Nuevos relatos publicados: 7

Su venganza

  • 18
  • 23.048
  • 9,26 (38 Val.)
  • 0

Me llamo José M., actualmente tengo 35 años y estoy casado desde hace 8 años con la mejor mujer del mundo, aunque supongo que cualquiera que esté muy enamorado de su mujer diría lo mismo. Físicamente somos bastante normales, por lo menos yo, lo único es que el pelo he empezado a desaparecer de mi cabeza. Ella mide 1,70, es morena de pelo y piel y ojos negros y profundos. De cuerpo muy bien. Empezamos a ser novios cuando yo tenia 18 años y ella 16, por lo que yo fui su primer novio, el que la desvirgó y quien le enseñó todo lo que ella sabe. Ella también había sido mi primera mujer y hasta hace poco la única.

Siempre mis fantasías han ido en torno a los temas de intercambios o en general de sexo en grupo. Hemos jugado en la cama infinidad de veces, ella con los ojos vendados, a que yo era un desconocido. Ella disfrutaba como una loca, pero después en frío, ya no quería saber nada del tema, por mucho que yo insistiera. Lo que son las cosas, a pesar de que para mí, no había otra como ella, acabé liándome con una antigua amiga mía que acababa de separarse, no era amor era solo sexo. Por casualidades de la vida, una amiga suya me vió con mi "amante" en actitud cariñosa y le faltó tiempo para ir a contárselo a Ana, mi mujer.

Tuve un follón impresionante con ella, se lo confesé todo y tras, por fuerza, tener que romper con la otra, mi matrimonio estuvo unos días peligrando. Finalmente y al cabo de una semana mas o menos, hicimos las paces, hicimos el amor, y ella en ese momento de lujuria, me dijo que me preparase pues si tanto me gustaba el imaginar que se lo montaba con otro, que lo iba a conseguir, pues me iba a poner los cuernos por lo cabronazo que era.

En aquel momento y bajo aquellas circunstancias, primero, no le di credibilidad y segundo no me hizo la menor gracia, por lo que lo dejé correr y olvidé el tema.

Llegaron las vacaciones de verano y nos fuimos a un pueblecito de la costa al que íbamos de vez en cuando, pues nos encantaban sus playas. Aquí comenzaron las sorpresas.

La primera fue, cuando el primer día de playa al llegar a esta, ella se quitó la parte de arriba del biquini dejando sus preciosas tetas a la vista de todo el mundo, cosa que no había hecho antes jamas. Incluso me parecio que se excitaba al pensar que la estaban mirando, pues solo le apetecía pasear por la orilla, bien sola o conmigo, si tapárselas.

Esa noche yo la notaba especialmente excitada, por lo que supuse que tendríamos una buena ración de sexo, pero me equivoque de pleno, pues después de salir y cenar nos fuimos solo a dormir, quedándome con un calentón muy fuerte, ya que el día había sido bastante excitante.

La segunda sorpresa me la llevé cuando en el desayuno, junto a la playa me dijo de ir a una playa nudista, la cual estaba relativamente cerca de allí. Si hace unos años le hubiese escuchado decir eso, hubiese dicho que no era ella. Bueno, a mí me pareció estupendo, por lo que nos dirigimos a ella. Aunque no había mucha gente, si la suficiente como para tener la sensación de que todo el mundo te está mirando, sobre todo a ella, pues no tardó 2 segundos en quedarse totalmente desnuda, sin mostrar la más mínima vergüenza, mientras yo todavía estaba completamente vestido. Al rato se fue hacia la orilla para ver como estaba el agua, mientras lo hacia me quedé embelesado viendo su trasero alejarse poco a poco. Incluso se paseaba ella sola por la orilla, playa arriba y playa abajo, yo por mi parte estaba una mezcla de desorientado y de excitado por su comportamiento. Decidí acompañarla en uno de sus paseos y le pregunté que si no le daba vergüenza pasear delante de la gente desnuda, ella me contestó que no, que todo lo contrario y que así podía ver el calibre de las herramientas que se mostraban por la playa.

Estaba totalmente desconocida, disfrutaba exibiendose delante de la gente y sobre todo, cuando pasaba por delante de chicos solos. La verdad es que estos no se cortaban lo mas mínimo en quedarse mirándola. No me extraña, pues estaba para comérsela viva. Empecé a excitarme cuando ella se iba sola a pasear, al pensar como la mirarían y lo que a esos tíos le gustaría hacer con ella si pudieran. Incluso me tenia que poner boca abajo pues mi erección era muy clara.

Esa noche en la cena me confesó que se había calentado como nunca con sus paseos y las miradas de deseo que provocaba. Esa noche tampoco tuvimos sexo, lo cual me mosqueaba enormemente.

Así pasaron unos días, en la playa nudista por el día y nada de sexo por la noche, hasta que el sábado me dijo que le apetecía ir sola a la playa, no le discutí y allí la dejé mientras yo me fui al pueblo a comprar unas cosas. Quedamos en que me pasase mas tarde, pero que para nada me acercara a ella, que si quería verla que lo hiciera de lejos, pues quería saber si se le acercaba algún chico con ganas de ligar y no quería que se lo espantara. Imaginad mi excitación por aquellas palabras, los nervios me comían.

Cuando llegué a la playa me fue fácil distinguirla, pues estaba de pie en la orilla hablando con un chico. Me coloqué a una distancia prudencial y no perdí detalle. Se bañaron y al salir del agua se sentaron junto a otro chico más. Se le veía charlar animadamente, al rato ella se tumbó boca abajo y unos de los chicos se dedicó a ponerle crema por el cuerpo, me imagine que debía de estar sobándola a gusto. Me sentía fatal, por estar espiándola de esta manera y además yo creo que ella sabia que yo estaba allí, dudaba si no tenia que dejarme de tonterías y presentarme ante ellos, ¡joder, que soy su marido!, pero no lo hice, seguí observando. Al buen rato sin que ocurriese nada uno de los chicos se vistió y se fue. Al poco vi como mi mujer y el chico que quedaba recogían las cosas y tras liarse una toalla a la cintura y con las tetas al aire se encaminaban fuera de la playa, rápidamente recogí mis cosas y les seguí. Se dirigieron a un coche y se subieron, yo me fui al mío y me monté en él. Desde este ya que estaba detrás a unos 50 metros, solo podía ver las cabezas de ellos dentro del coche. Durante un rato no paso nada, pero al poco vi como sus cabezas se juntaban. Se estaban besando. Mi mente no hacia nada mas que dar vueltas pensando que hacer. Me los imaginaba morreandose y supongo que se estarían tocando. No tenia claro si quería seguir con este juego. Aunque no tuve oportunidad de decidir, ya que me quedé perplejo, cuando la cabeza de ella desapareció de mi vista, quedando solo la del chico. Quería acercarme y cerciorarme de lo que ella estaba haciendo, pero me hubieran visto. Por increíble que parezca mi polla estaba dando brincos dentro de mi bañador debido a la excitación que tenia. Me la saqué y comencé a masturbarme, allí dentro de mi coche imaginando lo que ocurría en el otro. En poco menos de cinco minutos la cabeza de mi mujer volvió a aparecer, y en unos minutos el coche arrancó y se alejaron, dejándome la certeza de lo que acababa de ocurrir. Dejé de masturbarme y los seguí a distancia. El chico la dejó en la puerta de hotel y se fue.

Cuando yo llegué a la habitación ella estaba en el cuarto de baño, lavándose los dientes. Me pregunto antes de que yo hablara si yo había disfrutado espiándola. A pesar de mis intentos de que me contara que había hecho, no conseguí sacarle un detalle, solo me dijo, "nada que tu no hayas hecho antes". Se me acercó y comenzó a tocarme la polla, mirándome con esas ojos en celo que me pone a cien. Se me puso la polla dura en un instante, mientras me masturbaba me decía si se me había puesto dura de pensar en ella con otro, yo no aguantaba más, la empujé hasta que se sentó en el inodoro y casi a la fuerza le metí la polla en la boca, comenzando a moverme como si me la follara, ella me la cogió y me masturbó con fuerza mientras me la chupaba, en un instante toda la excitación acumulada de tantos días se manifestó con una tremenda eyaculación. Sentí que nunca antes había soltado tanta leche, pero a pesar de ello no se le escapó ni una gota de mi semen, tragándoselo todo cuando se la sacó de la boca no había ni resto de esperma. Con esto me relajé bastante y así pasé el resto del día, envuelto en mis fantasías, aunque lo mejor estaba por llegar.

Esa noche volví a llevarme otra sorpresa cuando se vistió para salir, cuando la vi me quedé boquiabierto de lo buenisima y provocativa que se había vestido.

En la cena me comentó que ya que había disfrutado tanto espiándola , esa noche podría seguir disfrutando ya que había quedado con su amigo para tomar unas copas, y que claro, yo no podía ir, pues se le había "olvidado" comentar que estaba casada y no quería estropear mis fantasías tanto tiempo guardadas. Le dije que no seria capaz de llegar hasta el final, ella solo me dijo "tu observa y luego me cuentas", no se por que pero sabia en mi interior que si llegaría hasta el final.

En fin, que nos dirigimos al pub donde había quedado, primero entré yo y luego ella, pero por separado. Allí la estaba esperando su amigo. Desde el fondo de la barra los observé hablar muy animadamente y bastante juntos. La verdad es que me estaba empezando a gustar el observar a mi mujer con el otro. Copa a copa y de pub en pub yo no paraba de seguirles y espiarles. Era ya bastante entrada la noche, cuando después de que estuviesen bailando muy pegaditos y en un descuido los perdí de vista. Los busqué por todo el local, servicios incluidos, pero no los vi. Desesperado me fui a la calle, nada ni rastro. Me dirigí hacia la playa, no se veía mucho pues este ultimo local está muy cerca de la playa en una zona tranquila y no hay mucha iluminación, finalmente distinguí dos sombras a lo lejos en la orilla sobre una barca. Me acerqué por detrás sigilosamente, el romper de las olas impedía que me pudiesen escuchar. Me escondí detrás de unas hamacas y cuando por fin pude ver con claridad, me quedé de una pieza. Ella estaba inclinada hacia delante sobre una barca con la falda remangada y el chico desde atrás y con los pantalones en los tobillos se la estaba follando. Mi corazón latía con fuerza, lo estaban haciendo, ella había sido capaz de entregarse a casi un desconocido. Se la oía gemir claramente con cada empujón que él le daba. No sé si por la situación que en cualquier momento los podían pillar, el caso es que el chico se movía enérgicamente empujando con todas sus fuerzas. Le estaba metiendo un polvazo de órdago. Sus manos en torno a las caderas de ella no le permitían moverse practicamente. El chico resopló un par de veces y dando un fuerte empujón se quedó pegado al culo de ella, me excité enormemente al pensar que se estaba corriendo en su interior. Antes de que pudieran verme me alejé del lugar por donde había venido y me fui con mi calentura al hotel a esperar que llegara.

La esperé desnudo en la cama. Llegó 20 minutos después que yo. Venia muy alegre y contenta canturreando. Le dije que lo había visto todo. Ella me miró con una sonrisa en los labios como si ya lo supiera, abrió su mano y en ella tenia su tanga, me lo lanzó y se metió en el baño. Lo recogí y estaba empapado, me la imagine limpiándose con él, absorto en mis pensamientos estaba cuando Ana me llamó, entré al cuarto de baño y allí estaba desnuda, frente al espejo, preciosa. Se dio la vuelta y me dijo, "mira", se señaló la cara interna de los muslos y vi como salía liquido de su vagina resbalando por estos piernas abajo. Mi polla si ya antes la tenia medio levantada ahora se me puso dura del todo con la sola visión de su coño y del semen que le salía de dentro. Ella al verme la polla así me dijo "métemela cornudo".

Me la agarré y allí sobre el lavabo entré en ella como tantas veces antes había hecho, pero esta vez era la primera que la notaba tan mojada. Mi polla resbalaba en su coño sin apenas fricción, mientras entraba y salía, la besé apasionadamente como si de una desconocida fuera. Ella casi no me respondía porque cada vez gemia con mas fuerza, igual que como la había escuchado hacer una rato antes. A pesar de mi calentura intenté aguantar a que ella orgasmara, así cuando ella mordiéndome el labio inferior con tanta rabia que casi me hace sangre, se corrió con mi polla taladrándole la vagina. Instantes después y cuando ella ya no gemía sino que solo resoplaba recobrando el aliento, recordando la imagen del chico al correrse dentro de ella, sentí que me vaciaba por completo en el interior de su ya húmeda vagina. Fue tan fuerte que me mareé y tuve que sacarla y sentarme. Al recobrarme un poco vi la magnifica visión de ella abierta de piernas con todo el pelo alborozado sobre su cara, jadeante aún y ahora mi semen resbalando por sus muslos. Fue magnifico y con mucho morbo.

Luego nos duchamos y después nos pusimos a hablar, a sincerarnos, ella me confesó que nunca pensó en disfrutar tanto con una aventura y que ahora me comprendía un poco. Yo por mi parte le dije que ya había hecho lo que quería y que no quería seguir con los jueguecitos, pues quería volver a ser su marido y una pareja como Dios manda, entonces ella me dijo que por ahora de eso nada, pues que no me pensara que con un rollete iba a quedar todo zanjado y que ella iba a seguir con lo suyo, aunque me dejaba estar con ella al día siguiente si me apetecía.

Quedamos en que iríamos a la playa juntos y que me presentaría como una amigo, a pesar de mis reticencias, acepté pues era mejor que me viesen como un amigo y no como un marido cornudo.

Al poco de estar en la playa al día siguiente, llegaron los dos chicos y se sentaron junto a nosotros, se quedaron un poco contrariados al verme, Ana me los presentó como Nono (el que se la había follado la noche anterior) y Rafa. Era inevitable el mirarles las partes y comparar tamaños, y aunque yo no estoy nada mal, salía perdiendo. Al rato de presentarnos y demás, entre los tres charlaban como si se conocieran de toda la vida, prácticamente me ignoraban , yo de reojo observaba como se la comían con la mirada.

Pasamos todo el día en la playa, incluso comimos allí, y aparte de juegos y roces no pasaba nada, supongo que se cortaban de mi presencia. Estaba atardeciendo y los chicos se fueron bañarse, momento en que ella aprovechó para decirme que le estaba jorobando la caza y que ella se iba al agua a refrescarse pues de ver tanta salchicha a su disposición estaba como un horno.

Rafa salió del agua, quedándose Ana con Nono en el agua y se les veía muy juntitos. Decidí acercarme a ver que pasaba. Nono estaba detrás de ella, con sus brazos rodeandola por el torso. No podía verle la cara a él, pero si a ella. Me miraba y sonreía. De repente contrajo las facciones de la cara y cerró los ojos, abrió la boca y lanzó un gemido, me miró y me dijo" me la está metiendo", "la siento dentro""ohhhufff", Nono empezó a moverse y ella le dijo que le hacia daño. "espera, espera, despacio, vuelve a empezar". El agua no es buen lubricante por lo que se ve que a ella le costaba alojar la polla de Nono en su conejito.

Casi sin darnos cuenta llegó Rafa y nos dijo que lo dejáramos que estabamos dando el cante y que se notaba mucho. De mala gana Nono la soltó. Ella se fue a la toalla, acompañada de Rafa y Nono y yo tuvimos que esperar que se nos bajara la polla para poder salir del agua.

Cuando ya el sol caía y no quedaba casi nadie en la playa, Nono le dijo algo a Ana y estos dijeron de dar un paseo. Rafa dijo que se iba con ellos y yo no iba a ser menos y también dije de acompañarlos. Nono y Ana iban delante agarrados de la cintura como dos novios y Rafa y yo detrás, hablando de cosas sin importancia sin que Rafa quitara la vista del culo de Ana.

Cuando llegamos a una zona con mucha vegetación, Ana y Nono nos dijeron que les esperáramos que volvían rápido. Corriendo de la mano como dos colegiales los vimos desaparecer entre los arbustos. No sé lo que estaría pensando Rafa, pero la polla se le estaba poniendo morcillona al igual que a mí. Yo fui el que le propuso a Rafa acercarnos a mirar. Nos acercamos rápidamente y sin mucho disimulo, nada mas llegar a los arbustos, los vimos, Nono tumbado en el suelo y ella de cara a nosotros, cabalgando arriba y abajo.

Cuando ella nos vio llegar, le hizo una seña a Rafa para que se le acercara, este no lo dudo un instante y le acercó la polla a la cara. Ella se la cogió con una mano y se la llevó a la boca, chupándosela.

Yo me acerqué a los tres con mi polla en la mano, meneándomela. Ni en la mejor de las pelis porno, hubiese visto esa escena, ella a pesar de tener la boca llena lanzaba fuertes quejidos de placer cada vez que se incrustaba la polla de Nono en el fondo de su coño. Rafa la cogió de la cabeza impidiendo que se moviera y moviéndose adelante y atrás se la comenzó a follar vertiginosamente, de repente bramó como un berraco y empezó a dar pequeños culetazos, vi la garganta de Ana subir y bajar tragándose la corrida, pero debió de estar eyaculando tan abundantemente pues de entre los labios se le escapó algo de semen, cayéndole sobre las tetas y las piernas. Ana tuvo un sonoro orgasmo con la polla de Rafa todavía en la boca. Cuando este se retiró de entre sus labios. Ana que ya debía de estar cansada de la postura, se sacó la polla de Nono, y tumbándose con las piernas bien abiertas a su lado le dijo que se montara encima. De un salto este se colocó entre sus piernas y se dejó caer dentro de ella metiéndosela hasta el fondo. Ella ahora inmóvil rotaba las caderas para sentir mas a fondo la penetración. El cuerpo de Nono la cubría por completo y la besaba con pasión, pero no aguantó mucho, su cuerpo se tensó vi como apretaba los músculos del culo y comenzó a resoplar igual que la noche anterior, a la par ella también se corrió. Exhausto se dejó caer de bruces sobre ella.

En cuando la polla de Nono salió chorreante de la vagina de Ana, miré y vi todo el semen asomar por su entrada, me cogí la polla y antes de que se diera cuenta se la metí de un golpe. Si la otra noche la noté húmeda, ahora la sentía encharcada. Oía perfectamente el ruido que producía mi polla al batir el semen que tenia en el coño. El morbo era tan enorme que solo busqué mi placer, encontrándolo instantes después, derramando todo mi semen en su interior mezclándolo con el de Nono.

En menos de 15 minutos nos la habíamos follado los tres y ella se lo había pasado en grande. Nos bañamos para quitarnos la arena y ella para asearse, el sol ya había desaparecido cuando volvimos a la sombrilla.

Los chicos se marcharon no sin antes quedar para el día siguiente ya que ese seria nuestro ultimo día.

Ese día ella no me permitió acompañarla ni a la playa ni por la noche, y por mucho que le he instado y rogado para que me lo cuente, no he conseguido que me cuente lo mas mínimo.

Solo sé que cuando volvimos a casa nuestra vida sexual ha cambiado enormemente para bien incluso ella misma me pide que se la meta por el culo.

Me obsesiona no saber o haberla visto ese ultimo día. De esto va a hacer un año y ahora que llega el verano me ha dicho de repetir las vacaciones en el mismo sitio. La verdad no se como saldrá la cosa.

(9,26)