No lograba entender por qué mi madre, una mujer de clase adinerada, muy fina, elegante, rubia, cuarentona, de gimnasio y de la cual yo con mis 15 años, era su fiel reflejo adolescente había abandonado a mi padre un empresario muy exitoso, por un hombre más joven, profesional, si bien más guapo que mi padre jamás le podría dar la vida de lujos que teniamos antes. Un día regresando del colegio comprendí todo. Llegando a la casa más pequeña en que teniamos que acomodarnos ahora, subí molesta al segundo piso y pude ver a mi madre con mi padrastro que tenian la puerta de su pieza entreabierta, y comprendí todo, la vi como jamás siquiera la imaginé con mi padre (un hombre conservador y muy religioso), primero no me atreví a mirar pero luego escuchaba una fuertes palmadas y gritos de mi madre que pensé que podía estar sucediendo algo y me acerqué a mirar y pude ver a mi madre como una verdadera puta en cuatro afirmada de las manos en los soportes de fierro de la cama mientras mi padrastro le tiraba fuertemente el pelo y se la metía por el culo con mucha fuerza. No sabía si mi madre gozaba o sufria y solo entendí que gozaba cuando escuchaba el dialogo que sostenian. El le decía que era una puta cara que se casó con mi padre por dinero pero lo que en realidad de le gustaba era su miembro y que yo era una putita igual que ella que lo calentaba y que me iba a follar igual que a ella, mientras mi madre le decía "metemela como si fuera ella" mientras me di cuenta que estaba vestida con la ropa con que salí ayer con unos amigos. Desde ese momento supe cual era mi destino.