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La Perdición

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No sé como comenzó todo. Yo creo que fue mi cabeza, que con tanto sol, y tan poca mujer se volvió loco. No puedo comprender, aún a día de hoy lo que sucedió. No entiendo como pude llegar a aquella situación, pero la verdad, si me paro a pensar, no me arrepiento en absoluto.

Todo ocurrió hace 3 veranos. Yo con mi familia (mis padres y mis dos hermanas), nos solemos ir a la costa de vacaciones, a una casa familiar, en la cual compartimos una pequeña casa que tenemos entre varios tíos, primos y abuelos, todos ellos familiares paternos.

La casa es pequeña, y dispone de una pequeña finca, muy arregladita. En ella solemos estar un gran numero de personas, mis abuelos, mi familia al completo, mis tíos y mi tía, separada, y con una hija, mi prima, la cual sería la causa de todos mis quebraderos de cabeza.

El verano de hace tres años, teniendo yo 17 años, llegue a la casa de veraneo, sin ganas, pues dejara a todos mis colegas en la ciudad, y no volvería a verlos en bastante tiempo. Además la suerte no me acompañaba, el mejor amigo que tenía allí se encontraba de viaje, lo cual reducía mi vida a leer, ir a la playa, y volver aun mas a la playa. Todo hay que decirlo, y modestia aparte, mantengo un buen cuerpo (mis flexiones, abdominales y demás nadie me los quita) y además tengo unos rasgos por lo menos resultones (o eso me dicen) aunque yo empezaba por entonces a no creermelo pues esto no se reflejaba con mi éxito con las chicas. Solamente había tenido sexo oral con 2 chicas, aparte de algún que otro lío con alguna muchacha, pero vaya, que no destacaba por lo mujeriego que era. Quizás el problema fuese mío.

Bueno, mejor que no de mas rodeos y vaya al grano. Toda mi vida rutinaria cambió un buen día. Después de ir a la playa toda la tarde con mi hermana, y estando yo oyendo música oigo ruidos entre mis familiares y les oigo hablar. Parece que llegó alguien. Para mi asombro, al salir y ver quien era me encontré a mi prima totalmente cambiada del año anterior. Parece ser que acababa de llegar de un campamento de esos de verano, con un moreno de muerte. Mi mirada se fijo en su cara, parecía un angel. Tiene el pelo castaño, ondulado, unos ojos verdes penetrantes e impresionantes, una naricita preciosa, y unos labios como para darse cabezazos contra las paredes. Tenía quince años, en Enero cumpliría dieciséis, por lo que le llevaba casi 2 años. Mi mirada siguió escrutándola, y descubrí dos tetas, que para su edad eran considerables, y me quedé finalmente anodadado al ver su culo. Madre mía. En 17 años de vida nunca viera cosa igual.unas piernas larguísimas, que terminaban en un culo. En aquel momento me dije a mi mismo que se le podría ver el coño estando ella de pie y de espaldas a mi, sin agacharse ni nada, es decir, un primor.

Los días fueron pasando, mucho mas alegres por supuesto, y yo muy digno solamente me conformaba con masturbarme de vez en cuando pensando en ella. No pensaba pasar de esa raya. Pero la carne es débil. Dormiamos en literas, y verle hacer la cama era como estar en el cielo. Yo sentado en el sofá, miraba como ella, que estaba haciendo su cama, la de arriba, hacia esfuerzos por meter bien la manta, y mientras su camisón iba subiendo y subiendo, mostrándome sus impresionantes posaderas. Si habia suerte y llevaba tanga entonces yo entraba al borde de la locura, pues mi poya ya no respondia a mis mandatos. Ella de vez en cuando ojeaba por el rabillo del ojo picaramente, como intentando provocarme, excitándome a mil. Cada vez iba cogiendo mas y mas confianza con ella, llegando incluso a limites insospechados por mi, contándome ella sus aventuras amorosas ya a su corta edad. Me contaba como se enrollaba con chavales de su edad, pero me decia que sentía como si fuesen demasiado pequeños, y necesitaba dar un salto.

El día de mi perdición no tardó en llegar. Como cosa del destino, después de comer me llegó de oídas que toda mi familia se iría a cenar, y yo me tendría que quedar con mi prima, puesto que después de cenar iríamos a casa del colega este mío, que llegaba del viaje.

Me fui a la playa como siempre con mi prima y mis hermanas, tomamos el sol, nos vañamos, y a la vuelta , a eso de las 7, llegamos a casa. Mis hermanas se ducharian antes, pues tenían que darse prisa. Yo acepte a regañadientes. Asi se produjo, todos se fueron menos mi prima y yo. Ella se metió en el baño corriendo antes que yo, jugando conmigo pícaramente. Yo proteste petando en la puerta con escaso resultado. A los 5 minutos senti como mi vejiga estaba a punto de rebentar. Me fui rapidamente al baño y peté insistentemente, hasta que ella me abrió el pestillo y se metio de nuevo en la ducha (la ducha estaba tapada por una mámpara, lo cual solo me deslumbraba su silueta). Yo empecé a orinar, y justo al tirar de la cadena, darme la vuelta y empezar a guardarme la poya en la bragueta la vi. Había salido y estaba con una minúscula toalla (sería una toalla de mano) tapando su dorso, dejando su culo a mi vista, ella miró por el espejo, y pudo ver como mi poya se hinchaba a un ritmo preocupante. Yo, asustado, no supe que decir, pero al ver la sonrisa de complicidad que me devolvió mi prima se me fue el temor al instante, pues vi en su cara las mismas ansias que debía mostrar la mía. Ante mi estupefacción, ella se dio la vuelta y sin decir nada, dejo caer su toalla, lo cual me deslumbró su precioso cuerpo, lo que causó a su vez ke lo poco que podía faltar a mi poya para estar al 100% se pusiese al contado. Ella se asombró, no debía haber visto nunca una poya así, y eso que tampoco la tengo descomunal: 18 cm aunque considerablemente gorda.

Me pregunto inocentemente si podía, yo solamente acerte a contestar un si titubeante. Ahí comenzo mi perdición. Madre mía, cogió mi poya como una maestra, le dio un par de sacudidad, y saco su lengua. Empezó a recorrer con esta todo mi glande, parándose en el frenillo, lamiendo cada comisura, golpeando mi nabo contra sus labios, hasta que definitivamente decidió introducirla totalmente. Casi entro en estado de trance. Los ojos se me subian del placer, mamaba mi poya de forma maestral, a ritmo constante, y intercalando lamidas con fuertes succiones. Al rato, yo estaba jadeante, asi que le pedi un respiro. Ella acepto de buena gana. Se levantó , se agachó y dejo a mis ojos su impresionante coño. Yo, que ya tenia cierta experiencia en el arte de jalarme coños, empecé a lamerlo primero suavemente, acelerando el ritmo progresivamente, lamiendo con esmero su clítoris, sus labios, e introduciendo toda mi lengua en su chochito. Ella se retorcia de placer, gemia como nunca viera a nadie gemir, y empezaba a segregar jugos que me hacian sentirme mas y mas excitado. Decidí que ya iba siendo hora de penetrarla, pero no podia hacerlo así como así, no quería desvirgar a mi prima.

Así que se lo pregunté, ella me sonrió, y me dijo que ya habia follado una vez, con un chaval. Yo me relaje totalmete. Me dije, ke ostia, vamos a disfrutar. Así ke le dije ke se mantuviese ahí quietecita un momentito, que volvería en menos de lo que canta un gallo. Salí a velocidad inaudita, intentando esquivar ventanas abiertas, y llegue a mi cuarto. Abrí el cajón, cogí mi cartera, la abrí y saque apresurosamente un condón. Fui de nuevo al baño. Me puse el condón. Vi a mi prima relamerse. Empecé a jugar con mi poya y su coño, haciendo como si untase algo en sus labios, hasta que decidí metersela. Fui poco a poco, sintiendo su chochito pegarse y amoldarse a mi poya, mientras notaba como mi prima tenia escalofrios de placer. Se la metí hasta el fondo, dejándola alli un momentito, hasta ke escuche el gemido de mi prima pidiéndome que la follase salvajemente. Yo me quede impresionado. Mi prima me estaba pidiendo que me la follase ya, como un animal. Me puse manos a la obra. Empecé a bombearla con cariño pero a la vez con fuerza, sintiendo como sus tetas se meneaban al compás de mi acometidas. Yo decidí agarrarselas. Estaba en el cielo, follandome a mi prima, de pie agachada, en una postura deseadísima por mi, mientras le tocaba sus melones.

No quedó todo así. Para asombrarme aun mas, mi prima me dijo que si quería darle por atrás. Yo no daba credito. Por supuesto que accedí. Saque mi poya, y empece a meterle un dedo por su culo, dándoselo de chupar para lubricárselo. Me dijo que iba a ser el primero. Yo me sentí alagado. Le metí dos dedos, e incluso tres, hasta que ví que ya estaba preparada. Se la empecé a introducir lentamente, primero el capullo, segui avanzando lenta y cuidadosamente. Mientras ella se agarraba al lavamanos, con una cara mezcla de placer y de dolor. Al final se la meti completamente. Empecé a cabalgarla, embistiendo primero despacito, para no hacerle daño, y luego cada vez mas fuerte. Ella comprendió que yo no aguantaría mucho mas, y cuando yo estaba a punto de correrme, tuvo su último orgasmo (o eso parecía por el calibre de sus gemidos), se apartó rápida y hábilmente (lo cual a mi me parecía impresionante para ser solamente su 2ª vez) me quito el condón y me empezó a masturbar. Yo no tardé en correrme. De mis tensos cojones brotaron un montón de chorros de semen. Nunca me habia corrido igual. Ella, intentaba pillar los chorros de semen al vuelo con su lengua, con diferente éxito, pues algunos le iban al pelo o a sus tetas, y otros, mas afortunadamente a sus mejillas y su lengua, pues a su parecer parecía encantada de tragarse mi semen. Nos quedamos los dos jadeantes en el suelo del baño, mirándonos con cara extasiada y altamente confortante.

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