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Dominación no consentida

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Si queréis saber como empezó esta historia y por qué me encuentro en esta situación, os podría decir que fue consecuencia de mi mala experiencia con las mujeres. Estaba harto de las mujeres de hoy en día. Chicas con pensamientos modernos y feministas, que se creen ser el ombligo del mundo, tener derecho a todo y que piensan que pueden dirigir a los hombres como quieran.

Bueno...como quieran no; realmente cuando una mujer domina a un hombre es por su poder sexual. Nos enseñan el escote, el ombligo o se ponen una falda que no deja nada a la imaginación y ya tienen la sartén por el mango ( nunca mejor dicho lo del mango ).

Toda mi vida me la había pasado hechizado por el efecto que me causaba la piel femenina y no hacía más que llevarme chasco tras chasco. Normalmente jugaban conmigo y después me ignoraban. O si me hacían caso, era aún peor porque acababan dejándome hecho polvo. Y cuanto peor me trataban más las perseguía yo...

Nunca he sido partidario de maltratar a las mujeres, siempre he sido un hombre pacífico y contrario a la violencia ( y si no fuese por lo que ha pasado, seguiría pensando que lo soy ).

Pero a veces, sobre todo en los últimos tiempos antes de que meterme en este lío, cuando una mujer se portaba mal conmigo o se pasaba de lista, sentía el impulso de desatarme el cinturón ponerla sobre la mesa y azotarla hasta que suplicara mi perdón. Cuando el cabreo se me pasaba y calmaba mi tormenta interior me entraban ciertos remordimientos por haber pensado aquello. Hasta que poco a poco el sentimiento de culpa comenzó a desaparecer y noté que la idea incluso me excitaba.

La imagen en mi cabeza de una de aquellas niñas presumidas y confiadas humillada y sometida por mi cada día estaba más presente. Hasta que acabó siendo una obsesión.

Cuando veía un par de tetas bonitas, me las imaginaba torturadas por unas pinzas. Si veía un buen culo pensaba en azotarlo hasta que estuviese bien rojo. Si la tia tenía una boca bonita me la imaginaba con una bola como mordaza o comiéndome la polla mientras la obligaba a hacerlo cogiéndola del pelo.

A veces pensaba que me estaba volviendo loco, pero cuanto más tiempo pasaba mayor era la obsesión y menor la culpabilidad...

Y entonces entró ella en escena. Fue la culpable de que todas las fantasías que llevaba en la cabeza y que obligaban a pajearme todas las noches, comenzaran a acosarme de tal forma que fuesen un tormento.

Era un belleza, desde luego. Lucía metro setenta y cuatro de sensualidad y exuberancia con su melena rubia rizada a media espalda, sus ojos verdes, su carnosa y delineada boca de come pollas, su estilizado cuello, sus pechos grandes redondos y firmes, su estrecha cintura y su vientre plano. Pero lo que más loco me volvía eran aquellas piernas, largas y torneadas coronadas por el culo mas apretado que he visto en mi vida.

Ella era la típica hermana de un amigo que se había ido a estudiar fuera y a la que no se ha visto desde que se peinaba con coletas y de repente un día vuelve convertida en una mujer de bandera.

Por desgracia, todo lo que tenía de bella lo tenía de despótica y de creída.

El primer día que la vi después de muchos años, fue en casa de este amigo. Su primera frase para mi fue...

Cierra la boca que se te va a desencajar y además vas a manchar la moqueta de babas...

Era cierto que me quedé boquiabierto al verla, pero su comentario hizo que me pusiera rojo, primero de vergüenza y después de ira; sobretodo al verla darse la vuelta sin más e irse moviendo las caderas provocando y con la cabeza bien alta.

En las semanas siguientes, cada vez que iba a casa de mi amigo, se repitieron situaciones similares de desprecio de ella hacia mi. Lo cual hacía que yo al volver a casa no pudiese evitar masturbarme pensando en humillar y someter a pequeñas torturas a aquella zorra.

Al final decidí no ir a casa de mi amigo por evitar tener que verla...

Después de un par de meses, me la encontré de forma inesperada...

Yo estaba en un pub con los colegas ( su hermano no estaba) e ibamos algo pasados de copas...

De repente miré a una de las mesas y la vi. Estaba sola y con una copa en la mano. Movía la cabeza de un lado a otro pero sin seguir el ritmo de la música y tenía los ojos cerrados. Deduje que debía estar bastante borracha...

No se que instinto me hizo acercarme a ella y sentarme en la silla libre.

¿ Qué haces aquí sola ?

Abrió los ojos y me miró, aunque le costó enfocar la mirada. Decididamente la tía llevaba un melocotón de aúpa...

¿ Y a ti que te importa ?

Me contestó con su típico tono de desdén, aunque la lengua se le trababa y no pronunciaba bien.

Ante la respuesta, puse cara de mala leche y me levanté para irme.

De repente noté que una mano me agarraba por la muñeca. Era ella quien me agarraba...

Llévame a casa...

Lo dijo como si fuese una orden que no admitía discusión, aunque la forma en la que pronunciaba hacía que perdiese un poco de autoridad.

Mi primer impulso fue negarme ( y ojalá lo hubiese hecho ) , pero luego pensé que tendría que explicarle a su hermano que la había dejado tirada borracha en un bar y no me apetecía tener movida con él...

Me despedí de mis amigos para irnos a por el coche. Uno de mis amigos soltó la típica frase graciosa en plan " fóllate a esa guarra a gusto ", ante lo cual pensé "¡ ojalá ¡".

En el coche ella se quedó dormida contra el cristal de la ventanilla a los cinco minutos...y en uno de los movimientos inconscientes que hizo para acomodarse, su ya corta falda se levantó hasta dejar por completo a la vista sus muslos e insinuando algunas líneas más íntimas. Mi empalmada fue instantánea...

Cuando llegamos a su casa, por mi mente ya habían pasado cientos de pensamientos de lo que me hubiese gustado hacerle, así que polla estaba a reventar dentro del pantalón...

Intentando que no se notara, le toqué el hombro, para despertarla. Se sobresaltó y después se quedó mirándome unos segundos y se echó a reír...

No me apetece moverme. Pero seguro que a ti no te importará subirme en brazos...

Lo dijo esbozando en su cara una extraña sonrisa mezcla del alcohol que llevaba encima y de una provocación que parecía salirle de los más hondo de su alma....

Mi corazón se encogió y mi polla aumentó aún más, si eso era posible...

Pensé que tal vez después de todo consiguiera follármela...

Pero las cosas nunca pasan como pensamos o deseamos...

Una vez en casa, cuando la posé en el suelo del recibidor, me atreví a coger su cara entre mis manos y besarla. Ella respondió y metió su lengua en mi boca...

Yo ya estaba cantando victoria y relamiéndome porque iba a poseer aquel glorioso cuerpo, cuando de repente sentí un fuerte empujón que me separó de ella...

Lárgate de aquí baboso ¿Acaso crees que porque estoy borracha vas a conseguir echar un polvo conmigo?

Me quedé de piedra. La tía me había calentado adrede y ahora me despreciaba de aquella forma cruel...

No se que es lo que se me pasó por la cabeza en aquel momento. Podría decir que lo que pasó fue culpa del alcohol o de mi frustración con las mujeres o tratar de inventarme mil excusas, pero no serían mas que eso...excusas...

El caso es que sin pensármelo, la cogí por el pelo y la empujé hasta la primera habitación de la casa, que para colmo era la de mi amigo...

Para cuando ella reaccionó yo ya le había quitado la falda y arrancado el tanga...

Intentó gritar, pero le tapé la boca con la mano, hasta que se me ocurrió usar su tanga para amordazarla...

Le arranque la justa camiseta y el sujetador. Le puse las manos en la espalda y se las até fuertemente con el sujetador.

Ella luchaba por escapar de mi, pero yo era mucho más fuerte y a los pocos minutos conseguí tenerla boca abajo en la cama desnuda, amordazada, con las manos inmovilizadas.

El que estaba haciendo aquello no era yo, o al menos eso pensaba. Pero estaba fuera de mi. Y ver su culo desnudo ante mi fue demasiado. Por fin podría realizar alguna de mis fantasías...

No fui consciente del momento en que comencé a azotarla, pero estuve un buen rato haciéndolo, hasta que sus nalgas estuvieron al rojo vivo y me dolía la mano...

Al principio se movía muchísimo intentando escapar, pero yo fui capaz de dominar su cuerpo con una mano y al final no le quedó mas remedio que resignarse y llorar por el dolor y la impotencia...

Cuando me harte de azotar su culo, otra idea pasó por mi cabeza. Quería sentir aquel trasero tan perfecto y tan caliente contra mi mientras la follaba. Además quería vengarme de todas aquellas veces que me había insultado o despreciado... No sería su coño lo que usase para correrme...

Abrí sus nalgas y mojándome un dedo con saliva metí un dedo es su culo sin demasiado cuidado. Ante esto, ella se revolvió y los gritos reprimidos salían a través del tanga que hacia de mordaza.

Tampoco me anduve con mucha más historia, no se porqué, tal vez por la rabia, pero pensé que a aquella zorra seguro que ya le habían abierto el culo...

Así que puse la punta de mi polla en su ano y se la metí de una sola vez hasta el fondo...

Le debió doler bastante, porque su espalda se arqueó de forma increíble y un prolongado quejido se ahogo en su boca tapada.

No sentí el menor remordimiento, aquello ya no había quien lo parase. Comencé a moverme desesperadamente dentro de ella.

Después de unos cinco minutos de follada salvaje, cuando me corrí dentro de ella y saque mi polla de su culo, vi que había sangre...la había roto, pero ni siquiera eso me importó. Le di un último azote en su ya malhadado trasero y me fui al baño a limpiarme. Dejándola allí tirada, llorando e intentando tranquilizarse...

Ni aún en el baño, tras lavarme la polla, orinar, lavarme las manos y la cara, fui consciente de lo que había hecho, ni de las consecuencias que podía llevar. Pero desde luego lo que pasó no me lo hubiese esperado jamás.

Cuando abrí la puerta del baño, un tremendo impacto se estrelló contra mi cara tirándome al suelo.

A pesar de que me quedé un poco atontado, pude evitar el segundo impacto que iba directo a mis huevos y que solo llegó a mi muslo. Comprendí que había conseguido desatarse las manos del sujetador, y el primer golpe había sido un puñetazo. Le había salido mal la jugada. Si el primer golpe lo hubiese dado en la entrepierna en vez de en la cara, las cosas hubiesen sido de otra forma.

Lleno de furia me lancé contra sus piernas desde el suelo dando un fuerte tirón y haciendo que cayese de culo. Se hizo daño, pero era evidente que tenía otras cosas de las que preocuparse. Se abalanzo hacia mi intentando golpearme en el momento que yo conseguía ponerme de pies, cosa que ella hizo rápidamente, estuvimos forcejeando y ella consiguió encajarme un golpe en las costillas y otro en la ingle derecha con la rodilla...

No me di cuenta de cómo lo hice, no sabría describir el momento y que paso exactamente, recuerdo que di un fuerte tiran en su cuerpo y que ella pareció tropezar...solo se que unos segundos más tarde, ella estaba tirada en el suelo con la cabeza grotescamente ladeada sobre su cuello. Al caer su nuca había golpeado contra la bañera...

No me hizo falta tomarla el pulso para saber que estaba muerta...

Me quedé observándola un buen rato sin moverme, hasta que la lucidez volvió a mi cabeza y cayó sobre mi alma el peso de todo lo que había pasado.

No voy a contar que pasó después...

Lo importante ya está contado.

Nadie absolverá mi culpa, ni yo mismo lo hago. No quiero ir a la cárcel por un momento de locura, y tampoco quiero vivir perseguido toda mi vida por las pesadillas que me acompañan cada noche.

Pero temo quitarme la vida porque se que ella me estará esperándome, sea donde sea, para vengarse de lo que la hice.

No podré descansar ni vivo ni muerto, esa será mi condena...

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