Nuevos relatos publicados: 13

Recordando al primer amor (capítulo 3º)

  • 5
  • 4.897
  • 8,50 (8 Val.)
  • 0

CAPITULO III

Lo tenía muy claro, Cristina me había cautivado y mi mente empezó a tejer tantos proyectos que se me agolpaban. ¡Qué  bien se reconoce el amor cuando llega el amor! No hace falta que nadie te lo explique; es tan sutil que entra en tu vida de una manera tan delicada, que te inunda y te llena de sensaciones tan placenteras, que parece que tu alma se llena...

 

...Y mi espíritu se llenaba (9A)

de sensaciones placenteras (9B)

que el corazón se saturaba (9A)

de cosas que antes no entendiera. (9B)

¡Y se me caía la baba! (9A)

 

Así es el amor, es como la primavera que llega y no se sabe de que manera; pero llega.

La emoción de tener la primera novia es algo único; y más en aquellos años sesenta donde el amor carnal estaba prohibido fuera del matrimonio. Tenía ya mis veintiún años cumplidos, y poco o nada sabía de las cuestiones amorosas, ya que hasta la fecha sólo había tenido escarceos con las niñas del barrio jugando a las casitas o policías y ladrones. Algún "restregado de cebolleta", bailando en el Club Ayala los jueves donde de llenaban de "marmotas" (hoy empleadas de hogar) porque era la tarde libre que tenían entre semana, y poco más.

Lo que pasa, que un servidor era algo ñoño, en el sentido de que aunque como a todo "quisquei" a esa edad se te pone más dura que "el cerrojo de un penal", ir con una prostituta o una chica que no me gustara, no me excitaba, y "se me escondía como un caracol en vez de salir a tomar el sol". De verdad que no podía, y bien de rabia que me daba, porque al fin y al cabo una mujer aunque no te agrade para novia formal, para "echar un kiki" vale cualquiera. ¡Pero nada, de ninguna de las maneras! Pero con mi Cristina...

 

... Bastaba acariciar su mano (9A)

para llenar mi alma de dicha, (9B)

y todas mis ansias derramo (9A)

por donde rima con la "dicha". (9B)

        

Pasaron tres días del día que nos conocimos, (que ya saben que fue el domingo pasado), para que se me hicieran eternos. No pasaba un segundo sin que no me acordara de ella.

 

¡Cuándo el amor hace de ti el acopio

todo sobra y nada ya te emociona!

Para nada ya sirve el amor propio;

dejas de ser una cuerda persona

y tu sentidos se inundan del opio

que al amor a todo lo condiciona.

 

Y así estaba yo ante ese amor desconocido, que me tenía en vilo. En un estado tan extraño de lo habitual, que es verdad que todo lo ves del color de rosa, pues...

...El amor es una mariposa (10A)

que revolotea por vergeles (10B)

buscando la rosa más hermosa (10A)

para libar de sus ricas  mieles. (10B)

 

Habíamos quedado hoy, a las seis de la tarde en el lugar de su trabajo, un concesionario de una marca de coches italiana. La esperaba discretamente a unos diez o doce metros de la puerta que da a la calle de Serrano nº 12. Y supe que estaba tan enamorado, porque salía acompañada de unos chicos en alegre camaradería, y se despidieron con un beso en las mejillas ¡por supuesto! Pero fue suficiente para que el corazón me diera un brinco.

-¡Pero leche! Pensé. -Si estoy celoso...

No lo pude remediar, pero ver cómo a Cristina "un menda" la besara aunque fuera en las mejillas, se me revolucionaron las neuronas de tal manera que cuando venía hacia mí, (ya que yo no fui hacia ella) durante unos segundos pensé en reprobarle tal acción, pero enseguida me pregunté:

-¿Quién soy yo para afearle tal cosa?

Por lo que opté por sonreír al tenerla ya  mi lado.

-Hola Amador. ¿Hace mucho que esperas?

-Hola Cristina. Casi nada chiquilla, llegué cuando ese chico se despedía de ti con un beso en la mejilla.

Me miró un tanto sorprendida, quizás por el tono que puse, ¿o quizás me noto en la cara alguna cosa rara?

-¡Ah sí! Es un compañero italiano. Tienen la costumbre de despedirse con un beso en vez de dar la mano.

Y ahí quedó la cosa. No quería ni por lo más remoto que al tercer día de conocernos, siendo unos desconocidos al fin y al cabo, me tomara la medida, y se creyera que soy un celoso pero es que...

 

....Amor sin  achares, no volará. (10+1 A)

El amor muy alto no ha de volar, (10+1 B)

si los celos no le hacen despegar. (10+1 A)

 

¡Joder! Yo no volaba, pero como "una moto" si que estaba, la escena del italiano besando a Cristina me cabreaba, y lo peor, que ella lo notaba.

-¿Te pasa algo, Amador? Te veo con mala cara.

-No, no... Nada, no me pasa nada, un pequeño problema recordaba, quizás por eso puse esa cara.

-¿Algo importante? Me preguntó interesada.

Se me ocurrió lo más peregrino que me vino al caletre, por lo que di el tema zanjado.

 -¿Te apetece ir al cine? Tenemos tiempo de ir a la segunda sesión (las 19:00 horas, eran las 18:20)

-Prefiero mejor pasear, si a ti no te parece mal.

¡Jo! qué alivio. Ciento ochenta pesetas sólo llevaba, lo justo para sacar las entradas y para una bolsa de palomitas.

Cómo el Parque del Retiro a dos pasos estaba, le dije.

-Si te parece, damos un paseo por el Retiro y luego nos sentamos en una terraza que da al estanque.

-¿Te importa Amador que te coja del brazo?

-¡Joer! que impresión. -Será para mí un honor que dama tan distinguida tome del bracete a este mozalbete.

-¿Eres poeta? Me preguntó algo sorprendida.

-Hago mis pinitos en el arte de la poesía; los clásicos españoles son mis preferidos, y de los contemporáneos, Muñoz Seca me gusta. Pero estoy muy verde todavía.

-¿Y Becquer?

-Demasiado empalagoso para mis conceptos, pero mucho me temo que desde ahora será mi preferido, porque canta al amor con el mayor de los sentidos.

Sorprendida fue la cara que puso ella.

-¡No me digas que te ha entrado el amor de repente! -En el Parque te lo cuento, pues eso creo que si es amor lo que mi corazón siente.

(8,50)