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De dueña a sirvienta (1)

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Por R.R Rodríguez

 

Isabella es una mujer de familia humilde que con el paso del tiempo ha logrado ser una mujer exitosa a sus 26 años, ella es de tés blanca rubia mide 167 es delgada de buenas proporciones sus nalgas predominan, sus senos son firmes y grandes y su cara es angelical; esas fueron las razones para que un hombre rico se fijara en ella y se casaran.

Rafael es un abogado prestigioso que con 30 años ha amansado una fortuna y siempre le ha dado todo lo que necesita, con el tiempo Isabella dejo de sentirse una mujer humilde ahora actuar como una mujer adinerada; ropa costosa, lujos, los mejores restaurantes.

Esta historia comenzó cuando la Sirvienta de toda la vida renuncio cansada de los caprichos y deseos de Isabella; ella disfrutaba de su condición de rica y lo demostraba humillándola,  el mismo día que la sirvienta se marchó empezaron a llegar las mujeres que serían entrevistadas para el cargo de sirvienta; se presentaron muchas pero a Isabella le llamo la atención una muchacha de 21 años; Diana viene de buena familia  pero abandono la carrera de medicina por la situación económica.

Solo imaginaba a esa muchacha que antes disfrutaba de los lujos ahora Resignada a ser su sirvienta usando uniforme y obedeciendo todo sus caprichos;

Isabella - ¿Estas segura de que quiere trabajar en esta casa? , somos una pareja joven pero soy muy exigente me gusta todo reluciente.

Diana – Si señora estoy segura; necesito el trabajo y aunque no tenga la experiencia aprenderé rápido y me someteré a las condiciones.

Isabella -  Está contratada, pero el primer mes es de prueba pase al cuarto de servicio y póngase el uniforme de la antigua empleada; cuando pase la prueba compramos los suyos.

Diana se dirige al cuarto de servicio y sobre la diminuta cama hay tres uniformes uno gris uno azul y otro negro, todos son vestidos con borde blanco en la manga y cuello blanco acompañados de un delantal y la cofia, ella resignada se coloca el uniforme gris; le queda algo corto y ajustado; a diferencia de la antigua sirvienta Diana es morena mide 165 su cabello es negro y largo tiene un buen cuerpo casi de reina de belleza sus senos perfectos  sus nalgas y su cintura se ceñían dentro del uniforme casi a estallar.

Diana se coloca la cofia y se mira al espejo un poco humillada y hace el nudo del delantal torpemente; al fondo suena una campanilla era Isabella llamándola, ella se apresura para ir a la sala, Isabella se queda mirándola  y siente un poco de envidia al ver  su cuerpo tan escultural  marcado en  el uniforme.

Isabella – Recójase el cabello ponga sus manos a la espalda e incline la cabeza un poco usted ahora es una sirvienta y debe comportarse como tal.

Diana – Si doña Isabella

Isabella – Dígame Señora,  y prepáreme un jugo de naranja luego limpia los suelos con un cepillo y jabón y prepara la comida antes de las 6 que llega mi marido.

Diana – Si Señora, pero el suelo es más fácil limpiarlo con  una escoba y una fregona.

Isabella – Ya le ordene que lo haga de rodillas y con un cepillo, si no está de acuerdo puede irse y no hacerme perder más el tiempo.

Diana – Discúlpeme Señora, ahora mismo lo hago.

Diana se siente muy humillada pero  la necesidad hace que acepte eso, inmediatamente se recoge el cabello  y va a la cocina a preparar  la limonada, no lleva un día trabajando  y Isabella ya la está humillando ella  disfruta Sintiéndose más que ella del poder económico, Diana le entrega el jugo y Isabella le ordena empezar limpiando el suelo de la sala.

Diana se incomoda a cuatro patas fregando sus rodillas le duelen y nunca ha hecho tanto trabajo pero más le incomoda que el vestido tan corto deja ver sus nalgas; Isabella disfruta mucho viéndola y alimenta un poco su gusto por  humillarla y sus fantasías lésbicas, el día continuo normal hasta las 6 pm,  Rafael el esposo de Isabella llega suena el timbre  y Diana abre la puerta, Rafael no puede evitar mirara con morbo a su nueva Sirvienta  con ese uniforme corto y ajustado.

Rafael – ¿Qué paso con marta?

Diana - No lo sé Señor,  soy Diana la nueva empleada,  mucho gusto.

Rafael – El gusto es mío soy Rafael el esposo de Isabella.

Rafael se mostró amable y entro a la casa, Isabella lo esperaba en la mesa con  la cena Servida y Diana de pie con las manos a la espalda con su cabeza baja esperando cualquier orden…

Las cosas continuaron normales por unas semanas  cada día que pasaba era más agotador y humillante para diana, pero ella estaba acostumbrándose psicológicamente se sentía una esclava.

Por cuestiones de trabajo Rafael viajo 3 semanas a Europa, por esos días Diana aun usaba el uniforme de la anterior sirvienta; Isabella corto la larga cabellera de diana argumentando que había cabellos en la comida, Diana muy humillada permitió eso, ella siente rendirse pero sabe que necesita el dinero…

Isabella aprovecho para hacer de las suyas con el jardinero, con el que tenían relaciones de hace bastante, pedro es un hombre moreno muy atlético a diferencia de su marido con algunos kilos de sobra,  Diana tiene un plan en mente y con su móvil  tomo algunas fotos sin que ellos lo notaran.

A la mañana siguiente Isabella recibe un sobre que Diana le entrega y se coloca de frente a ella esta vez no agacha la cabeza ni tampoco lleva las manos a su espalda, Isabella se sienta en el mueble e inmediatamente lo destapa y ve horrorizada las fotos,  Diana sonríe y también se sienta en el mueble; ahora Tiene motivos para que me trate bien Señora.

Las cosas están a punto de dar un giro tremendo....

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