más, por favor. Alguno habrá que merezca la pena.

-Cinco minutos más...

Casi iba a cerrar cuando un chico llamó su atención. "¿Qué hace una chica como tu en un sitio como este?" le había escrito.

-Mira este, al menos se ha currado el saludo.

-Atiéndele.

Luis se reclinó en la almohada y la dejó hablando con aquel chico. Estuvo un rato hablando, mientras Luis la observaba. Reía, abría los ojos como asombrada, incluso llegó a morderse el labio inferior, muestra inequívoca de que lo que leía la "alteraba". Al cabo de un rato cerró el portátil y se dirigió a Luis.

-Este chico sabe calentar a una dama...

Luis alargó una mano y la metió entre sus piernas. Estaba chorreando.

-¡¡Joder nena, como estás!!

-Quería un poco de sexo virtual, pero a mi me apetecía más que eso. Fóllame Luis, estoy ardiendo.

Esa noche follaron como hacía tiempo que no lo hacían. Pasó algún tiempo y no habían vuelto a chatear.

Un día, Luis se encontraba mal en el trabajo y volvió a casa a media tarde, mucho antes de lo habitual. No estaba María, asi que subió a su dormitorio a echarse un rato. Iba llegando al cuarto cuando empezó a escuchar algo. Venía de su cuarto y eran unos gemidos que le hicieron empalmarse al instante. Era María.

"¿Qué estará haciendo?", pensó. La puerta estaba entreabierta y miró por ella. Allí la vio, masturbándose con el consolador que le ragaló en reyes. Entonces se dio cuenta de que en la otra mano tenía el móvil y estaba apuntando con él a su sexo con el consolador entrando y saliendo de él. Dejó de masturbarse y siguió con el móvil. Escribía. Sus piernas se juntaban, aprisionando su sexo. Las abria de vez en cuando para pasarse los dedos por sus labios hinchados. Hacía círculos en su clítoris con ellos antes de meterlos hasta en fondo. Llegado un momento, arqueó su espalda y se corrió. Ese fue el momento que aprovechó Luis para entrar. María sorprendida intentó recomponerse.

-No te molestes, llevo rato detrás de la puerta.

-Yo....-intentó hablar María, pero entre la vergüenza y el orgasmo que acababa de tener, no tenía fuerzas para hablar.

-¿Con quién hablabas?

-Míralo tu- y le pasó el móvil.

Miró la conversación activa. Un tal Nacho le enviaba un video en el que aparecía machacándose una polla enorme hasta correrse gimiendo el nombre de su mujer. También estaba el video que habia visto grabar a María, follándose con su juguete. Todo en una conversación muy subida de tono.

-¿Es el del chat?

-Si. Entre otro dia, después y me dio su móvil. Ya sabes lo curiosa que soy...

-Lo se. Ufff, nena, esto es muy fuerte.

-No pude evitarlo. Es muy sexy hablando. Me puso muy cachonda...

-Ya veo.

-Luis, las cosas que dice.... quiero hacerlas.

-¿Qué cosas?

-Trios, intercambios, orgías...¿sabes? Ahora fantaseabamos con que me follaba delante de ti...

-Y veo que te ponía...

-Mucho,- se sonrojó- muchísimo.

-¿Lo harìas de verdad?

-Me gustaría que me ofrecieras a otro hombre, no te negaré que he fantaseado bastante con ello, pero me da un poco de miedo.

-No te preocupes, si quieres que lo hagamos, dímelo.

-¿Estás seguro?

Le cogió la mano y se la llevó al paquete, que estaba durísimo.

-¿Ves como me pone imaginarte con otro? Nena, voy a ofrecerte a otro si es lo que deseas.

-Me muero porque lo hagas.

-Pues no se hable más, te encargas tu de averiguarlo todo con tu amiguito.- y añadió- ¿Cuántas veces has hecho esto?

-Un par de veces, no creas que tantas, y siempre aparecías tu en las fantasías.

-Mmmmm, nena, ahora no soy una fantasía, soy real y estoy cachondo, asi que prepara el cuerpo para correrte de nuevo.

María se tumbó y se dejó hacer. Esa tarde imaginó que cada embestida era Nacho quien se la daba, ante la atenta mirada de su esposo. Y se corrió de nuevo.

A las dos semanas de aquello, María escribió a Luis.

"Ya está todo listo. Me ha invitado a casa de unos amigos que van a dar una fiesta. Es este viernes."

Quedó mirando el teléfono y se dio cuenta de que se empalmaba leyéndolo. En dos dias abriría a su mujer para que entrara otra polla en ella. Excitación  y celos a la vez. Le encantaba aquella sensación.

El taxi paró en la puerta de la dirección que Nacho le había dado a María, quien sabe si después de otra sesión de cibersexo. María llevaba un vestido negro, ajustado, con un generoso escote. El taxista no había dejado de mirarla por el retrovisor y Luis se había dado cuenta. Cuando iba a pagar le dijo algo al oido a María, esta rió y permitió que la mano de su esposo entrara entre sus piernas y, levantando un poco el culo, dejó que le quitara el minúsculo tanga de hilo que llevaba. Luis se lo entregó al taxista junto con el dinero de la carrera.

-Quédese con el cambio.- El taxista miraba incrédulo su mano, no sabía bien si por el tanga mojado que le habían dado, o por el billete de 200€ que iba con el.

Llamaron en el portero al número acordado. "Carpe diem" dijo María. La puerta se abrió. Subieron al ascensor nerviosos. No se dijeron nada en el trayecto aunque se miraban el uno al otro con cara de complicidad.

Llegaron al piso y les abrieron la puerta. El piso era enorme. Habia mucha gente y María buscó a Nacho desde que entró por la puerta. Lo vio hablando con una pareja. Levantó la mano y lo saludó, este cuando la vio se disculpó con la pareja y fue a recibirlos.

-Hola preciosa, ¿qué tal?- le dió dos besos en la mejilla.

-Muy bien. Este es Luis, mi marido, ya te he hablado de el.

-Encantado- dijeron los dos.

Estuvieron un rato charlando. María no dejaba de mirarlo. Era la primera vez que lo veía en persona y le resultaba muy atractivo. Era alto, delgado pero fuerte y, aunque no estaba muy definido, le parecía que tenía un cuerpazo. No podía evitar mirarlo e imaginarlo machacando aquella polla enorme como hacía en los videos que le había mandado.

Bebía vino para deshinibirse un poco.

-Voy a por más vino -dijo dejándolos solos.

La vieron alejarse y le dijo Nacho a Luis:

-Tu chica... me pone loco por el chat.

Luis quedó un poco cortado con lo directo que había sido Nacho.

-Siii.. -balbuceó. Se recompuso y siguió. -Un día la vi pajeándose contigo. Me puso muy burro.

-Es muy caliente.

-Follatela para mi. Me pone la idea de que disfrute de ti...de verdad.

Llegó de repente.

-¿Qué hablais, eh? -guiñó un ojo a Luis.

-Ven, suelta el vino, Nacho nos va a enseñar algo.

La cogió de la mano y siguieron a Nacho. Los llevó a un pasillo con cinco puertas. Cuatro de ellas tenían en la puerta dos luces, una verde y una roja. Habia una luz roja encendida, dos verdes y la otra tenía las dos apagadas. Nacho les explicó que la luz roja significaba que estaba ocupada y no se podía entrar, la luz verde, que estaba ocupada, pero los ocupantes permitían la entrada de terceros. Si estaban apagadas es que no había nadie.

-¿Y la que no tiene luces? -preguntó Luis.

-Es el baño. Luego os podeis duchar si quereis.

-Esa que está verde -dijo María -¿nos podemos asomar?

-Claro, ven.

Se asomaron a la habitación. Allí un hombre penetraba a una chica a cuatro patas mientras se merendaba a una chica abierta al máximo delante de ella. Olía a sexo. El olor y los gemidos hicieron que a María le temblaran las piernas de excitación.

-¿Nos apuntamos? -dijo Nacho.

-No -dijo Luis. -Vamos a aquella que está libre, los tres solos.

Entraron a la habitación, cerraron tras de ellos y encendieron la luz roja. Allí había una cama y un sofá. La luz era tenue, pero permitía ver suficientemente bien. María estaba entre los dos. Agarró descaradamente los paquetes de ambos y pícaramente preguntó:

-Bueno, chicos, ¿qué planes teneis para mi?

Luis le besó la boca mientras ella seguía amasando la polla de los dos sobre la tela de los pantalones.

-Cariño, disfruta de Nacho, como hacías en el chat, solo que ahora no serán tus dedos quienes te follen, sino su polla.

-Mmmmmm. Estoy deseando.

Luis se acomodó en el sofá y ellos se sentaron en el filo de la cama, justo enfrente de el. Empezaron a sobarse y a besarse. Eran besos salvajes y apasionados, lascivos. María miraba a Luis mientras este mordía su cuello y su oreja. Gemía excitda cuando notó la mano de Nacho subiendo por sus muslos. Abrió las piernas instntivamente dejando su sexo desnudo a la vista de su chico.

-¡Vienes guerrera! -dijo Nacho al darse cuenta. Miró a Luis. -Mira como tengo a tu zorrita, chorrea esperando mi polla. -María echó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos mientras le hurgaba.

Nacho se puso de rodillas delante de ella, entre sus piernas. Le bajó los tirantes del vestido, dejando este completamente arrollado en su cintura y sus pechos delante de el. Sus pezones duros parecían apuntarle y este no dudo en morderlos y chuparlos alternativamente. Poco a poco, fue bajando lamiendo lo que se encontraba en el camino. Llegó al sexo y lo sentía palpitar. Abalanzó su lengua contra él y María se estremeció.

-Asi cabrón. Como me gusta. Comeme el coño como me escribías.

Cerró las piernas en su espalda y puso la mano en su nuca, apretándola contra sus empapados labios. Notaba su lengua dura entrar y hacer círculos en su clítoris. Se pellizcaba un pezón mirando a Luis, sobándosela aun vestido, cuando le vino el primer orgasmo.

-¡Me corro!¡Ahhh! -Luis notó liquido saliendo de él cuando la escuchó.

Nacho retiró la cabeza de entre sus piernas y se incorporó. María lo miraba mientras este se quitaba la camisa. Estaba depilado y empezó a recorrer su pecho y abdomen sentada en el filo de la cama. Empezó a desabrocharle el pantalón y a bajarle el bóxer. Ante ella quedó su polla, dura y humedecida por la excitación.

-Aqui la tienes. Me decías que estabas ansiosa por tenerla en tus manos, pues toda tuya.

María miró a Luis, entre avergonzada y excitada. Este le hizo una señal con la cabeza y empezó a mover aquel pollón con la mano llevándose los huevos a la boca. Estaban duros y jugó un rato con ellos hasta que decidió lamer la polla, pasando la lengua desde la base hasta la punta, para a continuación, meterla entera en su boca. Chupaba la punta y meneaba con una mano. La otra mano agarraba las nalgas de Nacho y jugaba con su culo, metiéndose dentro. María notaba como salía líquido preseminar de aquella polla mojando su lengua y sus labios. Eso, junto a los gemidos de Nacho y la atenta mirada de Luis, hacía que subiera su temperatura y tenía que restregar su hinchado sexo contra el filo de la cama para aliviarse.

-¡¡Uffff!! ¡¡Si sigues asi voy a vaciar mis huevos en tu garganta!!

-Todavía no... -dijo sacándosela de la boca.

Se levantó y fue hacia el sofá donde estaba su chico. Se inclinó sobre este y poniendo las manos en sus piernas lo besó. Sabía a sexo duro. Notar el sabor de otra polla en el aliento de su mujer hizo que se corriese debajo del pantalón.

-Ofréceme -le susurró.

Luis la miró y poso sus manos en las nalgas  de esta, abriendola.

-Acércate Nacho -dijo -, follatela.

Nacho se acercó por detrás agarrándola por las caderas. Subió un poco más el vestido y pudo ver el tatuaje que esta tenía en la parte izquierda de la cadera. "Amor omnia vincit" leyó en voz alta. La pareja se miró y se besaron. María notaba como los dedos de Luis le abrían cuando sintió el capullo de su amante abrirse paso hasta el fondo.

-Mmmmm ya tenía ganas de llenar mi coño con esa enorme polla -jadeó, muy caliente.

Nacho empujaba fuerte haciendo que las tetas de María se movieran delante de Luis, al ritmo que este marcaba. En ese momento, Luis alargo su mano y pulsó el interruptor que cambiaba la luz roja por la verde. María sonrió al darse cuenta.

Al poco tiempo, las dos chicas y el chico que vieron antes entraron desnudos en la habitación. Una de ellas, al verlos follar, se tumbó con la cabeza debajo de sus sexos y empezó a lamer el clítoris de María y la polla de Nacho entrando y saliendo, a la vez que con las manos empujaba el culo de éste para que entrara hasta el fondo de María.

La otra pareja se fue a la cama, el se sentó y ella empezó a cabalgarlo, ambos mirando al trio que follaban frente a ellos en el sofá. Pronto la estancia se llenó de jadeos y chof-chof de los cuerpos chocando.

-Quiero dos pollas para mi -dijo María. -Rómpeme el culo con ese pollón Nacho.

-Claro que si, -se salió de ella y dijo -vaya zorra que tienes, chaval

Se fueron los dos a la cama y mandaron a la otra chica con Luis, que ahora estaba con dos.

María se sentó a horcajadas sobre la polla del otro chico. Estaba tan abierta y mojada que le entró hasta el fondo sin mayor problema. Se inclinó hacia delante para dejar su ano expuesto a Nacho y el chico aprovechó para devorar sus tetas. Nacho salivó el agujerito y empezó a estimularlo con el dedo, dilatándolo.  A ella le temblaban las piernas de excitación. Miraba a su marido, al cual se la estaban chupando a dos bocas. Nacho consiguió dilatar lo suficiente como para intentar meter su polla allí. Abrió las nalgas y colocó su capullo. María aguantaba la respiración, esperando el tremendo dolor. El grito fue desgarrador. Las chicas dejaron de chupar y miraron como Nacho hundía lentamente cada centímetro se su polla en el culo de María. Lo hacía despacio, dejando que el anillo se fuese adaptando al diámetro de su falo. Al fin consiguió entrar del todo y empezó a salir. María notaba cómo cada vez, entraba y salía mejor. Cuando estuvo adaptado del todo, empezaron a moverla rítmicamente, para que ambas pollas la penetraran bien y le dieran el placer que anhelaba. Esos movimientos pronto cambiaron el dolor por placer, alcanzando un enorme orgasmo, que gritó a pleno pulmón.

-Quiero ver a mi zorra regada de leche- susurraba Luis entre gemidos.

-Siii. Regadme cabrones. Me gusta ser una zorra regada de semen. Quiero oler a leche recién corrida.

Los dos amantes salieron de ella colocándose cada uno, a un lado de María, que se había sentado en el filo de la cama. Empezaron a pajearse y no tardaron en llegar los chorros de leche a la cara y el cuerpo de María. Esta se lo restregaba por el pecho, el abdomen, la entrepierna, etc. Cuando los chorros acabaron empezó a chuparlas alternativamente, limpiando cualquier rastro de leche de aquellas pollas. Miró a Luis con una polla en cada mano y pringada de semen, con mirada de satisfacción. Este acababa de correrse y las chicas le limpiaban la polla entre las dos.

Luis se levantó y fue hacia su chica. La besó y la apretó contra el. La miró a los ojos y le dijo:

-Démosnos una ducha y salgamos de aquí.

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